Tuve un pequeñísimo error en el capítulo 1 y 4, donde se hace referencia a las edades de Lily y Richard; bueno, queda claro que se llevan exactamente 3 años, pero lo escribí desde el principio como un hecho que ella tiene 14 y él 17. No es así, aún no cumplen años, pero Richard está próximo a cumplir la mayoría de edad. Así que por lo pronto Lily sigue en sus trece; aunque su estatura la hace ver mayor. No voy a mencionar aún la fecha de su nacimiento. Nota: no es el 31 de Julio.
En uno de los capítulos pasados olvidé mencionar lo que era la diabolización. Bueno, pues es lo que los vampiros hacen para ganar poder. La diablerie, en sí es cuando un vampiro mata a otro, con lo que absorbe sus poderes y el rango de la generación en el que está (cuando tenga más espacio lo voy a decir con detalle). Alquimia era algo que practicaban las personas que se llamaban científicos en el pasado, lo más recordado cuando se habla de ella, es que trataban de crear el oro. Muchos de los alquimistas locos de ese tiempo crearon varios monstruos con partes de varios animales; ninguno sobrevivió, eso es a lo que se le llama quimera.
Disclaimer: Esto es de J. K. Rowling.
Capítulo 5 - Simplemente Lily. Solo necesito un amigo.
Los días después de aquel incidente fueron tranquilos, Dumbledore había inventado alguna excusa para explicar el incidente con la quimera Algunos todavía miraban con miedo a Lily, después de todo una Slytherin capaz de usar armas y de convocar hechizos de esa magnitud, no era una combinación muy buena... sobre todo por la parte Slytherin.
Lily había pasado tres días en la enfermería, después de todo la herida sí había sido de cuidado; el tenedor había llegado a una arteria, la cual se desangraba rápido; fue por eso que Lily había perdido la conciencia tan rápido. En sus días incapacitada había recibido varias visitas, la mayoría de Severus (le explicó una parte de la verdad, y la otra la inventó) y de los chicos Black y Lupin, que resultaron después de todo muy agradables. En las noches llegaba Remí, le llevaba flores, cosa que a madame Pomfrey no tenía muy contenta. En la filosofía de Remí, una flor debía estar rodeada de otras para sentirse mejor. Aunque a Lily le bastaba solo con su presencia...
El último día en la enfermería, Dumbledore se presentó, le dio algunas indicaciones y le dijo que fuera a su oficina después de las clases del día siguiente; le llevó en persona el nuevo horario, compartiría Pociones con los Slytherins y Gryffindors , Transfiguraciones con Gryffindor y Defensa contra las artes oscuras con Ravenclaw y Gryffindor nuevamente, todos de séptimo grado. Las otras tres materias las tomaría con grupos de cuarto y quinto curso, Huffelpuff y Slytherin. Al día siguiente se incorporaría a los salones.
Septiembre pasó en un suspiro, desde la salida del hospital Dumbledore y Remí habían previsto un entrenamiento para Lily, con el propósito de que mejorara sus habilidades y desarrollara las que le faltaban; las visitas de Remí se hacían cada vez más escasas, aunque siempre planeaban todo juntos; octubre llegó, la escuela después de todo no era tan difícil, sin contar los exámenes que presentaría con los de séptimo; pero unido a los nuevos entrenamientos, la creciente popularidad, los cientos de chicos que le pedían ayuda en las clases y las bromas de los merodeadores (que cada vez se volvían más pesadas)... Lily estaba al borde de la locura.
Los merodeadores por su parte, habían estado 'relativamente' tranquilos este año, ya que sólo se dedicaban a gastarles bromas a los Slytherins; debía ser por la presión de los NEWTS, incluso James dejó de tener tiempo para sus citas semanales... su tiempo lo ocupaban los exámenes, la planeación de su venganza, y la propia Lily Evans (de hecho, a ella le dedicaba la mayor parte)... la única de las chicas en Howarts a la que no comprendía y la que era realmente difícil ridiculizar ante todos... nada resultaba bien tratándose de la Princesita Rouge (desde el incidente con la quimera y el baño de sangre, bueno... en un principio había sido la baronesa sanguinaria, pero se fue modificando por el tiempo ). Para James, lejos de ser una princesa era más bien tan peligrosa como la cría de un Dragón Chino, roja y peligrosa... una Babyred.
