Disclaimer: Nada de lo que puedan reconocer es mío. Lo demás pues creo que si... o de alguna de las otras personas que viven en mi cabeza *hmmm... demansiado witch hunter Robin*
Nota: GRACIAS POR SUS REVIEWS! SON LO MÁXIMO! Quiero agradecer especialmente a Diel y a Shaggy por echarme porras con todo esto... esto va dedicado a ustedes.
On with the fic!
… No necesitó más que la poca conciencia que le quedaba, para sentir como una filosa hoja atravesaba sus carnes… No necesitó más, que la poca visibilidad de sus ojos húmedos, para ver como una pelirroja era quien hundía su empuñadura…
"James!... Lily NO!!!!" gritó Sirius en medio de la confusión
que se vivía en el terreno. Miles de personas iban y venían en
todas direcciones gritando en desesperación. Él se había
quedado petrificado al ver lo que había pasado en lo alto. Sólo
había visto a la chica empuñar el brillante objeto en lo que parecía
el cuerpo de su querido amigo… Mientras todos buscaban alejarse, Sirius
buscaba una oportunidad entre la multitud para regresar.
"No!" en su camino fue detenido por un fuerte brazo. Era Alain. No sabía como explicarle que debía ir por su amigo, se halló forcejeando contra el francés. "EL YA ESTÁ MUERTO!" gritó el rubio, y el cielo reforzó sus palabras con un estruendo.
"James…" Sirius perdió las fuerzas…
"Debes llevar a la gente a un lugar seguro…" comenzó Alain liberándolo. "Estamos en el medio de un ataque de Voldemort, y hasta que no demos quien de todos los enmascarados es, no podremos hacer nada…"
"Eso es imposible, son cientos… el camino debe estar rodeado y-"
"Toma a todos los magos adultos que puedas llevar contigo, tendrás ayuda en el camino." Alain sonaba como nunca, incluso en el estado de shock en el que se encontraba, Sirius pudo notar que Alain mostraba una faceta que nunca había visto… era frío, y parecía por primera vez anteponer la razón.
"De acuerdo", dijo en respuesta, recordando que él mismo debía ser fuerte. Se alejó rápidamente a uno de los extremos.
Los atacantes habían llegado en grupos numerosos, unos dos o tres repartidos a los tres extremos del pueblo; la estrategia era avanzar de frente hasta rodear el objetivo, lo que habían logrado gracias a la distracción del festival de invierno. El grupo más numeroso venía desde la calle principal… constaba de unos cien o 150 personajes que miraban bajo máscaras blancas. Podría decirse que eran hombre adultos, a juzgar por su estatura y complexión.
Se había formado un frente en contra de los encapuchados, muchos magos de edad avanzada y algunos jóvenes osados… Alain lo notó, y echando una última mirada hacia el lugar donde yacía su preciado tesoro se adelantó hacia ellos.
"Cómo es que no lo vi venir, como fue posible…" maldecía por lo bajo.
"Éstos son los poderosos magos que vienen a detenernos? Ancianos y niños!?" dijo a lo alto uno de los encapuchados. Los demás rieron.
Bien… lo suficientemente tontos para descubrir su líder. En cuestión de segundos, la risa que había llenado las filas murió ahogada cuando vieron caer su razón. El estúpido que había hecho el comentario había sido atravesado en el corazón por algo sumamente filoso. El silenció llenó al grupo, y se fue opacado por furiosos arrebatos momentos después. Los llamados Mortífagos, seguidores del señor oscuro; habían roto formación para atacar abiertamente. Enfurecidos.
"Creo que no…" chasqueó el anciano recién llegado.
"Señor." Habló Alain. Dumbledore había llegado.
"Sabemos cuál de todos es?" preguntó mientras se acercaba al joven con pasos serenos. La multitud de mortífagos se detuvieron en el acto. Visiblemente afectados por la llegada de tan gran personaje.
El chico negó. "Creo que tendré que empezar por eliminación…" Sin miramiento alguno, descubrió sus manos y tiró su varita a un lado, la primer pelea por la heredera comenzaba ahora, y no podía darse el lujo de permanecer alejado del campo mientras más personas morían…
"No estarás solo." La voz familiar llegó a su lado. Lestat había llegado, con una de las mangas de su vestuario totalmente quemada y algo de sangre en la pierna izquierda. Forsoise iba a su lado, sus ojos grises ardiendo. "Los LaRue también estamos en esto."
Dumbledore sonrió con un brillo especial en los ojos. "Creo que con dos herederos será más que suficiente, Señorita LaRue, sería tan amable de ayudarme en la retaguardia?" la chica asintió, viendo a todos los jóvenes que parecían jamás haber formado parte de algo así de peligroso. Aún a metros de distancia, podía verlos temblar.
"De otro modo seremos blanco fácil…" añadió la chica. "Donde está Lillianne?"
"Ella tiene sus propios problemas…" Alain suspiró. Los ataques comenzaron, ninguno de los herederos tuvo problema para someter a sus atacantes, tampoco Dumbledore o Forsoise, los otros brujos que peleaban a su lado estaban atónitos. Uno tras otro, las tropas del enemigo fueron cayendo, otros huyeron al ver el poder de cierto rubio que podía encender sus manos y lanzar de ellas el más terrible de los fuegos, muchos más cayeron petrificados y capturados, cortesía de Dumbledore… La pasión de pelea de los hermanos LaRue, había creado cierto temor incluso en las personas del mismo bando.
"Alguna idea?" preguntó cuando se encontraron espalda a espalda uno de los dos rubios.
"Creí tenerla, pero cayó más rápido de lo que imaginé…" Alain lanzaba cuchillas de viento momentos después…
"Se están reuniendo los demás…"
"Lo sé…"
"Sabes si Lily está segura?"
"Desde cuando tenemos que preocuparnos por ella?"
"Buen punto." Rió un poco Lestat, lanzando un Desmaius a un encapuchado cercano. "Te importaría? Creo que nos están rodeando…" sugirió.
