Los personajes utilizados aquí no son de mi propiedad, asi que antes de meterme a la cárcel piensen eso, además, Yo no gano nada por medio de esto, simplemente criticas.

Gracias. Ahora si. ¡Lean, por favor!

.-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-.

Capitulo 5: Lagrimas.

Los dos caballeros comenzaron el camino de regreso a la gran Mansión. Shakka ya estaba un poco más tranquilo. Había encontrado alivio en la persona menos esperada de todas: Saga de Géminis. Empero, por esta misma razón, el gesto le parecía aún más especial. Saga no era de los hombres que les importan los asuntos sentimentales (o al menos así pensaba Shakka), y que le hubiese escuchado en aquel momento era muy importante para él. Además, Saga le habló de una forma tan dulce al final... Sabía que lo escuchó hablar así anteriormente hacia alguien más, pero no recordaba con quien. Realmente no importaba demasiado. Ojalá pudiera agradecérselo de alguna manera...

Muy a diferencia de los pensamientos del caballero de Virgo, la mente Saga calculaba lo que sería su venganza contra el maldito que le robó a su inocente Mu. Ikki pagaría al doble el precio de sus actos. ¿Cuánto tiempo no llevaba él anhelando acariciar aquella blanca piel? ¿Sentir la dulzura de esos finos labios? ¿Ser el dueño de tan preciado corazón? Su amor secreto hacia el caballero de Aries era tan grande, tanto como sus dudas. Todo aquel tiempo, inseguro de enfrentar a Mu... Que injusta era la vida.

FLASHBACK

Esa mañana era un día como cualquier otro. Entrenaría con Mu y Camus. Nada especial... Cielos ¿a quién trataba de engañar? Moría por ver de nuevo a su bello compañero. Desde ya cierto tiempo que no podía sacar de su mente la imagen del caballero de Aries. Tan puro... tan ingenuo...

"Buenos días, Saga." saludó Mu, con una sonrisa amable.

"...Mu." no atinó a decir algo más inteligente, pues no había notado su presencia hasta entonces. Vio a su compañero de entrenamiento inclinar un poco la cabeza, probablemente tratando de contener una ligera risa. Debía estar tomándolo por tonto, necesitaba arreglar eso. Un momento. Mu estaba solo. "¿Y Camus?"

"Creo que Milo lo obligó a quedarse en el Templo de Escorpión." un suspiro escapó de sus delgados labios. "¿Aún así quieres entrenar?" preguntó, con algo de anhelo.

"Bien." ¿Por qué demonios era tan seco con él? Así jamás podría ganarse su afecto.

"Bien." los ojos de Mu brillaron de felicidad. Era la ocasión perfecta para acercarse a Saga.

El entrenamiento comenzó como usualmente ocurría, al aire libre. Mu trataba de entablar conversación con el caballero de Géminis, pero solo recibía como contestación simples monosílabos. Sí, podía ser frustrante al principio, pero esa era la manera de ser de Saga, y él no podía cambiarlo, o al menos no de un día a otro. Tal vez poco a poco lograría ganarse su confianza, su amistad, y quizás algo más.

El entrenamiento había sido duro y cansado. Mu optó por acostarse en el suelo, totalmente agotado. Saga tomó asiento a su lado, contemplándolo. Podría haber estado una eternidad así, embelesado en aquella sonrisa de satisfacción de su compañero después de un arduo día de entrenamiento. Su piel de porcelana, húmeda por el sudor... su respiración agitada... tuvo que desviar la mirada, si continuaba observándolo podría perder el control.

Mu abrió uno de sus ojos, y se decepcionó un poco al ver a Saga con la vista en el horizonte. ¿Qué se tenía que hacer para llamar la atención de aquel hombre, por Dios? ¿Acaso debía actuar más obvio? El caballero de Aries se percató de unas nubes oscuras, posesionándose sobre ellos.

"¿Te gusta la lluvia, Saga?" preguntó Mu, tranquilamente.

"¿Por qué me preguntas es...?" antes de que pudiera terminar la oración, una enorme gota de lluvia aterrizó en su nariz. De pronto, miles de gruesas y gordas gotas comenzaron a golpearlos despiadadamente.

"Por eso." respondió Mu, sonriendo divertido.

