Empezaré diciéndoles que este no es el chap completo. Es la mitad. Es que no he podido terminar de escribir y prefiero dejar ahora a la mitad que escribir otras 50 pp. ¿Qué les parece?
Bueno contesto rrs.
Ale: Si me ha dolido toda la semana. Es probable que sea porque estoy enferma y otras razones. Por supuesto que quedo largito es que primero lo había leído por partes pero largo si estaba. Y bueno a mi ese chap me gusto mucho. Y bueno aquí esta el 13.
Maris: Pues no me quejo. Si tal vez sea así. Peor tengo un amigo que es bueno casi la ironía personificada. Oye perdón por lo del otro día quería matar a la compu Para cuando logre meterme ya no estabas :´( Bueno este no es de dos párrafos pero es mas chico que bueno que te gusto. Pues ese Fénix tiene muchas cosas que hacer todavía en este ff ya verás. Aun no se que compro pero te enteras en este chap. No te diré si acertaste en lo de la foto porque sería revelar a cualquiera si esa no es o si es la verdad. Ya verás la física no es tan complicada. Si es Flamel por supuesto. Gracias por el rr.
Alicia: Es divertido leer chaps largos. ¿Te gusta la pareja S/E? Al principio del ff me pareció algo extraña pero me parece que quedan perfectos. Sin estuvo bien que se enfrentaran, la visita a Hogsmade me preocupaba no sabía si la había explicado bien. Isabel es uno de mis personajes favoritos lo vemos de nuevo por este chap y no falta tanto para enterarnos sobre ella. Puede ser que si, pero mas que otro personaje intento que sea un Peter sin culpas, al final el no ha traicionado a nadie puede ser en estos momentos buen amigo ya cuando sea la traición entonces ponemos avisos de MUERTE. Que bueno que te caiga bien Narcisa a quien vemos también. Y si le gusta Snape. Es que a mi en gusta la pareja S/N ¿a ti no? Me guata mas que N/L. Empiezas la U guau yo apenas estoy entrando a la secundaria (si no sabes lo que es luego te explico) y me faltan muchos años. Pero bueno tuve algunos problemas esta semana empezando por falta de inspiración y terminando por flojera crónica.
HG: Que bueno que te ha gustado y que pienses que me quedo bien creo que si realmente es uno de los mejores chaps que he escrito. A mi me gusta mas la pareja S/E pero lo que quería era revolver a todas esas personas que me lee (aja muchas) y veo que lo conseguí. Bueno más adelante te explicaré todo. Si pero más que triste está como pensativa y si el discurso me gusto al principio tenía problemas pero no tarde mucho en poder escribirlo a mi gusto. Aquí está el chap.
Honguito: Interesante nick el tuyo. ¿Por qué es? Que bueno que te guste el ff. ¿Por qué te daba flojera empezarlo a leer? ¿Y porque te enganchaste? Es que realmente me gustaría saber. Pues veremos si sigue tan bueno y bien pues… gracias por el rr y por la inspiración ojala me ayude.
Eso es todo.
Antes quiero decirles que nada de lo que reconozcan es mío.
Ambas partes de este capitulo están dedicadas a mi gemela Maris. Que me dio la idea de ver a Blanc en un safari.
Espero que disfruten lo poco de aquí. No tenía nada más escrito pero me apuraré en fin de semana para que el miércoles o el jueves pueda subir la siguiente parte.
El chap tiene 17pp así que disfruten.
~*~
Capitulo trece.
La búsqueda de animales
I parte
Ojala fuera posible que te olvidara.
Ojala fuera posible que ya no te amara.
Ojala fuera posible que todo acabara.
Olía a arcilla mojada. A su alrededor la tierra lloraba. Las gruesas gotas caían y se estampaban contra el suelo. El viento silbaba y la lluvia le ayudaba en su canto. Los grandes árboles crecían a ambos lados del camino que bajaba hacia Hogsmade. Sólo en ese lugar donde, si te adentrabas en los árboles, llegarías al bosque prohibido había árboles tan altos. Sólo en ese lugar se veían los árboles.
