Anna cuelga el teléfono móvil, todos los presentes la miran esperando alguna aclaración por esa llamada tan repentina de Ryu; a lo que ella responde:
-¿A quién creen que están mirando?- dice en tono desafiante.
Solo voltean hacia otra parte del comedor y continúan su cena. Anna se siente un poco preocupada por aquella llamada tan inesperada de su amigo Ryu...
-¿Acaso pasaría algo con la tienda? No, no creo... Solo existe una manera de solucionar esta gran duda: Tendré que ir a Tokio, pero no puedo llevar a Hana. No tengo mas remedio que dejarlo aquí por las semanas que estaré afuera, no queda de otra. Mañana mismo hablare con la señora Kino para informarle.
La joven rubia continuo su cena, pero lo hizo pensativa y lentamente; como si su mente estuviera en otro lado. El shaman de cabellos castaños no pudo evitar voltear a verla, se le quedo viendo detenidamente. Yoh se sintió tan cómodo observando a la rubia con su tranquilidad habitual, pero pronto vienen los recuerdos. ¡Sí! Aquellos instantes que pasaba con Anna; que en aquel tiempo era su prometida. Solo pensaba cuando la joven siempre se mostraba fría con la gente, era como si ella viviera dentro de su propio mundo. Siempre aparentaba ser dura con los demás, pero él sabia que era para que así las personas la respetaran y obedecieran, pero muy en el fondo era tan dulce y amable. Nunca olvidaría aquella noche que tuvieron juntos, en esos instantes se mostró tan gentil. Parecía otra persona, pero a él no le sorprendió mucho. Siempre supo que era amable y que lo apreciaba. Quizás no le asombró ese comportamiento de Anna, al menos no tanto como a Manta cuando se enteró. Al pensar en la sorpresa que tuvo Manta al enterarse y de su caída, se rió tan fuerte que llamo la atención de todos, a excepción de Anna. Bueno, al menos eso quiso demostrar la joven rubia.
-Y, ¿a este qué le pasa?- preguntó Horo
El shaman solo mostró una sonrisa, y pudo observar que a Anna no le importo en lo mas mínimo. Ahora ella se dirigía a la cocina y dijo:
-Hana, mi amor. Apúrate a terminar tus verduras. Debes dormir temprano, mañana será un día muy largo.
-Esta bien, mami. Hana ya casi termina, pero ¿podría dejar algunas? Hana las odia, además tío Yoh tampoco esta comiendo las suyas. ¿Por qué Hana si, y tío Yoh no?
La joven solo ignoro lo que dijo su hijo, ella no podía ceder ante él estando todos ahí presentes. Eso demostraría debilidad, y eso era lo que menos quería demostrar ante Yoh. Ella sabia que debía ser dura, al menos frente a otras personas. Ya que ella no podía ignorar a su hijo, ella lo amaba mas que a nada. Tal vez seria porque no era solo su hijo, sino que era hijo de Yoh también. Y aunque lo negara mil veces ella seguía sintiendo afecto por él, quizas él ya no; pero ella lo quería, lo apreciaba, lo amaba... Lamentablemente pronto regreso a la realidad, ella ya no era su prometida ahora era Tamao. La niña tímida que alguna vez trato con indiferencia y que ella aparentaba ser su amiga, pero si alguna vez lo hubiera sido en realidad no habría aceptado el compromiso. Además Tamao si sabia que ella en realidad lo quería. Entonces ¿por qué la traiciono de este modo?
-Cuando termines me alcanzas allá arriba. Ya sabes donde queda mi recamara. Nada de entrar a otros cuartos, te diriges solamente al mío. Hoy dormirás con mami, ¿entendido?
-Pero... Hana quiere dormir con Tío Yoh
-Nada. Hana dormirá hoy con mami. ¿Entendido?
-Anna, no seas tan dura con él- se quejo Yoh, intentando defender al pequeño
La joven rubia voltea a ver al shaman, aparece en su rostro un gesto de enfado y le reclama enojada, mientras los demás solo la observaban tal vez con indiferencia tal vez con rencor, a ella no le importo... mucho.
