Disclaimer: La idea y personajes que reconozcan pertenecen a JKR, los vampiros y sus clanes están basados en Vampire: the Masquerade y de mi actual lectura de Anne Rice (The Vampire Chronicles)... Salve a Lestat de Lioncourt!!! Cada día lo amamos más... no es cierto?
Quiero dedicar este chap (que particularmete creo que me ha quedado de los mejores) a nuestra queridísima Mena. Quien amablemente la iba a hacer de mi beta en una escenilla que me la estaba poniendo difícil. Disculpa que me haya arrepentido sin avisar, es sólo que el orgullo puede más que un --bloody damned-- procesador de palabras. El que persevera alcanza, como decimos por acá... incluso aunque nos tome un mes...
So ON WITH THE FIC!!
La chica abrió sus grandes ojos y los cerró al lastimarlos con una brillante luz, como la que anuncia la llegada de la mañana. Respiró profundo, llenando sus pulmones de un familiar olor a manzanas.
Sonrió aliviada.
"Qué hago aquí?" se preguntó entonces, forzando a sus propios ojos a captar los borrosos alrededores. Pasó poco antes de darse cuenta del singular personaje que la observaba sentado. "Qui- Qué eres?" se corrigió, al realizar que lo que creyó una persona no lo era.
"Sabes," el extraño individuo habló
visiblemente molesto. "Es lo mismo que me he estado preguntando…"
(La isla de las manzanas)
_ RETROSPECTIVA _
"Regresaron…" Señaló el chico, Sirius y James
se volvieron extrañados hacia el, esperando una explicación.
"Se refiere a los vampiros…" Remus respondió, adelantándose calmadamente al lado del rubio.
"Ya lo sabías?" preguntaron al unísono los dos morenos.
"Te lo dije en el camino, Padfoot." Añadió tranquilo.
"A que te refieres?" continuó James.
El lobo sonrió triste. "Las criaturas oscuras deberían estar de un solo lado."
Antes de que otra cosa pudiera haberse dicho las puertas de la habitación se abrieron y por ellas apareció Lily. "Remì?" llamó ella y el chico volvió. James la observó acercarse a ellos sin volver la mirada cuando pasó a su lado. "Seguro?"
Alain asintió. Fue entonces que Lily se acercó a Remus con su figura de muñeca. James no recordaba haberla visto tan pálida y menos tan bajita, se veía pequeña y delicada si la comparaba con la estatura que Remus tenía. La chica levantó su dedo índice al entrecejo de Remus, y en un momento éste cayó inconsciente a los brazos de Alain, que se había puesto a sus espaldas convenientemente.
"Qué le has hecho?" Rugió James levantándose en alerta.
"Tranquilo James. Sólo estará inconsciente hasta la luna, eso le evitará problemas." Respondió Alain levantando el cuerpo a la cama que Sirius había ocupado minutos antes. "Él mismo nos pidió que-"
"-Recuerdas aquella mañana de luna que despertaron y Remus estaba ahí?" Interrumpió Lily, "pensé que a éstas alturas ya habrías supuesto que-"
"-Hey! Me mandaste al lago!" reclamó Sirius.
"El día anterior echaste a perder nuestra poción, sólo nos puse a mano." Lily respondió sin gota de culpa.
"Pesqué un resfriado," añadió ofendido.
"Mala suerte."
"Eres mala," dijo él, haciendo la mímica perfecta de un niño de cinco años, brazos cruzados y todo.
"Lo sé."
"El trasero me dolió por una semana!"
Lily no tardó en encontrar respuesta a eso con la misma facilidad que él recordaba todos los incidentes de los que tenía queja…
Si ser obcecado fuera trabajo remunerado Sirius hubiera reunido una buena fortuna por si solo. Junto a las características únicas que lo describían se encontraba una increíble capacidad de retención (especialmente para lo que consideraba una grosería con palabras bonitas), esa era la razón de su buen récord escolar; Lily le había jugado varias tretas, mayoría de las cuales no pudo empatar, y después de media hora de estar oyendo contestaciones inteligentes a todos los incidentes del año anterior, recordó una última.
"Qué me dices del libro de bromas de Navidad?"
"Eso- er-" Lily chistó. "De acuerdo, eso fue por gusto personal."
"Me debes esa." Sirius dijo entre una sonrisa triunfal.
"Tienes razón." Lily hizo una floritura con la mano y se acercó a él. Le plantó un beso en la mejilla y dio un leve empujoncito a su frente cuando se separaba de él. "Lo que se tiene que hacer por un niño sobredesarrollado."
"Aún puedo recordarte otras." Sirius sugirió pícaro.
"Basta donjuán, no caerá." Agregó Alain divertido.
"Mejor dicho, ya está pedida." James habló después de permanecer callado todo el rato. "No Alain?" Sus palabras no guardaban un sentido hiriente, las dijo llenas de melancolía. Sintió cómo la potente mirada de Lily se clavaba en él y levantó la vista para reafirmarlo, pero antes que ella pudiera decir palabra, salió apresurado.
"Creo que le pegaste duro Lil," dentro de lo incómodo de la situación, Sirius fue el primero en hablar, "lleva instalado en ti un año y aún no le pasa." Les dedicó una mirada de disculpa, y salió a su encuentro.
Pasó un rato en el que Alain y Lily no dijeron palabra, cada uno sumido en sus propios pensamientos, pasando tentativamente la mirada hacia Remus quien parecía sumergido en un sueño plácido, Alain se paseaba por la ventana mientras Lily jugaba nerviosa con uno de los vasos que había sobre la mesa.
El chico pareció notarlo.
"Sea lo que sea escúpelo." Dijo vagamente, sin apartar la mirada de las afueras.
"Qué tan denso se necesita estar para no darte cuenta de las cosas?" respondió ella en un solo respiro.
Alain sonrió para sí. "En la mayoría de los casos mucho hueso y poco seso- pero," continuó divertido, "en el caso de James -y mira que lo he analizado- estar tan estúpidamente enamorado para darse cuenta de que esa estúpida enamorada de quien está enamorado está tan estúpidamente enamorada del estúpido enamorado como para no recordar que estúpidamente olvidó que cambió su apellido al venir a Inglaterra."
"No soy estúpida."
"Touché!" sentenció Alain más alto de lo que pretendía. "Pero si enamorada…"
"Cómo pudo pasar esto?"
"Es de humanos errar Jacques, nada que no se pueda solucionar." Contestó tranquilamente Albus Dumbledore.
"Pero nos falta uno! Y ninguno de mis hijos puede entrar!" habló en desesperación el hombre. "No podemos repetir una fuerza…"
"Creo que eso no es el verdadero problema Jacques, la fuerza necesaria la tenemos… aunque no sé si la disposición…"
"Qué dices?"
"Siempre es difícil razonar con dragones…"
Las cosas habían dado un giro a último momento. El heredero de Bohrs no se presentó y eso significaba grandes problemas. Dumbledore propuso la única solución viable: Alain hubiera podido hacerlo, después de todo él manejaba ya el poder de las sombras, pero era necesario en el campo de batalla junto a los demás aurores… así que todas las esperanzas recaían en Lily, ella tomaría el lugar del ausente y utilizaría la energía de cualquier otro poder restante, Tormenta se pensó, ya que era la estrella de nacimiento de la chica.
Bien, el problema había sido resuelto. Ahora había otro. Cómo demonios se lo iban a decir…
"Sirius es perfecto para el trabajo." Sugirió Richard, nervioso.
"YO!? Aún quiero vivir er- entero, gracias. James no tiene nada que perder, que lo haga él."
"Se te hace poco la vida, Tarado?" James casi escupe fuego.
"Déjame ponerlo de nuevo." Sirius adelantó al momento. "No tiene nada más que perder…"
"Buen punto."
"CÁLLATE ALAIN!"
"Sabes que es bueno," señaló Richard significativamente, "qué mejor que aprovechar y hacer un servicio a la comunidad mágica ya que malgastaste tu don en esa gata-"
"QUIERES CALLARTE!?"
"Er- les importaría incluirme?"
"Oh claro," continuó el rubio como si fuera nada la cosa, "nuestro distinguido Señor Potter se cargó la única oportunidad de utilizar su don con un animal que murió de cáncer un año después sólo por que se sentía culpable…"
Piedra, papel o tijera… muerte a quien lo haya inventado, y aún sería poco dado a las actuales condiciones en las que se encontraba; una sola salida (convenientemente a su espalda -por si a caso, nada más-), oscuro y lleno de cosas que harían un divino trabajo de obstáculos; para rematar encerrado con el mismo satanás mimetizado…
Richard podía jurar que su cabellera se ponía más roja a cada palabra… o alarido.
"Sabes? No hay necesidad de gritar, la acústica es por demás buena en este lugar." Reprimió el chico, dedos en los oídos. "Planeas dejarme sordo mujer!?"
