Conociendo a un momocag
- ¡Harry! – al escuchar su nombre levantó la cabeza precipitadamente.
- ¡Profesora Cartier! – se extrañó el muchacho al verla sentada frente a él.
Llevaba un buen rato en la biblioteca, luchando por no quedarse dormido en medio de la redacción que había mandado Snape como deberes.
- ¡Harry! – repitió su nombre mientras leía el título que encabezaba el pergamino de éste - ¿estás haciendo los deberes? – su cara mostraba extrañeza e incluso horror.
- Pues… sí. – al menos eso creía él.
- ¡Por todos los Trols del mundo! ¿es cierto? Harry deja eso y disfruta de tu adolescencia.
Harry ni podía dar crédito a lo que escuchaban sus oídos.
- Tienes dieciséis años y dime ¿acaso puedes contar con los dedos de ambas manos la cantidad de chicas con las que has salido? O de chicos, no tengo problemas con tus preferencias sexuales.
- ¡No! – gritó Harry avergonzado sin saber muy bien a que pregunta estaba respondiendo.
- Y aquí estás – la extravagante profesora parecía no escucharlo – un amargado virgen haciendo los deberes de Pociones… realmente patético. – terminó ésta negando con la cabeza y fingiendo tristeza.
- Pero… - seguí sin comprender muy bien el porqué de esa conversación.
- Harry eres mono, además de carismático ¿y por qué negarlo? famoso, te sorprendería saber la cantidad de chicas que se mueren por tus huesos.
La cara de Harry había adquirido un leve color rosado y amenazaba volverse roja completamente si esa extraña profesora seguía avergonzándolo.
- Yo… no… necesito salir con nadie…. – le informó entrecortadamente.
- Sí, claro, y yo voy y me lo creo. Eres un adolescente, cargado de hormonas, no es malo tener necesidades sexuales, es lo que le da sentido a la vida.
Y Harry contemplaba su trabajo a medio acabar y le entraban unas nauseas espantosas de sólo pensar que debía seguir. Miró a la profesora Cartier que no había apartado sus enormes ojos de él y empezó a recoger.
- Claro que también podría ser que estuvieras enamorado. – y le guiñó un ojo.
En la mente de Harry apareció el rostro de Natalie y zarandeó la cabeza para apartarla de sus pensamientos, aunque en vano, porque siempre estaba ahí.
- No tengo tiempo para eso, debo estudiar y capitanear el equipo de quiddicht de mi casa.
- Sí, por supuesto, ya me lo contarás después de Navidades.
Cuando Harry iba a salir por la puerta se giró después de captar el significado de las palabras de la profesora, pero al regresar la vista a la mesa que segundos antes habían ocupado, ésta ya no estaba.
Esa profesora era realmente extraña, el sexto sentido de Harry que muchas veces lo había metido en problemas, le decía que esa mujer ocultaba algo y que debía andarse con pies de plomo. Más tarde se lo comentaría a Ron y Hermione, la mala espina que le procesaba esa mujer.
- Seguro que tendremos que volver a estudiar por nuestra cuenta – murmuró Hermione realmente enfadada.
- ¡A mí eso me da igual! ¿Qué pasa con el equipo de quiddicht? ¿Quién será el nuevo capitán? ¡faltan la mitad de jugadores! ¿Qué vamos hacer? – Ron miró a Harry con verdadera preocupación.
- ¡Por favor Ron! Sólo es un equipo de quiddicht, esto no hará que apruebes los EXTASIS – Ron la miró con la boca abierta.
- ¿Acaso he escuchado la palabra solo seguida de quiddicht? ¡Como te atreves a decir que el quiddicht no tiene importancia! El quiddicht es la razón de mi vida.
- No seas tan melodramático Ron, es sólo un juego como cualquier otro.
- ¡Aaah! ¿pero como puedes seguir blasfemando de ese modo?
- Bueno chicos… - Harry trató de calmarlos.
- ¡Díos mío! Tu escaso vocabulario a adquirido una nueva palabra, esto hay que celebrarlo.
- Muy graciosa.
- ¡¿Queréis dejarlo de una vez?! – Harry no tubo más remedio que alzar la voz – siempre estáis igual, cualquiera diría que sois amigos.
- Ella no debería haberse metido con el quiddicht.
- Y tú tendrías que aprender a ser más responsable.
- Y los dos deberíais tenerme en cuenta cada vez que decidís empezar una nueva pelea.
Los dos se quedaron en silencio, algo incómodos después del reproche de Harry.
- Las pruebas de selección son este domingo – declaró Harry – supongo que tendremos que organizar el equipo.