-Mira Yoh, esto no es de tu incumbencia. Así que no te metas -hizo una breve pausa y se dirigió a su hijo- Hana, ya oíste. Cuando termines todas tus verduras te diriges hacia mi cuarto.
-Si, mami. Ya que Hana acabe, alcanza a mami.
-Pero, Hana si tu no te las quieres comer, ¿por qué lo haces?
-Porque Hana protegerá a mami cuando crezca. Hana debe estar fuerte- contesta y se mete una cucharada de verduras a la boca. No le gustan y las escupe- ¡Guacala! ¡Que asco!
Cuando termina Hana de hablar Anna se retira, no sin antes despedirse de los presentes:
-Provecho y hasta mañana a todos. Hana... ya sabes.
Esa misma noche, Hana duerme un poco inquieto. La rubia se siente algo nerviosa por el comportamiento de su hijo. Hana se nota nervioso, como si tuviera pesadillas. En eso, se escucha dar un grito del pequeño:
-¡AAAAHHHHH! ¡El monstruo! ¡El monstruo viene por Hana! ¡Déjame! ¡Déjame!
Anna intenta despertar al niño, no lo puede lograr. Cada vez se siente mas nerviosa por no poder despertarlo. Después de varios intentos, lo logra...
-¿Qué te pasa, Hana?
Entre lagrimas, el niño responde:
-Mami... El monstruo quería atacar a mami, y lo logra. El monstruo golpea a mami en la cara. Hana no puede defender a mami, el monstruo quiere agarrar a Hana. Tengo miedo, mami...
-No te preocupes, todo esta bien ahora. Ya despertaste. Todo fue un mal sueño. Ya, ya... todo esta bien. Ven, mami te protegerá ahora de ese monstruo. No pasa nada.
La rubia lo abraza y lo duerme entre sus brazos. Ella se siente preocupada por su hijo. Se pregunta que ¿quién podrá ser ese monstruo? Mientras que, por una abertura que quedo al no cerrar bien la puerta, Yoh observaba todo. El se encontraba ahí ya que había escuchado los gritos de Hana, pero ahora al ver que Anna lo tiene bajo control decide regresar a su cuarto. En el camino de regreso hacia su recamara, se pregunta...
-¿Quien podrá ser el padre de Hana? Acaso estaré en lo correcto, ¿Hao será su padre? Es lo que mas sentido tiene, digo, por la unión de nombres. Pero, entonces ¿por qué las personas que conocen a Hana, me preguntan que si estoy seguro de que Hao es el padre? ¿Acaso tiene parecido a otra persona? No lo sé...
-----------
Antes del amanecer, Anna se levanta y arregla un bolso, para el pequeño viaje que tendrá hacia Tokio. Tiene tantas cosas que hacer para ese día: informarle a Kino que dejara a Hana con ellos unas semanas, hablarle a Ryu para que vaya por ella, despedirse de su hijo. No se siente muy segura de poder dejarlo con la familia Asakura, mas que nada dejarlo con Yoh; pero no queda otra opción. Ella sabe que de todos modo regresara para ayudar en el entrenamiento de los shamanes novatos, por eso sabe que puede dejar a su bebé. Un buen rato después de haberse levantado decide ir a preparar el desayuno no tiene mas que hacer, observa a Hana todavía dormido y silenciosamente sale del cuarto hacia la cocina.
Que sorpresa recibieron Horo, Len, Pilika e Yoh al ver que la rubia terminaba de preparar el desayuno. Lo único que hizo Kino fue entrar y se sentarse en la mesa, empieza a desayunar lentamente. Los demás se sientan también y empiezan a desayunar, Anna al terminar también los acompaña. Había un gran silencio entre los allí presentes, la persona que lo interrumpió fue el pequeñín de Hana, que apenas se iba levantando
-Mami. Hana tiene hambre.
-Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien?- pregunta la rubia, al mismo tiempo que besa la frente del pequeño y lo sienta a su lado.
-Si, gracias. ¿Qué desayunara Hana hoy? ¿Zumo y arroz?
