En el capítulo anterior:
El Dojo Kamiya estaba de luto.
Miyako estaba inconsolable y lloraba sin cesar. Sentía que el mundo se le venía encima. Por otra parte Kaoru estaba en un total shock. Se quedó un rato en su dormitorio escuchando el silencio, comprendió en ese momento que su vida ya no sería igual. Su padre se había ido. En ese momento ya no pudo más y comenzó a llorar en su habitación a obscuras...
*Este capítulo tiene algunas escenas con cierto contenido de violencia, consideré prudente hacer esta aclaración, en caso de que esto te moleste.*
Capítulo 4
¿Nosotros forjamos nuestro destino?
El niño de Sarah nació con un poco de retraso, no en Marzo sino en Abril. Kaoru caminaba pensativa por la calles de Tokio dirigiéndose al Dojo Kamiya mientras recordaba el día en que había nacido la hija de Soujiro.
Fue en una mañana muy calurosa de Abril, Kaoru se encontraba haciendo sus labores en el Dojo cuando escuchó que alguien se acercaba y emergió de la puerta Soujiro, ella notó que estaba sumamente nervioso.
- ¡Kaoru, necesito ayuda por favor, rápido es Sarah!
- ¿¿¡¡Sarah??!!?? ¿Qué le ocurre está bien? Inmediatamente entendió que el niño estaba por nacer y sin pensarlo dos veces acompañó a Soujiro para ayudarlo con el parto. Era una situación muy delicada ya que el doctor Gensai estaba fuera de Tokio y ningún doctor de la zona quiso atenderla.
Soujiro y Kaoru estuvieron atendiendo el parto durante horas, Sarah estaba ya agotada pero al parecer todo iba a la perfección. Por fin el bebé nació, era una hermosa niña, Kaoru no puedo contenerse y se le llenaron los ojos de lágrimas, era demasiado emotivo para ella. Notó que Soujiro también estaba llorando a causa de la emoción, mientras le comentaba a Kaoru.
- ¡Gracias, muchas gracias Kaoru no sé que hubiéramos hecho sin ti!
Ella fingió una sonrisa y decidió retirarse silenciosamente, se quedó sentada en el pórtico de la casa, se sorprendió de ver que ya era tarde, el tiempo pareció volar.
Soujiro salió al cabo de un rato, y se sentó junto a ella con una gran sonrisa.
- ¿Cómo está?
- La niña y ella se quedaron dormidas, en verdad son preciosas.
- ¿Qué nombre van a ponerle?
- Se llamara Sonomi, creo que le queda perfecto. - Las son encantadores Soujiro, se bueno con ellas, papá siempre fue bueno conmigo. Creo que es la mejor persona que he conocido..
- ¿Lo extrañas mucho verdad..?
- Pues si, y .. bueno ahora todo es distinto. Mamá y yo nunca hemos estado tan unidas, siempre pensó que papá me mimaba demasiado, y tal vez tiene razón.
Soujiro no puedo evitar sentir algo de pena por ella, en verdad era una niña muy fuerte, pero sabía que la muerte de su padre había sido un golpe demasiado fuerte para ella.
Kaoru ya estaba por llegar al Dojo, esos recuerdos le trajeron una sonrisa, eran pocos los ratos felices, y tenía que aprovecharlos al máximo.
Había transcurrido 1 mes desde la muerte de su padre, cuando llegó al Dojo, preparó la cena y espero a que su madre llegara de sus compras, había adelgazado mucho, y casi no tenía apetito. Así que decidió dormir ya que mañana sería un día pesado, además con solo dormir se le olvidaba por un momento toda la tristeza que guardaba en su corazón, eso era lo que ella quería, olvidar para siempre.
A la mañana siguiente Kaoru entró a la cocina, para prepararse un bocadillo ya que estaba hambrienta. Cuando escucho los pasos de alguien e inmediatamente reconoció de quién se trataba.
- Prepárame algo cariño, y sírveme un poco de sake por favor.
Kaoru intuyó que Kosuke estaba borracho de nuevo, realmente detestaba su actitud, casi no ayudaba en el Dojo, y solo se dedicaba a tomar y a salir con sus amigos. Kaoru sin dirigirle la palabra le sirvió más sake.
- Tu madre ha estado buscándote, pues ¿dónde has estado?
- Fui a visitar a unos amigos. Contestó de manera cortante
- Y dime, ¿tienes novio preciosa?
Ella detestaba que se dirigiera a ella de esa forma, pero trató de mantener la calma
- No Y diciendo esto se alejó a toda prisa de ahí, no le gustaba la manera en la que Kosuke la miraba y mucho menos sus extrañas preguntas sobre sus"novios", y no había tenido ninguno, solo los recuerdos de Kenshin.
Las clases terminaron, solo le faltaba un año para acabar la escuela. Pero después ¿qué? Esa era la pregunta que rondaba constantemente por su mente, realmente le interesaba tener un futuro, cumplir sus sueños, tal como su padre se lo había enseñado. Al parecer seguiría igual, trabajando en el Dojo y viendo como Kosuke arruinaba todo lo que su padre había construido con tanto amor. Ese año Kosuke no logró vender la cosecha de arroz, esto no pasada desde hace muchos años. Obviamente el Dojo comenzó a decaer lentamente.
Aquel verano Kaoru cumplió 17 años, poco a poco su vida se tornaba totalmente monótona, era una pena que a su corta de edad, hubiera perdido sus ilusiones, realmente algo tenía que suceder y rápido, ya que no quería ser como su madre o Ayame, pero al parecer eso le pintaba su futuro.
Mientras tanto en el bufete de Anderson, Kenshin trabaja arduamente, había días en los que no dormía. A veces pensaba en Kaoru, como algo muy lejano e irreal. Recibió una carta de Soujiro y Sarah, hablándole del nacimiento de su hermosa hija Sonomi, no le menciono a Kaoru. Para él era como algo muy lejano parte de su pasado y la guerra, como si hubiera sido otra vida, estaba totalmente entregado a su trabajo. El bufete recibió una invitación a una cena muy importante, el juez Barkley sería ministro. Realmente se encontraba confundido y no sabía si asistiría o no, pero para su sorpresa su jefe le pidió que fuera en representación de sus compañeros.