Se levantaron, y comenzaron a correr en dirección al Templo de Géminis. Saga le llevaba cierta ventaja, pero Mu no pensaba dejarlo ir con tanta facilidad. Haciendo uso de su gran habilidad para la teletransportación, apareció frente a su amigo, haciéndole caer a un enorme charco de agua y tierra (¿lodo? xD). La venganza de Saga no se hizo esperar, y al instante Mu se encontró también en el charco. Rodaron por el suelo por un largo rato, jugando, hasta una vez más quedar exhaustos. Ambos estaban completamente empapados, y ni se diga lo sucios que quedaron.

"Al parecer no te gusta la lluvia." dijo Mu, riendo al ver a Saga al borde un ataque de histeria por el estado en que habían quedado.

"¿Qué te hace pensar que no me gusta?" preguntó, cambiando el gesto por una tierna sonrisa.

Mu entrelazó las manos de Saga con las suyas. Aquel hombre jamás tomaría la iniciativa, así que él tendría que hacerlo. Saga no pudo ni siquiera moverse. Estaba completamente hechizado por la penetrante mirada de Mu. Se veía tan bien así, con sus largos cabellos completamente mojados... deseaba que ese momento fuera eterno. Vio a Mu acercarse a él. Debía estar soñando de nuevo... Aquello era demasiado perfecto...

"¿Mu?" llamó la voz de Aldebaran. "¿Saga?"

Saga de inmediato lanzó a Mu lo más lejos que pudo con una violencia bastante descortés.

"¡Ahí están!" exclamó Aldebaran, acercándose. "Estaba algo preocupado por ustedes. ¿Qué están haciendo aquí afuera en medio de esta tormenta?"

Saga se levantó, completamente sonrojado. Mu no pudo ver esto, pues el hombre estaba dándole la espalda.

"Llévalo de regreso a su Templo." ordenó Saga, alejándose.

Aldebaran se acercó a levantar a Mu. Al hacerlo, le pareció ver en sus ojos lagrimas y una expresión de profunda tristeza.

"¿Estas llorando, Mu?" preguntó Aldebaran, preocupado por su amigo.

"No... claro que no..." murmuró Mu, avanzando lentamente. "Es solo la lluvia..."

Desde ese día, los intentos de Mu por acercarse al caballero de Geminis cesaron. Le había quedado demasiado en claro que su amigo no quería tenerlo cerca de aquella manera que él tanto anhelaba.

FIN DEL FLASHBACK

Aun no lograba comprender por qué siempre se había comportado de una forma tan cortante con Mu. ¿Tan difícil le era aceptar sus sentimientos? ¿Expresarlos a su amor? En aquella ocasión se había comportado como un patán, y aún no lograba entender por qué Mu había obrado de aquella manera. ¿Acaso Mu también sentía por él? No, no era posible. Mu nunca volvió a tratarle de manera semejante. Posiblemente ese día estaba siendo, como de costumbre, afectuoso con sus amigos. La mano de Shakka apresó la de Saga, regresándole a la realidad.

'Bueno, amigo, lamento jugar con tus sentimientos...' pensó Saga, dando un suspiro para después corresponder el gesto. 'Pero tu me ayudarás mucho en mi desquite contra el Fénix.'

Entraron a la mansión por la puerta trasera, a petición de Shakka. No estaba de humor para encontrarse con nadie. Subieron las enormes escaleras en silencio; Saga decidió acompañar al rubio a su habitación, y por invitación de este mismo, entró un momento.

Shakka tomó asiento en la cama, y al contrario de él, Saga permaneció de pie cerca de la puerta. El silencio que se formó en el lugar le dio a entender al caballero de Géminis que lo mejor era irse.

"Desearás estar solo." dijo Saga. "Me retiro." se dispuso a abrir la puerta.

"¡No, espera!" exclamó con rapidez. "Saga..."

"¿Sí?"

"Yo quería... darte las gracias." levantó la vista para enfrentar la mirada de Saga. "Gracias por escucharme... por estar conmigo..."

"Shakka, por favor... No me agradezcas nada." dijo, sintiéndose algo culpable por el papel que sin saber le estaba dando en su próxima venganza.

.-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-.

