Notas iniciales de Natty:
T.T Snif, snif... Este fic cada vez se pone mas trishte T.T Este capitulo fue idea de un amigo mio... Creo que kedo ben

Nunca mires hacia atrás Continuación: Mi final
Capítulo 12: Recuerdos
por Natty & Irina


El domingo transcurrió con tanta calma en ambas casas, que paso muy rápido. Yoh esperaba con ansias el lunes, ya quería ver a Anna. El shaman de cabellos castaños se levanto muy de mañana porque quería estar listo antes que todos para que así él y Anna recibieran a los alumnos. Él deseaba estar a su lado, quería tocar el cabello largo de la joven... pero ella nunca apareció. Ni ese ni los días siguientes, Kino y Tamao no le dieron importancia al fin y acabo la joven rubia era la que decidía si iba o no a dar clases; pero para el shaman fue extraño.

Finalmente, el día del viernes se decidió a ir él solo hasta la casa de su hermano. Quería saber porque la joven no había ido a dar las clases y aunque todas salieron bien porque él las dio, le parecía raro que ella no hubiera asistido.

Al llegar ya era un poco tarde, por la luz del sol se podría decir que eran como las cinco o seis de la tarde. ¿Por qué llego tan tarde? No se atrevía a ir, lo dudaba y al fin cuando decidió irse ya eran como las siete. El shaman toco a la puerta, pero nadie pareció contestar. Y al volver a tocar noto que la puerta estaba abierta. Al ver esta oportunidad estuvo de acuerdo en entrar, al fin y acabo si la puerta estaba abierta era porque querían que la gente pasara, ¿no creen?

El shaman se asombro al ver la casa de su hermano por dentro, no era tan fría y tétrica como se imaginaba que seria. En cambio, propiciaba tranquilidad, calma, serenidad... En esos instantes, el shaman volteo hacia arriba y se sintió atraído a subir los escalones que conducían, al parecer, a un pequeño balcón. Empezó a subir muy despacio, parecía que esos escalones no eran muy subidos con frecuencia. A cada paso que subía la casa se veía más oscura y triste, era como si aquella parte fuera...

Justo antes de llegar a la segunda planta se encontró con ella, quien le observaba con su rostro sereno y su habitual seriedad.

- Yoh... - susurro la itako antes de tomar un poco de aire y mostrar una pequeña sonrisa

Esta imagen hizo que le viniera a la mente aquella noche después de la fiesta del torneo... La itako desapareció de su vista, dirigiéndose al final del oscuro balcón, donde se detuvo y se recargo en la orilla del barandal que, parecía, detenerla de no caer hacia al patio trasero. Al seguirla, el shaman de cabellos castaños se daba cuenta del efecto que causaba verla rodeada por aquel hermoso ocaso. Su figura delgada y, ahora, desarrollada al igual que su piel clara resaltaba por aquel rojizo atardecer...

En efecto, esos instantes le recordaban aquella noche... ¡Sí! Aquella noche después de la fiesta de clausura del torneo, la noche en la cual él y Anna... Pero ahora era distinto, ellos dos no estaban comprometidos...

Yoh al observar el rostro de la itako, no pudo notar lo que él esperaba. Él deseaba que la joven lo desease tanto como él a ella, quería que Anna se ruborizara a cada paso que él daba... pero no fue así. En la cara de la joven aparecía tristeza. Era cierto, ya no eran las mismas personas: ahora Anna se mostraba más gentil, pero a la vez triste, defraudada, abatida... Hasta él, Yoh Asakura, la persona que era conocida por tomar las cosas a la ligera y estar siempre optimista ahora estaba herido... ¿Acaso tendría razón Amidamaru? ¿Seria cierto que su rostro aparentaba pena, lastima, tristeza...?

El shaman abrazo a Anna, él sabia que ella no estaba bien, parecía que necesitaba comprensión y cariño, pero ¿él seria la persona mas indicada para dárselo? La joven se mantuvo en silencio y quieta, disfrutaba que Yoh la abrazase como cuando él y ella eran prometidos; pero ¿por qué ahora todo tenia que ser distinto? ¿Por qué no podía ser igual que antes?

