¡QUIÉN LO HUBIERA IMAGINADO!
2. Alexis
Por Misami Aroku
En este capítulo aparece una joven de primer año llamada Alexis Darken. Es inventada por mí, y mientras estaba escribiendo este capítulo se me ocurrió qué papel podía desempeñar en mi fic... A mí, personalmente, no me gusta mucho agregar personajes desconocidos, pero hay ocasiones en que son realmente necesarios, o si no la cosa se pone muy fome. Creo que eso es todo. Ah, bueno, que Harry Potter pertenece a J.K.Rowling y bla bla bla...
**********
- ¡Falta sólo un año! ¡Falta sólo un año! - canturreó Ron cuando estaban llegando a Hogwarts. Al bajar del tren, había visto las pálidas caras de los alumnos nuevos y casi pudo palpar el temor que los invadió cuando vieron la inmensa figura de Hagrid surgir de la nada y su vozarrón que les llamaba. Con un poco de nostalgia, Ron recordó su primer año en el colegio, las aventuras que había tenido y se sintió un poco triste. Luego se acordó de que iba en sexto, y de que a fines del próximo año estaría libre de tareas escolares. Y su nostalgia se esfumó como por acto de magia.
- Sí, Ron, pero primero trata de pasar éste, y después piensa en el otro - le aconsejó Hermione.
- ¡Tú siempre tan aguafiestas! ¡No me dejas ser feliz! - alegó Ron, fingiendo molestia. Harry se rió.
- Llevamos años juntos, y siempre he visto a ambos discutir por todo... ¡Si parecen marido y mujer! -
- ¡Vamos, Harry, qué cosas dices! - dijo la joven, pero el notorio rubor de su cara la traicionó, al igual que a Ron, quien ni siquiera pudo abrir la boca.
En ese momento, las puertas de Hogwarts se abrieron de par en par y apareció la profesora McGonagall para darles la bienvenida. Luego se dirigieron al salón para presenciar la ceremonia de Selección de Casas de los alumnos nuevos. Parecía que este año iba a ser más interesante que el anterior, porque los de primer año se notaban más avezados y ágiles.
Harry, Ron y Hermione buscaron los mejores lugares en el salón para poder estudiar mejor a los chicos y chicas que estaban formados, listos para recibir el veredicto definitivo del Sombrero Seleccionador. Todos se notaban tensos y muy, pero muy nerviosos. El canto del Sombrero tampoco los relajó mucho.
- Muy bien. Ahora, cuando escuchen su nombre, deberán pasar adelante y colocarse el sombrero... - anunció la profesora McGonagall, y agregó - ¡Allies, Jane! -
Apenas le pusieron el sombrero en la cabeza, éste dijo "¡Ravenclaw!"
Todos los de la mesa de Ravenclaw aplaudieron a su nueva integrante.
- ¡Alver, Bastian! -
-¡Slytherin! -
Y así fueron avanzando todos los niños, y todos los que habían sido elegidos se dirigían sonrientes a sus respectivas mesas.
- ¡Chambers, John!
- ¡Gryffindor! -
El rubio y pequeño muchacho tomó asiento junto a Harry. Se veía nervioso, y un tanto confundido.
- Bienvenido a tu nueva casa, John - lo saludó, sonriendo. El niño lo miró, confuso, pero igual devolvió la sonrisa, débilmente.
- Gracias -
Y la Selección seguía. Nuevos niños ocupaban las mesas, los saludos y risas llenaban el Salón.
- Darken, Alexis -
Una jovencita delgada y menuda avanzó hacia el taburete. Se escucharon murmullos. Todos la miraban, asombrados. Su piel era realmente pálida, casi como la de un muerto; sus ojos eran grandes y tenían un color casi anormal; su cabello era desordenado y negro. Sin duda llamaba mucho la atención. Pero había algo más en ella que desconcertaba a primera vista. Aparte de su color de ojos tan peculiar y su tez de cadáver, su cuerpo parecía exhalar un aura de calidez y simpatía, pero también daba desconfianza. Imposible saber por qué.
El Sombrero, una vez que estuvo ubicado sobre la cabeza de la muchachita, quedó en silencio durante un largo rato. Finalmente dijo "¡Slytherin!". Se oyeron resoplidos de decepción, y uno que otro suspiro.
- Esa niña tenía algo raro - le comentó Ron a Harry. Éste asintió. También se había dado cuenta. Volvió a mirar a la chica, quien se había sentado junto a Malfoy. Su némesis parecía muy contento. Minutos más tarde, cuando Harry miró de reojo, se dio cuenta de que Alexis no había dejado de mirar y hablarle al rubio estudiante, y Draco ya se veía un poco fastidiado. Harry sonrió, satisfecho.
