En el capítulo anterior
Y regresando a pie hasta la casa de los Barkley, Kenshin sintió el impulso de entrar a la habitación de Tomoe y confesarlo todo. Pero mejor decidió hacerlo por la mañana, para que no pensara que había bebido de más o se había vuelto loco. Sin embargo estaba más cuerdo de lo que jamás había estado en su vida, sabía exactamente lo que quería. Lo único que le faltaba era el medio para conseguirlo.
Capítulo 9
¿El definitivo adiós?
Ya todos estaban sentados en la mesa desayunando, cuando Kenshin bajó a la mañana siguiente. Hubiera sido un momento perfecto para anunciar que no se casaría con Tomoe. Sin embargo, al entrar al comedor recién afeitado, con el rostro pálido tras apenas 3 horas de sueño no pudo interrumpir su animada conversación.
- Anoche llegaste muy tarde Kenshin, le dijo Tomoe en voz baja.
Estaban apunto de salir al aeropuerto para regresar a Nueva York, pero ésta vez Kenshin ya no regresaría solo, estaría acompañado de su futura esposa y la familia Barkley. Todos comentaban sobre la boda y parecían muy entusiasmados, irónicamente el novio era el menos conmovido, de repente tuvo el impulso de gritarles que no habría boda, pero logró controlarse, no era el momento ni el lugar adecuado para hablarles de Kaoru. Lo más correcto sería decírselo a Tomoe en privado.
Se sirvió una taza de té, y permaneció sentado en silencio mientras todos hablaban. Hiroshi fue el primero en darse cuenta de que su cuñado no había abierto la boca en toda la mañana y no pudo resistir la tentación de bromear un poco con él.
- ¿Tiene resaca mi futuro cuñado? Todos sabemos la fama que tienen los abogados ya sabes, se pasan un poco con las copas.
Al escuchar el comentario de Hiroshi todos rieron menos Kenshin, estaba demasiado pálido, parecía que había visto un fantasma o algo mucho peor.
- Vamos anímate ya hombre, estarás mejor cuando tomes un trago en el avión.
- Gracias Hiroshi, dijo Kenshin tratando de esbozar una sonrisa.
Pero no necesitaba un trago, lo que necesitaba era la compañía de Kaoru.
Poco después se dirigieron al aeropuerto, Kenshin siguió sin hablar hasta que estuvieron a bordo de la aeronave.. Tomoe le miró muy seria, intuyendo que algo había ocurrido. Jamás lo había visto tan serio.
- ¿Qué ocurre? Le preguntó directamente.
Era sin duda la pregunta perfecta, pero él no se atrevió a responder. Los padres de la chica estaban sentados al otro lado del pasillo, y Hiroshi detrás. Quería ahorrarle a Tome el dolor de enterarse de la noticia delante de su familia. Así que sacudió la cabeza y ella miró a través de la ventanilla. Estaba dolida con él, pero no quiso preguntarle nada más. Al poco rato se quedó dormida y Kenshin sintió un gran remordimiento aunque no hasta el extremo de estar dispuesto a seguir adelante con los planes de boda. No amaba a Tomoe ahora lo sabía, estaba totalmente enamorado de Kaoru.
Aún recordaba su hermoso y sedoso cabello, sus suaves labios sobre los suyos y sus bellos ojos que solo reflejaban amor. Temía quedarse a solas con Tomoe y confesarle todo. Pero tendría que decirle la verdad, por nada del mundo hubiera querido herirla.
Al llegar por fin a Nueva York, el juez Barkley, su esposa y Hiroshi tomaron un taxi, mientras que Kenshin y Tomoe se dirigieron al estacionamiento del aeropuerto donde él había dejado su automóvil. Ambos permanecieron totalmente en silencio y tras media hora la joven no pudo resistirlo más.
- Kenshin, dime por favor ¿qué ocurre?, ¿qué pasó anoche?, desde que partimos estabas muy extraño.
Éste supo que era momento de decirle la verdad, Tomoe le miraba expectante, por un momento pasó por su mente el recuerdo de la cantante del restaurante, se preguntó si ella tendría que ver en el comportamiento de su prometido, pero no lo creyó posible.
- ¿Acaso hay algo que debo saber?, contéstame Kenshin Tomoe, sin darse cuenta había alzado su tono de voz.
Sin pensarlo un momento más, el apuesto pelirrojo, se apartó de la carretera, paró el automóvil y se volvió hacia ella. Tomoe lo miró extrañamente tranquila, esperando las respuestas a todas sus preguntas.
- No puedo casarme contigo, hasta él mismo se sorprendió de sus propias palabras. Pero lo más sorprendente fue la expresión de Tomoe, estaba interesada por el comentario, pero no asustada.
- ¿Te importaría decirme porqué?
No quería decirle que no la amaba, hubiera sido demasiado duro y no era justo, ella no tenía la culpa de no ser Kaoru.
- Simplemente no puedo, no seríamos felices.
- Eso es lo más estúpido que he escuchado en mi vida, lo que menos esperaba es que fueras un cobarde.
Kenshin la miró extrañado creyó que la joven no estaba comprendiendo la situación. - ¿Y eso que tiene que ver? Preguntó mientras ella encendía un cigarrillo.
- Tiene mucho que ver, estás asustado y no te atreves enfrentar la situación. ¿Serías capaz de abandonarlo todo y correr como un conejo asustado? Todo el mundo tiene miedo y que. Ten un poco de valor cariño. Emborráchate un poco, llora con tus amigos y con te preocupes. ¿Acaso crees que otros hombres no tienen miedo?
- * Sin embargo los otros hombres no están enamorados de Kaoru * pensó Kenshin. -No es tan sencillo Tomoe.
No quería hablarle de Kaoru y que estaba enamorado desde ella contaba con sólo 14 años.
- Será sencillo si tú lo quieres, ¿qué te parece si olvidamos todo esto y hacemos como si ésta conversación no hubiera pasado?
