Graaaaacias por sus reviews!!!!
En este chapter haré un cambio, como ya vi que de plano esto de los "" de plano no jala en el servidor, los voy a cambiar por [Estos] así que de ahora en adelante [así se van a ver los pensamientos]. Algunas personas me escribieron diciendo que no podían ver el capítulo 2, pero ya lo chequé (Y lo rechequé...), así que espero y esta vez no tengan problema.
Ya saben que lo único que me pertenece es el cuerísimo tío francés (Sí, en mi imaginación es un chico de 1.90 que está...) Richar Alain Von Casier... y lo demás pertenece a J.K.Rowling.
Sin más… este es el capítulo 3.
"Pendragon!"
El suelo comenzaba a temblar, la multitud que se encontraba presente en el gran salón, no sabía que ocurría, fue entonces que sucedió: por una fuerza invisible, las mesas de Huffelpuff y Ravenclaw fueron movidas hacia los extremos. Sus ocupantes comenzaban a entrar en pánico.
Lily, que también sintió la sacudida, no se movió de su asiento, peor no era que el miedo la hubiera congelado, más bien, estaba furiosa.
"Una vieja casa ha vuelto a la vida, necesitará espacio para su mesa..."
"Te ordeno detener!!..." el temblor cesó. "No necesito una mesa para representar el espíritu de mi casa... puedo compartir la mesa con la casa de mi elección..."
"Si eso es lo que deseas... que así sea!..." con un estruendo, las mesas volvieron a sus lugares. Había personas por todo el suelo que habían caído por el movimiento. Comenzaban a levantarse confundidos.
Lentamente, Lily se quitó el sombrero, toda la sala del comedor era un desastre; incluso la profesora que estaba a su lado, yacía en el suelo boquiabierta y con los ojos sumamente abiertos. Si antes las miradas estaban puestas en ella, ahora definitivamente, no había otro lugar a donde mirar que no fuera su rostro. Permanecía allí, parada a un lado del banco donde había colocado el sombrero. [Cómo espera que elija casa? Estoy hecha un lío!]. Dirigió la vista a la primer mesa a su derecha, y pasó la mirada por cada una de las mesas siguientes, no sabía cual escoger, hasta que su mirada se detuvo en una persona, Severus Snape; hizo su elección...
Se trasladó a la mesa de Slytherin ante los sorprendidos ojos de todo el comedor, y se dirigió al lado de su amigo. Llegó a su lado y ocupó el lugar vacío... "Severus, espero que no me hagas ver que me equivoqué de casa..." fueron sus únicas palabras.
Severus no pudo responder, ni él ni nadie, se había recuperado del shock.
James había salido hacia los patios de la escuela, necesitaba respirar algo de aire antes de volver a la cena, súbitamente, el suelo comenzó a moverse, cayó al suelo; había comenzado un sismo, pero que sólo duró un par de minutos.
"Qué fue eso, se supone que en Howarts no debe temblar... está protegido contra ello!" se dijo a sí mismo mientras tomaba camino de vuelta al salón. [Espero que todos adentro se encuentren bien.]
Llegó justo en el momento en que la chica pelirroja se acercaba a la mesa de Slytherin, y a un cierto chico... Snape. Su peor enemigo. Vio como la chica tomó asiento y le dijo algo. [James, si antes pensaste en hacerle pagar lo que te hizo... olvídalo... esa pelirroja va a desear no haber llegado a Howarts ni haber conocido a ese estúpido grasoso... palabra de merodeador!] siguió su camino hacia su mesa, Gryffindor.
Al verlo entrar Remus y Peter acudieron a su lado, Sirius iba un poco detrás.
"Espera a que te contemos todo lo que sucedió James, fue increíble!" Peter estaba recobrándose del susto.
"Creo que tu chica es en realidad muy especial..." Remus dijo pensativo. "Se dieron cuenta que en cuanto pronunció esas extrañas palabras todo cesó?" preguntó para ver su había sido el único en notarlo, al parecer si...