- Mira a Malfoy, parece que tiene polola nueva - le susurró a Ron. El pelirrojo miró y se rió bajito. Como si hubiese escuchado, Draco alzó la vista y la fijó en ellos. Tanta era la furia que contenían sus ojos, que los dos Gryffindor no pudieron seguir manteniendo su mirada mucho tiempo y la desviaron.
****
- ...y así llegué a Hogwarts - decía en ese momento la chica, que al parecer no se había dado cuenta de la obvia expresión de fastidio que desfiguraba el semblante de Draco Malfoy. Al principio, el muchacho se había sentido casi orgulloso de que ella hubiese elegido sentarse a su lado: después de todo, la mayoría de los alumnos la miraban con una expresión que bien podía contarse entre sorpresa y estupidez. Que fuera una Slytherin, fantástico. Que estuviera a su lado, genial.
Que fuera tan conversadora...
Insoportable.
Tuvo la sensación de que alguien hablaba de él, de que se burlaban. Alzó la mirada y se encontró con Weasley y Potter, ambos con los ojos dirigidos hacia la mesa de los Slytherin, específicamente, hacia ellos dos. Y se reían.
"Malditos bastardos", pensó, sintiendo todo el odio del mundo en sus pupilas. Segundos después, Ron y Harry habían desviado la mirada hacia otro lado. "Bien hecho", sonrió para sus adentros.
- No me estás escuchando, Draco - afirmó una vocecita algo aguda, pero firme. El joven volvió la cabeza.
- Tienes razón, lo siento - murmuró, sin sentirlo en absoluto.
- Descuida - contestó ella, pero su voz ahora tenía un dejo de tristeza. Draco lo percibió, mas lo ignoró por completo.
- Debo retirarme, con permiso - Se levantó rápidamente de la mesa. Y antes de que Alexis, la extraña niña, alcanzara a despedirse de él ya había salido del Gran Salón, acompañado por sus dos "guardaespaldas".
"Si me tuviera a mí a su lado no necesitaría a esos mastodontes" se dijo Darken para animarse, pero sólo logró hundirse un poco más en su pena.
****
"¡Qué niña tan molesta, maldición!" Draco se hallaba solo en el cuarto de 6to año de la Casa de Slytherin. Había despachado a Crabbe y Goyle porque necesitaba estar solo.
Quería planear tranquilo su venganza contra Potter. Aún no había olvidado el incidente en el tren, y ahora en el Comedor...
"Algo doloroso, algo que nunca olvide en su vida..." Se le ocurrían mil cosas, pero ninguna parecía dar en el blanco. Nada era lo suficientemente horrible como para destrozar al dulce angelito de Gryffindor. Sin embargo, de tanto maquinar ideas y trampas, el sueño fue cayendo lentamente sobre él, venciéndolo hasta cerrarle los ojos y...
Una sombra se recortaba contra la luz.
Era una niña. Se veía delgada.
"¿Quién eres?" La figura se acercó un poco. Su piel era blanca, pero sus rasgos eran aún irreconocibles.
"¿P...Pansy? ¿Granger?" La niña negó con la cabeza. Se acercó un poco más.
"Creo que no te..." Un relámpago cruzó su mente cuando vio los ojos y el cabello de la niña. Con un gruñido retrocedió, sorprendido y asustado...
... y despertó sudando en su cama, con las cortinas verdes cerradas a su alrededor y con el sueño martillándole las venas de las sienes. Lo que fuera lo que hubiese visto, le había aterrorizado. Abrió las cortinas y vio que no había nadie en el cuarto. Cuando se calmó, se secó el sudor y bajó a la Sala Común.
***
Durante los 7 días siguientes, Draco había tenido el mismo sueño, había visto a la misma joven y casi se había orinado en la cama de miedo. "¿Pero POR QUÉ? ¡Sólo se trata de una NIÑA, maldita sea!" Es que no era cualquiera. Sus rasgos eran los mismos, no así sus ojos y color de pelo, que cambiaban frecuentemente. Le hacía sentir extraño, casi como si la conociera desde siempre, aunque sabía que jamás la había visto en toda su vida. El hecho de que se le presentara oníricamente, sin faltar a ninguna cita, también le asustaba. Contra todos sus deseos, fue acostumbrándose gradualmente a ella, y cuando se preparaba para dormir, esperaba el momento en el cual aparecería de la nada, para asustarlo y fascinarlo como todas las noches (aunque su conciencia negaría esto con vehemencia). Estaba empezando a sentir afecto por esa criatura irreal y angelical... Otra semana pasó y, contra toda su voluntad y escepticismo anteriores, Draco ya no podía imaginar sus noches sin la presencia suave y tierna de la niña.
