Capítulo 1: Fallo en el tiempo, inexplicable sensación de espíritu.
Una chica alrededor de 15 años, caminaba por el palacio de Cristal en la luna llena. Normalmente se le veía por las noches un tanto solitaria, siquiera con la compañía de su gatita rosa le hacía sentirse mejor. Nada, con una cajita en sus manos, y con una palanca circular que producía sonido en bajo, pero al igual hacía eco en el silencio mientras pasaba...una música que la hacía tranquilizar desde que era una niña. Se sentó en las rocas y miraba a su alrededor, mientras seguía moviendo la palanca. Cerrando sus ojos, se quitó las coletas altas de su cabellera rosada pastel. Su vestido blanco ahora era más de una adolescente cualquiera y su cuerpo se había vuelto muy soberbio. Pero no tenía muchos amigos ahí en la Luna de Cristal...
- Quisiera tener un amigo para toda la vida.- dijo, mientras cerraba sus ojos y comenzaba a sollozar cuando la gatita se subió en sus piernas.
- Pequeña dama, no llores...Diana está aquí.- dijo la gatita mostrando una luna amarilla y de costado en la frente.
- Sí, lo sé mi querida amiga...¿cuánto tiempo llevamos aquí?- preguntó Rini mientras acariciaba su melena lisa y suave.
- Llevamos poco tiempo sentadas, pero caminando alrededor de una hora.- dijo Diana, bajándose de las piernas de la joven, quien se levantó al poco rato y miró al horizonte.
- Volvamos a casa.- dijo Rini, dando media vuelta, y guardó la caja de música, comenzando a caminar, acompañada de su fiel amiga.
- Noto un poco de tristeza en su rostro...¿qué le ocurre?- preguntó Diana
- Sólo necesito descansar, creo que eso haré.- dijo Rini comenzando a molestarse un poco, pero no por culpa de la gatita.
- De acuerdo, si me lo permite decir, ¿por qué no usa la llave del tiempo y visita a sus amigos, Pequeña Dama?- preguntó Diana dando como opción, y sonriendo dando a entender que sería una buena idea.
- ¿Sabes? Tienes razón, por favor adelántate, no le menciones nada a mi mamá por favor.- dijo Rini sacando dentro de sus vestimentas una larga y fina llave con un elegante collar dorado. La llave era dorada, con una pequeña esmeralda en el centro.
- Pequeña dama...¿no le dirá nada a su madre?- preguntó Diana un tanto exhaltada.
- No pasará nada, de todas maneras, en la tierra siempre he estado bien, tienen a luna pelota para que me manden recados.- dijo Rini, cuando alzó su brazo derecha sujetando fuertemente la llave. Gritando unas palabras al cielo, cuando éste, comenzó a nublarse en forma de espiral, y en un abrir y cerrar de ojos, desapareció la princesa.
- Pequeña Dama....- murmuró Diana y se retiró con varios pensamientos...
En un instante de luz blanca y desnuda, pasó a dar hacia un portal de diferentes dimensiones frente a Rini, cerrando los ojos y pensando en sus amigos, cuando sintió estar en un suelo fijo...insegura por la rapidez del tiempo, abrió sus ojos y se encontró en un lugar desconocido para ella, al parecer se encontraba en una especie de bosque, no había nada alrededor, excepto árboles, ramas, arbustos e insectos raros. Lentamente, y nerviosamente, comenzó a caminar en contra de su voluntad, la curiosidad de saber en donde estaba, le perturbaba. Caminando a 3 metros de longitud, pasó difícil por unos arbustos, y miró su vestimenta, tenía su vestido blanco como comúnmente lo solía tener puesto. Entre pasos difíciles y caminos angostos, logró salir del bosque, o al menos eso fue lo que pensaba. Llegando, a algo que parecía no tener ni la más remota idea de lo que sucedía, un pilar enorme en el centro, mientras que habían más pilares alrededor de ése principal. Aves blancas que parecían tener la figura de águilas vigilaban como policías las entradas por en medio de los pilares.
