La única opción que tenia era luchar, si, luchar por conseguir que la escuchara y con su muy conocida determinación caminó hacia el baño y llamó a la puerta. Ronald Weasly sal de ahí, necesito hablar contigo, ahora.

Detrás de esa gran puerta de roble se encontraba el dueño de ese nombre, sentado en el helado piso, con sus manos sobre su rojo cabello intentando controlar sus pensamientos que giraban y bajaban en picada como una atracción muggle llamada montaña rusa. Como le encantaba cuando ella lo llamaba así cuando discutían por bobadas de niños, pero ahora todo era distinto.

Sus sentimientos hacia ella habían sido corroborados sin intención alguna dejando a todos boquiabiertos en el quinto año cuando se fue a los puños con Malfoy en una de sus tantas discusiones. Generalmente solo se devolvían palabras pero en esa el chico más sexy de Hogwards se paso de la raya, la denigro hasta tal punto que la chica rompió a llorar segundos antes que el pelirrojo se abalanzara hacia él haciendo que se perdieran varios puntos de ambas casas, ojos morados, labios rotos, moretones etc. Desde ese día el rubio se mantuvo muy a la raya, con ella nunca se metería, claro que con los otros 2 superamigos era otra historia.

Esa "pequeña" pelea le dejo una cicatriz encima de su ceja izquierda, -maldito Malfoy-, se repetía mientras pasaba sus dedos por ella pero de todo aquel mal momento algo bueno había surgido. Cuando se encontraba en la enfermería Hermione le regaló una de sus más bellas sonrisas y un abrazo que le pareció eterno, si fuera por él, siempre estaría abrazado a ella, su delicado cuerpo tan cerca, el olor de su cuello, su mejilla en su hombro, ese instante fue perfecto, como le hubiera gustado estar así con ella pero no, nada sería igual, su orgullo estaba herido, maldito orgullo pero era lo único que podía decir que era suyo y lo defendía como defendía a sus amigos y lamentablemente con ella no iba a haber excepción.

Por otro lado una Hermione empezaba a desesperarse, tocaba la puerta y le pedía que saliera pero él ni caso le hacia, pero ella no iba a irse hasta obtener una respuesta, sus palabras empezaron a hacerse más fuertes y no diviso como un molesto y vale destacar sorprendido Harry se paraba detrás de ella con una voz ronca ( el niño se acaba de levantar...)

mione? ¿Que haces aquí?

La aludida soltó un grito, su suerte se había acabado, se imaginaba expulsada del colegio y todo porque el terco de Ron (y con toda razón) no le daba la gana de salir a enfrentarla. Sus ojos marrones voltearon aterrorizada para vislumbrar a otro de los dueños de la habitación con sus pelos azabaches más revueltos de lo normal y unos ojos verdes muy cerrados por el cansancio o el sueño robado.

Ante el grito Ron se sobresalto, ¿y sí Neville la habia pillado?, Tendría que ayudarla a salir de la habitación,(Neville aunque no lo parezca es un boca floja), pero respiro aliviado cuando escucho la voz de su amigo detrás de la puerta, a lo mejor Harry la convencía de irse y dejarlo en paz, su dolor aumentaba demasiado cuando ella estaba cerca. Harry! Casi me matas de un susto! No, casi me matas tú de un susto a mi, lo que menos me esperaba era encontrarte a ti en mi cuarto hablando....(miro hacia donde se encontraba la mano de su amiga) ¿con una puerta? No- dijo con una leve carcajada hasta cambiar su tono a casi un silbido- vine a hablar con tu amigo-dijo esto ultimo señalando su cama. Como pudo comprender Harry, Ron había huido por la derecha. Mione, no creo que sea buena idea, ¿porque no mejor te vas?, ya pronto se despertaran los demás y no seria nada bueno que te vieran aquí. Harry pero es que necesito.... Mione- dijo Harry colocándose un dedo entre sus labios y con un susurro, alejándola de la puerta del baño- yo intentare darle tu mensaje por no te aseguro nada, Harry.....-

La chica lo abrazó, sabia que con el siempre podía contar. Era impresionante como Harry se tenia que calar los cuentos, las peleas, etc que ellos dos siempre tenían. Harry no apoyo ni a Ron ni a Hermione en esta gran discusión, solo se mantuvo en el medio, escuchándolos a ambos, tendiéndoles una mano y dándoles un apoyo incondicional; por eso se habia ganado de sobrenombre " Harry Potter, el amigo de todos".

El chico le devolvió el abrazo, le dio un beso en la mejilla y la acompaño hasta la sala común cuidando de no toparse con alguien. Al lograr su objetivo sin mayor percance, ambos amigos se despidieron y se dirigieron a sus habitaciones. Habia mucho que hacer ese día.