- ¡¡No maldita sea!! ¡¿Qué es lo que no entiendes?! No soy lo que crees y nunca lo seré. No aspiro a las mismas cosas que tú. No me interesa el dinero, la fama y la "importancia" Nunca seré el hombre que tu quieres y para que lo sepas, tampoco me interesa serlo.
Sus ojos habían adquirido un suave tono dorado, no quería llegar a este extremo, pero Tomoe lo había orillado. Ella por un momento sintió un poco de temor no le gustaba cuando Kenshin tenía esa mirada fría, pero se armó de valor y respondió.
- ¿Y qué me dices de mí ya que estamos en estas? ¿Cuáles son mis defectos, porque por lo que veo de eso se trata, verdad? Aquí no estamos hablando de lo que no eres, sino de lo que yo no soy.
A Kenshin le dolió su sinceridad, tenía toda la razón, le estaba reprochando el no ser Kaoru. Así que decidió tranquilizarse y tratar de acabar con todo esto de la mejor manera posible.
- Tú no me necesitas. Él se sintió un poco tonto al decirle su supuesta razón ya que era una vil mentira.
- ¿De que estás hablando?, claro que sí, pero no tengo que gritarlo para que lo comprendas. Y por si fuera poco me gustas, y mucho, creo que juntos podríamos hacer grandes cosas si nos lo proponemos. Me pareces inteligente, guapo y divertido. Nos la pasaríamos de maravilla. ¿Acaso eso te parece tan terrible?
- No me parece terrible, no hay nada que lo sea, tú mucho menos. Pero entiende que necesitamos algo más que eso. ¿No lo ves? El matrimonio no es un negocio, en el que se saca provecho.
Kenshin había levantado su tono de voz nuevamente, estaba luchando por su vida y ella no parecía darse cuenta.
- Necesito ver la vida de otra forma Tomoe, puede que sea un sueño absurdo pero así lo quiero yo. Créeme si nos casamos, dentro de un año, cinco o diez, lo lamentaremos amargamente.
- ¿A ti te importa mucho tu trabajo, cierto Kenshin?
Él la miró lleno de dudas, ¿qué quería decir con eso? Claro que le importaba su trabajo, el dinero lo mandaba a Japón y Seijuro Hiko vivía de esa pensión. Ya nada era lo mismo desde que tuvo un accidente hace casi 5 años. Estaba enfermo y necesitaba ese dinero para doctores y medicinas.
- ¿Qué quieres decir con eso?
La expresión de la joven cambió con una sonrisa muy sospechosa. - Quiero decir, tú conseguiste el puesto que tienes gracias a mi padre ¿cierto? Lo que eres hoy se lo debes a él y en parte a mí. No querrás perderlo ¿o me equivoco?, también tengo entendido que mandas parte de tus ganancias a Japón donde está la única familia que te queda o algo así. ¿Qué pasaría si ya no puedes enviar más dinero? Además para que lo sepas, tu le firmaste a mi padre un poder notarial, o lo que es lo mismo estás en nuestras manos, tú te alejas y podemos llevarte a la cárcel por desvío de fondos. Y no tendrás como comprobar que eres inocente.
Él no daba créditos a sus oídos, estaba paralizado, pensó que romper su compromiso con la chica sería difícil, pero no esperaba algo parecido.
- Tomoe....., le dijo tratando de contener su rabia. No caigas en el chantaje conmigo, no seas tan mezquina.
- Piénsalo muy bien, no te dejaré ir Kenshin Himura, entérate de eso. Además lo que te pasó anoche, ya me lo imagino, pero pienso continuar con nuestras vidas como ahora.
- ¡Si nos casamos destruiremos nuestras vidas, y a ti no parece importarte!
- Querido, dijo la chica en un tono dulce pasando su mano por la mejilla de Kenshin. La infidelidad no es motivo suficiente para destruir nuestra relación, ya no tienes que ocultarme más lo que pasó anoche. Sí se trata de eso, tranquilízate como un hombre normal, y deja de quejarte, cómprame una joya y listo.
No había la menor duda de que Tomoe era una mujer extremadamente fría. Él aún sentía una rabia incontrolable, estaba atado de pies y de manos. Había caído en su chantaje, sin embargo no le gustaba que rebajara a Kaoru a una aventura de una noche, era mucho más que eso. Decidió dejar las cosas hasta ahí, ya no quería discutir más con ella, y puso en marcha el automóvil. Ahora estaba más confundido que nunca. Y por primera vez en su vida dudó si Kaoru y él tenían algún futuro juntos.
Cuando al fin llegaron a Nueva York dejó a Tomoe en un hotel. Ni siquiera quería dirigirle la palabra, experimentaba toda clase de emociones. Lo único que pudo decirle fue:
- Después hablaremos seriamente de esto, le dijo en un tono tan frío como un témpano de hielo. Durante el trayecto de regreso a su departamento, se sentía terriblemente estúpido. Aquella noche cuando pensaba en Kaoru tendido en su cama, comprendió el verdadero alcance de su problema con Tomoe, la joven no aceptaría ninguna excusa, mientras él solo quería regresar a San Francisco para reunirse con otra mujer. Por primera vez en mucho tiempo se sintió perdido, deseaba sentir apoyo, alguien que le ayudara, pero estaba solo en Nueva York.
A la mañana siguiente tenía ganas de llamarle a Kaoru, pero tenía que resolver primero su problema con Tomoe. Pasó una semana terrible, no ponía atención a su trabajo y apenas comía. El comportamiento de Tomoe lo había dejado sin habla, estaba jugando con él. Sentía una gran impotencia, después más dudas sobre Kaoru rondaban en su mente, apenas la conocía, sin embargo sabía que solo eran justificaciones.
Estaba tan desmejorado que hasta uno de sus compañeros del trabajo bromeó al respeto.
- Vaya Kenshin, tuviste un fin de semana muy agitado, mírate nada más parece que has envejecido por lo menos 10 años.
