¡QUIÉN LO HUBIERA IMAGINADO!
5. Nacimiento
Misami Aroku
Veamos... Es probable que alguien se haya enredado. ¿Qué les parece si hago una sinopsis?
*************
SINOPSIS
En el trayecto a Hogwarts, Draco ha sido ofendido por Harry Potter, quien le echa en cara la frialdad que existe en su familia, un tema que, al parecer, le duele mucho a Draco. Éste jura venganza, pero no sabe cómo, hasta que conoce a una niña nueva en su casa, de primer año, llamada Alexis Darken, quien muestra un interés obvio en el rubio Slytherin, aunque él la ignora y la considera insoportable. Tratando de acercarse, Alexis comienza a enviarle sueños en los cuales aparece una niña idéntica a ella, aunque le impide al muchacho reconocerla. Piensa que así, quizás, él llegue a fijarse en ella, al reconocerla como la niña "onírica", pero no le resulta mucho.
Durante un recreo, Darken va a verlo practicar Quidditch. Una bludger se dirige hacia ella, pillándola desprevenida, pero Draco aparece y la "salva". Alexis, agradecida, desea devolverle el favor, pero no sabe cómo... Un rato después, Draco sale de la práctica y la muchacha ve con cuánto odio discute con Harry. Ya ha descubierto la manera de estar a mano con él.
Durante el sueño, Draco descubre que la niña del sueño es en realidad Alexis, y ésta le muestra la manera de llevar a cabo su venganza. Al despertar, lo primero que hace el rubio es sostener una conversación con la niña, para pedirle explicaciones. Ella le explica la idea, pero no le dice cuáles serán los resultados. Malfoy acepta con un poco de reticencia y escepticismo, pero luego se entusiasma. Durante la clase de Pociones, el muchacho lleva a cabo el experimento, y lo que ocurre después deja sorprendido a todo el mundo: Harry Potter se ha convertido en una niña. Draco se queda sin palabras cuando ve a su némesis salir de la enfermería en su nuevo estado, pero se repone pronto. Contento, pero algo molesto por ciertos detalles que ocurrieron durante el desarrollo del plan, va a ver a Alexis para agradecerle, y sale a colación el tema del pago. Eso sí, Draco jamás esperó que su dinero no fuera a servir esta vez... Y pronto verá que recompensar a Darken por su ayuda será más difícil de lo que esperaba, aunque él no será el único que se vea metido en un problema...
Dicho esto, ya puedo continuar...
**************
Luego de lo que pareció una eternidad, Draco pudo moverse. Alexis aún estaba sobre él, pero estaba dormida. La paloma seguía detenida en su sitio, al igual que el resto de la gente. Se enderezó a medias, y se restregó los ojos. La niña despertó, algo aturdida, pero pronto se recuperó.
- ¿Qué te parece? - preguntó alegremente. Draco se levantó y se sacudió la tierra de la túnica.
- Pues... sinceramente, no sé. Me dormí todo el rato - Luego de un momento abrió los ojos, con espanto - ¡Alexis! ¡No me digas que entre tú y yo...! -
- ¡No, Draco, cómo se te ocurre! - Pero el muchacho no la escuchó. La agarró por los hombros y se acercó a ella hasta que sus rostros estuvieron muy cerca el uno del otro.
- Si me has hecho algo mientras dormía - murmuró, arrastrando las palabras con lentitud - Me vas a conocer de verdad -
- ¿Eso es una amenaza? - Repentinamente, el tono de voz de Alexis se había enfriado y vuelto desafiante. Draco se sobresaltó, pero no por mucho. La sorpresa no es un obstáculo para un Malfoy: éste puede manejarla sin ningún problema.
- No me importa lo que tú creas que sea - le respondió - Espero no salir perjudicado en esto -
- ¿A qué te refieres con "esto"? ¿A la broma, o a este momento? -
Draco lo pensó antes de responder.
- A ambas cosas -
- No te preocupes, no ha ocurrido nada. Olvida todo, que yo haré lo mismo... -
- Vale -
-... excepto la deuda que tienes conmigo - continuó Darken. Draco frunció el ceño.
- Pensé que ya lo habímos saldado... ahora - murmuró. Ella meneó la cabeza.
- No ha ocurrido nada, ¿recuerdas? - y le sonrió.