- Yoh... -susurro la joven, mientras sus ojos se nublaban por lagrimas-... Lamento no haber ido a entrenar a los shamanes, pero es q-que...

- Anna, ¿qué te pasa? Acaso ¿ha ocurrido algo malo?

La rubia negó con la cabeza. No había ocurrido nada malo, simplemente habia ocurrido algo que ella no esperaba... Pero al mismo tiempo tenia miedo de sentirse rechazada por las personas, desde que había regresado todos los shamanes que la veían mostraban lastima por ella. Pero ¿por qué? Ella era feliz, tenia a un hijo maravilloso y trabajaba en una pequeña tienda, entonces ¿por qué la gente mostraba compasión hacia ella? Seria por ser madre soltera?? Pero ella no tenia la culpa de eso, ¿o si?

- Yoh, ¿es cierto lo que... escribiste en la carta?- hizo una pequeña pausa- Es verdad todo lo que escribiste??

- Anna... tú mas que nadie sabes que no podemos cambiar el pasado... pero...

- ¿Pero que? ¡Dilo! Di que aun sientes algo por mí, por favor... Di que todavía te sientes atraído hacia mí... Por favor, Yoh... dilo...

El shaman se quedo sorprendido por aquella actitud tan repentina y poco usual de la joven, él sabia que era cierto lo que decía... entonces por que de repente se sentía tan avergonzado frente a ella?? No sabia que contestar, quería decirlo. Quería gritar que aun la amaba, pero no se sentía capaz de hacerlo. ¿Qué tal si ella no le correspondía ese amor? ¿Qué haría?

La joven al ver que él no contestaba se separo del shaman y se alejo, se recargo en la otra esquina y lo miraba fijamente a los ojos. Anna, al verlo a los ojos, sentía tantas ganas de estar con él; sus ojos empezaban a llorar otra vez no lo podía contener... Yoh noto como la rubia lloraba al verlo. ¿Acaso él le causaba dolor? El shaman no quería herir a la joven, pero tampoco quería decir lo que en verdad sentía frente a frente. Tal vez años antes lo hubiera dicho así como así, pero ahora le costaba tanto trabajo creer que todo se resolvería. La joven toma la iniciativa al ver que el shaman no hablaría tan fácilmente:

- Ya veo, que no hablaras. Bien pues... -soltó un suspiro- Si tú no deseas hablar, yo lo haré...

- Anna... -susurro

- Yoh Asakura... aun te... q-quiero. Y sabes?? No me importa lo que pienses de mí, creo que eres la persona más especial para mí eso sono bien tipo Sakura xD- al terminar de hablar, se sentía terriblemente avergonzada frente a él...

El shaman no contesto, la joven al notarlo se disponía a bajar los escalones, pero entonces...

- Tú también, Anna Kyôyama. Eres la persona a la que más quiero... (sip... sono como el final de la movie de Sakura XDD)

La joven voltea hacia el shaman, las lagrimas nublaron sus ojos. Se sentía tan feliz... Avanzo lentamente hacia el shaman y lo tomo de la mano. Bajaron las escaleras y se sentaron junto al fogón. Ninguno de los dos dijo palabra alguna, solo veían las llamas arder. Yoh tenia abrazada a Anna de una manera tan dulce, que nadie jamás crearía que él estaba comprometido con alguien mas... La joven pronto se durmió en los brazos de su ex prometido, el shaman disfrutaba de esa escena. Eso era lo que él quería para familia: él y Anna juntos, cuidando de Hanna. Pero ¿dónde estaba Hanna? No lo había visto en todo el rato que había estado allí.

- Anna, ¿dónde esta Hana?

- Mmm... -contesto aun dormida- ¿Hana? Esta con Hao, fueron a entrenar a un templo... Hao quiere que nuestro hijo sea fuerte...

El shaman no dijo nada acerca de Hao, ya que se sintió tan feliz al oír a Anna pronunciar: nuestro hijo. La joven pronunció algunas palabras que apenas si el shaman oyó...

