Disclaimer: Los personajes no me pertenecen (por desgracia), todos ellos,
los lugares, los nombres, etc, son únicos y genuinos de la inigualable
J.K.Rowling.
Respuesta a los reviews:
Ophelia Dakker: Muchas gracias por tus dos reviews, tanto el de este fic como el de Paseos Nocturnos. Me alegra muchísimo que haya alguien al que le gusta tanto la pareja Remus-Tonks como a mí. Espero que sigas leyendo los demás capítulos y que te sigan gustando como hasta ahora. Ah! Y si tienes alguna sugerencia, no dudes en contármela, será bien recibida.
Indhira Morillo: Gracias por tu review, me alegra que me hagas sugerencias e intentaré tenerlas en cuenta para los próximos capítulos. Pero tengo que hacerte un par de aclaraciones. Stephen no puede salir de la trama, porque es un elemento clave para que Remus se de cuenta de lo que siente por Tonks. Y con respecto a lo de sus hormonas... pues, no se, ya se verá...
Coulter: No te ofendas, claro que Remus no es ningún pardi, que yo también adoro a Remus!!!! Lo que quise decir es que como buen hombre, está en su naturaleza no darse ni cuenta de lo que tiene delante de sus narices.
ClaudyTonks: Muchíiiiisimas gracias, me alegro de que te guste, la verdad es que ésta también es una de mis parejas favoritas, como digo en mi bio, espero que los demás capítulos también te gusten y los disfrutes tanto como yo lo estoy haciendo al escribirlos. Actualizaré pronto, que estoy de vacaciones!!!!!
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Cap. 3: Desastres y sueños a medianoche.
Tonks estaba feliz, se sentía arropada por todos los miembros de esa extraña familia, que ella ya había empezado a considerar su hogar. A pesar de estar allí desde hacía tan sólo un día, se sentía completamente integrada y querida. Todas las personas que se hallaban sentadas en aquella enorme mesa la trataban como a alguien imprescindible. Definitivamente, aquí se sentía mucho mejor que en el hospital.
Cuando todo el mundo se había enterado que por fin la habían dado el alta, habían ido inmediatamente a Grimmauld Place para poder estar con ella. Tonks se sentía abrumada ante las enormes muestras de afecto por parte de todos los miembros de la Orden. Con una organización increíblemente precisa, se dividieron el trabajo para acondicionar la casa.
La señora Weasley se encargó, junto con su marido, de preparar la habitación que iba a usar la chica. La decoró con unas enormes cortinas blancas y azules y llenó toda la estancia de flores. Kingsley Shacklebolt se ofreció a traer todas las carpetas de los casos en los que había trabajado para que los revisara e intentara recordar algo que le fuera útil.
Sirius y Remus fueron los encargados de llevar a Tonks hasta su casa para que pudiera recoger ropa y algunos efectos personales que pudiera necesitar. Al principio la chica no reconoció nada del lugar, pero poco a poco empezó a sentirse mareada y bastante nerviosa. Sus manos empezaron a temblar y un escalofrío la recorrió la espalda cuando entró a su dormitorio.
Con rapidez, rebuscó en todos los cajones intentando encontrar su ropa y demás objetos necesarios, desechando la extraña sensación que había tenido hacía unos minutos. En el piso de abajo, los dos hombres conversaban intranquilos.
-"Creo que deberíamos habérselo contado"-Sirius andaba de un lado para otro examinando cada centímetro de la casa.
-"No, es mejor que no lo sepa. Se sentiría mal, y probablemente no habría querido venir a su casa"- Remus miraba fijamente las escaleras que daban hacia las habitaciones esperando a que la chica terminara de guardar sus cosas-"Será mejor que por el momento nadie le diga que aquí fue atacada. A menos que lo recuerde por sí misma".
Al cabo de unos diez minutos Tonks se reunió con los chicos, que amablemente cargaron con su baúl y la llevaron de nuevo a su nueva casa.
Al día siguiente Tonks se levantó especialmente activa. Quería ayudar en todo lo posible a sus amigos para agradecerles todo lo que estaban haciendo por ella. Con una enorme sonrisa, salió de la habitación y caminó hasta la cocina, donde decidió preparar un suculento desayuno para sus compañeros.
-"¿Pero qué es todo este desastre?"- la señora Weasley no daba crédito a lo que veía. La cocina parecía haber vivido una batalla con el mismísimo Señor Tenebroso.
El fregadero estaba lleno de una sustancia blanca y viscosa que en un tiempo no muy lejano es posible que hubiera sido un huevo. Encima de la mesa había numerosos platos a rebosar de tostadas completamente carbonizadas. Las paredes estaban completamente manchadas de un líquido anaranjado, al igual que la cara de la muchacha, que tenía a sus pies los restos de una taza de porcelana hecha añicos.