Justo al día 14, Alexis lo saludó después de dos semanas de alejamiento y silencio. Él apenas si la vio, atrapado por las últimas telarañas de su sueño.
- ¿Cómo estás, Draco? - preguntó la joven, llena de ansiedad, cuando lo vio entrar en la Sala Común.
- Bien...- y se fue, dejándola sola.
La joven Darken ya había comprendido que su primer acercamiento al muchacho de sexto no había sido el más efectivo: recordó las facciones que tenía esa primera noche que estuvo a su lado... y vio fastidio, disgusto, lata, etc. "¡Perdí mi oportunidad!" gimió entonces. Debía hacer algo, pero en ese momento no sabía muy bien qué; además, dudaba de que Draco volviera a darle una segunda chance... Pero nada perdía con intentarlo. Y lo estaba haciendo, oh sí.
Después de las clases, durante la tarde libre, Alexis decidió dar una vuelta por el campo de Quidditch, más que nada por curiosidad y porque le molestaba que los chicos de otras casas la miraran raro. Deseaba pensar y evaluar su situación, y sentirse observada la desconcentraba mucho. Además, en el campo estaba practicando el equipo de Slytherin, y Draco jugaba ahí como Buscador, pero ahora ensayaba como Golpeador en reemplazo de otro jugador. Alexis se quedó de pie, muda, con la mente en blanco, mirando las escobas ir y venir en el cielo; a los muchachos gritándose órdenes y advertencias; a las bludgers golpear a más de uno; y una que otra vez percibió el brillo dorado de la Snitch. También vio a Draco, la manera en que evitaba las bludgers y se las enviaba al otro golpeador... La forma en que su cabello rubio se movía con el viento, en una febril danza de seducción... El contorno de su esbelto cuerpo, el cual se podía adivinar bajo la túnica que se pegaba a él debido a la velocidad que llevaba...
Lo que no pudo ver fue que, mientras ella admiraba a Draco, una bludger se dirigía hacia el otro golpeador quien, sin ninguna vacilación, bateó firme y fuertemente la dura pelota, la cual se dirigió certeramente hacia la estática Alexis.
- ¡CUIDADO! -
No tuvo tiempo de moverse. La bludger estaba muy cerca y, aunque se agachara o se moviera, probablemente habría alcanzado a hundirle la cara y quebrarle todos los huesos del cráneo...
...si no hubiese sido por Draco, quien advirtió el peligro que corría la joven y se lanzó en picada desde el cielo, inclinándose hacia adelante para ganar más velocidad. Pronto se halló cerca de la bola. En una arriesgada maniobra, el muchacho se soltó de la escoba y, tomando fuerzas, le dio con su bate un feroz golpe a la bludger, la cual estaba casi a 1 metro y medio de Alexis. Con un agraciado giro, Draco quedó suspendido al lado de ella y le indicó mediante gestos a sus compañeros que todo estaba bien. Luego se volteó hacia Darken, con los ojos llenos de rabia.
- ¿Qué demonios te pasó que no te movías? - preguntó fríamente, arrastrando las palabras. La respuesta no fue inmediata.
- Y-yo... no lo s-sé... Lo siento mucho, Draco - murmuró, casi a punto de echarse a llorar.
- Olvídalo. Estás bien, ¿no? - la chica asintió, y él le dio unas palmaditas en la cabeza - Bueno, eso es lo que importa. Pero trata de tener más cuidado la próxima vez. Y ahora, si me disculpas... - Hecho un bólido, Draco se perdió entre el resto del equipo. Y Alexis, llena de alegría, corrió hasta perderse entre los demás estudiantes. Y el sol pareció brillar más fuerte.
****
Fin Segunda Parte
****
A mí me gusta como va quedando... ¿y a ustedes? De seguro que más de alguien se pregunta "¿y dónde #"%& está la acción?" ¡Calma, calma! ¿Dónde se ha visto que el clímax de las historias se ve desde el principio? Aaaahhhh... paciencia, mis querid@s lector@s... Ya llegará, ya llegará... *sonrisa malévola* Muajajajajaja!!!!!