"Fue sugerencia?" Lily preguntó seca, visiblemente se veía que trataba de controlarse para no volver a gritarle.
"Está fuera de mi-"
"Yo diría muy adentro." Siseó ella extremadamente bajo, él sintió escalofríos. "Lo juraste Richard Von Casier, lo juraste…"
Richard tragó saliva. Si algo era seguro que Lily podía inspirar, era un miedo atroz. Había pasado por varias con ella y sabía por experiencia propia que era difícil escoger las palabras cuando dos ojos de un potente verde le pinchaban la concentración a la pared. Ya era un logro no tartamudear.
"Yo no hice nada…" Dijo Richard con acento conciliador, logrando que sus palabras no se quebraran. "Hölgen no ha llegado y no podemos esperarlo más. No es por mi que lo hago Lily, sólo escucha-"
"TU ME VAS A ESCUCHAR!" Lily volvió a levantar la voz. "LO PLANEASTE DESDE EL PRINCIPIO, ÉL NO IBA A VENIR. ME ESTÁS JUGANDO OTRA VEZ ALAIN, Y DETESTO QUE SEA EL PAPEL DE LA IDIOTA!", y la habitación resonó con furia, lastimando de nuevo los sensibles oídos del rubio (y los de ella, él no lo dudaría).
"NO ES MI DESICIÓN!" Él gritó como último recurso, desesperado por hacerse oír.
"TAMPOCO QUE TE HAYA INCOMODADO!" y esa fue la última palabra.
Lily hizo su camino a la puerta, pasando por él como si fuera nada.
Richard sólo la observó. "Estúpido orgullo."
En tres zancadas llegó a su lugar, la sostuvo del brazo que se extendía para alcanzar el picaporte y la abrió hacia él en un movimiento rápido, envolviendo sus brazos fuertemente a su alrededor en un abrazo.
"No." Lily comenzó firme sin corresponder el abrazo. "No te dejaré ir sólo, estamos juntos en esto."
"Mi juramento fue protegerte… y eso es lo que no me permites hacer." Dijo él acariciando delicadamente su cabello sin soltarla un milímetro, mientras se concentraba en que sus corazones alcanzaran un ritmo.
"No, tu juramento fue no abandonarme, y me aseguro que no lo rompas." Ella murmuró.
"Sabes que volveré siempre que tú estés ahí para esperarme."
El cuerpo de Lily se tensó.
Pasaron varias cosas a la vez, Alain apenas pudo registrar la primera cuando sintió un dolor punzante en la muñeca: Lily respondiendo al abrazo, entrelazando los dedos de su mano con los suyos, levantando sus manos a la par- la daga- las palabras.
"Pacto de sangre, pacto de dos, mi sangre sea tuya, pacto de sangre, tu dolor mi muerte. Pacto de sangre, pacto de amor."
"ESTÁS LOCA!?" fue el primer grito franco que Richard lanzó, sosteniendo su mano temblorosa.
"No," Lily respondió visiblemente tranquila, a pesar de la sangre que escurría en sus propios dedos. "Me aseguro que regreses en una pieza… Remì."
"Llevo un buen rato buscándote." Habló Forsoise desde la entrada al invernadero. "Mucha lluvia este año no?"
"No quería compañía." Respondió la pelirroja tocando repetitivamente el botón de una petunia que tenía cerca. Sin aparentes ganas de cesar. "Y creo no ser buena para alguien." Su mano derecha todavía tenía la herida abierta y colgaba a su lado, como si el más simple intento de moverla fuera demasiado. La sangre se había secado alrededor formando una costra con una forma peculiar, que combinada con el rojo de su marca parecían formar la flor de amapola de pétalos perfectos.
Forsoise lo vio, era peculiar de Lily causarse daño físico cuando se sentía culpable por algo. No le sorprendía que no hubiera curado su herida, pelear con Richard no era algo que le agradara mucho. "Déjame ver." Tomó su mano. "Cielos, tenía que ser la derecha?"
"Esperaba que quedara una cicatriz lo suficientemente grande, algo que cubriera el color." Dijo sinceramente. "Cómo está él?"
"Mejor que tu, ahora." Manchó sus manos al sostener la mano herida. "Vamos, cierra los ojos y relájate unos momentos-"
Pasaron algún tiempo más ahí, con la mano restablecida,
Lily se ocupó de limpiar de hojas secas de algunas flores mientras Forsoise
había tomado un libro de su colección muggle llamado "Mujercitas".
Lily podía jurar que a ratos le oía aguantar un suspiro.
La noche caía una vez más, y con ella se acortaban las horas hacia lo inevitable.
"Es un lindo libro, no pensé que los muggles fueran tan inspirados," asentó Forsoise desde su banca, "te importaría si me lo llevo?"
"En lo absoluto," asintió Lily, poniéndose en pie. "Puedes tomar los que gustes."
"Creo que es hora de irme. Lo devolveré mañana. Al paso que voy lo termino esta misma noche."
Lily sonrió y le extendió una diminuta flor de jazmín. "Para separar." Dijo al momento en que la otra chica la tomaba.
"Lily…" comenzó dudosa la chica de ojos de gato, sin apartar la vista del jazmín. "Todos estamos aquí por una razón, nadie sabe cual o si ya cumplimos con ella; pero nos quedamos por los demás, es nuestra decisión quedarnos por los que nos importan."
"Y morir por ellos."
"No, vivir por ellos."
"No me entiendes-"
"Entiendo que no quieres que los demás se arriesguen por ti," le interrumpió Forsoise, "sin embargo, te has puesto a pensar que para Alain quizá luchar por ti es su razón para vivir?" aprovechó el consecuente silencio de la pelirroja para hacer su camino a la puerta. Rogando silenciosamente que sus palabras le hubieran llegado-
"Suí?" La voz le minó el paso, fue casi un murmullo. Se volvió para ver que Lily se acercaba a ella y le colocaba una gran flor en el cabello. "Es bueno tenerte de nuevo hermana."
"Siempre hermanita." Contestó al momento en que se abrazaban. "Pero aún así a mi primer hija la llamaré Josephine…"
Lily pudo oír su propia risa llenar el recinto mientras el botón de la petunia comenzaba a abrir.
…Pacto de sangre, promesa de uno. Pago una lágrima, pacto de sangre, y aseguro tu porvenir. Pacto de sangre, pacto de luz…
"Sucede algo?"
La abrazó con más fuerza. "Aunque no puedo hacer mucho. Sabes que siempre estaré ahí por ti, no es cierto?"
El rostro del chico se asomó por la puerta del pequeño salón contiguo antes de que la totalidad del cuerpo fuera visible (aunque mantenía el brazo lastimado oculto tras él). Antes que él había salido la chica, que al verla ausente supuso que se había marchado ya, probablemente a su habitación. Era mejor dejarla un rato, en estos momentos aún estaría dispuesta a hechizarlo para no despertar jamás.
A su salida fue recibido por todos; en particular calidad de héroe por parte de James y Sirius (quienes pensaron seriamente en enseñarle algunos trucos para el piedra-papel-tijera -los mismos que ellos habían usado-) al verle el rostro, "Idiotas," Alain murmuró. Justo cuando realizaba que Lestat hubiera hecho un trabajo muy lejano a la sangre. "Mil veces idiotas…"
"Todo bien?" Preguntó con una gran sonrisa el tío Jacques.
"Lo hará." Afirmó el rubio.
Sirius se acercó y puso su brazo conciliador sobre sus hombros. "Eso oímos…"
Había pasado un rato desde el lío con Lily. James fue en busca
de Richard, quien había salido casi inmediatamente excusándose
por su herida. Decidió buscarlo en su oficina, suponiendo que sería
el sitio donde terminaría. No se equivocó; en la silla detrás
del escritorio se encontraba; pensativo, mirando hacia la nada. "Cómo
va?" preguntó, y podría haber jurado que lo vio saltar de
la silla.
El chico asintió. "Nada de cuidado, ya debería saber como se las gasta mi petirrojo."
"Petirrojo mi abuela, no se qué clase de relación es la que tienen ustedes dos." James aclaró repentinamente. Richard parpadeó. "Quién mata primero es el que más quiere?"
Richard dio una pequeña risita. "Ella la lleva peor. Atravesó su propia mano."
Arqueó una ceja incrédulo, "LaRue las arregló?" preguntó evadiendo sus propias dudas.
Richard volvió a asentir aún con la sonrisa observando de cerca su expresión. "Dilo."
"No lo comprendo." James contestó franco. Siempre se había preguntado si su rostro era tan obvio.
"En realidad lo hizo para protegerme." Respondió Richard con simpleza, mirando con más interés el guante que cubría su mano derecha. "Ella no lo hubiera aceptado de otra forma. Es un pacto de sangre," su rostro ensombreció. "Y aún recordando las palabras es difícil adivinar que significado quiso darles."