"Por supuesto." Consintió Alain. "Ea Suí! Voy con Lionel y Lancelot!" gritó a sus espaldas.
Instantes después el suelo comenzó a crujir, colapsándose a los pies del enemigo, muchas de las pesadas placas sueltas salieron disparadas y cayeron sobre muchos; los que no corrieron la suerte de ser aplastados o tragados por la tierra, si lo hicieron con las miles de ramas que llegaban a ellos por todas partes, espinos y lianas los ahorcaban y levantaban en el aire… no era una vista grata… incluso para su causante. Éste, vio algo que lo hizo parpadear repetidas veces… una paloma se acercaba a ellos; el chico sonrió ampliamente.
"Tanto tiempo Cariño…" dijo al sostener en el aire la paloma que se transformaba en el cuerpo de una chica. Lily llegaba. De alguna manera su cuerpo había adquirido un brillo espectral, no existía el vivo color de su cabellera o el verde de sus ojos, ni siquiera el aperlado color de su piel. Y no parecía escuchar.
"Aún en el confín de la tierra podría sentir tu hedor!" la chica vociferó con asco al sentido opuesto de Alain, quien parpadeó aún mas extrañado. "TÚ!" gritó aún más alto, mientras su daga se volvía nuevamente sólida.
Comenzó a caminar.
"He esperado este momento por mucho- mucho tiempo…" murmuró con palabras llenas de veneno la chica. "Puedo oler tu cuerpo putrefacto y sentir tu respiración nauseabunda… lo has logrado… un nuevo poder a tu lista…" añadió sin dejarse intimidar por la cercanía al enemigo.
Alain estaba de cierta manera asustado, no había visto a Lily así, jamás. Cómo lo supo? Jamás le habló de sus sospechas de lo que el señor Oscuro quería hacer… cómo se había dado cuenta? No lo comprendía; y sabía que no lograría hacerlo en esos momentos. Debía estar atento a los movimientos de Lily, que parecía ser la única sabiendo lo que pasaba.
Y dónde demonios estaba el estúpido Gryffindor que se suponía le iba a ablandar el corazón? Alain realizó. Llevó una mano desesperada a su rostro. Su plan había fallado…
"… Pero sabes algo?... dos pueden jugar el mismo juego…" Fueron las palabras de la chica antes que su daga emitiera un brillo que cegó a todos por un momento. Lily ya no estaba.
"Que sucede Richard?" preguntó en la primer oportunidad Lestat. En un susurro.
Alain no tuvo tiempo a contestar el 'eso quisiera saber' ya que en un momento, una buena cantidad de death eaters cayeron al suelo aullando en dolor. Sus máscaras se desprendieron justo antes de los cuerpos lo hicieran al igual. Sin vida.
"Lily detente!" gritó en un momento Alain. Horrorizado.
La chica apareció frente a él, con la mirada perdida. "Aún me falta uno y ahhhh… se escurre entre las sombras… Thomas Ryddle, que mal chico…"
"Quién te ha dicho que huyo? Pequeña dragón…" pronunció una voz siseante… "Ahhhh… profesor Dumbledore… tanto tiempo…" dijo momentos después. Era un eco que venía de ninguna parte.
"Tom…" saludó entre dientes el anciano.
"Sabes algo Cariño?" dijo Lily en un momento. Con la dulce voz que la caracterizaba. "Nivne me ha aceptado… y Orendra conocido a James-"
Esta no era la chica usual. Incluso a su propia sangre causaba escalofríos. Lily estaba enojada, tanto como Richard jamás la había visto…
-Esto es la muerte?- Siento mi voz como un eco… y es agradable… y cálido… como el pecho de mamá lo era…-
-Tu debes ser James- provino la voz de una mujer de cabellos de plata. -Nuestra niña dijo que eras hermoso… ahora veo que no mintió…- añadió con su voz melódica.
-Tu no eres mi madre…-
La mujer pronunció una sonrisa, que le llegó a James con unas ganas inmensas de sonreír. Era la primera vez que se detenía a ver sus alrededores, estaba en la nada… Todo era brillante, pero parecía una extensión vacía, como si se encontrara en un cuarto enorme pintado de blanco. Esto sería el cielo? O el infierno?...
-Ninguno de los dos- contestó la mujer, sin perder la sonrisa. Se acercó a James y puso sus manos sobre su cara. Posando fijamente sus ojos cielo en los de ella. Antes de pronunciar palabra el brillo mágico del lugar desapareció y fue sustituido por la más negra noche. Aunque se dio cuenta que él mismo y la mujer del bellísimo rostro parecían tener un brillo propio…
-Ohhhh Denubu! Me alegra que llegaras hermana… mira quien ha venido a visitarme!- dijo animada, y desviando la mirada hacia su espalda.
-Disculpe yo no…- Intentaba decir 'yo no he venido a visitarla, no se ni quién rayos es… Ni en que lugar estoy!'
Se contuvo… sabía que las palabras no sonarían amistosas…
-Ya lo sé… lo olvidas? Lily me pidió que lo trajera…- habló una segunda voz, Denubu, quien quiera que fuera tenía un acento más calmado y no parecía tener muchas ganas de conversación…
-Lily!? Conocen a Lily!? Quienes son? Como he llegado! Y como es que saben mi nombre!- preguntó exasperado, liberándose de las manos que sostenían su rostro…
De las sombras apareció una chica más normal, vestía una túnica negra, de cabello negro y piel sumamente pálida, sus ojos parecían aburridos o tristes, James no sabría decir si era por una causa o la otra. -No pierdas tiempo. Nivne no es muy devota de la paciencia. Lily tendrá problemas, si la sostiene demasiado no tendrá la fuerza para Tenkhe-
-De acuerdo…- se volvió a James de nuevo. - Yo soy Orendra, conocí a tu madre hace algunos años… es un placer conocerte ahora… Denubu ha hablado, debes regresar… aún no es tu hora…- se acercó y lo tomó por sorpresa con un beso. -Lily no te quería en desventaja, ahora que lo sabes… regresa a su lado…-
Al término de sus palabras el chico estaba más confundido. El beso le había hecho algo, le había dado algo. Sentía que conocía a las personas presentes y el extraño mundo del que provenían como si hubiera vivido en él por años, sin razón, las sentía extrañamente familiares…
-Regresa James, y haz uso de tu poder ahora que sabes como…- fueron las últimas palabras de la mujer brillante, antes que todo se volviera nulo.