Lily Evans muy pronto gozó de la popularidad en la escuela, no sólo por sus enfrentamientos con el famosísimo James Potter, sino por su habilidad en cualquier tema, desde el mundo muggle hasta las últimas noticias del mundo mágico, parecía saberlo todo; también era una chica preciosa, todos los chicos de Howarts lo sabían, pero nadie parecía poder acercarse a ella. Una chica que bien pudo ser vista como alta sociedad, por sus excelentes modales, su perfecta educación, su sentido y buen gusto en el vestir y la disposición para ayudar a las personas... todo era perfecto en el mundo de la nueva Nia Fairy... las chicas la tenían en un pedestal como a una diosa, los chicos la seguían a todos lados y los maestros estaban orgullosos de ella... que más podía faltarle a su vida?...
Tal vez una sonrisa...
[Irónico... Lily Evans, princesa de Howarts... no hay chico que se resista a su encanto ni chica lo suficientemente osada para compararse a ella... Lo mismo que en Francia, Nya. No querías que tu vida fuera diferente? No querías aprender a reír? O volver a llorar?... Si... ] Lily Evans tenía la vista perdida en el cielo. Se encontraba en la terraza de Pendragon... un amplio balcón que tenía un domo de cristal cubriendo la mayor parte de su área, aunque no toda. El domo tenía un invernadero dentro, donde se podían encontrar las flores más bonitas que pudieran cultivar en toda Inglaterra y algunas tropicales, era cuidado por hadas. "Sí!" y salió corriendo a buscar a su único amigo, Severus Snape. Se dirigió a la sala de Slytherin.
El trayecto no era muy largo, era la casa más cercana desde su torre, podía entrar a Slytherin sin problema, ya que era la casa a la que supuestamente pertenecía y todos la conocían en ella. Severus estaba dando una tutoría en la sala común, era un buen maestro en Pociones... Lily se acercó discretamente a su lado procurando no hacer ruido y le cubrió los ojos.
"Lo veré en la cena Monsieur Snape?"
"Por supuesto Mademoiselle Evans..." reconoció la voz inmediatamente.
"Entonces le dejo terminar su clase profesor Snape." Y se apartó. Pero no dejó la sala, muchos chicos se acercaron pidiéndole una tutoría también, pero de Encantamientos. Lily no tuvo otro remedio que pasar las siguientes dos horas explicando encantamientos convocadores, lo que valió la pena ya que al final todos consiguieron hacerlo. Se hacía tarde para la cena.
Slytherin era como una segunda familia, aunque algo especial. Para todos en ella, la Princesita se había convertido en algo así como el corazón, a pesar de su carácter siempre distante y su falta de emociones (de las que sólo conocían la ira, gracias a James Potter), había conseguido humanizarlos de cierta manera, en especial a los más jóvenes. Los Slytherin ya no eran vistos con tanto temor. Por primera vez en la historia de Howarts, las casas estaban en armonía.
El camino desde la torre de Slytherin hacia el comedor era largo, Lily y Severus hablaban siempre de muchas cosas en el trayecto, pero hoy era diferente, Lily estaba muy callada, poco probable en presencia de Severus.
"Lily, sucede algo?" preguntó algo preocupado.
"Nada especial Sev. Hoy no tengo muchos ánimos, es todo."
"Oh es eso... entonces debo suponer que me fuiste a ver sólo porque no tenías ánimos..." Severus había notado que algo andaba mal.
"Eres una persona observadora verdad?" le dirigió una pequeña sonrisa.
"Quien no lo sería estando a tu lado."
"Has notado algo sobre mi."