-"Yo... yo... yo sólo quería hacer el desayuno... lo siento... no sirvo para nada..."- miró a Molly con los ojos anegados de lágrimas y salió corriendo como una exhalación, sin darse cuenta que en ese momento Sirius y Remus entraban por la puerta.
-"Pero... ¿qué ha pasado aquí?"- Remus miraba el desorden con los ojos desorbitados-"¿Qué...?"
-"Ha sido Tonks, la pobre intentó hacernos el desayuno"- dijo Molly llegando al lado de Sirius-"Y ya veis el resultado..."
-"Como siempre"- dijo Sirius con una sonrisa de oreja a oreja-"creo que alguien debería ir a hablar con ella y decirle que esto no es por su amnesia... es que es así desde que tiene uso de razón..."
-"Si, será lo mejor. Voy yo a hablar con ella"- Remus se giró para salir de la cocina ante la mirada cómplice de su amigo.
Con la cabeza gacha y lentamente, subió los escalones y se acercó a la puerta de la habitación. Desde el pasillo podía oír el llanto de la chica. Alzó la mano y, con suavidad, tocó la puerta. Al no recibir contestación, se aventuró a abrirla y entró, cerrando la puerta tras él.
Tonks estaba tumbada en la cama, llorando. No se dio cuenta que alguien había entrado en su habitación hasta que notó el peso de una persona en el lado derecho de su cama. En ese momento se giró y vio a Remus, sonriéndola tranquilizadoramente.
-"No sé hacer nada..."
-"Vamos, no digas eso, sabes hacer muchas cosas"- Remus le ofreció la mano para ayudarla a sentarse.
-"Pues no sé el qué..., ¿has visto la cocina? Yo sólo quería prepararos el desayuno, y lo he destrozado todo... se me debe de haber olvidado cocinar..."- Remus, al oírlo, soltó una pequeña carcajada-"¿Qué?, ¿qué es lo que te hace tanta gracia?"
-"Nada, es sólo que... tú antes de perder la memoria.... bueno, creo que habías olvidado cómo cocinar antes de perder la memoria"
-"¿Eso quiere decir que he sido siempre así?- Remus asintió con la cabeza, lo que hizo que a la chica se le volvieran a llenar los ojos de lágrimas.
-"Vamos, vamos, que no es para tanto... En realidad estamos acostumbrados. Además, es así como te queremos, tal y como eres"-Remus dijo estas últimas palabras prácticamente como un susurro, que Tonks llegó a oír perfectamente.
En ese mismo momento, el hombre le acarició el rostro y muy lentamente la rodeó con sus brazos brindándole un cálido y protector abrazo, que ella correspondió rodeándole con sus largos brazos el cuello y, apoyando la cabeza en su hombro, le susurró al oído: "Gracias".
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A la hora de la comida, el ambiente en Grimmauld Place volvía a ser el de siempre. Aquel día se quedaron a comer todos los miembros de la Orden (hasta el mismísimo Snape), ya que por la tarde Dumbledore había convocado una reunión de urgencia.
La comida pasó sin más contratiempos que una detallada descripción de una venta ilegal de babosas carnívoras de Mundungus y la consiguiente reprimenda de la señora Weasley. El resto de los miembros les miraban con una sonrisa, hasta Tonks, que había olvidado ya el incidente del desayuno.
Después de la suculenta comida hecha, claro está, por Molly Weasley, Dumbledore se levantó de su silla y, haciendo un gesto con su mano derecha, indicó a todos que lo siguieran hasta la biblioteca de la enorme casa.
-"Usted no, querida"- Tonks se había levantado con el resto, siguiéndoles hacia la biblioteca. Pero Dumbledore, al verla, inmediatamente la paró- "Perdone, Nymphadora, pero debido a su estado no sería recomendable que estuviera presente en esta reunión. Tal vez en las próximas, pero por el momento descanse, que le hace falta".
-"Pero... ¡profesor!"- Tonks estaba desilusionada y algo enfadada. Pensaba que por fin iba a ser útil, pero la dejaban al margen. ¿Cómo iba a ser útil si ni siquiera la dejaban estar en las reuniones?. En un último intento, miró a Remus pidiéndole ayuda con la mirada, pero él, al notarlo, agachó la cabeza en señal de impotencia. La chica, al darse cuenta, subió los hombros en gesto de resignación y se giró para dirigirse a su habitación.
El resto de los miembros de la Orden entraron en la biblioteca y se sentaron, mientras Dumbledore hacía un hechizo silenciador a la estancia.
Tonks, disimuladamente, se quedó esperando en el pasillo que daba acceso a las habitaciones, desde el cual se podía ver el salón, a que todos entraran a la biblioteca. Intentando no hacer ruido por si se despertaba la señora Black, bajó las escaleras de puntillas una vez que se hubo cerciorado de que no había nadie en la sala.
