Hola, después de tanto tiempo nn..el título ya lo dice todo...suspiro
extrañaba este fic....
BESOS
DEJEN REVIEW.
M.O.S
M.O.P
FALTA TAN POCOOOOOOOO...VOY A MORIRRRRRRR....SIRI-BOY VOLVERÁ A HOGWARTS,
IGUAL QUE REMUS...Y VOLVERÉ A MORIR!!!!!, PERO DE AMOR POR HARRY!!!
:PPPPPPP BABA.
CANUTA..QUE NO DECAIGA, SÉ FELIZ, BUSCA OTROS AMIGOS, SI TE HACEN SUFRIR,
NO VALEN LA PENA, HAZME CASO.
30Capitulo Los Merodeadores atacan de nuevo.
Debido a los extraños acontecimientos ocurridos, el profesor Dumbledore no tuvo otra elección que suspender los partidos de quidditch, en un intento desesperado de proteger al buscador de Gryffindor, así que los muchachos tenían que ocupar el tiempo en otras cosas, por ejemplo, molestando a Snape. La hora de la venganza había llegado. Lily era la encargada de darle la poción del sueño a Severus. -Severus, hola-le dijo ella en la hora de la cena.-Necesito hablar contigo- le dijo mientras él ingería una gran cantidad de patas de pollo. La miró unos instantes y se levantó. -Es... sobre la expulsión de James-le dijo ella. Severus la miró consternado. -No puedo dejar que se quede, me destrozó la cara-dijo señalándose. -Severus, sabes que lo amo, hazlo por mí-le dijo ella suplicante. -¿Qué me darás a cambio?-le preguntó el slytherin pícaramente. -Mmmmmm-pensó la bella pelirroja-este pastelito-dijo sonriente. Severus la miró divertido. Tomó el pastel y se lo tragó. -Gracias, muy rico-dijo él y se fue a sentar a su mesa. Lily lo miró con satisfacción mientras él iba a sentarse, y se dirigió a la mesa Gryffindor. -Ya está-le dijo al oído al apuesto buscador de Gryffindor. Éste sonrió psicóticamente. -¿Cuánto durará la poción?-preguntó Sirius a Lily por lo bajo. -Unas seis horas, es muy fuerte-le contestó ella con el mismo tono de voz. -Ah y... ¿cómo haremos que los otros idiotas no nos vean?-le preguntó el apuesto muchacho a su mejor amigo. -No sé, roguemos que los imbéciles duerman plácidamente mientras nosotros hacemos lo nuestro-le dijo James con mirada tierna. Sirius miró a su amigo unos instantes y sus ojos humedecieron. -Canuto, ya ¿qué te sucede?-le preguntó James dulcemente. -No quiero que te expulsen-le contestó con tristeza. -No me expulsaran, es una estupidez lo que le hice-le contestó, abrazando al joven de ojos azules. La hora de la venganza llegó. Los merodeadores prepararon todo para el acto. -Bueno, ¿están listos?-preguntó James en voz baja. Sus tres amigos asintieron en silencio. Salieron de la sala común de Gryffindor cautelosamente. Caminaron por los pasillos sin hacer ruido. -Corna, ahí viene Snapy-le dijo Sirius a su amigo animago. James tomó su capa invisible, cubriéndose junto con sus amigos. Snape pasó junto a ellos haciéndoles caso omiso, claro, no pudo verlos. Lo siguieron sin hacer ruido. -Ay, Colagusano, idiota, no me pises-le dijo Sirius furioso. -Perdón, Canutito lindo-le contestó su rechoncho amigo. -Ya basta, el imbécil puede oírnos-los retó Remus. -Lunático, cierra la boca-le contestó Sirius. -Basta los tres-les dijo James enojado. Sus tres amigos le obedecieron. Snape se había detenido. Dijo una extraña contraseña y una puerta que no habían visto se abrió. Se apresuraron a entrar a la sala común de Slytherin. -¡Que fea es!- dijo Sirius mirando hacia arriba. -Es muy tétrica-dijo Peter miedoso. -Aggggg, por favor, cállense-les dijo James-No pierdan de vista al idiota-. Lo siguieron hasta una habitación, parecida a la de ellos, con la diferencia que estaba mucho más desarreglada y con colores fríos (N/A: uds. Me entienden ¿no?). Snape se desnudó frente a ellos, sin saber que ellos estaban detrás de él. -Mira que feo-dijo Peter riendo. -Pet, no me digas que ahora opinas de los demás hombres- le dijo Sirius divertido. -No empiecen-dijo Remus mirándolos severamente. Snape estaba ocupado desarmando su cama y acostándose. Los guapos muchachos de Gryffindor solo tuvieron que esperar unos pocos minutos, hasta que escucharon un fuerte ronquido. -Jejejejeje-dijo Sirius. Empezaron a prepararse para la broma. -Vigilen