Golpeaban las ventanas. Las gotas se deslizaban y rodaban. Miraba el paisaje. La lluvia la reconfortaba. Noviembre había llegado. Dos días habían pasado desde Halloween. Se sentía sola. Abrió la ventana y dejo entrar el viento helado y húmedo. Sintió la brisa que le rodeaba y la calmaba. Cerró sus ojos. Algunas gotas eran arrastradas hacia la habitación. Suspiró.
Abrió sus ojos para encontrase con su reflejo. El espejo mágico le mostraba de cuerpo entero. Narcisa Black se miró a si misma. Sus ojos verde azuloso que estaba cristalinos. Su pálida piel. Su cabello rubio oscuro que le caía por la espalda, curvándose en la puntas, siendo lacio el resto. Vestida con el uniforme de Slytherine. Sus manos que estaban apoyadas contra su vientre, temblorosas y frías.
Una débil sonrisa cruzo sus labios. Llena de angustia. La puerta del dormitorio se abrió. Una persona paso. Narcisa lo miró reflejado en espejo.
-Hola.- dijo el chico.
-Hola Severus.- Se volteó. Su cara tenía una gran sonrisa. Camino intentando relajar su respiración. No pudo, abrazo a Snape con todas sus fuerzas. Lloraba. Las lágrimas de felicidad se combinaban con las desesperadas, las que emanaban furia y las de tristeza.
El muchacho se sorprendió pero puso sus brazos alrededor de la cintura de la chica. Un abrazo desesperado para ambos. Se necesitaban el uno al otro. Narcisa hundió su cabeza en el hombro de Severus. Mientras este lo hacía en los cabello de la chica.
-Te extrañe.- dijo suavemente.
-Yo a ti.- con un suave movimiento la chica se separó de el.- Ojala pudieras huir conmigo.- Pero Snape no pudo contestar. Narcisa lo beso. Era sólo un roce. Un roce lleno de dolor. De necesidad.
-Ojala…- repitió Severus. Narcisa lo abrazó de nuevo.
Detrás de la puerta del cuarto estaba parada Diana. Su misión era avisar si alguien se acercaba. Darles tiempo de estar juntos. Ella lo sabía. Sabía que ni Narcisa ni Severus estarían juntos algún día. Era como intentar juntar los dos polos del mundo… en fin algo imposible.
Entre abrió la puerta y miró a la pareja bailar in dejar de mirarse. Sin dejar de sonreír. La cerró. Maldijo a Malfoy. Maldijo a Ingrid… Gryffindor… si claro entonces ella también podía ser Ravenclaw. ¿Qué razón tenía el sombrero para poner a Ingrid en esa casa? ¿Qué razón tenía Lucius por fijarse en Narcisa? Pateo enfurecida el suelo. Deseo tantas cosas.
Miró como entre las nubes de lluvia salía la luna. Un cuerno algo relleno. Trataba de grabar su deseo… deseaba que Narcisa fuera feliz.
~*~
Abrió sus ojos cansada. Cansada. No la lastimaron. No la mataron. Sólo la encarcelaron. La dejaron a que recordará más a Tom. Sabía que Voldemort seguía teniendo su voz dentro de sus oídos. Que le oía. Que veía lo mismo que ella
-¿Quién eres tú?-
-¿Isabel?
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Te había soñado. Estas aquí. Estás aquí. TE AMO ISABEL.
Seco sus lágrimas. Y miró de nuevo la pared frente a ella.
-¿Cómo? ¿Me regresaste de la muerte?
-Si… me llamo Tom. Es que vi un cuadro tuyo.
-¿enserio?
-Si y me enamoré de ti. Te amo.
-Te enamoraste de la persona equivocada. – susurro Isabel a las paredes.
-Tom yo también te amo.
-Pensé que jamás te oiría decir eso. Lo he soñado tantas veces
-Pues te amo.
-Y yo a ti.
No quería llorar. Perder ante los recuerdos. Muy tarde porque la batalla estaba ganada.
-Tom
-Si
-Es niña.
-¿Qué?
-Es una niña. Tendremos una hija.
-¿es verdad?
-por supuesto. Sólo nosotros tres.
-por supuesto mi reina.
En ese entonces no entendía sus palabras.
-¿inmortal? ¿Por qué?
-Para estar toda la vida contigo.
-No necesitas ser inmortal.
-Si… tu y yo y nuestra hija siempre juntos.