"Pacto?"
"Es una vieja forma de magia francesa, equivalente a la magia antigua de Inglaterra." Richard explicó, con los ojos repentinamente iluminados. "Cada país tiene un tipo de magia de protección característico: los sellos en China, el Vudú en India o la variedad de animagia de África. En Francia esta magia se lleva en la sangre y-"
"-las dos heridas…" James recordó. "Qué tipo de protección?"
Richard no contestó, pero su rostro reflejaba determinación. Se puso en pie y se acercó a James, retirándose el guante izquierdo en el proceso. "Necesito que me ayudes." Lo que dijo no sonó a orden o a petición, sin embargo, al alcanzarlo, lo tomó de la muñeca con su recién liberada mano y las clavó en la pared. Con lo que, por el brillo, parecía ser una cuchilla de diamante.
A James se le quedó el "Por supuesto," atorado en la garganta cuando vio correr los primeros rastros de sangre. Ahora se debatía entre si gritarle por el dolor o por que casi lo deja ciego… o por usar la daga de Lily para ello. Estaba tan ocupado buscando una maldición con cual golpearle que no puso atención a las palabras del otro.
"Pacto de sangre, pacto de dos. Mi sangre sea tuya, pacto de sangre, cofre de mi esencia y redención. Pacto de sangre, pacto de protección."
Lo siguiente que supo fue cómo su cuerpo caía rozando la pared, aún sordo por el dolor de su muñeca. Al siguiente parpadeo vio como Richard se incorporaba con trabajo frente a él. Y lo cerca que estaba de su pie derecho.
Sin dudarlo le picó sendo puntapié en la parte de carne que se le atravesó, no supo donde pues mantenía cerrados los ojos para que las lágrimas no salieran. Richard aulló. James se alegró al oír un chillido poco varonil que siguió. "… Marica."
"Me lo dices a mí!? Yo no- soy el que usa- usa pendientes." Dijo Richard con voz ahogada hasta que pudo lograr una firme. "DOS VECES APUÑALADO EN MISMO DÍA, EN MENOS DE UNA MALDITA HORA! UNA EN LA MUÑECA, OTRA EN PLENA PALMA, CURIOSAMENTE AMBAS DE LA MISMA MANO A LA QUE A UN JODIDO IDIOTA SE LE OCURRE TIRARLE CON UNA BOTA DE PIEL DE DRAGÓN, LA COSA MÁS DURA DESPUÉS DE SU CABEZOTA! QUÉ ESPERAS!? LE JOIE DE VIVRE!?"
James, jadeando, sintió encenderse de rabia. "Qué? Quieres que te empareje la otra?"
Do, Re, Mi… vida tras vida la misma pena.
Do, Fa, Sol… Las notas pasaban sin pasión en las teclas de marfil. Sol, Fa, Mi… y el sonido parecía morir en el eco de la sala; la excusa era que su mano aún se sentía un poco entumida, pero eso era sólo un pretexto. Bajó la tapa del gran instrumento y se recargó suavemente en su negra superficie, sin tristeza, sin ansiedades; simplemente cansada.
Los párpados la vencieron un momento. Hacía cuanto que no tenía una buena noche de sueño? No tenía idea. Hacía cuanto que no tenía un momento para sí? No valía la pena recordar, había sido hacía tanto…
La puerta crujió al abrirse. Ella no se molestó.
"El resto de los libros están en mi cabecera." Habló con la voz floja a quien supuso era Forsoise, quien tenía un minuto de haber salido.
"No tenía planeado leer." Contestó un acento sumamente británico y lejano del acento chillante de la francesa. "Y menos entrar a tu habitación, no sabes el trabajo que me costó siquiera entrar a la sala."
Lily se incorporó a la silla rápidamente al reconocer la voz.
Era James.
"Qué haces aquí?" preguntó, tratando de ocultar su sorpresa.
"No lo sé." Respondió sincero. Guardaba sus manos en los bolsillos y recogía los hombros, "supongo que la puerta se me atravesó al camino."
"Si te costaba tanto, no debiste." Lily dijo poco agradable. Él se acercaba a su lugar.
"Tenía que." James añadió evitando ligeramente que ella se levantara. "Por favor…"
Descubrió nuevamente las teclas del piano y las admiró por un momento, pasando tan leves sus dedos por encima de ellas que no provocaron sonido alguno. Era un silencio tranquilizador hasta cierto punto. Lily se volvió a verle al momento que tomó asiento e iniciaba el sonido. Se encontró entonces con que él también la veía con sus ojos apagados, como si el azul celeste en ellos hubiera cambiado por un día de cielo gris.
"Qué haces aquí?" volvió a preguntar ella en cuanto rompieron conexión.
La respuesta fueron los claros agudos de las teclas bajo las manos de él, tocaba con fuerza y a momentos con una extraña fragilidad.
"Te dije que era bueno." Dijo un momento después, en un acorde ligero. "… No mentí."
"No deberías estar aquí--"
"-No," el chico le interrumpió. "Déjame…"
"Nada es lo mismo." Lily habló resentida, suponiendo que el chico pretendía repetir la primera vez en esa habitación. "Quieres una mentira?"
"Quiero un sueño después de tantas pesadillas."
"Es tu mejor argumento?"
"Tengo otro, pero creo que no te agradaría oírlo." Bromeó… y su voz estaba lejos de ser cómica.
La chica bajó la vista. James en verdad tenía talento para el piano… y el segundo nocturno de Chopin le caía como anillo.
Los minutos pasaron en el silencio de ambos. Las palabras se quedaban mudas
al sonido de la música, aunque Lily entendió que James no había
dejado de hablar, simplemente había cambiado la voz a una que se comparara
con lo que verdaderamente quería decir. Y Lily conocía ese idioma.
Las notas que anunciaron el cercano final de la pieza fueron fuertes, tanto que la sacó de sus pensamientos para ver como instantes después James a su lado, se ponía de pie.
"Es tarde," anunció éste.
Siempre lo es, no es así?
Lily no respondió. Había apartado la vista de las teclas, miraba al suelo; cobarde si… siempre lo era tratándose de él.
"Lily yo-"
"-No es igual." Era el turno de ella para interrumpir. "… en aquella ocasión lo que te sobraban eran las palabras." Añadió volviendo ligeramente su rostro en lo que parecía un increíble esfuerzo para que pareciera gentil.
A él se le caía un pedacito de corazón. "Y a ti las frases poco amables."
"Todavía tengo algunas por si te interesa…"
"Me interesa más que bailes conmigo."
"… y por lo que se ve, a ti todavía te sobran muchas…"
Apenas habló, James encantó el piano. La tomó de la mano y la obligó a volver hacia él. No estaban en tregua, o en una especie de acuerdo, o habían arreglado el malentendido-- pues no había tal; Lily lo sabía, pero eso poco importaba. James lo ignoraba, para él bastaba. En algún punto se unieron, y sus ojos se engancharon para no soltarse. Giraron y giraron en los brazos del otro, sumidos en el mismo trance. En la misma magia.
"Aquella vez no bailamos." Señaló la chica.
"No porque no quisiera." Respondió el moreno en un acento que suponía que hubiera querido hacer muchas cosas más.
"Sigues siendo un idiota--"
"Y tu tan encantadora como siempre…" James la cortó al dar una vuelta.
Ahí se encontraba. Su cabello volaba en el mismo ángulo de su falda mientras su mano permanecía sujeta a la de él. Sabía que no la soltaría. Sabía que él estaría a su regreso, con sus mismos ojos para no perderla, con sus mismos brazos para no soltarla, con su misma boca para no--
Y fue a su regreso que no se encontró en sus brazos, sino en sus labios.
Quizá él pensaba lo mismo después de todo…
Fue algo mágico; totalmente diferente al de aquella ocasión. En un momento, Lily sintió como su cuerpo se llenaba de una calidez especial y como una fuerza extraña se arremolinaba en su estómago y le explotaba en el pecho, llenándola de una especie de energía y de un extraño deseo de gritar, de reír, incluso llorar. Era una mezcla de emociones que nunca había sentido, ni siquiera con aquel otro beso, que sólo le había sacado de la realidad por unos momentos.
Quizá… solo quizá…
Permanecieron abrazados un momento después de romper el beso. Aparentemente a James le había afectado bastante. A pesar de la diferencia de estaturas, encontró el punto perfecto para anidarse en la pequeña complexión de su hombro y cuello por unos momentos. Lily no protestó. Era agradable sentir el aire que exhalaba rozar su nuca. Ella terminó por apoyarse también en él.
"Esa es otra de las cosas que quise hacer aquella vez." James habló primero, en un acento frío. "Pero las cosas no siempre son como las queremos, verdad?"