En otra parte de la mansión, Afrodita corría con prisa en busca de el Fénix. Por información de Shura, supo que se encontraba en su habitación desde ya mucho rato. En cuanto llegó, entró sin siquiera anunciarse o llamar a la puerta. Ikki, que estaba recostado en la cama, se incorporó sobresaltado por la ruidosa intromisión del caballero de Piscis.

"¿Qué ocurre?" preguntó Ikki, algo preocupado por el semblante de Afrodita.

"¿Me puedes explicar que haces aquí acostado de ocioso mientras que otro te puede estar robando a Shakka?" regañó, Afrodita.

"¿De qué estas hablando?" preguntó, confuso.

"¿De que hablo?" dijo, con sorna. "Pues de que acabo de regresar del parque, y mientras paseaba tranquilamente por ahí, vi a tu querido Shakka sentado con alguien en una banca, abrazándole muy cariñoso."

"¿Qué?" había más molestia que sorpresa en su voz. "¿Quién?"

"El reacio y estoico Saga de Géminis." declaró Afrodita. "Y según me parece, ahora están los dos metidos en la habitación de Shakka, digo, si es que te interesa."

Sin responder nada, Ikki salió de su habitación con un solo objetivo: Matar a Saga de Géminis. ¿Cómo se atrevía ese idiota a acercarse a su Shakka? Claro, ahora comprendía la actitud de Kanon. ¡Como debió reírse de él a sus espaldas cuando se volvió a la mansión! Seguramente Saga le había pedido que le encubriera.

Llegó a la habitación de Shakka, y cuando pensaba hacer una entrada parecida a la que Afrodita hizo en su cuarto, la puerta se abrió por si sola, dando paso al caballero de Géminis. Sintió como los celos fluían por sus venas, llegando a cada lugar de su cuerpo. Y esto Saga lo notó. No estaba muy seguro de como se había enterado el Fénix de que él estaba ahí, pero más conveniente no podía ser la situación.

"¿Qué diablos haces tu aquí, Géminis?" preguntó Ikki, amenazante.

"¿Por qué habría de responder a eso, Fénix?" lo desafió, dando un paso adelante.

Justo cuando el caballero de bronce estaba pensando en soltarle un golpe al hombre frente a él, Shakka intervino.

"¿Qué quieres, Ikki?" preguntó, con desgano, tomando el brazo de Saga. El Fénix apenas y logró contenerse los deseos de arrancarle el brazo a Saga.

"Llevo todo el día buscándote." dijo, lo más tranquilo que pudo. "Necesito hablar contigo..."

"Pues yo no quiero."

"Shakka, por favor..." suplicó. "Dame la oportunidad de explicarte..."

"No tengo el mínimo interés en escucharte." ¿qué iba a decirle? ¿Qué estúpida excusa iba a darle? ¿Qué él se había equivocado? ¿Qué nunca había besado a Mu? "Vete, por favor." El Fénix no se movió.

"¿Qué no lo escuchaste?" espetó Saga, triunfante. "Te dijo que te marcharas."

Ikki lo miró con rabia antes de irse. Ya arreglaría cuentas con él y su hermano en otro momento.

En cuanto el Fénix se perdió de vista, Shakka se lanzó a los brazos de Saga, tratando de no llorar.

"Tienes que ser firme." le dijo el caballero, acariciando los rubios cabellos de Shakka. "Sabes que puedes contar conmigo, para lo que sea, cuando sea."

El caballero de Virgo levantó la vista, y la mirada de Saga llena de ternura lo recibió. Un tibio sentimiento se extendió en el interior de Shakka, reconfortándolo. Los brazos de Saga tenían esa extraña habilidad que le hacían sentir protegido, tranquilo... como si todo fuera pasajero. Una paz embriagadora le envolvió. ¿Por qué se sentía tan bien así, con tanta cercanía a él?

Saga repasaba minuciosamente en su cabeza todos los aspectos de la situación. En ese momento Shakka se encontraba solo, dolido... y si él le ofrecía su cariño había una gran posibilidad de que lo aceptara. Si no lo lograba ahora, quizás tendría menos oportunidad después.

Decidió jugarse el todo por el todo. Con decisión, presionó el cuerpo de Shakka contra en suyo para después besarlo. Lo precipitado de las acciones de Saga tomaron por sorpresa al rubio, pero lo que su cabeza menos deseaba en esos momentos era detenerse a pensar. Se dejó llevar por el violento beso del santo de Géminis, pasando sus brazos detrás del cuello de este. Saga continuó, satisfecho. Al parecer, las Erinias le sonreían para bien en su venganza.

