¡QUIÉN LO HUBIERA IMAGINADO!
3. Preparativos
Misami Aroku

¡Yipiii! Tercer capítulo... What a miracle, ne? No pierdan la paciencia porque, como dice el título de este capítulo, éstos son sólo los preparativos...

Harry Potter es marca registrada de J.K.Rowling Productions. Fuera de talla, le pertenece a ella y punto.

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"¡Me salvó, Draco Malfoy me salvó de la bludger!" Hubiera podido gritarlo, tan feliz estaba, pero luego se dio cuenta de que no sería lo apropiado. Había sido un sacrificio por parte de él: "Se tomó la molestia de bajar a donde estaba yo y lanzar la bola a otro lado... Si tan sólo pudiera hacer algo para estar a mano con él..."

Caminó por el patio y, cuando se cansó, se sentó a la sombra de un árbol. Cerca de ahí, frente a ella, había una banca, y en la banca estaban tres personas, dos chicos y una chica. Reconoció de inmediato al joven de lentes sentado en medio de ellos... Y en eso apareció Malfoy. Se acercó a ellos, protegido por Crabbe y Goyle. Debía estar diciendo algo muy feo, porque el muchacho que estaba al lado del de lentes (uno pelirrojo) estaba colorado como tomate y tenía los puños apretados. La chica le decía algo, al parecer trataba de calmarlo, mientras que el chico de lentes miraba a Draco y le contestaba otra cosa. Draco se sonrojó un poco, abrió la boca para decir alguna cosa y se fue, furioso.

"Vaya, Draco y esas tres personas si que deben odiarse a muerte..." pensó. No le pareció bien que su amor hubiese iniciado la discusión, y menos que la perdiera, pero eso ya no era problema de ella. Además, por lo que sabía, todos los estudiantes de Slytherin odiaban al de lentes (Potter era su apellido), pero no conocía el motivo. Parecía ser amable y simpático "Incluso más que el mismo Draco"... A lo mejor era debido a que siempre parecía llevarse todos los honores, tanto en clases como en los partidos de Quidditch, acaparando mucha atención y poniendo envidiosos a los demás (al menos eso sabía)."Parece modesto" alcanzó a decirse antes de que una idea se asentara en su cabeza... Una idea que sería totalmente favorable a Draco... Pero no a Potter."¿Y qué pasa si soy injusta con un inocente? Pero tampoco quiero tener a todo Slytherin en mi contra. Aunque, si quisiera, podría acercarme más a él y olvidarme del frío de Malfoy. Parece que nadie de Slytherin le ha dado una oportunidad a Potter... Se ve tan tierno... ¿Y si yo fuera la primera?" Mientras decidía, recordó a un personaje llamado Poncio Pilatos. Éste actuó para complacer a quienes más le convenían. Siempre había estado en contra de él, y más de una vez lo despreció... Con un suspiro, Alexis tomó su decisión.

****

Esa noche apareció la niña del sueño. Su ángel mudo, nebuloso y tímido que lo visitaba frecuentemente. Experimentó una oleada de felicidad, pero de pronto su imagen se volvió borrosa, doble... y se separó de ella la imagen de otra niña, a quien conocía muy bien. Era...

¿Alexis?

"Draco, eh, Draco, sé que me estás escuchando... Mira, antes de que vayas a preguntarme qué es lo que hago aquí, quiero contarte que..."

"¿Qué?" oyó su propia voz en el sueño. Era muy raro.

"No me interrumpas. Por si no te has dado cuenta, o si lo has hecho y no querías pensar en ello, SÍ hay algo extraño en esta chica... Te advierto que no fue creada con la intención que le doy ahora, por cierto, pero creo que con esto puedo darte las gracias por haberme salvado de la bludger el otro día" La sacó de la neblina en la cual siempre había estado y se la mostró al muchacho, pudiendo éste verla con perfecta nitidez. Sus rasgos eran idénticos a los de Alexis, aunque luego fueron transformándose, al igual que su color de pelo y ojos... Pero el resultado, la niña en la cual terminó convirtiéndose... No podía ser. "Es imposible, es..."

"Es tu pasaje a la paz, tonto. Cómo lo sé y la recompensa que te pido a cambio te lo diré después"

"Tú..." alcanzó a decir, pero en ese momento despertó, y luego no pudo volver a soñar.

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En la mañana del día sábado, en la Sala Común de Slytherin, Draco tomaba a Alexis del brazo y la apartaba a un rincón. Aún no se había levantado del todo, así que sus ojos se cerraban algunas veces. Ella, sin embargo, estaba muy despierta.

- Soñé contigo - espetó el joven, con el ceño fruncido. Ella sonrió.

- Me halagas -

- No lo digo por eso. Me dijiste algo importante. Quiero que me lo expliques todo -

- Tomará tiempo... -

- Y una mierda. Hoy no habrá clases, así que empieza a hablar -

- Muy bien... - dijo...

