Aclaración: La, la, la, la, la – Meli
mira a su alrededor - ¡Ah!, si: todos los personajes de la serie Card Captor
Sakura pertenecen a CLAMP, los demás son "estrictamente míos"
(excepto Oracle que es ella misma... pero le hago lo que quiero en el fan fic).
- Diálogos.
pensamientos de los personajes
"…" destacamento de una
palabra
*...* algún sonido
·~-·~-·~-·~-·~ cambio de escena
"..... las mentiras, siempre son descubiertas......"
By: Kaoru Kinomoto- ¿Qué quieres de mi? – preguntó con la esperanza de que dijera la respuesta que esperaba.
- Ya lo sabes – se acerca con sonrisa sádica a la niña – Siempre lo supiste- la toma por el cuello, sintiendo el latir de su corazón – ¡Contesta niña tonta! – gritó acalorado y furioso a la vez, como si supiera a la perfección los movimientos de su atacante.
La pequeña soltó una pequeña cadena que llevaba en su cuello, en ella aparecía la foto de ella con su familia. Un pequeño relicario obsequiado el día de su sexto cumpleaños. La única forma de ver a su familia.
- No... – cierra los ojos tratando de no sentir el dolor, pero era imposible de impedir. A cada movimiento que él hacía le producía daño - ...no sé de qué me hablas.
- ¡Eres una niña tonta! – grita furioso sin dejar de verla, pero tirando su cuerpo al frío piso – Creíste que podrías engañarme con tus tontas mentiras. Pero eso no puede pasar, yo veo todo, ¿sabes? – mira hacia el cielo, pensando en lo que podría hacer – Como quisiera matarte en este instante – la niña trata de alejarse de él a duras penas, odiaba pensar en la palabra "Muerte" – Por desgracia todavía me sirves – alza una mano sin desviar su mirada, haciendo que el pequeño cuerpo fuera arrastrado hacia donde estaba él.
- ¿Qué piensa hacer de mi? – pregunta sintiendo el amargo sabor a sangre en su boca. Ese demonio la había lastimado, más de lo que ella pensaba.
- ¿De ti? – la ve detenidamente – no sé, eso depende como te comportes. Pero... – ve con irritación la cara de ella – has hecho algo muy malo, ¿sabes? – se acerca sigilosamente a ella – y las niñas no deben hacer maldades a esa edad – ella trata de huir, pero siente su cuerpo demasiado pesado como para ponerse de pie.
- ¿Qué hice ahora? – se pregunta sin poder contestar con una respuesta adecuada.
- Tu sabes a la perfección lo que hiciste – contestó el chico respondiendo su pregunta - ¿Con quién has hablado algo que no debías?... soltaste palabras muy interesantes en tu pequeña conversación.
Ante sus ojos aparecen imágenes de la charla hecha tiempo atrás por ella con la mujer.
- "Salva a tu hermana" – pronunció el demonio con desprecio – "¿Salva a mi mamá?"
- Me confundí – dijo agachando la cabeza.
- Mucho diría yo – la agarra bruscamente haciendo que le mire directo a los ojos - ¿Me estas tomando por tonto?, porque yo no soy de esa clase de persona... hiciste algo prohibido, ¿o no te acuerdas lo qué paso con tu madre?
- No lo digas... por favor – comienza a llorar sintiendo el amargo sabor a derrota en su cuerpo - ¡No lo digas!
- Y sigues siendo tan mal criada como siempre, ¿no? – la suelta delicadamente – Escucha: haremos un trato... tu cumples tu parte del plan y yo te regreso a casa con tus "papis".
La niña lo ve desconfiada. Ya no creía en su palabra, después de todo... era un fiel sirviente de Lucifer, ¿no?
- Trato hecho – aceptó vacilando. Sabiendo lo que tendría que hacer de ahora en adelante con su vida.
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Se sienta al lado de una chica seria. Al principio creía que era como las otras, pero se dio cuenta de su errónea manera de pensar...
Al lado suyo se encontraba la francesa "Strangerson", también ingresada en el instituto días atrás.
Por desgracia Li no iba a su misma clase, iba a una división diferente. Ella era "B", y él "A". Por parte eso era mejor, no tener que verlo todas las mañanas de su larga estadía en Japón.
¿Por qué ese país?... ella no lo sabía, si por asuntos mágicos pero... ¿qué asuntos mágicos?
Sentía grandes deseos de conocer Tokio, tal vez andar por en centro, conocer tiendas de ropa, tomar un helado... ¿pero desde cuando pensaba esas barbaridades?, ha de ser un extraño virus en su piel. Pero no se dejaría engañar, no haría esa clase de cosas que no estaban a su nivel. Ella era superior y no haría cosas inútiles con su misión.
Se fija en la puerta por décima vez, no habían señales de que el profesor apareciera.