(Pss, no se olviden de poner reviews ^_^)
2. Alexis
Por Misami Aroku
En este capítulo aparece una joven de primer año llamada Alexis Darken. Es inventada por mí, y mientras estaba escribiendo este capítulo se me ocurrió qué papel podía desempeñar en mi fic... A mí, personalmente, no me gusta mucho agregar personajes desconocidos, pero hay ocasiones en que son realmente necesarios, o si no la cosa se pone muy fome. Creo que eso es todo. Ah, bueno, que Harry Potter pertenece a J.K.Rowling y bla bla bla...
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- ¡Falta sólo un año! ¡Falta sólo un año! - canturreó Ron cuando estaban llegando a Hogwarts. Al bajar del tren, había visto las pálidas caras de los alumnos nuevos y casi pudo palpar el temor que los invadió cuando vieron la inmensa figura de Hagrid surgir de la nada y su vozarrón que les llamaba. Con un poco de nostalgia, Ron recordó su primer año en el colegio, las aventuras que había tenido y se sintió un poco triste. Luego se acordó de que iba en sexto, y de que a fines del próximo año estaría libre de tareas escolares. Y su nostalgia se esfumó como por acto de magia.
- Sí, Ron, pero primero trata de pasar éste, y después piensa en el otro - le aconsejó Hermione.
- ¡Tú siempre tan aguafiestas! ¡No me dejas ser feliz! - alegó Ron, fingiendo molestia. Harry se rió.
- Llevamos años juntos, y siempre he visto a ambos discutir por todo... ¡Si parecen marido y mujer! -
- ¡Vamos, Harry, qué cosas dices! - dijo la joven, pero el notorio rubor de su cara la traicionó, al igual que a Ron, quien ni siquiera pudo abrir la boca.
En ese momento, las puertas de Hogwarts se abrieron de par en par y apareció la profesora McGonagall para darles la bienvenida. Luego se dirigieron al salón para presenciar la ceremonia de Selección de Casas de los alumnos nuevos. Parecía que este año iba a ser más interesante que el anterior, porque los de primer año se notaban más avezados y ágiles.
Harry, Ron y Hermione buscaron los mejores lugares en el salón para poder estudiar mejor a los chicos y chicas que estaban formados, listos para recibir el veredicto definitivo del Sombrero Seleccionador. Todos se notaban tensos y muy, pero muy nerviosos. El canto del Sombrero tampoco los relajó mucho.
- Muy bien. Ahora, cuando escuchen su nombre, deberán pasar adelante y colocarse el sombrero... - anunció la profesora McGonagall, y agregó - ¡Allies, Jane! -
Apenas le pusieron el sombrero en la cabeza, éste dijo "¡Ravenclaw!"
Todos los de la mesa de Ravenclaw aplaudieron a su nueva integrante.
- ¡Alver, Bastian! -
-¡Slytherin! -
Y así fueron avanzando todos los niños, y todos los que habían sido elegidos se dirigían sonrientes a sus respectivas mesas.
- ¡Chambers, John!
- ¡Gryffindor! -
El rubio y pequeño muchacho tomó asiento junto a Harry. Se veía nervioso, y un tanto confundido.
- Bienvenido a tu nueva casa, John - lo saludó, sonriendo. El niño lo miró, confuso, pero igual devolvió la sonrisa, débilmente.
- Gracias -
Y la Selección seguía. Nuevos niños ocupaban las mesas, los saludos y risas llenaban el Salón.
- Darken, Alexis -
Una jovencita delgada y menuda avanzó hacia el taburete. Se escucharon murmullos. Todos la miraban, asombrados. Su piel era realmente pálida, casi como la de un muerto; sus ojos eran grandes y tenían un color casi anormal; su cabello era desordenado y negro. Sin duda llamaba mucho la atención. Pero había algo más en ella que desconcertaba a primera vista. Aparte de su color de ojos tan peculiar y su tez de cadáver, su cuerpo parecía exhalar un aura de calidez y simpatía, pero también daba desconfianza. Imposible saber por qué.
El Sombrero, una vez que estuvo ubicado sobre la cabeza de la muchachita, quedó en silencio durante un largo rato. Finalmente dijo "¡Slytherin!". Se oyeron resoplidos de decepción, y uno que otro suspiro.
- Esa niña tenía algo raro - le comentó Ron a Harry. Éste asintió. También se había dado cuenta. Volvió a mirar a la chica, quien se había sentado junto a Malfoy. Su némesis parecía muy contento. Minutos más tarde, cuando Harry miró de reojo, se dio cuenta de que Alexis no había dejado de mirar y hablarle al rubio estudiante, y Draco ya se veía un poco fastidiado. Harry sonrió, satisfecho.
