* Bien, creo que no pondré ninguna canción en el capítulo, a decir verdad
no se me ocurrió ninguna -_- y jeje lo dejaré así, pero de todas formas si
tienen una sugerencia es aceptada ^.~ *
En el capítulo anterior
Una pequeña orquesta estaba interpretando una linda balada y Tomoe sacó a bailar a Kenshin. Cuando regresaron a la mesa, las luces se apagaron de pronto y en el escenario apareció una muchacha frente a un micrófono. Lucía un vestido de raso azul pálido y su hermoso cabello negro le tapaba prácticamente el rostro, pero cuando el reflector le iluminó el rostro, a Kenshin se le paró el corazón. Era Kaoru.
Cuando comenzó a cantar se le cortó la respiración, era un sueño no era posible que estuviera frente a él y menos en aquel lugar.
Capítulo 8
La promesa de un futuro
Kenshin miraba extasiado la imagen de su hermosa Kaoru. Estaba todavía más bella de lo que él la recordaba, aparentaba unos cuantos años más de los que realmente tenía. Pero no podía quitar su mirada de sus hermosos ojos azules que le habían robado el corazón dos años antes. La voz de Kaoru le desgarró el alma, con una tristeza y un dolor que él sintió en lo más profundo de su ser. Estaba tan aturdido que no se dio cuenta que Tomoe le observaba. Deseó que aquel momento fuera eterno, ansiaba poder decirle que jamás la había olvidado, estaba dispuesto a interrumpir la actuación de Kaoru y gritar cuanto la quería, pero finalmente la joven se retiró del escenario. Se encendieron las luces y la orquesta volvió a interpretar música de baile.
Estaba inmensamente pálido y, mientras había observado a Kaoru, sin darse cuenta había retirado la mano que sostenía la de su prometida. Tomoe no pudiendo más con la situación preguntó intrigada.
- ¿Conoces a esa chica? Molesta, por la forma en que veía a la cantante.
Kenshin la observó detenidamente durante toda su interpretación, pero no vio en ella la menor señal de reconocimiento. Por desgracia el reflector había impedido que Kaoru viera a Kenshin mientras cantaba con gran emoción hacia su amor perdido, que irónicamente estaba sentado frente a ella y las penas de una vida rota.
- Bueno yo....no, es que, lo ha hecho de maravilla ¿no crees? Afirmó Kenshin nerviosamente, mientras daba un buen trago a su whisky, curiosamente jamás le había gustado y ahora era justo lo que necesitaba.
- Tengo que admitir que es muy guapa si a eso te refieres, replicó la joven ofendida.
- ¿Bailamos Tomoe? Dijo rápidamente tratando de cambiar de tema inmediatamente.
Pero durante el resto de la velada Kenshin se mostró totalmente distraído, Tomoe no entendía nada, pero definitivamente la situación no le agradaba en lo más mínimo.
- Kenshin estoy cansada, quiero ir a casa.
Él ni siquiera le dio una respuesta, y condujeron hasta la casa del juez totalmente en silencio. Tomoe esperó a que estuvieran en la casa para aclarar todo, y mirándole directamente a los ojos preguntó nuevamente.
- Kenshin, la chica del restaurante, ¿la conocías?
- No, contestó en voz baja, sabiendo que no tenía mas remedio que mentir. Para Tomoe no habría tenido ningún sentido si trataba de explicarle acerca de Kaoru, a decir verdad para él tampoco tenía mucho sentido, pero no podía librarse de los sentimientos que lo dominaban, que la niña del dojo le provocaba. - ¿A que viene tanta insistencia de todas formas?
- A mí nunca me has mirado así....
Era la primera vez que Tomoe se enojaba con él.
- No seas ridícula, no sé de que hablas, y si no te molesta voy a caminar un rato, le dijo con un tono que le había producido escalofríos, en lo que tenía de conocerlo nunca lo había visto tan alterado, su mirada tenía un cierto color dorado que le había cortado la respiración. Y dando la media vuelta se fue dejando a una Tomoe totalmente confundida.
Aquella noche Kenshin estuvo casi una hora contemplando el lago y pensando en Kaoru. Estaba totalmente diferente de cómo él la recordaba. Por alguna extraña razón aquella inocencia que irradiaba ya no era la misma, sabía perfectamente que su canción encerraba soledad, dolor y angustia, deseaba desesperadamente saber la razón. Y recordando aquella voz maravillosa, esbozó una sonrisa. Aquella noche cuando cerró los ojos, sólo pudo ver a Kaoru.
Era domingo por la mañana y Kenshin bajó rápidamente a desayunar, se le notaba con más energía que nunca, y conversó animadamente con el juez Barkley, Tomoe desayunó es su habitación al igual que su madre y no vio a su futuro esposo hasta el medio día. No comentó nada sobre la noche anterior, ni le preguntó más sobre Kaoru.