"No, estaba tan preocupado que pensé que iba a morir..." inició Peter
"Virgen?" Sirius terminó la frase, miraba directamente en la dirección de James, quien se sonrojó levemente.
"No iba a decir eso!" [Pero ahora que lo mencionas...]
"Que cesó? La sacudida que sentí se produjo aquí?"
"Toma asiento Prongsie, te hablaremos de todo en un momento, verás..." y Sirius comenzó el relato.
A Dumbledore le tomó varios minutos atraer la atención de los estudiantes, en cuanto pudo hablar, comenzó su discurso.
El discurso no variaba mucho año con año, de hecho siempre comenzaba con lo mismo, la bienvenida... el bosque prohibido (con ciertas miraditas a ciertos alumno de la casa de Gryffindor), bla, bla, bla, hasta llegar a las noticias...
"Cómo se habrán dado cuenta, tenemos con nosotros a una nueva alumna, proveniente del instituto Beauxbuttons en Francia, espero que su nueva casa así como los habitantes de las demás le enseñen lo interesante que es Howarts (cuatro rostros se iluminaron 'Por supuesto que encontrará Howarts lo bastante divertido... para eso estamos los merodeadores' *miradas diabólicas*), por otra parte me corresponde anunciar a los titulares de este año, por favor... señor James Potter y la señorita Arabella Figg, pónganse de pie." Un chico se acercó a él.
Sólo el chico se puso en pie, Lily lo reconoció... el color se le subió al rostro. [Así que el depravado ya tiene nombre... James Potter]
*Ahem* "me informan que la señorita Fig. se encuentra algo indispuesta..." dijo un segundo después, "gracias señor Potter, puede tomar asiento. Ahora a otra cosas, como sabrán estos últimos meses los seguidores del señor Oscuro han estado muy activos, así que las primeras visitas programadas a Hogsmeade serán pospuestas hasta que nos aseguremos que no hay peligro para ustedes." Murmullos se oyeron. "Sin embargo, como compensación se llevará a cabo alguna clase de evento, aún no sabemos que, estamos programando todo para la víspera de navidad, sus padres serán invitados a asistir. No puedo adelantar nada. Les daré mas información en cuanto tengamos algo concreto. Es todo. Que tengan buen provecho!"
Los platos de las mesas se llenaron de comida. Lily estaba asombrada, tal vez el lugar no era tan bello como su anterior escuela, aunque más grande, tampoco las mesas tenían buen aspecto... pero la comida era deliciosa!
Después del banquete todos se dirigieron a sus casas, a pesar de que el día siguiente era sábado. Tal y cómo había dicho Dumbledore, la profesora Minerva McGonagall se encontraba guiándola hacia el despacho de éste. En este colegio era fácil perderse, durante el recorrido desde el salón habían pasado por más de veinte pasillos diferentes, subido cientos de escalones y se habían encontrado más de una vez con un fantasma muy pesado al cual la profesora había llamado Peeves.
Llegaron entonces frente a una pared, que tenía la escultura de una gárgola, McGonagall dijo entonces "Menta inglesa" y sorprendentemente la estatua se hizo a un lado para revelar unas escaleras en forma de espiral. [Me tomará un tiempo conocer todo esto] pensó Lily. Subieron. Al final de la escalera encontraron las puertas, las abrieron y Lily pronto se encontró con uno de los despachos más sorprendentes que había visto en su vida. Detrás de un escritorio se encontraba Dumbledore.
"Buenas noches, querida" dijo con la voz gentil con la que había hablado antes de la ceremonia. "Minerva, muchas gracias, yo me haré cargo desde ahora, que pases buena noche." Dijo dirigiendo una sonrisa a la mujer, quien asintió y salió sin decir una palabra. No sin antes dirigir una mirada a la chiquilla que había llevado, era como si la evaluara.
"Buenas noches a ti también Albus, y a usted señorita." Dijo al despedirse y cerrar las puertas.
