Los personajes utilizados aquí no son de mi propiedad, así que antes de meterme a la cárcel piensen eso, además, Yo no gano nada por medio de esto, simplemente criticas.

Gracias.

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Capitulo 3: Confusiones.

"Buenas noches para ti también, Ikki." dijo una muy familiar voz femenina.

"¡Saori!" exclamó Ikki, sorprendido al descubrir la identidad de la persona a su lado.

¿Cómo era posible esto? ¡De alguna extraña y bizarra manera había terminado en la misma cama que Saori!

La mujer lo miró con los ojos llenos de deseo, llevaba años esperando por una oportunidad así con el Fénix. ¿Y quién no? Con un cuerpo escultural como el suyo, y esa actitud de arrogancia y altanería, haciéndole parecer inalcanzable.

Por su parte, Ikki comenzó a analizar la situación. Después de todos estos años de estar rescatando de capturas (causa de una ineptitud más allá de lo humano) a aquella mujer ¿por qué no recibir algún tipo de paga? Y... ahora que lo pensaba... ¡En verdad no amaba a Shakka, sino a ella!

Sí... Era enfermizo... Era irreal...

¡¡Era una broma!! xD ¡Jajajaja, cayeron! ¡Claro que Ikki jamás se iba a fijar en Saori teniendo a Shakka! ¡Es simplemente imposible!

Perdón, perdón, pero no pude evitarlo (saludos a Megumi Gabbiani, jaja, a ella que le gusta tanto Saori...) Ahora si, ahí viene el verdadero capitulo ¿ok? Verán que al final del capitulo la broma hasta en gracia les va a caer...

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Capitulo 3: Confusiones.

"Tienes un cuerpo..." susurró en el oído del Fénix, mientras con una mano le acariciaba el pecho. "Increíble."

Esa voz... oh, oh... eso no estaba bien. De alguna manera... ¡Había terminado en la habitación de Mu!

Se zafó del agarre del caballero de Aries, y se alejó lo más posible, incluso se levantó de la cama.

"Y-yo..." No pudo seguir hablando. Sentía la mirada llena de lujuria recorrer cada centímetro de su cuerpo desnudo. Mu lo ponía muy nervioso.

"¿Te asusté?" preguntó con voz sensual.

"¿Qué? No..." vio a Mu hacer un movimiento, asumiendo una posición provocadora.

"¿Qué ocurre?" se levantó. Las sabanas cayeron, dejando su esbelta figura al descubierto. "¿No te gusto?" se le acercó tentativamente. "¿No me deseas?"

"N-no, no es eso..." tenía que aceptar que Mu era un hombre bastante agraciado. Su figura era atlética y fuerte, y a la vez delicada y detallada. El cabello caía libremente a los lados, enmarcando con perfección la silueta, y aquella piel tan blanca como los narcisos, tan suave al tacto, y probablemente tan deliciosa a los labios de alguien. Era una propuesta muy tentadora.

"¿Entonces?" llegó hasta el pecho del Fénix y recargó su cabeza en él, haciendo que pusiera una de sus manos en su cintura. "¿Qué te impide hacer esto?" levantó el rostro para ver a Ikki.

Al tener tan cerca aquel rostro, Ikki se percató de un aroma a alcohol en el aliento de Mu, en lugar de su típico olor a canela. Lo había visto tomando durante la fiesta, y seguramente aun lo dominaban los efectos de las bebidas.

"Me lo impiden mis principios." tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para separar a aquella delicada flor de su cuerpo.

"Ikki..." trató de acercarse de nuevo, pero el Fénix lo evitó.

"Esto no está bien, Mu." miró al hombre frente a él, su semblante cambió. Al parecer lo había ofendido. "Lo lamento."

"Si no quieres estar conmigo ¿por qué demonios viniste aquí?"

"No, yo..."

"Lárgate." ordenó severo.