- Yoh... nunca me dejes sola... otra vez. Quiero estar a tu lado... por siempre... Aunque algo ha cambiado otra vez... - Antes de que ella terminara el enunciado se queda dormida

El shaman de cabellos castaños llevo a la rubia a su respectivo cuarto que caballeroso Que por cierto anduvo buscando, pues no sabia cual era... Cuando al fin lo encontró, metió a la joven dentro del cobertor rosa y él se sentó, en el futón, a su lado. Después de un largo rato de estarla observando decidió que ya era hora de irse, pues tal vez su abuela y Tamao estarían ya algo preocupas por su ausencia. El shaman iba a cruzar la puerta para irse, cuando la joven exclamo:

- No te vayas, Yoh. Quédate conmigo esta noche... Por favor...

La dulce mirada de la joven y la forma tierna en lo que lo dijo fue suficiente para que se quedase con ella. Así que se acostó a un lado de ella.

- G-gracias Yoh... -dijo antes de volver a dormirse.

- Mas bien, gracias a ti, querida Anna- pensó el shaman

El siempre había querido pasar otra noche con Anna, cuidando de ella. El shaman disfruto viendo el hermoso rostro claro de Anna y su cabello rubio; jugueteo con el un rato. Le gustaba estar a su lado, sentir su respiración tan cerca. Deseaba besarla, pero pensó que seria inapropiado. Así que descarto la idea y siguió jugando con los cabellos de Anna, mientras ella dormía como un bebé. Anna era su amiga, su compañera, su pequeño "ángel" que había regresado a su lado.

Los rayos del sol se reflejaron en la cara de la rubia, que hicieron que ella se despertase. Al principio se sintió confundida, no recordaba muy bien lo de la noche anterior ¿Por qué Yoh se encontraba dormido con ella? Y ¡en el mismo futón! ¿Acaso él y ella habían...? Se tranquilizo al notar que el shaman traía puestos sus pantalones, solo no tenia puesta la camisa. Esto hizo que la rubia se sonrojara. El shaman pronto despertó y empezó a jugar con los largos cabellos de la rubia. Ella disfrutaba de su compañía, pero estaba bien?? La joven volteo a ver al shaman cuando este le hablo

- Anna, ¿sabes me gustaría quedarme así para siempre? A tu lado...

- Herm... Yoh, a mí también... pero.
El shaman noto pronto que la tristeza aparecía nuevamente en el rostro de Anna. El sabia porque. Esto no era posible ahora, los dos tenían vidas distintas ahora. El se iba a casar en escasos meses y ella saldría de su vida para siempre...

- Anna... -susurro el shaman- Yo te amo, y tú lo sabes... pero...

- Y Tamao??

- Lo sé.

- Olvidemos de ella por hoy, ¿sí?- dijo la joven con una pequeña sonrisa.

- Esta bien- contesto, y le dio un dulce beso

- Yoh...

- ¿Qué pasa?

- No, nada. Olvídalo... -contesto y se puso roja

- Anna, ¿qué pasa? Dilo- pregunto el shaman y le volvió a dar un corto beso

- No, Yoh. Basta... No hagas esto... por favor- ella no se podría contener si él seguía, al fin y acabo estaban solos y juntos en un futón...

- Anna, dilo...

- Yoh...

Ahí fue cuando el joven shaman comprendió lo que sentía la rubia, ella lo deseaba al igual que él a ella. Pero lo que los detenía era que sabían que no estaría bien...

- Anna... por favor... -dijo algo avergonzado Yoh ¿Por qué de repente se sentía abochornado?

- No, Yoh. Tú sabes que no estaría bien... Además te están esperando, ¿o no?

- Ellos pueden esperar, Anna. Nosotros valemos mas, ¿no crees?

La itako quería estar con Yoh por siempre, y ella mas que nadie lo queria en esos momentos

- Yoh...

- Sí, ¿qué pasa?- susurro dulcemente el shaman.

El joven se sento frente a la itako, quería estar frente a frente con ella. El shaman sentía como la respiración de Anna se agitaba. La joven empezó a tocar los cabellos del shaman y a darle cortos besos. Yoh le dio un beso largo y dulce, ahí fue cuando Anna no pudo contenerse más. Quería pasar un rato con él, a solas, en lo mas intimo... Pero ¿estaría bien? Ahora eso ya no le importaba...

- Yoh, quédate un rato mas- dijo y mostró una pequeña sonrisa...

- Anna, me quedare cuanto tiempo quieras...