"Infinidad de cosas señorita Evans... como el hecho de que no duerme en nuestra sala..."
Lily se paró en seco. "Cuantas personas lo saben?" preguntó tranquila. Todo se sabría en su momento.
"Es algo malo?" Severus empezaba a preocuparse.
"Tal vez no tan grave para otros." Suspiró. "Te importaría acompañarme en la cena?"
"Siempre lo hago..."
"Esta vez será en un lugar especial..."
"Que clase de lugar?"
Lily le tomó la mano y lo llevó escaleras arriba.
Para ser un sábado en la noche de lo que debió ser un día en Hogsmeade, el ánimo de los estudiantes no había decaído, Dumbledore había permitido, después de asegurarse, que los estudiantes salieran a los terrenos, incluso en la tarde había sido el primer encuentro de quidditch entre Huffelpuff y Gryffindor, terminando con la victoria de éste último. Los vampiros que habían llegado al principio del curso habían sido controlados y una barrera contra la magia oscura había sido puesta a los alrededores.
En la casa de Gryffindor la fiesta de la victoria se había prolongado hasta la media noche, cuando la cabeza de la casa, Minerva McGonnagal había llegado para mandarlos a las camas. Algunas personas todavía tenían tanta adrenalina que no podían dormir, entre ellos James Potter. Así que decidió salir a dar un paseo. Había conocido prácticamente todo lo que había que saber de Howarts, cuando se es un merodeador. Pero esta vez el paseo lo daría solo. A Sirius se le habían pasado las cervezas de mantequilla, Remus se encontraba en hospital ya que la luna llena se acercaba y los dolores comenzaban y Peter estaba más que dormido... roncaba en lo alto.
Abrió su baúl y de él sacó su tan preciada capa invisible, una herencia familiar y una de las cosas más raras en el mundo, eran muy escasas. Salió a hurtadillas de la habitación y bajó hacia la sala común. El fuego de la chimenea seguía encendido e iluminando toda la sala. Permaneció allí un rato, el fuego lo atraía de alguna manera. Estaba en trance.
"Este es un lugar increíble Lily, ni la torre de Slytherin se le compara." Severus estaba contemplando el techo de la estancia. Algo surgió en su mente. "Lily, esto es una..."
"... casa, si." Lily finalizó. "Se llama Pendragon, y soy la única persona viviendo aquí desde hace mas de 500 años." Tomaba asiento en uno de los sofás frente a la chimenea. "Será mejor que te sientes, esto va a ser largo."
Severus asintió de inmediato. Estaba algo estupefacto por la noticia.
La chica dio un suspiro profundo. "Mi nombre es Mia Lillianne Issabelle Sinacroft-Theriaux Evans, huérfana de ambos padres y lo que quiero que sepas es…" hizo una pausa en lo que se retiraba los guantes de las manos. "Esto…"
Levantó la mano derecha y enseñó la marca. "Soy una Myrrdhin."
Severus se había quedado sin habla... hubiera esperado todo menos esto... hasta había pensado en la absurda posibilidad de un 'amo a Potter'... "Qu- qué? No podía articular las palabras. "Hija de los Sinacroft, muertos por Death Eaters en mayo? Pensé que con ellos moría la línea..." logró decir por fin.
"Todas las personas de mi familia han sido asesinadas, no sobrevive más de un heredero por generación..." volvía a poner los guantes.
"... Pero esta vez fallaron el golpe y dejaron a dos vivos y listos para vengarse..." completó una voz masculina, Remí había llegado por la chimenea. "Alain Von Casier desde nuestra llegada a Inglaterra; segundo hijo de Fernand Sinacroft, quién fue el asesinado en mayo; Lily es mi sobrina, hija del primer hijo de mi padre, Albert." Tomó asiento.
"Hola cariño…" dijeron al mismo tiempo Lily y Remí, se besaron en cada mejilla.
Los tres chicos se dirigían frente a la chimenea, se sentaron en las alfombras frente a ella. Los elfos se encargaron del transporte de los alimentos. Y llevaron bebidas.
