CAPITULO 11: ¡ESPERAME!

AÑO SIETE DEL NACIMIENTO DE ATENA

En el Coliseo del Santuario había dos competencias finales. La primera fue la de la armadura de Ophiuchus, y la segunda por la armadura de Aguila.

Shaina, la niña de cabellos verdes, ya era una jovencita de doce años. Ella compitió por la primera armadura contra otra chica, venciéndola fácilmente. Ariadna estaba feliz, no por ella, sino por Raquel, su maestra. Además, sabía muy bien que en el fondo Shaina no era tan mala.

-Ahora- dijo el Maestro- la siguiente competencia será por la armadura de Aguila, entre Marín, alumna de Ariadna de Corona Boreal; y Nadia, alumna de Jasha de Pez Austral...-

Las dos chicas competidoras pasaron. Ariadna miraba atentamente a su alumna desde un palco, cerca de los demás caballeros dorados. Sintió una mano en su hombro, y se volvió. Un chico de catorce o quince años, de cabellos castaños y ojos verdes la saludó con una sonrisa. Usaba una armadura dorada y una capa blanca.

-¡Aioria! ¡Viniste!- exclamó ella.

-¿Bromeas?- dijo Aioria- no me perdería por nada ver a Marín ganar su armadura...-

-Y ya eres un caballero dorado- dijo Ariadna- estoy muy orgullosa de ti...-

-Viniendo de ti, significa mucho- dijo Aioria. Ariadna sonrió bajo la máscara, pensando que Aioros también estaría muy orgulloso de su hermano.

Se volvieron para mirar la pelea. Nadia, la hermana menor de Níobe, había crecido tanto como ella. Marín estaba haciendo un buen trabajo. Derribó a Nadia y se volvió hacia las gradas. Bajo su máscara, los ojos se le iluminaron al ver al caballero dorado que estaba de pie junto a su maestra.

-¡Aioria!- murmuró Marín.

-¡Cuidado, Marín!- gritó éste.

Nadia aprovechó su distracción para atraparla por detrás, asfixiándola.

-¡Marín!- exclamó Ariadna.

-Ella sabe que hacer, Ariadna- dijo Aioria- tú le has enseñado bien...-

-Estás perdida, Marín- dijo Nadia, apretando más el cuello de su rival- y no te preocupes por rendirte, porque no tendré piedad de ti, como tu maestra no tuvo piedad de mi hermana Níobe...-

Marín encendió su cosmo. Con sus manos, dirigió toda su fuerza hacia los brazos de Nadia y se los rompió. Nadia lanzo un grito de dolor y soltó a Marín. Una vez libre, la chica atacó.

-¡METEORO!-

Nadia cayó al suelo, totalmente vencida.

-La ganadora es Marín- dijo el Patriarca- ella es el nuevo santo de Aguila...-

Después de recibir su armadura, Marín corrió a abrazar a su maestra y a Aioria.

-¡Lo lograste!- exclamó Ariadna.

-No lo habría logrado sin ti, Ariadna- dijo Marín.

-Felicidades, Marín- dijo Aioria- veo que ya cumpliste tu sueño...-

-Y tú también- dijo Marín, sonriendo- ya te extrañábamos, hacía tiempo que no sabíamos de ti...-

Aioria sonrió.

-¿Y no sabes a quien fuimos a ver hace poco?- dijo Ariadna.

-¿Quién?- preguntó él.

-¡A Leo!- dijo Marín- fuimos a la isla de Andrómeda. Albiore ya es un caballero de plata, y la pequeña June ha comenzado su entrenamiento por la armadura de Camaleón...-

-Se me hace increíble- dijo Aioria- que la pequeña que encontraron Leo y Shura esté entrenando para santo de Atena...-

-A mí se me hace aún más raro que ustedes tengan sus armaduras- dijo Ariadna.

-Ya hablas como si fueras una abuela- dijo Aioria en son de broma- y apenas tienes veinte años-

Ariadna suspiró.

-Bueno, saldré a dar un paseo... los veré después- dijo Ariadna.

Volvió al bosque, a donde siempre escapaba cuando se sentía triste, o sola, y se sentó en el suelo, recargada en un árbol. Se quitó la máscara.