- Te lo digo Kenshin es un honor que hayas recibido esa invitación.
- Pero si apenas lo conocí señor.
- No importa. Es importante para ti, y tu carrera, deber tener en cuenta esas cosas.
- Si está bien señor, asistiré.
Siempre responsabilidades y obligaciones. A veces le fastidiaba que la vida le impusiera tantas cosas. Todo aquello formaba parte del mundo "real". Un mundo que no siempre le gustaba.
Cuando menos se lo imaginó ya estaban las reservaciones hechas en un lujoso hotel. Sospechaba que Tomoe asistiría y sintió curiosidad en verla de nuevo, no había tenido noticias suyas, probablemente ella tendría muchas cosas en que pensar.
Era curioso ya que a veces se sentía como el amo del mundo, tenía una buena vida, un buen trabajo, pero también se sentía un poco solo, al principio no le gustó esa nueva sensación, pero ya no le importaba. Ahora disfrutaba de su soledad.
Era una fría mañana de Septiembre cuando Kenshin llegó a San Francisco. Se instaló en el hotel durmió un poco y después se preparó para asistir a la jura del cargo en la cede del Tribunal Supremo, abandonó el hotel vestido con un elegante esmoquin y tomó un taxi, al llegar a la elegante recepción se encontró con la señora Barkley, quién lo reconoció al momento y lo saludó cordialmente.
- Le agradezco que haya venido, señor Himura. ¿Ha visto usted a Tomoe?
- Gracias y no, no la he visto.
- La vi. hace unos minutos por aquí. Estoy segura de que se alegrará mucho en verle.
Inmediatamente saludó al juez Barkley, quién lo condujo al gran salón, Kenshin pidió un whisky y miró a su alrededor. Casi todos los hombres eran mayores, era interesante observar a éstas destacadas personalidades, y se alegró de estar ahí, tomó un sorbo de su bebida, cuando vió a una mujer joven hablando con un hombre mucho mayor, la reconoció inmediatamente era Tomoe Barkley. La joven le reconoció y se acercó a él con una sonrisa.
- Hola ¿cómo ha estado? ¿Qué dice la escuela?
- Aburrida, realmente no es lo que esperaba, pero ha sido usted muy amable en venir.
- La amabilidad fue suya al invitarme
- Y dígame ¿qué tal le va en el bufete de Nueva York?
- Pues.. me gusta
La noche trascurrió rápidamente, Kenshin le habló sobre Nueva York, y por supuesto su amado Japón
- ¿Y usted ha tenido tiempo de regresar a Japón?
- Pues me temo que no.. Contesto tristemente, - no he tenido tiempo..
- Estuve ahí una vez.
- ¿Y conoce usted Tokio?
- Pues no, fui a Kioto, es un lugar realmente hermoso.
En ese momento comenzaron los acordes de Strangers in the night. Y Tomoe decidió que quería bailar así que tomó del brazo a Kenshin y se dirigió a la pista de baile. Al término de la velada, a Kenshin le pareció que conocía un poco mejor Tomoe, tenía unas ideas muy claras para futuro. La muchacha jugaba tenis, hablaba francés, y no tenía interés por los niños.
- ¿Le apetecería ir a tomar una copa por ahí?
Kenshin la miró con cierto asombro - Pues, no lo sé señorita.
- Vamos, es todavía temprano.
- Está bien.
- Perfecto, iré a decirle a mi madre.
La señora Barcley no puso ninguna objeción en que Tomoe se marchara con Kenshin, era un joven respetable, y sabía que podía confiarle a su hija.
Pronto los dos llegaron a un tranquilo bar. Kenshin le comentó sobre Soujiro y Sarah, y en ese momento la expresión de Tomoe se endureció.
- Cometió una verdadera estupidez casándose con ella.
A Kenshin le pareció bastante molesto ese comentario, y tuvo la impresión de que Tomoe era una chica mi mimada e insensible.
- Jamás se podrá olvidar lo que sucedió en Hiroshima señor Himura.
- Tiene razón, y créame yo estoy en total desacuerdo con la guerra, nadie gana, la gente siempre pierde, en ambos bandos.
Al decir esto Kenshin recordó a sus amigos, aquellos hombres que había perdido bajo sus órdenes. Se había formado un ambiente bastante tenso, así que Kenshin trató de suavizar un poco la tensión, no quería terminar en una discusión sobre política y guerras, la chica obviamente era muy joven e ingenua, y estaba muy influida por las ideas de su padre. Dio un suspiro y volvió a ver a Tomoe.
- ¿La vida es extraña no lo cree? Uno nunca sabe que camino tomará, es curioso como a causa de la guerra yo esté aquí.
- Es una forma muy extraña de ver las cosas, además nosotros somos lo que forjamos nuestro propio destino ¿no lo cree así?
- No siempre
El ya había visto demasiadas realidades como para creerlo. Sí él hubiera podido forjar su propio destino, su vida hubiera sido totalmente diferente.
- ¿Cree que usted se forjará el suyo?
- Probablemente
Kenshin admiraba su seguridad y determinación.
- Creo que ya es tarde señorita, su madre ya la debe de estar esperando.
- Puedes llamarme Tomoe, ya estoy harta de tanta formalidad.
- Está bien Tomoe.
La muchacha sonrío, toda la noche había querido decirle algo pero no encontraba el valor, y por fin se decidió.
- Kenshin.. Solo quiero decirte que yo, que yo te quiero.
- Tomoe no por favor, no digas eso. Le dolía profundamente el no poder decirle que él también la quería.
- ¿Por qué no? Escucha junto podríamos hacer grandes cosas.