James abrió sus ojos azules. Atónito. "De acuerdo…
eso fue extraño…" se dijo así mismo.
Tardó unos segundos en recuperar la sensibilidad de su cuerpo, así como la completa visibilidad. Sentía el cuerpo entumido y pesado… como si hubiera dormido un buen rato y como si- Ahora recordaba! El cielo a su cabeza estaba cayéndose a pedazos, truenos y relámpagos lo desgarraban; pero su cuerpo ya no sentía el dolor incesante de las heridas hechas… se incorporó un poco y encontró a una chica a su lado… Lily yacía a su lado, luchando por no caer desfallecida, en su palma sostenía una cuchilla ensangrentada con la misma sangre que él llevaba en sus ropas…
Se acercó rápidamente a ella aún sin entender nada y con el recelo de un nuevo ataque. Lily no estaba en buen estado, jadeaba apremiante, como si el aire no le bastara…
"Me la jugué James… y has regresado." Dijo con trabajo, inclinándose hacia el pecho que éste le ofrecía. "Ahora estamos iguales…"
James no tuvo que preguntar a que se refería… ahora lo sabía bien…
"Me salvaste…" dijo apretándola contra su pecho.
"No. Cumplí tu deseo, sólo esta noche fingiré…" dijo separándose con gran esfuerzo, "… que no eres tu."
La chica se puso en pie trabajosamente, frente a él.
TÉMPORIS FORTIARE La oyó murmurar mientras apuntaba su varita a sí misma. "Con eso debe bastar…" la hoja que había estado sosteniendo se disolvió en el aire, como antes lo había presenciado.
Antes que James pudiera decir algo una gran sombra pasó por encima de ellos, después otra y otra más… parecía un desfile de grandes dragones por encima de las nubes… Se apresuró a sostener a la chica quien ya había alcanzado el filo de la plataforma.
"Por si no te has dado cuenta, lo que te golpeó hace rato fue una maldición, estamos en el medio de un ataque Potter…" dijo ácida. Quitaba de sus manos los guantes. "No tengo tiempo que perder, el hechizo no durará para siempre." Se liberó bruscamente al tiempo que desvió una maldición. Y se tiró…
En lugar de verla caer, el chico vio como una paloma brillante levantaba el vuelo…
En el extremo opuesto de la calle se encontraba Sirius. Había logrado reunir una buena cantidad de personas; y se halló dirigiendo a las personas hacia las puertas de Blossoming Bleu, no podía pensar en lugar más seguro…
"Bien pensado Black, hemos preparado los trasladores" dijo una mujer uniéndose al grupo. Minerva McGonagall mostraba una de sus características sonrisas apretadas, visiblemente nerviosa. "El profesor Dumbledore ha llamado al ministerio, esperamos refuerzos…"
"El camino está cubierto, no se me ocurre que-"
"Po-rr- las cañe-rr-ías." Sugirió inmediatamente una mujer robusta, de expresión dura. "Con un hechizo o-rr-ientado-rr- basta-rr-á."
Muchos secundaron la idea, al ver el amenazante cielo rugir la amenaza de tormenta. Truenos y relámpagos iluminaban la totalidad del pueblo, como si el final del mundo llegara.
"No- no se que esperamos entonces…" añadió una chica vestida de leopardo. "hay otro problemita…" señaló a través de la discusión de los mayores, hacia el camino a la inmensa propiedad.
Todos ahogaron un grito.
Al menos quince dragones, aparecieron a sus alrededores. Unos más en los cielos. Durante la discusión uno de ellos se había acercado tanto que unas chicas lanzaron gritos de terror. El largo cuello de la bestia había dividido en dos a la multitud, acercándose más y más al joven auror. Sirius estaba perplejo, ni en sus escapadas de Hogwarts había conseguido estar tan cerca de un dragón… no que hubiera muerto por ver uno… así de cerca. El tibio aliento de la bestia en el rostro le trajo a la mente algo
…Tendrás ayuda en el camino…
Sonrió, sintiendo el corazón aliviado. "Rápido! A correr! La ayuda ha llegado!"
La bestia pareció entenderlo también, porque lanzó un grito desgarrador a los aires y una bocanada de fuego regresó a la tierra, limpiando la senda que seguía a la meta. Los demás dragones levantaron el vuelo y se posaron en toda la vía, lanzando enormes bocanadas de fuego en los extremos y moviendo las filosas colas amenazantes.
Lily despertaba de un sueño profundo, en su habitación. Estaba en Pendragon!? Como era posible? No podía recordar nada con claridad; sólo los suceso que vivió estando en Suiza, su cabeza daba vueltas y su cuerpo pesaba como si hubiera cientos de libras sobre ella. Cayó pesadamente después que el cansancio la derrotara.
"No deberías hacerlo." Dijo la chica que descubrió las cortinas. Forsoise se acercaba para ayudarle a levantarse. "Fue muy tonto utilizar esa variante del hechizo fortalecedor." Añadió.
"Qué- qué hacemos aquí? Qué Sucedió?" preguntó notando el dolor de cabeza más grande.
Forsoise soltó a reír un momento. Pero recuperó la compostura al momento. "En verdad no recuerdas? Debe ser una consecuencia del hechizo… y de todas las fuerzas que utilizaste…"
"Podrías dejar de dar vueltas? Habla."