Kenshin tenía que regresar al día siguiente a Nueva York y deseaba ver a Kaoru, pero al parecer no iba a tener tiempo. Lo estuvo pensando toda la mañana y por la tarde telefoneó al restaurante Sagara´s. Le informaron que abrirían esa noche. Fue en ese momento cuando decidió ir. Cuando terminó la llamada, su prometida le preguntó intrigada con quién había hablado. Por nada del mundo quería mentirle pero no teniendo otra opción le respondió:
- Un socio del trabajo me llamó, está en la ciudad y quiere que nos veamos esta noche. Ella por su parte no pidió acompañarlo así que era la ocasión perfecta para ver a Kaoru, aunque fuera la ultima vez que lo hiciera. Así que abandonó la casa del juez a las nueve en punto y se dirigió al restaurante en un taxi. Mientras miraba por la ventanilla se sintió terriblemente culpable. Acababa de comprometerse en matrimonio he iba a ver a otra chica, pero tenía que intentar verla, sabía que no podía desperdiciar esa oportunidad. Cuando por fin llegó, pidió un whisky y espero a que Kaoru hiciera su aparición. Necesitaba escucharla una vez más. Cuando la joven salió al escenario, volvió a producirse esa atmósfera mágica que le arrebataba el alma. Al finalizar la actuación de Kaoru, Kenshin pidió a Tsunan que le llevara una nota.
Mientras tanto Kaoru se encontraba platicando animadamente con Megumi sobre su actuación de esa noche.
- Cada vez lo haces mejor chica, los clientes te adoran.
- Gracias Megumi, dijo la chica sonrojándose un poco por el comentario de su amiga.
- Disculpen que las interrumpa señoritas, pero tiene usted una nota señorita Kaoru. Tsunan puso entre las manos de su joven amiga la misteriosa nota.
Cuando Kaoru abrió el papel se quedó sin habla, en la nota Kenshin, le recordaba sus visitas al Dojo Kamiya. La joven no lo podía creer, Kenshin estaba entre los clientes del restaurante.
- Kaoru ¿te encuentras bien? Estás pálida....
- Sí, Megumi es que....
Kenshin que la había observado atentamente temió por un instante que Kaoru ni siquiera lo recordara. Pero sus miradas por fin se encontraron, lo miró un largo rato como si mirara a un desconocido, se acercó lentamente y extendió su mano para saludarlo.
- Hola Kaoru, dijo con voz temblorosa, -cuánto tiempo sin vernos....
- Hola capitán Himura, contestó sonriéndole tímidamente, - yo...., yo creí que ya no me recordaba.
- No, no pienses eso por favor, claro que te recuerdo. * Si supieras que jamás te he olvidado * , ¿Crees que puedas sentarte a platicar un momento?, digo si no te molesta. Estaba demasiado nervioso, y se le dificultaba el articular palabra alguna.
- Por supuesto, me encantaría platicar con usted.
- Puedes llamarme Kenshin, el cargo de capitán ya quedó atrás, dijo Kenshin con una sonrisa en el rostro, - y dime, ¿cuándo llegaste a San Francisco? preguntó intrigado.
- Llegué hace unos 6 meses, entonces trabajaba como camarera, pero ya llevo 2 meses cantando.
Mientras la escuchaba, Kenshin trataba de recordar que edad tenía, no podía tener más de dieciocho años, pero comprendió que la vida no había sido benigna con ella, lo adivinaba por sus ojos y su forma de cantar, era como si ocultara un doloroso secreto.
- Lo haces mucho mejor que cuando te conocí.
- Gracias, es fácil porque me gusta. Kaoru sentía como su corazón latía fuertemente, no podía creer que estuviera frente a Kenshin, era como un hermoso sueño del que no quería despertar jamás.
Ambos se miraron como si quisieran adivinar sus pensamientos. De pronto no pudiendo con su curiosidad él sintió el impulso de preguntarle como había estado y averiguar si su corazonada era acertada y le había pasado algo malo a Kaoru.
- Y dime ¿cómo has estado?
A ella le emocionó escuchar esta pregunta, en mucho tiempo nadie se preocupaba por saber como estaba.
- Pues.... creo que bien, tengo nuevos amigos y una nueva vida.
- Kaoru ¿podría hacerte otra pregunta?
- Claro Kenshin, dijo desviando nerviosamente la mirada.
- ¿Porqué viniste a San Francisco? He de confesarte que estoy muy sorprendido de encontrarte aquí. No tienes que responderme si te incomoda, es solo que....
Kaoru dio un profundo suspiro y le interrumpió bruscamente. - Mi padre murió y entonces cambiaron muchas cosas.
- Yo....lo siento Kaoru....no debí de ser tan entrometido.