El chico de ojos negros se estaba recuperando de la impresión. "No se tienen datos históricos precisos de su línea de tiempo. Sólo se conoce una persona atribuida a su familia, Lady Issobelle. Pero nada se sabe de ella, fuera de que no necesitaba una varita y que tenía una voz hermosa." Levantaba la vista justo arriba de la chimenea, a un retrato que estaba a espaldas de Lily. Era la pintura de una mujer.
"Pues la estás mirando. Te presento a Miladi Lilianne Issobelle Veilleaux-Caronne, la primer mujer nacida en la familia y quien luchó en la batalla contra la oscuridad en el siglo 16..."Richard hizo una pausa, mientras daba un sorbo al brandy que tenía en la mano "...esto es lo que no se sabe... a la edad de 17 años Lady Issobelle estaba perdidamente enamorada de un caballero inglés y sacrificó su vida por él. Creo que sabes lo que sigue desde la aparición de mi padre, cierto?"
Severus asintió nerviosamente. Tenía tantas preguntas que no sabía por cuál comenzar. Lily observaba sus ojos.
"Nadie lo sabe Sev. Tenía ciertas habilidades con los animales y la poderes sobre los elementos, sabemos que era muy bueno en el manejo de los metales..."
"Que, co..."
La pelirroja sonrió levemente. Habló nuevamente. "Merlín era un mago poderoso. En los tiempos de Camelot, donde todo era guerra y traición; decidió repartir parte de sus poderes a las personas más fieles al rey Arturo, a quien crió desde su nacimiento; así fue como los doce caballeros de la mesa redonda recibieron a lo que llamamos un don... en total son trece, si contamos las habilidades demoniacas."
"Pero a la muerte de Arturo y la caída de Camelot, los caballeros se separaron y formaron nuevas líneas heredando su poder a los descendientes. Merlín se volvió al lado maligno desde entonces, arrastrado por su lado demonio, pero lo que lo venció no fueron armas o magia, sino el amor. Se enamoró de Vivien (A/N: algunos la conocen como Vivianne) la dama del lago, debes saber la historia. Ella es la madre de todos los Myrrdhin." Continuó Richard. "Los descendientes hemos dedicado nuestro existir a reunir nuevamente los poderes de las doce familias..."
Severus trataba de hablar... movía la boca pero no articulaba palabra.
"...Cómo supe lo que ibas a decir...?"
"Es uno de los dones?" logró decir finalmente.
"Si, es el de la familia del cuarto caballero, Percival."
"A nosotros nos corresponde hallar el último don, el de la vida, que poseía Arturo. Antes de morir lo heredó a un chico cuya línea sigue viva."
"Qué harán cuando lo encuentren?" preguntó Severus. Lily y Richard intercambiaron miradas tristes.
"Debe darnos su habilidad voluntariamente o nos veremos en la necesidad de tomarla por la fuerza..." contestó Richard.
"Quieres decir matarlo?" no quería hacer la pregunta, pero era necesario.
"No somos asesinos, pero si tenemos que matar, lo haremos. No podemos perder tiempo, el final uno de nosotros no lo verá." Al responder volvió la vista a Lily . "Por lo que debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos mientras los dos tenemos vida." y tomó sus manos. "Al paso de las generaciones la familia ha ganado poder. Hoy la sangre de los descendientes tiene descendencia humana, avalonesa, élfica alta, vampírica y demoniaca... Es por eso que Voldemort nos quiere más que nunca de su lado o muertos."
"Dijiste avalonesa?"
"Sev, recuerdas el libro que tiene Potter?" Severus volvió a asentir. "El idioma extraño del que te hable es avalonés, los libros importantes de la familia están escritos en runas avalonesas y sólo los descendientes las podemos leer, así como aquellos quienes llevan la sangre de alguna de las doce familias. Ese libro es el diario de mi abuelo."
Severus estaba teniendo algunos problemas para hablar, Lily veía todas las preguntas en su mente.
