Capitulo 4: Encuentros.
¿Cómo demonios había pasado aquello? El Fénix aún trataba de asimilar lo ocurrido. Era como si su mente se hubiera enlentecido por alguna razón. Todo pasaba por su cabeza en camara lenta. Las manos de Mu tomando las suyas, los labios del santo dorado apoderandose de los de él, mientras sentía el cuerpo de Aries presionandose al suyo. La voz de Shakka, aquella mirada tan dolida. Podía ver como contenía la respiración, al igual que luchaba por no perder la compostura. La puerta se cerraba, y él no hacía nada. ¿Qué? ¿Por qué diablos no había hecho algo? ¡Era un estupido! ¡Debía hacer algo, maldición!
"¡Shakka!" exclamó Ikki, saliendo al fin de su estado estatico. Trató de seguirlo, pero sintió la fuerza del agarre de Mu, deteniendole. "¡Tengo que hablar con él, Mu!" el caballero no lo liberó. "¡Dejame ir!"
"¿Por qué tienes que hablarle con tanta urgencia?" preguntó Mu, algo molesto.
"Porque yo lo amo, Mu." declaró, con firmeza. "Y no quiero que tenga una idea erronea de lo que acaba de pasar."
"¿Y qué es exactamente lo que acaba de pasar, según tú?" soltó al Fénix para cruzarse de brazos.
"Tu me besaste sin mi autorización, ni motivo alguno." suspiró, tratando de encontrar el tono de voz adecuado para lo que iba a decir. "Tal vez te sientas atraído a mí, y no puedo negar que yo sienta lo mismo, pero más allá de una simple atracción fisica no hay nada. Yo no te amo." tomó la mejilla del caballero de Aries. "Y estoy seguro de que tu a mí tampoco me amas. ¿Estoy en lo correcto?" Mu asintió con un leve movimiento de cabeza. "Gracias por entender. Ahora debo ir a buscar a Shakka."
Salió de la habitación. Mu se giró de nuevo hacia la hermosa vista que ofrecía la ventana de la Mansión Kido, aun reflexionando sobre las palabras del Fénix. Sabía que él tenía razón, lo supo en todo momento en verdad. Pero entonces ¿por qué había actuado de aquella manera? Posiblemente por necesidad. Necesidad de sentirse amado. ¿Y es que ese no es el deseo de todo ser humano? ¿Desear ser amado con intensidad?
"Que suerte tiene Shakka..."
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En cuanto Ikki estuvo fuera de la recamara del caballero de Aries, comenzó su frenetica encuesta de encontrar a Shakka. Debía calmarse y pensar. El primer lugar en que pudo pensar fue la habitación del caballero, podría ser que estuviera ahí. Con ansia, fue hacia los aposentos del rubio; llamó a la puerta y nadie respondió. Se anunció antes de entrar, mas no lo encontró ahí; la habitación estaba vacía. No se daría por vencido, había otros lugares donde buscar. La sala, la cocina, el recibidor, la biblioteca, podría decirse que entró a todas y cada una de las habitaciones de la enorme mansión, empero, el resultado fue el mismo: nada. ¿Dónde demonios se había metido? ¡Necesitaba aclarar las cosas con él! Se maldecía por haber tardado tanto en reaccionar.
Bien, se calmó un poco, y trató de pensar claramente. Shakka no podía haber desaparecido de la faz de la Tierra. En algún lugar debía estar, y él lo encontraría. Ahora su busqueda se expandería al exterior de la mansión.
Salió de la construcción, encontrandose ahí con Kanon. Tal vez él hubiera visto al rubio. Estaba desesperado. Le preguntaría.
"Disculpa, Kanon." comenzó, tratando de no parecer demasiado preocupado. "¿De casualidad no has visto por aquí a Shakka?"
"¿Por qué?" preguntó, curioso mientras jugaba a lanzar al aire su celular.
"Porque realmente necesito hablar con él." dijo, apresurado. "¿Lo has visto?"
"No. He estado sentado aquí afuera todo el día y no lo he visto salir." dijo, despreocupadamente, guardando en su bolsillo el móvil. "Puedo asegurarte que por esta puerta nadie ha pasado. Tal vez esté por ahí meditando como siempre, o quizás pidiendole a Dohko que le de lecciones para aprender a beber. ¡Yo que sé!"