"No, y es aún que no lo aceptas… " Lily sentenció al separarse. "Qué ganas con estar triste?"
James se veía cansado, como jamás le había visto. Parecía que la energía se le había acabado en un abrir y cerrar de ojos. Soltó una risita lastimera y habló. "Cuando te conocí, te imaginé como la más engreída de las chicas. Pensé que era sólo tu afán de sentirte superior, tu propia sala, habitación- toda una condenada torre para ti! No sonreías, ni siquiera te molestabas en mostrarte amable con Dumbledore, y después A- los LaRue, cuando te vi con ellos parecías contenta, y ahora lo único que entiendo es que te sentías sola, que lo único que conocías era el dolor y poner la cara dura era sólo el pretexto para no llorar. Sola y herida. Debería ser yo el que pregunta: Qué ganas tu con estar triste?"
"Es la historia de mi vida." Ella levantó el rostro en un arrebato altivo, sin aparente intención de encajar su expresión a las palabras. "Cuál es tu pretexto?"
"Extraño concepto el que tiene cada uno." James ironizó al momento en que se volvía a la salida.
"Pero solo uno está bien. El error se paga con la muerte." Lily contestó estática, viendo la figura del chico retirarse. "Una nueva vida es una nueva oportunidad de encontrar el camino correcto."
James se detuvo justo atravesando el umbral, y Lily pudo verlo encoger los hombros nuevamente. Se volvió hacia ella.
"Si volviera a nacer, volvería a encontrar mi camino hacia ti."
"Qué?"
"Ese era mi segundo argumento-"
… y tras la última sonrisa afectada, la puerta cerró de un portazo tras él.
Repentinamente, la sala pareció mucho más grande al eco de las cuerdas, y más oscura a pesar de los cientos de velas que flotaban cerca de su bóveda. Lily levantó la cabeza; dragones salían de entre las nubes pintadas de ultramarinas y violetas para hacer sus danzas nocturnas tomando ventaja de que los unicornios habían desparecido.
Estaba cansada, de muchas cosas. En el piano se disolvían las notas a nada, mientras ella se sentaba a imaginar su dolor bajo la lustrosa cubierta. Ya no había excusa para no tocarlas ya que su mano había ganado calidez, Sol, Fa, Mi… callar, el error recurrente de las notas que del piano mueren. Do, Fa, Sol… los unicornios habían partido…
Do, Re, Mi… dejando atrás al dragón que quiso ser unicornio…
"Hasta nunca a ti también… James Potter."
La pequeña habitación poco a poco había desparecido, para formar un vacío lleno de ideogramas y signos sin sentido; era como un pequeño cosmos, pero en lugar de planetas girando alrededor de una fuente de calor, se encontraban anillos que se encontraban una y otra vez alrededor de una persona. Una mujer de rostro oscuro.
"Ya veo…" pronunció en un acento profundo, observando como dos anillos de distinto diámetro se atravesaban. "Kalloth y Vortwa-- así que aquí está nuestro peón…"
Uno de los anillos más lejanos comenzó a brillar, llamando su atención.
"Yhl," dijo y al momento el dínamo paró en seco, estrellándose en miles de granos, cada uno de brillo independiente que en un segundo formaron un pentagrama que contenía otra especie de escritura: Runas. Runas antiguas.
*Knock Knock* Su concentración fue interrumpida al sonido de la madera hueca.
Estúpida mortal…
"Linda, se te ofrece algo?" Tras la puerta hablaba la casera.
"Nada por el momento," respondió una voz extremadamente dulce y calmada, "sólo necesito un momento de privacía."
"Hay galletas y panecillos en la alacena. La cena se servirá a las ocho." Insistió.
"Gracias, lo tendré en cuenta."
La familia es siempre es familia… que harás cuando reclamen herencia?
"Por cierto, lavo la ropa por nueve sickles y por dos más le hago un hechizo repelente de-"
"No llevo mucho equipaje. Gracias."
"El señor Horsnby y yo estaremos abajo," continuó la mujer en un acento preocupado; "preferiríamos que no salieras, hay algunas noticias preocupantes sobre el Señor Oscuro porque sabes-"
Ignorancia, dulce perdición de tan patética existencia. Por qué negar lo que es tan obvio?
El sonido que siguió fue el del cerrojo que se retiraba y la puerta se abrió rápidamente. Los ojos de la mujer de edad se ensancharon al horror de la vista mientras un grito se apagaba en su garganta.
Mortales inservibles, de que sirve tal magia en ellos si se niegan a aceptarla… las estrellas eligen de forma misteriosa…
La inquilina había aparecido en el umbral. Su furiosa expresión no podía decir nada bueno.
"Parece que me importa?" inquirió, entre penetrantes ojos ambarinos. Su mano fija en el cuello de la anciana. "No tengo por que tener miedo del señor oscuro-- verá, entre reptiles no nos mordemos…" Apretaba más.
"El- de-monio-"
"No, aunque en apariencia pueda parecer familia…" aclaró sin acento. "Es poco amable quedarse viendo, sabe?"
Y la arrastró con ella hacia las sombras.
Brotta, Capel y la espasmódica Shem… el sacrificio es un deber, los ojos de gato no deben ser cegados ante la duda. La madre de las desgracias.
"La pregunta es… por qué intervenir?"
Noche. Tiempo ideal de cualquier cacería, si se piensa como depredador. El bosque no brindaba ninguna ventaja ahora que los unicornios se habían alejado. Los centauros se habían inclinado más a su mezquindad y a la parte del bosque que reclamaban como propia, y otras criaturas estaban simplemente, demasiado asustadas como para volver a su rutina.
Menos ellos, ya que no se puede temer de uno mismo.
El rumor de sangre podía oírse a kilómetros de distancia. Eso incitaba a volver los sentidos al norte. A los terrenos oscuros del bosque tenebroso que reclamaba a mitad del verano su apetito de la vitalidad ya perdida.
Así fue como regresaron; en el resguardo de la noche y en la traición de su propia compulsividad se hicieron notorios. Más que eso. Ahora Dumbledore sabía a que atenerse.
Primero fueron los aurores ayudados por algunos fénix, dragones y veelas en contra de lo que parecían siete clanes distintos y multitud de otras criaturas. Pasaron fácil cuatro horas en el campo sin lograr decidir la victoria.
Esa misma noche, cinco herederos fueron posicionados fuera del castillo (habían conseguido en cada uno de ellos un escudo con pocas posibilidades de romperse) y los dos restantes en el techo del punto que suponía ser el centro del terreno. Cada uno llevaba consigo un pequeño frasco con la sangre combinada de los restantes seis, una cuchilla y algún objeto obtenido de un animal mágico. Lily eligió con nostalgia el cuerno que el otro tiempo perteneció a Anté.
El viento del verano soplaba con fuerza, y más para Lily y Pritt, quienes quedaron en el techo del castillo.
"Los demás estarán bien." aseguró vagamente el chico, mientras hacía lo posible por mirar hacia los terrenos desde el borde sin tener que sacar de balance su cuerpo.
"Ahora todos lo estamos…" Lily dijo con la fuerza de un suspiro. Hasta momentos antes había parecido ausente.
Las palabras tomaron sentido al momento en que dos enormes ojos amarillos aparecieron frente a él. "Dios padre!"
"No," agregó ella, "todos son hembras."
El chico no podía apartar los ojos del dragón que trepaba por el tejado, tenía sus gigantescas garras hundidas en la piedra y las alas extendidas. A pesar de la oscuridad que representaba estar a tal altura, se podía observar por los escasos reflejos de la luna, el carmesí de su pecho.
Pero no sólo había un dragón rojo. Habían descendido cinco más y se posicionaban a espaldas de los herederos en suelo firme. Bueno, basta decir que algunos no pudieron contener el asombro con palabras gratas…
Lily rió inocente. "Lo que hoy aprendimos es que no hay que meterse con un americano… no reaccionan muy bien a las sorpresas."
"Qué me dices de ese inglés tuyo." Puntualizó Pritt señalando bajo. "El joven Potter parece tener problemas con el Colacuerno (sp?)…"
Lily miró en la dirección y la risa aumentó. En efecto, James tenía problemas en buena escala: negruzca, escamosa y con picos en cabeza y cola… y unos dientes aún mas grandes. Lily dio un ligero golpe a su cabeza en cuanto pudo sofocar la risa, se dirigió al animal cercano. "Te importaría? Gryffindors y Colacuernos tienen su historia…"
El dragón pareció entender la petición porque se dejó caer en planeo hasta donde ellos, emitiendo un sonoro rugido, tomó el lugar del otro en un segundo. El dragón negro voló de regreso, posándose en el plano con las cuatro patas al suelo en señal de alerta.