- No está bien, no he hablado de eso desde entonces, creo que me hará bien hacerlo ahora.
- Entonces ¿tu madre se encarga del dojo?
- No, Kosuke lo hace ahora, dijo la muchacha tratando de ocultar el rencor que sentía por él.
Kenshin recordaba que un joven con el cabello un poco despeinado, que la molestaba de vez en cuando, obviamente todo en broma ya que él muchacho mostraba gran afecto por ella.
- ¿Y tu hermano, como está?
De pronto un profundo dolor apareció en los hermosos ojos de Kaoru. - Yahiko murió hace medio año.
Definitivamente, la vida había sido muy dura con ella. Sin embargo ella no le dijo hasta que extremo, no quería decirle como había muerto Yahiko, ni porqué. Esa gran culpa aún la cargaba. Kaoru solo bajó la mirada para no encontrarse con la de Kenshin, no se sentía capaz de hacerlo. Cuándo por fin levantó la vista, él se sorprendió de la ira y el temor en sus ojos. Y no pudiendo evitarlo tomó las manos de la joven entre las suyas.
- Fue un accidente Kenshin, dijo con la voz entrecortada.- Kosuke le disparó.
- Sabes que cuentas conmigo, y si te hace sentir mejor hablar puedes contarme que ocurrió Kaoru.
Pero no podía contárselo todo, no podía decirle que Kosuke había intentado abusar de ella. Jamás se lo había dicho a nadie, los únicos que lo sabían eran Soujiro y Sarah, Tendría que vivir con aquella vergüenza por siempre.
- Creo que yo tuve la culpa, es que, sucedió algo entre Kosuke y yo. No sé que me ocurrió pero perdí totalmente la calma. Kenshin al ver como la joven se desmoronaba frente a él, apretó sus manos con más fuerza.
- Perseguí a Kosuke con la espada de papá, él tenía un arma y quiso dispararme con ella pero la bala alcanzó a Yahiko.
Kenshin estaba impactado, sin lograr comprender la razón que pudo impulsar a Kaoru para actuar de esa manera.
- El jefe de policía atribuyó la muerte de Yahiko a causas accidentales y yo me fui poco después de eso.
Aquellos acontecimientos habían cambiado su vida, mientras él estaba en elegantes cenas y cócteles, Kaoru había perdido a su padre y a su hermano. Lo que no podía comprender era como había logrado sobreponerse a semejantes situaciones.
- De todos modos, desde que murió mi padre no reinaba mucha armonía entre mamá y yo. Y ahora supongo que ella me culpa por la muerte de Yahiko, en cierto modo tiene razón, si yo no hubiera amenazado a Kosuke con esa espada, pero....., de pronto los ojos de Kaoru se llenaron de lágrimas y ya no pudo continuar más.
Kenshin sintió el impulso de abrazarla y decirle que todo iba a estar bien, que él la protegería de todo y de todos, incluso de su propia familia, pero la imagen de Tomoe cruzó por su mente, recordando su compromiso con ella. Pero decidió olvidarse de ella aunque fuera un momento.
- Kaoru, ¿has tenido noticias de tu madre desde entonces?
- No, ella no quiere saber nada de mí, todo ha terminado, ahora estoy aquí y esta es mi vida. El pasado quedó atrás.
Pero no todo había terminado, había dos personas que amaba demasiado, Soujiro y Sarah, se preguntó si Kenshin sabría algo de ellos así que decidió preguntarle. - ¿Has visto a Soujiro y a Sarah?
Kenshin sacudió la cabeza, sentía una gran culpa, por un par de veces había pasado la idea de ir a visitarlos pero no había podido hacerlo.
- No, pero pienso hacerlo ¿sabes si están bien?
Kaoru esbozó una triste sonrisa. -La semana pasada recibí una carta de Sarah. Espera otro niño. La joven comenzó a contarle algunas anécdotas sobre la pequeña Sonomi, y después tuvo que regresar a cantar. Kenshin estaba sorprendido, la persona que tenía frente a él había madurado mucho con el tiempo, hubiera podido pasar horas y horas platicando con ella. No quería dejarla nunca más. Intuyó que ella le necesitaba y deseó ayudarla. Así que prometió esperarla hasta que terminara su número.
Cuando Kaoru pisó el escenario por segunda vez, no le quitó la mirada ni un momentos y todas sus canciones fueron para él. Su acto terminó hacia la una de la mañana, rápidamente se fue a los vestidores para cambiarse, y en el momento en que Kenshin la vio salir vestida de su sencilla yukata y su cabello sujetado en una larga cola de caballo, supo que nada había cambiado, era como si hubiera regresado al pasado por un momento, pasaron una hora más platicando hasta que cerraron el local.