Él solo se limitó a sonreír, comprendió que necesitaba hablar con alguien.
Hajime Saitou, se acababa de incorporarse al despacho de abogados, era brillante y tenía una prometedora carrera. Su padre había sido uno de los fundadores de aquel prestigioso bufete y había decidido continuar con la tradición familiar. Sus ojos eran fríos y calculadores, todos sabían que nadie podía engañar a Saitou sin embargo, Kenshin había entablado una amistad con él y le tenía mucha confianza.
- ¿Qué te preocupa? Le preguntó su compañero intuyendo la angustia del pelirrojo.
Los dos amigos estaban en un bar, Kenshin había pedido un trago, mientras que su compañero fumaba sin cesar.
- Creo que me estoy volviendo loco.
- Supongo que tienes razón, pero en este tiempo, ¿quién no?, esbozó una sonrisa y encendió otro cigarrillo. - ¿Hay alguna razón en especial?
Por su parte Kenshin no sabía ni como explicarlo ¿Cómo podía decirle que estaba enamorado de Kaoru? - Este fin de semana me tropecé con una antigua amistad en San Francisco.
- ¿Una mujer cierto?, dijo Saitou adivinándolo de inmediato por la expresión de su amigo.
- Hace tiempo que la conozco, dejé de verla un tiempo y creí haberla olvidado, pero cuando la vi de nuevo yo....
Saitou tenía una sonrisa un tanto burlona. - Acabaste en la cama con ella, dijo casi asegurándolo, a él le había pasado algo similar unos días antes de su boda con Tokio. - No te preocupes Kenshin, lo superarás.
- Y sí no lo supero ¿qué?, además no me acosté con ella, dijo enojado.
- Pues te felicito entonces, con más razón lo superarás. Tranquilízate, Tomoe es una gran chica, y no estaría nada mal ser parte de la familia Barkley.
Kenshin miró seriamente a su compañero, ¿conque eso era lo que todo el mundo pensaba?, ¿Qué su matrimonio solo era por interés?
- No te pongas tan serio Kenshin, no tiene nada de malo.
- Le dijo a Tome que quería romper el compromiso.
Saitou encendió otro cigarrillo y lo miró sorprendido. - Estás en lo correcto, ya perdiste la razón. ¿Y ella que dijo?
- No quiere escuchar más sobre el asunto, dijo Kenshin sacudiendo la cabeza, -piensa que tengo miedo.
- Por lo menos sabe afrontar los problemas, ¿sabe de la otra chica?
- No le dije nada, pero lo sospecha, lo que no sabe es lo grave de la situación.
- Aunque no lo es, dijo seriamente Saitou, piénsalo bien, pienso en todo el escándalo que producirías si rompes tu compromiso.
- ¡¿Y si no lo rompo?! ¿Qué voy a hacer, pasarme toda la vida pensando en ella?
- No, la olvidarás Kenshin, eso solo fue una linda aventura, te puedo asegurar que solo fue un abrazo y un inocente beso, dijo con mucha seguridad. -Tienes que olvidarla.
- Otras personas rompen sus compromisos.
- Otras personas no van a casarse con la hija del juez del tribunal supremo.
Descubrió que todo el mundo estaba deslumbrado por la importancia de la chica, a todo el mundo le importaba la posición social que ocupaba, a todos menos él. Había decidido casarse con la chica porque la consideraba inteligente, divertida, pensó que con ella la pasaría bien. Pero por otro lado, se convenció de que la amaba. Ahora que había decidido formalizar su relación, se había equivocado. Y ahora ¿qué?, esa pregunta había pasado mil veces por su mente, pero nunca hallaba esa respuesta.
- ¿Y eso que importa? ¿Qué más da quien sea su padre?
- Veo que aún no lo entiendes Kenshin, tú no te casas simplemente con esta chica, sino también con un estilo de vida, una familia, un apellido. ¿Qué no lo ves? No puedes entrar y salir de su vida así como así, con el poder que tiene el padre, arrastrarían tu nombre por el lodo. Sin mencionar que te cerrarían las puertas en el campo laboral.
Inmediatamente Kenshin recordó las palabras de Tomoe, su chantaje, sonaba tan parecido a las palabras de su amigo.
- Podré resistirlo creo.... Saitou estoy tan confundido necesito saber si amo a Tomoe o no, y el caso es que, no lo sé.
- Vamos ya no te atormentes más. Descansa un poco que luces agotado, y mañana te sentirás mucho mejor.
Sin embargo él no estaba muy seguro, pero afortunadamente aquella noche durmió como un tronco. A la mañana siguiente con gran sorpresa observó que su compromiso con Tomoe había sido anunciado en el periódico acompañado con unas bonitas fotografías de él bailando con su prometida. En ese momento todo volvió a ser real. En su camino al trabajo muchas dudas inundaban su mente. ¿Ahora que le diría a Kaoru? ¿Qué tenía que casarse con otra? Kaoru lo necesitaba, quizá él la necesitaba más. Tenía que hablar con ella cuanto antes. Pero no hizo falta decirle nada.
Aquel día en San Francisco, Kaoru vio el anuncio del compromiso de Kenshin en el periódico al parecer los Barkley se habían propuesto que todo el país se enterara del compromiso de su hija.
Kaoru estaba tomando el almuerzo con sus compañeros cuando Megumi estaba observando una interesante nota. Kaoru se llevó una gran sorpresa cuando observó la foto de Kenshin sonriéndole desde el periódico.
- ¿No estuvieron aquí anoche? Dijo Megumi, emocionada ya que le encantaban las notas de la alta sociedad. - Recuerdo que ella era muy engreída, pero él era muy simpático, debiste de ver su cara cuando saliste al escenario.
Pero ella no estaba escuchando a su amiga tenía las manos heladas y le temblaban. Ya había leído suficiente, la nota decía que Kenshin Himura contraería matrimonio con Tome Barkley, la hija del juez del Tribunal Supremo. Y para celebrar su compromiso habían ofrecido una fiesta en San Francisco llena de champaña, caviar y baile. La boda estaba fijada para junio.