"Bueno, no sé por donde comenzar..." dijo el anciano poniéndose de pie, acariciaba su barba.
Lily veía en todas direcciones; pero se detuvo cerca de la ventana, en donde había una percha; en ella descansaba una gran ave, un fénix, era la primera vez que Lily veía uno vivo, sólo los conocía por los libros, sin duda alguna podía decir que eran más bellos de lo que decían. Se acercó a el con intenciones de tocarlo. Pero se detuvo. Los ojos de aquella ave se habían encontrado con los suyos.
Dumbledore la observaba. "Creo que puedes tocarlo, al parecer le agradas." Se dirigía a su asiento tras el escritorio.
"Lo sé, ya me lo dijo" fue lo que siguió a unos momentos de silencio. "Hola Fawkes, también es un placer conocerte." Acariciaba al fénix en la cabeza. Su rostro parecía hipnotizado ante el ave, carecía de expresión.
"..."[Es tan parecida a Fernand, el hacía lo mismo] rió ante sus pensamientos. "Bien, creo que sab..." no pudo continuar porque Lily interrumpió.
"Tendrá alguna consecuencia lo que sucedió hace rato en el salón, es decir, que todos me oyeran hablar?" preguntó tranquilamente.
"Parece que creó más confusión cuando el sombrero trató de mover las mesas." respondió divertido. "Debes disculparlo, creo que estaba emocionado por la llegada de uno de los descendientes de su dueño, no es todos los años..."
"... Que alguien de la familia Myrrdhin aparezca, lo sé." completó el enunciado. El fénix había pasado de su percha a uno de los brazos de Lily, los dos veían por la ventana los patios de Howarts, hacía un rato ya que había comenzado a llover. "... Y es una verdadera lástima que sea por un tiempo tan corto, nunca debimos aparecer de nuevo en este mundo... habríamos tenido una vida feliz entre los muggles." Un poco de amargura se notaba en su voz, aunque seguía tan tranquila como en el principio.
En esos momentos no sería bueno contradecirla, Dumbledore lo sabía.
"Pero he decidido cumplir mi destino... no quiero que más gente se sacrifique por esto..." finalizó.
Era preciso cambiar de tema...
"Bien querida, tengo entendido que debes ir a realizar algunas compras de último momento, si no me equivoco una varita, no es así? Así que debo asumir que puedes manejar la magia sin una, has desarrollado algún poder?"
"Cuando asistía a Beauxbuttons, tenía una varita, la ocupaba en presencia de los maestros y de mis compañeros; en realidad nunca he tenido necesidad de una, hace dos meses cuando el abuelo falleció, hice crecer de ella un gran sauce y lo puse junto a su tumba, sabía cuanto detestaba el sol." Un semblante triste iluminó su rostro. Parecía que el recordar le dolía.
No se había apartado de la ventana. Suspiró.
"Respecto a los poderes, manejo a la perfección el hablar con los animales, convertirme en ellos, y el resto de las habilidades merlinezcas. Entre los dones que recibí, se encuentra el Bedivere, el más común; el de Galahad, Percival, Tristan y Belafonte; aunque sólo he logrado manejar las alas del cisne y el innato conocimiento, he tenido signos de los demás."
El anciano pareció reaccionar ante esto... "Galahad y Bedivere... Acaso nunca te lo dijo tu abuelo?" estaba sorprendido. "Te habló alguna vez acerca de Lady Issobelle?" dijo acercándose a la ventana, a su lado.
"Si. Yo debo terminar lo que inició..."
"Entonces debió mencionarte que las mujeres heredan todos los dones de los antepasados..."
La chica asintió. "Poco a poco desarrollaré los demás..."
"Más tarde te hablaré de ello. Los han reunido todos?"
"No, aún falta uno, la próxima generación los tendrá completos." Se retiró de la ventana. Fawkes voló a su percha. "Debo a encontrar al heredero del poder de Arturo antes que Voldemort lo mate... o nos encuentre."
"Podrás reconocerlo?"