"Primero, debo decir que desde que te vi te encontré tan frío como el hielo..."

- Al grano, Alexis -

- No me interrumpas -

"...así que se me ocurrió testearte, enviarte un sueño en el que estuviera una niña, para ver cómo reaccionabas..."

- ...casualmente, idéntica a tí. ¿Por qué? -

- Bueno, ¿me vas a dejar hablar o no? -

- Vale, vale, sigue -

"Pensaba seguir con mi plan (no te lo diré), hasta el día que me salvaste de la bludger. Entonces estaba tan agradecida y preocupada porque no sabía cómo devolverte el favor que, cuando vi que discutías con Harry Potter y sus amigos me di cuenta de que los odiabas de verdad y tuve una idea. Aunque no sé el motivo, lo hice porque quise ayudarte y así estar a mano contigo. Además, creo que todo Slytherin los detesta también, sobre todo a Harry. Y como yo no tengo nada contra él, se me ocurrió un hechizo simple y entretenido para que lleves a cabo tu venganza..."

- Espera un momento - Draco estaba agitando la mano como para despejarse un poco - ¿Cómo sabes que deseaba vengarme de él? -

- ¡Eso no importa ahora! - contestó Alexis, haciendo un gesto despectivo con su derecha.

"Es una poción. No te diré para qué es, así te llevarás una sorpresa. Te daré los materiales y, cuando esté lista, se la echarás en el caldero, cuando te toque clases con él (ojalá sea Pociones, así se te hará más fácil). Demora 30 segundos en hervir. Cuando eso pase explotará un poquito, liberando una especie de humo invisible que envolverá a la víctima y... ta ta ta tán! Ya lo sabrás"

- No me gusta eso de hacer pociones y no saber para qué sirven -

- Si no te gusta lo dejas y punto. ¡Ah, lo olvidaba! Dura 13 semanas - agregó sonriente. Malfoy se veía pensativo, y tenía el ceño fruncido.

- Lo voy a pensar... Gracias por tu preocupación -

- Oh, de nada. Y si necesitas algo, cuenta conmigo - Dicho esto, Alexis desapareció de su vista. En vez de ella, el joven se encontró con la mirada socarrona de Pansy Parkinson. Estaba sonriendo, semioculta tras una puerta.

- Vaya, vaya... Parece que Draco es un galán "profanador de cunas"... ¿Por qué andas fijándote en niñitas chicas? -

- Qué, ¿acaso te molesta? -

- No, pero me da pena -

- Ah, y seguramente quieres que yo te la quite, ¿verdad? -

- Podría ser ... - y le dedicó un guiño coqueto. A Draco se le estaba revolviendo el estómago. Pansy podía ser muy Slytherin, con una personalidad muy parecida a la suya, pero de ahí a más... La joven no se dio cuenta de eso, así que se acercó al muchacho y le tomó un brazo. Fue cuando Malfoy perdió la paciencia.

- Lo único que te voy a quitar es esa estúpida sonrisa, Parkinson - dijo en voz alta, quitando su brazo bruscamente y alejándose de ella. Pansy retrocedió hasta quedar cerca de la puerta que llevaba a la habitación de los hombres. Sin querer, estaba bloqueando el paso.

- Házte a un lado - ordenó Draco, molesto. Ella obedeció. Estaba pálida y un poco triste.

- No quise moles... - alcanzó a decir, pero un sonoro portazo la interrumpió.


****

En la Sala Común de Gryffindor, Harry no tenía ni idea de los oscuros planes que se estaban formando en la mente de Draco Malfoy (con ayuda de Alexis Darken), concebidos especialmente para dañarlo. Estaba ignorante a todo eso, excepto a la próxima jugada que llevaría a cabo...

- Apúrate, Harry, que casi no aguanto las ganas de hacerte un jaque mate - dijo Ron, riéndose entre dientes.

- Eso es lo que tú crees, Ron... - se dirigió hacia una Torre que esperaba pacientemente su turno en una esquina del tablero - Torre, muévete hacia adelante y házle un jaque al Rey -

La Torre se volvió para mirarlo y chasqueó la lengua en señal de desaprobación.

- Muchacho, ¿no ves que si lo hago, la Reina Negra me comerá y el Rey Blanco, quien está detrás mío, quedará al descubierto? -

- Pero para eso está mi Reina... - alegó. Luego hizo una pausa y estudió con más detenimiento el juego - Tienes razón... Caballo... -

- Lo siento, chico, pero cualquier movimiento que yo haga me matará... -

- ¿Reina Blanca? - preguntó Harry, un poco desesperado.

- Mmm... Ríndete, Harry - sonrió Ron.

