¡QUIÉN LO HUBIERA IMAGINADO!
4. La Poción
Misami Aroku
Ahora es cuando comienza la acción... ¡Ni se les ocurra dejarme justo ahora ^_^!
JKR es de Harry Potter... Al revés.
*****
Pociones con Snape era igual que ir al infierno con un pasaje sólo de ida. Ningún alumno de Gryffindor se atrevía a abrir la boca ni siquiera para saludar al profesor. Aquí las Serpientes controlaban a los Leones.
Ron estaba nervioso... demasiado para ser normal. No se había equivocado en nada mientras mezclaba los ingredientes de su poción, pero las manos le temblaban y estaba muy pálido. Hermione lo miraba a cada rato, pero el pelirrojo no parecía ni siquiera estar consciente de lo que hacía. Era muy extraño.
"Quizás es culpa mía..." pensó Harry, acongojado.
... o del infeliz de Malfoy. Harry empuñó las manos. Si era él quien debía recibir el castigo, ¿por qué diablos era Ron el preocupado? No tenía sentido.
- Harry, no descuides tu pócima - le susurró una vocecita trémula - Seguro que, cuando menos lo esperes, Draco te hará algo y... -
- Ya basta, Ron. ¡Estoy harto de que me sobreprotejas tanto! Pones la misma cara que la profesora Trelawney cuando me decía que iba a morirme - Sonrió, pero no obtuvo respuesta.
- Ah, o sea que es por eso que andas así, Ron... ¿Por qué no me dijeron nada? - murmuró repentinamente Hermione, dolida. Los chicos dieron un respingo.
- Pues porque no quería que te pusieras igual o peor que Ron... -
- ¡Harry, lo digo por tu bien! - replicó el joven pelirrojo.
- Entonces debo confesarte que me he preocupado mucho, por Ron primero y ahora por tí. Es increíble que no dejen de meterse en problemas... -
De más está decir que la discusión transcurría discreta y silenciosamente, sin que Snape oyese nada en absoluto. Sin embargo, una persona sí estuvo muy atenta a lo que ellos hacían: Draco, que, al pasar cerca de los tres amigos, dejó caer -sin que nadie se diera cuenta- un paquetito pequeño dentro del caldero de Harry. El paquetito se disolvió en segundos. Sonriendo, el rubio Slytherin se alejó lo más que pudo y fue a sentarse con sus compañeros al otro extremo de la sala.
Los treinta segundos se le hicieron eternos, pero cuando vio a Potter acercarse a su caldero y mirar dentro de él con extrañeza, supo que ya estaba listo y se permitió una sonrisa.
****
Nadie tuvo tiempo de actuar. Ocurrió tan rápido, que ni siquiera Snape tuvo oportunidad de hacer algo. Todos en la sala vieron que Harry se acercaba a su caldero con semblante preocupado.
- Profesor Snape, creo que algo le ha ocurrido a mi poci... -
No alcanzó a terminar la frase, pues un espeso humo violeta lo envolvió por completo. Hermione gritó. Todos estaban tan asustados, que nadie se fijó en la mueca de asombro y terror que aparecía en el rostro de Draco. Desapareció casi al instante, quedando en su lugar una indiferencia que no sentía.
"Me dijo que era invisible, no que ocurriría esto..." pensaba, furioso.
Severus Snape, en todos los años que llevaba haciendo clase, nunca había visto algo parecido. Obviamente debía tratarse de una broma de mal gusto. Como buen experto en el arte de las pociones, conocía aquel hechizo, pero jamás vio a algún alumno poniéndolo en práctica. Y menos en medio de una clase, por Dios.
Cuando el humo se disipó, lo que dejó al descubierto hizo desmayarse a más de alguien.
- ¿Qué... qué ocurre? - preguntó una voz aguda. La persona dueña de aquella voz abrió los ojos de par en par, se llevó una mano a la garganta, y luego al pecho... Después de lanzar un grito, cayó desmayada al suelo.