"Aún no, será hasta que logre manejar los dones de Percival y Belafonte, necesito aprender a leer las mentes y los corazones para estar segura... que hay de los demás dones?" Se paseaba por los estantes de libros, observándolos.
"Creo que pronto empezarás a tener signos de ellos." Ahora era Dumbledore el que tenía una expresión serena. "Has tenido alguna premonición inquietante últimamente?"
"Yo no, la última fue la de la muerte de mi abuelo; pero Alain ha estado un poco inquieto, no ha mencionado nada, pero estoy segura que el si ha tenido."
Dumbledore estaba pensativo. Hubo unos minutos de silencio, Lily se dedicaba a rodear la habitación, observando, cuando el anciano decidió hablar, ella estaba de nuevo acariciando a Fawkes y mirando hacia el exterior.
"Por qué elegir Slytherin?" le preguntó.
"Por qué no?"
Dumbledore entendió el significado a eso: Merlín había sido un hechicero poderoso, nacido entre la unión de un demonio y una virgen; que después de la muerte de Arturo, había optado por los caminos oscuros, algo que no podía negar de su parte demoníaca, pero que al final de su vida había logrado separar la mayor parte de sí, en una nueva persona. Aunque su descendencia no negaría nunca su estirpe.
No hubo respuesta. "Lily, que sucede?" preguntó Dumbledore al ver que la joven no parecía apartar la vista de las afueras.
"Me han encontrado..." señalaba hacia el exterior.
Afuera, en los límites con el bosque prohibido se dibujaban unas sombras...
"Aléjate de la ventana!" demandó el viejo. "Sabes lo que son?"
"Vampiros." Contestó simplemente. "Nadie más, fuera de Alain podría encontrarme tan rápido... sienten mi energía, pero no saben quien soy... y el colegio es muy grande para determinar una posición."
"Voldemort?"
"No. De todas las criaturas oscuras, los vampiros son los más independientes; en realidad creo que nos quieren para propósitos propios..." Cayó en la cuenta de algo. [Oh no…]
"Remí!…" Lily gritó… "No debe estar sólo... la diablerie!..." Lily no acostumbraba perder la tranquilidad en su voz, tampoco era una persona impulsiva. Pero tratándose de Richard, todo era diferente...
"Tranquila mi niña, él también tenía un mal presentimiento, así que decidió venir aquí. " Dijo con una pequeña sonrisa. "Será mejor que te lleve a verlo, has tenido muchas emociones por un día. Mañana continuaremos."
Salieron de la oficina.
Era gracioso ver al anciano caminar, pero lo más gracioso es que parecía no saber a donde iba, durante casi media hora, habían caminado tres veces por el mismo lugar; al parecer Dumbledore no conocía mucho Howarts, eso se notaba... muy bien. Por fin llegaron frente a una pintura, era una manada de unicornios que corrían en una pradera, Lily alcanzó a ver a los últimos...
"No esperarás que siempre estén aquí, o si?" Dumbledore tenía una mirada de triunfo, había conseguido llegar a su destino.
"Disculpe, pero que hacemos frente a un cuadro vacío?" preguntó la joven.
"Detrás de este cuadro, se encuentra tu casa... Pendragon... disculpa por el recorrido" dijo sonriendo, "comprenderás que no muchos viene por aquí..."
"Pensé que estaba en Slytherin..."
"Nadie puede negar su casa, querida... compartirás rutinas con Slytherin, pero tu casa es Pendragon..." el anciano se acercaba al retrato. "Ahora... para entrar a esta sala, debes decir una contraseña... que te parece..." no pudo terminar la frase... el retrato se abrió; de él salió una persona muy querida por Lily. Remí...
"Mon chou chou!" dijo mientras la abrazaba y la levantaba, empezó a dar giros. "No sabes cuanto te extrañé, un día es demasiado sin verte..." y le dio un beso.
"Jóvenes, será mejor que entremos, todavía hay unas cosas que deseo tratar con los dos." Dijo el anciano mientras pasaba por el retrato y subía unas escaleras.