Por su parte Kaoru no podía creerlo, Kenshin no le había hablado de su compromiso. Simplemente le había dicho que la quería y que regresaría algún día a San Francisco. Ella había entendido que sin palabras era como una promesa de amor, sin embargo fueron solo palabras y como su padre le decía, las palabras se la lleva el viento. Quería llorar en ese instante, pero no pudo, sintió como algo dentro de ella se rompía y ahora solo contaba con una promesa vacía. Kenshin le había mentido.
- ¿Habías oído hablar de él alguna vez? Me pareció que lo conocías desde hace tiempo, por la manera en que te veía la vez que vino. Le dijo Megumi masticando cuidadosamente su comida.
- No, no lo conozco, dijo Kaoru levantándose de la mesa , ya no tenía apetito así que se retiró del lugar, estaba a punto de desplomarse de nuevo y no quería que sus amigos la vieran.
Aquella noche cuando subió al escenario cantó con más sentimiento que nunca, trató de no pensar en él, pero sus esfuerzos fueron inútiles.
Aquella noche cuando regresó a la casa de huéspedes recibió una llamada telefónica de Kenshin, estuvo a punto de no ponerse al teléfono pero Yumi insistió.
- Vamos niña, es una llamada desde Nueva York, dijo impresionada.
Así que Kaoru tomó el auricular entre sus temblorosas manos y contuvo la respiración.
- ¿Kaoru? Dijo Kenshin con la voz un poco ronca.
La chica cerró los ojos, sus voz era música para sus oídos. Sin embargo su corazón se inundaba de tristeza.
- Vaya señor Himura y a que debo el honor de su llamada, le respondió en un tono sarcástico.
Éste se sorprendió demasiado, sobre todo que no lo llamara por su nombre, pero no podía culparla, tenía todo el derecho a pensar que era el ser más vil sobre el planeta. Hubiera querido decírselo por su cuenta, pero el periódico se había encargado de eso.
- Regresé a Nueva York dispuesto a romper el compromiso, dijo él en un tono casi desesperado.
- Pero no lo hiciste, supongo que el haber jugado conmigo te divirtió mucho y al otro día fuiste al periódico para decirles que te casabas.
- No Kaoru no fue así, es que no sé como explicártelo yo....
- Ya no tiene caso que lo hagas. Kaoru quería enfadarse, odiarle incluso, pero no podía. Había perdido a tantos seres queridos que uno más ya no le importaba. - No me debes nada Kenshin....solo gracias, por darme un momento de felicidad.
- Kaoru solo quiero que sepas una cosa, yo te amo.
A ella le pareció terrible que se lo dijera después del anuncio de su compromiso, así que comenzó a llorar, como deseaba odiarle pero no podía.
- Debe ser una chica estupenda dijo entre sollozos.
- Debo de confesarte que esto de mi matrimonio es un error, no puedo explicártelo ahora, solo quiero que me perdones por causarte otro dolor.....sé que es una locura pero, ¿podría escribirte?
- No lo hagas, te vas a casar, jamás hubo algo entre nosotros de todas formas, y al leer tus cartas me recordaría lo que no pudo ser.
- Prométeme que me llamarás si necesitas algo, por favor....y puede que algún día vea tus películas o compre tus discos.
- Tal vez.
Pero ella ya no pensaba en eso, solo pensaba cuanto lo echaría de menos. - Me alegro de haberte visto aunque fuera un momento Kenshin.
- No me digas eso, preferiría que me dijeras que me odias. Tal vez sería más fácil para dejar de amarte.
Ella solo se encogió de hombros, comprendió que era hora de despedirse de él, le dolía demasiado ya que era para siempre.
- Prométeme que serás feliz.
- Tu también y prométeme que me llamarás si necesitas algo.
- Todo estará bien, soy una chica muy fuerte ¿sabes?
- Adiós Kaoru, Te quiero, dijo él sabiendo que no le quedaba más por decir.
- Yo....yo también te quiero, dijo ella casi en un susurro colgando el auricular.
Kenshin se quedó con el teléfono en la mano, ella se había ido de su vida para siempre.
Le escribió una carta inmediatamente, diciéndole lo mucho que ella significaba en su vida, pero la carta fue devuelta sin abrir. Comprendió que la joven había tenido la prudencia de no comenzar con algo que ninguno de los dos habría podido terminar.
Kaoru necesitaba olvidar, pero no le sería nada fácil. Él sentimiento era muy similar como cuando dejó el Dojo, pero no tenía más remedio que hacerlo. Ya no tenía ganas de cantar, no quería interpretar las mismas canciones que le había cantado hace apenas dos noches, todo le recordaba a él, cada mañana, cada atardecer y cada noche.
Megumi notó lo desmejorada que estaba incluso llegó a temer por su salud. Ella sabía muy bien lo que su compañera tenía estaba enferma de amor. Trató de ayudarla diciéndole que tenía toda la vida por delante y que Hollywood la estaba esperando. Y era cierto tenía toda un vida por delante pero nadie a quien amar.
Para ella ya nada tenía sentido sin la presencia de Kenshin.
Continuará.....
Listoooooo fiuuuuu ahh ya otro capítulo terminado^______^!!! Y solo no desesperen tengo preparado algo para Kaoru wahahaha, así que no me odien jijiji. Espero que les haya gustado^^ MUCHAS MUUUUUUUUCHAS GRACIAS POR SUS REVIEWS!!!!!^_________^ Me hacen muy muyyyyy feliz. Gracias a: Madam Spooky, Bunny11, JENIFFER, kaoruluz, Shanshito con cola, jocky-misao y jeniffer. Graacias graaaacias por todos sus comentarios^^ y sigan mandando reviews.
Ya saben que me mantienen inspirada.