"Bueno… tu misma eres más letal que el ejército de aurores que llegó de refuerzo, al parecer." Señaló divertida. "Hasta Richard estaba asustado." Continuó. "…después que tu sola acabaste con media tropa de mortífagos te fuiste contra Voldemort, como lo hiciste? Ni siquiera Richard pudo ver donde se encontraba…" miró la cara desencajada de la pelirroja. Y añadió, "… si no es por Richard le hubieras arrancado la cabeza…"
"Hmmm…"
"Dónde está Remí?" apremió la pelirroja.
"Las cosas van en serio esta vez, según me dijo." Dijo Forsoise tornándose seria. "El de Suiza no fue el único ataque…"
"Dónde está!" dijo elevando el tono.
"Los aurores han sido requeridos en el ministerio. Dumbledore ha puesto varias barreras en esta escuela para nuestra protección."
"El tío Jacques…" susurró repentinamente, recordando algunas cosas de la noche anterior.
"Qué sucede con él?" Preguntó extrañada la chica de ojos grises.
"Debo ir-" en un arrebato se descubrió las cobijas y se puso en pie. Gran error, cayó al suelo instantáneamente, sin fuerzas.
"Te lo dije tonta." Forsoise la ayudó a ponerse en pie.
"Suí… recuerdo cosas- mi mente está llena de cosas horribles a las que no puedo dar orden- yo- yo- Necesito hablar con tu padre!" dijo la chica, incómoda por no poder valerse por sí misma.
Para su sorpresa, Forsoise la abrazó fuertemente, "Me asustaste cuando te ví caer, pensé que no volvería a hablarte." Susurró a su oído. Mientras un brillo particular las cubría a ambas por unos segundos. "Debes ir entonces." Cortó. Separándose rápidamente y liberando el paso a la pelirroja. "Papá está en la sala hablando con Les…"
Lily se halló corriendo llena de energía hacia ellos, el tiempo apremiaba… no podían desperdiciarlo así.
No debes volver a Hogwarts James, no mientras ella esté indecisa…
En el techo de la habitación brillaban innumerables astros; la luna con su Venus y Júpiter en estrellas naranjas y las constelaciones del cielo austral. Centelleaban mientras giraban en un lento movimiento. Era relajante de cierto modo, el imponente brillo de la estrella polar junto al amilanado destellar de dubhe, la estrella gemela, o el cinturón de orion, que a momentos desaparecía… las puertas y paredes se encontraban iluminadas por el tibio fulgor de la chimenea, cuyas llamas furiosas crepitaban en demanda de leños.
La cama adoselada, como las mismas de Hogwarts, seguía a la gigantesca ventana que mostraba el violento exterior, en el que soplaban ráfagas furiosas de viento invernal. Y en la calidez de la habitación, se hallaba James Potter…
Perdido, como los últimos días, en sus pensamientos…
"Una Libra por tus pensamientos…" preguntó al marco de la puerta la recién llegada.
"Carrie…" respondió flojo, tendido en la cama.
La chica se recostó cerca de su hermano, y empezó a acariciar su cabello. "Gracioso… nunca pudimos domarlo…"
James rió forzado. Tomo la mano de la chica y la besó. "Si, hace mucho que nos rendimos." Contestó. El silencio cayó de nuevo en el área.
"Estoy preocupada por -"
"Por qué siempre nos rendimos?" cortó el chico. Dándole voz a un nuevo pensamiento.
"No lo sé… debe ser que no todo fue hecho para solucionarse."
"No debería ser así," añadió incorporándose. "Las soluciones existen, sólo hay que buscarlas." Carrie pudo notar cierto deje de esperanza en la voz del chico.
"Lo dices por Lily no?"
"No… Si- No sólo por ella me refiero!" Se apresuró a responder. "Es decir, mira a Voldemort- parecía imposible atraparlo... y ya lo ves, encerrado en Azkaban de por vida-" James había empezado a pasearse por la habitación, como solía hacerlo cuando estaba ansioso. "… Y ella- salvó mi vida- digo- me refiero-"
"-A que quieres tener esperanzas…" finalizó la chica de cabello castaño. Visiblemente afectada por lo que le pasaba a su hermano. "No es malo tener esperanzas James… lo malo es cuando empiezan a despegarte de la realidad." Añadió excesivamente tranquila, como tratando de reprimirse.
"Y cuando te vuelven tan ingenuo, que te manipulan fácilmente." Cortó éste lleno de amargura. Se alborotó más el cabello. "Vi su mirada… cuando llegué la encontré totalmente fuera de sí- ella me miró y lo miró a él furtivamente- parecía pensar cuál presa valía más la pena. No podía tocarla- no sé si no quería o le temía, Alain entonces se acercó para separarla de Voldemort. Sus manos se empezaban a hundir en su cuello, los ojos de Voldemort estaban desorbitados; fue una escena horrible… aún cuando cierro los ojos puedo ver su expresión de horror…"
"Pero la salvaste. Y eso paga la deuda."
"Ella me salvó primero."
"Entonces están a mano."
"No a sus ojos Carrie. Ella me quiere muerto…" Dio un largo suspiro. "… y ya no estoy seguro si quiero impedírselo."
"No te atrevas!" gritó al instante Caroline. "Juro que primero que enterrarte como un cobarde, yo misma te saco el alma a cucharadas!"
James parpadeó un poco. Poco extrañado por la actitud de su hermana. "Carrie-"
"Escúchame bien James Godric Potter..." Dijo con su característico tono autoritario. "Eres todo un Gryffindor y le arrancaré la lengua a quien diga lo contrario; yo soy tu guardián y primero muerta que ver que Lilianne te haga daño…" bajó el tono hasta hacerlo peligrosamente bajo. "Pelearás contra ella, James, y morirás si tienes que hacerlo. Pero lo harás con valor!"
