Notas iniciales de Natty:
T.T ke cosas, nu? T.Tu Espero les guste, y por favor... Please!!! Escriban mas reviews de lo ke les parece mi fic T.T C ya!

Nunca mires hacia atrás Continuación: Mi final
Capítulo 16: De Ilusiones y De Mentiras
por Natty & Irina


La cena en la mansión Asakura transcurrió algo quieta, nadie pronuncio palabra alguna en la primera mitad de ella. Todos los presentes parecían tener sus pensamientos en otras cosas más importantes. Hasta que sonó el teléfono y Lyserg tuvo que contestar al ver que nadie tenia la más mínima intención de contestar:

- ¿Alo? Residencia de los Asakura, ¿con quien gusta hablar? -contesto Lyserg

- ¿Lyserg? ¿Mi lindo Lyserg eres tu? No, no... Concéntrate Ryu... Jejejeje

- ¡Ah! Hola, Ryu... -dijo Lyserg llamando la atención de todos, quienes se pararon rápidamente del comedor a excepción de la señora Kino, Tamao y la joven Pilika.

- ¿Qué pasa? -pregunto Yoh a Lyserg, quien intentaba escuchar lo que Ryu decía.

- Ssshhh. Cálmense. Intento escuchar -hizo una pausa y dijo al teléfono- Ryu, mejor le paso a Yoh. Hasta luego.

El shaman de cabellos castaños tomo el teléfono

- Aquí Yoh. ¿Sí? ¿Qué pasa, Ryu?

- ¡Ah! Don Yoh. Que gusto oírle nuevamente

- Si, si... ¿A qué se debe tu llamada?

- ¡Ah! Lo había olvidado. Usted sabe bien que me encuentro en Tokio, para cuidar la tienda mientras que Doña Anna se encuentra allá en Izumo ayudándoles...

- Ya no nos ayuda con los shamanes, Ryu -interrumpió Yoh

- ¿Qué? Entonces... ¿En donde se encuentra Doña Anna y el pequeñín? No me diga que todavía esta con ese Hao

- Pues si... Aun están en casa de mi hermano y... Se casaran en algunas semanas

- o.o ¿Qué? ¿Casar? ¿Esta usted seguro Don Yoh?

- Si... Lamentablemente así es.

- Oh, lo lamento. Cambiando de tema. La razón por la que llame es que necesitaba hablar urgentemente con Doña Anna. Es que tendré que dejar por algunos días Tokio y de esta manera no habrá nadie en la tienda para cuidarla. Y ya he llamado varias veces al móvil de Doña Anna, pero nadie contesta. Por eso mismo creí que estaría allí, con ustedes.

- ¿Nadie contesta en el móvil? -pregunto preocupado Yoh

- No... En fin, si le llega a ver le podría decir que necesito que regrese a Tokio...

- Herm... Ryu, ¿podría pedirte un favor?

- Sí, claro. Lo que sea, don Yoh.

- ¿Podría yo ir a cuidar la tienda? Pero, de favor no le digas a Anna. ¿Sí, Ryu?

- Pues... No creo que haya algún inconveniente... Mmm... Esta bien. En dos días iré a la mansión, para traerle, entregarle las llaves y darle algunas instrucciones. ¿Le parece?

- Si, no hay problema. Gracias.

- No, gracias a usted, don Yoh. Me salvo. Jejejeje. Bueno, me tengo que ir. Salúdeme a todos por allá. Y nuevamente gracias, Don Yoh. Lo veré en dos días. Hasta pronto.

- Sí, adiós. -dice luego de colgar el teléfono.

Los shamanes esperan oír alguna explicación por la llamada de Ryu.

- ¿Y que quería? -pregunta el shaman de origen chino

- No, nada. Solo hablar con Anna acerca de la tienda.

- ¿Tienda? -pregunta Horo

- Si, la tienda de reliquias que tienen en Tokio. -responde Yoh

- Oh, ya veo. ¿Y que con ella? -pregunta nuevamente el peliazul

- Solo que necesitaban alguien que la cuidase por algunos días... -dice Yoh

- Ah... -dicen a coro los shamanes, dan media vuelta y antes de irse escuchan algo que les sorprende

- Y... Yo iré a cuidarla -dice Yoh con una sonrisa

- ¡¿Qué?! -gritan los shamanes

- Jejejeje Yoh, ¿estas seguro? ¿Qué pasa si Anna se entera? -pregunta Horo

- No creo que lo haga. Será un secreto.