Fuusina ^.~
Y regresando a pie hasta la casa de los Barkley, Kenshin sintió el impulso de entrar a la habitación de Tomoe y confesarlo todo. Pero mejor decidió hacerlo por la mañana, para que no pensara que había bebido de más o se había vuelto loco. Sin embargo estaba más cuerdo de lo que jamás había estado en su vida, sabía exactamente lo que quería. Lo único que le faltaba era el medio para conseguirlo.
Capítulo 9
¿El definitivo adiós?
Ya todos estaban sentados en la mesa desayunando, cuando Kenshin bajó a la mañana siguiente. Hubiera sido un momento perfecto para anunciar que no se casaría con Tomoe. Sin embargo, al entrar al comedor recién afeitado, con el rostro pálido tras apenas 3 horas de sueño no pudo interrumpir su animada conversación.
- Anoche llegaste muy tarde Kenshin, le dijo Tomoe en voz baja.
Estaban apunto de salir al aeropuerto para regresar a Nueva York, pero ésta vez Kenshin ya no regresaría solo, estaría acompañado de su futura esposa y la familia Barkley. Todos comentaban sobre la boda y parecían muy entusiasmados, irónicamente el novio era el menos conmovido, de repente tuvo el impulso de gritarles que no habría boda, pero logró controlarse, no era el momento ni el lugar adecuado para hablarles de Kaoru. Lo más correcto sería decírselo a Tomoe en privado.
Se sirvió una taza de té, y permaneció sentado en silencio mientras todos hablaban. Hiroshi fue el primero en darse cuenta de que su cuñado no había abierto la boca en toda la mañana y no pudo resistir la tentación de bromear un poco con él.
- ¿Tiene resaca mi futuro cuñado? Todos sabemos la fama que tienen los abogados ya sabes, se pasan un poco con las copas.
Al escuchar el comentario de Hiroshi todos rieron menos Kenshin, estaba demasiado pálido, parecía que había visto un fantasma o algo mucho peor.
- Vamos anímate ya hombre, estarás mejor cuando tomes un trago en el avión.
- Gracias Hiroshi, dijo Kenshin tratando de esbozar una sonrisa.
Pero no necesitaba un trago, lo que necesitaba era la compañía de Kaoru.
Poco después se dirigieron al aeropuerto, Kenshin siguió sin hablar hasta que estuvieron a bordo de la aeronave.. Tomoe le miró muy seria, intuyendo que algo había ocurrido. Jamás lo había visto tan serio.
- ¿Qué ocurre? Le preguntó directamente.
Era sin duda la pregunta perfecta, pero él no se atrevió a responder. Los padres de la chica estaban sentados al otro lado del pasillo, y Hiroshi detrás. Quería ahorrarle a Tome el dolor de enterarse de la noticia delante de su familia. Así que sacudió la cabeza y ella miró a través de la ventanilla. Estaba dolida con él, pero no quiso preguntarle nada más. Al poco rato se quedó dormida y Kenshin sintió un gran remordimiento aunque no hasta el extremo de estar dispuesto a seguir adelante con los planes de boda. No amaba a Tomoe ahora lo sabía, estaba totalmente enamorado de Kaoru.
Aún recordaba su hermoso y sedoso cabello, sus suaves labios sobre los suyos y sus bellos ojos que solo reflejaban amor. Temía quedarse a solas con Tomoe y confesarle todo. Pero tendría que decirle la verdad, por nada del mundo hubiera querido herirla.
Al llegar por fin a Nueva York, el juez Barkley, su esposa y Hiroshi tomaron un taxi, mientras que Kenshin y Tomoe se dirigieron al estacionamiento del aeropuerto donde él había dejado su automóvil. Ambos permanecieron totalmente en silencio y tras media hora la joven no pudo resistirlo más.
- Kenshin, dime por favor ¿qué ocurre?, ¿qué pasó anoche?, desde que partimos estabas muy extraño.
Éste supo que era momento de decirle la verdad, Tomoe le miraba expectante, por un momento pasó por su mente el recuerdo de la cantante del restaurante, se preguntó si ella tendría que ver en el comportamiento de su prometido, pero no lo creyó posible.
- ¿Acaso hay algo que debo saber?, contéstame Kenshin Tomoe, sin darse cuenta había alzado su tono de voz.
Sin pensarlo un momento más, el apuesto pelirrojo, se apartó de la carretera, paró el automóvil y se volvió hacia ella. Tomoe lo miró extrañamente tranquila, esperando las respuestas a todas sus preguntas.
- No puedo casarme contigo, hasta él mismo se sorprendió de sus propias palabras. Pero lo más sorprendente fue la expresión de Tomoe, estaba interesada por el comentario, pero no asustada.
- ¿Te importaría decirme porqué?
No quería decirle que no la amaba, hubiera sido demasiado duro y no era justo, ella no tenía la culpa de no ser Kaoru.
- Simplemente no puedo, no seríamos felices.
- Eso es lo más estúpido que he escuchado en mi vida, lo que menos esperaba es que fueras un cobarde.
Kenshin la miró extrañado creyó que la joven no estaba comprendiendo la situación. - ¿Y eso que tiene que ver? Preguntó mientras ella encendía un cigarrillo.
- Tiene mucho que ver, estás asustado y no te atreves enfrentar la situación. ¿Serías capaz de abandonarlo todo y correr como un conejo asustado? Todo el mundo tiene miedo y que. Ten un poco de valor cariño. Emborráchate un poco, llora con tus amigos y con te preocupes. ¿Acaso crees que otros hombres no tienen miedo?
- * Sin embargo los otros hombres no están enamorados de Kaoru * pensó Kenshin. -No es tan sencillo Tomoe.
No quería hablarle de Kaoru y que estaba enamorado desde ella contaba con sólo 14 años.
- Será sencillo si tú lo quieres, ¿qué te parece si olvidamos todo esto y hacemos como si ésta conversación no hubiera pasado?
