Por: Kigai Chiyuu
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Nota a los reviewers:
Yoh-kun:
Cláro que yo tambien quiero una casa así!!! Y sobre las bendas... HENTAI!!!! *Kigai le da un puñetaso marca Naru Narusegawa*
gaby (hyatt:
Ohhh, se encontro a nada más y nada menos que a.... (a leer el fic!!! HAHAHAHAHA, lo siento ;) )
pilika-chan!!!:
Me alegra que mi fic te este ayudando a aprender más sobre la cultura japonesa ;)
Fantasías con Kenshin? AAHAHAHAHHA, A cada rato ;) esta es una de TANTAS historias que he inventado. Y también... Kenshin no es el único....
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"¿Conque ya despertaste?" Una voz mucho más grabe que la del muchacho, la distrajo de sus pensamientos.
Celeste lentamente volteo a ver a la persona de donde provino la voz.
Era otro japonés. Alto, musculoso, ojos y cabello negro que también lo traía largo, solo que con distinto corte y agarrado en una cola de caballo. Vestía igualmente de negro, pantalon, camisa y una gabardina.
"Mi estúpido pupilo me dijo que ya despertaste, así que fue a preparate el desayuno. Ven, vamos a platicar mientras tanto." Saco un par de geta [sandalias de madera] y las puso en el peldaño de piedra.
"Es cierto." Hiko volteo a ver a Celeste, dedicandole una sonrisa. "Disculpa mi rudeza. Mi nombre es Seujuro Hiko."
Celeste no podía articular palabra alguna. Hiko le extendió la mano para ayudarla a bajar del peldaño de piedra que se encontraba entre el suelo y la casa. Celeste calzó las geta y siguió a Hiko por un camino de piedras lisas, hasta una banca hecha de bambú que se encontraba debajo de un arbol que parecia un bonsai grande. Comenzaba a amanecer.
Sintiéndose más en confianza, y como es usual en ella Celeste se soltó platicandole a Hiko lo que había pasado. La pelea y la que iba a ser su primera clase de Aiki-do. Después siguió platicando de otras cosas, como su iluso sueño de llegar a ser como un samurai y el de visitar y aprender lo más que pudiera de Japón.
Hiko se encontraba muy entretenido escuchando y platicando con Celeste, que hasta el momento no le había mencionado su nombre.
Presintió que su pupilo estaba por llegar a donde se encontraban.
"Ya que no me ha dicho su nombre, y como sé que no es japonés. Me gustaría que me consintiera el poder darle uno."
Celeste estuvo de acuerdo, asintió y sonrió. Ya que quería tener un nombre japonés, y además por si las dudas, prefería que ignoraran su verdadero nombre.
"¿Qué le parece, hmm, Amanohara?"
"Sukidesu.[Me gusta]" Contestó Celeste, sonriendo muy complasida y honorada de que le hubiesen dado un nombre.
En ese momento llego Kenshin.
"Disculpe señorita."
"Ahora se llama Amanohara." Interrumpió Hiko.
Kenshin frunció el ceño e inmediatamente supuso que su maestro le sugirió el nombre. No estaba de acuerdo, pero no podía hacer nada al respecto.
"Amanohara-dono." Se corrigió Kenshin. "Le prepare un desayuno."
Celeste volteo a verlo y le contesto sonriendo. "Muchas gracias."
Kenshin no supo por qué, pero la sonrisa de Celeste lo había tomado por sorpresa.
Viendo esto Hiko comento. "Anda, ve con Kenshin y come algo, has de tener algo de hambre, además de que necesitas energía para restablecerte pronto, pequeña samurai."
A esto Celeste se sonrojó y tímidamente siguió a Kenshin.
Al caminar de regreso a la casa pudo escuchar a Hiko riendo un poco.
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