Da una mirada rápida al salón: todos sus compañeros parados y platicando amigablemente.
De solo verlos le daba asco, ¿cómo podían llevarse tan bien todos con todos?... eso no era posible a su parecer.
- Que inmaduros pueden llegar a ser ellos – pronunció en voz baja para no ser llegada a oír, pero se había equivocado.
Strangerson se volteó hacia ella con rencor, mira alrededor suyo y se da cuenta de lo razonables que sonaban sus palabras en esa situación. Hombres coqueteando con las chicas, chicas paradas y sin importarles nada gritaban hacia todos lados. Parecía una fiesta infantil, un jardín de niños, bebés en mal estado.
- Tiene razón – pensó volviendo a su vacío Michael, mirando su cuaderno de apuntes y escribiendo algo en él.
Ying Fa vuelve a ver a su alrededor y volver a pronunciar con voz arisca – ¡Que curso más estúpido!
- Estoy de acuerdo – contesta sin darse cuenta Michael, escribiendo en su cuaderno tranquilamente.
- ¡Y mira los zapatos de él!, ¡están fuera de moda! – repitió Ying Fa sin haberse percatado de la voz de su acompañante.
- Hay gente que es simplemente tonta para elegir bien – contestó rápidamente Michael – O es boba o no tienen cerebro.
Después de unos segundos de reflexión, las dos contestan a coro – Las dos cosas.
Ying Fa para en su parlamento y Michael se voltea. Se ven fijamente a la cara de la otra, sienten algo extraño al verse a los ojos. Ying Fa es la primera en hablar.
- Soy Ying Hua, ¿vos?
- Michael – contesta sin vacilar.
- Mucho gusto – dicen las dos al mismo tiempo, dándose la mano.
Algo bueno había surgido de esa extraña situación.
Tan extraña como la extraña amistad que se había formado entre ambas.
Ya no era un alma sola en el mundo, sino dos. Dos chicas solas, desterradas de la sociedad en que vivían por pensar diferente a los demás.
¿Qué pasaría más adelante con ellas dos?... nadie lo sabía.
¿Qué pasaría con esa extraña amistad que había comenzado en un salón en caos?, sobreviviría por un largo tiempo.
Las dos se llevaban demasiado bien al parecer. Odiaban a todos por ser tal alegres, algo común que las uniría por un largo tiempo.
Michael ya no se sentiría sola, y Ying Fa encontraría por fin lo que tanto había buscado: una amiga con quien hablar.
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- Ya llegue – gritó al entrar en la gran residencia.
Se saca los zapatos y los deja a un lado, camina hacia la sala y tira el portafolios en el sofá rojo. Se saca la corbata con cansancio, y comienza a caminar hacia la cocina. Salía de ella un suculento aroma a comida.
- ¿Estás cocinando Eriol? – preguntó desinteresada Kaori deteniéndose a pasos de la cocina, e ingresando al baño - ¿A qué hora llegaste? – vuelve a preguntas, pero nadie le responde - ¿Me estás escuchando? – sale del baño ya cambiada. No llevaba puesto el uniforme de la preparatoria Seiyo, sino una remera azul grisáceo y pantalón de vestir - ¿Eriol? – entra a la cocina para encontrarse con una gran sorpresa.
- ¡¡SORPRESA!! – gritaba Nakuru con desesperación, abrazando a su joven amiga mientras lloraba - ¡¡No sabes cuánto te extrañe amiguita!!
- ¿Pero... cómo? – preguntó Kaori recibiendo el abrazo de su amiga, entre contenta y sorprendida - ¿Nakuru? – la chica se separa de ella - ¿Por qué no me avisaste?
- ¿No estás contenta de verme? – haciendo una mueca infantil que tuvo el milagro de hacer reír a su amiga - ¿Ahora te ríes de mi?
- ¡¡No, no, no!! – decía a duras penas por la risa causada ante su amiga del alma – Es solo que... no esperaba esto – tranquilizándose un poco y viéndola fijamente – estás más alegre que de costumbre.
- ¡¡Siiiiii!! – gritó de felicidad volviéndola a abrazar con más fuerza que antes - ¡¡Y no sabes cuánto!!
- Na... ku... ru – susurró casi sin fuerzas ya por el abrazo dado.
- ¿Qué pasa? – preguntó abriendo los ojos pero no soltándose de ella.
- Aire...
- ¡Ay! – la soltó viendo como su amiga se tiraba al suelo y empezaba a respirar agitadamente - ¡Otra vez! – recordando cuando fue a abrazar a Eriol el día de la despedida - ¡Perdóname Nyria!
- Esta bien – toma una bocanada de aire – Solo, no lo repitas más.
- A ver – se agacha para tomarla de un brazo – Déjame ayudarte – la levanta lentamente - ¡Lo siento tanto!