Pudo ver bastante enfado en los ojos esmeralda del caballero de Virgo. Quería explicarle como había llegado a su habitación, que todo había sido una gran confusión, pero en el estado en que se encontraba Mu, lo mejor sería esperar al día siguiente. Sin mejor opción que esa, levantó sus ropas y salió de la habitación.

Segun lo que Dohko le había dicho, alguien había ocupado su habitación (no le dijo exactamente quien, pero la verdad no le importaba) Y por recomendación de este mismo (asegurandole que cierta habitación estaba vacía) había terminado acostado a un lado de Mu. No se arriesgaría a tener algun otro incidente semejante, por lo que decidió pasar la noche en uno de los sillones de la gran sala.

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Shakka despertó, y el abrir los ojos fue como un interruptor que encendió un terrible dolor de cabeza. Se sentó en la cama, pero esa no era su cama. Era la cama de...

"Ikki..."

Ahora recordaba. Él, tontamente, había hecho caso al loco de Afrodita y se había escurrido en la noche a la habitación de Ikki. ¿Qué había estado pensando la noche anterior? La verdad no mucho, igual que cualquier otro que se embriagara de aquella manera.

Pero... ahora que lo pensaba... el Fénix no se había aparecido por ahí en toda la noche. Observó toda la habitación con detenimiento, buscando alguna señal de que Ikki hubiera entrado, pero solamente se topó con su propia ropa, tirada en el suelo.

Se le oprimió el corazón de solo pensar que el Fénix había pasado la noche en otra habitación, y posiblemente con alguien más. Se vistió lo más rápido que pudo. No quería estar ahí cuando Ikki regresara, posiblemente orgulloso de alguna nueva conquista.

Percatándose de que nadie lo viera salir de ahí, bajó las escaleras. Eran casi las siete de la mañana, y probablemente no habría nadie en la sala. Ya iba a entrar, cuando unas voces familiares lo alertaron. Eran Ikki y su hermano Shun.

"Y cuando me recosté en la cama, sentí su cuerpo rodeando el mío." declaró el Fénix.

"¿Y después?" preguntó Shun, curioso. "¿Pasó algo?"

"Poco faltó. Él no me lo estaba poniendo fácil, y yo estaba más nervioso que nada, especialmente cuando se me acercó así... sin nada encima." se detuvo uno segundos, el solo recuerdo lo turbaba un poco. "Pero entonces me di cuenta de que él no estaba en sí, sino bajo los efectos del alcohol."

"Vaya... ¡tan recatado que se ve!" comentó Shun, sorprendido.

Las mejillas de Shakka se enrojecieron. No podía creer que él había hecho todo eso, y mucho menos que no recordara ni lo mínimo. Definitivamente no volvería a tomar de nuevo en toda su vida.

"Niisan..." comenzó Shun, y por el tono, Ikki ya sabía a donde iba la conversación. "Todo este cambio que has tenido... y no solo me refiero a lo exterior, sino a tu actitud... ¿es por él? ¿es por qué lo amas a él?"

Hubo un silencio corto, aunque demasiado largo para Shakka. No supo por qué, pero la curiosidad lo estaba matando. ¿Sería posible que él fuera aquella persona especial para el Fénix? ¿Por eso le había hecho aquel comentario el día que llegó a la Mansión? ¿Era esa la razón por la que la noche anterior casi lo besaba? Necesitaba saberlo. Vio a Ikki tomar aire para pronunciar una de las dos posibles silabas como respuesta, una tan contraria de la otra, y ambas provocarían tan distintas conclusiones. Su corazón no resistía más.

"No." Shakka sintió como algo se rompía dentro de su pecho. "No lo amo, Shun." el mundo se detuvo para el caballero de Virgo en ese momento. El Fénix no lo amaba. Lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos azul cielo. Aquel sentimiento tan bello que sintió en el jardín no era para él. Era cierto que ya sospechaba que él no era la persona especial de Ikki, pero entonces ¿por qué le dolía tanto confirmarlo? ¿Por qué su alma se había desgarrado al descubrir la verdad? ¿Acaso él...? Sí, debía aceptarlo, de alguna manera se había enamorado del Fénix. Fue un estupido al hacerlo. ¿Es que acaso pensaba que Ikki iba a fijarse en él? ¿Teniendo a medio mundo a su entera discposición? ¡Por favor!