la entrada-les dijo James seriamente. Remus y Peter se pusieron a ambos lados de la puerta, con las varitas dispuestas. Mientras, Sirius y James agarraban el cabello de Snape. James tomó una gran tijera y, tomando el pelo grasiento, lo cortó exageradamente. Sirius comenzó a reír. -Dame la tintura-le dijo James a éste. Sirius se la entregó con gusto y con una sonrisa maníaca. El joven Potter estaba concentrado en su tarea. Tardó por lo menos una hora. -Ya está-dijo, con una mirada triunfante. Sus tres amigos miraron la obra de arte terminada y, con sonrisas cómplices, salieron de allí. Pero los guapos jóvenes se olvidaron de algo, y ese algo era ponerse la capa invisible. -¿Qué hacen aquí?-les preguntó Lucius Malfoy al verlos. Sirius se dio cuenta de lo que le ocurría. Se habían olvidado de cubrirse con la capa de James. Remus, en un intento desesperado de hacer callar al slytherin, lo golpeó tan fuerte que lo dejó tirado en el suelo, inconsciente. -Lunático, ¿lo mataste?-le preguntó Sirius a su rubio amigo. Los cuatro merodeadores miraron a Malfoy detenidamente. -No creo, pero si es así, mejor, nadie va a extrañarlo ¿no?- dijo Remus miedoso. -No te preocupes, Lunático, no debe estar muerto-dijo James. -¿Seguro?-preguntó el joven y apuesto licántropo, mirando con temor al slytherin desmayado. Los cuatro dejaron al rubio tirado en el piso. Al salir del lugar, se cruzaron con una bella slytherin, la cual James conocía muy bien. -Valea -dijo éste asustado. -¿Qué hacen saliendo de mi sala común?-preguntó ella. -Ahhhhh, nos perdimos-dijo James rápidamente. -Si, claro, y yo me chupo el dedo-dijo ella sarcásticamente. -Pues si tú te chupas el dedo... ¡qué gran confesión!-le dijo Sirius divertido-aunque... creo que ya estás grande para eso-siguió, acercándose a la joven y mirándola con una de sus mejores miradas. Ella se sonrojó ante los bonitos ojos del apuesto joven. -Pues, Valea, si necesitas algo, puedes pedirme lo que tú quieras-le dijo Sirius acercándose más. -Me encantaría salir con James-le contestó la muchacha. -Pues veremos si mi amigo acepta, sino... - -Salgo contigo???-preguntó ella con brillo en los ojos. -Se puede ver, Chao-le dijo Sirius besándola-no digas nada-.
30Capitulo Los Merodeadores atacan de nuevo.
Debido a los extraños acontecimientos ocurridos, el profesor Dumbledore no tuvo otra elección que suspender los partidos de quidditch, en un intento desesperado de proteger al buscador de Gryffindor, así que los muchachos tenían que ocupar el tiempo en otras cosas, por ejemplo, molestando a Snape. La hora de la venganza había llegado. Lily era la encargada de darle la poción del sueño a Severus. -Severus, hola-le dijo ella en la hora de la cena.-Necesito hablar contigo- le dijo mientras él ingería una gran cantidad de patas de pollo. La miró unos instantes y se levantó. -Es... sobre la expulsión de James-le dijo ella. Severus la miró consternado. -No puedo dejar que se quede, me destrozó la cara-dijo señalándose. -Severus, sabes que lo amo, hazlo por mí-le dijo ella suplicante. -¿Qué me darás a cambio?-le preguntó el slytherin pícaramente. -Mmmmmm-pensó la bella pelirroja-este pastelito-dijo sonriente. Severus la miró divertido. Tomó el pastel y se lo tragó. -Gracias, muy rico-dijo él y se fue a sentar a su mesa. Lily lo miró con satisfacción mientras él iba a sentarse, y se dirigió a la mesa Gryffindor. -Ya está-le dijo al oído al apuesto buscador de Gryffindor. Éste sonrió psicóticamente. -¿Cuánto durará la poción?-preguntó Sirius a Lily por lo bajo. -Unas seis horas, es muy fuerte-le contestó ella con el mismo tono de voz. -Ah y... ¿cómo haremos que los otros idiotas no nos vean?-le preguntó el apuesto muchacho a su mejor amigo. -No sé, roguemos que los imbéciles duerman plácidamente mientras nosotros hacemos lo nuestro-le dijo James con mirada tierna. Sirius miró a su amigo unos instantes y sus ojos humedecieron. -Canuto, ya ¿qué te sucede?