"Historia?" Preguntó el chico en cuanto le fue posible apartar la vista del reptil.
"Silencio," calló Lily, mirando en el cielo unas chispas de color rosa. "Esa es la señal."
"De acuerdo."
Pronto se deshicieron de las gruesa capa que los mantenía del viento y unieron las manos. Después de unas palabras ininteligibles las soltaron súbitamente, quedando conectadas por una especie de vínculo luminoso entre ellas. Se miraron y asintieron, lanzando la conexión al cielo. El delgado lazo se fragmentó, cayendo en forma sólida en la tierra, sin suficiente impulso para llegar al lugar de los otros herederos. Quienes repetían una y otra vez la misma oración.
juro sobre la sangre de seis de los míos
mi creencia en que Avalon fue mi inicio
y será mi fin.
Poco a poco fueron regando la sangre a sus alrededores. Ésta tomó un brillo amarillento y empezó a trazar un patrón en dos direcciones, extendiéndose hacia el centro con rapidez valiéndose de los pedazos sólidos en el suelo. Visto desde arriba, habían formado un pentagrama. Con enterrar en el sitio el objeto animal y sellarlo con un poco de sangre caliente su trabajo quedó concluido. Ahora todo dependía de los dos del techo.
"El portal está listo." Anunció Pritt, retirándose del borde. "Es una fortuna que al menos una de nosotros sepa hablar avalonés." Añadió para si.
"PROTHAJ"
Lily había comenzado con la parte final. A su voz una especie de barrera rosácea la rodeó, levitándola unos centímetros al cerrarse completamente. Extendió las manos y comenzó a hablar. Ningún sonido se coló por las paredes.
Fue cuando sucedió. Pritt la vio estrujar el cuerpo y cerrar los ojos en dolor; se acercó horrorizado hacia ella para ver como en uno de sus laterales tenía una llaga a la altura de las costillas. A pesar de sus ropas negras, la sangre era visible, y corría preocupante hacia sus muslos.
Pasaron mil cosas por su cabeza, pero sólo la chica sabía lo que pasaba: su pacto estaba siendo necesario.
Alain había sido alcanzado por una de las potentes garras de un Nundu. Sirius se oyó gritar en horror en cuanto el animal se preparaba para asestar el golpe definitivo. Alain no se movía, debía estar en shock. No dudó en abalanzarse entonces a su protección, pero detuvo su propio salto al ver a animal salir disparado en ángulo contrario y caer empalado en una estaca cercana.
Se volvió. Una figura encapuchada presidía un grupo de algunas más a su espalda. La mano levantada podía verse pálida y carecía de pigmento en las uñas. Aún sin ver su rostro podía saber lo que sugería.
Vampiros.
Sirius levantó la varita en guardia, pero fue bajada por la mano del rubio. Alain se había incorporado.
"Están bajo palabra," le interrumpió, "y eso es magia que ni Voldemort puede romper."
"Huelo su sangre derramada por otra persona." Dijo entonces el vampiro, bajando su capucha.
Extrañamente, Sirius sintió como si una maldición congelante le bajara por la espina al oír su voz; Alain parecía que por primera vez en la vida se había quedado sin palabras… y eso ara aún más preocupante.
"Lily…" oyó pronunciar suavemente al rubio. Aún en sorpresa. Parecía seguir procesando una idea. "Lev-" levantó el rostro cuestionando al pálido ser ahora frente a él.
"No hay forma en que podamos ayudar." Continuó éste con la tranquilidad y aspereza típica de su voz, "ella se encadenó a usted… es una decisión en la que no tenemos palabra."
"VE POR ELLA!" Alain rugió con fuerza. Con lo que quedaba claro que sus palabras no eran una mera sugerencia.
El suelo se fragmentó en ese momento, sacando de balance a muchos -aurores principalmente-, dejando en ventaja a las criaturas que se prepararon para finalizar con su oponente. Pero no hubo tiempo; en cuanto el suelo se estabilizó, garras encontraron tierra en lugar de carne y colmillos aire en lugar de sangre. Todo era confusión. Sirius incluso olvidó sus remarques sarcásticos. Descartando la idea de que las criaturas oscuras pudieran morir de paros cardiacos o que uno de los imprecisos rayos de Babyred hubiera fulminado la tropilla completa; debía entonces ser que tenían una gran capacidad de sorpresa para lograr tal silencio.
Sorpresa resultó ser poco para lo que notó después. El sol seguía en la misma posición de descenso, el viento corriendo en la misma dirección y el estaba parado justo en el lugar en el que había estado unos segundos antes, a diferencia que el vampiro que lo había estado acechando antes ya no estaba y no había dolor punzante en su espalda. De algún modo miró sus manos y dio un salto hacia atrás: su cuerpo seguía ahí, así como el suelo a sus pies, pero… por qué sentía que el que pudiera ver uno a través del otro fuera correcto?
Oh si… recordó al instante, "El portal de Avalon." Dijo en voz alta. Ahora comprendía lo que pasaba: el hechizo había sido completado, ahora su cuerpo -como el de todos los aurores que estaban en el campo- había prestado una porción de vitalidad para otra alma, logrando con esto que las esencias aparecieran corpóreas en el mismo campo y lucharan sin posibilidad a volver a morir.
En un parpadeo. Los aurores tenían la ventaja en número.
"… ve por ella…" el transparente Alain repitió
viéndose libre de pelear, y la transformada humildad de su acento llamó
la atención del moreno. Era la primera vez que lo veía indefenso.
"No hay algo que pueda hacer." Respondió el otro con la pasividad de los de su especie. "Ella lo decidió así."
La enfermería se convirtió entonces en el centro de reunión, muy para disgusto de Madame Pomfrey. Los cinco herederos habían ido a parar ahí, buscando un lugar para descansar mientras lograban sobrepasar la jaqueca que sufrían. Lestat tenía un desagradable tono verdoso que sugería nauseas, mientras que James hacía casi un concierto acústico a base de ronquidos. (A/N: Santos esternones, Batman! --Sorry, couldn't help it!--)
Forsoise permanecía al lado de la enfermera, de vez en cuando mirando de reojo a su asqueado hermano y hacia la ventana. Moría por tener noticias de lo que había pasado. Lily tampoco había regresado, no podría cesar el vínculo hasta tener noticias desde Hogsmeade, en silencio rogaba que todo saliera bien. Todos merecían tener un descanso.
"Iré por algunas mudas para Les," sugirió entonces, "se lo mucho que detesta dormir en otras pijamas."
Madame Pomfrey asintió gustosa de tener alguien consciente de que el oxígeno del lugar empezaba a escasear.
Forsoise salió. En su camino se cruzó por un momento la idea de subir al tejado, sólo para asegurarse que Lily estuviera bien. Segundos después se reprimía, ella estaba acompañada ya; de haber algún problema el chico Pritt ya hubiera llegado corriendo con sus ademanes de señorita bien educada.
Reprimió una risa.
Salió entonces al pasillo que conectaba con las grandes escaleras movedizas. Como detestaba que no hubiera forma más rápida de llegar… aún cuando sabía lo segura que se encontraba dentro de los muros del castillo, no podía evitar que la oscuridad en el le produjera escalofríos. Y el camino hacia los calabozos no era más iluminado…
Fue entonces que lo recordó. La habitación de Lily estaba escaleras arriba. Sería más fácil entrar por ella hacia el ala de los Slytherins; hacía unos meses que Lily se había encargado de quitar todas las cosas desagradables en el túnel que las conectaba y había hecho de éste un camino muy ameno (a falta de otra cosa que hacer), menos complicado y sinuoso.
El retrato había sido encantado de forma diferente; ahora ya no recibía una palabra, sino que reconocía a las personas que anteriormente habían recibido permiso de entrar, así que no hubo problema por su mala pronunciación avalonesa. Había ayudado a la remodelación del hall, aunque en este momento no recordaba que hubieran quitado los unicornios de sus paredes… caminó escaleras arriba y pronto encontró la chimenea a su paso, crepitaba tan viva como siempre.
Oyó algunos ruidos provenientes de las habitaciones arriba, del dormitorio de Lily al parecer. Los elfos no sabían lo que era el descanso, pensó con una resignación despreocupada. Un nuevo ruido se oyó, era como el crujir de la madera cuando soporta un peso mayor. Eso no era correcto; un elfo no llegaba ni a las veinte libras.
Sacó la varita como precaución. Algo en su cabeza le decía que no era correcto entrar sola. Pero otra parte, la obcecada, le decía que podía empatar con Lily cualquier duelo; si se trataba de maldiciones no habría quien pudiera con ella.
Fue así que subió sigilosa las escaleras. Al parecer no Rye ni Likos estaban en casa… valientes guardianes. Llegó al descanso frente a la puerta, en pasos de gato, y por la oscuridad hubiera deseado ser uno. Después de un momento decidió que sería mejor abrirla rápidamente y lanzar la maldición antes que preguntar primero.