"Siempre se trata de lastimar a los demás… herir o matar." La mirada de James cayó de nuevo hacia las llamas de la chimenea. "Para Voldemort hubo solución… sé que podemos encontrar una manera… siempre hay solución Carrie, es sólo que las personas se rinden muy pronto…"
Carrie sonrió comprensivamente y en dos segundos se unió a él en un fuerte abrazo. James se salió de balance. Hacía mucho tiempo que su hermana lo había abrazado. "Entonces juntos pensaremos en un par de ellas…" dijo repentinamente. "Una para que puedas estrechar la mano de Lily; y otra para ese cabello…"
James la abrazó de vuelta, con la primer sonrisa genuina en días. "Juntos… tú, papá y yo…"
La puerta de la habitación se abrió de golpe. Entraba un muy agitado
Sirius. "Tenemos graves problemas-"
Richard caminaba a hurtadillas por la sala Pendragon, se dirigía a la pequeña biblioteca Myrrdhin por quinta vez en la semana. Había evadido a una pelirroja y a su pequeña 'aclaración de puntos' hábilmente por dos semanas. Pero sabía que no siempre tendría suerte. Subió las escaleras con sigilo. Más callado que el mismo Lykos, que en dos ocasiones lo encontró husmeando. Había sacado algunos libros, otros los había conseguido estando en Blossomming Bleu. Pero había todavía cosas que no encajaban. Todo era muy confuso…
"Trabajando hasta tarde Cariño?" Richard sacó el susto de la vida al ver a la chica recargada justo al lado del gabinete que acababa de cerrar. Lily lo miraba sin parpadear. Mala señal, pensó el chico, al realizar que tragaba saliva.
Pésima… oyó dentro de su mente. Era la voz de la pelirroja.
"Escucha Cariño, este no es el mejor momento para-"
"-Tampoco lo fueron los días pasados…" siseó. "Ni alguna de las ocasiones que has entrado a esta sala desde entonces…"
Traidor, fue lo único que el chico pudo pensar.
"Deja en paz al gato." Habló la chica.
"Escucha Lil, sé que debes estar furiosa…" comenzó Richard.
"Furiosa…" repitió Lily, entre dientes. "Te diré algo Casier, hace DOS semanas estaba Furiosa, hace SIETE días estuve Colérica, HOY sólo estoy Molesta… pero eso me basta para arrancarte la piel a jirones…"
"De acuerdo." Asintió el chico. Tornándose serio. "Te lo diré. Sabes por que no te lo dije? Sabes por que te mantuve lejos de todo esto!?"
Lily no respondió. Pero su mirada seguí clavada en él. "Quiero saber únicamente por que me ocultaste quien era el heredero?"
"Lily…" Richard la estrechó. "Qué es lo que te molesta, que te haya hecho perder tiempo o que resultara el chico que te gusta?"
*Slap!* recibió una cachetada que le volteó el rostro. Había dolido como el infierno.
"Lo sabes bien Richard, te lo dije desde nuestra llegada, yo no vine a enamorarme. Vine por la venganza." Dijo en un tono tranquilo, aunque Richard pudo ver que tenía los puños apretados. "Vine por el treceavo poder… y por la cabeza de Potter." Salió de la habitación.
"Te estás ablandando Cariño," dijo Richard al vacío. "… en otros tiempos sí que me hubieras arrancado la piel…" sintió una necesidad de recargarse en la mesa contigua, las piernas se le doblaban involuntariamente. Mientras una sonrisa de alivio aparecía en su rostro… Aunque ya no sé si prefiero la primera… pensó mientras pasaba una mano por su roja mejilla…
Las cosas poco a poco regresaron a la normalidad, el incidente de Suiza no había sido del todo catastrófico. Dos estudiantes de sexto y uno de quinto, resultaron heridos de gravedad y dos más muertos en el ataque. Todo el mundo mágico estaba llamado a estado de alerta, Voldemort había escapado la noche que se cumplía su tercer semana en Azkaban, el modo?... todavía un misterio. Jacques LaRue, el ministro francés había terminado instalado en el mismo castillo de Hogwarts, con la excusa de ver por la seguridad del alumnado.
Lily y Richard hicieron las pases. Aunque evadieron desde entonces hablar de todo lo relacionado con la familia Potter. Richard llegaba al castillo por las noches. Dormía en la torre Pendragon. Muy pronto recuperó la cercanía que en otros tiempos había tenido con su pelirroja. En el transcurso de esas semanas, las actividades del señor oscuro habían aumentado. Los aurores estaban cargados de trabajo, y grupos de muchas naciones se organizaron para las, al menos 20 redadas, que se llevaban a cabo cada día.
"Listos? Aho- Qué!?" Era la voz de un hombre. "Cuidado! Son más de lo que esperábamos!" "Qué hacemos?" hablaba una mujer. "Rápido, tú! Regresa y pide refuerzos, no soportaremos mucho. Ve!" "Yo lo escoltaré. Vamos!"...La tarde pasó usualmente, la última clase de la tercer semana de Enero había sido una sesión extra de adivinación, Lily estaba interesada en los movimientos de los astros y las estrellas. Sybill Trelawey estaba feliz de tener por fin una alumna que se interesara por su clase y que aprendiera tan rápido a predecir el futuro, poco sabía que Lily nunca necesitó de leer tazas de te o bolas de cristal, para hacerlo contaba con el don de la premonición, aunque en verdad disfrutaba el té negro...
"Papá cuidado atrás!" "Cuidado con el que está en la esquina! Está apuntando a- NO!" hablaba otro hombre de voz gruesa. "Expeliarmus! Impedimenta! Son demasiados!" "Ve por tu hermano! Hijo asegúrate de salir con ellos!" una nueva voz... "Silvern NO! Váyanse ya! Esto se pone peor." "Patéticos esfuerzos de su parte... esperaba algo más divertido." La voz del acento frío se oía divertida...
Había tenía un extraño presentimiento, era algo que la angustiaba desde la mañana. No era por Richard, eso era seguro, pero estaba oyendo voces desde su partida. La noche anterior habían platicado acerca de la redada en la que su equipo participaría. Era algo por lo cual preocuparse, pero Lily sabía que Richard nunca había tenido problema en someter a death eaters y mucho menos resultado herido. Lo que sentía en el pecho era por algo más, por alguien más...
