CAPÍTULO 2: DECISI"N

Había aparcado su deportivo negro cerca del pub. A pesar de que era casi de noche, se había puesto la gorra de baseball y las gafas de sol para evitar ser reconocido.

Mientras caminaba hacia el pub encendió un cigarrillo. Fue con paso lento hacia el lugar echando un vistazo a las personas que pasaban a su lado. Tanta gente conocía su cara y él, posiblemente, no recordaría mañana las que acababa de ver.

Agarró la puerta de madera y tiró de ella. El lugar tenía el aire de los pubs irlandeses, aunque era más pequeño y oscuro; sólo la barra estaba iluminada por unas tenues luces.

Miró a su alrededor y pudo distinguir a Miaro, el batería de su banda, y a Naoki, el dueño del local, sentados en una de las mesas altas tomando unas pintas de cerveza.

- ¿Qué hacéis? – saludó posando las gafas y la gorra encima de la mesa de madera.

- Compadecerme de mí mismo – contestó Miaro con un deje de pesadumbre. El rubio levantó las cejas pero no dijo nada, sino que se limitó a dar una calada al cigarro mientras esperaba una explicación.

- Saori le ha dejado – aclaró Naoki sabiendo lo que estaba pensando - ¿Qué quieres que te ponga Matt?

- Una cerveza de trigo, por favor – pidió el rubio. Naoki asintió y se dirigió hacia la barra. Matt volvió a dar otra calada mientras observaba a su amigo. Saori era otra cantante de j-pop que había llegado a la fama no por su talento, sino por su cara bonita, su cuerpo, su forma de moverlo, y una estúpida canción pegadiza, donde se repetía el estribillo cada dos líneas, y a la que le acompañaba un baile igual de estúpido. Miaro la había conocido en una fiesta y el que empezaran a salir la había ayudado aún más. Lo malo es que él se había enamorado y eso, era algo que nunca debía hacerse. Para Matt, el amor verdadero no existía o en todo caso equivalía a los beneficios que podías obtener y cómo de llena estaba tu cuenta bancaria – ¿Por qué?

Fue una pregunta corta, directa y formulada sin ningún interés. Miaro levantó la cabeza y posó sus ojos en los de su amigo. Éste le sostuvo la mirada con un deje de aburrimiento, mientras volvía a posar el cigarro en sus labios. La llegada de Naoki con la cerveza de Matt rompió el contacto visual. Miaro volvió a bajar la cabeza hacia su cerveza mientras que con un suspiro contestaba:

- Me ha dejado por Teru Tanaka, el vocalista de Mizu.

"Otro grupo estúpido" pensó el rubio aunque no lo dijo en alto, sino que simplemente apagó su cigarrillo en un cenicero y dio un sorbo a su cerveza.

- La quería muchísimo. Incluso le había comprado esto – prosiguió el muchacho a la vez que sacaba del bolsillo una cajita de terciopelo negro. Naoki y Matt se miraron un poco sorprendidos aunque siguieron sin abrir la boca – Iba a proponerle que se casara conmigo.

Miaro miró primero a Naoki, quien apartó la vista, y luego a Matt, del que sólo recibió un simple "Hmmm" a la vez que volvía a su cerveza.

- Por lo menos podrías decir algo más inteligente que un "hmmm" – le recriminó el muchacho.

- Oye Miaro, ya sabes lo que opino de esa bobada del amor... – dijo vacilando si continuar – y de Saori.

- Ya sé que tienes un corazón de piedra y todo eso, y que no te cae muy bien Saori, pero podías darme algún consuelo.

Naoki le dirigió a Matt una mirada de advertencia que éste ignoró por completo.

- Vale. Es lo mejor que te ha podido pasar – contestó simplemente a la vez que bebía otro sorbo de cerveza. Naoki se llevó una mano a la frente ante el poco tacto de su amigo.

- ¿Cómo?

- Bueno ya sabes, Saori es una especie de Courtney Love[1] y nosotros no querríamos que tú acabaras como Kurt Cobain[2] – explicó el rubio e inmediatamente cambió de tema – Mira, una canción suya. Load up on guns and bring your friends It's fun to lose and to pretend... – empezó a tararear la letra de la canción que acababa de comenzar. Al captar la mirada de desaprobación de Naoki, dijo - ¿Qué? Es lo que todos pensamos, yo simplemente me limito a decirlo.

- Voy al baño un momento – dijo Miaro levantándose de la mesa.

- Espero que no se suicide – comentó por lo bajo el rubio.

- Mira que eres burro – dijo Naoki levantándose para atender a unos clientes que acababan de entrar. Matt se encogió de hombros y siguió cantando por lo bajo: With the lights out it's less dangerous here we are now entertain us I feel stupid and contagious…[3]

Cuando Miaro regresó, Matt estaba sentado solo en la mesa revisando los mensajes de su móvil. El muchacho se sentó al lado de su amigo y permanecieron un rato en silencio, cada uno pensando en sus cosas. Al ver que Naoki no regresaba, Miaro rompió el silencio que se le estaba haciendo insoportable.