****
- Hasta que despertó... señorita -
La joven abrió los ojos, sorprendida. ¿Qué había ocurrido? Sólo recordaba que se había asomado a su caldero, pues su poción había tomado un tinte morado que no tenía por qué haber aparecido, y en eso... Humo, sopor y aturdimiento. Cuando la espesa neblina se disipó, se sintió como si despertara de una mala siesta, con el cuerpo cortado. Todos lo miraban como si se hubiese deformado o algo así. Habló, y oyó con pavor que de su garganta salía una voz femenina...
- Se... señora Pomfrey... ¿podría traerme un espejo, por favor? - Sabía que resultaría difícil descubrir la verdad, pero había enfrentado cosas peores... Lord Voldemort, por ejemplo, a quien todos temían. ¿Y se iba a temer a sí mismo? Nunca. Por algo era Gryffindor, ¿no?
La señora Pomfrey parecía realmente preocupada. Le trajo el espejo a Harry y se quedó cerca, observándole con cautela.
- ¿Me veo muy feo? - preguntó en voz baja.
- No, no, te ves... diferente... pero estás muy bien - Le sonrió y lo dejó solo.
"Seguramente tengo un ojo o una oreja de más, la piel de la cara morada o algo así"
Encogiéndose de hombros, tomó el espejo, inspiró profundamente, lo volteó y...
...una linda muchacha le devolvió la mirada. Tenía el pelo largo y negro, los ojos grandes y muy verdes, su piel era blanca y suave... Desvió la vista hacia sus antebrazos, delgados y delicados. Tuvo ganas de gritar, pero se reprimió. Las lágrimas se agolparon tras sus ojos, y pronto corrieron libremente por sus rosadas mejillas. Los sollozos no se hicieron esperar.
La señora Pomfrey acudió de inmediato.
- ¿Te sientes bien... eh, querida? - Se veía que estaba muy confundida, quizá tanto como "Harry".
- Sí, es sólo que... no sé cómo saldré de esto... -
- No te preocupes, ya pasará. Por mientras, toma un chocolate - Y sin esperar respuesta, sacó una barra y se la entregó, sonriendo. La joven Potter empezó a comérselo al instante.
Estaba llegando a la mitad de la barra, cuando escuchó ruido de pasos. Irguiéndose de un salto, esperó con impaciencia que se acercaran. "Deben ser Ron y Hermione, no cabe duda" se decía. Los pasos se detuvieron, y la voz de la señora Pomfrey interrogaba a unos estudiantes. "¡Lo sabía! Son ellos" Lo que no pudo acertar fue la expresión de sus rostros.
- Hola... em... Harry... He-hemos venido a verte - tartamudeó Hermione. Ron era incapaz de abrir la boca. Tenía los ojos abiertos como platos y estaba rojo como tomate. Harry comenzó a sentirse incómodo.
- ¿Qué les pasa? No estoy deforme ni nada... -
- Es... es que te ves extraño como mujer - murmuró Ron.
- Falta de costumbre - replicó Hermione, recuperándose con rapidez, y agregó - Te ves linda, Harry -
Harry torció el gesto.
- Gracias, pero..."te ves linda, Harry" suena muy raro... Ya no puedo seguir llamándome así - Su semblante se entristeció, pero sus amigos trataron de animarlo. Hasta Ron parecía haber perdido su anterior estupor.
- ¡Nosotros te ayudaremos a encontrar un buen nombre! ¿verdad, Hermione? -
- Así es, y ya tengo una idea: ¿qué te parece "Carrie"? Tiene un cierto parecido con tu nombre verdadero... -
- No sé, no me gusta. Más de alguien puede intentar echarme sangre de cerdo encima, como en la película... - Hermione asintió, sonriendo. Ron no entendió la respuesta, pero no le importó.
- Entonces, ¿qué tal si te pones como tu mamá? Lily Potter... Suena bonito -
Harry frunció el ceño y pensó la propuesta.
- Podría ser... pero no me convence... Es mejor que haya una sola Lily Potter: mi madre... Aunque, pensándolo bien... ¿Existe algún nombre femenino para "James"?-
- ¡Sí! - respondió Hermione, alegremente - ¡"Jamie"!