-Si quieres
Anna se levanta y le sirve lo que pidió el niño. Todos se asombran por ver que amable es la joven con su hijo, cosa que nunca fue con ellos. Yoh en son de broma, tal vez intentando hacer platica comenta:
-Anna, ¿por qué nunca fuiste tan amable con nosotros? Siempre nos trataste como sirvientes.
La itako lo voltea a ver, no sabe como contestar. Quiere demostrarse amable con ellos, pero le teme a que ahora ellos tomen el control de la escena, teme mostrarse débil. A lo mejor porque siente que la trataran mal, como cuando sus padres la abandonaron. Todos la trataban como a alguien inservible, como si no existiera, la trataban como... una cosa insignificante. Ella no quiere volver a pasar por lo mismo, pero al ver a Yoh con esa sonrisa le hace ver las cosas distintas. Quizas si se muestra amable con Yoh, Horo, Len y Pilika la dejen de ver como si le tuvieran lastimas, pero y si no es así...
-Porque... - prefiere mantenerse callada, aunque ella sabe bien la razón.
-Porque tenia miedo, Yoh. Le tenia miedo a los tratos indiferentes. Por eso- piensa
Luego de haberle servido a su hijo, se vuelve a sentar y ayuda al pequeño a comer. Kino interrumpe aquella escena tan agradable, diciendo:
-Por cierto, déjenme informarles que dentro de dos semanas aproximadamente habrá una pequeña reunión de grupo. Ustedes saben, todos los shamanes que estuvieron con ustedes. En fin, sus amigos.
Quiero pensar que ¿ustedes también regresaran en dos semanas? se dirigió hacia Horo, Len y Pilika
-Si, con mucho gusto- respondió Pilika
-Entonces abuela, vendrán todos. ¿Acaso ya les avisaste?
-Si.
La rubia no le da mucha importancia a esa platica, termina su desayuno al igual que Hana el suyo. Se levantan los dos, el pequeño sale del comedor y la joven se dirige a lavar los platos.
-No se preocupe señorita Anna, yo los lavo- dice Tamao
-¡No! Yo los lavo. Además estoy de visita. - contesta
Ella termina de lavarlos, y sale hacia la sala. Los demás acaban su desayuno, y hacen lo mismo. Kino sabe lo que le pedirá Anna, así que decide ir a dar un paseo matutino para que así le informe a Yoh, en vez de a ella.
-¡Señora Kino! Espere, ocupo hablar con usted.
-Lo siento Anna. Debo salir; pero si ocupas algo cualquier cosa, solo pídeselo a mi nieto.
Acabando de contestar Kino sale de la casa poniendo una sonrisa. Anna suelta un suspiro, no tiene mas remedio que avisarle a Yoh. Pero ello implica que... Se dirige hacia donde esta él
-Yoh... Ocupo hablar contigo.
-¿Si?
-Pues... tengo que salir a Tokio algunos días y me preguntaba si... ¿podías cuidar a Hana en ese tiempo?
-....Claro....- dice a la vez que pone su clásica sonrisa.
La joven solo se va de ahí, sin decir nada mas. A lo que Yoh queda desilusionado, quería preguntarle tantas cosas. Ella va con Hana y le explica la situación, Hana queda encantado por lo que le dijo su mami. Al fin y acabo es su "Tío Yoh", ¿o no? Bueno, al menos al principio ya que cuando Anna debe retirarse Hana se queda agarrado de la mano de Yoh y llorando.
-No te preocupes, amor. Mami tiene que irse, pero muy pronto regresara. Mientras tanto estarás con Tío Yoh. Hasta pronto, Hana- le dice la joven a su hijo, al mismo tiempo que sube a la moto con Ryu.
-Adiós mami. ¡Regresa pronto! Hana te va a extrañar -se despide el niño llorando- Adiós, a ti también Tío Ryu.
-Nos vemos luego, pequeñín- contesta Ryu arrancando la moto
Ese mismo día Horo, Len y Pilika regresan a China, pues al final tienen que regresar a Izumo en algunas semanas. La mansión Asakura queda tan tranquila, Yoh le empieza a contar a Hana acerca de shamanes y le presenta a Amidamaru; que al principio le dio miedo al niño, pues él no sabia nada de shamanes y/o espíritus acompañantes. Pero Yoh le aclara a Hana, que esto debe ser un secreto, no le debe de decir a su mamá, que todo seria una sorpresa para ella y que seria solamente secreto de Hana y de Yoh como engañan a los niños, ¿no creen?