- ¿De verdad es eso lo que todos pensáis?

Matt ni se inmutó y siguió mirando los mensajes que tenía. Cuando Miaro pensaba que ya no le iba a contestar, el rubio se volvió y miró a su amigo a los ojos.

- Te aseguro que ha sido para mejor – dijo Matt con sinceridad. Su amigo le miró confundido y el muchacho tomó un poco de aire, ya era hora de que fuera sabiendo la verdad – Digamos que últimamente, tú no eras el único que le calentaba la cama.

Inmediatamente de haberlo dicho, se arrepintió de ello. Miaro era el bromista del grupo y casi siempre tenía una sonrisa en su cara, pero la expresión de desolación que puso su amigo en ese momento, era algo que nunca había visto.

- Oye, oye, venga que no es para tanto – dijo Matt dándole unas palmadas en la espalda a Miaro para intentar arreglarlo. En ese momento llegaron los otros dos integrantes del grupo, Aki y Takashi. Matt nunca estuvo más agradecido.

- ¿De quién es el funeral? – preguntó Takashi a la vez que se sentaba.

- Saori le ha dejado – aclaró Matt. Takashi y Aki se miraron aunque no dijeron nada.

- ¡Vosotros también lo sabíais! – dijo Miaro con asombro.

- ¿El qué? ¿Qué te había dejado? Que va, nosotros no... – intentó decir Aki.

- ¡No! – le cortó Miaro – Que llevaba bastante tiempo engañándome.

Aki y Takashi se volvieron a mirar sin decir nada.

- No puedo creer que no me dijerais nada – acusó Miaro a sus tres amigos.

- Voy a por tabaco – dijo Matt escabulléndose hacia la máquina, ante la asombrada mirada de los recién llegados.

- Yo voy a pedirle un par de cervezas a Naoki – dijo Takashi dejando a un, todavía más perplejo, Aki en la mesa.

- Ni se te ocurra largarte Aki – le amenazó Miaro – Explícamelo. ¿Desde cuándo lo sabéis?

- Bueno, la verdad... – empezó a decir Aki pero ante la mirada de su amigo continuó rápidamente – desde hace unos cuantos meses.

- ¿Qué quiere decir exactamente "unos cuantos meses"? – preguntó con recelo Miaro.

- ¿Doce? – respondió Aki con una sonrisa dudosa que desapareció enseguida.

- Venga Miaro – dijo Matt sentándose otra vez y abriendo su nuevo paquete de Malboro – no es para tanto. Olvídate de ella.

-  Matt tiene razón Miaro – dijo Takashi entregándole una cerveza a Aki y sentándose con la suya – Nos iremos de vacaciones y te buscaremos una chica.

- Una buena chica – puntualizó Aki.

- Exacto. Y además extranjera. Las japonesas son muy crueles – bromeó Matt y todos, incluso Miaro, rieron.

- ¿Sabéis qué? Tenéis razón. Que se quede con su Tanaka, yo no la necesitó – dijo de repente Miaro. Matt sonrió por lo rápido que había cambiado de opinión su amigo.

- ¡Así se habla Miaro! – dijo Takashi que alzó su jarra de cerveza y la chocó con las de sus amigos. Tras un momento de silencio se atrevió a preguntar – ¿Tanaka?

- Teru Tanaka, el de Mizu – aclaró Matt.

- Tío, si que tenías que ser malo – se burló Aki. Miaro le lanzó una mirada asesina y le tiró el posavasos, mientras sus amigos reían. Enseguida se les unió Naoki y siguieron bromeando durante un rato hasta que empezaron a hablar de temas un poco más serios. Naoki se levantaba de vez en cuando para atender a los clientes que entraban o se iban y después regresaba a la mesa.

- Chicos, ¿a veces no habéis tenido otro sueño aparte de la banda? – preguntó de repente Miaro a sus amigos. Éstos le miraron un poco sorprendidos y el muchacho inmediatamente se dispuso a explicarse – Por ejemplo, tú, Matt. – dijo volviéndose hacia su amigo quien le miraba con las cejas levantadas – Estás haciendo una carrera, ¿no te gustaría terminarla sin las presiones de la banda? Además, siempre has dicho que te gustaría recorrer mundo.

- Ya hemos recorrido mundo. La semana pasada estuvimos en Nueva York por una simple entrevista ¿recuerdas? – preguntó el rubio como si fuera la cosa más obvia del mundo.

- No es eso a lo que me refiero Matt. Olvidadlo.

Matt le miró un momento y finalmente se sinceró.

- No te negaré que sería mucho más fácil si no tuviera que estar tan pendiente de la banda, pero me las puedo arreglar.