"Tienes razón, puede que no haya buscado bien." se dirigió de regreso a la mansión. "Gracias."
"No te preocupes, si lo veo, yo le digo que lo estás buscando." sonrió de una manera extraña, a Ikki casi le pareció que era con burla.
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Al fin había encontrado la razón porque Ikki no podía corresponderle: Estaba enamorado de Mu. Y ahora ni siquiera podía intentar nada para conseguir el amor de Ikki, pues el caballero de Aries era su amigo.
Estaba ahogándose en un mar de sentimientos nuevos. Celos, decepción, tristeza... ¡Demonios! ¡Maldita la hora en que se había enamorado del Fénix! En ese momento se había condenado al rechazo. Pero no podía culparlos a él y a Mu, deseaba hacerlo, más le era imposible. La culpa la había tenido él desde el día que se entrometió en los sentimientos de Ikki. ¿Por qué no escuchó a su mente, cuando a gritos le dijo que no era su asunto? Tal vez por que aún creía tener la oportunidad de ser el amado del Fénix. Se sentía devastado, no quería pensar, no quería sentir. Necesitaba salir de ese lugar.
Corrió lo más rapido que pudo por los pasillos de la Mansión, aun con lagrimas cubriendole el rostro. Al atravesar la puerta de salida, pudo sentir que golpeó a alguien. No le importó ni siquiera disculparse, y continuó corriendo.
"Ahora vuelvo, Kanon." dijo Saga, bastante serio. Tal vez alguna otra persona hubiera pensado que Shakka se encontraba molesto, y por eso había salido de aquella manera tan precipitada de la Mansión. Pero para la vista de Saga, a pesar de la brevedad del momento, no pasaron desapercibidas las lagrimas del caballero de Virgo. Algo realmente malo debía hacerle ocurrido para causarle una pena tan grande. Decidió seguirle.
Tuvo que perseguirlo por un largo rato, hasta que el rubio se detuvo en una solitaria banca en medio de un parque lleno de arboles. Se le acercó, aun no muy seguro de que iba a decirle.
"¿Puedo sentarme?" preguntó, sin expresión alguna. Shakka asintió levemente.
Pasaron algunos minutos, y ninguno pronunciaba palabra alguna. Saga decidió tomar la iniciativa. Él nunca había sido la persona más abierta y comprensiva; siempre fue duro, severo de caracter, y 'reservado' con respecto a sus afectos, por decirlo de alguna manera. Pero ver sufrir a alguien con un temple como el de Shakka no era común.
"¿Y bien?" preguntó, como si nada. Al instante, las lagrimas de Shakka volvieron. "¿Qué...? ¿Qué te ocurre?" definitivamente no sabía como reaccionar a ese tipo de situaciones.
"¡Todo!" sollozó, apretandose el rostro con las manos. "¡Tengo demasiadas cosas en mi cabeza y no puedo soportarlo más! ¡No sé por qué demonios acepté venir aquí! ¡De saber que todo esto iba a pasar hubiera preferido la oscuridad del Hades!"
"Deja de decir incoherencias y habla de una buena vez." declaró Saga, laconicamente.
"¡Me siento tan mal!" se levantó de la banca, fuera de sí. "¡Todo está mal! ¡Mi vida entera está mal!" antes de que pudiera pronunciar algo más, sintió el puño del caballero de Geminis estrellarse contra su rostro. Realmente no se lo esperaba, por lo que perdió el balance y casi cae al suelo.
"No estoy aquí para escucharte hablar estupideces." volvió a sentarse en la pequeña banca, cuzandose de brazos. Shakka lo imitó, y después de un leve suspiro, comenzó a narrarle todo.
Primero le explicó sus sentimientos hacia el Fénix, la manera en que había irrumpido en el corazón del mismo, y aquella extraña curiosidad por saber todo sobre el cálido amor que podía sentir en él. Más adelante le contó lo ocurrido (según él) en la habitación del mismo la noche de la gran cena, junto con la conversación que escuchó entre Ikki y su hermano menor, unas horas antes.