- Tomoe es hora de que regresemos, tus padres deben de estar ya preocupados por ti, le dijo en un tono frío y cortante, estaba muy molesto, no se explicaba la razón, lo único que quería hacer era salir de aquel lugar.
Al día siguiente Kenshin tenía que regresar a Nueva York, no quería ver a Tomoe, obviamente estaba muy confundido. Estaba por salir del hotel cuando vió entrar a Tomoe, el se quedó perplejo.
- ¡Kenshin!, discúlpame, no quise incomodarte anoche, por favor perdóname.
Él no sabía que decirle y pasó largo rato mirándola.
- La semana que viene entraré de nuevo a la escuela, por favor llámame ¿si?
- Está bien, te llamaré.
Tomoe lo acompañó hasta el taxi y se despidió con la mano.
Durante todo el trayecto de regreso, Kenshin reflexionó sobre el asunto. Quizá Tomoe tenía razón, tal vez ella le ayudaría a encontrar lo que él deseaba, sabía que se estaba engañando un poco, la única persona que podría lograr eso, sería la niña del Dojo Kamiya, pero eso no importaba su vida tenía que seguir.
A miles de kilómetros de Nueva York, la vida en el Dojo seguía. Harta ya de todo Kaoru, consiguió trabajo en el Akabeko, era un gran descanso, no tenía que ver casi en todo el día a su madre, ni a Yahiko. Ya lo había decidido, tan pronto como terminaran sus clases se iría, tenía que dejar el Dojo por más que lo amara, ella no había abandonado su sueño de ser actriz ni por un instante. Además todos eran demasiado fuertes y no podía luchar contra todos ellos. Pero tenía que conseguir algo de dinero para lograr su objetivo.
En el Akabeko la gente era amable con ella y le daban buenas propinas. Tae la dueña del lugar la apreciaba mucho y la cuidaba. No le gustaba la manera en que Kosuke la trataba, más de una vez le había dicho a Kaoru que se alejará de él cuando le viera borracho, y varias veces le acompaño cuando salía del turno en la noche, no se iba hasta que la veía entrar sana y salva a Dojo. Todas las noches contaba el dinero que tenía ahorrado, ya estaba muy cerca de Hollywood, ese dinero sería su pase a la libertad. Al día siguiente se sintió con ánimos de dar sus paseos por los arrozales, hace tiempo que no lo hacía. Así que salió corriendo a toda prisa cantando sus canciones favoritas. Se detuvo un momento y admiró la belleza de esos campos, era una lástima que nadie en su familia los apreciara. El dolor de la muerte de su padre estaba pasando y poco a poco regresaba su fortaleza, se sentía viva de nuevo, sus sueños estaban más a su alcance y eso era el pilar que la sostenía.
Era ya de noche cuando regresó al Dojo, cuando escuchó una voz a sus espaldas, se dio la media vuelta y vió que era Kosuke.
- ¿Tuviste un buen día hermanita? No estuviste en todo el día, ¿Pues a dónde fuiste?
- A visitar a unos amigos, por supuesto esto era una mentira pero no se le ocurrió otra cosa, tan solo quería dormir, estaba demasiado cansada.
- ¿Otra vez a esa Americana? Le digo con cierto enojo.
- Eso no importa
Kaoru estaba por marcharse cuando Kosuke la sujetó fuertemente del brazo.
- ¿A qué viene tanta prisa?
- Mañana tengo que trabajar. Le dijo tratando de disimular su miedo.
- Trabajar, le dijo en tono burlón
Kaoru intentó librarse de él, pero la sujetó con más fuerza.
- Te dije que no te movieras de aquí, ¿ya no te acuerdas?
Kaoru estaba paralizada del terror, a sus 17 años nadie la había lastimado físicamente.
- ¿Quieres un trago?, te haría bien, estás pálida niña.
- No gracias.
Kosuke parecía fuera de sí, le sujeto ambas manos y la llevo a una bodega.
Kaoru comenzó a gritar desesperadamente.
- ¡Déjame en paz...! ¡Suéltame!
Kosuke no paraba de reír y la empujó fuertemente contra el suelo.
- ¡Kosuke no por favor..!
Comenzó a llorar sin saber que hacer, intentó levantarse pero Kosuke la empujó nuevamente contra el suelo.
- ¡No, por favor... Kosuke basta!
Kaoru pensó que antes tendría que matarla. Jamás dejaría que se aprovechara de ella. Trató de levantarse de nuevo, pero Kosuke le dio una fuerte bofetada.
Así que reunió todas sus fuerzas y le dio una fuerte patada en la pierna. Kosuke gimió de dolor y Kaoru se alejó de ese lugar lo más rápido que podía, se encontraba muy lastimada, su Yukata estaba entre abierta, todo su cuerpo estaba adolorido y comenzó a perder la visión. Logró ver a los lejos la casa de Soujiro, no sabía como había conseguido llegar ahí, sentía que sus piernas ya no respondían. Soujiro escuchó que alguien se acercaba, y salió inmediatamente, seguido de Sarah.
- ¡Kaoru..OH Dios mío! ¡¡Kaoru!!
Pensaban que habían intentado matarla. En ese momento la chica se desplomó a sus pies
Soujiro la llevó al interior de su casa, y con ayuda de su mujer la tendió sobre su futon. Cuando Sarah vió todos las marcas y golpes que tenía sobre el cuerpo comenzó a llorar. Soujiro sintió como una gran furia recorría sus venas, el que se atrevió a lastimar a su amiga lo pagaría y muy caro.
A la mañana siguiente Kaoru se sentó en la cocina mirándolos en silencio, casi no se podía mover el dolor era insoportable.
Sarah le ofreció una taza de té. No fue necesario dar muchas explicaciones, los dos confirmaron sus sospechas de que el culpable de todo había sido Kosuke.
- Te llevaré con tu madre, para que le expliques todo, e iremos con el jefe de policía.