"Ustedes? Tendré que hacerme cargo de esto personalmente? Vaya que eres tonto... te acercas sabiendo que me convienes muerto... Avada Kedavra!" Un grito ahogado y un golpe en seco... "NO!!!" Una de las voces hablaba en desesperación "Crucio!" Otro grito ahogado... "No. Como fue que sucedió?..." "Simple mi bello guardián... de la misma manera en que absorberé tus poderes ahora." "Lo dudo. Tiende a subestimarnos..." "Ahhhrrrggg!!!"
"Kettleburn y sus estúpidos ensayos de vampiros, a quien demonios le importa si pueden o no tocar una cruz, no tienen ninguna relación con la clase, ese hombre tiene una fijación religiosa..." Estaba recostada sobre las alfombras frente a la chimenea, se encontraba escribiendo malhumorada un reporte de Cuidado de Criaturas Mágicas. La noche había caído hacía ya unas horas.
Likos se encontraba muy cerca de ella. Parecía que había atrapado una nueva presa y jugaba con ella antes de devorarla.
[Podrías hacerlo en otra parte? Me da nauseas...]
El gato tomó el pequeño ratón con el hocico y subió hacia el balcón.
"Cariño..." Una voz habló detrás de ella.
"Richard... esperaba ansiosa que llegaras... hay algo que no me ha dejado tranquila todo el día e-"
"... Lo perdimos nuevamente... algo salió mal Lil." El semblante de Richard no era el de siempre. Estaba cabizbajo tenía los ojos llorosos.
"Qué sucedió? Te ha pasado algo? Cariño estás herido? No n-" Tocaba el pecho del chico asegurándose de que no hubiera heridas. Lo que él había dicho confirmaba sus sospechas.
"Yo estoy bien Lil, pero muchos no lo lograron... entre ellos..." Miraba a la chica directo a los ojos.
"Harold y Caroline Potter..." Finalizó secamente Lily. Viendo a través de sus ojos.
"La información que nos fue dada conducía directo a unos de los escondites de Voldemort... llegamos cuando estaba presente... y ..." Richard cayó en uno de los muebles, estaba agotado.
"Y todo resultó mas problemático de lo que esperaban... Remí... cómo es que no lo vimos venir?" preguntó Lily sentándose a su lado.
"Eso me preocupa cheriè, creo que por fin ha encontrado la manera de bloquearnos..."
"Eso es imposible, nos encargamos de las tumbas, la magia antigua es imposible ahora!" dijo sobresaltada.
"La magia negra puede ser muy poderosa si se sabe manejar Cariño. Y ninguno de los dos jamás-" la chica puso un dedo sobre su boca.
"Lo sé cariño, lo sé..." Lily se recostó en el pecho de su compañero. "Sabes que tenemos que tomar cartas en el asunto..."
El chico asintió débilmente.
"Debo irme." Richard se puso en pie. "Después de que todo acabó James desapareció y temo que cometa una locura..."
El semblante de la chica cambió por un rostro duro. Por unas semanas había olvidado ese nombre y lo que le significaba. "No," dijo desviando la mirada. "El es mío."
"Lily, la cuenta ya ha sido saldada. Que más quieres?"
"Ellos no murieron por nuestras manos Richard, murieron porque fueron lo suficientemente estúpidos para no cuidarse las espaldas. Harold mató a mi madre, es justo que su hijo pague las consecuencias..."
"La deuda ha sido saldada Lilianne, uno de ellos tomó una vida que no le pertenecía; otro dio la suya por la mía... Si quieres seguir con tu estúpida venganza, tendrás que pasar sobre mi!"
"Caroline Potter eh?... Deuda de magos..." Lily meditó un poco. "La deuda queda saldada en cuanto le salves la vida Remí, después de eso es todo mío..."
Richard asintió renuentemente y desapareció.
"...Siendo aurores no tendré que esperar mucho..." Su expresión era vacía, una ligera sonrisa agridulce mostraban sus labios. Y parecía doler, tanto o más que el alma...
Lily se halló tendida sobre su cama. Después de la visita de Richard y de terminar los deberes escolares subió a su habitación dispuesta a dormir. Basta decir que no pudo hacerlo, la sensación en el pecho había tomado importancia, y para la madrugada se había vuelto algo serio. Estuvo así por varias horas, llegando las primeras horas del amanecer decidió bajar a la sala común.
Llegó al mueble más grande frente a la chimenea. Se recostó sobre él para intentar dormir, la intranquilidad que sentía pronto se transformó en desesperación, no podía respirar, era como si algo la estuviera quemando por dentro. Lo único que podía ver era el retrato arriba de la chimenea, como si Issobelle hubiera cambiado su posición únicamente para mirarla. Ahora se transformó en un dolor muy agudo. Tuvo que sentarse para evitar caer.
Necesitaba tranquilizarse, trataba de respirar normalmente, pero el dolor estaba haciéndose cada vez más grande. Inconscientemente se acercó a la chimenea y el dolor se agudizó de golpe. Cayó de rodillas al suelo.
[Que está pasando?...]
Aún distraída de sus alrededores pudo percibir un sonido irregular, un eco. Buscaba con la vista el lugar de donde provenían y se sorprendió al ver que era justo frente a ella, en el pasaje de la chimenea.
Sobreponiéndose al dolor por un momento se dirigió al lugar, atravesó la chimenea y caminó unos metros para encontrar con sorpresa lo que estaba haciendo ese ruido.
Era James Potter.
James tenía la cabeza escondida entre las rodillas, tenía algunas rasgaduras en la ropa y algunas heridas profundas en espalda y brazos, pero eso no era lo más preocupante; Lily no podía ver su rostro claramente, pero por la manera en la que mecía el cuerpo y las palabras que decía entre dientes, bien podría haber pasado por un lunático. No era el James Potter con el que solía discutir, de hecho no era ni la sombra de aquel chico astuto y necio.
"Qué haces aquí?" preguntó seca. Paró cerca de él.