Después de una escalera llegaron a un recibidor decorado con tapices de unicornios y dragones de todos colores, parecía como si cada pared ilustrara una historia diferente, había unos cuantos humanos en ellos. Era hermoso. De el se llegaba a lo que era una pequeña sala, el suelo era duela, parecía recientemente pulida y llena de alfombras muy bonitas, las paredes tenían duela al igual, pero ésta no pasaba de un metro de alto desde el suelo; había sido tallada con la imagen de un bosque, ninguna parte era igual a otra... Dumbledore dijo que había sido encantada de manera que si afuera había mucho viento, en ella también lo habría, y similar con todas las condiciones climáticas; por lo que en estos momentos en ella se podían ver ligeros tallados que representaban la lluvia. De vez en cuando se aparecían animales mágicos. Dumbledore se detuvo frente al fuego de la gran chimenea, en cuyos lados había dos escaleras distintas.
"Bien, ninguna sala común es igual a otra, aunque todas tienen la misma estructura: sala común y como puedes ver estas dos escaleras... se hicieron habitaciones para los chicos y otras para las chicas; pero como sabes, esta casa sólo ha sido ocupada por una persona antes que tu. A los pendragons se les dio la libertad de modificar su casa a voluntad, Issobelle lo hizo, decidió hacer un recibidor, y transformó el espacio de las habitaciones de los varones en un gran balcón; así que esta escalera..."señalaba a su derecha. "Te lleva a el, a tu izquierda encontrarás una gran biblioteca con libros de tus antepasados escritos en avalonés, otro para estudio a su lado, salón de artes muggles, uno para duelo y por supuesto, tu habitación en la última puerta... ah... lo olvidaba... y uno que funciona como guardarropa."
Dumbledore les explicó algunas cosas más, también hablaron del curso que Lily comenzaría el lunes, acordaron que se le harían algunos exámenes, después de ir a comprar la varita y algunas cosas que faltaban.
Richard era de las personas que pensaban que levantarse temprano hacía que se aprovechara más el día ... para desgracia de Lily, que no era muy agradable cuando la despertaban tan temprano... y en sábado!! Así que llegaron al callejón Diagon cuando muchos de los establecimientos permanecían aún cerrados, se dirigieron a Ollivander's, la tienda donde habrían de comprar la varita, para su sorpresa el dueño parecía tan madrugador como Richard, por lo que entraron inmediatamente.
El señor Ollivander parecía un anciano muy paciente, y con una gran memoria, recordaba todas las varitas que había vendido y las personas quienes las habían comprado!. Habían tardado un poco ahí; Lily había probado muchas varitas hasta que encontró una a su medida: sauce con núcleo de cabello de unicornio y 27 centímetros. "Excelente para encantamientos" había dicho el hombre, "Debe ser una persona muy especial, señorita Evans; el cabello que tiene en el núcleo perteneció al único unicornio que fue domado por una humana... lady Issobelle, si la memoria no me falla."
[Si claro...] pensaron al mismo tiempo Lily y Remí... nada en la vida de un Sinacroft pasaba por casualidad. Nada.
Después de la varita, fueron a recoger las túnicas de Lily, Madame Malkin (otra persona madrugadora) había olvidado enviarlas el día anterior a Lily; aprovecharon para recoger un abrigo blanco para Lily, que Dumbledore había mandado confeccionarle especialmente para la época de invierno en Howarts, , [Debes mostrar que eres diferente, querida, aunque no puedan saber que perteneces a Pendragon] Lily recordaba sus palabras.