El tono de voz de Soujiro estaba muy serio. Kaoru pocas veces lo había visto así, lentamente sacudió la cabeza, no podía ir con el jefe de policía, Kosuke la mataría.
- No puedo ir.
- Kaoru no seas tonta, claro que irás. En ese momento Soujiro podría matar a Kosuke con sus propias manos.
- No puedo hacerle eso a Ayame y mucho menos a mi madre.
Sarah tomó su mano y le dijo suavemente.
- Por favor Kaoru, ese hombre intentó abusar de ti, Soujiro tiene razón, se merece un castigo.
Kaoru volvió a romper en llanto, se sentía frustrada, y tenía mucho miedo. Pero por alguna razón se sentía culpable. No sabía porque razón, pero tampoco le interesaba averiguarlo. Tenía una nueva razón para dejar lo que tanto amo alguna vez, y ahora odiaba con toda su alma.
- Vamos Kaoru no puedes dejar las cosas así. Le dijo Soujiro temblando de rabia. - vamos te acompañaré al Dojo y puedas explicarle todo a tu madre. Cuando llegaron al Dojo Kamiya, su madre estaba en la entrada.
- ¿Dónde has estado? Vio que Soujiro la acompañaba, y esto la molestó un poco. -¿Y tú que haces aquí?
- Kaoru pasó la noche con nosotros.
Miyako la miró a sin la menor compasión.
- ¿Qué hiciste para que esto ocurriera?
Soujiro miró a la madre de Kaoru con gran enojo y le dijo lo que Kaoru no se atrevía.
- Su yerno intentó abusar de ella señora.
- ¡Eso es una mentira! Gritó Miyako - ¡Lárgate de aquí! Gritó dirigiéndose a Soujiro. - Yo me encargaré de esto.
Soujiro ya no aguanto más.
- ¡Tan sólo mírela!, ¡¡Usted sabe perfectamente que Kaoru tiene que ir con el doctor, su querido yerno por poco y la mata anoche!!
- ¡Dime con quién estuviste anoche! Le dijo a Kaoru ignorando lo que le había dicho Soujiro.
Kaoru estaba paralizada, sus ojos no tenían expresión alguna, aquella noche era como si parte de su ser hubiera muerto. Se sentía totalmente traicionada.
- Es que yo.. Anoche.. regresé y, Kosuke él.. Estaba tomado.
- Voy a echarte de aquí, vete a tu habitación en este momento.
No dando crédito a sus oídos Soujiro miró a Kaoru.
- Ven a casa conmigo Kaoru, no te quedes aquí... Le dolía profundamente ver como la lastimaban, ella era como su hermana pequeña, y desde la muerte de su padre juró protegerla.
Ella sacudió la cabeza tenía que enfrentarse a todo esto, y no se iría hasta que todo terminara. Sospechaba en cierto modo que su madre eso quería. Ignoraba la razón, y claro que lo haría, pero a su debido tiempo. Cuando estuviera preparada.
- Kaoru no te quedes aquí.. Por favor.
Ella no se movió. Y su madre se paró junto a la puerta del Dojo, mirando a Soujiro.
- Te he dicho que te vayas de aquí. ¿o es que no has escuchado?
- Por supuesto que la escuché. Le dijo con tono desafiante. - ¿O acaso tendré que llamar a la policía?
- Me encantaría que lo hiciera señora.
- Soujiro estaré bien enserio, vete a casa por favor...
Éste lo dudo un momento, se encamino lentamente hacia la puerta. Y le dijo a Kaoru con un tono seco.
- Vendré más tarde.
Miyako se acercó a su hija, ya estaba preparada para gritarle de nuevo, pero no contaba con la reacción de Kaoru.
- ¡No te acerques a mí! ¿me oyes? ¡Ya te he aguantado suficiente, a ti a Kosuke y a todos!
La voz le temblaba, la acción de Kosuke era la acumulación de todo. Por un instante se preguntó si él se hubiera atrevido a ponerle una mano encima de haber vivido su padre. Pero eso ya no importaba. Con paso decidido se dirigió a un armario dónde su padre guardaba sus espadas. Su madre comenzó a gritar, todo había caído en el caos total.
Tomó una espada, y en ese momento entró Yahiko al Dojo, se quedó boquiabierto te ver aquella escena.
- Pero ¿qué demonios? ¡Kaoru, que piensas hacer!
Yahiko no reconoció la expresión de Kaoru. Y por supuesto que no iba a permitir que su hermana cometiera una tontería.
Continuará ..
Bueno aquí está el cuarto capítulo espero que haya sido de su agrado. Este capítulo es particularmente dramático jaja. Ya pronto Kenshin y Kaoru se encontrarán de nuevo wajaja.
Tardé un poco en escribirlo por que en la escuela me traen looooca @_@ jiji Y manden sus reviews si si si??? ^_________^
También muuuuchas muuuuchas gracias a las personas que me han mandado sus comentarios al respecto. Y quiero contestar algunos
Mer .- Bueno jaja quisiera contestar a todas tus preguntas, lo único que puedo decir es que Misao y Aoshi no aparecerán en la historia, bueno hasta ahora no, tal vez cambie de parecer y los incluya, pero hasta el momento noup. Muuuchas gracias por todos tus comentarios. Espero que te haya gustado el capítulo y mandes un review^_____^
Madam Spooky.- Kenshin y Kaoru ya pronto se encontrarán de nuevo y es cuando comienza lo bueno jiji. Gracias por tus comentarios y espero que te haya gustado el cap (
Chizuru.- Sip soy mala wajaja, no apoyo a Tomoe, sorry a los fans de Tomoe, al contrario Kenshin y Kaoru por siempre!!!! ( Considero que es un buen triángulo amoroso. Espero que sigas leyendo mi historia y sea de tu agrado^_____^
Y les pido de nuevo manden sus reviews. Porfaaaaa ya saben que son muy importantes para mí. ^______^!!!!