-le preguntó James dulcemente. -No quiero que te expulsen-le contestó con tristeza. -No me expulsaran, es una estupidez lo que le hice-le contestó, abrazando al joven de ojos azules. La hora de la venganza llegó. Los merodeadores prepararon todo para el acto. -Bueno, ¿están listos?-preguntó James en voz baja. Sus tres amigos asintieron en silencio. Salieron de la sala común de Gryffindor cautelosamente. Caminaron por los pasillos sin hacer ruido. -Corna, ahí viene Snapy-le dijo Sirius a su amigo animago. James tomó su capa invisible, cubriéndose junto con sus amigos. Snape pasó junto a ellos haciéndoles caso omiso, claro, no pudo verlos. Lo siguieron sin hacer ruido. -Ay, Colagusano, idiota, no me pises-le dijo Sirius furioso. -Perdón, Canutito lindo-le contestó su rechoncho amigo. -Ya basta, el imbécil puede oírnos-los retó Remus. -Lunático, cierra la boca-le contestó Sirius. -Basta los tres-les dijo James enojado. Sus tres amigos le obedecieron. Snape se había detenido. Dijo una extraña contraseña y una puerta que no habían visto se abrió. Se apresuraron a entrar a la sala común de Slytherin. -¡Que fea es!- dijo Sirius mirando hacia arriba. -Es muy tétrica-dijo Peter miedoso. -Aggggg, por favor, cállense-les dijo James-No pierdan de vista al idiota-. Lo siguieron hasta una habitación, parecida a la de ellos, con la diferencia que estaba mucho más desarreglada y con colores fríos (N/A: uds. Me entienden ¿no?). Snape se desnudó frente a ellos, sin saber que ellos estaban detrás de él. -Mira que feo-dijo Peter riendo. -Pet, no me digas que ahora opinas de los demás hombres- le dijo Sirius divertido. -No empiecen-dijo Remus mirándolos severamente. Snape estaba ocupado desarmando su cama y acostándose. Los guapos muchachos de Gryffindor solo tuvieron que esperar unos pocos minutos, hasta que escucharon un fuerte ronquido. -Jejejejeje-dijo Sirius. Empezaron a prepararse para la broma. -Vigilen la entrada-les dijo James seriamente. Remus y Peter se pusieron a ambos lados de la puerta, con las varitas dispuestas. Mientras, Sirius y James agarraban el cabello de Snape. James tomó una gran tijera y, tomando el pelo grasiento, lo cortó exageradamente. Sirius comenzó a reír. -Dame la tintura-le dijo James a éste. Sirius se la entregó con gusto y con una sonrisa maníaca. El joven Potter estaba concentrado en su tarea. Tardó por lo menos una hora. -Ya está-dijo, con una mirada triunfante. Sus tres amigos miraron la obra de arte terminada y, con sonrisas cómplices, salieron de allí. Pero los guapos jóvenes se olvidaron de algo, y ese algo era ponerse la capa invisible. -¿Qué hacen aquí?-les preguntó Lucius Malfoy al verlos. Sirius se dio cuenta de lo que le ocurría. Se habían olvidado de cubrirse con la capa de James. Remus, en un intento desesperado de hacer callar al slytherin, lo golpeó tan fuerte que lo dejó tirado en el suelo, inconsciente. -Lunático, ¿lo mataste?-le preguntó Sirius a su rubio amigo. Los cuatro merodeadores miraron a Malfoy detenidamente. -No creo, pero si es así, mejor, nadie va a extrañarlo ¿no?- dijo Remus miedoso. -No te preocupes, Lunático, no debe estar muerto-dijo James. -¿Seguro?-preguntó el joven y apuesto licántropo, mirando con temor al slytherin desmayado. Los cuatro dejaron al rubio tirado en el piso. Al salir del lugar, se cruzaron con una bella slytherin, la cual James conocía muy bien. -Valea -dijo éste asustado. -¿Qué hacen saliendo de mi sala común?-preguntó ella. -Ahhhhh, nos perdimos-dijo James rápidamente. -Si, claro, y yo me chupo el dedo-dijo ella sarcásticamente. -Pues si tú te chupas el dedo... ¡qué gran confesión!-le dijo Sirius divertido-aunque... creo que ya estás grande para eso-siguió, acercándose a la joven y mirándola con una de sus mejores miradas. Ella se sonrojó ante los bonitos ojos del apuesto joven. -Pues, Valea, si necesitas algo, puedes pedirme lo que tú quieras-le dijo Sirius acercándose más. -Me encantaría salir con James-le contestó la muchacha. -Pues veremos si mi amigo acepta, sino... - -Salgo contigo???-preguntó ella con brillo en los ojos. -Se puede ver, Chao-le dijo Sirius besándola-no digas nada-.