Pasaron la mayor parte de la mañana en el callejón, habían tomado el desayuno en el Caldero Chorreante, visitaron varias tiendas de túnicas y accesorios para brujas adolescentes (a los que Lily fue prácticamente arrastrada por Remí) de los cuales salieron con muchas cajas de la ropa más cara y de buen gusto que pudieron encontrar, así como con toneladas de maquillaje que Lily no sabía como aplicar. Así que la siguiente parada fue un salón de belleza; trataron de hacerle un cambio de imagen, a lo que Lily se negó cuando intentaron cortarle el cabello; lo único nuevo al salir fue su rostro con un maquillaje muy tenue. Entre las otras cosas compradas se encontraban una escoba último modelo, saeta 9000, que Lily consideraba innecesaria; los libros que llevaría para sus clases (A/N: una de las habilidades de Merlín era la de ver el futuro... Richard, que era quien tenía la habilidad mejor manejada, sabía que clases llevaría) y algunos más de los hechizos más difíciles que pudieron encontrar, también habían comprado un gato y una lechuza, esta vez por insistencia de Lily, ya que no podía decidirse por ninguno de los dos.
Eran los últimos días del verano, un día excepcionalmente soleado que invitaba a caminar, Remí pareció notarlo "Sabes Lil, podemos llegar a Hogsmeade y de ahí caminar hasta Howarts, es un día hermoso." Sugirió.
*Suspiro* "No debemos, Hogsmeade no es por el momento seguro. No podemos arriesgarnos a que Voldemort nos encuentre, y menos juntos..." dijo con la vista baja.
"Lily, nunca permitiría que algo malo te pasara, primero daría mi vida antes de verte sufrir." Había tomado su rostro de la barbilla y lo había levantado, así que se miraban a los ojos.
"Ni siquiera lo pienses, no me perdonaría que algo te pasara..." dijo entristecida... "Ya no quiero ver morir a mas gente... por mi"
Se unieron en un abrazo muy fuerte. Y tomaron el rumbo hacia el Caldero Chorreante nuevamente, de donde se aparecerían hacia Howarts.
En la habitación de Lily...
"Lily, todavía faltan un par de horas para tu prueba, quieres calentar un poco?" preguntó Remí mientras los elfos domésticos acomodaban las cosas de Lily.
"No creo que haya problema, es una buena oportunidad para usar por primera vez el salón de duelo..." dijo animada. "Pero habrá reglas... será sólo magia de varitas, no podremos usar ninguno de nuestros dones y desactivaremos las dagas. Entendido?"
"De acuerdo señorita Evans... pero le quitará diversión al encuentro..." estaba algo resignado, pero hacía mucho tiempo que no peleaba con Lily, valdrían la pena todas las reglas ... "Aunque creo que dos horas en muy poco para un duelo entre nosotros..." añadió con una gran sonrisa. "Me permite guiarla mademoiselle?" le extendió su brazo.
"Siempre, mi noble caballero." Y de su brazo se dirigieron al salón.
En la sala común de Gryffindor, las cosas eran como de costumbre, al llegar casi el medio día ya todos estaban levantados y habían tomado el desayuno, bueno casi todos... menos cierto chico, de un cierto cuarto, de un cierto grupo... los merodeadores. Era James Godric Potter, séptimo año, especialista en transformaciones, y el chico más popular. Cada semana tenía una novia diferente.
Había algo que lo incomodaba.
Hacía un rato ya que se había levantado, ya estaba listo para bajar al desayuno cuando algo llamó su atención, al sacar la ropa para vestirse, el brillo de algo llamó su atención desde el fondo de su baúl, esa era la razón por la que estaba recostado observando con el entrecejo fruncido lo que había sobre su almohada: el libro verde que había encontrado el día anterior, tenía una escritura distinta a la que él conocía, de hecho los símbolos escritos nunca antes los había visto; aunque por alguna razón los podía leer, era una lengua muy extraña. Lo único que había podido reconocer había sido un texto en la primer pagina:
O Fortuna, velut Luna statu variabilis, semper crescis aut decrescis; vita detestabilis nunc obdurat et tunc curat ludo mentis aciem, egestatem potestatem dissolvit ut glaciem. Sors immanis et inanis, rota tu volubilis, status malus, vana salus, semper dissolubilis, obumbrat et velata
Era latín sin duda, en la segunda página había otra frase... era francés y decía:
ce qui est le correct, c'est pas toujours le plus facile… a friend told me once. Fernand
Y en la esquina inferior tenía una iniciales escritas en cursiva, decían MLISTE y estaban atravesadas por el dibujo de una flor, una especie de orquídea blanca. Una 'voz' en su estómago le recordó que el desayuno se dejaría de servir en unos minutos, así que decidió bajar, llevaba el libro consigo, estaba seguro que Remus podría ayudarle a descifrarlo.
