Luego del encuentro con su madre, Hermione fue de vuelta al pueblo para encontrarse con sus amigos en las tres escobas. En el camino fue pensando en si debía decirles que no se presentó, decirles un nombre de una persona que no conocieran o si debía decirles la verdad.
-¿y?.... que pasó- le preguntó Ron apenas la vio acercarse a su mesa
- nada- dijo decidiéndose por fin por la primera opción- no se present
-¿de veras?, o, lo siento Hermione- dijo Harry con cara de compasión mientras Ron la miraba con cara atónita.
- Pero no se preocupen, seguro que me enviará una carta por la mañana diciendo por qué no pudo reunirse hoy conmigo- agregó para hacer todo un poco más creíble.
- si, es lo más seguro- dijo Ron pero su cara era muy distinta ahora.
Al salir de las tres escobas vieron a Draco pasar por el frente, y se le pasaron las palabras "sangre sucia" por la mente, ya no tenía derecho alguno a decirlo. Sonrió.
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En otro lugar muy lejano una cabeza levita entre las llamas de una chimenea que crepitaba desesperada.
- Está todo listo mi señor
-¿cayó en la trampa?
-Si mi amo, la pobre tonta se creyó mi actuación completamente.-Hizo una pequeña pausa – Sabía que caería desde que le mandé la primera lechuza- aguantó una risita.
-Bien hecho mi Bella
- ¿eso es todo mi señor?
-por ahora si, sería todo.
La cabeza desapareció de la chimenea mientras el hombre acariciaba a una serpiente mientras esta engullía a una rata.
- todo sale según lo planeado- murmuró- todo sale según lo planeado.- comenzó a reirse con una voz escalofriante, parecida a un silbido
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Cuando llegaron a la sala común de Griffindor, Hermione se sentó junto al fuego a tejer gorros para elfos domésticos como de costumbre pensando en todo lo que ocurrió durante ese día. Había visto a su madre y le mintió a sus amigos al respecto.
Luego de unos momentos tomó un pergamino y comenzó a escribirle una carta a Viktor, emitiendo cierta información, como el hecho de que su madre fuera una mortífaga que escapó de Azkaban. Escondió los gorros, enrolló el pergamino y se fue a acostar sin prestar atención a su gato Crookshanks que le rozó la pierna al pasar.
Era demasiado, todo había sido demasiado como para cumplir su función de prefecta o incluso la buena alumna de siempre.
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Una semana más tarde recibió dos lechuzas durante el desayuno, una de Viktor y una de su madre, las guardó rápidamente y salió al vestíbulo pues era bastante peligroso que se enteraran de quien enviaba la carta, pues esta vez si escribió su nombre en la superficie del rollo de pergamino y Ron se pondría muy celoso si sabía que Viktor le había enviado una carta. "Hija , debo ir a Londres con mi amo a hacer algunos "trabajitos", te escribiré en cuanto pueda para contarte como me fue. Nos vemos a la vuelta, cuídate mucho y no le muestres a nadie esta carta por tu propia seguridad y por supuesto la mía también." Mientras que Viktor le decía que se alegraba de que se hubiese encontrado con su madre pero la regaño acerca de la mentira que le dijo a sus amigos, pero el no sabía por qué lo hacía. Además le dijo que iría a Inglaterra a jugar un partido de Quidditch y que pasaría a verla en cuanto tuviera tiempo. Hermione se alegró mucho con esta última noticia y se sonrojó un poco al leer acerca de su visita.
Guardo bien las cartas, y de prisa, pues sus amigos venían saliendo del gran comedor junto con el resto de los alumnos del colegio - ¿por qué saliste tan de prisa? -Es solo que me olvide de algo y fui a buscarlo. De pronto escucharon una voz demasiado conocida como para confundirla.
- pero que tenemos aquí.- era Draco Malfoy a sus guarda espaldas Crabbe y Goyle.
-que quieres ahora Malfoy- dijo Harry.
-¿están preparados para la derrota como es usual Potter?
- porque no mejor te largas Malfoy- gruñó Ron con las orejas algo coloradas.
Pero Malfoy no se alejó pero dirigió una mirada a Hermione que le hizo entender que el ya estaba enterado de quien era su verdadera madre, seguramente por su padre. Este le dirigió una sonrisa tan disimulada que Hermione de hecho dudó si se lo estaba imaginando o no. No, era cierto. Si le había sonreído, pero no como lo hacía usualmente, no, esta era diferente. Él se dio vuelta una última vez y le dirigió una última mirada en que Hermione pudo notar un cierto brillo que solo había visto una vez anterior a esa, cuando Viktor la vio por primera vez durante su cuarto curso en Hogwarts. Su estomago comenzó a dar brincos.
-¿qué te pasa Hermione?
-na....nada
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