-¿siempre?
-Si.
-Gracias.
Y le creyó. Creyó sus mentiras. Y lo peor. Ella seguía amando a Tom Ryddle. Estaba segura de que Tom le amaba. Pero Lord Voldemort se interponía entre ellos.
-Tom ¿Qué pasa?
-¿Dónde está la niña?
-En otra parte no aquí. ¿Por qué?
-Porque la necesito
-No la usarás para tus planes. ¿QUÉ PAS"? ¿D"NDE ESTÁ TOM?
-MURI
-Tom regresa. Sólo por una vez déjame volverte a ver. Regresa y abrázame. Dime que me amas de nuevo. Deja de ser Voldemort… vuelve a mi.- dijo llorando.
Y las palabras llegaron a ese hombre de sangre fría. Que las sintió como puñaladas en el corazón. Maldijo en su cerebro tanto como pudo tener un corazón.
-Al jurar matar y no sentir debí deshacerme de ti.- dijo pensando en su corazón y en la misma Isabel. Y maldijo sentir algo por ella tanto como pudo. Maldijo sus reacuerdos y su voz. Maldijo una vez más todo. Pero no pudo maldecir a Isabel, su cabeza o su corazón… algo no se lo permitió.
~*~
Abrió sus ojos. Los cerró con fuerza para mantener las lágrimas dentro de ellos. Ahogó sus recuerdos… lo que había visto. Maldijo a su mente. Se hundió en sus rodillas. Y lanzó un suave chillido. Nadie en la habitación se movió. Nadie en la habitación dijo algo. Todo estaba en silencio.
Sabía que Lily estaba despierta. Sabía que Ingrid no estaba. Elinor dormía. Las demás… que importaban. Ella miró con enfado las cortinas de su cama.
Alessandra miró a su alrededor y abrió de golpe las cortinas. Salió corriendo. La puerta no se azotó sólo se movió de nuevo a su lugar como si nada hubiera pasado.
La respiración de Lily era tranquila. Cualquiera pensaría que dormía. Pero sus ojos estaban abiertos. Había escuchado a Ale salir. Mejor dejarla desahogarse. Miraba por un lado de su cama la ventana. La luna. Había llovido. Todavía había algunas gotas que caían. Una lluvia ligera. El cielo estaba limpio.
Pensaba. En todo aquello en lo que debía pensar. Un destello la sorprendió. La estrella que pendía de la cadena brillaba. Sonrió débilmente. Luego la sonrisa creció. Sus ojos brillaron. ¿Era posible? ¿Podría ser? ¿Él? ¿James Potter? ¿Cómo podía haberse enamorado de James Potter un chiquillo malcriado y arrogante? No, no se había enamorado de ese James Potter. Algo había cambiado. Ese chico que ella veía en sus sueños no era el mismo pedante muchacho de quince años. Había crecido, había madurado y lo había hecho por…. ¿Por qué? ¿Por qué había cambiado? ¿Por qué había acabado siendo su amigo? Amigo de su peor enemiga.
Eso era algo. Un pensamiento que se mezclaba con los demás. De alguna forma todos los pensamientos llegaban a estar conectados con ese.
Luego estaba el castigo. Por fin veía su segunda penitencia y bueno también el tercero. Blanc y Annet eran los encargados de decidir la sentencia. Y ya la había decidido. Pasarían ese fin de semana en el bosque prohibido. Se irían después de la comida del viernes y regresarían para la cena del domingo. Iban a buscar criaturas fantásticas, espeluznantes y asombrosas. Ir con Annet no parecía molestar más que a Ale. Pero todos estaba de acuerdo que viajar con Blanc era suicidio. Pero no podían hacer nada.
Luego estaba Elinor. Se veía tan feliz. Justo al día siguiente Rita había anunciado que era oficialmente la novia de Sirius Black. Las fans estaban furiosas, pero se les pasaría. Todas contaban con que su romance se terminaría tan abruptamente como había empezado e igual de rápido. Ingrid estaba muy feliz por Elinor. Pero Lily había notado que no era la misma. Tenía un extraño sexto sentido que le decía que Ingrid estaba mal. Había algo que no les decía. Algo que tenía que ver con un joven de Slytherine, con un Malfoy. Sabía también que no estaba en la habitación. Parecía ida. Había regresado de la enfermería sin poder mirar a los ojos a la pelirroja. Sin poder sonreír. Sin poder hablar con Lily. Bueno sólo habían pasado dos días. No podía pedir nada pero de alguna forma se alejaban. Ingrid ya no se sentaba a hablar de chicos ni de nada… sólo estaba en otro mundo.