No hubo respuesta.
"Hay personas preocupadas..." añadió, mirando altiva.
Tampoco hubo reacción.
"De acuerdo. Sigue así..." Lily se comenzaba a fastidiar. Comenzó el regreso.
"... Te preocupaste por mi también?" vino una voz detrás de ella.
"De cierta manera..." Contestó después de unos segundos; y en un tono que dejaba mucho que desear.
Otra vez no hubo respuesta.
"Me estoy cansando de este monólogo. Podrías participar?"
"Se han ido Lily... Me han dejado sólo. Que haces cuando los que quieres te abandonan?"
Los vacíos ojos de la chica se llenaron de repente. Casi había olvidado también su voz...
James intentó ponerse en pie. "Debo i-"
"Maldices la vida y a todos los que te rodean." interrumpió la pelirroja. "Hasta que te das cuenta que es inútil derramar lágrimas."
"Es por eso que el cielo llora las tuyas?..." James había levantado la cabeza para observar directamente a Lily. Sus ojos estaban hinchados y su rostro también tenía algunas cortadas.
Silencio.
"Nunca deja de doler, cierto?"
"No..." la chica desvió la mirada. Dolerá para hacerte recordar...
Los minutos que parecieron una eternidad después de ello finalizaron en cuanto James se acercó a ella y la abrazó fuertemente. Lily no pudo evitarlo, su cuerpo parecía no responderle.
"Lo entendí Lily, en verdad lo hice, por que no puedo dejar de sentir esto? está escociéndome el pecho... duele, y- y no puedo parar yo- yo-" cada vez le costaba más trabajo contenerse, las lágrimas empezaron a brotar en cuanto rompió el abrazo y tuvo de nuevo de frente a Lily.
"Las heridas sanan cuando ya no hay lágrimas que llorar..." Lily pasaba su mano por el rostro del chico, parecía afectada. Su semblante cambió al encontrarse con sus heridos ojos azules...
James entrelazó la mano de la chica con la suya, las lágrimas seguían brotando pero eso no impidió que perdiera contacto con el par de ojos verdes frente a él. Todo era tan doloroso, todo era también confuso y todo absolutamente era tan... tan bella!... ella lo era todo en ese momento. Lo siguiente que supo es que había tomado a la chica por la cintura y la había abrazado a su cuerpo, necesitaba sentirla cerca; lo más cerca que pudiera. En el proceso había acercado lenta y delicadamente sus labios a los de ella.
La besaba como si no hubiera mañana, como si sus labios fueran lo único claro en su mente en esos momentos, y lo eran. Mantuvo los ojos cerrados al romper el beso, no quería abrirlos y ver que estaba a punto de recibir una bofetada. Pero nada pasó. Volvió a buscar aquellos labios con los que se habían obsesionado los suyos una y otra vez, todo era tan mágico... Lily Evans lo hacía mágico...
Todo fue tan repentino para Lily que no tuvo tiempo de reaccionar, se había hundido en sus ojos azules llenos de dolor y por un momento sintió como si fuera un magneto que la atraía hacia él. Nadie nunca antes la había besado, y no de la forma en que estaba siendo besada en este momento... Estaba compartiendo su primer beso, el que cuenta... Era James Potter el chico cuyo corazón sentía latir dentro de ella? Era Potter el chico quien la estaba besando tantas y tan breves veces? El chico de los labios cálidos y suaves? Aquel quien le entregaba el alma cada vez? Quien hacía que todo su cuerpo temblara? Era James, el chico que odiaba, a quien le daría todo en este momento?... Si...
... Era James Potter...
El mismo chico que la había retado tantas veces, el mismo chico tan lleno de si mismo, el chico de las novias de tres días, aquel que se burlaba de los demás, el egocentrista descarado, el mismo imbécil inmaduro, el egoísta, el terco, el engreído y totalmente odioso, el idiota, el pervertido, el señor yo-lo-sé-todo, el chico de la hermana obsesiva, el del padre asesino... el estúpido rompecorazones tradicional...
... No. El estúpido Gryffindor tradicional...
Reaccionó y se separó de James. Se había ruborizado a tal grado que incluso con la poca luz que el fuego de la chimenea proporcionaba podía observarse el cambio de tu tez. Su silueta parecía brillar más a medida que se alejaba de él, caminando con discretos pasos apresurados hacia las salvajes llamas de la chimenea.
Se detuvo casi al paso del fuego, al oír un fuerte golpe. James había reventado contra el suelo, inconsciente.
"Sólo esta noche Remì, más te vale que regreses por tu protegido o lo destazo aquí mismo..." murmuró. Quería creer sus propias palabras. Debía cumplir la misión que le había traído a Inglaterra. Y tendría que esperar a que su presa pudiera defenderse. El color de sus mejillas se tornó más intenso al pensar en el chico a sus espaldas, y tocó sus labios aún tibios... tenían su sabor.
Pocas cosas podrían perturbar a esta chica... un beso? Sentimentalismos absurdos... Un beso no era un gran acontecimiento... no uno de los labios de James Potter por lo tanto, que había logrado mover algo en su interior.
El sol estaba por salir sobre las montañas cercanas al castillo, los rayos de la mañana iluminaban los tenues vitrales de las ventanas de la torre; haciendo que en lugar del blanco monocromático usual, una lluvia de colores se reflejaran por todo la bóveda en Pendragon.
James despertaba en una cómoda cama. Las almohadas olían a ella, tenían la esencia a jazmines y nardos que había percibido en Lily cuando estaban en su sala o cuando la había encontrado saliendo de la ducha. Los jazmines eran su sello, el olor de su cabello al viento, y al que tantas veces había querido besar...
Sintió ligeros cosquilleos en su rostro y cuello, estaba tan cansado que ni siquiera tenía las fuerzas para deshacerse de la molestia, tampoco la disposición para la tarea de abrir los ahora pesados párpados, de levantar la cabeza y ver la causa de su malestar. Sabía que al moverse el dolor de cuerpo y el ardor de las heridas volverían. Sin embargo lo hizo... y nada dolió.