Draco entrecerró los ojos hasta convertirlos en una fina línea, al igual que sus labios. Su rostro pálido estaba levemente sonrosado; sus puños, fuertemente apretados. Sin decir nada, le dio la espalda a la niña, y se alejó.
- ¡Hasta pronto, Draco! - No obtuvo respuesta. No importaba, pronto tendría todas las que quisiera. Ahora, Alexis ya no estaba jugando. Ya había pasado el tiempo de enviar sueños tontos y de hacerse la ingenua.
Y sabía que Draco estaba atrapado.
Él también lo sabía.
Lamentablemente, ninguno de los dos sospechaba que ambos estaban también atrapados por los hilos del Destino, si es que éste existía.
****
- Prefesora McGonagall, yo no lo hice adrede, es más, ni siquiera sé el nombre de la poción - se defendía Jamie, asustada. La estricta y seria profesora la miró con escepticismo. Dumbledore, en cambio, sonrió.
- Profesora, creo que la joven tiene razón. Además, Mme.Pomfrey atestiguó que... bueno, Jamie se veía realmente confundida y asustada por lo sucedido, así que no creo que lo haya hecho adrede -
- Pero Snape dijo... -
- Lo que él diga siempre será predecible. Él no mira las cosas con objetividad. Y menos cuando son cosas relacionadas con la familia Potter -
- Tiene razón, Dumbledore. Pero ahora, ¿qué haremos con Harry... perdón, Jamie? -
El anciano mago sonrió aún más.
- ¡Eso no es problema, querida Minerva! Jamie irá a la habitación de las niñas, y listo -
La muchacha abrió los ojos como platos.
- ¡Pero... yo no puedo estar ahí! - Muy mujer parecería, pero por dentro seguía pensando como hombre, y sentía que su nombre aún era Harry.
- Tampoco puedes estar en la habitación de los varones... y no creo que la Sala Común sea muy acogedora de noche -
- Dumbledore tiene razón, Jamie. Tendrás que dormir con las mujeres -
- Ellas no me aceptarán, estoy seguro - murmuró, mirando el suelo.
****
- ¡Ningún problema, Profesora McGonagall! - exclamaron las alumnas de sexto año, de la Casa de Gryffindor - Siempre y cuando respete nuestra privacidad y pudor - agregó Parvati Patil, seria. Las demás asintieron.
- No se preocupen, prometo que no las molestaré - respondió Jamie, sonrojándose. La profesora McGonagall asintió y le dijo:
- ¿Ves que no era tan difícil? Ahora debo retirarme. Pórtense bien, y buenas noches - Dicho esto, salió de la habitación, dejando a la pálida niña de lentes frente a todas sus nuevas compañeras. Hermione se acercó y le tocó el hombro.
- Si tienes alguna duda, no te cortes y pregúntanos, ¿vale? -
- C-claro... -
Dicho esto, todas tomaron unos bolsitos y comenzaron a salir de la pieza. Jamie las miró, sorprendida.
- ¿A dónde van? -
Las muchachas se voltearon.
- Al baño, por supuesto -
Hermione fue la última en salir, junto con Jamie.
- No entiendo por qué van todas juntas... Nosotros... es decir, los varones van de a uno... Y sin hacer tanto ruido -
- Ya te acostumbrarás - fue la simple respuesta.
El baño de damas cobró vida cuando las alumnas entraron en él, apropiándose de todas las duchas y armando un tranquilo alboroto, que a la "nueva" se le antojó terrible. Todas hablaban mientras entraban a los excusados, se duchaban o se lavaban los dientes.
- ¿Y si viene algún profesor? -
- Ellos saben que nosotras, tan limpias, nos lavamos antes de dormir - contestó una de las niñas, riéndose.
Jamie sonrió y entró a una ducha vacía. Se quitó con lentitud la túnica y la colgó en la puerta. Lo que vio la asustó y fascinó al mismo tiempo. Su cuerpo estaba transformado totalmente. Nunca había visto algo así, pues en ningún momento tuvo tiempo de pensar en lo que le había ocurrido. Se veía menos delgada que cuando era niño, pero quizás era efecto de sus caderas, las cuales eran ahora más anchas y su cintura, más fina. Sus manos y pies eran pequeños, y su pecho era doblemente más sensible. Dio un salto, y le dolió un poco. Empezó a jabonarse, y fue como tocar un cuerpo ajeno. Enrojeció violentamente, y no pudo evitarlo.