Tal como había dicho Richard, dos horas no bastaban para terminar su duelo, ninguno de los dos parecía cansado, así que tuvieron que dejarlo en un empate...
Se dirigieron entonces hacia el despacho de Dumbledore, desde su ubicación actual, no quedaba muy lejos, por lo que prefirieron caminar. En su trayecto hablaron de muchas cosas, una de las cuales fue la profesión que Alain Von Casier adoptaría, había decidido convertirse en auror... A lily casi le da un ataque "Se supone que debes cuidarte, irresponsable!" afortunadamente la zona estaba desierta, así que nadie pudo oír el grito.
"Tranquila Lil, es la oportunidad perfecta para mantenernos informados, mientras tu te encuentres aquí, yo investigaré en el ministerio."
Lily no estaba convencida...
"Lil..." su tono era serio... "Voldemort jamás se fijaría en un simple auror, a quien busca es a cualquiera de los herederos del Myrrdhin y los doce poderes..." trataba de hacerla entrar en razón.
"Lo sé, como también sé que su primer blanco soy yo." Lo miró a los ojos. "Es sólo que hay algo que no me agrada en todo esto..."
El tema se dio por terminado al llegar a su destino.
"Lil?" preguntó Richard al verla subir la escalera. "Creo que debes desactivar la daga de nuevo. No queremos muertos en tus pruebas..."
"Cielos, lo había olvidado..." unió las manos y murmuró unas palabras.
IUSTIS IGNOTUS
Una luz salía de sus manos, cada vez se hacía más grande, hasta que terminó por separarlas. De aquella luz se había formado una especie de cristal, pero tenía consistencia líquida en un principio, en unos segundos se solidificó, y mostró, al desvanecerse los últimos rayos de luz, una pequeña cuchilla cubierta en el mango por gemas preciosas. Era algo digno de un rey.
SCELERIS
En un momento, la daga que permanecía flotando en el aire se había esfumado.
"Así que ese es el famoso acero cristal..." se oyó decir a una voz detrás de ellos.
Ahora los agradecimientos:
Dannyfernanda:Claro que tengo messenger, y espero leer tu fic, me encantó tu lechuza!!.
katyana: ya he revisado lo del problema del chap 2. Espero que puedas leer esto.
Hermione de Potter: totalmente de acuerdo, Lily dejó la cabeza en Francia. Creo que el error en el capítulo 2 fue de momento, it's fixed. Y Richard es miiiiiiio.
Paulika: Que te pareció la casa? haciendo un poco de historia, debes saber que Arturo, fue hijo de un rey llamado Uther de Pendragon y de Igraine. De ahí viene el Pendragon. Por otro lado, no sé que le ves de malo a Sevy, a mi me parece que es una persona que ha sufrido un chorro. tu que piensas?
Lorena : que te pareció la tercera... el cuarto capítulo me gustó mucho. lo subo mañana.
Nikkyta: que te pareció la sorpresa... no fue Slytherin. Y es bueno dejarse llevar por la imaginación... ya sabes lo que dicen. LAS MEJORES IDEAS NACEN DEL OCIO DE LAS PERSONAS.
Que viene en el próximo capítulo?:
saben lo que es la diablerie?
quién es la persona que descubió a Lily y a Remí?
pasará Lily todos los exámenes?
de dónde se conocen James y Lily?
Que sucederá con el misterioso libro de Lily?
Sigo diciendo lo mismo: Reviews en la cajita morada que está justo debajo.
besos, croiff