- ¡¡No maldita sea!! ¡¿Qué es lo que no entiendes?! No soy lo que crees y nunca lo seré. No aspiro a las mismas cosas que tú. No me interesa el dinero, la fama y la "importancia" Nunca seré el hombre que tu quieres y para que lo sepas, tampoco me interesa serlo.
Sus ojos habían adquirido un suave tono dorado, no quería llegar a este extremo, pero Tomoe lo había orillado. Ella por un momento sintió un poco de temor no le gustaba cuando Kenshin tenía esa mirada fría, pero se armó de valor y respondió.
- ¿Y qué me dices de mí ya que estamos en estas? ¿Cuáles son mis defectos, porque por lo que veo de eso se trata, verdad? Aquí no estamos hablando de lo que no eres, sino de lo que yo no soy.
A Kenshin le dolió su sinceridad, tenía toda la razón, le estaba reprochando el no ser Kaoru. Así que decidió tranquilizarse y tratar de acabar con todo esto de la mejor manera posible.
- Tú no me necesitas. Él se sintió un poco tonto al decirle su supuesta razón ya que era una vil mentira.
- ¿De que estás hablando?, claro que sí, pero no tengo que gritarlo para que lo comprendas. Y por si fuera poco me gustas, y mucho, creo que juntos podríamos hacer grandes cosas si nos lo proponemos. Me pareces inteligente, guapo y divertido. Nos la pasaríamos de maravilla. ¿Acaso eso te parece tan terrible?
- No me parece terrible, no hay nada que lo sea, tú mucho menos. Pero entiende que necesitamos algo más que eso. ¿No lo ves? El matrimonio no es un negocio, en el que se saca provecho.
Kenshin había levantado su tono de voz nuevamente, estaba luchando por su vida y ella no parecía darse cuenta.
- Necesito ver la vida de otra forma Tomoe, puede que sea un sueño absurdo pero así lo quiero yo. Créeme si nos casamos, dentro de un año, cinco o diez, lo lamentaremos amargamente.
- ¿A ti te importa mucho tu trabajo, cierto Kenshin?
Él la miró lleno de dudas, ¿qué quería decir con eso? Claro que le importaba su trabajo, el dinero lo mandaba a Japón y Seijuro Hiko vivía de esa pensión. Ya nada era lo mismo desde que tuvo un accidente hace casi 5 años. Estaba enfermo y necesitaba ese dinero para doctores y medicinas.
- ¿Qué quieres decir con eso?
La expresión de la joven cambió con una sonrisa muy sospechosa. - Quiero decir, tú conseguiste el puesto que tienes gracias a mi padre ¿cierto? Lo que eres hoy se lo debes a él y en parte a mí. No querrás perderlo ¿o me equivoco?, también tengo entendido que mandas parte de tus ganancias a Japón donde está la única familia que te queda o algo así. ¿Qué pasaría si ya no puedes enviar más dinero? Además para que lo sepas, tu le firmaste a mi padre un poder notarial, o lo que es lo mismo estás en nuestras manos, tú te alejas y podemos llevarte a la cárcel por desvío de fondos. Y no tendrás como comprobar que eres inocente.
Él no daba créditos a sus oídos, estaba paralizado, pensó que romper su compromiso con la chica sería difícil, pero no esperaba algo parecido.
- Tomoe....., le dijo tratando de contener su rabia. No caigas en el chantaje conmigo, no seas tan mezquina.
- Piénsalo muy bien, no te dejaré ir Kenshin Himura, entérate de eso. Además lo que te pasó anoche, ya me lo imagino, pero pienso continuar con nuestras vidas como ahora.
- ¡Si nos casamos destruiremos nuestras vidas, y a ti no parece importarte!
- Querido, dijo la chica en un tono dulce pasando su mano por la mejilla de Kenshin. La infidelidad no es motivo suficiente para destruir nuestra relación, ya no tienes que ocultarme más lo que pasó anoche. Sí se trata de eso, tranquilízate como un hombre normal, y deja de quejarte, cómprame una joya y listo.
No había la menor duda de que Tomoe era una mujer extremadamente fría. Él aún sentía una rabia incontrolable, estaba atado de pies y de manos. Había caído en su chantaje, sin embargo no le gustaba que rebajara a Kaoru a una aventura de una noche, era mucho más que eso. Decidió dejar las cosas hasta ahí, ya no quería discutir más con ella, y puso en marcha el automóvil. Ahora estaba más confundido que nunca. Y por primera vez en su vida dudó si Kaoru y él tenían algún futuro juntos.
Cuando al fin llegaron a Nueva York dejó a Tomoe en un hotel. Ni siquiera quería dirigirle la palabra, experimentaba toda clase de emociones. Lo único que pudo decirle fue:
- Después hablaremos seriamente de esto, le dijo en un tono tan frío como un témpano de hielo. Durante el trayecto de regreso a su departamento, se sentía terriblemente estúpido. Aquella noche cuando pensaba en Kaoru tendido en su cama, comprendió el verdadero alcance de su problema con Tomoe, la joven no aceptaría ninguna excusa, mientras él solo quería regresar a San Francisco para reunirse con otra mujer. Por primera vez en mucho tiempo se sintió perdido, deseaba sentir apoyo, alguien que le ayudara, pero estaba solo en Nueva York.
A la mañana siguiente tenía ganas de llamarle a Kaoru, pero tenía que resolver primero su problema con Tomoe. Pasó una semana terrible, no ponía atención a su trabajo y apenas comía. El comportamiento de Tomoe lo había dejado sin habla, estaba jugando con él. Sentía una gran impotencia, después más dudas sobre Kaoru rondaban en su mente, apenas la conocía, sin embargo sabía que solo eran justificaciones.
Estaba tan desmejorado que hasta uno de sus compañeros del trabajo bromeó al respeto.
- Vaya Kenshin, tuviste un fin de semana muy agitado, mírate nada más parece que has envejecido por lo menos 10 años.