- Miaro tiene razón, Matt – dijo Aki de repente – Todos somos más mayores que tú y ya hemos acabado nuestras carreras, bueno menos Takashi – dijo con sorna el muchacho a la vez que su amigo le sacaba la lengua – Tal vez sea hora de que nos tomemos un descanso.

Nadie dijo nada y permanecieron en silencio mientras acababan sus cervezas. Una vez terminada la suya, Matt cogió su gorra y sus gafas y se dirigió a la barra a pagar la consumición. Luego salió del pub sin despedirse de sus compañeros y se dirigió a su coche.

Odiaba que le trataran como a un crío por el simple hecho de ser unos años más joven que ellos. Estuvo varias horas dando vueltas en su coche sin decidirse a volver a casa. Conducir le ayudaba a pensar y el aire que entraba por la ventanilla le refrescaba las ideas. De repente, frenó el coche y dio la vuelta. Había tomado una decisión.

Cuando llegó a su destino vio que, a pesar de ser bastante tarde, había mucha gente. Sacó su móvil y marcó el número de Miaro. Tras varios tonos, su amigo cogió el teléfono.

- ¡Matt! – exclamó Miaro – Oye sentimos haber...

- Me voy – le cortó el rubio.

- ¿Cómo?

- Que me voy – volvió a repetir el muchacho.

- Oye Matt, no te oigo bien, ¿dónde estás? – preguntó Miaro al oír varias voces de fondo.

- En el aeropuerto – contestó Matt – He estado pensando en lo que me dijisteis y he decidido que me voy.

Miaro, Aki y Takashi se habían arremolinado alrededor del móvil del primero para oír lo que tenía que decir el vocalista de su grupo, pero ni mucho menos se esperaban aquello.

- ¿Y adónde piensas ir listillo? – le preguntó Aki un poco enfadado.

- Pues no sé. Cogeré el primer vuelo que salga.

- Venga ya Matt, deja de bromear, no tiene ninguna gracia. Cómo vas a... – empezó a decir de nuevo Miaro pero otra vez fue cortado por Matt.

- A Londres, sale dentro de quince minutos y seguro que hay plazas libres – dijo el rubio mirando a la pantalla que anunciaba los vuelos.

- No seas capullo Yamato – pocas veces Aki utiliza el verdadero nombre del rubio y eso era cuando estaba muy enfadado – ¿Para qué te vas a largar?

- Tú mismo lo dijiste Aki. Tal vez deberíamos tomarnos un descanso y así yo podré concentrarme en mi carrera pero en otro país.

- ¡Ya se lo que dije! Pero no puedes decidirlo así, de pronto, sin preparar nada – intentó convencer Aki.

- Ya lo haré allí. Tengo aquí todo lo que necesito, el pasaporte, dinero y mi guitarra. Ya me las arreglaré cuando llegue.

- ¡Takashi dile algo! – oyó Matt decir a Aki, lo que le produjo una sonrisa. Takashi por su parte se había quedado mudo y ante el apremio de su amigo dijo:

- ¿Qué quieres que le diga si es un cabezota? – y luego añadió vacilando ante la reacción que pudiera tener su amigo – Además, a mí me parece una buena idea.

Aki abrió los ojos como platos y Matt aumentó aún más su sonrisa.

- ¿Miaro? – pidió ayuda Aki a su otro amigo. Y al ver que su otro amigo no contestaba continuó – No me digas que a ti también te parece una buena idea.

- Bueno, que quieres que te diga Aki, si él quiere hacerlo, que lo haga – contestó un poco temeroso Miaro mientras que Aki se quedaba sin palabras.

- Gracias chicos, sois los mejores – dijo Matt a través del teléfono.

- De acuerdo, ¡haz lo que te dé la gana! – se dio por vencido Aki.

- Tranquilos, os llamaré cuando haya llegado – dijo riendo el muchacho que colgó el móvil y se dirigió a sacar su billete. Cinco minutos después caminaba por la puerta de embarque hacia el avión.

No miró ni un solo momento hacia lo que dejaba atrás. Lo que tenía delante era mucho más emocionante.

Notas de la autora: Siento muchísimo la tardanza (es que han sido más de siete meses) pero aquí os  dejo el segundo capítulo. Muchísimas gracias a la gente que dejó su review en el primer capítulo. Espero que me digáis que os aparecido esté. Y de nuevo lo siento muchísimo.

[1] Courtney Love: La mujer de Kurt Cobain. No voy a despotricar sobre ella por si alguien la tiene en consideración.

[2] Kurt Cobain: Cantante de Nirvana. Por desgracia, el 5 de abril de 1994, Kurt Cobain se quitó la vida. El 8 de abril, su cadáver fue hallado en su casa, con la cabeza destrozada por un disparo de escopeta. La versión oficial habla de suicidio, pero muchos rumores, libros biográficos e incluso películas documentales hablan de asesinato, implicando directamente a su viuda, Courtney Love, como sospechosa.

[3] Son las letras de la canción de Nirvana Smells like Teen Spirit