-----Ataque En El Expreso A Hogwarts-----

Bueno, Rob se había sentado en el asiento que había pertenecido a Ginny. Ahora se encontraba contestando preguntas de la ansiosa Hermione. Harry también parecía estar interesado en qué hacía Rob... él único que parecía no estar de humor era Ron; tenía una cara de zapato y de pocos amigos.

-Entonces antes de venir a Londres, estudiaste en la escuela Dongead Realm. – dijo Hermione, que nunca había escuchado ese nombre.

-Si, ya sé. Suena raro, no es tan conocida como Hogwarts, pero algo es algo.

-Y... ¿Cómo así decidiste venir a Londres? – preguntó Hermione.

-Bueno, nunca fui un estudiante que cumplía sus tareas... tú sabes, responsable. Nunca lo fui. – Hermione lo miró con mala cara. – Tuve una charla con el director de mi escuela y él se dio cuenta porqué.

-¿Por qué? – preguntó Harry.

-Bueno, las clases en Dongead Realm eran demasiado sencillas y me aburría con facilidad. Pensaba en que si eran tan fáciles, para qué iba a perder mi tiempo...

-¿Y cómo así te transfirieron a Hogwarts? – preguntó Harry, tratando de indagar.

-Bueno, resulta que el director, Julius McNamus, conocía al profesor Dumbledore y le preguntó si había alguna vacante disponible para mí.

-¿Qué hay de tus padres? – preguntó Hermione.

-Hmm... - un silencio incómodo llenaba el compartimiento. Mis padres murieron cuando era un niño...

-Lo siento. – dijo Harry, olvidando todo lo que no le agradaba de Rob.

-¿Qué les pasó? – preguntó Ron.

-¡Ron! No seas tan maleducado... - le regaño Hermione.

-Hmm... preferiría no hablar de ese tema. – dijo un incómodo Rob.

De pronto, el cielo oscureció y el ambiente se lleno de un viento helado. El tren dejó de moverse y hubo un fuerte sonido, parecía el disparo de una gran pistola que sacudió todo el Expreso a Hogwarts. Rob sintió que algo no andaba bien y se puso alerta, ayudó a Harry y Hermione que se habían caído. Ron no quiso aceptar la ayuda del muchacho, cuando de repente, se acordó de su hermana.

-Harry... Ginny se encuentra con Luna. ¿Crees que estén bien? – dijo Ron, muy preocupado.

-Mejor vayamos a buscarla... - sugirió Hermione.

-Si, además ustedes son prefectos... pueden averiguar que sucedió. – añadió Harry.

Los 3 amigos salieron del compartimiento, dejando solo a Rob. Él también salió y se fue por otro lado a averiguar. Estaba caminando en un vagón del Expreso a Hogwarts cuando sintió un escalofrío que le recorría la espina dorsal lentamente. Pudo ver su aliento mientras éste salía de su boca, hacía frío y algo se acercaba a él.

De pronto, Rob sintió un vacío dentro de él, como si le estuvieran extrayendo la vida, su felicidad, sus ganas. Un ejército de Dementores había detenido el expreso de Hogwarts; por suerte, Dumbledore le había encargado a la Orden del Fénix proteger el tren, y ya se encontraban en eso. Magos, Hechiceras y Dementores, en una gran batalla... 'Expecto Patronum' gritaban los miembros de la Orden, derrotando a unos de los muchos Dementores que abordaron el tren.

Algunos de los miembros de la Armada de Dumbledore, que fue formada en el 5to año de Harry, cuando sus clases contra defensa de las artes oscuras se convirtieron en un fiasco – fue ahí donde Harry había formado el grupo de estudio, todos ellos trataron de ayudar pero sus Patronus no eran lo suficientemente fuerte.

Harry se encontraba luchando con un montón de Dementores, mientras Ron y Hermione buscaban a Ginny que se encontraba con Luna. Podían escuchar como Harry sacaba su Patronus para derrotar a los enemigos. De pronto, lo que todos temían sucedió. Ron encontró a Ginny, pero ella estaba siendo atacada por un Dementor. Ella gritaba y gritaba; Luna también estaba siendo atacada por otro, Hermione iba conjurar a su Patronus, pero vio que un grupo de Dementores se acercaban.

-¡Expecto Patronum! – gritó Hermione. Vas a tener que encargarte de esos dos, Ron.

-Pero... Hermione, aún no puedo conjurar un Patronus.

-Bueno, Ron... es hora de qué intentes... - le gritó.

Ron se hizo el hombrecito, tomó aire y se fue al ataque; estaba a punto de conjurar su Patronus cuando un Dementor lo agarro por el cuello. Ron sintió que la vida se le fue, su felicidad, sus ganas, su todo. Escuchaba un grito lejano de Hermione, pero no entendía bien lo que le decía; el Dementor que lo había atacado estaba a punto de darle el beso del Dementor, cuando escuchó el fuerte grito de su hermana. De la nada, Ron reaccionó como si hubiera estado con sueño y gritó 'Expecto Patronum'.

-¡Expecto Patronum! – gritó Harry, que al decir esto, voltea hacia Ron y ve algo increíble. Ron... lo lograste.

-¡Ron, lo lograste! Bien hecho... - le dijo una satisfecha Hermione aún en batalla.