"¿Y eso es lo que te tiene así?" preguntó Saga, como si fuera la cosa más tonta del mundo.
"No es solo eso, Saga..." se recargó pesadamente en el respaldo de la banca, dejando caer hacia atrás su cabeza. "Me sentía tan mal, que decidí pedirle consejo a Mu." Shakka no lo notó, pero Saga se tensó al escuchar el nombre del caballero de Aries. "¿Y sabes que me encontré al entrar a su habitación?" Saga no respondió, simplememte lo observaba, esperando por una respuesta. "A Ikki y Mu besandose." una sonrisa triste se formó en sus labios.
Saga no podía creerlo. Jamás en su vida hubiera imaginado que Ikki y Mu esruvieran juntos. Apretó los puños, mientras un sentimiento de furia lo llenaba. Llevaba años tratando de acercarse al santo de Aries, y en menos de una semana el Fénix había superado todos sus esfuerzos. ¡No era justo! Él mismo había escuchado a Afrodita decir que Ikki estaba enamorado de Shakka ¿Entonces por qué estaba con Mu? ¿Por un simple juego? ¿Por vanidad, acaso? Seguramente lo había seducido para divertirse con él un rato, y después ir detrás de Shakka, pero los planes no le habían resultado como esperaba. Era un maldito. Lo mataría. Sintió los brazos del caballero de Virgo rodearlo con algo de miedo, y entonces una mejor idea pasó por la mente de Geminis. Le mostraría al Fénix lo que era perder algo por lo que se ha luchado, ver en manos de otro al ser amado. Así que correspondió el abrazo del rubio, estrechandolo contra su pecho.
No muy lejos de ahí, un feliz Afrodita avanzaba hacia un puesto de helados en una de las esquinas del parque, y detrás del caballero de Piscis venía siguiendole un resignado Death Mask. Mientras Afrodita regresaba saltando alegremente sosteniendo dos deliciosos helados en sus manos, el caballero de Cancer se había percatado de la presencia de ciertos compañeros suyos.
"Pero que descarados son esos dos..." comenzó Death Mask, atrayendo la atención de Afrodita. "Mira la escenita que están dando." dijo, señalando hacia el punto donde se encontraban los dos caballeros abrazados. Afrodita casi deja caer los helados al suelo por la sorpresa.
Con la mayor delicadeza, el caballero de Geminis separó de su cuerpo al rubio.
"Será mejor que regresemos a la Mansión..." dijo, con un tono que Shakka jamás había escuchado en Saga.
"Sí..." y con esto una tierna sonrisa adornó su bello rostro.
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¡Ok! ¡Capitulo 4 terminado! (al fin xD) La verdad tardé demasiado en descifrar lo que iba a ocurrir. ¡Demasiadas opciones! ¡Y tantas posibles parejas! Espero que no haya quedado TAN mal (aunque si bastante corto... ¿es que cada vez son más pequeños o que?) ¿Qué les parece la idea de que Saga tome cartas en el asunto? Ustedes opinen, por favor.
Ah, claro, no podía faltar: ¡Gracias por los reviews! ¡De ellos vivo! (si, me los como xD)
Para cuando esto se publique ya estaré de vacaciones, y posiblemente me encuentre exprimiendome la inspiración para escribir el capitulo 5, jaja.
¡Cielos, antes de que se me olvide! Este capitulo va dedicado a Marioo, por valer 1000 y ayudarme desde las 11 de la noche para lograr subir el capitulo 3 (tuve tantos problemas con el internet que terminamos copiando y pegando todo el fic por pedazos en el msn, fue cansado, pero bastante emocionante jaja, tal vez por ahí notaron un pequeño 'Cortando y pegando dice:' eso quedó del msn, pero creó que ya se arregló xD)
Y perdonen el nombre del capitulo, se que ni al caso con lo que pasa en el fic, pero no se me vino nada más a la cabeza.
¡Un super abrazo a todos los que leen el fic (y que soportan leer mis aburridas notas)!
(Ah, y una disculpa general a todos por el incidente de la broma del capitulo 3 xD)
¡Bikes!
