Onna-musha.
Por: Kigai Chiyuu

Los personajes de Kenshin Himura y Hiko Seujuro pertenecen a Nobuhiro Watsuki. Aunque en este fic los modifico en varios aspectos.

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Nota a los reviewers:

Yoh-kun:

Cláro que yo tambien quiero una casa así!!! Y sobre las bendas... HENTAI!!!! *Kigai le da un puñetaso marca Naru Narusegawa*

gaby (hyatt:

Ohhh, se encontro a nada más y nada menos que a.... (a leer el fic!!! HAHAHAHAHA, lo siento ;) )

pilika-chan!!!:

Me alegra que mi fic te este ayudando a aprender más sobre la cultura japonesa ;)

Fantasías con Kenshin? AAHAHAHAHHA, A cada rato ;) esta es una de TANTAS historias que he inventado. Y también... Kenshin no es el único....

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Capítulo 3: Nihon-jin

"¿Conque ya despertaste?" Una voz mucho más grabe que la del muchacho, la distrajo de sus pensamientos.

Celeste lentamente volteo a ver a la persona de donde provino la voz.

Era otro japonés. Alto, musculoso, ojos y cabello negro que también lo traía largo, solo que con distinto corte y agarrado en una cola de caballo. Vestía igualmente de negro, pantalon, camisa y una gabardina.

"Mi estúpido pupilo me dijo que ya despertaste, así que fue a preparate el desayuno. Ven, vamos a platicar mientras tanto." Saco un par de geta [sandalias de madera] y las puso en el peldaño de piedra.

"Es cierto." Hiko volteo a ver a Celeste, dedicandole una sonrisa. "Disculpa mi rudeza. Mi nombre es Seujuro Hiko."

Celeste no podía articular palabra alguna. Hiko le extendió la mano para ayudarla a bajar del peldaño de piedra que se encontraba entre el suelo y la casa. Celeste calzó las geta y siguió a Hiko por un camino de piedras lisas, hasta una banca hecha de bambú que se encontraba debajo de un arbol que parecia un bonsai grande. Comenzaba a amanecer.

Sintiéndose más en confianza, y como es usual en ella Celeste se soltó platicandole a Hiko lo que había pasado. La pelea y la que iba a ser su primera clase de Aiki-do. Después siguió platicando de otras cosas, como su iluso sueño de llegar a ser como un samurai y el de visitar y aprender lo más que pudiera de Japón.

Hiko se encontraba muy entretenido escuchando y platicando con Celeste, que hasta el momento no le había mencionado su nombre.

Presintió que su pupilo estaba por llegar a donde se encontraban.

"Ya que no me ha dicho su nombre, y como sé que no es japonés. Me gustaría que me consintiera el poder darle uno."

Celeste estuvo de acuerdo, asintió y sonrió. Ya que quería tener un nombre japonés, y además por si las dudas, prefería que ignoraran su verdadero nombre.

"¿Qué le parece, hmm, Amanohara?"

"Sukidesu.[Me gusta]" Contestó Celeste, sonriendo muy complasida y honorada de que le hubiesen dado un nombre.

En ese momento llego Kenshin.

"Disculpe señorita."

"Ahora se llama Amanohara." Interrumpió Hiko.

Kenshin frunció el ceño e inmediatamente supuso que su maestro le sugirió el nombre. No estaba de acuerdo, pero no podía hacer nada al respecto.

"Amanohara-dono." Se corrigió Kenshin. "Le prepare un desayuno."

Celeste volteo a verlo y le contesto sonriendo. "Muchas gracias."

Kenshin no supo por qué, pero la sonrisa de Celeste lo había tomado por sorpresa.

Viendo esto Hiko comento. "Anda, ve con Kenshin y come algo, has de tener algo de hambre, además de que necesitas energía para restablecerte pronto, pequeña samurai."

A esto Celeste se sonrojó y tímidamente siguió a Kenshin.

Al caminar de regreso a la casa pudo escuchar a Hiko riendo un poco.

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