Todos esos pensamientos se mezclaban con sentimientos confusos. Con preguntas sin respuestas. Abrió la cortina y miró la habitación.
Ocho camas habrían cabido sin problemas en el enorme cuarto que tenían. Sólo había seis. Todas con un buró, el baúl a sus pies y un toque personas. Hally y Ally tenían sus buros atiborrados de cosméticos, cosas para el cabello. Lily sabía que eran inteligentes y le desesperaba que tomaran esa pose de rubia tonta. Las cortinas de sus camas cambiaban todos los días a distintos colores pastel.
La cama de Elinor estaba toda arreglada. Sobre la mesita había algunos libros, la foto de su padre y alado estaba la mochila. El violín estaba debajo de la cama.
El lugar de Ingrid estaba decorado con una cortina de estrellas plateadas. Tres novelas rosa estaban sobre su mesa y un cuaderno algo amarillento. Las fotos de sus padres y hermanos. Y una mas donde aparecían el año pasado las tres chicas y los merodeadores. Doug, un amigo de la chica, se las había tomado.
Alessandra tenía sobre su buró un baso con agua, tres plumas de pavo real que subían por pared hasta tocar el techo, un libro grande y grueso estaba bajo la cama. Y el baúl se encontraba cerrado con llave.
Miró su propio lugar. El baúl estaba abierto mostrando su contenido. Sobre la mesita se veía un estuche donde descansaba la varita. Una foto donde estaban sus padres y su hermana, otra con sus amigas en el internado y una última tomada esa primavera muy parecida a la de Ingrid. "Son mis tres hogares… no puedo olvidar de donde vengo y quien soy… no importa cuanto tiempo pase" Un libro de encantamientos estaba en el suelo junto a sus pantuflas.
Abrió el cajón con cuidado y miró su interior. Había muchas cartas, sobres, plumas, envolturas de regalos y moños. Todas apiñadas en montones. " ¿Por qué guardas esa basura? No lo se…. me recuerdan cosas buenas" Tomó una carta escrita en papel azul. Miró de reojo las cartas de Hogwarts y sonrió antes de abrir el papel en sus manos.
Tenía un olor familiar para ella. Un olor que ningún ser humano es capaz de olvidar. El olor de su madre. Miró la caligrafía pequeña y un poco ladeada.
Querida Lily:
¿Cómo es la escuela? Espero que sea todo lo que imaginaste. Petunia sigue molesta pero no hagas caso, tú sabes que ella te quiere. Tu padre esta bien. Nada fuera de lo ordinario a pasado. Me asuste al ver a la lechuza entrar pero vi la carta y me alegre mucho. Espero que otro de esos búhos se pase por aquí pronto.
Te extraño, la casa no es lo mismo sin ti. Se que no vendrás para navidad y me alegra que tengas amigas. Cuídate mucho y abrígate bien. Recuerda que estas siempre en mis pensamientos y que te necesito.
Mamá.
PD: adjunta la carta de Petunia, Papá y un montón de cosas del vecindario.
Lily sonrió. Necesitaba saber que había alguien allí que se preocupaba por ella.
-También te necesito.- dijo suavemente. Guardó la carta y volvió a meterse a la cama. Y esta vez no tardo mucho en quedarse dormida.
~*~
La lluvia había dejado de caer. El cielo se había despejado. Estaba apoyada en una mesa. Sencillamente no tenía ganas de dormir.
Acabó la trenza de cabello negro que había estado haciendo y pasó sus dedos por los cristales fríos y empañados.
Si no fuera morena probablemente estaría muy pálida. Sus ojos miraban alrededor con tristeza. Ya no podía ver a Lily, no podía hablar con ella. Con Elinor aun menos. Alessandra le provocaba dolores de cabeza. Esa chica parecía saberlo todo. Saber cada detalle de su vida pero en vez de decírselo a los demás callaba y dejaba que Ingrid Mudluse cargara con el secreto.