Tan despacio como pudo, se fue acercando a la puerta de la biblioteca, pegando su oreja izquierda a la misma para intentar oír lo que ocurría dentro. Puede que no la dejaran entrar, pero no se iba a quedar con las ganas de saber lo que estaban hablando, y mucho menos si ella podía ser útil en algo.
Pero por más que lo intentó, de aquella habitación no salía el más leve sonido...
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Dentro de la biblioteca, todos los presentes habían tomado ya asiento esperando a que Dumbledore diera comienzo a la reunión. Todos sabían ya el motivo de dicha reunión: averiguar el motivo del ataque perpetrado contra Tonks. Aunque ninguno tenía la más remota idea del motivo que pudo tener Voldemort para hacer algo así, todos querían colaborar en lo que pudieran.
Dumbledore se sentó por fin, y les miró uno por uno con la vista cansada y expresión preocupada.
-"Bueno, señores, creo que todos ya conocen el motivo por el que estamos aquí".
-"Por supuesto, profesor"- dijo Remus muy seriamente. Estaba impaciente por empezar y así poder averiguar la causa por la que ahora Tonks se encontraba en ese estado.
-"Bueno, pues si todos estamos conscientes del tema del que vamos a tratar, empezaremos por asignar los trabajos que tendrá que realizar cada uno. Severus, tu te ocuparás de averiguar, entre tu grupo de mortífagos, quienes fueron los que atacaron a Tonks, y si puede ser, el motivo del ataque. El resto de los aurores se encargarán de buscar información en el Ministerio sobre ataques o futuros planes de ataque que pudiera estar maquinando Voldemort"- en este punto, Dumbledore se paró, se levantó, y empezó a caminar por la sala, con el semblante aún preocupado-"Sirius, ahora que por fin has demostrado tu inocencia ante el Ministerio te pediría que te unieras a los aurores. El Ministerio ya está informado, después de los doce años injustos que pasaste en Azkaban, no te pondrán ninguna pega".
Sirius, al oírlo, sonrió ampliamente ante la perspectiva de poder ayudar de una manera activa dentro de la Orden, y asintió con la cabeza, dándole a entender a Dumbledore que estaba de acuerdo y agradecido.
-"Bien, y por último tú, Remus, te quedarás con Tonks para cuidarla y vigilarla por si hay algún avance en su estado"- Remus puso una cara de contrariedad ante las palabras del anciano mago, pero en el fondo era algo que ya suponía, puesto que él se había ofrecido a cuidarla, y no podía dejarla sola ahora-"Por desgracia, Molly no puede quedarse con vosotros, ya que tiene que ir a la Madriguera por asuntos familiares, así que tendrás que ocuparte tú de todo".
Remus puso cara de susto, al pensar que tendría que ocuparse, además, de todo lo referente al tema doméstico, y por primera vez, se arrepintió de haberse comprometido a cuidarla, pero inmediatamente desechó ese pensamiento al recordar la sonrisa que se había dibujado en el rostro de la joven al enterarse que abandonaría el hospital.
-"Bueno, señores, si no tienen más objeciones, doy por terminada la reunión".
--- ---
Tonks, por más que lo intentaba, no conseguía oír absolutamente nada de lo que pasaba tras esa puerta. Decepcionada y un poco más enfadada, decidió irse a su habitación. Cuando apenas había andado un par de pasos, la puerta de la biblioteca se abrió de repente, apareciendo tras ella todos los que habían estado allí reunidos.
Éstos, al salir, la miraron inquisitivamente. Ella sólo acertó a esbozar una pequeña sonrisa nerviosa e intentar evadirse del momento. En un rincón del salón, Ojoloco Moody se acercó a Dumbledore y le dijo algo prácticamente inaudible al oído, que le hizo al anciano sonreír. Éste se giró y se dirigió a Tonks, que lo miraba nerviosamente mientras jugueteaba con sus manos.
-"Veo que está impaciente por saber qué hemos tratado, Nymphadora"- ante esto, la chica arrugó la nariz en señal de desagrado, pero evitó el hacer ningún comentario-"Bueno, déjeme decirle que deberá quedarse al menos dos días a solas con el señor Lupin, que se encargará de cuidarla mientras todos los demás cumplen con sus obligaciones. Se queda en buenas manos".
Dumbledore se giró sin darle tiempo a Tonks a responder, quien lo miraba sorprendida y con mil preguntas en su cabeza. Cuando por fin la chica se atrevió a preguntar, el anciano se volvió a girar.
-"Y por cierto, no debería escuchar por detrás de las puertas, Nymphadora"- el profesor la miró amablemente y, sin decir palabra alguna, desapareció tras la puerta, dejando a Tonks aún más sorprendida que antes.
