CAPITULO 3- LA DECLARACION DE ALEJANDRO

Hermione se volteo y se encaro a los guerreros griegos.

-¿ALGUIEN MÁS OSA LUCHAR?- gritó la chica mientras el pueblo troyano estallaba en aplausos y gritos de euforia. Los ojos de la chica destellaban con fuerza y infundían miedo y respeto a cualquiera que los contemplara, incluyendo los soldados griegos. Al ver que ningún soldado tenía intención de enfrentarse a ella opto por aclarar las cosas con ellos- Los que no quieran morir, que embarquen AHORA mismo en sus barcos y regresen junto a su rey con este mensaje: Troya ya no le pertenece, si quiere continuar con vida, será mejor que no intente recuperarla, y si lo intenta que sepa que será muerto por la espada de Hermione de Troya.

Los troyanos volvieron a aplaudir con más fuerza mientras su gritos de alegría aumentaban.

-Pero si nos vamos ahora perderemos todas nuestras pertenecías, dejadnos al menos un día para recoger lo que nos pertenece- se atrevió a decir un soldado.

-¿RECOGER LO QUE OS PERTENECE? – grito fuera de sí Hermione- Vosotros llegasteis aquí, saqueasteis nuestra ciudad, matasteis a nuestro pueblo, os alimentasteis con nuestro ganado y nuestros cultivos y encima osáis decir que lo que tenéis que os pertenece? TODO LO QUE HABEIS TENDIO HASTA AHORA PERTENECE AL PUEBLO DE TROYA Y EN TROYA SE QUEDA.

Los soldados salieron corriendo hacia el puerto como si fueran perseguidos por el mismísimo Hades y no tardaron en embarcar hacia Grecia.

-¡VIVA HERMIONE!

-¡VIVA NUESTRA REINA!

La chica sonrió complacida y acto seguido se dirigió a los ciudadanos.

- Ahora será mejor que vayáis todos a comer, coger lo que más os plazca del mercado, sin peleas y sin que nadie se quede sin nada. No tendréis que pagar nada por vuestros alimentos, ya que os pertenecen, pero una vez estéis saciados de comida empezaremos a reconstruir nuestra ciudad, calculo que como mucho el Rey Agamemon en compañía de su hermano y sus otros aliados estarán en nuestras playas dentro de un año, pues estoy segura que no va a quedarse de brazos cruzados a pesar de mi mensaje, y para cuando vengan, Troya tiene que estar lista para no dejarse dominar.

-¿Eso significa otra guerra?

-¿Prefieres vivir como esclavo de los griegos?

Esto fue suficiente respuesta para todos, que enseguida se abalanzaron sobre la comida como animales hambrientos.

-Adelante Alejandro, come tu también.

-No me hace falta, cuando Tryseo no me veía, yo cogía comida de su cocina así que e vivido bien alimentado- dijo el muchacho con una amplia sonrisa. Hermione le sonrió.

Tres meses más tarde, en el palacio del Rey Agamemon......

-Mi señor, el ejercito que se quedo en Troya para controlarla ha regresado en nefastas condiciones.....- mientras decía esto, uno de los sirvientes corría hacia su amo.

-¿Qué??- exclamó un enfurecido Agamemon.

-Muy pocos son los que regresan con vida, parece ser que la diosa Artemis les dificulto el viaje hasta aquí y perdieron gran parte de la comida.

-¡HACED QUE VENGAN LOS SUPERVIVIENTES!- grito fuera de si el Rey.

-Pero mi señor, vienen cansados y débiles, deberían descansar....

-¡HE DICHO QUE VENGAN!

El criado salió corriendo en busca de los pocos que habían llegado con vida a las costas de Grecia y los llevó ante su señor. Estos le contaron lo sucedido en Troya y el mensaje que Hermione les había dado, a cada palabra Agamemon se indignaba mas y mas y la furia latía en sus ojos.

-¿OS HABEIS DEJADO DERROTAR POR UNA MOCOSA DE 15 AÑOS?

-Vos no la visteis señor.........era realmente diestra con la espada, y sus ojos infundían miedo y respeto.....

-¡PANDA DE COBARDES INÚTILES!¡AHORA MISMO ENVIAS MENSAJEROS A TODOS LOS REINOS ALIADOS! Si conseguimos ganar una vez lo volveremos a hacer, Troya será nuestra.....

Mientras, en Troya la mayor parte de las casas ya estaban reconstruidas y ya habían empezado con la reconstrucción del Palacio para que su princesa pudieras mudarse allí, pues había estado viviendo en la antigua casa de Tryseo, más por insistencia del pueblo que por voluntad propia.

Muchos de los que habían huido de Troya habían regresado y poco a poco la población iba creciendo: la gente ya no se moría por falta de alimentos o por enfermedad, habían recuperado parte del ganado de la montaña y ahora tenían un numero considerable de caballos, pero nada comparado con el numero que tendrían así que las yeguas dieran a luz a sus potrillos.