Entró a su cuarto con una remota esperanza, sabia que Harry era capaz de cambiar el punto de vista de la gente pero también sabia lo terco que era Ron. Tomo su ropa y se metió en la ducha (sus amigas no estaban despiertas todavía, y como lo agradeció Hermione, tenia muchas cosas que pensar como para inventar una excusa.) Después de un relajante baño, se vistió, peino su cabello (si, era un poco más manejable mojado) y salió de nuevo de a la habitación donde ya se encontraban desperezándose las 3 compañeras restantes.

vaya Her! Como que te levantaste muy temprano. Si parvatti, tengo que ir a la biblioteca a terminar un trabajo- dijo esto tomando su mochila y saliendo del lugar. Granger es demasiado dedicada necesita un novio para que la distraiga- dijo Anne. Si, tienes razón, eso lo arreglamos hoy mismo- sonrió una Parvatti lista para entrar en el baño.

Al otro lado de la torre griffindor, nuestro pelirrojo favorito se encontraba sentado en su cama colocándose sus zapatos, mientras que un resignado Potter arrogaba su cepillo a la basura.

determinación del día, no me vuelvo a peinar, total, no sirve de nada Todas las mañanas dices lo mismo-contesto su hermano del alma con una gran sonrisa y un tono de niño por favor supéralo. Los otros compañeros rieron ante el comentario y salieron del cuarto. Calla Ron- contesto un sonrojado Harry que se colocaba su corbata rojo y amarilla- por cierto... - un silencio inundó el cuarto, lo que Ron temía se iba a cumplir, otro día hablando de su situación con Hermione. Si, Harry, la encontré sentada al lado de mi cama y huí al baño. Tienes que admitir que se estaba poniendo en riesgo, entrar aquí pudiendo ser expulsada. Ella fue quien empezó todo esto- dijo un cabizbajo Ron Lo sé Ron... - suspiro Harry- pero... Pero ¿qué?, ¿Tengo que arrástreme para perdonarla? No Ron, pero tienes que hacer algo, sabes lo inagotable y decidida que es No Harry, no lo sé, yo la conocía pero ahora no la reconozco así que no tengo que hacer nada- contesto un molesto pelirrojo. Vamos hermano hasta cuando va seguir esto. Hasta... hasta... no lo sé!

Ron salió del cuarto dejando su amigo obstinado de la situación. Bajo
las escaleras y llego a la sala común y ahí estaba ella, tan linda
como siempre paralizada al verlo. Ninguno de los dos sabia que hacer,
Mione se preguntaba lo que habría pasado en el cuarto, a lo mejor
quería hablar con ella o como se lo esperaba, Harry no había logrado
nada.

Ron la observaba con sus ojos azules, tenia que reconocer que se veía
agotada y sola, no era la primera vez que la veía así, de hecho, en la
época de los exámenes tenia la actitud de déjenme que tengo que
estudiar, y a él siempre le molestaba eso.

Para él era la niña más linda e inteligente de todo el colegio y por
esa razón no necesitaba descuidarse de esa manera. Pero algo le falta
y Ron lo descubrió en un instante al notar que el brillo que inundaban
esos ojos marrones se había pagado, ese maldito brillo era el que lo
hacia temblar cada vez que discutían o andaban de lo más felices por
los terrenos del castillo. Sus ojos se sobresaltaron y la chica lo
noto al instante ruborizando sus mejillas. El chico estuvo apunto de
ir hacia ella pero su cobardía y terquedad lo invadieron haciendo que
su mirada en vez se expresar la preocupación de hacia unos segundos,
reflejara gran tristeza y enojo. Volteo su mirada y salió del retrato
de la dama gorda la más rápido que pudo.

Hermione, respiró de nuevo, y miro hacia el lugar donde Ron se había
perdido de vista, una diminuta sonrisa se dibujó en su rostro, él se
había preocupado, lo había leído en sus ojos, esos ojos azules que
conocía completamente y en los que se perdía cuando le regalaba una
sonrisa o una mala cara. Su mente descubrió algo, capaz habría una
esperanza, y no la podía dejar pasar. Salió su casa, bajo las
escaleras hacia el gran comedor deseando encontrarlo lo más pronto
posible, a lo mejor sería difícil empezar a hablar pero más difícil
era no poder estar cerca de él.

Paso 3 corredores lo más rápido que pudo, tropezándose con un apuesto
Draco que solo soltó un gesto de asco y siguió su camino. Mione ni le
importo, solo tenia una cosa en su mente, encontrarlo.