-Ya han pasado siete años- dijo ella- tu hermano ya es un santo de Atena. Y Marín también. Pero la herida en mi corazón aún no ha cerrado. Prometiste volver por mí y no lo has hecho. Durante siete años he querido morir para reunirme contigo...- sus lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- Aioros, te extraño tanto...-

En ese momento, Ariadna sintió el viento acariciando su rostro y moviendo sus cabellos. Recordó las palabras de Aioros y sonrió.

-Gracias por estar conmigo...-

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El Maestro miró a sus caballeros dorados, que se habían reunido para ver las competencias.

-Aldebaran de Tauro. Máscara Mortal de Cáncer. Aioria de Leo. Shaka de Virgo. Milo de Escorpión. Shura de Capricornio. Camus de Acuario. Afrodita de Piscis....- emitió un sonido que parecía un rugido- aún faltan los caballeros de Aries y Libra, que siguen ignorando mis llamados... y aún no he recuperado la armadura de Sagitario...-

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En ese momento, frente a la cascada de Rozan, en China, un joven se acercó al anciano que estaba sentado, mirando hacia el horizonte.

-Antiguo Maestro, ¿me ha llamado?-

-¡Mu de Aries!- dijo el anciano.

-El mismo, maestro- dijo serenamente el chico delgado de cabello lila, vestido de color marrón. Nadie imaginaría que es un poderoso caballero dorado.

-Haz hecho bien en seguir mis instrucciones de no volver al Santuario, Mu- dijo Roshi- pero ahora tengo algo importante que pedirte-.

-Lo que sea, maestro- dijo Mu- usted ha sido mi maestro desde que el Maestro Shion murió...-

Roshi sonrió.

-Esta es mi petición- dijo Roshi- Shunrei, ven...-

Una niña de siete años fue con Roshi. De su mano venía un pequeño pelirrojo de tres años, de la misma raza de Mu.

-Sus padres y su hermano murieron- dijo Roshi- tú conociste a su hermano Tao...-

-Sí- dijo Mu, sorprendido.

-Se llama Kiki, y nació el primer día de abril, hace tres años. Mu, te pido que lo lleves a Jamiel como tu aprendiz. No solo para caballero, sino para que le enseñes a usar sus poderes...-

Mu asintió. Se acercó al pequeño y se puso de rodillas para estar al mismo nivel que él.

-Hola, Kiki- le dijo- me llamo Mu. Roshi quiere que vengas conmigo...-

El pequeño se escondió tras Shunrei.

-Vamos, no me tengas miedo- dijo Mu, señalando su frente- mira: tengo las mismas marcas que tú...-

El pequeño se acercó. Mu le permitió inspeccionar su rostro. Luego asintió y abrazó a Mu. Éste lo levantó en brazos.

-Gracias, Mu-

El caballero de Aries sonrió y se teletransportó de regreso a su hogar.

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En Grecia, al día siguiente al atardecer, Marín caminaba hacia su casa cuando se encontró frente a frente con el Maestro, quien iba acompañado de un niño.

-Marín, éste niño será tu discípulo- dijo el Maestro- Seiya, ella es Marín de Aguila plateada, es japonesa como tú. Ella será tu maestra...-

Marín levantó la vista. Shaina también tenía un discípulo: un tipo enorme. Tragó saliva. Ese sería su rival. Marín asintió y se llevó a Seiya.

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AÑO 9 DEL NACIMIENTO DE ATENA

En la sala del trono, el Patriarca hablaba consigo mismo.

-Ya han pasado nueve años desde entonces... y desde entonces sigo sintiéndolo. Es seguro que Atena se salvó aquel día. Pero no es posible... Aioros fue encontrado muerto aquel día. Esa chica lo encontró...mmm- dio unos pasos, pensativo- pero ella nunca ha parecido creer que mi versión...tal vez me mintió, y realmente lo encontró con vida...-

-Al parecer es la única persona con lógica en este Santuario- dijo otra voz- es ilógico que Aioros hubiera sido capaz de semejante crímen...-

-Bah, pero todos me han creído, incluso el hermano menor de Aioros- dijo la primera voz- tal parece que debo hacer lo que no hice hace nueve años...-

-¿Qué planeas?- dijo la segunda voz- ¿no pensarás en...?-

-Sí- dijo la primera voz- llamar a dos personas, sedientas de sangre, y deshacerme de ella de una vez-

-No, no te lo permitiré- dijo la segunda voz- ella es inocente...-

-También lo eran Shion, Arles y Aioros, y no pudiste hacer nada contra mí...- dijo la primera voz- así que no estorbes...-

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Marín seguía entrenando al pequeño Seiya, que siempre le pareció un testarudo. A veces, Aioria y Ariadna miraban el entrenamiento.