La acompañó hasta la casa de huéspedes de Yumi y permanecieron largo rato frente a la puerta. Él le habló de su vida en Nueva York, sus amigos y cosas así.
Al final, como si ambos lo hubieran estado esperando toda la noche, se inclinó hacia ella, con un poco de miedo de ser rechazado, y muy lentamente la rodeo con los brazos y la besó tiernamente.
- Kenshin..... dijo Kaoru apenas siendo un susurro, mientras él al estrechaba en sus brazos, - he soñado contigo, todo este tiempo....a veces pensaba que si hubieras estado allí todo hubiera sido distinto, Yahiko tal ves estaría vivo.
Pero había logrado sobrevivir sin él y sin su padre, se estaba abriendo camino por sí sola. Kenshin se preguntó si aún soñaba con ser actriz pero no lo mencionó.
- Ojalá hubiera estado a tu lado, jamás te olvidé, pero no creía que me recordaras. Pensé incluso que cuando te volviera a ver te habrías casado.
Jamás imaginó encontrarla convertida en una cantante al otro lado del mundo. Le asombró que la mano del destino lo hubiera conducido hasta ella. Hubiera podido regresar a Nueva York, sin siquiera saber que ella se encontraba ahí. Pero ahora que la había encontrado, no tenía ni la menor idea de lo que iba a hacer. Había viajado para formalizar su compromiso con Tomoe y ahora se encontraba frente a una casa de huéspedes enamorado de otra persona.
- Kenshin quiero decirte que yo, te quiero..... dijo ella como temiendo no volver a verle.
Él por su parte ya no podía más, como decirle que iba a casarse. - Yo también te quiero, le contestó abrazándola con fuerza.
Pensó que no tenía derecho a decírselo, pero era lo único realmente sincero en su vida. No podía prometerle nada, solo podía abrazarla fugazmente e irse a Nueva York al día siguiente. Pero ¿y si lo dejara todo? ¿por qué no podía quedarse con Kaoru? Ahora nada le importaba, nada ni nadie.
Kaoru se apartó y lo miró con una gran sonrisa. Y como si leyera sus pensamientos le preguntó.
- ¿Cuándo regresas a Nueva York?
- Mañana por la mañana.
- ¿Volverás a San Francisco? Le preguntó la chica sintiendo una gran tristeza.
- Sí, dijo mirándola directamente a los ojos. Tendría que regresar a Nueva York y dar muchas explicaciones.- Pero regresaré en cuanto pueda, tengo que arreglar algunos asuntos allá, pero te llamaré.
Le dio el nombre de su bufete, su número telefónico y la abrazó por última vez, se pudo percibir una promesa de un futuro juntos, no fue necesario decirla, ambos la sabían, tal vez abría alguna esperanza para ellos.
- No quiero irme Kaoru.....susurró contra su cabello mientras ella cerraba los ojos feliz de estar a su lado otra vez.
Pero ¿y si no volviera? de pronto él notó que su sonrisa desaparecía de su hermoso rostro.
- ¿Qué ocurre? ¿Porqué esa cara tan triste?
- Tengo mucho miedo Kenshin, dijo ella sabiendo que podía ser totalmente sincera.- ¿Y si no volvieras?
- Volveré te lo prometo. Y diciendo esto la acompaño hasta la puerta, Kaoru lo abrazó con fuerza y momentos después entró a la casa. Se sentía más viva que nunca, llena de esperanza.
Él la escuchó subir los peldaños de la escalera y vio desde afuera la luz de su habitación. Ella se acercó a la ventana y le despidió con la mano.
Y regresando a pie hasta la casa de los Barkley, Kenshin sintió el impulso de entrar a la habitación de Tomoe y confesarlo todo. Pero mejor decidió hacerlo por la mañana, para que no pensara que había bebido de más o se había vuelto loco. Sin embargo estaba más cuerdo de lo que jamás había estado en su vida, sabía exactamente lo que quería. Lo único que le faltaba era el medio para conseguirlo.
Continuará......
Yahooo otro capítulo terminado, espero que haya sido de su agrado, y pido disculpas de nuevo por haber desaparecido jeje, es que pues mi pc tuvo algunos problemas. Pero ya todo está a la perfección_______^
Y gracias por sus reviews GRACIAS GRACIAS GRACIAS!!!!!!!^^
Quiero agradecer a los comentarios de Kenkao, Madam Spooky, Bunny, jocky- misao y jennifer, gracias por sus reviews espero que continúen leyendo la historia y dejen reviews ^^
* También me gustaría hacer una aclaración, no me había dado cuenta que tenía activada la opción de no aceptar reviews anónimos, o sea no poder dejar reviews si no tienes cuenta en ff.net, pido disculpas por esto, ya desactivé la opción ^^. Así que las personas que no tienen cuenta porfa dejen sus reviews, ya saben que me mantienen inspirada. *
Bien sin más por el momento
Fuusina ^.~
En el capítulo anterior
Una pequeña orquesta estaba interpretando una linda balada y Tomoe sacó a bailar a Kenshin. Cuando regresaron a la mesa, las luces se apagaron de pronto y en el escenario apareció una muchacha frente a un micrófono. Lucía un vestido de raso azul pálido y su hermoso cabello negro le tapaba prácticamente el rostro, pero cuando el reflector le iluminó el rostro, a Kenshin se le paró el corazón. Era Kaoru.