---------------
Al llegar a Tokio todo parece un desastre, Ryu se disculpa pero había tenido varios problemas con la tienda. Que no era cierto, todo fue plan de Kino para que así ella e Yoh llevarán a cabo el principio del entrenamiento de Hana Por tanto desorden y contratiempos, Anna se queda semana y media en Tokio arreglando los asuntos de la tienda y avisando que estaría cerrada por tiempo no definido; porque al fin y acabo Ryu y ella estarían en la mansión Asakura por lo de la reunión.
Mientras todo eso pasaba en Tokio, en Izumo entrenaban a Hana y todo resulto de maravilla ya que Hana tenia gran potencial. Obvio: hijo de itako/sacerdotisa y shaman king, pues así ¿quién no? El chiste es que Anna y Ryu regresan al cabo de unos días antes de la dizque reunión, para ayudar con los preparativos y otras cosas.
---------------------
Un día antes de la gran reunión...
-Anna, ya es hora de que le digas a Yoh la verdad referente a Hana. No puedes huir de la verdad por siempre.
-Pero, señora Kino. Usted sabe que este no es el momento adecuado.
-Nada de "peros". Mañana mismo le dirás a mi nieto la verdad, antes de que lleguen los demás. Ya es hora de que Yoh sepa la verdad de porque te fuiste hace tres años. ¿Entendido?
-No tengo mas remedio, ¿o si?
Y así acaba la conversación, la joven suelta un largo suspiro de tristeza. Ella sabe que ocupara mucho valor y fortaleza para decirlo, pero lo conseguirá. Además, ¿qué podría salir mal? Se va a terminar los preparativos de la fiesta del día siguiente, a darse un baño y a obligar a Hana a bañarse. El día acaba y todos se van a descansar, ya que mañana será un día muy largo y cansado. Al igual que lleno de sorpresas
-¿A quién creen que están mirando?- dice en tono desafiante.
Solo voltean hacia otra parte del comedor y continúan su cena. Anna se siente un poco preocupada por aquella llamada tan inesperada de su amigo Ryu...
-¿Acaso pasaría algo con la tienda? No, no creo... Solo existe una manera de solucionar esta gran duda: Tendré que ir a Tokio, pero no puedo llevar a Hana. No tengo mas remedio que dejarlo aquí por las semanas que estaré afuera, no queda de otra. Mañana mismo hablare con la señora Kino para informarle.
La joven rubia continuo su cena, pero lo hizo pensativa y lentamente; como si su mente estuviera en otro lado. El shaman de cabellos castaños no pudo evitar voltear a verla, se le quedo viendo detenidamente. Yoh se sintió tan cómodo observando a la rubia con su tranquilidad habitual, pero pronto vienen los recuerdos. ¡Sí! Aquellos instantes que pasaba con Anna; que en aquel tiempo era su prometida. Solo pensaba cuando la joven siempre se mostraba fría con la gente, era como si ella viviera dentro de su propio mundo. Siempre aparentaba ser dura con los demás, pero él sabia que era para que así las personas la respetaran y obedecieran, pero muy en el fondo era tan dulce y amable. Nunca olvidaría aquella noche que tuvieron juntos, en esos instantes se mostró tan gentil. Parecía otra persona, pero a él no le sorprendió mucho. Siempre supo que era amable y que lo apreciaba. Quizás no le asombró ese comportamiento de Anna, al menos no tanto como a Manta cuando se enteró. Al pensar en la sorpresa que tuvo Manta al enterarse y de su caída, se rió tan fuerte que llamo la atención de todos, a excepción de Anna. Bueno, al menos eso quiso demostrar la joven rubia.
-Y, ¿a este qué le pasa?- preguntó Horo
El shaman solo mostró una sonrisa, y pudo observar que a Anna no le importo en lo mas mínimo. Ahora ella se dirigía a la cocina y dijo:
-Hana, mi amor. Apúrate a terminar tus verduras. Debes dormir temprano, mañana será un día muy largo.