Fuusina ^.~
El Dojo Kamiya estaba de luto.
Miyako estaba inconsolable y lloraba sin cesar. Sentía que el mundo se le venía encima. Por otra parte Kaoru estaba en un total shock. Se quedó un rato en su dormitorio escuchando el silencio, comprendió en ese momento que su vida ya no sería igual. Su padre se había ido. En ese momento ya no pudo más y comenzó a llorar en su habitación a obscuras...
*Este capítulo tiene algunas escenas con cierto contenido de violencia, consideré prudente hacer esta aclaración, en caso de que esto te moleste.*
Capítulo 4
¿Nosotros forjamos nuestro destino?
El niño de Sarah nació con un poco de retraso, no en Marzo sino en Abril. Kaoru caminaba pensativa por la calles de Tokio dirigiéndose al Dojo Kamiya mientras recordaba el día en que había nacido la hija de Soujiro.
Fue en una mañana muy calurosa de Abril, Kaoru se encontraba haciendo sus labores en el Dojo cuando escuchó que alguien se acercaba y emergió de la puerta Soujiro, ella notó que estaba sumamente nervioso.
- ¡Kaoru, necesito ayuda por favor, rápido es Sarah!
- ¿¿¡¡Sarah??!!?? ¿Qué le ocurre está bien? Inmediatamente entendió que el niño estaba por nacer y sin pensarlo dos veces acompañó a Soujiro para ayudarlo con el parto. Era una situación muy delicada ya que el doctor Gensai estaba fuera de Tokio y ningún doctor de la zona quiso atenderla.
Soujiro y Kaoru estuvieron atendiendo el parto durante horas, Sarah estaba ya agotada pero al parecer todo iba a la perfección. Por fin el bebé nació, era una hermosa niña, Kaoru no puedo contenerse y se le llenaron los ojos de lágrimas, era demasiado emotivo para ella. Notó que Soujiro también estaba llorando a causa de la emoción, mientras le comentaba a Kaoru.
- ¡Gracias, muchas gracias Kaoru no sé que hubiéramos hecho sin ti!
Ella fingió una sonrisa y decidió retirarse silenciosamente, se quedó sentada en el pórtico de la casa, se sorprendió de ver que ya era tarde, el tiempo pareció volar.
Soujiro salió al cabo de un rato, y se sentó junto a ella con una gran sonrisa.
- ¿Cómo está?
- La niña y ella se quedaron dormidas, en verdad son preciosas.
- ¿Qué nombre van a ponerle?
- Se llamara Sonomi, creo que le queda perfecto. - Las son encantadores Soujiro, se bueno con ellas, papá siempre fue bueno conmigo. Creo que es la mejor persona que he conocido..
- ¿Lo extrañas mucho verdad..?
- Pues si, y .. bueno ahora todo es distinto. Mamá y yo nunca hemos estado tan unidas, siempre pensó que papá me mimaba demasiado, y tal vez tiene razón.
Soujiro no puedo evitar sentir algo de pena por ella, en verdad era una niña muy fuerte, pero sabía que la muerte de su padre había sido un golpe demasiado fuerte para ella.
Kaoru ya estaba por llegar al Dojo, esos recuerdos le trajeron una sonrisa, eran pocos los ratos felices, y tenía que aprovecharlos al máximo.
Había transcurrido 1 mes desde la muerte de su padre, cuando llegó al Dojo, preparó la cena y espero a que su madre llegara de sus compras, había adelgazado mucho, y casi no tenía apetito. Así que decidió dormir ya que mañana sería un día pesado, además con solo dormir se le olvidaba por un momento toda la tristeza que guardaba en su corazón, eso era lo que ella quería, olvidar para siempre.
A la mañana siguiente Kaoru entró a la cocina, para prepararse un bocadillo ya que estaba hambrienta. Cuando escucho los pasos de alguien e inmediatamente reconoció de quién se trataba.
- Prepárame algo cariño, y sírveme un poco de sake por favor.
Kaoru intuyó que Kosuke estaba borracho de nuevo, realmente detestaba su actitud, casi no ayudaba en el Dojo, y solo se dedicaba a tomar y a salir con sus amigos. Kaoru sin dirigirle la palabra le sirvió más sake.
- Tu madre ha estado buscándote, pues ¿dónde has estado?
- Fui a visitar a unos amigos. Contestó de manera cortante
- Y dime, ¿tienes novio preciosa?
Ella detestaba que se dirigiera a ella de esa forma, pero trató de mantener la calma
- No Y diciendo esto se alejó a toda prisa de ahí, no le gustaba la manera en la que Kosuke la miraba y mucho menos sus extrañas preguntas sobre sus"novios", y no había tenido ninguno, solo los recuerdos de Kenshin.
Las clases terminaron, solo le faltaba un año para acabar la escuela. Pero después ¿qué? Esa era la pregunta que rondaba constantemente por su mente, realmente le interesaba tener un futuro, cumplir sus sueños, tal como su padre se lo había enseñado. Al parecer seguiría igual, trabajando en el Dojo y viendo como Kosuke arruinaba todo lo que su padre había construido con tanto amor. Ese año Kosuke no logró vender la cosecha de arroz, esto no pasada desde hace muchos años. Obviamente el Dojo comenzó a decaer lentamente.
Aquel verano Kaoru cumplió 17 años, poco a poco su vida se tornaba totalmente monótona, era una pena que a su corta de edad, hubiera perdido sus ilusiones, realmente algo tenía que suceder y rápido, ya que no quería ser como su madre o Ayame, pero al parecer eso le pintaba su futuro.
Mientras tanto en el bufete de Anderson, Kenshin trabaja arduamente, había días en los que no dormía. A veces pensaba en Kaoru, como algo muy lejano e irreal. Recibió una carta de Soujiro y Sarah, hablándole del nacimiento de su hermosa hija Sonomi, no le menciono a Kaoru. Para él era como algo muy lejano parte de su pasado y la guerra, como si hubiera sido otra vida, estaba totalmente entregado a su trabajo. El bufete recibió una invitación a una cena muy importante, el juez Barkley sería ministro. Realmente se encontraba confundido y no sabía si asistiría o no, pero para su sorpresa su jefe le pidió que fuera en representación de sus compañeros.