-Ha... Jamie, apúrate, por favor, te estás quedando última - le apuró Hermione.
- Estee... Hermione... ¿puedo estar acá un rato más? -
- Déjala - oyó que le decían a su amiga - Necesita conocerse... Tú sabes... -
- Está bien... Jamie, no te demores mucho, ¿vale? Arriba te esperamos - Y la puerta se cerró, dejándola sola en el baño.
"Así que esto es ser mujer... No es tan terrible como lo pintan" se dijo un rato después, mientras se ponía los calzoncillos (no tenía ropa femenina) y encima la túnica de dormir. Cómo iba a saber que aquello no era todo...
****
Draco tenía insomnio. Su tenso encuentro con Alexis lo había dejado muy preocupado. La había ignorado y subestimado en un principio, pero ahora sabía que ella no era la niña de once años que aparentaba ser. "Y es por eso que, cuando la nombraron durante la Ceremonia de Selección, todos la miraron con la boca abierta. Sintieron algo. Yo también, pero no hice caso..."
¿Y de qué habría servido? Él no había demostrado el menor interés en la niña, y ésta se había acercado a él. Quizás, si hubiese actuado de la manera contraria... Pero no, no le convencía la idea. Probablemente, Alexis se hubiera acercado de todos modos.
Cerró los ojos, y un buen rato después, la niña del sueño apareció. "Déjame en paz", murmuró. Ahora no la recibía con la misma ansiedad que antes, pues sabía que se trataba de Darken. Pero esta vez fue diferente. Esta vez, el sueño era suyo. Lo intuía inconscientemente. Y la niña le era conocida, mas no se trataba de la Slytherin de primer año. Pero antes de poder reconocerla bien, abrió los ojos y se quedó un buen rato así, con la mente en blanco; luego se dio vuelta en la cama, hasta quedar mirando hacia el lado contrario. Cuando se quedó dormido otra vez, no volvió a soñar.
****
Una extraña humedad le hizo abrir los ojos con temor. ¿Qué ocurría? "Espero no haberme orinado", pensó. Con los muslos apretados, se arrastró hacia la cortina que la ocultaba de las demás, y la descorrió. Parecía que nadie había despertado aún. "Mejor, así seré la primera en llegar al ba...", se dijo, mientras se levantaba.
Sintió que algo comenzaba a correr dentro de su cuerpo... y fuera de él. Asustada, se subió la túnica...
- ¡AAAAAAHHHHHHHH! ¡HEMORRAGIA! ¡Me muero! -
En menos de 10 segundos, todas las chicas la rodeaban con el terror pintado en el rostro. Luego ese terror se transformó en molestia, y después... en risa.
- ¿De qué se ríen? ¡¡Me estoy muriendo!! -
Hermione avanzó con lágrimas en los ojos, pero se notaba más tranquila. Las demás se calmaron también.
- Jamie, tranquilízate, no te vas a morir... ¿Nunca oíste hablar de algo que le ocurre a las mujeres, llamado "menstruación"?
- Ehh... no... - confesó, avergonzada. Jamás le contaron acerca de esa función femenina tan íntima, ni en el colegio, y menos en su familia, los Dursley. ¿Qué le podía importar a un niño lo que le ocurría a una niña?
Lo sabría después, llegado el momento, cuando estuviera con una mujer y fuera mayor. Sin embargo, ese momento le había llegado de la manera más inesperada...
- Ven, vamos al baño y allá te explicamos... -
Luego de una buena charla después de lavarse, Jamie se sentía mucho más tranquila y confiada, Sin embargo, una molestia en su vientre le hizo torcer el gesto.
- ¿Ocurre algo?- le preguntaron con preocupación.
- Nada que no pueda manejar - respondió, sin darle importancia.
Pero la molestia no desapareció, sino que aumentó su intensidad a medida que pasaba el tiempo. Aunque ya tenía cómo enfrentarse a esta cosa nueva llamada menostración... mensopausia... "regla" (gracias a la ayuda de unos pañales chiquititos que le dieron algunas chicas), este dolor era molesto y no sabía cómo hacer que parara. Al llegar al Gran Salón, le empezaron a temblar las piernas, y se encogió sobre sí misma. Tenía ganas de llorar y de gritar, pero no podía hacerlo. Parecía como si Peeves se hubiese introducido en sus entrañas y estuviera retorciéndoselas sin piedad. Al ver aparecer comida en los platos, al ver que los demás comían y que los olores de los alimentos se mezclaban, su estómago amenazó con rebelarse.