Cuando comenzó a cantar se le cortó la respiración, era un sueño no era posible que estuviera frente a él y menos en aquel lugar.
Capítulo 8
La promesa de un futuro
Kenshin miraba extasiado la imagen de su hermosa Kaoru. Estaba todavía más bella de lo que él la recordaba, aparentaba unos cuantos años más de los que realmente tenía. Pero no podía quitar su mirada de sus hermosos ojos azules que le habían robado el corazón dos años antes. La voz de Kaoru le desgarró el alma, con una tristeza y un dolor que él sintió en lo más profundo de su ser. Estaba tan aturdido que no se dio cuenta que Tomoe le observaba. Deseó que aquel momento fuera eterno, ansiaba poder decirle que jamás la había olvidado, estaba dispuesto a interrumpir la actuación de Kaoru y gritar cuanto la quería, pero finalmente la joven se retiró del escenario. Se encendieron las luces y la orquesta volvió a interpretar música de baile.
Estaba inmensamente pálido y, mientras había observado a Kaoru, sin darse cuenta había retirado la mano que sostenía la de su prometida. Tomoe no pudiendo más con la situación preguntó intrigada.
- ¿Conoces a esa chica? Molesta, por la forma en que veía a la cantante.
Kenshin la observó detenidamente durante toda su interpretación, pero no vio en ella la menor señal de reconocimiento. Por desgracia el reflector había impedido que Kaoru viera a Kenshin mientras cantaba con gran emoción hacia su amor perdido, que irónicamente estaba sentado frente a ella y las penas de una vida rota.
- Bueno yo....no, es que, lo ha hecho de maravilla ¿no crees? Afirmó Kenshin nerviosamente, mientras daba un buen trago a su whisky, curiosamente jamás le había gustado y ahora era justo lo que necesitaba.
- Tengo que admitir que es muy guapa si a eso te refieres, replicó la joven ofendida.
- ¿Bailamos Tomoe? Dijo rápidamente tratando de cambiar de tema inmediatamente.
Pero durante el resto de la velada Kenshin se mostró totalmente distraído, Tomoe no entendía nada, pero definitivamente la situación no le agradaba en lo más mínimo.
- Kenshin estoy cansada, quiero ir a casa.
Él ni siquiera le dio una respuesta, y condujeron hasta la casa del juez totalmente en silencio. Tomoe esperó a que estuvieran en la casa para aclarar todo, y mirándole directamente a los ojos preguntó nuevamente.
- Kenshin, la chica del restaurante, ¿la conocías?
- No, contestó en voz baja, sabiendo que no tenía mas remedio que mentir. Para Tomoe no habría tenido ningún sentido si trataba de explicarle acerca de Kaoru, a decir verdad para él tampoco tenía mucho sentido, pero no podía librarse de los sentimientos que lo dominaban, que la niña del dojo le provocaba. - ¿A que viene tanta insistencia de todas formas?
- A mí nunca me has mirado así....
Era la primera vez que Tomoe se enojaba con él.
- No seas ridícula, no sé de que hablas, y si no te molesta voy a caminar un rato, le dijo con un tono que le había producido escalofríos, en lo que tenía de conocerlo nunca lo había visto tan alterado, su mirada tenía un cierto color dorado que le había cortado la respiración. Y dando la media vuelta se fue dejando a una Tomoe totalmente confundida.
Aquella noche Kenshin estuvo casi una hora contemplando el lago y pensando en Kaoru. Estaba totalmente diferente de cómo él la recordaba. Por alguna extraña razón aquella inocencia que irradiaba ya no era la misma, sabía perfectamente que su canción encerraba soledad, dolor y angustia, deseaba desesperadamente saber la razón. Y recordando aquella voz maravillosa, esbozó una sonrisa. Aquella noche cuando cerró los ojos, sólo pudo ver a Kaoru.
Era domingo por la mañana y Kenshin bajó rápidamente a desayunar, se le notaba con más energía que nunca, y conversó animadamente con el juez Barkley, Tomoe desayunó es su habitación al igual que su madre y no vio a su futuro esposo hasta el medio día. No comentó nada sobre la noche anterior, ni le preguntó más sobre Kaoru.