"Pendragon es la casa de los descendientes de Merlín, y mi tía abuela es la única que ha estado en ella antes de mi."
"Lily..."
La chica había perdido contacto visual con Severus. "Si?"
"Deja de hacer eso..."
"Lo siento Sev..."
"Vaya, es la primera vez que escucho una disculpa de la distinguida Nya Fairy, será acaso que está enferma?..." Richard acercaba la mano a la frente de Lily, para ver si no tenía temperatura.
"No tiente su suerte señor Casier, sabe mejor que nadie que suelo perder la paciencia muy rápido." Sus ojos verdes tenían la expresión asesina que Richard conocía muy bien, su pequeña daga salió de uno de sus costados; no era buena idea seguir molestando.
"De acuerdo. Comprendo la indirecta. Tu nombre es Severus cierto?" se volvió hacia el chico. "Te recomiendo no acercarte a ella cuando tiene esa mirada, si se enoja es capaz de hacer giroles de ti."
"Lo sé." Esa mirada no era nueva para Severus. Potter ya lo había comprobado muchas veces. Una sonrisa apareció por los recuerdos. Pero esta vez había algo nuevo, la daga.
"Lily, jamás dijiste lo que era esa daga... Nunca antes la vi con Potter."
"Trato de controlarla, generalmente se activa cuando hay algo cerca de mí que quiere dañarme, aunque también puedo moverla a voluntad, como lo hice hace unos momentos. Potter no representa una mínima amenaza, así que no vale la pena hacerla salir." Respondió mientras tomaba el instrumento y se la mostraba. "Intenta tocarlo." Le acercó la daga.
Severus intentó tomarla pero al contacto con sus manos se hizo agua.
"Nadie fuera de la familia puede tocar este material..."
Estaba examinando la pieza flotante frente a él. "Es bellísima..."
"Y mortal, la última persona que se quiso acercar a Lil fue un Death Eater con no muy buenas intenciones, murió al instante." Señaló Richard.
"Se mueve por propia voluntad?" preguntó entonces.
"Algo así. Lo viste aquel día con la quimera, la utilicé para enfocar el rayo. Cada uno en la familia tiene una, nos protege de la mayoría de los hechizos de ataques físicos y algunos mentales. La daga puede adoptar la forma de un escudo a nuestro alrededor o duplicarse si es preciso. Sólo alguien de la familia tiene el poder para romper esa protección. Alguien como Voldemort." Finalizó Lily disolviendo la daga.
Pasaron mucho más tiempo hablando, en unos minutos llegaría la media noche, debían irse a la cama. Richard tenía que marcharse, el debía trabajar aún en domingo, los aurores no descansan.
Después de despedirse, Lily subió a su habitación a cambiarse, bajó nuevamente y se recostó en uno de los sillones que había frente a la chimenea. Uno de los elfos domésticos le había llevado un vaso de leche y una galletas. "Gracias Mindy, será mejor que vayas a dormir, yo no tengo sueño, estaré aquí un rato más leyendo, gracias." El elfo se retiró.
Pasó poco tiempo, la tenue luz de la chimenea, el libro que leía y el vaso de leche caliente, habían conseguido que recuperara el sueño en cuestión de minutos. Se quedó profundamente dormida en el sillón, frente al cálido fuego de la chimenea.
Un chico llevaba casi media hora tratando de salir de un túnel en el que no sabía cómo había entrado. No reconocía ninguna parte por la que pasaba y empezaba a cansarse, parecía guiarse por el instinto antes que de la vista. Pronto vio una luz, más bien un resplandor como de fuego, se acercó sin pensar y llegó a lo que parecía la vista desde atrás de una chimenea. En ese momento comprendió todo: lo último que recordaba era haber visto la chimenea de su sala común, había algo raro en ella, o tal vez era que nunca había observado con atención, debió atravesarla, no encontraba otra manera de explicarse cómo había terminado en ese pasaje.[Debo decirles a los demás, esto es excelente, la entrada a otra sala común desde la nuestra] "Esto debe ir en el mapa de los merodeadores!" se dijo a si mismo. Si. Era James Potter, la única persona capaz de encontrar divertido el estar perdido a mitad de la noche, pensando en cosas tan triviales.