Él solo se limitó a sonreír, comprendió que necesitaba hablar con alguien.
Hajime Saitou, se acababa de incorporarse al despacho de abogados, era brillante y tenía una prometedora carrera. Su padre había sido uno de los fundadores de aquel prestigioso bufete y había decidido continuar con la tradición familiar. Sus ojos eran fríos y calculadores, todos sabían que nadie podía engañar a Saitou sin embargo, Kenshin había entablado una amistad con él y le tenía mucha confianza.
- ¿Qué te preocupa? Le preguntó su compañero intuyendo la angustia del pelirrojo.
Los dos amigos estaban en un bar, Kenshin había pedido un trago, mientras que su compañero fumaba sin cesar.
- Creo que me estoy volviendo loco.
- Supongo que tienes razón, pero en este tiempo, ¿quién no?, esbozó una sonrisa y encendió otro cigarrillo. - ¿Hay alguna razón en especial?
Por su parte Kenshin no sabía ni como explicarlo ¿Cómo podía decirle que estaba enamorado de Kaoru? - Este fin de semana me tropecé con una antigua amistad en San Francisco.
- ¿Una mujer cierto?, dijo Saitou adivinándolo de inmediato por la expresión de su amigo.
- Hace tiempo que la conozco, dejé de verla un tiempo y creí haberla olvidado, pero cuando la vi de nuevo yo....
Saitou tenía una sonrisa un tanto burlona. - Acabaste en la cama con ella, dijo casi asegurándolo, a él le había pasado algo similar unos días antes de su boda con Tokio. - No te preocupes Kenshin, lo superarás.
- Y sí no lo supero ¿qué?, además no me acosté con ella, dijo enojado.
- Pues te felicito entonces, con más razón lo superarás. Tranquilízate, Tomoe es una gran chica, y no estaría nada mal ser parte de la familia Barkley.
Kenshin miró seriamente a su compañero, ¿conque eso era lo que todo el mundo pensaba?, ¿Qué su matrimonio solo era por interés?
- No te pongas tan serio Kenshin, no tiene nada de malo.
- Le dijo a Tome que quería romper el compromiso.
Saitou encendió otro cigarrillo y lo miró sorprendido. - Estás en lo correcto, ya perdiste la razón. ¿Y ella que dijo?
- No quiere escuchar más sobre el asunto, dijo Kenshin sacudiendo la cabeza, -piensa que tengo miedo.
- Por lo menos sabe afrontar los problemas, ¿sabe de la otra chica?
- No le dije nada, pero lo sospecha, lo que no sabe es lo grave de la situación.
- Aunque no lo es, dijo seriamente Saitou, piénsalo bien, pienso en todo el escándalo que producirías si rompes tu compromiso.
- ¡¿Y si no lo rompo?! ¿Qué voy a hacer, pasarme toda la vida pensando en ella?
- No, la olvidarás Kenshin, eso solo fue una linda aventura, te puedo asegurar que solo fue un abrazo y un inocente beso, dijo con mucha seguridad. -Tienes que olvidarla.
- Otras personas rompen sus compromisos.
- Otras personas no van a casarse con la hija del juez del tribunal supremo.
Descubrió que todo el mundo estaba deslumbrado por la importancia de la chica, a todo el mundo le importaba la posición social que ocupaba, a todos menos él. Había decidido casarse con la chica porque la consideraba inteligente, divertida, pensó que con ella la pasaría bien. Pero por otro lado, se convenció de que la amaba. Ahora que había decidido formalizar su relación, se había equivocado. Y ahora ¿qué?, esa pregunta había pasado mil veces por su mente, pero nunca hallaba esa respuesta.
- ¿Y eso que importa? ¿Qué más da quien sea su padre?
- Veo que aún no lo entiendes Kenshin, tú no te casas simplemente con esta chica, sino también con un estilo de vida, una familia, un apellido. ¿Qué no lo ves? No puedes entrar y salir de su vida así como así, con el poder que tiene el padre, arrastrarían tu nombre por el lodo. Sin mencionar que te cerrarían las puertas en el campo laboral.
Inmediatamente Kenshin recordó las palabras de Tomoe, su chantaje, sonaba tan parecido a las palabras de su amigo.
- Podré resistirlo creo.... Saitou estoy tan confundido necesito saber si amo a Tomoe o no, y el caso es que, no lo sé.
- Vamos ya no te atormentes más. Descansa un poco que luces agotado, y mañana te sentirás mucho mejor.
Sin embargo él no estaba muy seguro, pero afortunadamente aquella noche durmió como un tronco. A la mañana siguiente con gran sorpresa observó que su compromiso con Tomoe había sido anunciado en el periódico acompañado con unas bonitas fotografías de él bailando con su prometida. En ese momento todo volvió a ser real. En su camino al trabajo muchas dudas inundaban su mente. ¿Ahora que le diría a Kaoru? ¿Qué tenía que casarse con otra? Kaoru lo necesitaba, quizá él la necesitaba más. Tenía que hablar con ella cuanto antes. Pero no hizo falta decirle nada.
Aquel día en San Francisco, Kaoru vio el anuncio del compromiso de Kenshin en el periódico al parecer los Barkley se habían propuesto que todo el país se enterara del compromiso de su hija.
Kaoru estaba tomando el almuerzo con sus compañeros cuando Megumi estaba observando una interesante nota. Kaoru se llevó una gran sorpresa cuando observó la foto de Kenshin sonriéndole desde el periódico.
- ¿No estuvieron aquí anoche? Dijo Megumi, emocionada ya que le encantaban las notas de la alta sociedad. - Recuerdo que ella era muy engreída, pero él era muy simpático, debiste de ver su cara cuando saliste al escenario.
Pero ella no estaba escuchando a su amiga tenía las manos heladas y le temblaban. Ya había leído suficiente, la nota decía que Kenshin Himura contraería matrimonio con Tome Barkley, la hija del juez del Tribunal Supremo. Y para celebrar su compromiso habían ofrecido una fiesta en San Francisco llena de champaña, caviar y baile. La boda estaba fijada para junio.