Kenshin tenía que regresar al día siguiente a Nueva York y deseaba ver a Kaoru, pero al parecer no iba a tener tiempo. Lo estuvo pensando toda la mañana y por la tarde telefoneó al restaurante Sagara´s. Le informaron que abrirían esa noche. Fue en ese momento cuando decidió ir. Cuando terminó la llamada, su prometida le preguntó intrigada con quién había hablado. Por nada del mundo quería mentirle pero no teniendo otra opción le respondió:
- Un socio del trabajo me llamó, está en la ciudad y quiere que nos veamos esta noche. Ella por su parte no pidió acompañarlo así que era la ocasión perfecta para ver a Kaoru, aunque fuera la ultima vez que lo hiciera. Así que abandonó la casa del juez a las nueve en punto y se dirigió al restaurante en un taxi. Mientras miraba por la ventanilla se sintió terriblemente culpable. Acababa de comprometerse en matrimonio he iba a ver a otra chica, pero tenía que intentar verla, sabía que no podía desperdiciar esa oportunidad. Cuando por fin llegó, pidió un whisky y espero a que Kaoru hiciera su aparición. Necesitaba escucharla una vez más. Cuando la joven salió al escenario, volvió a producirse esa atmósfera mágica que le arrebataba el alma. Al finalizar la actuación de Kaoru, Kenshin pidió a Tsunan que le llevara una nota.
Mientras tanto Kaoru se encontraba platicando animadamente con Megumi sobre su actuación de esa noche.
- Cada vez lo haces mejor chica, los clientes te adoran.
- Gracias Megumi, dijo la chica sonrojándose un poco por el comentario de su amiga.
- Disculpen que las interrumpa señoritas, pero tiene usted una nota señorita Kaoru. Tsunan puso entre las manos de su joven amiga la misteriosa nota.
Cuando Kaoru abrió el papel se quedó sin habla, en la nota Kenshin, le recordaba sus visitas al Dojo Kamiya. La joven no lo podía creer, Kenshin estaba entre los clientes del restaurante.
- Kaoru ¿te encuentras bien? Estás pálida....
- Sí, Megumi es que....
Kenshin que la había observado atentamente temió por un instante que Kaoru ni siquiera lo recordara. Pero sus miradas por fin se encontraron, lo miró un largo rato como si mirara a un desconocido, se acercó lentamente y extendió su mano para saludarlo.
- Hola Kaoru, dijo con voz temblorosa, -cuánto tiempo sin vernos....
- Hola capitán Himura, contestó sonriéndole tímidamente, - yo...., yo creí que ya no me recordaba.
- No, no pienses eso por favor, claro que te recuerdo. * Si supieras que jamás te he olvidado * , ¿Crees que puedas sentarte a platicar un momento?, digo si no te molesta. Estaba demasiado nervioso, y se le dificultaba el articular palabra alguna.
- Por supuesto, me encantaría platicar con usted.
- Puedes llamarme Kenshin, el cargo de capitán ya quedó atrás, dijo Kenshin con una sonrisa en el rostro, - y dime, ¿cuándo llegaste a San Francisco? preguntó intrigado.
- Llegué hace unos 6 meses, entonces trabajaba como camarera, pero ya llevo 2 meses cantando.
Mientras la escuchaba, Kenshin trataba de recordar que edad tenía, no podía tener más de dieciocho años, pero comprendió que la vida no había sido benigna con ella, lo adivinaba por sus ojos y su forma de cantar, era como si ocultara un doloroso secreto.
- Lo haces mucho mejor que cuando te conocí.
- Gracias, es fácil porque me gusta. Kaoru sentía como su corazón latía fuertemente, no podía creer que estuviera frente a Kenshin, era como un hermoso sueño del que no quería despertar jamás.
Ambos se miraron como si quisieran adivinar sus pensamientos. De pronto no pudiendo con su curiosidad él sintió el impulso de preguntarle como había estado y averiguar si su corazonada era acertada y le había pasado algo malo a Kaoru.
- Y dime ¿cómo has estado?
A ella le emocionó escuchar esta pregunta, en mucho tiempo nadie se preocupaba por saber como estaba.
- Pues.... creo que bien, tengo nuevos amigos y una nueva vida.
- Kaoru ¿podría hacerte otra pregunta?
- Claro Kenshin, dijo desviando nerviosamente la mirada.
- ¿Porqué viniste a San Francisco? He de confesarte que estoy muy sorprendido de encontrarte aquí. No tienes que responderme si te incomoda, es solo que....
Kaoru dio un profundo suspiro y le interrumpió bruscamente. - Mi padre murió y entonces cambiaron muchas cosas.
- Yo....lo siento Kaoru....no debí de ser tan entrometido.
- No está bien, no he hablado de eso desde entonces, creo que me hará bien hacerlo ahora.