- "Jamie Potter"... Sí, suena mejor - opinó Ron.
- Jamie Potter... Jamie Potter... ¡Me gusta! - decidió Harry, quien desde ese momento se sintió preparado para comenzar a ver su vida desde otro punto de vista.
****
Cuando salió de la enfermería, un montón de alumnos de Gryffindor lo estaba esperando. Todos tenían la misma cara que Ron cuando vio a Harry convertido en Jamie. Nadie se atrevió a sonreír. En eso, Draco Malfoy se abrió paso entre la multitud, poniéndose en primera fila. Estaba más pálido que de costumbre (si era posible) pero nadie pareció notarlo. "Harry" tragó saliva, preparándose para recibir la primera burla, pero no ocurrió nada. Draco lo miraba con sorpresa, ni siquiera con odio. Después de unos instantes, desapareció entre la multitud.
- ¿Eres Harry Potter? - le preguntó de pronto Neville Longbottom. "Harry" sonrió.
- Pues sí... aunque ahora mi nombre es Jamie, por razones obvias -
Después de una pausa, Lavender Brown murmuró:
- Nos alegra que te encuentres bien... Jamie. Y puedes contar con nosotros -
- ¡Aaaawwww! -
Todos se acercaron a abrazar a la "nueva compañera", a desearle suerte y demostrarle apoyo. Jamie sintió que se emocionaba. "No debo llorar" pensó, pero las lágrimas no le hicieron caso. Hermione se acercó como pudo, la vio llorando y le secó una lágrima, diciendo:
- No te preocupes, pues la primera lección que debe aprender una mujer, es reconciliarse con su lado sensible -
****
Incapaz de abrir la boca, no pudo reírse de Harry ni humillarlo frente a todos.
- ¿Qué diantre me ocurrió? - se preguntaba Draco, solo en la habitación de hombres de Slytherin, tendido en la cama, con los brazos cruzados detrás de su cabeza. Su rostro expresaba gran preocupación. Cuando se quedaba sin palabras, es que había pasado algo dentro de su cabeza, y era de importancia.
"Probablemente fue la impresión... No todos los días se ve un cambio de sexo como ése... Además, yo ni sabía qué iba a ocurrirle" pensó para sus adentros. Sonrió; sí, debía ser eso. Sintiéndose más aliviado, Draco se levantó y salió de la habitación, dirigiéndose al patio del colegio.
****
Allá se encontró con Alexis, que estaba sentada bajo un árbol viejísimo y nudoso, lejos de todos y oculta de la mirada de los demás. Tenía la espalda apoyada en el tronco, y se veía tranquila. Sus ojos estaban cerrados, pero eso no le impidió reconocer a la persona que se acercaba silenciosamente a ella.
- Hola, Draco. ¿Cómo estás? - lo saludó con alegría.
Draco gruñó.
- Molesto: me dijiste que el humo de la pócima sería invisible... Yo quería que nadie se diera cuenta. ¡Y en vez de eso, salió un espeso humo morado que hizo gritar a un tercio de los alumnos, mientras que el otro tercio se desmayaba... Se armó un tremendo alboroto... -
- Hace tiempo que no hacía esa poción, por eso, quizás se me olvidaron algunos detalles... lo lamento... -
- Bueno, ya pasó...- de pronto, los ojos del rubio se abrieron más - Espero que no te hayas equivocado acerca de la duración... -
- Oh, no, de eso estoy absolutamente segura - se apresuró a responder Alexis.
- Está bien...-
- Pero conseguiste lo que querías, ¿no? -
- Sí, quedé realmente sorprendido, al igual que todo el mundo... Espero que eso le enseñe. Muchas gracias por tu ayuda, Alexis - contestó el muchacho, complacido. Alexis se reacomodó, cruzando sus piernas y sentándose sobre ellas, y se echó hacia delante, hasta que su rostro quedó a una corta distancia del de Draco.
- Bueno, ya que el trabajo está listo, conversemos la forma de pago -
Draco seguía sonriendo. Se tendió sobre el pasto, cruzó los brazos tras la cabeza e inspiró profundamente el cálido aire.