-Esta bien, mami. Hana ya casi termina, pero ¿podría dejar algunas? Hana las odia, además tío Yoh tampoco esta comiendo las suyas. ¿Por qué Hana si, y tío Yoh no?
La joven solo ignoro lo que dijo su hijo, ella no podía ceder ante él estando todos ahí presentes. Eso demostraría debilidad, y eso era lo que menos quería demostrar ante Yoh. Ella sabia que debía ser dura, al menos frente a otras personas. Ya que ella no podía ignorar a su hijo, ella lo amaba mas que a nada. Tal vez seria porque no era solo su hijo, sino que era hijo de Yoh también. Y aunque lo negara mil veces ella seguía sintiendo afecto por él, quizas él ya no; pero ella lo quería, lo apreciaba, lo amaba... Lamentablemente pronto regreso a la realidad, ella ya no era su prometida ahora era Tamao. La niña tímida que alguna vez trato con indiferencia y que ella aparentaba ser su amiga, pero si alguna vez lo hubiera sido en realidad no habría aceptado el compromiso. Además Tamao si sabia que ella en realidad lo quería. Entonces ¿por qué la traiciono de este modo?
-Cuando termines me alcanzas allá arriba. Ya sabes donde queda mi recamara. Nada de entrar a otros cuartos, te diriges solamente al mío. Hoy dormirás con mami, ¿entendido?
-Pero... Hana quiere dormir con Tío Yoh
-Nada. Hana dormirá hoy con mami. ¿Entendido?
-Anna, no seas tan dura con él- se quejo Yoh, intentando defender al pequeño
La joven rubia voltea a ver al shaman, aparece en su rostro un gesto de enfado y le reclama enojada, mientras los demás solo la observaban tal vez con indiferencia tal vez con rencor, a ella no le importo... mucho.
-Mira Yoh, esto no es de tu incumbencia. Así que no te metas -hizo una breve pausa y se dirigió a su hijo- Hana, ya oíste. Cuando termines todas tus verduras te diriges hacia mi cuarto.
-Si, mami. Ya que Hana acabe, alcanza a mami.
-Pero, Hana si tu no te las quieres comer, ¿por qué lo haces?
-Porque Hana protegerá a mami cuando crezca. Hana debe estar fuerte- contesta y se mete una cucharada de verduras a la boca. No le gustan y las escupe- ¡Guacala! ¡Que asco!
Cuando termina Hana de hablar Anna se retira, no sin antes despedirse de los presentes:
-Provecho y hasta mañana a todos. Hana... ya sabes.
Esa misma noche, Hana duerme un poco inquieto. La rubia se siente algo nerviosa por el comportamiento de su hijo. Hana se nota nervioso, como si tuviera pesadillas. En eso, se escucha dar un grito del pequeño:
-¡AAAAHHHHH! ¡El monstruo! ¡El monstruo viene por Hana! ¡Déjame! ¡Déjame!
Anna intenta despertar al niño, no lo puede lograr. Cada vez se siente mas nerviosa por no poder despertarlo. Después de varios intentos, lo logra...
-¿Qué te pasa, Hana?
Entre lagrimas, el niño responde:
-Mami... El monstruo quería atacar a mami, y lo logra. El monstruo golpea a mami en la cara. Hana no puede defender a mami, el monstruo quiere agarrar a Hana. Tengo miedo, mami...
-No te preocupes, todo esta bien ahora. Ya despertaste. Todo fue un mal sueño. Ya, ya... todo esta bien. Ven, mami te protegerá ahora de ese monstruo. No pasa nada.
La rubia lo abraza y lo duerme entre sus brazos. Ella se siente preocupada por su hijo. Se pregunta que ¿quién podrá ser ese monstruo? Mientras que, por una abertura que quedo al no cerrar bien la puerta, Yoh observaba todo. El se encontraba ahí ya que había escuchado los gritos de Hana, pero ahora al ver que Anna lo tiene bajo control decide regresar a su cuarto. En el camino de regreso hacia su recamara, se pregunta...