- Harry, perdón... Jamie... -murmuró Ron, preocupado - ¿Qué te pasa? Estás tan blanca que llegas a parecer tiza... - Como no obtuvo respuesta, le tocó el hombro a Hermione. Ésta se volteó y lo miró, inquisitiva.
- Algo le pasa a Jamie... -explicó el pelirrojo, preocupado - Parece que le duele el estómago... -
De inmediato, Hermione se acercó a su amiga, rodeándola con sus brazos.
- ¿Qué ocurre? ¿Qué te duele, Jamie? -
Apenas un murmullo salió de sus labios, pero fue perfectamente audible.
- No sé... pero no es el estómago. Hermione, ¡ayúdame! -
La joven Granger no se hizo de rogar y, junto con Brown y Patil, llevaron a la adolorida muchacha a la enfermería, donde Madame Pomfrey le entregó un frasquito.
- Ay, jovencita, ¡qué manera de empezar!... Tómate el líquido que hay dentro del frasco y luego duerme un poco: te aliviará el dolor y, cuando despiertes, te sentirás mucho mejor.
****
Draco estaba riéndose de algo con sus compañeros cuando vio el movimiento en la mesa de los Leones. Frunció el ceño y preguntó qué ocurría.
- No sé... Algo le ocurre a Potter, parece -
"No debe ser gran cosa. Es probable que lo haga para llamar la atención solamente" pensó, pero cuando la joven alzó el rostro, pudo darse cuenta de que no era fingido. Una palidez casi verdosa se había apoderado de su piel, y sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas. Hasta Draco llegó a sentir lástima por la pobre ni...
"¡No es verdad! ¡Me importa un comino lo que le ocurra!" Y pronto se olvidó del asunto.
****
Ron observaba impotente como su "mejor amigo" se hundía en un dolor que le sacaba lágrimas y quejidos. Y sabía que no podía hacer nada para ayudarle, que Harry ya no era Harry, sino una mujer... Que su amistad no volvería a ser la misma, sino que se transformaría en una parecida a la que tenía con Hermione: existirían cosas que jamás podrían compartir. No como antes, que se contaban de todo, confiaban mutuamente en el otro...
Nada sería igual.
Fue Hermione quien ayudó a Jamie, no él. Y fue a Hermione a quien le dijo lo que le dolía. Y no a él. Una mezcla de celos, envidia e impotencia se mezcló en su alma, hiriéndolo. ¡No era justo! Por culpa de alguien, había perdido a su mejor amigo.
Y se sentía solo...
"A lo mejor Hermione también se ha sentido así" se le ocurrió, y aquel pensamiento sólo le hizo sentirse peor.
No se dio cuenta cuando la joven Granger regresó de la enfermería, notablemente más tranquila, hasta que la tuvo sentada a su lado. Con la voz más neutral que pudo sacar, Ron la interrogó:
- ¿Cómo se encuentra Jamie? -
- Mucho mejor. La señora Pomfrey le dio un líquido que le calmará el dolor, así que no te preocupes más -
- ¿A qué dolor te refieres? ¿Qué le pasó? -
- Oh, nada... Cosas de mujeres - le respondió Hermione, y siguió comiendo sin mirarlo. Por suerte lo hizo así, o sino habría alcanzado a ver un brillo extraño en los ojos de Ron, que desapareció de inmediato. Unos segundos después, la muchacha alzó la vista hacia su amigo.
- ¿Ocurre algo? -
- Nada, no tengo hambre, eso es todo. Permiso -
Hermione lo vio levantarse y dirigirse rumbo a la Sala Común de Gryffindor, pero no le dijo nada. Si quería estar solo, que así fuera. En cierto modo, entendía que Ron se sintiera un tanto desplazado y molesto al ver que su mejor amigo ya no lo era tanto. Pero le preocupaba que aquello fuese por mal camino.
****
Continuará
****
Hum, creo que se está poniendo dramática la historia... Lo lamento, es sólo que ando un poco preocupada por otras cositas U_U Pero no está quedando tan mal, ¿verdad?
¿Qué te parece? Déjame tu opinión y espero verte por aquí en el proximo capítulo ^_^
See ya!
