CAPÍTULO 1: LO QUE TE CANSA

El sol que se colaba a través de los amplios ventanales lo despertó. Miro el reloj y vio que eran las siete de la mañana.

Con mucha pereza movió el brazo que le rodeaba la cintura y se sentó en la cama. Después de ponerse los boxers que aquella noche ella había tirado por el suelo, encendió un cigarrillo del paquete de Malboro que descansaba sobre la mesilla, al lado de su pequeño Nokia.

Enseguida el humo del tabaco se mezcló con el olor a whisky de la habitación, haciendo la combinación de nicotina y alcohol un poco insoportable.

Cuando se iba a levantar, dos brazos le agarraron de la cintura. Él rodó sus ojos: ella se había despertado.

- No deberías fumar tanto – dijo ella cariñosamente apoyando su torso desnudo y su cara en la espalda de él, apretando más el abrazo.

- Mimi, ya tengo un médico, no necesito otro – dijo él fríamente mientras cogía las manos de ella y las separaba de su cintura para poderse levantar.

- Perdona por preocuparme por ti – dijo ella enfadada mientras veía cómo él la rechazaba y se levantaba. Ella se apoyo sobre un codo sin ocultar con las sábanas de seda las curvas de su cuerpo ni sus pechos. Él la había visto desnuda muchísimas veces, y sin ir más lejos aquella noche había recorrido su cuerpo con su boca y sus manos. Ya no era tiempo de tener vergüenza. Echando su cabello hacia atrás con su mano libre, añadió – Es lo que suelen hacer la parejas, preocuparse el uno por el otro.

- Eso cuéntaselo a la prensa, seguro que les encantará – dijo él sarcásticamente. Ella frunció el ceño pero no contestó nada. Él ya se estaba cansando de aquella pantomima montada para hacer publicidad: ella, una de las modelos más cotizadas de las pasarelas, y él, líder, vocalista y bajista de una de las bandas más famosas del mundo; en pocas palabras, la pareja perfecta. Lo malo es que ella pensaba que era cierto. Al principio empezó como un montaje, pero para ella había evolucionado de sexo a, posiblemente, amor, mientras que para él se había quedado en la etapa de sexo. Cada noche era lo mismo: ella venía a su mansión, bebían, empezaban los coqueteos y los flirteos, y al final acaban desnudos en la cama, la piscina, el jacuzzi... o cualquier sitio lo suficientemente excitante para hacerlo. Pero él podía tener sexo siempre que quisiese con cualquier otra mujer, bien pagando, o bien sin necesidad de hacerlo. Muchas mujeres se prestarían gustosas a pasar una noche con él sin cobrar nada.

Él dio la última calada a su cigarrillo y lo aplastó contra el cenicero para apagarlo. Luego, dirigiéndose al baño la dijo:

- Me voy a duchar. Sería mejor que te fueras a casa. A las diez tienes la reunión con tu manager y con los directivos de aquella empresa.

- ¿Me estás echando de tu casa? – preguntó ella enfadada mirando hacia la puerta donde su amante había desaparecido hacía unos instantes.

- Sólo digo que si vas a hacer de modelo para su nueva colección, lo más lógico es que llegues puntual. Nunca has trabajado con ellos, deberías dar una buena imagen – argumentó él mientras se lavaba la cara con agua para despejarse. Aunque la verdad es que estaba intentando que, cuando él terminase de ducharse, ella ya no estuviese.

- Entonces, ¿cómo me lo tomo? ¿Como que te preocupas por mí o como que quieres que me vaya? – dijo ella apoyando su cuerpo desnudo en el marco de la puerta del baño. Él lo recorrió con los ojos, demorándose, sobre todo, en sus pechos. Era un cuerpo perfecto, de hecho el más perfecto de los numerosos que había visto y probado, pero él conocía su juego. Ella esperaba, presentándose desnuda delante de él, que reanudaran en la ducha lo que habían estado haciendo aquella noche. Luego la miró a los ojos y dijo:

- Tómatelo como te dé la gana – y con eso cerró la puerta del baño, dejando a una perpleja Mimi delante de un gran trozo de madera blanca.

Notas de la autora: He decidido comenzar un nuevo fic, aunque no tengo muchas expectativas en él. No sé ni siquiera cómo lo voy a desarrollar, pero bueno, ahí queda. Ya sé que el capítulo es demasiado corto, pero es que con los exámenes no tengo exactamente muchas ganas de escribir. De todos modos, dejadme vuestros reviews diciéndome qué os parece, please.

Por fin terminé ayer el libro de "Harry Potter and the Order of the Phoenix". ¡Qué gran libro! Sinceramente, la espera ha merecido la pena (es que han sido tres años), aunque claro, ahora tengo ganas de más.

Bueno, me despido. Hasta la próxima.