- ¿Y quien será el capitán?
- Pues… - dudó antes de seguir – la profesora McGonagall…
- ¡Es verdad! Se me había olvidado ¿para qué te citó McGonagall en su despacho, Harry?
- Ron, ahora nos lo iba a contar, deja que hable.
Los dos lo escucharon con atención.
- Pues me dijo quien era el nuevo capitán de quiddicht.
- ¡Anda ya! – exclamó Ron adivinando la respuesta.
- Pues sí, yo. – dijo en un suspiro.
- Pero… ¡es genial, Harry!
- Más trabajo, más responsabilidades… - Hermione lo miró profundamente – estás mal de la cabeza ¿lo sabías?
- No pude negarme – aulló Harry dolido pero pensando que tenía toda la razón.
- Tú ni caso Harry ¿Qué puede decir ella cuando su mayor aspiración es leerse todos los libros de la biblioteca?
- Te he escuchado perfectamente Ron y que sepas que tengo muchas metas que alcanzar, pero tu retorcida mente jamás lograría entenderlas.
- ¿Me lo parece a mí o estáis iniciando una nueva pelea? Gracias por seguir teniéndome en cuenta.
- ¡Es Hermione! – exclamó Ron.
- Yo sólo digo lo que pienso.
- No, tú sólo eres una verdadera pesadilla.
- Si no puedes llegar a comprender el verdadero significado de lo que quiero decir…
- ¡Que alguien te de algo para el dolor menstrual! ¡Ya no te soporto más¡
- ¡Eres un insolente!
- ¡Me contradices en otro! ¡Déjame tranquilo!
- ¡No! – Harry los interrumpió por enésima vez - ¡dejarme vosotros tranquilo! Vais a volverme loco.
Cogió su mochila y los dejó solos, recordó que E.J. y Nat siempre se estaban peleando, pero al menos sus discusiones eran divertidas e ingeniosas, incluso podía participar. Esos dos lograban sacarlo de quicio.
Pensándolo mejor, el quipo de quiddicht tampoco le preocupaba demasiado, estaba seguro que tanto Oliver Wood como Angelina habían exagerado, con la ayuda de Ron podría salir adelante perfectamente. Decidió no darle más vueltas al asunto.
Hagrid ya se había preparado una de sus particulares clases de Cuidado de Criaturas Mágicas y mientras los alumnos de sexto de Slytherin y Gryffindor esperaban a que el profesor hiciera acto de presencia, Harry se puso a maquinar algunas técnicas de juego para el quipo.
- Correo la voz que el nuevo capitán de Gryffindor es el mismísimo Harry Potter en persona – ese comentario vino seguido de estúpidas risitas. – ahora los demás equipos ya pueden relajarse, vistos los resultado obtenidos por su nuevo capitán, no son rival ni tan siquiera para Huffelpuff.
- Asqueroso… - rugió Ron.
- Y eso que no cuento con los jugadores, en mi vida había visto semejante desastre, han terminado los años de gloria para Gryffindor.
- La envidia te corroe por dentro Malfoy, se te nota en la cara – le dijo Hermione.
- ¿Envidia? ¿envidia de qué, asquerosa sangre sucia? – Neville y Harry tuvieron que sujetar a Ron - ¿a jugadores del tres al cuarto? ¿a escobas de segunda mano? ¿a un capitán nombrado por favoritismo?
- ¡Harry es el mejor capitán! ¡y te lo demostrará! – le soltó Neville.
- Eso está por ver… - Malfoy clavó su mirada de hielo a Harry – un capitán que tan siquiera se defiende, Potter, eres la escoria de nuestra raza.
- ¡Retira eso ahora mismo! – aulló Ron cargado de ira.
- ¿Y sino qué Weasley? – lo amenazó Draco.
- ¿Ya estamos otra vez? – Hagáis apareció entre los arbustos – a vosotros dos os quiero ver bien lejos el uno del otro – señaló a Harry y a Draco. – venga, seguidme muchachos, que pronto empezaremos una nueva lección – y los guió nuevamente por el bosque prohibido.
- Esto apesta.
- Weasley ¿tu familia es tan pobre que no tenéis ni para jabón?
La primera reacción de Harry fue girar la cabeza rápidamente y lavar los ojos en Malfoy.
- No, es que preferimos hacer donaciones al Ministerio para que lo destinen a los prisioneros y así puedan lavarse al menos una vez a la semana, espero que a tu padre le llegue Malfoy. – todos se quedaron mudos ante el comentario de Ron.
Harry vio como a Malfoy se le encendía la cara de ira.