-¿Lo logré? – dijo un incrédulo Ron que luego ve un Patronus completamente plateado en forma de águila, que derrota a los Dementores fácilmente. ¡Si, lo hice! – se felicitó él mismo.

Luego de unos momentos, Ginny recobró el habla. Miró a Ron directamente a los ojos, con ojos que lentamente se fueron llenando de lágrimas; Ron la siguió y empezó a lagrimear, se acercó a ella y la abrazó, ella también lo abrazó y lloraron juntos. Harry se acercó a Luna y le preguntó si estaba bien; ella asintió, mientras Harry la llevaba a la cabina de primeros auxilios. A los pocos segundos, Hermione se ofreció a llevar a Luna.

En el camino, Luna y Hermione hablaron sobre el Patronus que había conjurado Ron. Ambas estaban asombradas ya que Ron nunca había sido capaz de conjurar uno. La más emocionada era Luna, pero la más orgullosa era Hermione.

Cuando Hermione, finalmente, dejó a Luna en la cabina de primeros auxilios, de dirigió a su compartimiento en el expreso para encontrarse con sus amigos cuando vio a Rob luchando con varios Dementores; no solo los atacaba con un Patronus en forma de dragón, también luchaba contra ellos con sus puños y patadas. De pronto, uno de los Dementores lo agarró desprevenido, lo pusieron contra la pared y estaban a punto de darle el beso del Dementor, Hermione ya estaba a punto de conjurar a su Patronus, cuando Rob gritó y miró directamente dentro de la capa del Dementor que lo cogía, trataba de ver sus ojos, pero era imposible. Algo en la mirada de Rob era diferente a todas las miradas que había visto Hermione; él miró directamente en lo que creía que eran los ojos del Dementor con tal fuerza que su atacante fue retrocediendo, y poco a poco le dio suficiente espacio a Rob para seguir; todos los Dementores fueron alejándose, dejándolo en paz. Dejaron el compartimiento, dejaron finalmente el tren y todo volvió nuevamente a la normalidad.

Ya todos estaban regresando a sus compartimientos, ya que el expreso a Hogwarts estaba a punto de partir nuevamente. Harry llegó y se sentó, seguido por Ron y Ginny.

-Gran hazaña, Ron... - comentó Harry.

-No fue nada comparado contigo... pero si, me siento bien conmigo mismo. – contestó un Ron completamente ruborizado. Oigan, ¿han visto a Hermione?

-Se fue a dejar a Luna en la cabina de primeros auxilios, desde ahí que no la veo. – dijo Harry, que ya estaba mucho mas relajado.

-¿Y qué saben de Rob? – preguntó Ron.

-¿Rob? – preguntó una curiosa Ginny.

-Te acuerdas del pata que se cruzó con nosotros en el Callejón Diagon... ese pata es Rob. Se encontró con Hermione en Kings Cross y ahora se sienta en tu sitio. – contestó un disgustado Ron. Seguramente se fue corriendo al saber que Dementores habían tomado el tren, de repente lo encontramos escondido en algún lugar del tren.

De la nada, la puerta del compartimiento se abre y Hermione entra. Le dice a Ginny que Luna se encuentra bien y que si puede ir a verla cuando quiera. Hermione se veía un poco consternada con lo que vio, ahora le preocupaba que Rob fuera algo más de lo que él admitía, pero no le comentó nada ni a Harry ni a nadie, especialmente a Ron. Decidió esperar, para luego decidir que realmente pensar acerca del chico asiático del cabello azul, Rob.

Los 4 se sentaron en el compartimiento, pasó el tiempo y el paisaje cambió, ya era de noche y todo lo sucedido en el trayecto se olvidó por un momento. El tren se detuvo y se abrieron las puertas. Todos los alumnos salieron, era un mar de cabezas y túnicas, pero se vio aparecer una enorme sombra en medio del mar gente diminuta, y gritó:

-¡Todos los del primer año... vengan conmigo!

-Hagrid... - dijo Harry.

-¡Harry! Muchacho, ¿te encuentras bien? Escuché lo sucedido en el camino...

-Si, Hagrid... no te preocupes, no hubo ningún daño severo.

-Me sorprenden, muchachos... enfrentándose a Dementores. – y con unas lágrimas en los grandes ojos – en verdad estoy feliz por ustedes... Bueno, bueno... ahora si me tengo que ir; ustedes saben, estudiantes nuevos.

-Nos vemos, Hagrid – dijeron todos.

De pronto llegaron las carrozas jaladas por los caballos Thestral, que solo podían ser vistos por aquellos que habían vivido alguna experiencia al borde de la muerte, como Neville Longbottom y Harry. Cuando los cuatro, Harry, Hermione, Ron y Ginny subieron a su carruaje, se escuchó una voz lejana...

-Todos los alumnos nuevos, por favor, síganme...

Era Minerva McGonagall, subdirectora de Hogwarts, líder de la casa Gryffindor y profesora de la clase de Transfiguración. Era la primera vez que escuchaban que llamaban a alumnos nuevos, no sabían que aceptaban estudiantes nuevos en años superiores. La carroza avanzó con las demás hasta que llegaron al majestuoso castillo iluminado por velas. Todo quedó atrás, ya estaban en Hogwarts.