- Te lo digo Kenshin es un honor que hayas recibido esa invitación.
- Pero si apenas lo conocí señor.
- No importa. Es importante para ti, y tu carrera, deber tener en cuenta esas cosas.
- Si está bien señor, asistiré.
Siempre responsabilidades y obligaciones. A veces le fastidiaba que la vida le impusiera tantas cosas. Todo aquello formaba parte del mundo "real". Un mundo que no siempre le gustaba.
Cuando menos se lo imaginó ya estaban las reservaciones hechas en un lujoso hotel. Sospechaba que Tomoe asistiría y sintió curiosidad en verla de nuevo, no había tenido noticias suyas, probablemente ella tendría muchas cosas en que pensar.
Era curioso ya que a veces se sentía como el amo del mundo, tenía una buena vida, un buen trabajo, pero también se sentía un poco solo, al principio no le gustó esa nueva sensación, pero ya no le importaba. Ahora disfrutaba de su soledad.
Era una fría mañana de Septiembre cuando Kenshin llegó a San Francisco. Se instaló en el hotel durmió un poco y después se preparó para asistir a la jura del cargo en la cede del Tribunal Supremo, abandonó el hotel vestido con un elegante esmoquin y tomó un taxi, al llegar a la elegante recepción se encontró con la señora Barkley, quién lo reconoció al momento y lo saludó cordialmente.
- Le agradezco que haya venido, señor Himura. ¿Ha visto usted a Tomoe?
- Gracias y no, no la he visto.
- La vi. hace unos minutos por aquí. Estoy segura de que se alegrará mucho en verle.
Inmediatamente saludó al juez Barkley, quién lo condujo al gran salón, Kenshin pidió un whisky y miró a su alrededor. Casi todos los hombres eran mayores, era interesante observar a éstas destacadas personalidades, y se alegró de estar ahí, tomó un sorbo de su bebida, cuando vió a una mujer joven hablando con un hombre mucho mayor, la reconoció inmediatamente era Tomoe Barkley. La joven le reconoció y se acercó a él con una sonrisa.
- Hola ¿cómo ha estado? ¿Qué dice la escuela?
- Aburrida, realmente no es lo que esperaba, pero ha sido usted muy amable en venir.
- La amabilidad fue suya al invitarme
- Y dígame ¿qué tal le va en el bufete de Nueva York?
- Pues.. me gusta
La noche trascurrió rápidamente, Kenshin le habló sobre Nueva York, y por supuesto su amado Japón
- ¿Y usted ha tenido tiempo de regresar a Japón?
- Pues me temo que no.. Contesto tristemente, - no he tenido tiempo..
- Estuve ahí una vez.
- ¿Y conoce usted Tokio?
- Pues no, fui a Kioto, es un lugar realmente hermoso.
En ese momento comenzaron los acordes de Strangers in the night. Y Tomoe decidió que quería bailar así que tomó del brazo a Kenshin y se dirigió a la pista de baile. Al término de la velada, a Kenshin le pareció que conocía un poco mejor Tomoe, tenía unas ideas muy claras para futuro. La muchacha jugaba tenis, hablaba francés, y no tenía interés por los niños.
- ¿Le apetecería ir a tomar una copa por ahí?
Kenshin la miró con cierto asombro - Pues, no lo sé señorita.
- Vamos, es todavía temprano.
- Está bien.
- Perfecto, iré a decirle a mi madre.
La señora Barcley no puso ninguna objeción en que Tomoe se marchara con Kenshin, era un joven respetable, y sabía que podía confiarle a su hija.
Pronto los dos llegaron a un tranquilo bar. Kenshin le comentó sobre Soujiro y Sarah, y en ese momento la expresión de Tomoe se endureció.
- Cometió una verdadera estupidez casándose con ella.
A Kenshin le pareció bastante molesto ese comentario, y tuvo la impresión de que Tomoe era una chica mi mimada e insensible.
- Jamás se podrá olvidar lo que sucedió en Hiroshima señor Himura.
- Tiene razón, y créame yo estoy en total desacuerdo con la guerra, nadie gana, la gente siempre pierde, en ambos bandos.
Al decir esto Kenshin recordó a sus amigos, aquellos hombres que había perdido bajo sus órdenes. Se había formado un ambiente bastante tenso, así que Kenshin trató de suavizar un poco la tensión, no quería terminar en una discusión sobre política y guerras, la chica obviamente era muy joven e ingenua, y estaba muy influida por las ideas de su padre. Dio un suspiro y volvió a ver a Tomoe.
- ¿La vida es extraña no lo cree? Uno nunca sabe que camino tomará, es curioso como a causa de la guerra yo esté aquí.
- Es una forma muy extraña de ver las cosas, además nosotros somos lo que forjamos nuestro propio destino ¿no lo cree así?
- No siempre
El ya había visto demasiadas realidades como para creerlo. Sí él hubiera podido forjar su propio destino, su vida hubiera sido totalmente diferente.
- ¿Cree que usted se forjará el suyo?
- Probablemente
Kenshin admiraba su seguridad y determinación.
- Creo que ya es tarde señorita, su madre ya la debe de estar esperando.
- Puedes llamarme Tomoe, ya estoy harta de tanta formalidad.
- Está bien Tomoe.
La muchacha sonrío, toda la noche había querido decirle algo pero no encontraba el valor, y por fin se decidió.
- Kenshin.. Solo quiero decirte que yo, que yo te quiero.
- Tomoe no por favor, no digas eso. Le dolía profundamente el no poder decirle que él también la quería.
- ¿Por qué no? Escucha junto podríamos hacer grandes cosas.