- No pasa nada – cambiando de tema, tratando de alegrar a la guardiana - ¿Y a qué se debe tu alegría? – notando un brillo especial en sus ojos, además de su mirada picaresca – Dedujendo esto, seguramente se trata de un hombre – sonriendo de la misma forma que Akizuki.
- ¡Y no sabes como! – uniendo sus manos con las de ella, caminan hacia el sofá para hablar - ¿Te acuerdas del chico del que te hablé?
- ¿Cuál de todos? – pregunta inocentemente, ya sabiendo la experiencia de su amiga en conocimiento a "hombres".
- ¡¿Cómo cuál de todos?! – grita exasperada, moviendo las manos de un lugar a otro - ¡El amor de mi vida!
- ¡Ah!, ¡ya sé! – pensando el nombre de esa persona – Espera, ¡no me digas!... yo me acordaba... era... – dudando en contestar - ¿Ken?
- ¡Claro que no! – gritando con furia - ¡Es Kinomoto!
- ¡Ah!, ¡claro! – viendo a su amiga con alegría - ¡Touya Kinomoto!
- ¡Shhh! – haciéndola callar – Habla más bajo – señalando la puerta que tenían a pocos metros de distancia – Están en casa.
- ¿Aquí? – extrañándose de la amabilidad de la guardiana - ¿Por qué aquí? – ocurriéndosele una catástrofe - ¿Eriol sabe de esto?
Nakuru sonríe amigablemente, mientras una gota se formaba en su frente.
- No.
- Ya llegue – se escucha la voz de Eriol entrar a la casa.
Las dos mujeres se quedar paralizadas.
- ¡Es Eriol! – contesta la más joven en voz baja.
- ¿Qué haremos ahora? – pregunta Nakuru con nerviosismo.
- ¡Nakuru! – dice Eriol Entrando a la sala – Que bueno que llegaste – viendo el rostro de su guardiana y luego el de su amiga - ¿Tienen algo que decirme?
La gota de las dos mujeres creció, al igual que su nerviosismo al ver quién le contaba primero la gran noticia a Eriol.
¿Quién se lo diría?
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- ¿Así que tu eres de Francia?
- Si – contesta serenamente Michael, viendo a la chica sentarse a su lado.
La campana del receso había tocado momentos antes, pero ellas no corrieron como los demás para salir "rumbo a la libertad", tenían cosas más importantes que hacer a su parecer.
- Ah – dijo descansando Ying Fa, pensando en que decir.
- ¿Vos?
- ¿Yo qué?
- Que de donde eres.
- ¡Ah! – acomodándose en el suelo – Soy de Hong Kong.
- ¿Hong Kong? – viendo la cara tranquila de su "amiga" – No pareces de Hong Kong, en lo que a mi concierne.
- ¿Ah no? – viendo los ojos azules de Strangerson – Tu eres mas oriental que francesa, creo.
Michael se voltea y cierra los ojos, reflexionando lo dicho.
- ¿Estoy en lo cierto? – pregunta nuevamente Ying Fa, intrigada al saber el pasado de su amiga.
- No – mintió abriendo los ojos – Mis padres eran orientales, pero yo me crié en Francia.
- Sabes mucho japonés.
- Estudié – contestó rápidamente – Mi trabajo me lo exige.
- Claro – volviendo a cerrar los ojos – El trabajo... Dime.
- ¿Qué?
- ¿Cómo es la vida en Francia?
- Igual que en todos los lugares – respondió – Amarga... Caza antes de ser cazado, esa es la ley.
- En eso te doy la razón – suspirando – Desde niña lo sé.
- ¿Por qué? – pensando en como preguntar - ¿Cuál fue tu experiencia?
- Quedarme sin padres – dijo amargamente – Ni sé como son, bueno... – pensando en su tesoro personal – masomenos.
- ¿Cómo masomenos?
- Creo que sé como era mi madre – rectificando sus palabras – Creo.
- ¿No te acuerdas de ellos?
- No – suspiró tristemente – Tuve un accidente, sufro de amnesia.
- Que feo.
- Ni sabes cuanto – viendo de reojo a Michael – Eres la primera amiga que tengo hace tiempo.
- Tu también lo eres – dando una pequeña sonrisa - ¡Valla!
- ¿Qué pasa?
- ¡Hace tiempo que no sonreía! – aún con la sonrisa en su cara.
- Yo ya casi pierdo mi sonrisa – dando una sonrisa triste, parecería más una mueca que sonrisa - ¿Tienes padres?
- No – contesta secamente, borrando su sonrisa de su rostro.
- Bueno... ¿familia?
- Menos – responde asqueada.
- Así que no tienes nada – viendo las nubes ir de un lado al otro - ¿Crees en el destino?
- No lo sé.