5. Nacimiento
Misami Aroku
Veamos... Es probable que alguien se haya enredado. ¿Qué les parece si hago una sinopsis?
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SINOPSIS
En el trayecto a Hogwarts, Draco ha sido ofendido por Harry Potter, quien le echa en cara la frialdad que existe en su familia, un tema que, al parecer, le duele mucho a Draco. Éste jura venganza, pero no sabe cómo, hasta que conoce a una niña nueva en su casa, de primer año, llamada Alexis Darken, quien muestra un interés obvio en el rubio Slytherin, aunque él la ignora y la considera insoportable. Tratando de acercarse, Alexis comienza a enviarle sueños en los cuales aparece una niña idéntica a ella, aunque le impide al muchacho reconocerla. Piensa que así, quizás, él llegue a fijarse en ella, al reconocerla como la niña "onírica", pero no le resulta mucho.
Durante un recreo, Darken va a verlo practicar Quidditch. Una bludger se dirige hacia ella, pillándola desprevenida, pero Draco aparece y la "salva". Alexis, agradecida, desea devolverle el favor, pero no sabe cómo... Un rato después, Draco sale de la práctica y la muchacha ve con cuánto odio discute con Harry. Ya ha descubierto la manera de estar a mano con él.
Durante el sueño, Draco descubre que la niña del sueño es en realidad Alexis, y ésta le muestra la manera de llevar a cabo su venganza. Al despertar, lo primero que hace el rubio es sostener una conversación con la niña, para pedirle explicaciones. Ella le explica la idea, pero no le dice cuáles serán los resultados. Malfoy acepta con un poco de reticencia y escepticismo, pero luego se entusiasma. Durante la clase de Pociones, el muchacho lleva a cabo el experimento, y lo que ocurre después deja sorprendido a todo el mundo: Harry Potter se ha convertido en una niña. Draco se queda sin palabras cuando ve a su némesis salir de la enfermería en su nuevo estado, pero se repone pronto. Contento, pero algo molesto por ciertos detalles que ocurrieron durante el desarrollo del plan, va a ver a Alexis para agradecerle, y sale a colación el tema del pago. Eso sí, Draco jamás esperó que su dinero no fuera a servir esta vez... Y pronto verá que recompensar a Darken por su ayuda será más difícil de lo que esperaba, aunque él no será el único que se vea metido en un problema...
Dicho esto, ya puedo continuar...
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Luego de lo que pareció una eternidad, Draco pudo moverse. Alexis aún estaba sobre él, pero estaba dormida. La paloma seguía detenida en su sitio, al igual que el resto de la gente. Se enderezó a medias, y se restregó los ojos. La niña despertó, algo aturdida, pero pronto se recuperó.
- ¿Qué te parece? - preguntó alegremente. Draco se levantó y se sacudió la tierra de la túnica.
- Pues... sinceramente, no sé. Me dormí todo el rato - Luego de un momento abrió los ojos, con espanto - ¡Alexis! ¡No me digas que entre tú y yo...! -
- ¡No, Draco, cómo se te ocurre! - Pero el muchacho no la escuchó. La agarró por los hombros y se acercó a ella hasta que sus rostros estuvieron muy cerca el uno del otro.
- Si me has hecho algo mientras dormía - murmuró, arrastrando las palabras con lentitud - Me vas a conocer de verdad -
- ¿Eso es una amenaza? - Repentinamente, el tono de voz de Alexis se había enfriado y vuelto desafiante. Draco se sobresaltó, pero no por mucho. La sorpresa no es un obstáculo para un Malfoy: éste puede manejarla sin ningún problema.
- No me importa lo que tú creas que sea - le respondió - Espero no salir perjudicado en esto -
- ¿A qué te refieres con "esto"? ¿A la broma, o a este momento? -
Draco lo pensó antes de responder.
- A ambas cosas -
- No te preocupes, no ha ocurrido nada. Olvida todo, que yo haré lo mismo... -
- Vale -
-... excepto la deuda que tienes conmigo - continuó Darken. Draco frunció el ceño.
- Pensé que ya lo habímos saldado... ahora - murmuró. Ella meneó la cabeza.
- No ha ocurrido nada, ¿recuerdas? - y le sonrió.
