Capitán de quidditch

Los estuvo esquivando durante todo el día, al mínimo indicio de su presencia salía corriendo, en parte porque estaba molesto pero por otro lado no podía evitar sentir que Hermione tenía gran parte de razón, al fin de cuentas, les había mentido a lo que las vacaciones de verano se refería.

A última hora del martes, tenían clase doble de Pociones, no sentirse respaldado por Ron y Hermione, hizo que le entrara un poco de pánico presentarse frente a Snape, pero la rabia era aún mayor, no podía sentir más que desprecio y repugnancia por ese profesor.

Vio a Hermione entrar sigilosamente, cargada de un montón de libros, y sentarse en la mesa que solían ocupar normalmente, entonces se puso a buscar por la clase, omitiendo el rincón más oscuro donde él se encontraba y al parecer, sin hallar resultado, ésta se sentó triste en su banco.

Snape entró en la clase dando un fuerte portazo, para no variar, y se dispuso frente a la clase con una mueca de disgusto en sus labios.

- Disculpen la tardanza, pero cierta profesora incompetente no sabe dar una clase en condiciones - la mayoría de alumnos, casi todos de Slytherin, rieron cínicamente. - No es de extrañar que el colegio prescinda pronto de sus servicios... ¡Potter! ¿pensaba que ahí escondido no lo vería? - Harry puso los ojos en blanco y suspiró cansado. Hermione también se había girado para mirarlo, por el rabillo del ojo comprobó la cara de asco que ponía Malfoy al verlo. - Milagrosamente el señor Potter ha pasado sus exámenes de TIMOS y con muy buena puntuación, claro que todos deberíamos tener en cuenta el favoritismo que tiene entre todos los brujos. - Harry tan siquiera se inmutó, lo único que hacía era pensar en sus EXTASIS y en ser auror. - ¡Potter! ¿ha hecho sus deberes? traiga aquí su poción de la muerte dormida.

Sacó de su mochila el pequeño frasco que había guardado cuidadosamente todos esos días y se levantó para llevárselo a Snape. Éste se lo arrancó de las manos.

- ¿Cree haber calculado correctamente la cantidad de los ingredientes y su tiempo de cocción?

- Sí. - dijo sin mostrar sentimiento alguno.

- Pues tal vez deberíamos probarlo ¿qué me dice?

- Vale. - dijo con toda la seguridad del mundo.

- Bien Potter - le tendió el frasco - bébase la poción que ha preparado - dijo con una sonrisa malévola.

Harry cogió el frasco, le sacó el tapón y tomó un sorbo. Al instante empezó a sentir una gran pesadez sobre sus hombros.

- Si el señor Potter no se ha confundido ni lo más mínimo en la preparación de esta poción, ahora mismo debe estar sintiendo una fuerte presión en sus hombros y espalda, pronto cada miembro de su cuerpo empezará ha dormirse, mantener los ojos le será completamente imposible y caerá dormido al suelo... - Harry sintió todo esos efectos y en pocos instantes cayó redondo al suelo, completamente dormido.

Harry se despertó en una de las camas de la enfermería, madame Pomfrey lo examinó detenidamente mientras murmuraba enfadada que Snape no tenía ningún derecho a experimentar con los alumnos. Pronto salió de ahí comprobando que era bastante tarde, pero tenía que hacer sus deberes, además de averiguar si Snape había puesto algún trabajo.

- ¡Harry! ¿estás bien? - Hermione lo había esperado con Ron en la sala común de Gryffindor.

Harry se quedó algo confuso y trató de esquivar su mirada.

- Sí, creo que sí.

- Snape ha puesto un trabajo de dos palmos y medio de largo sobre los síntomas antes de que la poción de la muerte dormida haga efecto...

- ¡Se ha pasado un huevo! mira que hacerte probar tu propia poción...

- Aún tengo que hacer muchos deberes, así que si no os importa...

- Si quieres te los dejo copiar. - le ofreció Hermione.

- No, es mejor que los haga yo. - faltaba una hora para que la biblioteca cerrara sus puertas, pero aún podría aprovechar el tiempo.

- Es un cabezota - escuchó susurrarle Hermione a Ron cuando salía por el retrato de la señora gorda.

No pudo evitar sentirse feliz, puesto que sus amigos lo habían comprendido y de alguna forma trataban de hacer las paces con él, no quería que se disculparan, lo que pasa que esa noche se sentía un poco extrañado por los acontecimientos sucedidos ¿y por qué negarlo? aún sentía un poco de rencor por la actitud de Hermione y porque Ron no saliera en su defensa.

Salió temprano para desayunar y así poder adelantar algo de deberes, incluso él mismo se sorprendía de como se había tomado la labor de sacar las mejores notas posibles. Hedwig apareció con una carta en sus garras, Harry le pasó un par de trozos de bacón y abrió el sobre, bastante grueso y dirigido a él. Era una carta de Natalie y E.J. eso lo puso de muy buen humor. La carta estaba escrita con dos tipos de letra distintas, al parecer la primera de E.J. y la segunda de Natalie, adjunto a la carta habían cinco fotos de ellos haciendo el tonto durante las vacaciones.

Estimado señor Potter:

La empresa generadora de celos para los amigos le informa de que tiene un impago de 400 libras, no se haga el moroso y pague de una vez, sino nos veremos obligados a hipotecarle su lechuza, queda usted avisado.

