Capítulo 4

Filia entró en la lujosa habitación con cierta ansia:

-¿Dónde está?

Lina señaló a la puerta que conducía al baño del cual salían unos sonidos de arcádas:

-Vaya... -Continuó la dragona dorada- He venido en cuanto me he enterado...

-La pobre está hecha polvo. -Miró a la puerta con preocupación.

-Me imagino...

Filia rodeó la estancia con la mirada e inquirió:

-¿Y Gaudy?

-¿Gaudy? Le he enviado a comprar un par de cosas. Por lo menos que haga algo. -Cruzó los brazos.

En esos instantes salió Ameria con la cara pálida y cansada:

-Ay...

-Ameria..

-¿Hmmm, Filia? ¿Qué haces tú aquí? -Preguntó con curiosidad.

-¡¿Cómo que qué hago yo aquí?! Te quedas embarazada y ni siquiera me lo dices. Devería...

-Jejeje, no te pongas así Filia... No es para tanto... -Intentó excusarse.

-¡He tenido que enterarme de casualidad.

-Jejejej, calmate...

-Sí, Filia. Ameria no podía decirlo por órdenes de no se qué del Reino.

-¡Sí! ¡Eso!

-Y porque Jirass me lo dijo, que si no... -Filia hacía caso omiso de lo que le decían.

-¿Jirass? ¿Aún sigues con él?

-Sí. Me ayuda a cuidar de Vargav, y sabe cómo atender a los clientes de la tienda. -Dijo ya más calmada.

- ¿¿De la tienda?? -Preguntaron Reena y Ameria a la vez.

-¿Cómo? ¿Que no os lo había dicho?

Las dos negaron con la cabeza.

-Ajajaja... Lo siento, se me devió pasar.

-¿Es de comida? -Inquirió la pelirroja.

-No. Pero sentaos, os serviré una taza de té...

-Ni que estuvieras en tu casa.. -Murumuró Reena mientras Filia sacaba su juego de mesa y un pequeño mantel sobre la mesa del cuarto de al lado.

-¿Qué dices Reena?

-No, no no, nada... jeje..

-Pues veréis.. ya sabéis que a mí siempre me han gustado las tazas, y los mazos, ejejjeje, bueno, en fin, todo eso.

-Sí -Asintieron las dos.

-Pues, en realidad fue idea de Jirass...

-¿Ah, sí? -Reena y Ameria a la vez.

-Sí. -Tomó un sorbo de su té y continuó igualmente emocionada.- Veréis, encontramos a Guraboss por ahí tirado el pobre.. y claro, no era plan de dejarlo, y lo trajimos con nosotros -Las pobres echiceras solo podían asentir a todo lo que ella comentaba-, y bueno, llegamos a un pueblo muy bonito.. y Jirass propuso abrir nuestro propio negocio. Y como a mí siempre me han gustado las tazas y los jarros pues ¡Ya veis! Tengo montones de mazos, jarros por todas partes, de diferentes colores y formas... -comenzó a irse a su mundo mientras Reena y Ameria se miraban mutuamente atónitas. Cuando volvió en sí, continuó- En fin, y nos va muy bien a todos.

-Pues me alegro -Comentó Reena.

-¿Y cómo se llama la tienda?

-"El lacito rosa"

-¿¿¿¿Quéeeeeeeeeeee????

-"El lacito rosa" -Repitió.

Las dos jóvences hechiceras se miraron mutuamente, y después de intentar aguantarse, explotaron:

-Jaaaaaaaaaajajajajjajajjjajajajaja, ajajjaja, jaja, jaja, jajajajjajajajaj.. El lacito.. jajjajajajjajajajajajj... El lacito rosa... jjajajajajjajaajjajja

-¿¡De qué os reís?!

-Jajajajajjajajjajajja

-No se me ocurrió nada más... -Comentó ofendida.

-Jajajajaj, no jeje, pero, jeje, está.. está muy bien ese nombre, Filia... -Ameria intentaba por todos los modos controlarse.

-Sí... jeje, ahí que echarle imaginación para conseguir un nombre tan... jeje, jejeje.. *suspiro* original.. -Tras carraspear, volvió a la "normalidad".

-Y Filia, ¿El nombre le viene del lacito de tu cola?

-*Sniff* Sí....

-Perdona, Filia, es que nos ha hecho gracia...

-*Sniff* Reena.... -La dragona dorada se echó a llorar y las abrazó a las dos fuertemente hasta casi ahogarlas.- ¡¡Os he echado de menos!!

Capítulo 5