Draco entrecerró los ojos hasta convertirlos en una fina línea, al igual que sus labios. Su rostro pálido estaba levemente sonrosado; sus puños, fuertemente apretados. Sin decir nada, le dio la espalda a la niña, y se alejó.
- ¡Hasta pronto, Draco! - No obtuvo respuesta. No importaba, pronto tendría todas las que quisiera. Ahora, Alexis ya no estaba jugando. Ya había pasado el tiempo de enviar sueños tontos y de hacerse la ingenua.
Y sabía que Draco estaba atrapado.
Él también lo sabía.
Lamentablemente, ninguno de los dos sospechaba que ambos estaban también atrapados por los hilos del Destino, si es que éste existía.
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- Prefesora McGonagall, yo no lo hice adrede, es más, ni siquiera sé el nombre de la poción - se defendía Jamie, asustada. La estricta y seria profesora la miró con escepticismo. Dumbledore, en cambio, sonrió.
- Profesora, creo que la joven tiene razón. Además, Mme.Pomfrey atestiguó que... bueno, Jamie se veía realmente confundida y asustada por lo sucedido, así que no creo que lo haya hecho adrede -
- Pero Snape dijo... -
- Lo que él diga siempre será predecible. Él no mira las cosas con objetividad. Y menos cuando son cosas relacionadas con la familia Potter -
- Tiene razón, Dumbledore. Pero ahora, ¿qué haremos con Harry... perdón, Jamie? -
El anciano mago sonrió aún más.
- ¡Eso no es problema, querida Minerva! Jamie irá a la habitación de las niñas, y listo -
La muchacha abrió los ojos como platos.
- ¡Pero... yo no puedo estar ahí! - Muy mujer parecería, pero por dentro seguía pensando como hombre, y sentía que su nombre aún era Harry.
- Tampoco puedes estar en la habitación de los varones... y no creo que la Sala Común sea muy acogedora de noche -
- Dumbledore tiene razón, Jamie. Tendrás que dormir con las mujeres -
- Ellas no me aceptarán, estoy seguro - murmuró, mirando el suelo.
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- ¡Ningún problema, Profesora McGonagall! - exclamaron las alumnas de sexto año, de la Casa de Gryffindor - Siempre y cuando respete nuestra privacidad y pudor - agregó Parvati Patil, seria. Las demás asintieron.
- No se preocupen, prometo que no las molestaré - respondió Jamie, sonrojándose. La profesora McGonagall asintió y le dijo:
- ¿Ves que no era tan difícil? Ahora debo retirarme. Pórtense bien, y buenas noches - Dicho esto, salió de la habitación, dejando a la pálida niña de lentes frente a todas sus nuevas compañeras. Hermione se acercó y le tocó el hombro.
- Si tienes alguna duda, no te cortes y pregúntanos, ¿vale? -
- C-claro... -
Dicho esto, todas tomaron unos bolsitos y comenzaron a salir de la pieza. Jamie las miró, sorprendida.
- ¿A dónde van? -
Las muchachas se voltearon.
- Al baño, por supuesto -
Hermione fue la última en salir, junto con Jamie.
- No entiendo por qué van todas juntas... Nosotros... es decir, los varones van de a uno... Y sin hacer tanto ruido -
- Ya te acostumbrarás - fue la simple respuesta.
El baño de damas cobró vida cuando las alumnas entraron en él, apropiándose de todas las duchas y armando un tranquilo alboroto, que a la "nueva" se le antojó terrible. Todas hablaban mientras entraban a los excusados, se duchaban o se lavaban los dientes.
- ¿Y si viene algún profesor? -
- Ellos saben que nosotras, tan limpias, nos lavamos antes de dormir - contestó una de las niñas, riéndose.
Jamie sonrió y entró a una ducha vacía. Se quitó con lentitud la túnica y la colgó en la puerta. Lo que vio la asustó y fascinó al mismo tiempo. Su cuerpo estaba transformado totalmente. Nunca había visto algo así, pues en ningún momento tuvo tiempo de pensar en lo que le había ocurrido. Se veía menos delgada que cuando era niño, pero quizás era efecto de sus caderas, las cuales eran ahora más anchas y su cintura, más fina. Sus manos y pies eran pequeños, y su pecho era doblemente más sensible. Dio un salto, y le dolió un poco. Empezó a jabonarse, y fue como tocar un cuerpo ajeno. Enrojeció violentamente, y no pudo evitarlo.