- Mira a Malfoy, parece que tiene polola nueva - le susurró a Ron. El pelirrojo miró y se rió bajito. Como si hubiese escuchado, Draco alzó la vista y la fijó en ellos. Tanta era la furia que contenían sus ojos, que los dos Gryffindor no pudieron seguir manteniendo su mirada mucho tiempo y la desviaron.
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- ...y así llegué a Hogwarts - decía en ese momento la chica, que al parecer no se había dado cuenta de la obvia expresión de fastidio que desfiguraba el semblante de Draco Malfoy. Al principio, el muchacho se había sentido casi orgulloso de que ella hubiese elegido sentarse a su lado: después de todo, la mayoría de los alumnos la miraban con una expresión que bien podía contarse entre sorpresa y estupidez. Que fuera una Slytherin, fantástico. Que estuviera a su lado, genial.
Que fuera tan conversadora...
Insoportable.
Tuvo la sensación de que alguien hablaba de él, de que se burlaban. Alzó la mirada y se encontró con Weasley y Potter, ambos con los ojos dirigidos hacia la mesa de los Slytherin, específicamente, hacia ellos dos. Y se reían.
"Malditos bastardos", pensó, sintiendo todo el odio del mundo en sus pupilas. Segundos después, Ron y Harry habían desviado la mirada hacia otro lado. "Bien hecho", sonrió para sus adentros.
- No me estás escuchando, Draco - afirmó una vocecita algo aguda, pero firme. El joven volvió la cabeza.
- Tienes razón, lo siento - murmuró, sin sentirlo en absoluto.
- Descuida - contestó ella, pero su voz ahora tenía un dejo de tristeza. Draco lo percibió, mas lo ignoró por completo.
- Debo retirarme, con permiso - Se levantó rápidamente de la mesa. Y antes de que Alexis, la extraña niña, alcanzara a despedirse de él ya había salido del Gran Salón, acompañado por sus dos "guardaespaldas".
"Si me tuviera a mí a su lado no necesitaría a esos mastodontes" se dijo Darken para animarse, pero sólo logró hundirse un poco más en su pena.
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"¡Qué niña tan molesta, maldición!" Draco se hallaba solo en el cuarto de 6to año de la Casa de Slytherin. Había despachado a Crabbe y Goyle porque necesitaba estar solo.
Quería planear tranquilo su venganza contra Potter. Aún no había olvidado el incidente en el tren, y ahora en el Comedor...
"Algo doloroso, algo que nunca olvide en su vida..." Se le ocurrían mil cosas, pero ninguna parecía dar en el blanco. Nada era lo suficientemente horrible como para destrozar al dulce angelito de Gryffindor. Sin embargo, de tanto maquinar ideas y trampas, el sueño fue cayendo lentamente sobre él, venciéndolo hasta cerrarle los ojos y...
Una sombra se recortaba contra la luz.
Era una niña. Se veía delgada.
"¿Quién eres?" La figura se acercó un poco. Su piel era blanca, pero sus rasgos eran aún irreconocibles.
"¿P...Pansy? ¿Granger?" La niña negó con la cabeza. Se acercó un poco más.
"Creo que no te..." Un relámpago cruzó su mente cuando vio los ojos y el cabello de la niña. Con un gruñido retrocedió, sorprendido y asustado...
... y despertó sudando en su cama, con las cortinas verdes cerradas a su alrededor y con el sueño martillándole las venas de las sienes. Lo que fuera lo que hubiese visto, le había aterrorizado. Abrió las cortinas y vio que no había nadie en el cuarto. Cuando se calmó, se secó el sudor y bajó a la Sala Común.
***
Durante los 7 días siguientes, Draco había tenido el mismo sueño, había visto a la misma joven y casi se había orinado en la cama de miedo. "¿Pero POR QUÉ? ¡Sólo se trata de una NIÑA, maldita sea!" Es que no era cualquiera. Sus rasgos eran los mismos, no así sus ojos y color de pelo, que cambiaban frecuentemente. Le hacía sentir extraño, casi como si la conociera desde siempre, aunque sabía que jamás la había visto en toda su vida. El hecho de que se le presentara oníricamente, sin faltar a ninguna cita, también le asustaba. Contra todos sus deseos, fue acostumbrándose gradualmente a ella, y cuando se preparaba para dormir, esperaba el momento en el cual aparecería de la nada, para asustarlo y fascinarlo como todas las noches (aunque su conciencia negaría esto con vehemencia). Estaba empezando a sentir afecto por esa criatura irreal y angelical... Otra semana pasó y, contra toda su voluntad y escepticismo anteriores, Draco ya no podía imaginar sus noches sin la presencia suave y tierna de la niña.