"¡Buenos días, Shakka!" dijo alguien, poniendo su mano en el hombro del caballero. Era Shura. "¿Qué haces levantado tan temprano, hermano?"

Se zafó bruscamente del agarre del caballero de Capricornio, y corrió en dirección a su recamara. No deseaba que lo vieran llorar.

"¿Y ahora qué le ocurre a ese?" exclamó Shura, confundido. Sin darle demasiada importancia, tomó otro rumbo.

"¿Y entonces?" preguntó Shun. "¿Quién es?"

"Un hermoso rubio de ojos azules." dijo Ikki, sonriendo. "Y nada tiene que ver con el arrogante de Hyoga."

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Unas cuantas horas después, una sala llena de hombres irritables por la resaca comenzaban a vaciar la reserva de aspirinas de Saori Kido (y eso que eran MUCHAS cajas ¿será la presión de ser odiada por todo el mundo?) A Ikki le extrañó un poco no ver a Shakka por ahí, pero prefirió no preguntar nada. Tal vez aún estaba dormido... y si era así, lo mejor era no molestarle.

La Diosa hizo su aparición finalmente, acompañada de Tatsumi, y a los santos el semblante de la mujer no les pareció nada alentador. El hombre solo se limitó a mirarlos con lástima, justo como cuando miras a alguien que no tiene salvación alguna .

"Está por demás decir que estoy muy decepcionada de ustedes." comenzó a reprochar Saori. "Ayer por la noche parecían todo menos los caballeros de una Diosa. La conducta que mostraron está muy por debajo de los estándares en los que los tenía. Unos, inconscientes..." miró a Shura y a Camus. "...otros, bailando sin control..." Dohko sonrió ampliamente. " O demasiado embriagados como para siquiera recordar lo que hicieron ayer."

El regaño continuó durante casi una hora, donde Saori les recordó una y otra vez lo reprochable de su conducta. Cuando finalmente los dejó en paz, la mayoría se fueron a su habitación, unos a dormir, otros por distintos motivos. Ikki dejó a su hermano menor para que ayudara a los santos que aún se sentían indispuestos, mientras que él fue en busca de Mu. El caballero de Aries no lo había mirado siquiera en todo lo que había transcurrido de la mañana, y le pareció que lo más correcto era ir a poner las cosas en claro.

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Recostado en su cama, Shakka aún continuaba derramando lagrimas, abrazado de su almohada. En ese momento era la persona más desdichada de la Tierra. En un mismo segundo se había enterado de que poseía la capacidad de amar a alguien con intensidad, pero también había descubierto que no era correspondido.

"¿Por qué?" sollozó, limpiando con su brazo las lagrimas, causando que su delicada piel blanca enrojeciera de nuevo por la cantidad de veces que lo había hecho ya. "¿Por qué no me amas? ¿Por qué no puedo ser yo el dueño de tu corazón?" dijo, golpeando con furia la cama.

Se sentía miserable. El dolor que llevaba dentro de sí era demasiado grande para su cuerpo. Necesitaba desahogarse de alguna manera, hablar con alguien... Sí, eso haría. Iría con Mu, y le contaría todo. Ellos siempre fueron amigos, además, el caballero de Aries era sabio y seguramente podría darle un buen consejo, o de no ser así, por lo menos su apoyo.

Se levantó con pesadez, y se encaminó a la habitación de su amigo.

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Alguien llamó a la puerta.

"Adelante." dijo Mu.

El Fénix entró a la habitación, y encontró al caballero de Aries recargado en el borde de su ventana, contemplando el jardín de la mansión. Posiblemente bastante enfadado por el incidente entre ellos. No quería herirle, pero tampoco podía seguir como si nada hubiera pasado, así que avanzó decidido hasta quedar a su lado; Mu aún no lo miraba.