-Ha... Jamie, apúrate, por favor, te estás quedando última - le apuró Hermione.
- Estee... Hermione... ¿puedo estar acá un rato más? -
- Déjala - oyó que le decían a su amiga - Necesita conocerse... Tú sabes... -
- Está bien... Jamie, no te demores mucho, ¿vale? Arriba te esperamos - Y la puerta se cerró, dejándola sola en el baño.
"Así que esto es ser mujer... No es tan terrible como lo pintan" se dijo un rato después, mientras se ponía los calzoncillos (no tenía ropa femenina) y encima la túnica de dormir. Cómo iba a saber que aquello no era todo...
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Draco tenía insomnio. Su tenso encuentro con Alexis lo había dejado muy preocupado. La había ignorado y subestimado en un principio, pero ahora sabía que ella no era la niña de once años que aparentaba ser. "Y es por eso que, cuando la nombraron durante la Ceremonia de Selección, todos la miraron con la boca abierta. Sintieron algo. Yo también, pero no hice caso..."
¿Y de qué habría servido? Él no había demostrado el menor interés en la niña, y ésta se había acercado a él. Quizás, si hubiese actuado de la manera contraria... Pero no, no le convencía la idea. Probablemente, Alexis se hubiera acercado de todos modos.
Cerró los ojos, y un buen rato después, la niña del sueño apareció. "Déjame en paz", murmuró. Ahora no la recibía con la misma ansiedad que antes, pues sabía que se trataba de Darken. Pero esta vez fue diferente. Esta vez, el sueño era suyo. Lo intuía inconscientemente. Y la niña le era conocida, mas no se trataba de la Slytherin de primer año. Pero antes de poder reconocerla bien, abrió los ojos y se quedó un buen rato así, con la mente en blanco; luego se dio vuelta en la cama, hasta quedar mirando hacia el lado contrario. Cuando se quedó dormido otra vez, no volvió a soñar.
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Una extraña humedad le hizo abrir los ojos con temor. ¿Qué ocurría? "Espero no haberme orinado", pensó. Con los muslos apretados, se arrastró hacia la cortina que la ocultaba de las demás, y la descorrió. Parecía que nadie había despertado aún. "Mejor, así seré la primera en llegar al ba...", se dijo, mientras se levantaba.
Sintió que algo comenzaba a correr dentro de su cuerpo... y fuera de él. Asustada, se subió la túnica...
- ¡AAAAAAHHHHHHHH! ¡HEMORRAGIA! ¡Me muero! -
En menos de 10 segundos, todas las chicas la rodeaban con el terror pintado en el rostro. Luego ese terror se transformó en molestia, y después... en risa.
- ¿De qué se ríen? ¡¡Me estoy muriendo!! -
Hermione avanzó con lágrimas en los ojos, pero se notaba más tranquila. Las demás se calmaron también.
- Jamie, tranquilízate, no te vas a morir... ¿Nunca oíste hablar de algo que le ocurre a las mujeres, llamado "menstruación"?
- Ehh... no... - confesó, avergonzada. Jamás le contaron acerca de esa función femenina tan íntima, ni en el colegio, y menos en su familia, los Dursley. ¿Qué le podía importar a un niño lo que le ocurría a una niña?
Lo sabría después, llegado el momento, cuando estuviera con una mujer y fuera mayor. Sin embargo, ese momento le había llegado de la manera más inesperada...
- Ven, vamos al baño y allá te explicamos... -
Luego de una buena charla después de lavarse, Jamie se sentía mucho más tranquila y confiada, Sin embargo, una molestia en su vientre le hizo torcer el gesto.
- ¿Ocurre algo?- le preguntaron con preocupación.
- Nada que no pueda manejar - respondió, sin darle importancia.
Pero la molestia no desapareció, sino que aumentó su intensidad a medida que pasaba el tiempo. Aunque ya tenía cómo enfrentarse a esta cosa nueva llamada menostración... mensopausia... "regla" (gracias a la ayuda de unos pañales chiquititos que le dieron algunas chicas), este dolor era molesto y no sabía cómo hacer que parara. Al llegar al Gran Salón, le empezaron a temblar las piernas, y se encogió sobre sí misma. Tenía ganas de llorar y de gritar, pero no podía hacerlo. Parecía como si Peeves se hubiese introducido en sus entrañas y estuviera retorciéndoselas sin piedad. Al ver aparecer comida en los platos, al ver que los demás comían y que los olores de los alimentos se mezclaban, su estómago amenazó con rebelarse.