Durante todo este tiempo, Alejandro siempre estuvo cerca de Hermione, aunque la chica no impedía su compañía, tampoco la buscaba, le gustaba estar sola, aunque tenía que reconocer que se reía mucho con el, era un joven muy divertido y alegre, pero recordar lo sucedido meses atrás cuando el intento besar-la hacia que el orgullo y la indignación le impidieran manifestarle su aprecio. Por otra parte, Alejandro cada vez  necesitaba más estar en compañía de la chica, las horas que pasaba sin ella le parecían grises y sombrías, pues añoraba la sonrisa que ella le dedicaba, su risa, sus hermosos ojos mirando a los suyos..... desde el primer momento la valentía y la gentileza de la chica le habían cautivado, así como su orgullo y cabezonería.

-¡Alejandro!- aquella voz tan familiar lo saco de sus pensamientos.

-¿Que quieres?- respondio el chico.

-Solo queria preguntarte si querias venir conmigo a dar una vuelta para ver como va todo- respuso Hermione.

-Estare encantado.

-Entonces te espero dentro de 10 minutos.

Cuando Alejandro al cabo de 10 minutos salio para reunirse con Hermione la vio hermosa, aunque pocas cosas había hecho para cambiar su imagen al chico le parecio un ser divino.

Llevaba el pelo recojido en una especie de moño dejando que algunos bucles cayeran suavemente sobre sus hombros, y un elegante pero sencillo vestido carmesi que le sentaba estupendo.

Aquel día ambos estaban paseando por las afueras de la ciudad, vigilando que no hubieran tropas enemigas, entre ellos reinaba un sepulcral silencio.

-Hermione yo......

-¿Si?- pregunto la chica volteándose para mirarlo a la cara sorprendida por la inusual seriedad de su compañero.

-Veras se que es tarde para eso, pero lamento mi actitud de hace tres meses, cuando nos conocimos y intente besarte.......

-¿A que viene eso ahora?

-Sentía que tenía que disculparme, yo nunca había actuado de esa forma, pero desde el primer momento en que te vi, despertaste un deseo en mi hasta ahora desconocido para mi...

-Alejandro yo....- en realidad no sabía que decir

-No digas nada, no hace falta, se que mis sentimientos jamás serán correspondidos, pues aunque reconozco que en un principio tan solo sentía un poderoso deseo hacia tu persona, en estos tres meses me he dado cuenta que mis sentimientos por ti han evolucionado, y solo quería que supieras que te amo, como jamás mi corazón a amado a ninguna otra mujer.

Hermione no sabía que cara poner o que decir, tan solo contemplo el rostro sereno y sin rastro de  vergüenza alguna de Alejandro, y luego observo la sinceridad que reflejaban sus ojos.

No sabía que decir para no herir al chico, pues si era cierto que no lo amaba (o al menos no creía amar-lo) sentía un profundo cariño hacia su persona, una amistad que jamás había experimentado, ya que nunca había tenido amigos humanos, ella era su amiga, pero no era precisamente humana, los otros niños la miraban silenciosamente y la criticaban a sus espaldas, por no tener padre, por no ser mas que una huérfana, y ella tampoco buscaba su compañía, pero sin embargo Alejandro le había brindado su compañía, su amistad y estando con el no le oprimía la soledad que había arrastrado los últimos años de viaje.

-Yo......-titubeo ¿cómo rechazarlo sin provocarle dolor?

-Tranquila, no tienes que darme respuesta alguna- respondió el chico sonriendo con naturalidad, como si no hubiera dicho nada de vital importancia.

Hermione lo contemplo con preocupación, y de pronto un leve rubor acudio a sus mejillas, pues a causa de la calor el chico se había quitado la parte de su ropaje que cubría su bien torneado pecho. Por segunda vez desde que se conocieron se deleito contemplando su belleza, aquellos dos ojos verdes, sus facciones delicadas pero encantadoras y su sedoso cabello ocre.

Tuvo que apartar la vista rápidamente para impedir que su compañero se diera cuenta de su rubor.

El camino de regreso fue silencioso y calmado, cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Al llegar a Troya, un misterioso hombre encapuchado se acerco a los caballos para hablar con Alejandro.

-Nos vemos, princesa- Hermione solo asintió con la mirada y guió a Príncipe hasta su domicilio, pero antes de desaparecer entre la gente volteo para ver como Alejandro y el encapuchado se alejaban de la multitud.

NOTAS DE LA AUTORA: Holitas! Ya estoy aqui con otro capitulo, solo que esta vez es más corto, lo siento, peor es mejor así, sino avanzaria cosas del siguiente y las cosas no cuadrarian.