- OK, ¿cuánto quieres? Lo máximo que puedo ofrecerte son 50 galleons. Mis padres aún no me entregan el resto de mi mesada... -
La joven Darken lo interrumpió, colocándose sobre él. Estaba de rodillas y con las palmas apoyadas en el suelo, cerca de los hombros de Draco. El joven estaba atrapado bajo la muchacha. Intentó moverse, pero no lo logró: Alexis lo había petrificado.
- ¡Qué rayos crees que haces, Darken! - le gritó.
- No me interesan tus galleons de oro: te quiero a TÍ -
- A... ¿a mí? ¿Y qué podrías querer de mí, aparte de mi dinero? -
Alexis lo miró, sorprendida y confundida. Draco se explicó.
- Tengo muy claro que la gente se acerca a mí sólo por eso. Así me he ganado mis amistades y mi prestigio... -
Alexis le acarició suavemente la mejilla derecha, y le susurró:
- Entonces yo seré la primera persona que te amará por lo que eres, porque deseo conocerte y ser parte tuya -
Ahora era Draco el sorprendido. Alexis se explicó.
- "In other words / I love you" *- le cantó con dulzura, antes de posar sus labios sobre los del rubio Slytherin. Éste parecía estar en un estado de shock, del cual pudo salir gracias al horrible pensamiento que se le apareció de pronto.
- A- Alexis... Nos van a ver... -
Sin dejar de besarlo, la muchacha movió su mano derecha. Casi de inmediato, todo se detuvo. Una paloma que volaba cerca de ellos paró, suspendida en el aire. El silencio se apoderó de Hogwarts.
Y Alexis se apoderó del tiempo.
***
Continuará
***
* = ¿Adivinaron la canción? Es la parte final de "Fly me to the Moon" ¡Le vino de perillas!
Huy, qué fuerte me está quedando... ¡Y no es lo único que se viene! ¡Espérenme hasta el próximo capítulo!
¡Hasta entonces!
(Y no olviden dejarme reviews, kudasai ^_^)
4. La Poción
Misami Aroku
Ahora es cuando comienza la acción... ¡Ni se les ocurra dejarme justo ahora ^_^!
JKR es de Harry Potter... Al revés.
*****
Pociones con Snape era igual que ir al infierno con un pasaje sólo de ida. Ningún alumno de Gryffindor se atrevía a abrir la boca ni siquiera para saludar al profesor. Aquí las Serpientes controlaban a los Leones.
Ron estaba nervioso... demasiado para ser normal. No se había equivocado en nada mientras mezclaba los ingredientes de su poción, pero las manos le temblaban y estaba muy pálido. Hermione lo miraba a cada rato, pero el pelirrojo no parecía ni siquiera estar consciente de lo que hacía. Era muy extraño.
"Quizás es culpa mía..." pensó Harry, acongojado.
... o del infeliz de Malfoy. Harry empuñó las manos. Si era él quien debía recibir el castigo, ¿por qué diablos era Ron el preocupado? No tenía sentido.
- Harry, no descuides tu pócima - le susurró una vocecita trémula - Seguro que, cuando menos lo esperes, Draco te hará algo y... -
- Ya basta, Ron. ¡Estoy harto de que me sobreprotejas tanto! Pones la misma cara que la profesora Trelawney cuando me decía que iba a morirme - Sonrió, pero no obtuvo respuesta.
- Ah, o sea que es por eso que andas así, Ron... ¿Por qué no me dijeron nada? - murmuró repentinamente Hermione, dolida. Los chicos dieron un respingo.
- Pues porque no quería que te pusieras igual o peor que Ron... -
- ¡Harry, lo digo por tu bien! - replicó el joven pelirrojo.