Después un largo rato, finalmente se separaron. Ninguno dijo nada. Saga pensó que por ahora eso era suficiente. Había hecho un gran avance; no debía precipitarse demasiado, corriendo el riesgo de arruinarlo todo.

Besó levemente la frente de Shakka, para después desearle buenas noches y alejarse.

Llegó a su habitación, entrando en silencio.

"No sabía que tienes debilidad por los rubios, hermano." dijo la divertida voz de Kanon, saliendo de la ducha con solo una toalla en la cintura, mostrando aquel tan bien formado cuerpo, resultado de tantos años de entrenamiento.

"Yo tampoco sabía que te sentías atraído a hombres menores que tú." respondió Saga, señalando al suelo lo que bien parecía una camisa del caballero de Libra.

"Su cuerpo rejuvenecido será el de un muchacho, pero la experiencia de su verdadera edad nadie se la quita."

.-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-.

El Fénix maldecía en su habitación. Después de tanto tiempo, una vez más sus inseguridades amenazaban con volver. Sus miedos, sus antiguas tristezas... era como si todo se hubiera conjugado en una sola angustia que le oprimía el corazón sin piedad.

Las palabras de Shakka se reproducían en su mente vez tras vez, y cada repetición era como una nueva aguja clavándose en su alma. Ni siquiera le había dado la oportunidad de explicarse. De nuevo la vida y el destino se jugaban sus sentimientos a la suerte. No era la primera ocasión que al abrir su corazón lo destrozaban. Lamentablemente, esta vez había si había albergado esperanzas, y aunque tratara de negarlo, aún las tenía. Amaba a Shakka, y encontraría la manera de darle una explicación. Le pediría perdón, le haría promesas, incluso le ofrecería su vida si era necesario, pero necesitaba decirle sus sentimientos.

¡No era justo! ¡Maldita sea, no lo era! Descargó su furia golpeando una de las paredes de su habitación, pero aún así el dolor no se alejaba. Deseaba que así como escurría la sangre en su puño, se fueran todos sus sentimientos. Sumirse en la nada, y que el vacío lo llenara por completo.

Una rebelde lagrima surcó su mejilla izquierda. ¿Después de todos esos años, una vez más estaba llorando? Había pasado tanto tiempo desde la ultima ocasión que incluso ya se creía incapaz de hacerlo.

"Shakka..." él era el causante de todo aquello. Lo amaba tanto que todas aquellas viejas sensaciones que creía perdidas regresaban a él. Simplemente por eso le quería más ahora. Gracias a Shakka había descubierto que era capaz de amar tan intensamente hasta el punto de sufrir por alguien, por él. Sí, ya no era un demonio sin sentimientos, o un monstruo despiadado. Podía amar a alguien... ya solamente hacía falta algo: ser amado.

Ahora mucho menos se rendiría. Esa noche lloraría lo que su alma había reprimido todos aquellos años. Lloraría a Esmeralda, sus errores, tantas muertes... y su amor por Shakka. Sacaría de sí todo sufrimiento, para al día siguiente poder continuar con la actitud que había adoptado justo a la llegada de los santos dorados. Tal vez se encontraba en una posición peor a la inicial, pero como se había dicho entonces, iba a hacer hasta lo imposible por que Shakka le correspondiera.

.-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-..-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-. .-´¨`-.

NOTAS:

Perdón por tardar tanto y luego llegar con algo tan decadente... ¡Es que no puedo auto criticarme! Y como me he quedado sin Internet y sin mis amigas en estas vacaciones, no puedo pedirle a nadie su opinión sobre el fic T_T. Es frustante ¿saben? Pero bueno ¡Suficiente de auto compadecerme! Espero ver reviews pronto, por favor. Eso es lo que me hace crecer y mejorar y... olvídenlo, no importa.

En verdad me hace falta reírme un poco, o aunque sea tener a mis amigas de la escuela diciéndome pervertida, cielos, extraño eso... ejem, bueno, esos son otros temas que no vienen al caso xD

Lo digo una vez más: ¡Reviews!

¡Cambio y fuera!