-Marín se parece mucho a ti- dijo Aioria.

-¿A qué te refieres?- preguntó ella.

-Su carácter- dijo Aioria- su forma de enseñar, sus técnicas, hasta su forma de hablar...-

Ariadna suspiró. Nunca se lo había dicho, pero si tan solo él supiera lo mucho que se parecía a Aioros. Pero no podía decírselo, ya que Aioria se avergonzaba de su hermano.

En ese momento, se escuchó una explosión al otro lado del Santuario. Aioria se levantó de golpe, y Marín y Seiya detuvieron su entrenamiento. Ariadna, sin embargo, sintió un cosmo muy agresivo cerca de ellos.

-¿Qué fue eso?- dijo Ariadna en voz baja.

-Iré a ver- dijo Aioria, retirándose.

-Marín, algo está ocurriendo- dijo Ariadna, sintiendo aún ese cosmo agresivo muy cerca- llévate a Seiya a casa-

-¿Tú que vas a hacer?- preguntó Marín.

-Averiguar que sucede- respondió Ariadna- ahora vete, porque tu alumno es prioridad ahora...-

Marín obedeció, y se llevó a Seiya de vuelta a casa. Ariadna caminó alrededor.

-¿Quién anda ahí?- dijo en voz alta.

-No eres tan tonta- dijo una voz- salvaste a Marín y ese mocoso...-

-¿Quién es?- repitió Ariadna.

-Nosotras- dijeron Josha y Nadia al mismo tiempo.

-Ya veo- dijo Ariadna tranquilamente- ustedes provocaron esa explosión para alejar a Aioria y atacarnos. ¿Qué quieren?-

-Venganza- dijo Nadia- por lo que nos hiciste...-

-A Nadia le arrebataste a su hermana y su armadura- dijo Josha- y es hora de hacerte pagas...ahora prepárate para morir...-

-Desde hace nueve años estoy preparada- dijo Ariadna- y desde que Marín ganó su armadura ya no tengo ningún deseo de vivir ni aprecio mi vida...-

-Eso hará las cosas más fáciles- dijo Nadia, encendiendo su cosmo, igual que su maestra- te mandaremos a reunirte con Aioros-

-Aioros, pronto estaré contigo otra vez...- murmuró Ariadna para sí misma.

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Cuando volvió a su casa, Marín lo sintió también: el cosmo de Nadia y Josha donde había dejado a su maestra. No sentía el de Ariadna. Entonces lo comprendió: Ariadna quería dejarse asesinar por ellas.

-No puedo permitirlo- dijo- Seiya, quédate aquí...- y salió de regreso.

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Mientras, Josha y Nadia atacaban a Ariadna, quien se dejaba golpear por ellas sin oponer la menor resistencia ni hacer ningún esfuerzo para defenderse.

Ariadna estaba en el suelo. Sangraba. Trató de levantarse pero no pudo. Cerró los ojos. Las risas de Josha y Nadia ya se escuchaban lejos. Escuchó algo. Una voz que ella conocía.

-Ariadna, ¿qué haces?- la reprendió la voz.

-¿Aioros?-

-Sí, soy yo- dijo la voz- te prometí que un día volvería por ti, y ese día no es hoy. Sin embargo, está cerca. Espérame...-

-Pero...- dijo ella- ya han pasado nueve años...-

-Y yo nunca me he separado de ti desde hace nueve años- dijo Aioros- no mueras aún... ¡espérame!-

-Está bien- dijo ella.

Ariadna se levantó, y encendió su cosmo. Marín llegó.