Caminó un poco más aprisa, pensando que tal vez debería de tratarse de un sueño...o tal vez de una pesadilla, pero lo iba a descubrir, cueste lo que cueste. Llegó después de un cuarto de hora/15 minutos, cuando se escuchó gravemente 3 voces que, de tal sonido grande, tuvo que llevarse las manos a los oídos mirando asustada por todos lados para ver de donde provenía:
- Decid vuestras intenciones.- dijeron 3 voces proviniendo de las águilas.
- ¿Qué?- se preguntó Rini.
No hubo sonido alguno durante 1 minuto completo, mientras que Rini se recuperaba de las orejas, miraba a todos lados, pensando en que tal vez algo o alguien estaba tras de ella, espiándola. Se detuvo un segundo, pero no sirvió de mucho ya que nuevamente las 3 voces se oyeron, y lo bueno es que ahora sí estaba preparada para llevarse inmediatamente las manos a los oídos.
- Decid vuestras intenciones.- volvieron a decir y Rini se percató de que las voces provenían de las aves.
- Mi nombre es Rini, sólo quiero saber en dónde estoy.- dijo ésta tartamudeando un poco, y gritando para que las aves respondieran.
- Decid vuestras intenciones.- volvió a escuchar, y acostumbrándose ahora a las voces, se destapó y miraba confusa a las aves que estaban frente a ella.
- No entiendo..."intenciones".- se preguntó mientras se llevaba unos cuantos dedos a su barbilla y el otro lo colocaba en su estómago para apoyar en éste el otro brazo. Un momento de silencio hubo, cuando una quinta voz detrás de ella se escuchó.
- Los espíritus preguntan sus intenciones señorita, por favor podría decirme ¿quién es usted?- preguntó un niño pequeño de rizos y morenito con ojos grandes y negros.
- ¿Eh? Mi nombre es Rini....- dijo ésta sin pensar en lo que decía, por que aún varias preguntas se apoderaban de sus pensamientos, y ya después oía, pero no escuchaba, hasta que el pequeño le jaló un poco su vestido para que le hiciera caso.
- Qué ropa tan rara, mi nombre es Apacho.- dijo el niño sin mostrar una expresión alguna. Rini reaccionó.
- Mucho gusto Apacho.- dijo Rini sonriéndole, hincándose o bien, poniéndose de cuclillas ante el pequeño. Apacho se sonrojó un poco, aunque no lo mostraba sonriendo, sino, sólo tenía un poco color de mejillas.
- ¿Apacho?- preguntó otra voz, pero ahora ésta se escuchaba un tanto ronca, como si le faltara agua o algo por el estilo, pero a la vez, se escuchaba ruda y derecha. Apacho se transformó en un borrego y fue con la persona que estaba tras de Rini...
Rini volteó sorprendida y con signos de interrogación al niño, ¿cómo lo hizo? se preguntaba, pero ni tiempo tuvo de tartamudear o de seguir pensando, cuando vio una figura oscura en medio de 2 pilares...miró arriba y observó que 3 de las águilas que estaban vigilando, ya no estaban, eso también era extraño, pero en fin, presta atención, se dijo a sí misma cuando miraba detalladamente a.....un joven. Si, tenía que serlo, puesto que el cuerpo era grande a comparación de una mujer. Rini dio dos pasos atrás cuando el chico se dio a la luz. Traía cabellera larga y café oscura, y ojos fríos de un intenso negro azabache, y tez blanca, tenía una banda roja y plumas de indio y estaba con vestimenta india, pendientes largos y de cuencas azules y rojas, un chaleco de piel de color café oscuro estaba como camisa, y estaba desabrochada, unos pantalones un tanto aguados por los pies, y también de la misma tela y color estaba atada por una cuerda normal. Zapatos/tenis color café también. Salió combinado, la verdad, admitió Rini, y traía guantes raros en las manos.
- ¿Qué pasa?- preguntó Hao a Apacho que negó la cabeza, volviendo a la normalidad.