-¿Quien podrá ser el padre de Hana? Acaso estaré en lo correcto, ¿Hao será su padre? Es lo que mas sentido tiene, digo, por la unión de nombres. Pero, entonces ¿por qué las personas que conocen a Hana, me preguntan que si estoy seguro de que Hao es el padre? ¿Acaso tiene parecido a otra persona? No lo sé...
-----------
Antes del amanecer, Anna se levanta y arregla un bolso, para el pequeño viaje que tendrá hacia Tokio. Tiene tantas cosas que hacer para ese día: informarle a Kino que dejara a Hana con ellos unas semanas, hablarle a Ryu para que vaya por ella, despedirse de su hijo. No se siente muy segura de poder dejarlo con la familia Asakura, mas que nada dejarlo con Yoh; pero no queda otra opción. Ella sabe que de todos modo regresara para ayudar en el entrenamiento de los shamanes novatos, por eso sabe que puede dejar a su bebé. Un buen rato después de haberse levantado decide ir a preparar el desayuno no tiene mas que hacer, observa a Hana todavía dormido y silenciosamente sale del cuarto hacia la cocina.
Que sorpresa recibieron Horo, Len, Pilika e Yoh al ver que la rubia terminaba de preparar el desayuno. Lo único que hizo Kino fue entrar y se sentarse en la mesa, empieza a desayunar lentamente. Los demás se sientan también y empiezan a desayunar, Anna al terminar también los acompaña. Había un gran silencio entre los allí presentes, la persona que lo interrumpió fue el pequeñín de Hana, que apenas se iba levantando
-Mami. Hana tiene hambre.
-Buenos días, cariño. ¿Dormiste bien?- pregunta la rubia, al mismo tiempo que besa la frente del pequeño y lo sienta a su lado.
-Si, gracias. ¿Qué desayunara Hana hoy? ¿Zumo y arroz?
-Si quieres
Anna se levanta y le sirve lo que pidió el niño. Todos se asombran por ver que amable es la joven con su hijo, cosa que nunca fue con ellos. Yoh en son de broma, tal vez intentando hacer platica comenta:
-Anna, ¿por qué nunca fuiste tan amable con nosotros? Siempre nos trataste como sirvientes.
La itako lo voltea a ver, no sabe como contestar. Quiere demostrarse amable con ellos, pero le teme a que ahora ellos tomen el control de la escena, teme mostrarse débil. A lo mejor porque siente que la trataran mal, como cuando sus padres la abandonaron. Todos la trataban como a alguien inservible, como si no existiera, la trataban como... una cosa insignificante. Ella no quiere volver a pasar por lo mismo, pero al ver a Yoh con esa sonrisa le hace ver las cosas distintas. Quizas si se muestra amable con Yoh, Horo, Len y Pilika la dejen de ver como si le tuvieran lastimas, pero y si no es así...
-Porque... - prefiere mantenerse callada, aunque ella sabe bien la razón.
-Porque tenia miedo, Yoh. Le tenia miedo a los tratos indiferentes. Por eso- piensa
Luego de haberle servido a su hijo, se vuelve a sentar y ayuda al pequeño a comer. Kino interrumpe aquella escena tan agradable, diciendo:
-Por cierto, déjenme informarles que dentro de dos semanas aproximadamente habrá una pequeña reunión de grupo. Ustedes saben, todos los shamanes que estuvieron con ustedes. En fin, sus amigos.
Quiero pensar que ¿ustedes también regresaran en dos semanas? se dirigió hacia Horo, Len y Pilika
-Si, con mucho gusto- respondió Pilika
-Entonces abuela, vendrán todos. ¿Acaso ya les avisaste?
-Si.
La rubia no le da mucha importancia a esa platica, termina su desayuno al igual que Hana el suyo. Se levantan los dos, el pequeño sale del comedor y la joven se dirige a lavar los platos.
-No se preocupe señorita Anna, yo los lavo- dice Tamao
-¡No! Yo los lavo. Además estoy de visita. - contesta
Ella termina de lavarlos, y sale hacia la sala. Los demás acaban su desayuno, y hacen lo mismo. Kino sabe lo que le pedirá Anna, así que decide ir a dar un paseo matutino para que así le informe a Yoh, en vez de a ella.