Ahora la pregunta, como atravesar las llamas, sin duda lo quemarían pero... entonces cómo atravesó la chimenea de su propia sala? También estaba encendida. Entonces tuvo una idea, los alces eran rápidos corriendo, si tomaba impulso podría atravesar sin ser quemado. Bien. Así sería. El ruido del golpe de sus patas se perdió al aterrizar sobre alfombras, era una sala que nunca había visto. Tenía extraños tapices y los muebles eran blancos, de hecho toda la sala era blanca. Pensó en algo: había sido algo extraño, ahora que se encontraba del otro lado no recordaba haber sentido ni siquiera calor al atravesar. Volvió hacia el lugar del fuego, y con mucho coraje, o un ataque de estupidez increíblemente grande, acercó la mano al fuego. No quemaba.
[Tal vez sea lo mismo en mi sala común] no había explicación más lógica para lo que acababa de pasar. [Pues bien, ya que estoy aquí debo echar un vistazo.] Miraba por todos lados la sala común, llamó su atención la madera de las paredes y los tapices con los motivos de las luchas entre dragones y unicornios, cuando se dirigía escalera arriba oyó movimientos, se escondió bajo su capa invisible (que por suerte no había dejado) y esperó unos segundos para ver que era lo que había producido el sonido. Nada. Decidió acercarse entonces hacia la sala.
En uno de los muebles se encontraba recostada una joven que él conocía muy bien, "... vaya pero que tenemos aquí... ni mas ni menos que mi querida Babyred..." [Entonces esto debe ser la sala de Slytherin, cuando la remodelaron? La última vez que entré no estaba de esta manera... muy sospechoso...que hace ella a mitad de la noche en la sala?] "No deberías estar con tus compañeras de habitación?... claro..."dijo para si mismo, recordó que las habitaciones de esa casa eran individuales.
La chica en el sofá estaba profundamente dormida, la expresión en su rostro era de una tranquilidad indescriptible, de vez en cuando se movía un poco y hacía algunos sonidos, pero no pasaba mucho tiempo antes de volver a recuperar el mismo estado. Su cabello rojo estaba esparcido por todos los cojines en los que recargaba su cabeza y brillaban con la tenue luz del fuego, lo que hacía contrastar lo blanco de su piel y sus labios color cereza. [Debo reconocer que es linda, pero el encanto se acaba en cuanto abre la boca... lástima de chica] Pensaba mientras comía las galletas que estaban sobre la mesa. En su pecho tenía un libro abierto, tenía la misma escritura que el que tenía en su poder sobre la pasta. Lo retiró con cuidado de no despertarla y lo puso a un lado.
Pasó el tiempo sin notarlo, no se apartó de la sala común, simplemente la recorrió, después de todo, habría tiempo de sobra ahora que conocía un nuevo atajo; estaba asombrado por todo lo que había en la sala. Había llamado su atención la pintura de una mujer sobre la chimenea. A diferencia de las otras pinturas en Howarts, ésta no se movía; era una mujer hermosa, pensó que era un retrato de Lily al principio [No creo que su club de fans haya llegado a tanto... o sí?] el pensamiento era simplemente absurdo, así que se acercó más para mirarlo de cerca, aunque no era Lily, definitivamente era muy parecida a ella, el mismo cabello rojo, sólo que más largo, los destellantes ojos verdes, la piel pálida y los labios cereza. Incluso la mirada era la misma. Lo único diferente eran las ropas, usaba un vestido en blanco y dorado, escotado, corte medieval y mangas largas que salían abiertas desde los hombros. Tenía una gargantilla en el pecho con un crucifijo en el medio, era una pieza exquisita [Sé que he visto algo así antes...] Sus manos descansaban sobre la empuñadura de una espada clavada en el suelo; aunque se trataba sólo de una pintura, detallaba muy bien cada centímetro de ella. Miró entonces su reloj, eran casi las tres! Debía volver a su casa.