- Entonces debo confesarte que me he preocupado mucho, por Ron primero y ahora por tí. Es increíble que no dejen de meterse en problemas... -
De más está decir que la discusión transcurría discreta y silenciosamente, sin que Snape oyese nada en absoluto. Sin embargo, una persona sí estuvo muy atenta a lo que ellos hacían: Draco, que, al pasar cerca de los tres amigos, dejó caer -sin que nadie se diera cuenta- un paquetito pequeño dentro del caldero de Harry. El paquetito se disolvió en segundos. Sonriendo, el rubio Slytherin se alejó lo más que pudo y fue a sentarse con sus compañeros al otro extremo de la sala.
Los treinta segundos se le hicieron eternos, pero cuando vio a Potter acercarse a su caldero y mirar dentro de él con extrañeza, supo que ya estaba listo y se permitió una sonrisa.
****
Nadie tuvo tiempo de actuar. Ocurrió tan rápido, que ni siquiera Snape tuvo oportunidad de hacer algo. Todos en la sala vieron que Harry se acercaba a su caldero con semblante preocupado.
- Profesor Snape, creo que algo le ha ocurrido a mi poci... -
No alcanzó a terminar la frase, pues un espeso humo violeta lo envolvió por completo. Hermione gritó. Todos estaban tan asustados, que nadie se fijó en la mueca de asombro y terror que aparecía en el rostro de Draco. Desapareció casi al instante, quedando en su lugar una indiferencia que no sentía.
"Me dijo que era invisible, no que ocurriría esto..." pensaba, furioso.
Severus Snape, en todos los años que llevaba haciendo clase, nunca había visto algo parecido. Obviamente debía tratarse de una broma de mal gusto. Como buen experto en el arte de las pociones, conocía aquel hechizo, pero jamás vio a algún alumno poniéndolo en práctica. Y menos en medio de una clase, por Dios.
Cuando el humo se disipó, lo que dejó al descubierto hizo desmayarse a más de alguien.
- ¿Qué... qué ocurre? - preguntó una voz aguda. La persona dueña de aquella voz abrió los ojos de par en par, se llevó una mano a la garganta, y luego al pecho... Después de lanzar un grito, cayó desmayada al suelo.
****
- Hasta que despertó... señorita -
La joven abrió los ojos, sorprendida. ¿Qué había ocurrido? Sólo recordaba que se había asomado a su caldero, pues su poción había tomado un tinte morado que no tenía por qué haber aparecido, y en eso... Humo, sopor y aturdimiento. Cuando la espesa neblina se disipó, se sintió como si despertara de una mala siesta, con el cuerpo cortado. Todos lo miraban como si se hubiese deformado o algo así. Habló, y oyó con pavor que de su garganta salía una voz femenina...
- Se... señora Pomfrey... ¿podría traerme un espejo, por favor? - Sabía que resultaría difícil descubrir la verdad, pero había enfrentado cosas peores... Lord Voldemort, por ejemplo, a quien todos temían. ¿Y se iba a temer a sí mismo? Nunca. Por algo era Gryffindor, ¿no?
La señora Pomfrey parecía realmente preocupada. Le trajo el espejo a Harry y se quedó cerca, observándole con cautela.
- ¿Me veo muy feo? - preguntó en voz baja.
- No, no, te ves... diferente... pero estás muy bien - Le sonrió y lo dejó solo.
"Seguramente tengo un ojo o una oreja de más, la piel de la cara morada o algo así"
Encogiéndose de hombros, tomó el espejo, inspiró profundamente, lo volteó y...
...una linda muchacha le devolvió la mirada. Tenía el pelo largo y negro, los ojos grandes y muy verdes, su piel era blanca y suave... Desvió la vista hacia sus antebrazos, delgados y delicados. Tuvo ganas de gritar, pero se reprimió. Las lágrimas se agolparon tras sus ojos, y pronto corrieron libremente por sus rosadas mejillas. Los sollozos no se hicieron esperar.
La señora Pomfrey acudió de inmediato.
- ¿Te sientes bien... eh, querida? - Se veía que estaba muy confundida, quizá tanto como "Harry".
- Sí, es sólo que... no sé cómo saldré de esto... -
- No te preocupes, ya pasará. Por mientras, toma un chocolate - Y sin esperar respuesta, sacó una barra y se la entregó, sonriendo. La joven Potter empezó a comérselo al instante.