No iba a ver a Malfoy esa noche, no era el plan, no estaba lista. Aunque no podía negar que sus pensamientos iban una y otra vez a caer en él. Tenía que volver. Todos serían más felices si se hubiera caído a un iceberg y hubiera muerto ahogado. Ahora tenían que soportarlo, había venido a complicarlo todo.
Se dejo caer apoyando su cabeza contra la vieja mesa de madera. Sus ojos miraban el techo del aula. Una de esas aulas que casi no se usan, o que no se han usado nunca.
No quería alejarse de sus amigas, lo había sido desde los once años. ¿Pero que hacer? No quería dañarlas. No quería que se enfadaran. No quería que él notara el cambio. No quería cambiar. ¿Por qué las cosas no podían seguir igual? Porque no. Sencillamente eso era imposible.
~*~
Corrió lo más rápido que pudo. Llego a la puerta del colegio y se dejo caer en los últimos escalones de la escalera principal. Sufría. Ella sufría y a él ni siquiera le importaba.
Unos pasos se acercaron. Ale subió la cabeza y se encontró con Remus Lupin que llevaba una charola llena hasta el borde de chocolates. Venía de las cocinas, algo que era lógico.
-¿Ale?- dijo sorprendido.
-Si esa soy yo.
-¿Qué haces aquí?
-Puedo hacerte la misma pregunta ¿no?
-Bueno pues necesito energía.- Remus señalo con un movimiento de cabeza la charola.
-Yo…. No podía dormir.
-Se lo que se siente. Bueno probablemente no pero ¿quieres?- se sentó junto a la chica y puso la charola en medio de los dos. –Hay de todos tipos. Los elfos saben hacer unos de los mejores chocolates.- se metió un gran trozo a la boca.
Ale le sonrió y también comió un chocolate.
-Son ricos. Me han dicho que los chocolates, los dulces en general, hacen que las penas se alejan…. Por un rato.
-Será el azúcar.
-Si pero siempre que como mucho caigo dormido en vez de tener mucha energía.
-Rápido metabolismo.- dijo Ale.
-Si no tienes que decírmelo lo se.
-Son ricos.
-Te lo dije.
-¿Era sólo para ti la bandeja?
-Si… los demás estaban jugando cartas.- un reloj sonó marcando la media noche. – Vez no es tan tarde.
-Si lo se, pero es que me desperté.
-¿pesadillas?
-Pues puedes llamarlas así.
-¿no lo son?
-No exactamente.
Silencio. La bandeja se fue vaciando poco a poco. Más gracias a Remus que a la chica.
-¿te sientes mejor?- pregunto el chico cuando el chocolate se había acabado.
-Si, gracias por acompañarme.
-Un placer ¿para que están los amigos? ¿Vamos a la sala común?
-Por tu primera pregunta pues la verdad antes no sabía para que estaban y si vamos a la sala común.
Se fueron caminando. Hablando. Un gato lo miraba desde la parte de abajo. En otras circunstancias es probable que el felino hubiera ido a buscar al conserje pero tratándose de Ale nunca se sabía lo que podría pasar.
~*~
-En cuanto llegue Blanc salimos. Me aseguro que no tardaría.- dijo Annet el viernes después de la comida.
Los Gryffindors se vieron. Las túnicas de la escuela habían desaparecido. Llevaban pans, sudaderas y grandes mochilas.
Una marcha militar se dejo oír. Alguien silbaba. Ese alguien era Amadeus Blanc acercándose. Caminaba hacia los lindes del bosque prohibido con andar confiado y despreocupado.
Ingrid dejo caer su quijada. Blanc parecía salido de algún documental sobre safaris. Iba vestido con unos pantalones bombachos de color caqui que le quedaban un poco arriba de los tobillos. Luego una camisa con mangas y un suéter del mismo color del pantalón que también le quedaba pequeño. Llevaba un sombrero como de "casería en la sabana" y una mochila, tres cantimploras, cinco silbatos y un par de cascabeles que tenía atados a los tobillos. Todo el sonaba. Al parecer hasta utensilios de cocina llevaba en esa maleta.
-Amadeus te vez… muy….
-Como si fuera a un safari.- le ayudo Elinor a Annet.