- Tomoe es hora de que regresemos, tus padres deben de estar ya preocupados por ti, le dijo en un tono frío y cortante, estaba muy molesto, no se explicaba la razón, lo único que quería hacer era salir de aquel lugar.
Al día siguiente Kenshin tenía que regresar a Nueva York, no quería ver a Tomoe, obviamente estaba muy confundido. Estaba por salir del hotel cuando vió entrar a Tomoe, el se quedó perplejo.
- ¡Kenshin!, discúlpame, no quise incomodarte anoche, por favor perdóname.
Él no sabía que decirle y pasó largo rato mirándola.
- La semana que viene entraré de nuevo a la escuela, por favor llámame ¿si?
- Está bien, te llamaré.
Tomoe lo acompañó hasta el taxi y se despidió con la mano.
Durante todo el trayecto de regreso, Kenshin reflexionó sobre el asunto. Quizá Tomoe tenía razón, tal vez ella le ayudaría a encontrar lo que él deseaba, sabía que se estaba engañando un poco, la única persona que podría lograr eso, sería la niña del Dojo Kamiya, pero eso no importaba su vida tenía que seguir.
A miles de kilómetros de Nueva York, la vida en el Dojo seguía. Harta ya de todo Kaoru, consiguió trabajo en el Akabeko, era un gran descanso, no tenía que ver casi en todo el día a su madre, ni a Yahiko. Ya lo había decidido, tan pronto como terminaran sus clases se iría, tenía que dejar el Dojo por más que lo amara, ella no había abandonado su sueño de ser actriz ni por un instante. Además todos eran demasiado fuertes y no podía luchar contra todos ellos. Pero tenía que conseguir algo de dinero para lograr su objetivo.
En el Akabeko la gente era amable con ella y le daban buenas propinas. Tae la dueña del lugar la apreciaba mucho y la cuidaba. No le gustaba la manera en que Kosuke la trataba, más de una vez le había dicho a Kaoru que se alejará de él cuando le viera borracho, y varias veces le acompaño cuando salía del turno en la noche, no se iba hasta que la veía entrar sana y salva a Dojo. Todas las noches contaba el dinero que tenía ahorrado, ya estaba muy cerca de Hollywood, ese dinero sería su pase a la libertad. Al día siguiente se sintió con ánimos de dar sus paseos por los arrozales, hace tiempo que no lo hacía. Así que salió corriendo a toda prisa cantando sus canciones favoritas. Se detuvo un momento y admiró la belleza de esos campos, era una lástima que nadie en su familia los apreciara. El dolor de la muerte de su padre estaba pasando y poco a poco regresaba su fortaleza, se sentía viva de nuevo, sus sueños estaban más a su alcance y eso era el pilar que la sostenía.
Era ya de noche cuando regresó al Dojo, cuando escuchó una voz a sus espaldas, se dio la media vuelta y vió que era Kosuke.
- ¿Tuviste un buen día hermanita? No estuviste en todo el día, ¿Pues a dónde fuiste?
- A visitar a unos amigos, por supuesto esto era una mentira pero no se le ocurrió otra cosa, tan solo quería dormir, estaba demasiado cansada.
- ¿Otra vez a esa Americana? Le digo con cierto enojo.
- Eso no importa
Kaoru estaba por marcharse cuando Kosuke la sujetó fuertemente del brazo.
- ¿A qué viene tanta prisa?
- Mañana tengo que trabajar. Le dijo tratando de disimular su miedo.
- Trabajar, le dijo en tono burlón
Kaoru intentó librarse de él, pero la sujetó con más fuerza.
- Te dije que no te movieras de aquí, ¿ya no te acuerdas?
Kaoru estaba paralizada del terror, a sus 17 años nadie la había lastimado físicamente.
- ¿Quieres un trago?, te haría bien, estás pálida niña.
- No gracias.
Kosuke parecía fuera de sí, le sujeto ambas manos y la llevo a una bodega.
Kaoru comenzó a gritar desesperadamente.
- ¡Déjame en paz...! ¡Suéltame!
Kosuke no paraba de reír y la empujó fuertemente contra el suelo.
- ¡Kosuke no por favor..!
Comenzó a llorar sin saber que hacer, intentó levantarse pero Kosuke la empujó nuevamente contra el suelo.
- ¡No, por favor... Kosuke basta!
Kaoru pensó que antes tendría que matarla. Jamás dejaría que se aprovechara de ella. Trató de levantarse de nuevo, pero Kosuke le dio una fuerte bofetada.
Así que reunió todas sus fuerzas y le dio una fuerte patada en la pierna. Kosuke gimió de dolor y Kaoru se alejó de ese lugar lo más rápido que podía, se encontraba muy lastimada, su Yukata estaba entre abierta, todo su cuerpo estaba adolorido y comenzó a perder la visión. Logró ver a los lejos la casa de Soujiro, no sabía como había conseguido llegar ahí, sentía que sus piernas ya no respondían. Soujiro escuchó que alguien se acercaba, y salió inmediatamente, seguido de Sarah.
- ¡Kaoru..OH Dios mío! ¡¡Kaoru!!
Pensaban que habían intentado matarla. En ese momento la chica se desplomó a sus pies
Soujiro la llevó al interior de su casa, y con ayuda de su mujer la tendió sobre su futon. Cuando Sarah vió todos las marcas y golpes que tenía sobre el cuerpo comenzó a llorar. Soujiro sintió como una gran furia recorría sus venas, el que se atrevió a lastimar a su amiga lo pagaría y muy caro.
A la mañana siguiente Kaoru se sentó en la cocina mirándolos en silencio, casi no se podía mover el dolor era insoportable.
Sarah le ofreció una taza de té. No fue necesario dar muchas explicaciones, los dos confirmaron sus sospechas de que el culpable de todo había sido Kosuke.
- Te llevaré con tu madre, para que le expliques todo, e iremos con el jefe de policía.