-¡Señora Kino! Espere, ocupo hablar con usted.
-Lo siento Anna. Debo salir; pero si ocupas algo cualquier cosa, solo pídeselo a mi nieto.
Acabando de contestar Kino sale de la casa poniendo una sonrisa. Anna suelta un suspiro, no tiene mas remedio que avisarle a Yoh. Pero ello implica que... Se dirige hacia donde esta él
-Yoh... Ocupo hablar contigo.
-¿Si?
-Pues... tengo que salir a Tokio algunos días y me preguntaba si... ¿podías cuidar a Hana en ese tiempo?
-....Claro....- dice a la vez que pone su clásica sonrisa.
La joven solo se va de ahí, sin decir nada mas. A lo que Yoh queda desilusionado, quería preguntarle tantas cosas. Ella va con Hana y le explica la situación, Hana queda encantado por lo que le dijo su mami. Al fin y acabo es su "Tío Yoh", ¿o no? Bueno, al menos al principio ya que cuando Anna debe retirarse Hana se queda agarrado de la mano de Yoh y llorando.
-No te preocupes, amor. Mami tiene que irse, pero muy pronto regresara. Mientras tanto estarás con Tío Yoh. Hasta pronto, Hana- le dice la joven a su hijo, al mismo tiempo que sube a la moto con Ryu.
-Adiós mami. ¡Regresa pronto! Hana te va a extrañar -se despide el niño llorando- Adiós, a ti también Tío Ryu.
-Nos vemos luego, pequeñín- contesta Ryu arrancando la moto
Ese mismo día Horo, Len y Pilika regresan a China, pues al final tienen que regresar a Izumo en algunas semanas. La mansión Asakura queda tan tranquila, Yoh le empieza a contar a Hana acerca de shamanes y le presenta a Amidamaru; que al principio le dio miedo al niño, pues él no sabia nada de shamanes y/o espíritus acompañantes. Pero Yoh le aclara a Hana, que esto debe ser un secreto, no le debe de decir a su mamá, que todo seria una sorpresa para ella y que seria solamente secreto de Hana y de Yoh como engañan a los niños, ¿no creen?
---------------
Al llegar a Tokio todo parece un desastre, Ryu se disculpa pero había tenido varios problemas con la tienda. Que no era cierto, todo fue plan de Kino para que así ella e Yoh llevarán a cabo el principio del entrenamiento de Hana Por tanto desorden y contratiempos, Anna se queda semana y media en Tokio arreglando los asuntos de la tienda y avisando que estaría cerrada por tiempo no definido; porque al fin y acabo Ryu y ella estarían en la mansión Asakura por lo de la reunión.
Mientras todo eso pasaba en Tokio, en Izumo entrenaban a Hana y todo resulto de maravilla ya que Hana tenia gran potencial. Obvio: hijo de itako/sacerdotisa y shaman king, pues así ¿quién no? El chiste es que Anna y Ryu regresan al cabo de unos días antes de la dizque reunión, para ayudar con los preparativos y otras cosas.
---------------------
Un día antes de la gran reunión...
-Anna, ya es hora de que le digas a Yoh la verdad referente a Hana. No puedes huir de la verdad por siempre.
-Pero, señora Kino. Usted sabe que este no es el momento adecuado.
-Nada de "peros". Mañana mismo le dirás a mi nieto la verdad, antes de que lleguen los demás. Ya es hora de que Yoh sepa la verdad de porque te fuiste hace tres años. ¿Entendido?
-No tengo mas remedio, ¿o si?
Y así acaba la conversación, la joven suelta un largo suspiro de tristeza. Ella sabe que ocupara mucho valor y fortaleza para decirlo, pero lo conseguirá. Además, ¿qué podría salir mal? Se va a terminar los preparativos de la fiesta del día siguiente, a darse un baño y a obligar a Hana a bañarse. El día acaba y todos se van a descansar, ya que mañana será un día muy largo y cansado. Al igual que lleno de sorpresas