"Impe--"
"STUPEFY!"
Un hechizo se le adelantó y la golpeó directo.
Quien quiera que hubiere sido, dada la oscuridad del lugar, la levantó torpemente y en su boca vertió un líquido increíblemente amargo. Ahora estaba aterrorizada. Si hubiera podido hablar, hubiera gritado hasta hacerse oír en los calabozos.
"Te esperaba," dijo una atemorizante voz aguda y ronca. "Acaso creíste que podrías escapar de mi? No después del atrevimiento que cometiste… Gran error ese niña preciosa… ahora verás lo caros que cuestan los errores con Lord Voldemort…"
Si hubiera podido hablar, habría rogado entre lágrimas frescas…
Richard corría como nunca antes lo había hecho, la dirección al castillo estaba bien iluminada por los cuerpos que aún ardían. Maldecía una y otra vez las barreras que rodeaban Hogwarts; aún pudiendo atravesarlas, no lo lograría ileso. No que eso hubiera importado en otra situación; pero en ese momento específico toda herida física iría a parar a Lily.
Lily…
Su cuerpo seguía traslúcido, señal que la chica mantenía levantada la barrera. Sabía que algo malo iba a pasar dentro de poco, era por eso que él mismo había realizado un pacto. Lo único que podía rogar era que le tocara estar presente para protegerla. Demonios… por que siempre tenía que ponerlas tan difícil?
En unos cuantos metros tocaría suelo de la escuela y con ello la primer barrera, en cuanto se fue acercando pudo notar unas esferas que flotaban y emitían una pequeña lucecita dorada. Rodeaban a una persona envuelta en una capa al parecer del color del vino.
"Dime… crees en el destino?" preguntó la voz de mujer en el momento en que supuso podría escucharla claramente.
"Apártate de mi camino." Advirtió el chico mientras frenaba un poco. Aprovechando el alto para respirar.
La extraña no se inmutó. "Dime… crees tener verdaderas decisiones?" continuó.
"NO TENGO TIEMPO!" Richard gritó. Reanudó la carrera.
Pasó de largo el lugar donde la mujer de la capucha permanecía, pero no pudo llegar a más de dos metros después. Las esferas de hacía unos momentos llovieron frente a él con tal fuerza que causaron que el suelo temblara. Cayó de bruces.
Sorprendido ante la fuerza de la extraña, Richard se paró en alerta al momento en que su daga aparecía a su costado.
La mujer se acercó. "El tiempo es relativo, y sólo es presa de un reloj…" habló con la misma tranquilidad de antes. "Ahora responde… en que cree el joven Myrrdhin?"
"Creo en ella." Contestó fiero ante la confusión, sin apartar los ojos de la figura. "Y si le pasa algo mientras me mantienes aquí juro por mi sangre que te voy a cazar como la más vil de las criaturas." Amenazó.
La encapuchada no pareció intimidarse en lo más mínimo, necesitaría entonces buscar una ruta de escape. Antes de ponerse a evaluar las salidas, la mujer nuevamente lo sorprendió, haciéndose a un lado.
"Entonces ve," recalcó con un acento suave. "A ella no le gustaría que te mancharas las manos."
El chico desperdició un último segundo en asombro, viendo como el personaje se perdía junto al brillo de sus extrañas esferas.
… Si, el amor es después de todo, la escuela del sacrificio…Pero debiste ver Lily, que es su pasión la que entierra al poeta y corona a los amantes… esa es la lección que traté de enseñarte…
Para el momento en que llegó al techo, Lily ya se encontraba acompañada.
Había algunos magos del pueblo que junto a Dumbledore y James trataban
de abrir una brecha en las paredes, sin éxito. Al darse cuenta de la
presencia del rubio, James se volvió a verlo con expresión de
'ahhh esto es lo que hacía el portal' antes de volver a mostrar
su preocupación. Inmediatamente, para el francés, el panorama
se aclaró y se volvió a la prisión de cristal en que se
había confinado la chica: permanecía inconsciente en su interior,
sostenida por lo que parecía una especie de planta color aguamarina que
salía justo debajo de ella y de tres figuras que reconoció al
instante.
No estaba sola. Richard sintió un repentino alivio al vislumbrar el método para romper el hechizo, se acercó al momento en que las figuras de rostro cubierto lo veían por primera vez. Bajaron inmediatamente sus capuchas revelando ser tres mujeres de aspecto contrastante: la primera tenía cabello negro e incluso a kilómetros de distancia hubieran sido visibles sus enormes ojos amatista y la palidez de su piel; la segunda tenía los ojos miel y el cabello le volaba en ondas sobre la cabeza como anillos dorados; la última también tenía los ojos y el cabello oscuro, pero ella lo llevaba recogido en trenzas y era, en palabras de Sirius (si hubiera estado ahí): fea a morir.
La de aspecto de sol se acercó hasta tocar la barrera, a la misma altura en que él había puesto la mano. Su expresión era dulce y comenzó a hablar. Richard no necesitó oír para entender lo que decía.
En un minuto se volvió.
"Necesito que alguien haga una barrera justo debajo de nosotros. Profesor, necesito que retire las barreras de adamantium y de redes de luz… y necesito también uno de sus cabellos…"
Al final de las instrucciones ya tenía en sus manos el largísimo cabello del director y a todos los demás haciendo algo. Dio un último vistazo al interior y se encontró viendo directamente a la mujer de ojos amatista, quien se apresuró a tomar a Lily en brazos y bajarla de la planta que la sostenía para escudarla junto a las otras dos. Richard rió afectado, bajando la vista también. Que diferencia, el no lo consideraba una pérdida de tiempo.
A una sílaba el cabello se tensó, ahora estaba tan firme como una larga y delgada aguja. No fue problema encajarlo al pie de la barrera. Entonces retrocedió unos pasos y se concentró en el objetivo, prestando antes, un último vistazo a quienes estaban dentro.
"HEERI!" Su voz vibró con las barreras que los demás habían construido a su alrededor, dejando salir el estruendo del choque hacia el espesor de la noche sobre él.
Los bloques a sus pies se partieron, como una placa de vidrio cuando se estrella contra el suelo, saltando ligeramente; de no haber habido barrera debajo seguramente que todos hubieran terminado sepultados en el piso inferior. Volvió a mirar su cuerpo, ya era normal. Desvaneciendo a la primera oportunidad la barrera de polvo con otro hechizo, se apresuró a llegar a donde la pelirroja, quien había terminado recostada sobre las túnicas que habían usado las chicas que la acompañaban.
Pero de aquellas no había rastro.
Se ocupó de Lily inmediatamente. Le retiró del rostro algunos cabellos y la besó en la frente. "Ya todo está bien." Dijo, y una sonrisa estúpida lo aseguraba. Era en ocasiones como esta que deseaba haber heredado el poder de Kay, "Díganle a Suí que venga!" gritó a nadie en particular, "o al tío, o a Lestat!"
"Los demás están en la enfermería." Dijo James al acercarse, atendiendo su propio brazo. "Será mejor que la llevemos allá."
"No es conveniente moverla. No se que heridas pueda tener."
James parpadeó extrañado. "Es sólo por los eventos de hoy o es que en situaciones post- tensión que se te bloquea el cerebro?"
El otro arqueó una ceja. "Huh?"
"Existe algo llamado magia con lo que se puede conjurar algo llamado camilla."
"Uhm- es en estas situaciones en las que me siento verdaderamente estúpido…"
Mientras los demás trataban de reincorporarse, Richard y James se encontraban ya ocupándose de la chica. Dumbledore fue el primero en acercarse, murmurando algo de la magnífica consistencia del material que la había encerrado y de que nunca se imaginó que el cabello pudiera usarse de esa forma, él mismo intentaría hacerlo con uno de dragón, aprovechando que un Colacuerno mostraba tan buena disposición. El animal salió volando en ese momento.
Justo cuando habían llegado a la puerta para descender, Richard se volvió incómodo, había una presencia mágica, tratando de adivinar lo que era recordó el poder del cuerno que Lily había utilizado. No sería prudente que se quedara ahí, así que se devolvió a recogerlo.
Debía ser como James decía, el cansancio lo ponía paranoico.
"La luz al final del día se vuelve siempre oscuridad."
Los sentidos del chico se pusieron en alerta al sonido de la voz de áspera fragilidad. Al volverse fue recibido por la figura de un vampiro alto y delgado; sus rasgos no correspondían a ningún clan en particular, eso lo confundió más, tenía la belleza de Ventrue pero el porte de Toreador y al mismo tiempo el misterio de Malkavian y la vivacidad de Brujah… sólo había una explicación---
"Diabolizador…" Richard habló incrédulo.