El tono de voz de Soujiro estaba muy serio. Kaoru pocas veces lo había visto así, lentamente sacudió la cabeza, no podía ir con el jefe de policía, Kosuke la mataría.
- No puedo ir.
- Kaoru no seas tonta, claro que irás. En ese momento Soujiro podría matar a Kosuke con sus propias manos.
- No puedo hacerle eso a Ayame y mucho menos a mi madre.
Sarah tomó su mano y le dijo suavemente.
- Por favor Kaoru, ese hombre intentó abusar de ti, Soujiro tiene razón, se merece un castigo.
Kaoru volvió a romper en llanto, se sentía frustrada, y tenía mucho miedo. Pero por alguna razón se sentía culpable. No sabía porque razón, pero tampoco le interesaba averiguarlo. Tenía una nueva razón para dejar lo que tanto amo alguna vez, y ahora odiaba con toda su alma.
- Vamos Kaoru no puedes dejar las cosas así. Le dijo Soujiro temblando de rabia. - vamos te acompañaré al Dojo y puedas explicarle todo a tu madre. Cuando llegaron al Dojo Kamiya, su madre estaba en la entrada.
- ¿Dónde has estado? Vio que Soujiro la acompañaba, y esto la molestó un poco. -¿Y tú que haces aquí?
- Kaoru pasó la noche con nosotros.
Miyako la miró a sin la menor compasión.
- ¿Qué hiciste para que esto ocurriera?
Soujiro miró a la madre de Kaoru con gran enojo y le dijo lo que Kaoru no se atrevía.
- Su yerno intentó abusar de ella señora.
- ¡Eso es una mentira! Gritó Miyako - ¡Lárgate de aquí! Gritó dirigiéndose a Soujiro. - Yo me encargaré de esto.
Soujiro ya no aguanto más.
- ¡Tan sólo mírela!, ¡¡Usted sabe perfectamente que Kaoru tiene que ir con el doctor, su querido yerno por poco y la mata anoche!!
- ¡Dime con quién estuviste anoche! Le dijo a Kaoru ignorando lo que le había dicho Soujiro.
Kaoru estaba paralizada, sus ojos no tenían expresión alguna, aquella noche era como si parte de su ser hubiera muerto. Se sentía totalmente traicionada.
- Es que yo.. Anoche.. regresé y, Kosuke él.. Estaba tomado.
- Voy a echarte de aquí, vete a tu habitación en este momento.
No dando crédito a sus oídos Soujiro miró a Kaoru.
- Ven a casa conmigo Kaoru, no te quedes aquí... Le dolía profundamente ver como la lastimaban, ella era como su hermana pequeña, y desde la muerte de su padre juró protegerla.
Ella sacudió la cabeza tenía que enfrentarse a todo esto, y no se iría hasta que todo terminara. Sospechaba en cierto modo que su madre eso quería. Ignoraba la razón, y claro que lo haría, pero a su debido tiempo. Cuando estuviera preparada.
- Kaoru no te quedes aquí.. Por favor.
Ella no se movió. Y su madre se paró junto a la puerta del Dojo, mirando a Soujiro.
- Te he dicho que te vayas de aquí. ¿o es que no has escuchado?
- Por supuesto que la escuché. Le dijo con tono desafiante. - ¿O acaso tendré que llamar a la policía?
- Me encantaría que lo hiciera señora.
- Soujiro estaré bien enserio, vete a casa por favor...
Éste lo dudo un momento, se encamino lentamente hacia la puerta. Y le dijo a Kaoru con un tono seco.
- Vendré más tarde.
Miyako se acercó a su hija, ya estaba preparada para gritarle de nuevo, pero no contaba con la reacción de Kaoru.
- ¡No te acerques a mí! ¿me oyes? ¡Ya te he aguantado suficiente, a ti a Kosuke y a todos!
La voz le temblaba, la acción de Kosuke era la acumulación de todo. Por un instante se preguntó si él se hubiera atrevido a ponerle una mano encima de haber vivido su padre. Pero eso ya no importaba. Con paso decidido se dirigió a un armario dónde su padre guardaba sus espadas. Su madre comenzó a gritar, todo había caído en el caos total.
Tomó una espada, y en ese momento entró Yahiko al Dojo, se quedó boquiabierto te ver aquella escena.
- Pero ¿qué demonios? ¡Kaoru, que piensas hacer!
Yahiko no reconoció la expresión de Kaoru. Y por supuesto que no iba a permitir que su hermana cometiera una tontería.
Continuará ..
Bueno aquí está el cuarto capítulo espero que haya sido de su agrado. Este capítulo es particularmente dramático jaja. Ya pronto Kenshin y Kaoru se encontrarán de nuevo wajaja.
Tardé un poco en escribirlo por que en la escuela me traen looooca @_@ jiji Y manden sus reviews si si si??? ^_________^
También muuuuchas muuuuchas gracias a las personas que me han mandado sus comentarios al respecto. Y quiero contestar algunos
Mer .- Bueno jaja quisiera contestar a todas tus preguntas, lo único que puedo decir es que Misao y Aoshi no aparecerán en la historia, bueno hasta ahora no, tal vez cambie de parecer y los incluya, pero hasta el momento noup. Muuuchas gracias por todos tus comentarios. Espero que te haya gustado el capítulo y mandes un review^_____^
Madam Spooky.- Kenshin y Kaoru ya pronto se encontrarán de nuevo y es cuando comienza lo bueno jiji. Gracias por tus comentarios y espero que te haya gustado el cap (
Chizuru.- Sip soy mala wajaja, no apoyo a Tomoe, sorry a los fans de Tomoe, al contrario Kenshin y Kaoru por siempre!!!! ( Considero que es un buen triángulo amoroso. Espero que sigas leyendo mi historia y sea de tu agrado^_____^
Y les pido de nuevo manden sus reviews. Porfaaaaa ya saben que son muy importantes para mí. ^______^!!!!
Fuusina ^.~