Justo en su pecho se erguía un imponente, orgulloso y blanco dragón... de menos de medio metro...
Era Sigfrid.
"Cómo has estado amigo?" le extendía un dedo en señal de saludo, el pequeño dragón lo tomó con las dos patas delanteras. "Lamento haberte preocupado..."
"Lo trajo mi lechuza... creo que estaba preocupado por ti..." Lily salía de la habitación contigua, el guardarropa. "Lo has educado bien Potter, el mismo se envió por correo en tu busca..."
Mientras tanto Sigfrid estaba ocupado masticando con sus dientes de tela los dedos de James.
"Curaste mi heridas?" Preguntó un poco ocupado liberándose de su pequeño amigo...
"Crees que lo haría?" Acomodaba los guantes negros en sus manos.
James prefirió cambiar el tema. "Saldrás?" añadió apartando al pequeño muñeco de su lado.
"Hoy se harán los funerales a las víctimas, no eres el único que ha sufrido pérdidas..." cepillaba un poco su brillante cabello antes de acomodar en el un simpático sombrerito negro de ala corta.
"Alain está bien no? Eso no es lugar para una chica." Dijo en tono amargo, recordando al chico. Trató de sentarse sobre la cama, pero estaba aún algo mareado, casi cae al lado contrario.
"Haría un hechizo fortalecedor en ti, pero la verdad quiero ver como te las ingenias." Admitió Lily.
"Temes que te obligue a tomar la ducha a mi lado? Tal vez puedas tallarme la espalda."
"Y tal vez yo deje que talles la mía..." añadió Lily sin prestar atención.
"Por qué lo haces?" Preguntó repentinamente el chico. "Acaso has desistido de-"
"No te confundas. No tomaré provecho de tu estado. No soy una cobarde."
"Por hoy somos amigos?"
"No, pero tampoco enemigos." se volvió hacia él. Con ojos serios.
James vio su semblante y lo comprendió. "Aceptas mi propuesta?" dijo cambiando de tema.
"Hiciste una?"
"Te gustaría tallar mi espalda?"
"Pervertido..."
"Lily." Dijo ya en el interior del baño.
La chica levantó la vista.
"Gracias..."
"Saint Patrick's Memorial. En una hora. Te tocan las flores..." Y la puerta se cerró.
Que demonios estás haciendo Lily Evans...
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Hmmm... creo que ya está mejor... al menos más coherente. Sin embargo, tengo una duda: saben si el segundo nombre que le di a James fue Godric? Al momento no lo recuerdo... Bien, aún no llevo nada escrito del nuevo chap y creo que será después de semana santa que lo actualice. Quiero vacaciones!
Quiero agradecer a Melianay por mandarme de vuelta el midi, simplemente adoro esa canción... creo que entre Clover y la de My Inmortal me cortaré las venas con una galleta salada. Mil Graciazzzzzzzz!
Bien, ahora a los reviews:
Rey Miyamoto: de hecho creo que de notas fueron cuatro, se te hizo cortito? Yo ya rezaba por uno así... después del 23 que fueron como 27 hojas quedé curada...
Little*Star: Hey! bienvenida! Has dejado cantidad de reviews! gracias a ti fue que se completaron...
Leben-Risse: Jeje, suele pasar... digamos que en mi caso seguido... a mi también me gustó cómo se quedó el pasado... como que nadie se lo esperaba..
Jeru: Yo tengo una nueva razón para asesinar a Croiff! y de hecho como tres más...jeje. Cuantas llevamos? Unas 20? jeje... por lo del amor que siente Richard por Lils, no te preocupes, no va por ahí... pero debo decir que James no sabe que son familia... así que es él quien piensa que Richard es el asaltacunas.
Draco Malfoy: el chap quedó del asco... pero ya no puedo hacer más.
Lucía: la idea era escribir el chap en cuanto recibiera las 300 reviewz... pero no pensé que fueran a reaccionar tan rápido... de hecho era plan con maña, le había calculado unas dos semanas para alcanzarlas, pero ya ves...
Werden: Werden tiene el poder! Pero que te quede bonito ehh!
J.N.H: técnicamente el chap tiene ya sus días en la red, pero esta es la nueva versión. Espero que te guste.
Gerardo: Amenaza es mi segundo nombre... jeje.. estoy en varias listas de posibles víctimas... es un honor estar en la tuya! (de acuerdo, eso sonó muy enfermo)
Carlita Heart: Me apuro Me apuro!
Gin Gin: Que tal la francia! Cliffie es cuando se queda en suspenso, espero que este te guste tb.
VanesaRiddley: hola... me alegra que te gustara, las ideas y todo eso ha salido de varios lados... pero la idea principal fue de la leyenda de merlin. Gracias.
Adria T: hace un buen que no leía de ti, me alegra que hayas vuelto, y que te guste esto, le pongo todas las ganas.
Hinkypunk: Tear tear! jeje... te dejo un ratito y te sale lo salvaje... jeje... como que a sillazos? mejor la aventamos del plató.
Dunkel Tot: También dibujas? que parte te tocó a ti?
Grape: gracias. Fuiste mi reviewer 300!!!!
Myrtle: te han destronado... jeje... pero lo importante son las intenciones... gracias por el review.
Nikoute: Creo que he comprendido que las tradus no jalan muchos reviews... yo hago una del inglés... y tampoco tiene muchas reviews... ahhhh... y es un fic que me encanta!
Arwen Magic: jeje... ya hay beso y no séptimo libro! Noooooooooooooooo!
Hermione de Potter: Espero que no haya puentes cerca... naaaa, no te creas, todos sabemos como debe terminar esta historia no? A mi tb me da pena que Issobelle se haya muerto así de triste... me encantan ese tipo de finales! Pero queda el consuelo que Aidan la amaba no?... me encanta que me amenacen...
*Suspiro* Lo sé... necesito atención psiquátrica...
Un beso!