"En esencia un mago Tremere." Corrigió el pálido ser con cierto tono de orgullo y una sonrisa. "Pero a estas alturas tengo cuna en cada familia."
"Cómo lograste pasar?"
"Ohhh… vamos." Hizo un ademán de desesperación. "No hay campo que pueda detener a alguien que tiene sangre de heredero…"
"Es por ti que no llegó!?" gritó el rubio en sorpresa, recordando al heredero de Bohrs.
"Vamos! Acaso quieres invitar a los demás a nuestra pequeña fiesta privada?" Bromeó. "Esto es sólo para la familia."
"Yo sólo llevo sangre por herencia. No soy un verdadero vampiro." Aclaró mientras se aferraba a su daga.
"Ahhh… no te sientas menos, mi hermoso joven… eso es fácil de solucionar."
La naturaleza de un vampiro se definía por lo experimentado que este fuera, Richard lo había aprendido y comprobado muchas veces; sin embargo, este tenía encima la sangre de las otras familias, según presumía; eso era bastante más a lo que jamás se hubiera enfrentado. Si podía usar la rapidez de un Lasombra o la astucia de un Malkavian o las habilidades de los otros clanes combinados, entonces no tendría oportunidad. Su padre había sido toda la prueba que necesitaba.
Antes de poder pensar en algo el vampiro ya estaba encima de él, apenas pudo esquivarlo; pronto definió su estrategia: estaba a la ofensiva y aún así era difícil hallar un punto descuidado. Sus movimientos eran lentos a comparación del ser, no tenía mucha oportunidad estando tan cansado.
Hasta que llegó lo inevitable.
El vampiro lo atrapó por la espalda y deslizó una mano lentamente sobre su pecho, envolviéndole a la altura de la garganta.
"Te diré un secreto," susurró a su oído. "Hölgen Bollev decidió esperar el momento propicio para aparecer… verás… no soy un vampiro estúpido."
Gritó como no recordaba haberlo hecho antes.
Perdió también valiosos segundos en discusión hasta que optó por dejarlo inconsciente, aunque fuera por unos instantes. Cuánto crees que aguantarás si sigues perdiendo sangre? James tenía razón… pero lo correcto no iba a salvar a nadie.
Sentía que había corrido por horas; la poca sangre que le quedaba se le agolpaba violentamente en el corazón, aunque no se podía saber si era por el largo trecho a los campos o por el esfuerzo físico que suponían correr por siete pisos en su estado. De ser necesario, repetiría el hechizo mil veces más. Pocas veces había tenido esa sensación, y cada una había terminado sumamente mal. Y esta vez no sería Richard el protagonista…
Sus manos estaban heladas, había realizado. Los cortes y golpes del cuerpo le sabían a nada, debía ser por la adrenalina. La única herida que tenía presente era la de su cuello, y eso fue gracias a una gota que salió a su campo visual; nunca se había percatado de lo poco eficiente que era su organismo a la hora de coagular.
Pronto llegó a la entrada. Sabía que el chico y lo que fuere que lo amenazara se encontraban a campo abierto. Su visión se nubló un poco, debía ser el entrante amanecer que le opacaba la vista. Junto a unos arbustos los vio por fin. Y lo que vio, le quebró las últimas fuerzas…
"NO!"
El chico levantó la vista; por lo que pudo ver en su rostro supo que el propio había vuelto a ser lo que fue en años anteriores. Un espejo de tristeza.
Richard había manejado cualquiera que fuera la situación de peligro y había volteado los papeles. Lily estaba aturdida; pasó de cuenta por completo el momento en que el grito le salió de la garganta. El chico había elegido diabolizar, el cuerpo frente a él había perdido toda esencia y tenía el rostro desorbitado, en una expresión de terror que ella nunca olvidaría.
"Por qué…" quiso saber, no era necesario terminar la frase.
"Porque la sangre que bebió fue la tuya..." contestó el otro, con cierta culpabilidad.
Lily sintió el cuerpo temblar, Richard no la veía a los ojos, y en esos momentos no sabía que dolía más. Momentos después, el chico salió corriendo hacia el bosque.
En su pecho se le agolparon las palabras de llamada, y salieron en un grito mudo. Las piernas se le doblaron y cayó de rodillas antes de hacerlo completamente. Debió haber llamado su atención, pues de repente sintió estar abrazada. Fue entonces que se dio cuenta que no sólo sus manos estaban frías sino su vientre, su espalda y cada parte que entró en contacto con la calidez del cuerpo del otro. En un momento comenzó a sentir el frío de la mañana. Cerró los ojos para concentrarse en el calor.
"Es mi culpa..." dijo entonces… sintiéndose los últimos efectos del hechizo que se había aplicado.
"… No has hecho nada que no tuvieras razón de hacer." Creyó sentir que la abrazaban más fuerte. "Nada de que arrepentirse…" añadió él con un acento ahogado; de completo temor. "Debemos llevarte a la enfermería."
Ella abrió los ojos nuevamente y acercó, sin siquiera mirarlo, su mejilla a la de ella. "Gracias por cuidar de mi…" comenzó, "… me alegra haber tenido la oportunidad de ver por ti, aunque fuera solo una vez…" dijo serenamente mientras hundía sus pálidas manos en su cabello.
"Debemos ir a la enfermería…" Apremió el chico separándose de ella con aparentes intenciones de ponerse en pie.
"Es tarde, James lo dijo… y suele tener la razón." ella le contestó con la voz baja. "No quiero que te vayas… porque tengo frío." y trató inútilmente de mantenerlo en su posición.
"No me voy a ir…" habló con el acento nervioso mientras la tomaba en brazos y caminaba apresurado.
"Has cumplido hasta mi último deseo…" replicó con una sonrisa débil y gentil, mientras lo abrazaba torpemente. "… Nunca quise ser la última en morir…"
Estaba tranquila. A este punto no habría nada que le molestase. Levantó nuevamente su vista opaca para ver como el cielo perdía su azul y daba paso a otros matices más suaves, pues supuso que eso fue lo que vio. No sintió como el chico se paró de golpe, o como la sacudió en un intento desesperado por hacerla reaccionar.
… o como sus ojos se negaban a creer…
"Anda! Aún tenemos asuntos que resolver tu y yo!" reclamó cuando prácticamente ya, se encontraba corriendo.
Lily ausente, cerró sus ojos ya inútiles. "Quiero que seas feliz…" susurró en su oído.
"LILY!"
"… porque yo ya lo soy…"
Las últimas fuerzas que la mantenían atada a su cuello cedieron, dejándola vencerse hacia su espalda, en una tortuosa cámara lenta. Cayó completamente en sus brazos, dejando los propios libres de caer a sus laterales. Su cuello pareció más largo que nunca, al curvarse en la dirección a donde la cabeza caía; su piel lucía aún más pálida y su cabello brillaba aún más rojo… al verse teñido de su propia sangre…
Inerte.
"Alain sería un tonto en no saber cuanto le querías." Dijo James al volverse con ella en brazos hacia el horizonte, escondiendo su rostro sobre su pecho lánguido. "Y yo sería un iluso pretendiendo que no me importaba..."
El sol comenzaba su despertar, y con el, el primer día sin ella.
… escuela de sacrificio, el verdadero amor. Pero el
poeta es también hombre, que espera, sueña y desea, buscando estrellas
en la mañana de niebla que trae esperanza para uno… y solo uno...
portador de las trece virtudes…
Desde las fronteras del bosque, aquella mujer subía su capucha color sangre. La luz pronto iluminó una parte de su rostro, dejando ver que por su piel de terciopelo, corría una lágrima del color de la obsidiana.
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Awww! Pretty sad... cliffie!! cliffie!!
Bueno, no se pueden quejar... esto está lleno de spoilers, si leyeron bien se van a dar cuenta de muchas cosas. Respecto a lo de James y de que ya no puede ocupar su don es cosa que ya había pensado antes, sólo que muy tonta se me olvidó mencionarlo, pero va entre el festival de invierno y los libros que encuentra Alain en la casa de la villa... De donde se da cuenta de muchas cosas más...
En realidad existe un Nocturno No. 2 de Chopin, es una pieza de casi cinco minutos bastante deprimente, pero igual preciosa. Myrtle es testigo.
Saqué vagamente algo de la descripción que Ann Rice hace de los vampiros, en especial la parte de las uñas. No se quejen de la última escena; fue particularmente difícil escribirla y creo que quedó bastante decente. Eso fue lo que me tomó casi un mes de escribir y re-escribir. No quise abordar mucho lo de la diablerie (diabolizar) porque creo que explicarla sale de tono, Alain sigue siendo humano si es lo que se preguntan, es solo que una parte de el murió. Pero lo explico ahora: la diablerie consiste en beberse la sangre de otro vampiro hasta matarlo, con eso consigues las habilidades respectivas a su clan y algunas propias, además de poder dependiendo de la generación a la que pertenezcan. No he sabido que algún humano la haya practicado, así que eso es mio.