- ¿Y que le dirás a Tamao y a tu abuela? -exclama Lyserg

- Pues... Que iré a visitar a Manta. ¿Qué no vive en Tokio también?

- Parece que ya habías pensado en todo, o ¿no? -dice Len

- Jejejeje -ríe nerviosamente Yoh

- Tomare eso como un si -contesta Len con una gotita en su cabeza

Los cuatro shamanes regresan al comedor para terminar su cena y, nuevamente, nadie pronuncia palabra. El shaman de cabellos castaños es el primero en terminar su cena, aunque se podría decir que no comió bocado. Se levanto de la mesa...

- Buenas noches a todos... -dijo con una sonrisa

- Pero... Si no habéis comido nada -exclamo dulcemente la pelirosada

- Jejejeje Es que no tenia mucha hambre. Hasta mañana a todos. Que duermas bien, abuela -exclamo Yoh mientras salía del comedor

Tamao se sentía decepcionada consigo misma... ¿Por qué Yoh había cambiado su actitud desde que llego Anna? Ahora parecía que le tomaba menos importancia... Por lo menos la boda seria en unas semanas y ya no tendría que preocuparse por la señorita Kyôyama... ¿o sí?

Pronto el comedor quedo vacío, y la mansión quieta y oscura. La pelirosada intentaba dormir, pero simplemente no lo lograba... Daba vueltas en su futón intentando quedarse dormida, pero no lo conseguía. Su cabeza solamente pensaba en una imagen... Ella con Yoh, pero de pronto aparecía Anna y los separaba. Haciendo que Yoh se quedase con ella. ¿Pero por que le preocupaba tanto si Anna pronto se casaría con el hermano de su prometido? Ahora las cosas no podrían salir mal. La pelirosada se sentó sobre su futón, y empezó a escuchar risas y voces del pasillo. Eran Ren y Pilika... ¿Por qué ellos si se llevaban como una pareja? En cambio ella e Yoh parecían solo amigos. Eso le molestaba, quería que su relación llegara mas a fondo, lamentablemente ella sabia que Yoh jamás actuaría así con ella. Era inútil pensar en profundizar su relación pues a pesar de todos los intentos que había hecho en el pasado siempre daba el mismo resultado: Yoh la ignoraba y salía del lugar. Dejándola a ella humillada y con lagrimas en los ojos.

En otra habitación se encontraba Yoh con un diorama parecido al de Tamao. Solo que en su historia él deseaba separar a Anna y Hanna de su hermano. Pero ¿cómo lo conseguiría? Ya no había forma de impedir ese matrimonio o ¿la había? El shaman de cabellos castaños no podía pensar en una solución a ese problema, ahora solo debía concentrarse en el viaje que haría en un día. ¿Cómo seria la tienda de Anna? ¿Qué haría él en esa tienda? Ahora que lo reflexionaba era algo estúpido lo que iba a hacer, pero ya no había vuelta atrás. Y tal vez así encontraría mas respuestas a porque nunca hallo a Anna...

La luz del sol se reflejo sobre el rostro de la joven rubia, ella se tapo con la sabana hasta acostumbrarse a la luz. Se sentó sobre el futón y observo a Hanna. ¿Por qué su hijo había reaccionado de esa manera el día anterior? ¿Acaso seria por lo que dijo Hao? Era cierto, en sus ojos ya no había luz. Aun su hijo se parecía a Yoh físicamente pero... Interiormente había cambiado en algunas semanas. Ya no tenia la actitud despreocupada de su padre, mas bien... Era un poco mas a la de Hao... ¿Qué pasaría si su bebe seguía conviviendo con Hao? ¿Acaso perdería ese toque que le hacia parecerse a Yoh? ¿Perdería el parecido que le encantaba? No quería que eso ocurriese, pero no podía cancelar la boda solo unos días antes que ocurriese.

La joven se levanto, se fue a dar un baño para aclarar su mente y luego se coloco un vestido negro corto. Desde que vivía con Hao sus vestidos eran mas cortos de los que solía usar. Ya que a partir de que tuvo a Hanna habia dejado de usar los vestidos cortos, y ahora Hao le tenia sus cajones con puros vestidos cortos negros o blancos. Cosa que obviamente prefería los negros. Se arreglo un poco el cabello y salió hacia la cocina para ver en que podría ayudarle a Hao, quien, seguramente, ya tendría rato haciendo el desayuno.