Hao miró a Rini quien seguía mirando a Apacho de una manera muy tierna, bueno, en parte tierno y otra parte de confusión, tal vez por la transformación que solía tener Apacho, pero no le dio tanta importancia. Ahora debía preocuparse de algo más importante que una chica, pensó Hao. El cabello largo de él se elevó y dejó salir un monstruo gigante y raro (para Rini) y ésta ya mencionada, retrocedió asustada mirando al gigante.
- ¿Qué te pasa? ¿Nunca habías visto a un Shaman?- preguntó Hao con mirada divertida y perversa.
- ¿Sh-Shaman?- preguntó Rini, olvidándose por completo del gigante y devolviendo la mirada a Hao sin entender.
- Éste es el shaman más poderoso de todos, yo que tú, saldría corriendo de aquí.- dijo Hao, sin embargo, Rini no se movió de donde estaba.
- ¿Qué es un Shaman?- murmuró Rini mirando ahora al piso dudando de preguntarle o no.
- No sabe lo que es Shaman.- mencionó la voz delicada de Apacho.
Hao dejó de aparecer al espíritu de fuego y se dio la vuelta, Rini lo miró y se le acercó corriendo, gritándole desde un: "espera", hasta un: "por favor". Hao se detuvo, hacia mucho tiempo que no escuchaba un favor por parte de alguien y lo sacó de quicio un poco. ¿Quién es esa chica? ¿Cómo es que no teme al verlo como muchos lo hacen? ¿Sabrá quién es él? ¿Era "amiga" de Yho, su hermano gemelo? ¡¡¡No es momento Hao!!! pensó para sí, cuando Rini se puso frente a él.
- Por favor, dime ¿qué es este lugar?.- preguntó Rini
- Éste es el lugar de los espíritus.- fue lo único que mencionó Hao, pasando junto con Apache, los pilares, sin darse cuenta de que nuevamente habían aparecido las águilas, Rini quedó en estado shock, y miró cómo el chico se iba poco a poco.
- ¡¡¡Espera!!!- dijo Rini, cuando Apacho y Hao se volvieron.
- Señor Hao...- dijo Apacho dándole a entender un "mire, sigue ah".
- Si quieres hablar conmigo, tendrás que pasar por esos pilares.- dijo Hao
- Sabes bien que no puedo hacerlo, pero eres la primera persona quien veo por aquí (bueno, aparte de Apacho), necesito ayuda.- dijo Rini empezando a sentir un nudo en la garganta.
Hao dio nuevamente la espalda y comenzó a caminar seguido de Apacho, segundos después, ya que éste primero miró a Rini, después a Hao, y otra vez a Rini, para proseguir con seguir a su ídolo. Rini quedó con la boca abierta, jamás, anteriormente y repitiéndose en su mente, jamás había conocido a alguien tan....tan, frío, tan solitario, pero no era excusa alguna como para dejarla ahí de brazos cruzados. Ni hablar, poco a poco, dudando de lo que estaba por hacer, comenzó a caminar por en medio de los pilares...Apacho miró y dio un gritito ahogado cuando Hao se percató de lo que su acompañante acababa de hacer. Miró a la chica...¿seguía ahí?.
Rini caminó lentamente con los ojos cerrados, cuando las águilas notaron su presencia y sucedió algo milagroso que Hao no se esperaba ver antes...Rini pasó aún y cuando los rayos para impedir su entrada, le daban en su cuerpo, Rini sintió que no podía sentir su propio cuerpo, no podía pensar en nada, sólo en el querer llegar hasta donde estaba el chico...Apacho quedó impresionado, y Hao sólo abrió un poco la boca cuando, llega un momento en el que Rini no soportó más los rayos y las cosas que los guardianes espirituales le mandaban...una figura apareció detrás de ella, una sombra celeste y plateada se dibujó cuando gritaba de desesperación.
La figura mostraba una mujer delgada y tez blanca con ojos azules, vestimenta un tanto parecida a la de la chica, y cabellera larga y lisa, pero lo más impresionante, fueron las alas que se mostraban...al igual que Rini, el ángel se retorcía a la par que Rini. Sintiéndose atada por las manos, Rini dejó de avanzar y se escuchó una explosión. De un momento a otro, Hao tenía en sus brazos a la hermosa Rini que ahora estaba inconsciente.