El formato de este chap es un poco diferente a propósito, digo, la palabra RETROSPECTIVA no está ahí de a gratis, y creo que lo entenderán si leen antes del título del chap, por cierto, 'Ynys Witrin' o 'Yves de Affalon' (como primero lo encontré) es el mismo nombre para 'Isla de Avalon' y que en inglés antiguo, o algo así, significa 'Isla de las Manzanas' y es el lugar donde descansan las almas de los héroes, y donde se embarcó el rey Arturo al morir porque según al entrar a Avalon se le iban a curar todas las heridas e iba a volver a la vida, así que parte para su descanso eterno Yada yada yada...
Y antes que comiencen a preguntar: SI, Lils está muerta. Hence the name of the chapter.
Saben? Nunca me he tomado la molestia de agradecer a todas las personas que me agregaron a sus favoritos... así que ahí van:
Green Eyes5 Lalwen de Black Diel Shay2 Katie Lupin hinkypunk2 Mena2 Yadhwiga Honguito Dixie Nixon Shagy Sirius Gerardo Angeleyes699 Kristen Black Aiko-Shiteru Sirius Black9 Olympe Leri Abril1 Selene Snape Christy'nReiko Lily Evans9 Tana Abbot Liliana2 Joice Granger Joanne Distte
... oh cielos como detesto esos numeritos que agregaron...
Es el turno de los reviewers. Saben? he estado esperando tres miseros reviews para los 390... los logré antes? Disculpen si la contestación es corta, pero ya siento que ando corta de espacio...
Kitten: Si! Gracias por dejar el review!
Fernanda Rozner: Gracias por la ayuda con los reviews, me voy a dar la vuelta por tu fic.
MyrtleD: Sipe, todas las escenas tienen un propósito. No entendí lo del golpe del cerdo...
hinkypunk2:la verdad que a mi tb me encantó esa idea, el chap se demoró porque una escena me estaba ganando el partido. La discusión gay la verdad no se de donde salió, pero quedó al tiro no? Gracias.
Shaeko: Bueno, tu review fue de los últimos en llegar, generalmente aviso por mail a las personas que dejan su mail, porque ya no tengo el ritmo al subir los chaps... ya ves cuanto tardó este. Por supuesto que no pienso abandonar mi fic! Le quiero demasiado. Es sólo que las cosas se me juntan algunas veces o tengo problemas de bloqueo. De cualquier manera hay chap porque hay chap!
Lils: Gracias.
Penélope Black: La verdad en lo que espero tener suerte es de ingeniera. Gracias por las flores...
Carlita_Hearth: Espero que no te de flojera seguir dejándome reviews, en verdad que me alegran el día cuando leo nuevos. El experto es nada menos que Shagy Sirius.
Catty_Shenka: No te voy a mentir. Ya extrañaba este tipo de reviews!!! Me encanta leer revies así de largos! Y por supuesto te extrañaba también. Respecto a lo que dices de los personajes creo que te has dado cuenta que aún no sacan todas sus caras, mira en este chap a Richard y a Suí, no te miento que hasta a mi me dio algo de cosa que saliera corriendo dejando a Lily ahí, pero creo que todo humano tiene puntos débiles... y al parecer el de él es la vergüenza de volver a verla al rostro. Me agrada que la gente se identifique con lo que hago! En particular me agrada Richard porque se me hace el más humano de todos --como decirlo-- tiene una gran responsabilidad y trata de aparecer duro, pero la verdad es que es un algodón de azúcar por dentro. Our Winter es un proyecto que tengo parado por el momento, no es que sea difícil traducirlo, sino que ya no encuentro tiempo para hacer tantas cosas. En este fic no hay spoilers de los libros, eso es lo que lo hace algo AU, así que por enterarte de cosas de OoP aquí no te preocupes, spoilers hay pero de este mismo fic. Así que atenta a leer!
Asuka Black: Intenté buscar la historia, pero no logro encontrarla, creo que fue porque la busque en los días en que ffnet andaba cranky pero me parece que ya la he visto.
Nathalie de Potter Radcliffe: Gracias. La chica misteriosa tuvo algo que ver más en esta historia y probablemente sepas de quien se trata en el siguiente chap. Conoce a Lily, eso es seguro, pero de donde?
Dark Cat4: Trataré de no tardar mucho con el siguiente chap, gracias por el review.
Hermionita: Haha, gracias. No tengo a la mente muchos fics por ahora, si te quieres dar una vuelta por mis favs a lo mejor encuentras uno, hay uno muy interesante que se llama "The Gilded Lily" (en ffnet) y me perece que su autora se llama Mandy (solo te lo recomiendo si tienes la voluntad y las fuerzas de leerte 80 capítulos *y dicen que mi fic es largo*), hay otro que creo que se llama Snapdragon & Prongs (tb de ffnet) que lo escribió AriaStar (en verdad que es bueno este y son creo 27 capitulitos), pero si te quieres reir un rato y tener una lectura interesante se de unos que aunque no sean L/J's te van a gustar.
Liliana2: La verdad que ya no recerdo tampoco... si tienes tantos problemas con la compu prueba con el scandisk y luego le metes el desfragmentador, vas a ver que con eso se te apura. La verdad es que esto de escribir lo veo como un hobby, como tantas otras cosas que están lejos a lo que estudio. Mi carrera me gusta mucho, porque estoy activa y la verdad es que de LEM no me hallo, sentada todo el día escribiendo.
Ligia Potter: Hehe, te ha gustado el chap? Creo que proximanente verás más de ellos, porque esto se acerca a su fin, y no... Harry nace cuando ellos andan por los 20 (al menos James, Lily es que? dos años menor) así que todavía falta para eso. Ya tengo el final escrito y lo había hecho dibujado, pero el papel tuvo un triste final. Bueno, aún queda el archivo en la compu!!!
Yo_ana: Si recuerdo bien, Richard es exactamente tres años mayor que Lily, y que te pareció la parte L/J? Gracias!
Yadhwiga: Jeje, el chap pasado dejó muchas dudad al aire, como quién era el otro heredero que apenas llegó con tamaña sorpresa en este chap... Si tienes dudas con este y todo lo que dejó sin contestar, déjamelas en un review. Siempre son bienvenidos!!
Tana Abbot: Lily nunca fue una niña feliz, de hecho creyó serlo en el tiempo desde que llegó a Inglaterra. Pero Richard terminó por hacercelo recordar. Cuando dijo que ya era feliz se refirió a que sacrificarse por él le bastaba para serlo, eso me dio bastante pena... Ya sabía del problema con lo de ffnet y mis fics, no eres la primera en decírmelo. La verdad no se que ha estado pasando, pero si vuelves a tener el mismo problema mándame un mail y te lo hago llegar, vale? De todos modos en el aviso de actualización va el link.
Paulina Gryffindor: Me alegra que te gustara, dime que piensas de éste chap...
Joyce Granger: Jeje... ya lo he leído mas de tres veces en ciertas escenas que no me quedan claras y sigo en las mismas, lamento no poder decirte nada, me tienen amenazada... Gracias por el review, espero que este chap tb te guste!
Kmila: Bueno si de aceptar los hecho se trata... pero Alain se lo ha sacado!! Jaja... amo esa escena. Suerte con las múltiples ocupaciones... yo ando casi igual.
Jeru: Hay bastantes D/G que me gustan! ahora mismo estoy en la mitad de uno que se llama 'The Dragon's Reality' considero que es bueno, aunque al parecer está lejos del romance (y la R en el rating no está de a gratis) y más cercano al abuso. Creo que va a terminar bien, algo me lo dice.
Padme Gilraen: Hace un buen que no entro a la comunidad, de todos modos en mi compu no se baja la cosa esa que se necesita para el chat; no se en que paró la cosa del Rol...
Gin-Gin: Pues con este debe darte el infarto... creo que es mes y medio desde el 27! ojalá consigas el libro pronto. Me gustaron esas escenas con Sirius, lamento que en este no tenga tanta participación, pero sé que hay otras escenas que lo recompensan... no?
Rosario Gillian Paddfoot: Jaaaaaaaaaaajajaja... gracias por las porras, la espera en este fue mayor, pero igual ha valido la pena...
Mary: he estado alejada de los fics casi todas mis vacaciones. Voy a darme la vuelta a tu fic (aunque creo que ya lo he leído antes), no se si ya he dejado review en el.
Gracias a Andrea Vergara por la tarjeta. Está muy linda!
Dejen reviews!!! Sólo aplasten ese pequeño botoncito morado que dice Go y me harán la chica más feliz!
::: Dacral Croiff :::