Estaba llegando a la mitad de la barra, cuando escuchó ruido de pasos. Irguiéndose de un salto, esperó con impaciencia que se acercaran. "Deben ser Ron y Hermione, no cabe duda" se decía. Los pasos se detuvieron, y la voz de la señora Pomfrey interrogaba a unos estudiantes. "¡Lo sabía! Son ellos" Lo que no pudo acertar fue la expresión de sus rostros.
- Hola... em... Harry... He-hemos venido a verte - tartamudeó Hermione. Ron era incapaz de abrir la boca. Tenía los ojos abiertos como platos y estaba rojo como tomate. Harry comenzó a sentirse incómodo.
- ¿Qué les pasa? No estoy deforme ni nada... -
- Es... es que te ves extraño como mujer - murmuró Ron.
- Falta de costumbre - replicó Hermione, recuperándose con rapidez, y agregó - Te ves linda, Harry -
Harry torció el gesto.
- Gracias, pero..."te ves linda, Harry" suena muy raro... Ya no puedo seguir llamándome así - Su semblante se entristeció, pero sus amigos trataron de animarlo. Hasta Ron parecía haber perdido su anterior estupor.
- ¡Nosotros te ayudaremos a encontrar un buen nombre! ¿verdad, Hermione? -
- Así es, y ya tengo una idea: ¿qué te parece "Carrie"? Tiene un cierto parecido con tu nombre verdadero... -
- No sé, no me gusta. Más de alguien puede intentar echarme sangre de cerdo encima, como en la película... - Hermione asintió, sonriendo. Ron no entendió la respuesta, pero no le importó.
- Entonces, ¿qué tal si te pones como tu mamá? Lily Potter... Suena bonito -
Harry frunció el ceño y pensó la propuesta.
- Podría ser... pero no me convence... Es mejor que haya una sola Lily Potter: mi madre... Aunque, pensándolo bien... ¿Existe algún nombre femenino para "James"?-
- ¡Sí! - respondió Hermione, alegremente - ¡"Jamie"!
- "Jamie Potter"... Sí, suena mejor - opinó Ron.
- Jamie Potter... Jamie Potter... ¡Me gusta! - decidió Harry, quien desde ese momento se sintió preparado para comenzar a ver su vida desde otro punto de vista.
****
Cuando salió de la enfermería, un montón de alumnos de Gryffindor lo estaba esperando. Todos tenían la misma cara que Ron cuando vio a Harry convertido en Jamie. Nadie se atrevió a sonreír. En eso, Draco Malfoy se abrió paso entre la multitud, poniéndose en primera fila. Estaba más pálido que de costumbre (si era posible) pero nadie pareció notarlo. "Harry" tragó saliva, preparándose para recibir la primera burla, pero no ocurrió nada. Draco lo miraba con sorpresa, ni siquiera con odio. Después de unos instantes, desapareció entre la multitud.
- ¿Eres Harry Potter? - le preguntó de pronto Neville Longbottom. "Harry" sonrió.
- Pues sí... aunque ahora mi nombre es Jamie, por razones obvias -
Después de una pausa, Lavender Brown murmuró:
- Nos alegra que te encuentres bien... Jamie. Y puedes contar con nosotros -
- ¡Aaaawwww! -
Todos se acercaron a abrazar a la "nueva compañera", a desearle suerte y demostrarle apoyo. Jamie sintió que se emocionaba. "No debo llorar" pensó, pero las lágrimas no le hicieron caso. Hermione se acercó como pudo, la vio llorando y le secó una lágrima, diciendo:
- No te preocupes, pues la primera lección que debe aprender una mujer, es reconciliarse con su lado sensible -
****
Incapaz de abrir la boca, no pudo reírse de Harry ni humillarlo frente a todos.
- ¿Qué diantre me ocurrió? - se preguntaba Draco, solo en la habitación de hombres de Slytherin, tendido en la cama, con los brazos cruzados detrás de su cabeza. Su rostro expresaba gran preocupación. Cuando se quedaba sin palabras, es que había pasado algo dentro de su cabeza, y era de importancia.