- Harry, perdón... Jamie... -murmuró Ron, preocupado - ¿Qué te pasa? Estás tan blanca que llegas a parecer tiza... - Como no obtuvo respuesta, le tocó el hombro a Hermione. Ésta se volteó y lo miró, inquisitiva.
- Algo le pasa a Jamie... -explicó el pelirrojo, preocupado - Parece que le duele el estómago... -
De inmediato, Hermione se acercó a su amiga, rodeándola con sus brazos.
- ¿Qué ocurre? ¿Qué te duele, Jamie? -
Apenas un murmullo salió de sus labios, pero fue perfectamente audible.
- No sé... pero no es el estómago. Hermione, ¡ayúdame! -
La joven Granger no se hizo de rogar y, junto con Brown y Patil, llevaron a la adolorida muchacha a la enfermería, donde Madame Pomfrey le entregó un frasquito.
- Ay, jovencita, ¡qué manera de empezar!... Tómate el líquido que hay dentro del frasco y luego duerme un poco: te aliviará el dolor y, cuando despiertes, te sentirás mucho mejor.
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Draco estaba riéndose de algo con sus compañeros cuando vio el movimiento en la mesa de los Leones. Frunció el ceño y preguntó qué ocurría.
- No sé... Algo le ocurre a Potter, parece -
"No debe ser gran cosa. Es probable que lo haga para llamar la atención solamente" pensó, pero cuando la joven alzó el rostro, pudo darse cuenta de que no era fingido. Una palidez casi verdosa se había apoderado de su piel, y sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas. Hasta Draco llegó a sentir lástima por la pobre ni...
"¡No es verdad! ¡Me importa un comino lo que le ocurra!" Y pronto se olvidó del asunto.
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Ron observaba impotente como su "mejor amigo" se hundía en un dolor que le sacaba lágrimas y quejidos. Y sabía que no podía hacer nada para ayudarle, que Harry ya no era Harry, sino una mujer... Que su amistad no volvería a ser la misma, sino que se transformaría en una parecida a la que tenía con Hermione: existirían cosas que jamás podrían compartir. No como antes, que se contaban de todo, confiaban mutuamente en el otro...
Nada sería igual.
Fue Hermione quien ayudó a Jamie, no él. Y fue a Hermione a quien le dijo lo que le dolía. Y no a él. Una mezcla de celos, envidia e impotencia se mezcló en su alma, hiriéndolo. ¡No era justo! Por culpa de alguien, había perdido a su mejor amigo.
Y se sentía solo...
"A lo mejor Hermione también se ha sentido así" se le ocurrió, y aquel pensamiento sólo le hizo sentirse peor.
No se dio cuenta cuando la joven Granger regresó de la enfermería, notablemente más tranquila, hasta que la tuvo sentada a su lado. Con la voz más neutral que pudo sacar, Ron la interrogó:
- ¿Cómo se encuentra Jamie? -
- Mucho mejor. La señora Pomfrey le dio un líquido que le calmará el dolor, así que no te preocupes más -
- ¿A qué dolor te refieres? ¿Qué le pasó? -
- Oh, nada... Cosas de mujeres - le respondió Hermione, y siguió comiendo sin mirarlo. Por suerte lo hizo así, o sino habría alcanzado a ver un brillo extraño en los ojos de Ron, que desapareció de inmediato. Unos segundos después, la muchacha alzó la vista hacia su amigo.
- ¿Ocurre algo? -
- Nada, no tengo hambre, eso es todo. Permiso -
Hermione lo vio levantarse y dirigirse rumbo a la Sala Común de Gryffindor, pero no le dijo nada. Si quería estar solo, que así fuera. En cierto modo, entendía que Ron se sintiera un tanto desplazado y molesto al ver que su mejor amigo ya no lo era tanto. Pero le preocupaba que aquello fuese por mal camino.
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Continuará
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Hum, creo que se está poniendo dramática la historia... Lo lamento, es sólo que ando un poco preocupada por otras cositas U_U Pero no está quedando tan mal, ¿verdad?
¿Qué te parece? Déjame tu opinión y espero verte por aquí en el proximo capítulo ^_^
See ya!