- Ya hemos llegado chicos. – Hagrid se apartó para que pudieran ver aquello que desprendía tan mal olor. – os presento al momocag.
A Harry le daba la sensación de haberlo visto alguna vez, era una especie de hipopótamo, pero la cara la tenía completamente chata y llena de pelo, a diferencia de su cuerpo, que parecía de dura piel grisácea tirando a marrón. En vez de patas tenía grandes zarpas y una cola larga.
Ese animal estaba tirado sobre un montón de masa marrón, Harry supuso que era la causante del mal olor y entonces se le pasó por la cabeza un idea que lo horrorizó, creyó imaginar lo que en realidad podría ser esa masa.
- ¡Hagrid! Dinos que eso en lo que está tumbado no es…
- ¡Exacto Dean! Sus propios excrementos.
Un grito de asco y repulsión general se escuchó por doquier.
- ¡Pero que asco! – se escuchó la voz de Draco Malfoy por encima de todas las demás.
- Se llama Theodosia, es hembra y acaba de parir. Durante el embarazo del momocag, tanto el macho como la hembra, hacen sus nidos con sus propios excrementos ya que las crías siempre nacen prematuras, así que al expulsarlas quedan atrapadas y se mantienen calientes y alimentadas durante dos semanas.
Se sentía realmente mal, pero Harry no podía seguir escuchando sin evitar imaginar y reproducir en su mente cada palabra de Hagrid.
- Luego las crías ya pueden empezar a caminar y todas esas cosas ¿verdad que son adorables?
- Creo que voy a vomitar – le susurró Ron a Harry.
- Menos mal que ya no está la profesora Umbridge, esto sería motivo de expulsión inmediata para Hagrid. – comentó Pavarti Patil.
- Una vez que el cachorrito ya sale del nido, esta masa juntada con los excrementos y las cosas del parto… ya sabéis… - Draco hizo chasquear la lengua en modo de reproche. – se utiliza para crear medicinas o como ingrediente para algunas pociones ¿alguien sabe su nombre? – Hermione levantó rápidamente la mano.
- Se llama embramadog y es el resultado de la mínima fermentación durante un mes de la materia fetal y las efes de momocag. Tomar esta masa antes de un mes podría ser fatal, puesto que ningún cuerpo podría tolerar su eficacia.
- Muy bien Hermione, diez puntos para Gryffindor. El ejercicio de hoy consistirá en recoger el embramadog en frascos, pero no antes de sacar a las dos crías y lavarlas.
- ¡Ni hablar! No pienso tocar eso.
- He traído guantes – sonrió Hagrid mostrando un enorme saco detrás suyo.
- Me niego rotundamente, eso es una porquería, no pienso tocar la mierda de ese bicho amorfo.
Harry miró de reojo a Malfoy y le dolió comprobar que todos estaban de acuerdo con él, incluso él mismo, pero Hagird era su amigo y no podía dejarlo así, tomó la decisión en contra de su voluntad y se acercó a Hagrid para pedirle los guantes, éste le sonrió agradecido.
- Con cuidado Harry, primero debes encontrar una de las crías, Theodosia ha parido a dos.
Con una gran fuerza de voluntad, Harry hundió las manos en esa cosa marrón cuyo nombre se negaba a pronunciar ni que fuera de mente.
Buscó tratando de soportar el olor hasta que topó con algo.
- Emm… Hagrid, creo que he encontrado algo.
- Tropezones – escuchó burlarse a Malfoy.
- Pues rápido Harry, cógelo y tira fuerte de él.
Harry no se lo pensó ni dos veces y tiró con fuerza. Al abrir los ojos, descubrió una especie de bicho completamente sucio y de las mismas características que los momocag, no debía medir más de tres palmos, pero pesaba lo suyo.
El animal pareció como si respirara por primera vez y abrió los ojos emitiendo un débil aullido.
- ¡Muy bien Harry! Diez puntos más para Gryffindor.
Algunos se acercaron a ellos, entonces a Harry ya no le parecía tan asqueroso, incluso sonrió cuando el bichito, con sus zarpitas, empezó a juguetear con la mano de Harry del mismo modo que un gato.
Y se alegró al ver como Neville sacaba al segundo cachorrito y la mayoría de Gryffindor se ponían a lavarlos divertidos.
Los de Slytherin permanecieron apartados, observando por encima de sus hombros. Cuando la clase terminó la casa de Harry había ganado sesenta puntos.
- Ahora ya sabemos que la mierda llama a la mierda – escuchó decir a Draco, pero no le importó, ese día se sentía genial.