- Deberías – cierra los ojos, imágenes de la muerte de su prima aparecen en su memoria – El destino... es lo que hace a las personas conocerse – mira a Michael, esta le devuelve la mirada – por ejemplo, nosotros estábamos destinadas a conocernos – dando una pequeña sonrisa – Pero el destino no trabaja solo. Tu creas tu destino, y es tu trabajo el decidir si quieres o no hacerle caso.
- Sabes mucho sobre esto.
- Si... – pensando para si – Es porque he sufrido bastante con el...
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- Volvi – gritó entrando al apartamento Ying Fa. Se saca los zapatos en la entrada, dejándolos a un lado. Camina despacio hacia la cocina, buscando algo para tomar, aún recordaba las recomendaciones que le había dicho Michael, pero a ella no le servían. Nunca engordaba con nada – Será cuestión de genética – se contesta sacando del refrigerador una jarra de jugo hecho en la mañana. Vierte un poco de su contenido en un vaso de vidrio, la devuelve a su lugar y sale de la cocina con el vaso en su mano.
Va hacia su habitación y deja allí el maletín y el vaso en una mesita, se cambia rápidamente y sale de allí aún con el jugo intacto.
- ¿Dónde estará? – se preguntó abriendo la puerta de cada habitación, pero sin rastro de Li – Quiero molestar a alguien – pensó con una pequeña sonrisa pícara.
Siguió caminando, pero no encontró nada por más que buscaba... ¿dónde estaría Li?
Pero... ¿por qué le importaba dónde estaba?, después de todo era su enemigo, ¿no?... ¿o es que acaso ella estaba equivocada?
- Solo quiero molestarlo – se repitió en su cabeza – No me importa lo que haga y con quién esté – dijo insegura de sus palabras - ¿Por qué me tendría que importar, sino?
Se detiene en la cocina, toma el jugo rápidamente y lava el vaso. Se queda pensando todo lo sucedido en ese último periodo. No siente el ruido de la puerta el abrirse y cerrarse suavemente, no siente los pasos caminando hacia su pieza, pero deteniéndose al ver su figura quieta en la cocina. Pero lo que si siente es la mano apoyarse en su hombro, lo que despertó sus sentidos, el miedo y el nerviosismo al mismo tiempo.
- ¡¡Ahhhhhhhh!! – grita asustada dándose la vuelta con los ojos cerrados y tratando de golpear a su asaltante con su puño, pero este tranquilamente esquiva el golpe y toma su mano para que dejara de moverse.
- ¡Tranquilízate! – dijo en voz alta Li forcejeando con ella – Soy yo, Li.
Abre los ojos lentamente, observando el rostro de Li a pocos centímetros del suyo.
- ¡Me asustaste! – gritó furiosa Ying Fa, tratando de golpearle en fallidos intentos - ¿No tienes un poco de consideración aunque sea conmigo?
- He tratado con mujeres toda mi vida – contesta tranquilamente – Sé como tratarlas.
- ¿Entonces? – pregunta mirándolo con nerviosismo.
- Toma – le da una rosa blanca, que ella recibe sin entender el por qué. Pero no pregunta, queda encantada con la rosa – Espero me perdones – caminando hacia su habitación, viendo la cara de sorpresa de Ying Fa – Son tan predecibles – piensa con fastidio, abriendo la puerta de su habitación – Una chica me la regaló, creo que le servirá más a ella que a mi – entra a la habitación y cierra la puerta.
Ying Fa queda en la cocina, sosteniendo la rosa en su mano. Una sonrisa maligna aparece en su cara.
- Se cree que soy tonta, ¿eh? – caminando hacia el tacho de basura – Pero le demostraré que soy más lista que él – tirando la rosa en el tacho - ¿Con qué así es como cree que somos?, ¿mujeres tontas e inservibles?, ya verá – eligiendo distintos productos para cocinar – Ya veremos como estará tu comida, querido Li – tomando una bolsa de fideos y demás ingredientes, toma la sal por un lado y el azúcar y pimienta por otra - ¡Que decisión!, ¿dulce, salado o picante querrás tus fideos? – con una sonrisa pícara – Intentemos con todos....... y cuando esté listo tu plato, ¡a comer!
Notas de la Autora: A buena hora he decidido actualizar, no?, pero no tienen por qué quejarse, ahora soy más rápida que antes ;)
El final cada día se acerca más... ¿quién lo iba a decir?, estoy melancólica pero pensando en las posibilidades de retirarme... ¡¡¡¡¡NO!!!!!!, me van a tener por un buen tiempo aquí, así que prepárense para las torturas de Meli XD
Sé que estoy dejando de lado a los otros fics, pero trato de acentuarme más en este porque es al que le falta menos (y no se imaginan cuanto). ¿Qué cuántos capítulos de falta?, tal vez 5 o 6,... tal vez siete o tal vez más. Todo depende.
Cuídense y déjenme un review.
Kaoru Kinomoto