Cuando se disponía a cruzar las llamas uno de los elfos al cuidado de Lily apareció, afortunadamente James se dio cuenta a tiempo y evitó que gritara.
"No te preocupes, no vine a hacer nada malo, soy un amigo de tu señora y vine a hablar con ella, pero es tarde y debo volver..." la pequeña elfo, Mindy, estaba muy sorprendida. James tuvo que improvisar algo. "Vamos, guíame a su habitación, la llevaré a su cama para que descanse..."
James sabía de sobra que un elfo jamás se negaría a una orden directa.
"Sígame señor."
Con mucho cuidado levantó a Lily entre sus brazos, debía evitar que despertara; era muy ligera. Lily ya se había acomodado en sus brazos, había pasado sus brazos en su cuello y había acomodado la cabeza en el pecho de él. Era una escena muy linda. Así subieron las escaleras y pasaron al lado de varias puertas, hasta llegar a una de las últimas, entraron. El cuarto era totalmente diferente a los que había entrado en toda su vida en Howarts, su cama era gigante a comparación de las camas de los cuartos de Gryffindor, era de cuatro postes y las cortinas parecía hechas en finísimos tapices, había incluso una pequeña salita dentro y un tocador al lado de una de los ventanales. Todo en blanco de nuevo. Tal vez no era un experto, pero podía decir que era una habitación hecha para la realeza. Tenían razón al llamarla Princesita. James puso inmediatamente a la chica en su cama.
"Remí... no te vayas." Dijo débilmente la chica mientras tocaba las suaves almohadas de plumas en su cama. Estaba firmemente sujeta al cuello de James.
"Pero debo hacerlo Princesita... ya es muy tarde..." contestó James en un susurro. Sabía que estando dormida no prestaría atención.
"... Lev... problemas..."soltó su cuello no sin antes darle un beso en la mejilla, pero que terminó muy cerca de los labios. James estaba estupefacto.
Salió de la habitación muy pálido y se apresuró a regresar a la torre de Gryffindor. Desde ese momento algo había cambiado.
La mañana había llegado. Lily se había levantado llena de ánimos alrededor de las 9 de la mañana, una hora perfecta para comenzar el día, se levantó a tomar el baño y a vestirse. Severus llegaría pronto, había logrado que Lily aceptara la prueba para el equipo de quidditch ("Solamente será por este año, Sev!")después del desayuno, así que la escoltaría al campo. También continuarían con la plática que habían dejado inconclusa la noche anterior. Ahora era menos difícil hablar.
Severus era una persona muy correcta en sus modales, había sido educado como un auténtico caballero inglés, una persona muy puntual por consecuencia. Así que a las 10 de la mañana estaban rumbo al gran comedor para tomar el desayuno. Continuaron con la charla pendiente.
"Por qué yo?" Severus preguntó después de un rato.
"Tal vez parezca tonto..." Lily miraba al techo. "... Me había prometido que mi vida sería diferente al llegar a Inglaterra... quería olvidar todo lo que había vivido en Francia... a Nya Fairy y todo eso, pero..."
"... Resulta que en Howarts es exactamente lo mismo, no?" terminó la frase que inició Lily.
"Si... no me gusta ser ese tipo de persona, sabes, ya no quiero tener secretos, al menos contigo; me gustaría ser la chica que pasa desapercibida...tu sabes, el tipo de chica normal..."
"La princesita Rouge no es de ninguna manera una persona normal, es realeza." Bromeó un poco Severus, lo que le valió un ligero golpe en el brazo por parte de Lily. "Sólo bromeo Lily, dales tiempo, pronto se olvidarán del tema y te dejarán tranquila..." dijo sonando un poco más serio.