- ¿Señor Hao?- preguntó Apacho en tono de "¿es cierto lo que veo?"
- Está desmayada..."nunca conocí a una chica capaz de arriesgar su vida por sólo dirigirme unas palabras...¿por qué? ¿por qué no la puedo...por qué no la puedo matar?"- pensó al momento en que la llevaba dentro del pilar y Apacho lo siguió.
La recostó en el suelo mientras él, sin darle mucha importancia en donde estaba, habían prendido una fogata y cada cuando que podía, una miradita no le hacía mal a nadie, pero Apacho se hacía notar cada vez que hacía eso...Una mirada de tristeza se puso en el niño...Hao lo observó.
- ¿Qué sucede?- preguntó Hao.
- Me preocupa señor...¿por qué la salvó antes de la explosión?- preguntó Apacho.
- Hay algo en ella que también me llama la atención Apacho, ¿notaste la figura detrás de ella?- preguntó Hao.
-.......- asintió el niño en silencio.
- Eso es algo poco común en las personas, sobre todo por la pregunta que hizo y no supe qué responder.- dijo Hao.
- ¿Se refiere a cuando ella preguntó lo que era un Shaman?- preguntó el niño volviendo a los hechos.
- Sí...mejor frecuentar con ella, la suerte está cambiando a mi favor, y pronto Yho, mi hermano gemelo que llevamos la misma sangre....- comenzó a decir cuando una sonrisa se le vino a los labios.
- ¿Nuevamente piensa atacar?- preguntó Apacho.
- Tengo mejores planes...enviaré a ella ahora.- dijo Hao.
- La señorita Rini parece buena persona...¿por qué no se hace amigo de ella, señor Hao? Así como Apacho es su amigo.- dijo Apacho sonriendo tímidamente, deseando no meter la pata.
- Yo no tengo amigos Apacho...- dijo Hao.
Apacho lo miró sin saber qué decir o responder a su líder que se equivocaba, ya que por lo menos él sentía un poco de afecto hacia la persona quien le ayudó en varios momentos, sin embargo, la pregunta del por qué salvar a la chica a la mitad de la explosión era de cuidarse, era algo que no hacía Hao todos los días. Hao miró a Rini que estaba boca arriba con ojos cerrados, el cabello alborotado y las manos, una en parte de la cintura con el estómago y la otra la tenía a un lado, lejos de su cuerpo.
- Apacho, tráeme mi capa que la dejé en el otro lado del pilar.- ordenó Hao, cuando Apacho se levantó, se transformó en borrego y fue a buscar la capa del señor Hao.
- "espero no se la coma"- pensó Hao, mientras se acercaba al cuerpo desmayado de Rini. Se sentó al costado de ella, y la tomó de la cintura, haciendo que sus brazos se pusieran sin sentido, el cuerpo levantado y la cabeza ligeramente hacia atrás con sus cabellos rosas alborotadas. Hao sostuvo con una mano el cuerpo de la chica y con la otra le acarició primero la mejilla para pasarla a la frente y quitar los mechones de cabellos en sí, y cepillaba con 3 dedos el resto de la melena rosa...le recordó a alguien, que durante también mucho tiempo, no pensó volver a sentir su presencia.
- "nunca pensé volver a encontrarte, mi queridísima esposa"- pensó Hao cuando, sin saber, Apacho se acercaba a la pareja. Descubriendo que el chico se acercaba al rostro de Rini y le plantaba un beso en los labios. Duró alrededor de 3 segundos sin ser correspondido pero de una manera se sintió satisfecho, dejando suavemente la cabeza sobre el suelo, acomodando su manos en el estómago de la chica.
- "me encargaré de que volvamos a estar como antes, lo prometo".- pensó Hao al momento en el que Apacho se acercó con la capa.
FIN DEL PRIMER CAPÍTULO.