Justo al día 14, Alexis lo saludó después de dos semanas de alejamiento y silencio. Él apenas si la vio, atrapado por las últimas telarañas de su sueño.
- ¿Cómo estás, Draco? - preguntó la joven, llena de ansiedad, cuando lo vio entrar en la Sala Común.
- Bien...- y se fue, dejándola sola.
La joven Darken ya había comprendido que su primer acercamiento al muchacho de sexto no había sido el más efectivo: recordó las facciones que tenía esa primera noche que estuvo a su lado... y vio fastidio, disgusto, lata, etc. "¡Perdí mi oportunidad!" gimió entonces. Debía hacer algo, pero en ese momento no sabía muy bien qué; además, dudaba de que Draco volviera a darle una segunda chance... Pero nada perdía con intentarlo. Y lo estaba haciendo, oh sí.
Después de las clases, durante la tarde libre, Alexis decidió dar una vuelta por el campo de Quidditch, más que nada por curiosidad y porque le molestaba que los chicos de otras casas la miraran raro. Deseaba pensar y evaluar su situación, y sentirse observada la desconcentraba mucho. Además, en el campo estaba practicando el equipo de Slytherin, y Draco jugaba ahí como Buscador, pero ahora ensayaba como Golpeador en reemplazo de otro jugador. Alexis se quedó de pie, muda, con la mente en blanco, mirando las escobas ir y venir en el cielo; a los muchachos gritándose órdenes y advertencias; a las bludgers golpear a más de uno; y una que otra vez percibió el brillo dorado de la Snitch. También vio a Draco, la manera en que evitaba las bludgers y se las enviaba al otro golpeador... La forma en que su cabello rubio se movía con el viento, en una febril danza de seducción... El contorno de su esbelto cuerpo, el cual se podía adivinar bajo la túnica que se pegaba a él debido a la velocidad que llevaba...
Lo que no pudo ver fue que, mientras ella admiraba a Draco, una bludger se dirigía hacia el otro golpeador quien, sin ninguna vacilación, bateó firme y fuertemente la dura pelota, la cual se dirigió certeramente hacia la estática Alexis.
- ¡CUIDADO! -
No tuvo tiempo de moverse. La bludger estaba muy cerca y, aunque se agachara o se moviera, probablemente habría alcanzado a hundirle la cara y quebrarle todos los huesos del cráneo...
...si no hubiese sido por Draco, quien advirtió el peligro que corría la joven y se lanzó en picada desde el cielo, inclinándose hacia adelante para ganar más velocidad. Pronto se halló cerca de la bola. En una arriesgada maniobra, el muchacho se soltó de la escoba y, tomando fuerzas, le dio con su bate un feroz golpe a la bludger, la cual estaba casi a 1 metro y medio de Alexis. Con un agraciado giro, Draco quedó suspendido al lado de ella y le indicó mediante gestos a sus compañeros que todo estaba bien. Luego se volteó hacia Darken, con los ojos llenos de rabia.
- ¿Qué demonios te pasó que no te movías? - preguntó fríamente, arrastrando las palabras. La respuesta no fue inmediata.
- Y-yo... no lo s-sé... Lo siento mucho, Draco - murmuró, casi a punto de echarse a llorar.
- Olvídalo. Estás bien, ¿no? - la chica asintió, y él le dio unas palmaditas en la cabeza - Bueno, eso es lo que importa. Pero trata de tener más cuidado la próxima vez. Y ahora, si me disculpas... - Hecho un bólido, Draco se perdió entre el resto del equipo. Y Alexis, llena de alegría, corrió hasta perderse entre los demás estudiantes. Y el sol pareció brillar más fuerte.
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Fin Segunda Parte
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A mí me gusta como va quedando... ¿y a ustedes? De seguro que más de alguien se pregunta "¿y dónde #"%& está la acción?" ¡Calma, calma! ¿Dónde se ha visto que el clímax de las historias se ve desde el principio? Aaaahhhh... paciencia, mis querid@s lector@s... Ya llegará, ya llegará... *sonrisa malévola* Muajajajajaja!!!!!
(Pss, no se olviden de poner reviews ^_^)