- Entonces ¿tu madre se encarga del dojo?
- No, Kosuke lo hace ahora, dijo la muchacha tratando de ocultar el rencor que sentía por él.
Kenshin recordaba que un joven con el cabello un poco despeinado, que la molestaba de vez en cuando, obviamente todo en broma ya que él muchacho mostraba gran afecto por ella.
- ¿Y tu hermano, como está?
De pronto un profundo dolor apareció en los hermosos ojos de Kaoru. - Yahiko murió hace medio año.
Definitivamente, la vida había sido muy dura con ella. Sin embargo ella no le dijo hasta que extremo, no quería decirle como había muerto Yahiko, ni porqué. Esa gran culpa aún la cargaba. Kaoru solo bajó la mirada para no encontrarse con la de Kenshin, no se sentía capaz de hacerlo. Cuándo por fin levantó la vista, él se sorprendió de la ira y el temor en sus ojos. Y no pudiendo evitarlo tomó las manos de la joven entre las suyas.
- Fue un accidente Kenshin, dijo con la voz entrecortada.- Kosuke le disparó.
- Sabes que cuentas conmigo, y si te hace sentir mejor hablar puedes contarme que ocurrió Kaoru.
Pero no podía contárselo todo, no podía decirle que Kosuke había intentado abusar de ella. Jamás se lo había dicho a nadie, los únicos que lo sabían eran Soujiro y Sarah, Tendría que vivir con aquella vergüenza por siempre.
- Creo que yo tuve la culpa, es que, sucedió algo entre Kosuke y yo. No sé que me ocurrió pero perdí totalmente la calma. Kenshin al ver como la joven se desmoronaba frente a él, apretó sus manos con más fuerza.
- Perseguí a Kosuke con la espada de papá, él tenía un arma y quiso dispararme con ella pero la bala alcanzó a Yahiko.
Kenshin estaba impactado, sin lograr comprender la razón que pudo impulsar a Kaoru para actuar de esa manera.
- El jefe de policía atribuyó la muerte de Yahiko a causas accidentales y yo me fui poco después de eso.
Aquellos acontecimientos habían cambiado su vida, mientras él estaba en elegantes cenas y cócteles, Kaoru había perdido a su padre y a su hermano. Lo que no podía comprender era como había logrado sobreponerse a semejantes situaciones.
- De todos modos, desde que murió mi padre no reinaba mucha armonía entre mamá y yo. Y ahora supongo que ella me culpa por la muerte de Yahiko, en cierto modo tiene razón, si yo no hubiera amenazado a Kosuke con esa espada, pero....., de pronto los ojos de Kaoru se llenaron de lágrimas y ya no pudo continuar más.
Kenshin sintió el impulso de abrazarla y decirle que todo iba a estar bien, que él la protegería de todo y de todos, incluso de su propia familia, pero la imagen de Tomoe cruzó por su mente, recordando su compromiso con ella. Pero decidió olvidarse de ella aunque fuera un momento.
- Kaoru, ¿has tenido noticias de tu madre desde entonces?
- No, ella no quiere saber nada de mí, todo ha terminado, ahora estoy aquí y esta es mi vida. El pasado quedó atrás.
Pero no todo había terminado, había dos personas que amaba demasiado, Soujiro y Sarah, se preguntó si Kenshin sabría algo de ellos así que decidió preguntarle. - ¿Has visto a Soujiro y a Sarah?
Kenshin sacudió la cabeza, sentía una gran culpa, por un par de veces había pasado la idea de ir a visitarlos pero no había podido hacerlo.
- No, pero pienso hacerlo ¿sabes si están bien?
Kaoru esbozó una triste sonrisa. -La semana pasada recibí una carta de Sarah. Espera otro niño. La joven comenzó a contarle algunas anécdotas sobre la pequeña Sonomi, y después tuvo que regresar a cantar. Kenshin estaba sorprendido, la persona que tenía frente a él había madurado mucho con el tiempo, hubiera podido pasar horas y horas platicando con ella. No quería dejarla nunca más. Intuyó que ella le necesitaba y deseó ayudarla. Así que prometió esperarla hasta que terminara su número.
Cuando Kaoru pisó el escenario por segunda vez, no le quitó la mirada ni un momentos y todas sus canciones fueron para él. Su acto terminó hacia la una de la mañana, rápidamente se fue a los vestidores para cambiarse, y en el momento en que Kenshin la vio salir vestida de su sencilla yukata y su cabello sujetado en una larga cola de caballo, supo que nada había cambiado, era como si hubiera regresado al pasado por un momento, pasaron una hora más platicando hasta que cerraron el local.
La acompañó hasta la casa de huéspedes de Yumi y permanecieron largo rato frente a la puerta. Él le habló de su vida en Nueva York, sus amigos y cosas así.