¿Cómo demonios había pasado aquello? El Fénix aún trataba de asimilar lo ocurrido. Era como si su mente se hubiera enlentecido por alguna razón. Todo pasaba por su cabeza en camara lenta. Las manos de Mu tomando las suyas, los labios del santo dorado apoderandose de los de él, mientras sentía el cuerpo de Aries presionandose al suyo. La voz de Shakka, aquella mirada tan dolida. Podía ver como contenía la respiración, al igual que luchaba por no perder la compostura. La puerta se cerraba, y él no hacía nada. ¿Qué? ¿Por qué diablos no había hecho algo? ¡Era un estupido! ¡Debía hacer algo, maldición!
"¡Shakka!" exclamó Ikki, saliendo al fin de su estado estatico. Trató de seguirlo, pero sintió la fuerza del agarre de Mu, deteniendole. "¡Tengo que hablar con él, Mu!" el caballero no lo liberó. "¡Dejame ir!"
"¿Por qué tienes que hablarle con tanta urgencia?" preguntó Mu, algo molesto.
"Porque yo lo amo, Mu." declaró, con firmeza. "Y no quiero que tenga una idea erronea de lo que acaba de pasar."
"¿Y qué es exactamente lo que acaba de pasar, según tú?" soltó al Fénix para cruzarse de brazos.
"Tu me besaste sin mi autorización, ni motivo alguno." suspiró, tratando de encontrar el tono de voz adecuado para lo que iba a decir. "Tal vez te sientas atraído a mí, y no puedo negar que yo sienta lo mismo, pero más allá de una simple atracción fisica no hay nada. Yo no te amo." tomó la mejilla del caballero de Aries. "Y estoy seguro de que tu a mí tampoco me amas. ¿Estoy en lo correcto?" Mu asintió con un leve movimiento de cabeza. "Gracias por entender. Ahora debo ir a buscar a Shakka."
Salió de la habitación. Mu se giró de nuevo hacia la hermosa vista que ofrecía la ventana de la Mansión Kido, aun reflexionando sobre las palabras del Fénix. Sabía que él tenía razón, lo supo en todo momento en verdad. Pero entonces ¿por qué había actuado de aquella manera? Posiblemente por necesidad. Necesidad de sentirse amado. ¿Y es que ese no es el deseo de todo ser humano? ¿Desear ser amado con intensidad?
"Que suerte tiene Shakka..."
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En cuanto Ikki estuvo fuera de la recamara del caballero de Aries, comenzó su frenetica encuesta de encontrar a Shakka. Debía calmarse y pensar. El primer lugar en que pudo pensar fue la habitación del caballero, podría ser que estuviera ahí. Con ansia, fue hacia los aposentos del rubio; llamó a la puerta y nadie respondió. Se anunció antes de entrar, mas no lo encontró ahí; la habitación estaba vacía. No se daría por vencido, había otros lugares donde buscar. La sala, la cocina, el recibidor, la biblioteca, podría decirse que entró a todas y cada una de las habitaciones de la enorme mansión, empero, el resultado fue el mismo: nada. ¿Dónde demonios se había metido? ¡Necesitaba aclarar las cosas con él! Se maldecía por haber tardado tanto en reaccionar.
Bien, se calmó un poco, y trató de pensar claramente. Shakka no podía haber desaparecido de la faz de la Tierra. En algún lugar debía estar, y él lo encontraría. Ahora su busqueda se expandería al exterior de la mansión.
Salió de la construcción, encontrandose ahí con Kanon. Tal vez él hubiera visto al rubio. Estaba desesperado. Le preguntaría.
"Disculpa, Kanon." comenzó, tratando de no parecer demasiado preocupado. "¿De casualidad no has visto por aquí a Shakka?"
"¿Por qué?" preguntó, curioso mientras jugaba a lanzar al aire su celular.
"Porque realmente necesito hablar con él." dijo, apresurado. "¿Lo has visto?"
"No. He estado sentado aquí afuera todo el día y no lo he visto salir." dijo, despreocupadamente, guardando en su bolsillo el móvil. "Puedo asegurarte que por esta puerta nadie ha pasado. Tal vez esté por ahí meditando como siempre, o quizás pidiendole a Dohko que le de lecciones para aprender a beber. ¡Yo que sé!"