-Si eso… no tenía porque vestir así. Son mas cómodos… bueno éstos. – señalo sus pantalones. – Y más calientes.
-Tonterías. Esto es lo ideal.
-Si usted lo dice.
-Si Ana y además traigo unos de estampado militar de esos de colores verde y café muy bonitos.
- Es Annet y que interesante ¿para qué son los cascabeles y silbatos?
-Para que nadie se pierda.
-Usted es muy… previsor.
-Lo se. Bueno nos vamos.- Tomaron sus mochilas al principio de la fila iba Blanc cantado una canción militar. Luego Annet que maldecía su suerte y luego los Gryffindors que aguantaban con una fuerza sobre humana la risa.
-Esto será interesante.- dijo Peter.
-Con esa ropa lo atacará un león.
-No hay leones aquí Ingrid.
-Lo se pero eso es lo que probablemente el espera. – y con una risa se internaron en el bosque.
~*~
La noche llegó muy rápido. Tres tiendas de campaña estaban alzadas. Y la cuarta era una plasta de tela algo inflada. Algunos palos salían de las esquinas, si alguna de esas plastas parecía una esquina.
-Amadeus seguro que no necesitas ayuda.
-Estoy bien Ana.
-Es Annet.
-Aja… pueden pasarme una cosa que tiene un peso en un lado.
-¿un martillo profesor?
-Si… ¿Eland?
-Elinor.
-Claro. – La muchacha negó suavemente mientras le pasaba el martillo. Blanc balbuceaba cosas.
-Bueno y ¿Dónde esta el agua?
-Lily y James fueron por ella.
-¿Hace mucho?
-No, pero de todas formas hay que esperar a que el profesor termine. ¿Le ayudo señor?
-Si… Simus.
-Sirius. Creo que tiene amnesia.
-Eso o el golpe que le diste con la vara le hizo olvidarlo todo.
-Detalles Annet, meros detalles.
-Amadeus seguro que no prefieres que la armemos con magia.
-No… no esto debe hacerse a mano.
-Para que podamos ir a cazar.
-No se preocupen preparen la cena que esto estará listo pronto.
-Eso dijo hace tres horas. Iré por madera.
-Yo te acompaño. – Remus y Alessandra se alejaban.
-NO ME DEJEN.- Elinor salió corriendo detrás de ellos. Ingrid estaba sentada mirando a Sirius y a Blanc trabajar mientras que Annet trataba de convencerlos de que debían hacerlo con magia.
El profesor grito.
-Le dije que tuviera cuidado con su dedo.
-Suficiente. Sirius, Amadeus quítense de allí es hora de que yo haga el trabajo.
-Pero Ana… es que… por favor.- un chillido prolongado.
-No, no y no. El viento esta empezando a soplar.- sin escuchar las quejas de los dos hombres se paro frente a la masa de tela. Alzó su varita y en menos de dos minutos la tienda estaba hecha.
-Les dije que era más rápido.
-Si pero le quitas la satisfacción de saber que era un trabajo bien hecho.
-Dudo que si lo hacían ustedes estuviera bien hecho.
~*~
-Estoy en desacuerdo con ese castigo.- dijo Xantelí. – Es peligroso mandarlos al bosque con esa chiquilla y con Blanc
-No les pasará nada.
-¿Cómo puedes estar seguro Dumbledore?
-No lo estoy es sólo que saben defenderse.
-Sigo estando en desacuerdo.
-Celine no se puede hacer nada merecen un castigo por lo que hicieron.
-Lo se pero es que me parece mal que después de todo los dejemos ir.
-Estarán bien. Será extraño si les cancelamos los castigos. Lo que menos queremos es pánico.
-Yo prefiero el pánico a la ignorancia.
-Señor Flamel…
-Nícolas.
-Nícolas creo que es mejor la ignorancia por lo menos está no hará que perdamos la guerra.
-Te equivocas esta nos ayudará a perder. Se lo he dicho a Dumbledore. Ellos deberían saberlo.
-Nícolas la guerra vine y no ha comenzado no es tiempo.
-Si, pero puede ser que cuando llegue para ti el tiempo sea ya demasiado tarde.
Continuara…
~*~
Syringen A.L.C.S ^-^