"Probablemente fue la impresión... No todos los días se ve un cambio de sexo como ése... Además, yo ni sabía qué iba a ocurrirle" pensó para sus adentros. Sonrió; sí, debía ser eso. Sintiéndose más aliviado, Draco se levantó y salió de la habitación, dirigiéndose al patio del colegio.
****
Allá se encontró con Alexis, que estaba sentada bajo un árbol viejísimo y nudoso, lejos de todos y oculta de la mirada de los demás. Tenía la espalda apoyada en el tronco, y se veía tranquila. Sus ojos estaban cerrados, pero eso no le impidió reconocer a la persona que se acercaba silenciosamente a ella.
- Hola, Draco. ¿Cómo estás? - lo saludó con alegría.
Draco gruñó.
- Molesto: me dijiste que el humo de la pócima sería invisible... Yo quería que nadie se diera cuenta. ¡Y en vez de eso, salió un espeso humo morado que hizo gritar a un tercio de los alumnos, mientras que el otro tercio se desmayaba... Se armó un tremendo alboroto... -
- Hace tiempo que no hacía esa poción, por eso, quizás se me olvidaron algunos detalles... lo lamento... -
- Bueno, ya pasó...- de pronto, los ojos del rubio se abrieron más - Espero que no te hayas equivocado acerca de la duración... -
- Oh, no, de eso estoy absolutamente segura - se apresuró a responder Alexis.
- Está bien...-
- Pero conseguiste lo que querías, ¿no? -
- Sí, quedé realmente sorprendido, al igual que todo el mundo... Espero que eso le enseñe. Muchas gracias por tu ayuda, Alexis - contestó el muchacho, complacido. Alexis se reacomodó, cruzando sus piernas y sentándose sobre ellas, y se echó hacia delante, hasta que su rostro quedó a una corta distancia del de Draco.
- Bueno, ya que el trabajo está listo, conversemos la forma de pago -
Draco seguía sonriendo. Se tendió sobre el pasto, cruzó los brazos tras la cabeza e inspiró profundamente el cálido aire.
- OK, ¿cuánto quieres? Lo máximo que puedo ofrecerte son 50 galleons. Mis padres aún no me entregan el resto de mi mesada... -
La joven Darken lo interrumpió, colocándose sobre él. Estaba de rodillas y con las palmas apoyadas en el suelo, cerca de los hombros de Draco. El joven estaba atrapado bajo la muchacha. Intentó moverse, pero no lo logró: Alexis lo había petrificado.
- ¡Qué rayos crees que haces, Darken! - le gritó.
- No me interesan tus galleons de oro: te quiero a TÍ -
- A... ¿a mí? ¿Y qué podrías querer de mí, aparte de mi dinero? -
Alexis lo miró, sorprendida y confundida. Draco se explicó.
- Tengo muy claro que la gente se acerca a mí sólo por eso. Así me he ganado mis amistades y mi prestigio... -
Alexis le acarició suavemente la mejilla derecha, y le susurró:
- Entonces yo seré la primera persona que te amará por lo que eres, porque deseo conocerte y ser parte tuya -
Ahora era Draco el sorprendido. Alexis se explicó.
- "In other words / I love you" *- le cantó con dulzura, antes de posar sus labios sobre los del rubio Slytherin. Éste parecía estar en un estado de shock, del cual pudo salir gracias al horrible pensamiento que se le apareció de pronto.
- A- Alexis... Nos van a ver... -
Sin dejar de besarlo, la muchacha movió su mano derecha. Casi de inmediato, todo se detuvo. Una paloma que volaba cerca de ellos paró, suspendida en el aire. El silencio se apoderó de Hogwarts.
Y Alexis se apoderó del tiempo.
***
Continuará
***
* = ¿Adivinaron la canción? Es la parte final de "Fly me to the Moon" ¡Le vino de perillas!
Huy, qué fuerte me está quedando... ¡Y no es lo único que se viene! ¡Espérenme hasta el próximo capítulo!
¡Hasta entonces!
(Y no olviden dejarme reviews, kudasai ^_^)