"Tienes razón, puede que no haya buscado bien." se dirigió de regreso a la mansión. "Gracias."
"No te preocupes, si lo veo, yo le digo que lo estás buscando." sonrió de una manera extraña, a Ikki casi le pareció que era con burla.
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Al fin había encontrado la razón porque Ikki no podía corresponderle: Estaba enamorado de Mu. Y ahora ni siquiera podía intentar nada para conseguir el amor de Ikki, pues el caballero de Aries era su amigo.
Estaba ahogándose en un mar de sentimientos nuevos. Celos, decepción, tristeza... ¡Demonios! ¡Maldita la hora en que se había enamorado del Fénix! En ese momento se había condenado al rechazo. Pero no podía culparlos a él y a Mu, deseaba hacerlo, más le era imposible. La culpa la había tenido él desde el día que se entrometió en los sentimientos de Ikki. ¿Por qué no escuchó a su mente, cuando a gritos le dijo que no era su asunto? Tal vez por que aún creía tener la oportunidad de ser el amado del Fénix. Se sentía devastado, no quería pensar, no quería sentir. Necesitaba salir de ese lugar.
Corrió lo más rapido que pudo por los pasillos de la Mansión, aun con lagrimas cubriendole el rostro. Al atravesar la puerta de salida, pudo sentir que golpeó a alguien. No le importó ni siquiera disculparse, y continuó corriendo.
"Ahora vuelvo, Kanon." dijo Saga, bastante serio. Tal vez alguna otra persona hubiera pensado que Shakka se encontraba molesto, y por eso había salido de aquella manera tan precipitada de la Mansión. Pero para la vista de Saga, a pesar de la brevedad del momento, no pasaron desapercibidas las lagrimas del caballero de Virgo. Algo realmente malo debía hacerle ocurrido para causarle una pena tan grande. Decidió seguirle.
Tuvo que perseguirlo por un largo rato, hasta que el rubio se detuvo en una solitaria banca en medio de un parque lleno de arboles. Se le acercó, aun no muy seguro de que iba a decirle.
"¿Puedo sentarme?" preguntó, sin expresión alguna. Shakka asintió levemente.
Pasaron algunos minutos, y ninguno pronunciaba palabra alguna. Saga decidió tomar la iniciativa. Él nunca había sido la persona más abierta y comprensiva; siempre fue duro, severo de caracter, y 'reservado' con respecto a sus afectos, por decirlo de alguna manera. Pero ver sufrir a alguien con un temple como el de Shakka no era común.
"¿Y bien?" preguntó, como si nada. Al instante, las lagrimas de Shakka volvieron. "¿Qué...? ¿Qué te ocurre?" definitivamente no sabía como reaccionar a ese tipo de situaciones.
"¡Todo!" sollozó, apretandose el rostro con las manos. "¡Tengo demasiadas cosas en mi cabeza y no puedo soportarlo más! ¡No sé por qué demonios acepté venir aquí! ¡De saber que todo esto iba a pasar hubiera preferido la oscuridad del Hades!"
"Deja de decir incoherencias y habla de una buena vez." declaró Saga, laconicamente.
"¡Me siento tan mal!" se levantó de la banca, fuera de sí. "¡Todo está mal! ¡Mi vida entera está mal!" antes de que pudiera pronunciar algo más, sintió el puño del caballero de Geminis estrellarse contra su rostro. Realmente no se lo esperaba, por lo que perdió el balance y casi cae al suelo.
"No estoy aquí para escucharte hablar estupideces." volvió a sentarse en la pequeña banca, cuzandose de brazos. Shakka lo imitó, y después de un leve suspiro, comenzó a narrarle todo.
Primero le explicó sus sentimientos hacia el Fénix, la manera en que había irrumpido en el corazón del mismo, y aquella extraña curiosidad por saber todo sobre el cálido amor que podía sentir en él. Más adelante le contó lo ocurrido (según él) en la habitación del mismo la noche de la gran cena, junto con la conversación que escuchó entre Ikki y su hermano menor, unas horas antes.