-¡Ariadna!- dijo saltando a su lado- ¿estás bien?-

-Sí, Marín. Gracias...- se volvió hacia Josha y Nadia- no puedo morir ahora. Le prometí a Aioros que no moriría-

-Pues irás a verlo en el infierno- gritó Josha.

-Y Marín te hará compañía- dijo Nadia.

Ambas las atacaron. Ariadna empujó a Marín, quien aún estaba distraída, fuera del alcance de los ataques, y trató de detenerlos con su cosmo; sin embargo, ella estaba muy débil. Fue despedida hacia atrás, y cayó a una grieta: la misma donde Aioros había caído hacía nueve años. Aioria llegó alcanzó a ver esto último.

-¡No! ¡Ariadna!- gritó Marín.

Aioria saltó junto a Marín, lleno de furia al igual que ella, al ver lo que le habían hecho a la que él mismo consideraba una hermana. Ambos encendieron sus cosmos.

-Las haré pagar...- dijo Marín.

-Yo también- dijo Aioria.

-¡METEORO!-

-¡LIGHTNING PLASMA!-

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-Ariadna...no te mueras...-

-¿Aioros?-

-Un día estaremos juntos, pero aún no...¡resiste!-

-Resistiré, Aioros...-

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Una vez que vencieron a las dos amazonas, Aioros y Marín bajaron. Ariadna había caído más de seis metros. Se había golpeado la cabeza a la altura de la frente y en la nuca.

-Oh, no- murmuró Marín al verla- no, no, no es posible...-

-¿Está...?-

-No- dijo Marín, volteándola- aún respira, aunque muy difícilmente...-

-Déjala ir- dijo Aioria.

-¿Qué dices?-

-Que la dejes ir- dijo Aioria- no es justo que la forcemos a seguir viviendo...que se reúna con Aioros...-

-No puedo- dijo Marín- ella no quiere morir, yo la escuché...-

-¿Qué escuchaste?-

-Que no quería morir- dijo ella- que le prometió a tu hermano que no moriría aún- la miró de nuevo- ya no respira, Aioria... hay que llevarla a un hospital...-

-Marín...- murmuró Aioria en voz baja.

-Aioria, la llevaré aunque tú no quieras ayudarme- Aioros escuchó un sollozo bajo la máscara de Marín- es su deseo seguir con vida, así que la ayudaré... ella siempre ha estado ahí para salvar mi vida... es como mi hermana mayor... y yo la llevaré hasta ese hospital en brazos si es necesario, aunque tardaré más...-

-Está bien, está bien- dijo Aioria, levantándola en brazos- ella también ha sido para mí como mi hermana mayor... vamos...-

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Unas horas más tarde, Marín y Aioria esperaban pacientemente en la sala de espera del hospital. Marín conocía a la doctora, y le había pedido que salvara su vida a toda costa.

-Oye- dijo Aioria al ver a Marín tan preocupada- vivirá. Es fuerte...-

-Lo sé- dijo Marín automáticamente.

-¿En qué piensas?-

-En nada-

-Vamos, Marín- dijo él- te conozco, dime...-

-Es solo que...ella siempre ha estado ahí, salvando mi vida...protegiéndome...es como un ángel de la guarda, solo que humana- agachó la cabeza y suspiró- cuando Aioros murió, estoy segura que ella fue la que estaba más triste, pero lo aguantó todo y se quedó aquí...-

Aioria sonrió, y le puso una mano en el hombro.

-Recuerdo ese día- dijo Aioria- el Maestro le ofreció la posibilidad de irse del Santuario, pero ella dijo que tenía un deber contigo, y se quedaría hasta cumplirlo. Pero sé que te quiere como si fueras su hija, o su hermana...-

En ese momento, a doctora salió.

-Marín- dijo la doctora- tengo que ser sincera. Tu maestra se salvó, pero...-

-¿Pero...?-

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CONTINUARÁ...

Elena: lo sé... estuvo muy triste... gracias por tu review

Atalanta: gracias por tu review tmb! Estoy todavía teniendo problemas con mi PC...pero se mandó! Se mandó! Soy taaaaaaaan feliz... jeje bueno, espero que si tienes alguna duda o algo me avises ¿sale?

A los demás: dejen reviews por favor!!! El próximo capítulo es el final...

Abby L. / Nona