Por su parte Kaoru no podía creerlo, Kenshin no le había hablado de su compromiso. Simplemente le había dicho que la quería y que regresaría algún día a San Francisco. Ella había entendido que sin palabras era como una promesa de amor, sin embargo fueron solo palabras y como su padre le decía, las palabras se la lleva el viento. Quería llorar en ese instante, pero no pudo, sintió como algo dentro de ella se rompía y ahora solo contaba con una promesa vacía. Kenshin le había mentido.
- ¿Habías oído hablar de él alguna vez? Me pareció que lo conocías desde hace tiempo, por la manera en que te veía la vez que vino. Le dijo Megumi masticando cuidadosamente su comida.
- No, no lo conozco, dijo Kaoru levantándose de la mesa , ya no tenía apetito así que se retiró del lugar, estaba a punto de desplomarse de nuevo y no quería que sus amigos la vieran.
Aquella noche cuando subió al escenario cantó con más sentimiento que nunca, trató de no pensar en él, pero sus esfuerzos fueron inútiles.
Aquella noche cuando regresó a la casa de huéspedes recibió una llamada telefónica de Kenshin, estuvo a punto de no ponerse al teléfono pero Yumi insistió.
- Vamos niña, es una llamada desde Nueva York, dijo impresionada.
Así que Kaoru tomó el auricular entre sus temblorosas manos y contuvo la respiración.
- ¿Kaoru? Dijo Kenshin con la voz un poco ronca.
La chica cerró los ojos, sus voz era música para sus oídos. Sin embargo su corazón se inundaba de tristeza.
- Vaya señor Himura y a que debo el honor de su llamada, le respondió en un tono sarcástico.
Éste se sorprendió demasiado, sobre todo que no lo llamara por su nombre, pero no podía culparla, tenía todo el derecho a pensar que era el ser más vil sobre el planeta. Hubiera querido decírselo por su cuenta, pero el periódico se había encargado de eso.
- Regresé a Nueva York dispuesto a romper el compromiso, dijo él en un tono casi desesperado.
- Pero no lo hiciste, supongo que el haber jugado conmigo te divirtió mucho y al otro día fuiste al periódico para decirles que te casabas.
- No Kaoru no fue así, es que no sé como explicártelo yo....
- Ya no tiene caso que lo hagas. Kaoru quería enfadarse, odiarle incluso, pero no podía. Había perdido a tantos seres queridos que uno más ya no le importaba. - No me debes nada Kenshin....solo gracias, por darme un momento de felicidad.
- Kaoru solo quiero que sepas una cosa, yo te amo.
A ella le pareció terrible que se lo dijera después del anuncio de su compromiso, así que comenzó a llorar, como deseaba odiarle pero no podía.
- Debe ser una chica estupenda dijo entre sollozos.
- Debo de confesarte que esto de mi matrimonio es un error, no puedo explicártelo ahora, solo quiero que me perdones por causarte otro dolor.....sé que es una locura pero, ¿podría escribirte?
- No lo hagas, te vas a casar, jamás hubo algo entre nosotros de todas formas, y al leer tus cartas me recordaría lo que no pudo ser.
- Prométeme que me llamarás si necesitas algo, por favor....y puede que algún día vea tus películas o compre tus discos.
- Tal vez.
Pero ella ya no pensaba en eso, solo pensaba cuanto lo echaría de menos. - Me alegro de haberte visto aunque fuera un momento Kenshin.
- No me digas eso, preferiría que me dijeras que me odias. Tal vez sería más fácil para dejar de amarte.
Ella solo se encogió de hombros, comprendió que era hora de despedirse de él, le dolía demasiado ya que era para siempre.
- Prométeme que serás feliz.
- Tu también y prométeme que me llamarás si necesitas algo.
- Todo estará bien, soy una chica muy fuerte ¿sabes?
- Adiós Kaoru, Te quiero, dijo él sabiendo que no le quedaba más por decir.
- Yo....yo también te quiero, dijo ella casi en un susurro colgando el auricular.
Kenshin se quedó con el teléfono en la mano, ella se había ido de su vida para siempre.
Le escribió una carta inmediatamente, diciéndole lo mucho que ella significaba en su vida, pero la carta fue devuelta sin abrir. Comprendió que la joven había tenido la prudencia de no comenzar con algo que ninguno de los dos habría podido terminar.
Kaoru necesitaba olvidar, pero no le sería nada fácil. Él sentimiento era muy similar como cuando dejó el Dojo, pero no tenía más remedio que hacerlo. Ya no tenía ganas de cantar, no quería interpretar las mismas canciones que le había cantado hace apenas dos noches, todo le recordaba a él, cada mañana, cada atardecer y cada noche.
Megumi notó lo desmejorada que estaba incluso llegó a temer por su salud. Ella sabía muy bien lo que su compañera tenía estaba enferma de amor. Trató de ayudarla diciéndole que tenía toda la vida por delante y que Hollywood la estaba esperando. Y era cierto tenía toda un vida por delante pero nadie a quien amar.
Para ella ya nada tenía sentido sin la presencia de Kenshin.
Continuará.....
Listoooooo fiuuuuu ahh ya otro capítulo terminado^______^!!! Y solo no desesperen tengo preparado algo para Kaoru wahahaha, así que no me odien jijiji. Espero que les haya gustado^^ MUCHAS MUUUUUUUUCHAS GRACIAS POR SUS REVIEWS!!!!!^_________^ Me hacen muy muyyyyy feliz. Gracias a: Madam Spooky, Bunny11, JENIFFER, kaoruluz, Shanshito con cola, jocky-misao y jeniffer. Graacias graaaacias por todos sus comentarios^^ y sigan mandando reviews.
Ya saben que me mantienen inspirada.
Fuusina ^.~