"Si, claro... lo mismo me dijo Re... Alain al llegar a Beauxbuttons... y los tres años que estuve ahí, tuve que lidiar con anónimos que me enviaban flores, miles de cartas de amor, y muchísimas chicas que se decían mis mejores amigas... la verdad es que siempre me sentí sola... no había nadie a quien pudiera llamar amigo."
"Pero ahora me tienes a mí." Y le dio un gran abrazo.
"Lo sé, y te confiaría mi vida... Sev..." se separó de sus brazos. "Cuando te conocí hace un par de meses en el expreso, sabía que había algo en ti..." aclaró su garganta. "Eso es otro don Sev, el del séptimo caballero, Belafonte."
Severus entendió lo que decía, se lo había explicado la noche anterior. "Cuantos dones puedes usar?"
"Hasta ahora sólo puedo manejar cinco correctamente... estoy trabajando en perfeccionar los demás..."
El resto del camino continuó con una plática parecida. Cuando llegaron al salón Dumbledore estaba presente, estaba dando un anuncio.
"... hemos decidido que sería una buena idea hacerlo en la noche buena. El día de navidad tendremos nuestro festejo anual acostumbrado, con los alumnos que decidan quedarse las vacaciones de invierno."
Las personas de todos los comedores estaban hablando animadamente, ni Lily ni Severus entendían una palabra hasta que una de las chicas de Slytherin se acercó y les dijo todo: Debido a los recientes ataques de Voldemort, era necesario que se reunieran fondos para los daños causados, se había decidido hacer una colecta en la escuela, y el director estaba pidiendo sugerencias para hacerlo.
"Yo donaré dinero, no pienso participar. No quiero que me tomen en cuenta para las locas ideas que tengan en mente." Lily presentía que muchas personas estaban pensando en al hacer sus planes.
"Merodeadores! Tengo una idea..." Sirius Black había hablado. Su típica sonrisa traviesa aparecía en sus labios.
"Debe ser algo grande, no se da siempre que Sirius Tenga Ideas" completó Peter.
"Bien, Sirius, habla." Era James, suponiendo lo que iba a decir...
So, what do ya think 'bout it? Ya sé que no todo se aclara en este chap, pero tengo que guardar misterios para capítulos posteriores. Quien fue el amor de Lady Issobelle? Pronto lo sabrán, por cierto, al hablar del siglo XVI en realidad me refiero a la época de los 1500´s, no sé a quien se le ocurrió esa brillante (o no tanto) idea. Pero así es como se da la notación.
Como lo dije en el capítulo pasado, hoy es un día menos para mi entrada a clases, así que a partir del primero de agosto los capítulos nuevos estarán cada semana, o antes si el tiempo y la ingeniería me lo permiten. Que hace alguien que estudia mecatrónica escribiendo un fic?? ustedes díganme.
Reviewers... Mil thanks por dejar opiniones.
Lalwende: yo tambien lo adoro!!! Espera a que leas los demás...
Lilly Malfoy: gracias.
Hermione de Potter: La verdad no había planeado nada con ella. Pero las ideas son siempre bienvenidas!!!
Lucía: Gracias. Créeme me esfuerzo mucho por que esto salga bien. A mi tambien me tiene alucinando... pero porque luego se me cierra el cráneo... es frustrante pensar y pensar.
Paulika: *y se lo dices a alguien con seis cicatrices en la frente?, eso si es dolor...!?* Claro que las mujeres somos inteligentes por naturaleza... que harían los hombres sin nosotras... tal vez dejar de evolucionar *mirada de orgullo*
Gin-gin: Esto o lo termino o lo termino... no importa que otras personas lo hayan dicho, siempre se siente lindo que una persona diferente piense lo mismo. Gracias.
Lo que viene:
Imaginen el tipo de propuestas para una colecta.
Cuál es la idea de Sirius? (Adelanto, no es nada bueno... para Slytherin.)
Que quién enseña 'sus atributos'?... Esperemos que no sea nuestro chico favorito...
Que tiene Lily que ver con todo esto?
De su, Croiff