"¿Y eso es lo que te tiene así?" preguntó Saga, como si fuera la cosa más tonta del mundo.
"No es solo eso, Saga..." se recargó pesadamente en el respaldo de la banca, dejando caer hacia atrás su cabeza. "Me sentía tan mal, que decidí pedirle consejo a Mu." Shakka no lo notó, pero Saga se tensó al escuchar el nombre del caballero de Aries. "¿Y sabes que me encontré al entrar a su habitación?" Saga no respondió, simplememte lo observaba, esperando por una respuesta. "A Ikki y Mu besandose." una sonrisa triste se formó en sus labios.
Saga no podía creerlo. Jamás en su vida hubiera imaginado que Ikki y Mu esruvieran juntos. Apretó los puños, mientras un sentimiento de furia lo llenaba. Llevaba años tratando de acercarse al santo de Aries, y en menos de una semana el Fénix había superado todos sus esfuerzos. ¡No era justo! Él mismo había escuchado a Afrodita decir que Ikki estaba enamorado de Shakka ¿Entonces por qué estaba con Mu? ¿Por un simple juego? ¿Por vanidad, acaso? Seguramente lo había seducido para divertirse con él un rato, y después ir detrás de Shakka, pero los planes no le habían resultado como esperaba. Era un maldito. Lo mataría. Sintió los brazos del caballero de Virgo rodearlo con algo de miedo, y entonces una mejor idea pasó por la mente de Geminis. Le mostraría al Fénix lo que era perder algo por lo que se ha luchado, ver en manos de otro al ser amado. Así que correspondió el abrazo del rubio, estrechandolo contra su pecho.
No muy lejos de ahí, un feliz Afrodita avanzaba hacia un puesto de helados en una de las esquinas del parque, y detrás del caballero de Piscis venía siguiendole un resignado Death Mask. Mientras Afrodita regresaba saltando alegremente sosteniendo dos deliciosos helados en sus manos, el caballero de Cancer se había percatado de la presencia de ciertos compañeros suyos.
"Pero que descarados son esos dos..." comenzó Death Mask, atrayendo la atención de Afrodita. "Mira la escenita que están dando." dijo, señalando hacia el punto donde se encontraban los dos caballeros abrazados. Afrodita casi deja caer los helados al suelo por la sorpresa.
Con la mayor delicadeza, el caballero de Geminis separó de su cuerpo al rubio.
"Será mejor que regresemos a la Mansión..." dijo, con un tono que Shakka jamás había escuchado en Saga.
"Sí..." y con esto una tierna sonrisa adornó su bello rostro.
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¡Ok! ¡Capitulo 4 terminado! (al fin xD) La verdad tardé demasiado en descifrar lo que iba a ocurrir. ¡Demasiadas opciones! ¡Y tantas posibles parejas! Espero que no haya quedado TAN mal (aunque si bastante corto... ¿es que cada vez son más pequeños o que?) ¿Qué les parece la idea de que Saga tome cartas en el asunto? Ustedes opinen, por favor.
Ah, claro, no podía faltar: ¡Gracias por los reviews! ¡De ellos vivo! (si, me los como xD)
Para cuando esto se publique ya estaré de vacaciones, y posiblemente me encuentre exprimiendome la inspiración para escribir el capitulo 5, jaja.
¡Cielos, antes de que se me olvide! Este capitulo va dedicado a Marioo, por valer 1000 y ayudarme desde las 11 de la noche para lograr subir el capitulo 3 (tuve tantos problemas con el internet que terminamos copiando y pegando todo el fic por pedazos en el msn, fue cansado, pero bastante emocionante jaja, tal vez por ahí notaron un pequeño 'Cortando y pegando dice:' eso quedó del msn, pero creó que ya se arregló xD)
Y perdonen el nombre del capitulo, se que ni al caso con lo que pasa en el fic, pero no se me vino nada más a la cabeza.
¡Un super abrazo a todos los que leen el fic (y que soportan leer mis aburridas notas)!
(Ah, y una disculpa general a todos por el incidente de la broma del capitulo 3 xD)
¡Bikes!