"Mu, tenemos que hablar." declaró Ikki, bastante tranquilo. Finalmente obtuvo la atención de los bellos ojos verdes del santo dorado.

"Bien." respodió secamente. "Hablemos."

"Respecto a lo de anoche...

"¿Sí?" preguntó, acercandose lo más posible al Fénix.

"Pues..." no encotraba las palabras para explicarse, la presencia de Mu lo ponía nervioso. "Yo... yo..."

"¿Tu, que?" se apoderó de las manos de Ikki.

"Ayer, pues... creo que..." Mu presionó su cuerpo contra al de el Fénix, atrayendo su rostro.

"¿Es que acaso cambiaste de opinión?" antes de que Ikki pudiera pronunciar palabra alguna, los labios del caballero de Aries se posecionaron de los suyos.

"Disculpa, Mu ¿tienes un minu...?" la voz de Shakka murió ante la escena frente a él.

Ikki se quedó helado al ver al rubio. Pudo notar como sus ojos amenazaban con llenarse de lagrimas. Pero antes de que esto ocurriera, Shakka salió corriendo de la habitación, azotando la puerta. Todo había pasado tan rápido que Ikki ni siquiera pudo reaccionar a seguirlo.

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¡No me maten, por favor! ¡A mi tampoco me causó mucha gracia tener que hacer sufrir a Shakka! Pero por ahí alguien me dijo que mi fic estaba acercándose bastante al termino "típica historia rosa" y que las cosas deberían de complicarse al menos un poco (si, estoy hablando de ti, Siul ¬¬ ¡pero ya me desquitaré haciendo de las mías con Mu!)

Este capitulo estuvo por demás difícil para mí, ya que no me gusta pensar en cosas tristes... no es bueno para mi eso... y también me costó algo de trabajo porque... ¡Hice tres versiones posibles para el capitulo! (y hubieran sido mas de no ser porque mi hermana a cada rato me corre de la computadora) Eran la versión feliz, la intermedia y la triste, y pues la que se quedó fue esta última... ¡Fue tan difícil escoger! Bueno, aunque preferible esto a la versión de Saori ¿no? xD

Y yo que pensaba no poner lagrimas en este fic... bueno ¿qué se le va a hacer?

¡Se aprecian mucho los reviews! (ya arreglé lo de los reviews anónimos, si, ya se puede. Agradezcan a La muchacha de ojos tristes por recordármelo.) Y hablando de eso, me disculpo por no haber respondido algunos de los últimos reviews, les juro que siempre trato de responder, pero últimamente la pagina de hotmail se me abre con errores y no me deja hacer nada ¡Ni siquiera leer! ¡Pero si las cosa continúan así, no me importa si me tengo que ir a un ciber café, yo les respondo! (un saludo a Varda Elentari, por cierto. Tu fic de 'El regalo de cumpleaños' está excelente.)

¡Ah, una ultima cosa! (bueno, pues también es referente a las reviews) Recuerden que todo esto es para ustedes, exclusiva y solamente para ustedes, así que cualquier sugerencia que tengan, pues the_anotherside@hotmail.com está disponible las 24 horas (bueno, eso si a hotmail se le da su gana, claro ¬¬). ¡Ustedes mandan! (por cierto, prometo hacerme cargo del asunto de Camus, chiquilla de los ojillos tristecillos. Ya comienzo a trabajar en ello, en serio xD) ¡Y discúlpenme las personas que no mencioné, saben muy bien que no por eso son menos importantes para mí!

¡Bueno, como que ya fue mucho para ser mis notas! Y disculpen el capitulo tan decadente (y decepcionantemente corto), pero lo terminé con demasiada prisa (sip, hice tiempo record). ¡Gracias, les mando un súper abrazo! ¡Las amo! (y digo 'las' porque dudo que algún chavo se atreva a leer esto xD)