- ¡Nunca! - fue la respuesta - Reina, ¿qué opinas tú? -

"¿Le estoy pidiendo la opinión a una pieza del juego? No tiene sentido" pensó Harry. Pero eso no se podía hacer siempre. Las piezas hablaban, pero sólo en momentos desesperados, como aquél. En situaciones normales, sólo se limitaban a moverse.

- ¡Jaque Mate! - gritó Ron, alegre.

- Jaque mate - confirmó, con tristeza, la Reina Blanca.

Harry Potter suspiró y sonrió.

- Buen juego, Ron - Extendió la mano y Ron la tomó. En ese momento las facciones sonrientes del chico pelirrojo se contorsionaron en una mueca de dolor.

- ¡AY! ¡Suéltame, Harry! - El chico de lentes lo hizo, riendo, y Ron se sobó la mano cruelmente oprimida. Miró a su amigo con desconfianza y un fingido resentimiento - Eres un mal perdedor -

- Y tú eres un delicado. ¡Venga la revancha! -

- ¡Venga! - exclamó Weasley, recordando apenas el dolor de su mano. Estaban ordenando las piezas cuando vieron bajar a Hermione con un libro en los brazos.

- Oh, no, chicos, ¿de nuevo están jugando a eso en vez de estudiar para el día Lunes? -

- ¿Por qué? ¿Hay algún control acaso? - preguntó Ron, notoriamente asustado. Hermione negó.

- ¿Y entonces? -

- Siempre es bueno hacer un repaso de la materia -

Harry pensó que su amiga tenía razón, pero Ron no parecía estar de acuerdo con ellos.

- En ese caso, y si no hay ningún examen a la vista, proseguiré con mi partida de ajedrez mágico, si no os importa, querida Hermione - respondió el pelirrojo, adoptando un aire de aristócrata antiguo. Harry se rió, pero a la joven no le hizo ninguna gracia.

- Como vos deseéis. Pero no vengáis a pedirme ayuda después, Ronald Weasley. Cualquier ruego que me hagáis será infructuoso - Dicho esto, salió de la Sala. Los muchachos se encogieron de hombros y siguieron jugando.

Un pensamiento hizo que Ron frunciera el ceño. Después de unos momentos de silencio, decidió hablar.

- Oye Harry... Estaba recordando lo que pasó en el tren con Malfoy... -

- Ah - Esa respuesta tan simple y desganada sorprendió a Ron, pero se recuperó pronto.

- Mira, en mi opinión, Malfoy es un pelmazo enclenque, pero me preocupa que esté tramando algo secreto en contra tuya. Nunca lo había visto tan rojo y furioso como esa vez -

- Pues yo no estoy nervioso por eso. Tú tampoco debieras estarlo - La voz de Harry Potter se había vuelto fría e inexpresiva. Ron no se inmutó.

- ¡Pero te amenazó! -

- En ese caso, ya es un problema exclusivamente mío, Ron. Malfoy no me hará más daño que Tú-Sabes-Quien - Y con eso quedó zanjada la discusión.

El muchacho no contestó. Y cuando Harry le anunció que estaba atrapado y que le había ganado la partida, tampoco dijo nada.

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Cuando llegó la hora de cenar y todas las Casas se reunieron en el Gran Salón, Ron estaba nervioso, pero no sabía por qué. Y la comida no llegó a despertar su apetito. Tenía un molesto presentimiento que no lo dejaba tranquilo, y eso le inquietaba enormemente.

Levantó la vista hacia la mesa de Slytherin y vio allí a Draco Malfoy. La desagradable sonrisa estampada en su rostro disipó sus dudas y le confirmó todo.

- Ron, no has probado bocado... ¿Se puede saber qué te pasa? - Hermione lo miraba con auténtica preocupación. Lo que vio en los ojos de Harry ("Ni se te ocurra, Ron, o no me dejará tranquilo") lo disuadió de confesarle sus temores. Si la chica llegaba a saberlo... Era mejor no imaginarlo.

- No es nada, sólo me duele un poco el estómago... Gases, tú sabes - Le guiñó el ojo y le sonrió. Hermione le devolvió la sonrisa.

- Pues en ese caso... Harry, tendrás que cuidarte -

- ¡Sí! - asintió Ron, volviéndose a mirarlo fijamente - Tendrás que cuidarte muuuucho - Con un discreto movimiento de cabeza, le indicó la mesa donde estaba Malfoy. Harry miró, asintió y siguió comiendo. Sabía que su amigo tenía razón, pero prefería no hacerse mala sangre por Draco. Si algo debía ocurrirle, que así fuera.

"No me volveré a esconder de Malfoy como si se tratara del cuco, o dejo de llamarme Harry Potter"

No, no volvería a esconderse... Pero muy pronto dejaría de llamarse Harry Potter.


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Fin Tercera Parte
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¡Yupiii! ¡Y la cosa mejora! Espero que les vaya gustando.
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