Harry rió tan alto que muchas caras se giraron curiosas para saber que era eso que le hacía tanta gracia, éste trató de ocultarse detrás de los papeles de la carta, aún divertido por las salidas de E.J.

Tío ¿qué es eso de mandar la carta dirigida a Natalie? eres muy cruel conmigo, te he dado los mejores años de mi vida ¿y así me lo pagas? ahora mismo pido los papeles para el divorcio, no quiero salir casado con un paleto como tú, cruel, cuanto me haces sufrir.

Aprovecha esa nueva profesora, por lo que cuentas deben ser escasas en estos mundos de Dios, tú sácale partido a todo, como te he enseñado, sé un buen discípulo y ganarás mucho en la vida.

Hola Harry:

No hagas caso a una sola palabra de lo que Eddie escriba o terminarás encerrado en un psiquiátrico, cosa que le falta muy poco a éste mi querido compañero. Aquí las cosas andan bien, por no decir como siempre, los profesores están pensando seriamente en anular la primera excursión de curso, los alumnos estamos indignados, pero si no hay más remedio.

Las fotos que te he enviado no son las mejores que he hecho, pero a Eddie le gustan mucho y es cierto que salimos bien, estoy haciendo un álbum de recortes de todo el verano. En Navidades haré otro parecido, tengo muchas ganas de que lleguen las vacaciones de Navidad.

Harry, hay algo que tengo que decirte, pero no puedo hacerlo por carta, es muy importante, espero que puedas perdonarme.

Tus amigos:

Eddie y Nat.

¿Qué era eso tan importante que debía decirle Natalie? algo que supuestamente lo haría enfadar ¿qué podría ser?

- Harry. - Hermione y Ron tomaron asiento en frete suyo. - siento mucho lo del otro día...

- No importa - dijo Harry guardando la carta y las fotos - en parte tienes razón, vivo demasiado en mi mismo y a veces me olvido de vuestros sentimientos, a partir de ahora trataré de ser un poco más comprensivo.

- No es eso Harry, sólo quería que te dieras cuenta que puedes confiar más en nosotros, que estamos a tu lado y que si hay algo de lo que quieras hablar, que no esperes tres meses enteros para contarlo ¿vale?

- Sí - sonrió Harry y eso relajo los músculos de Hermione y Ron.

- ¿Qué es eso? - le preguntó Ron señalando la carta.

- Nada importante, una carta de unos indeseables - y los dos rieron.

- ¿Carta de los muggles? - dijo Hermione con curiosidad, Harry dudó unos instantes pero luego le pasó la carta para que pudiera verla, Ron tomó las fotos. - fábrica de celos... ¿e?

- ¿Quién es? - le preguntó Ron señalándole una de las fotos.

- Natalie. - Hermione la miró también.

- Se parece a la profesora Cartier.

- Tienen los mismo ojos - afirmó Harry llevándose el tenedor a la boca - son raros de ver, puesto que parecen de color ámbar.

- ¿Y qué tal son? - preguntó Ron algo melancólico.

- Pues normales, chicos normales.

- Nada de lo que se podría encontrar en Hogwarts. - sonrió Ron.

- ¿Y saben que eres brujo? - Harry negó con la cabeza a Hermione. - ¿se lo dirás?

- No tienen porqué saberlo, no es necesario.

- Mejor. - afirmó Hermione.

Y siguieron desayunando mientras Hermione terminaba de leer la carta y Ron revisaba las fotos de arriba a bajo, al fin de cuentas, Harry se lo debía, por haberlos engañado.

- ¡Potter! - la profesora McGonagall se paró detrás de Hermione y Ron - quiero verlo en mi despacho en cinco minutos.

- ¿Qué has hecho ya? - le preguntó Ron.

- Todavía nada. - dijo éste cogiendo sus cosas.

- ¡Te guardaremos sitio! - le anunció Ron mientras éste ya se alejaba del Gran Salón.

Siguió a la profesora por los pasillos hasta llegar a su despacho, cerrando las puertas tras de sí, le ofreció que se sentara.

- Potter, debido a un altercado el año pasado, fue expulsado indefinidamente del equipo de quidditch ¿supongo que se habrá preguntado si este año sería readmitido, no? - Harry se quedó estupefacto, puesto que en ningún momento se le había pasado por la cabeza lo de volver a jugar a quidditch. - debo anunciarle que ha sido readmitido de nuevo - Harry se alegró, al fin de cuentas le encantaba ser buscador. - en breve se iniciará la selección de nuevos miembros para el equipo, como habrá contado, faltan tres jugadores, teniendo en cuenta que Ginny Weasley será relevada de su puesto, así pues, me complace informarle que ha sido nombrado nuevo capitán del equipo de quidditch de Gryffindor.

- ¿Capitán? ¿Capitán del equipo?

- Sí Potter, ha escuchado bien. Tiene un gran trabajo, deberá encontrar nuevos jugadores y reorganizar el plan de ataque y las estrategias.

- Pero... - Harry jamás se había imaginado ser capitán del equipo de quidditch de su casa.

- El tiempo apremia Potter, regrese a su clase y hable con el resto de jugadores, hay que reorganizarse.

Y sin darse cuenta se vio corriendo una vez más por los pasillos para llegar lo antes posible a la clase de Historia de la Magia. Se había quedado muy sorprendido, lo habían nombrado capitán del equipo, además de empezar a estudiar, cosa que prácticamente no había hecho durante cinco años, ahora debía dirigir un equipo y llevarlo a la victoria, Harry deseó tener más poción de la muerte dormida en ese instante.