Al final, como si ambos lo hubieran estado esperando toda la noche, se inclinó hacia ella, con un poco de miedo de ser rechazado, y muy lentamente la rodeo con los brazos y la besó tiernamente.
- Kenshin..... dijo Kaoru apenas siendo un susurro, mientras él al estrechaba en sus brazos, - he soñado contigo, todo este tiempo....a veces pensaba que si hubieras estado allí todo hubiera sido distinto, Yahiko tal ves estaría vivo.
Pero había logrado sobrevivir sin él y sin su padre, se estaba abriendo camino por sí sola. Kenshin se preguntó si aún soñaba con ser actriz pero no lo mencionó.
- Ojalá hubiera estado a tu lado, jamás te olvidé, pero no creía que me recordaras. Pensé incluso que cuando te volviera a ver te habrías casado.
Jamás imaginó encontrarla convertida en una cantante al otro lado del mundo. Le asombró que la mano del destino lo hubiera conducido hasta ella. Hubiera podido regresar a Nueva York, sin siquiera saber que ella se encontraba ahí. Pero ahora que la había encontrado, no tenía ni la menor idea de lo que iba a hacer. Había viajado para formalizar su compromiso con Tomoe y ahora se encontraba frente a una casa de huéspedes enamorado de otra persona.
- Kenshin quiero decirte que yo, te quiero..... dijo ella como temiendo no volver a verle.
Él por su parte ya no podía más, como decirle que iba a casarse. - Yo también te quiero, le contestó abrazándola con fuerza.
Pensó que no tenía derecho a decírselo, pero era lo único realmente sincero en su vida. No podía prometerle nada, solo podía abrazarla fugazmente e irse a Nueva York al día siguiente. Pero ¿y si lo dejara todo? ¿por qué no podía quedarse con Kaoru? Ahora nada le importaba, nada ni nadie.
Kaoru se apartó y lo miró con una gran sonrisa. Y como si leyera sus pensamientos le preguntó.
- ¿Cuándo regresas a Nueva York?
- Mañana por la mañana.
- ¿Volverás a San Francisco? Le preguntó la chica sintiendo una gran tristeza.
- Sí, dijo mirándola directamente a los ojos. Tendría que regresar a Nueva York y dar muchas explicaciones.- Pero regresaré en cuanto pueda, tengo que arreglar algunos asuntos allá, pero te llamaré.
Le dio el nombre de su bufete, su número telefónico y la abrazó por última vez, se pudo percibir una promesa de un futuro juntos, no fue necesario decirla, ambos la sabían, tal vez abría alguna esperanza para ellos.
- No quiero irme Kaoru.....susurró contra su cabello mientras ella cerraba los ojos feliz de estar a su lado otra vez.
Pero ¿y si no volviera? de pronto él notó que su sonrisa desaparecía de su hermoso rostro.
- ¿Qué ocurre? ¿Porqué esa cara tan triste?
- Tengo mucho miedo Kenshin, dijo ella sabiendo que podía ser totalmente sincera.- ¿Y si no volvieras?
- Volveré te lo prometo. Y diciendo esto la acompaño hasta la puerta, Kaoru lo abrazó con fuerza y momentos después entró a la casa. Se sentía más viva que nunca, llena de esperanza.
Él la escuchó subir los peldaños de la escalera y vio desde afuera la luz de su habitación. Ella se acercó a la ventana y le despidió con la mano.
Y regresando a pie hasta la casa de los Barkley, Kenshin sintió el impulso de entrar a la habitación de Tomoe y confesarlo todo. Pero mejor decidió hacerlo por la mañana, para que no pensara que había bebido de más o se había vuelto loco. Sin embargo estaba más cuerdo de lo que jamás había estado en su vida, sabía exactamente lo que quería. Lo único que le faltaba era el medio para conseguirlo.
Continuará......
Yahooo otro capítulo terminado, espero que haya sido de su agrado, y pido disculpas de nuevo por haber desaparecido jeje, es que pues mi pc tuvo algunos problemas. Pero ya todo está a la perfección_______^
Y gracias por sus reviews GRACIAS GRACIAS GRACIAS!!!!!!!^^
Quiero agradecer a los comentarios de Kenkao, Madam Spooky, Bunny, jocky- misao y jennifer, gracias por sus reviews espero que continúen leyendo la historia y dejen reviews ^^
* También me gustaría hacer una aclaración, no me había dado cuenta que tenía activada la opción de no aceptar reviews anónimos, o sea no poder dejar reviews si no tienes cuenta en ff.net, pido disculpas por esto, ya desactivé la opción ^^. Así que las personas que no tienen cuenta porfa dejen sus reviews, ya saben que me mantienen inspirada. *
Bien sin más por el momento
Fuusina ^.~