El resto de los que se encontraban allí, se fueron despidiendo de ella uno por uno y, entrando por la chimenea, desaparecieron para cumplir con lo que les había ordenado Dumbledore. El último en abandonar la casa fue Sirius, quien estaba realmente feliz ante la perspectiva de su nueva vida. Se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo, ante la mirada de Remus, que estaba apoyado en la barandilla de las escaleras.
Sirius, al verlo, se acercó a él y tras abrazarlo amistosamente, le advirtió que se portara bien con su primita. Después entró él también a la chimenea y, guiñándole un ojo a su amigo, desapareció por ella, dejando a un Remus confundido y a una Tonks algo avergonzada.
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Había sido un día agotador. Después de que todos se fueran, Remus le estuvo explicando brevemente a la chica lo que se había tratado dentro de la biblioteca. Ella parecía algo menos enfadada por el hecho de que la hubieran excluido, pero aún así sintió que ella debía haber estado presente.
El tiempo transcurrió rápido una vez se hubieron quedado a solas. Después de cenar, Tonks se ofreció voluntaria para recoger la cocina, algo a lo que Remus se opuso rotundamente, provocando un nuevo enfado en la joven, que subió a su cuarto inmediatamente sin siquiera mirar al hombre a la cara.
--- ---
Estaba en una sala fría y oscura, tan sólo iluminada por unas pequeñas antorchas que daban una imagen espectral de sombras que se movían al compás de las llamas.
Con el corazón latiéndole fuertemente, decidió caminar hacia la puerta que había a su derecha. Al abrirla vio un corredor angosto y oscuro en cuyo final se podía vislumbrar una pequeña luz. Nada más poner un pie en el pasillo, una sensación de frío le recorrió todo el cuerpo. Las paredes estaban húmedas y cubiertas de un espeso moho que la hizo poner una expresión de desagrado.
Muy lentamente, avanzó por el pasillo, teniendo como punto fijo la extraña luz que parecía llamarla intensamente. Una vez llegado a su punto de destino ahogó un grito en su garganta y su corazón dejó de latir por un instante ante el temor que le provocaba la visión que tenía delante de sus ojos.
En una habitación plenamente iluminada, un hombre de mirada siniestra contemplaba sonriente un pequeño objeto que llevaba en su mano derecha, mientras un grupo de veinte encapuchados le miraban expectantes, esperando a que hablara de nuevo su señor.
-"Por fin. Por fin el destino se va a cumplir... Ha llegado su hora... Morirán, ¡todos morirán...!"
--- ---
-"¡¡¡¡¡Aaaaaahhhhh!!!!!!
Remus se despertó sobresaltado al oír un grito angustioso y desesperado.
-"¡Tonks!"
De un salto, se levantó de la cama y se dirigió corriendo a la habitación de la chica, que se encontraba sentada en su cama, empapada en sudor y con la respiración agitada. Remus, al verla, fue rápidamente hacia ella y la abrazó para intentar calmarla.
-"Shhhh, tranquila, ya estoy aquí, no pasa nada"- le susurraba Remus al oído, acariciándola suavemente el pelo.
-"Él ha vuelto, está aquí, hay que pararlo..."- Tonks se agitaba nerviosamente entre los brazos del hombre, que no comprendía a qué se estaba refiriendo la muchacha.
-"Tranquila, sólo ha sido una pesadilla, pero ya pasó, no tienes nada de qué preocuparte..."
-"No, no lo entiendes, ha vuelto... Voldemort ha vuelto...".
Remus, al oírlo, la miró a los ojos, sorprendido, pero se abstuvo de hacer ninguna pregunta. Siguió abrazándola durante unos minutos, sin parar de decirle palabras tranquilizadoras y asegurándola que nada malo iba a sucederle mientras él estuviera allí.
Después de un buen rato, Tonks por fin se quedó dormida. Remus la miraba fijamente, asegurándose de que su respiración era tranquila y acompasada, mientras la acariciaba la mejilla, apartándole algunos mechones de su ahora larga melena rubia.
Sin saber por qué, se fue acercando a ella lentamente y, tras un momento de duda, la dio un suave beso en los labios, que le hizo perder la consciencia de dónde estaba en ese momento. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se levantó despacio de la cama de la chica, sin poder creerse lo que acababa de hacer.
Con paso lento, y todavía un poco ensimismado, se dirigió hacia la puerta cuando un objeto dorado llamó su atención. Se agachó a recogerlo y comprobó que era una pequeña orquilla con una forma un tanto especial en uno de sus extremos. Sin darle importancia, la colocó en el tocador y salió de la habitación, cerrando la puerta sin hacer ruido.
Cuando ya se alejaba por el pasillo que daba acceso a su dormitorio, un ruido en la ventana que se encontraba a su izquierda, interrumpió de nuevo sus pensamientos. Una gran lechuza parda picoteaba el cristal del ventanal, pidiendo paso hacia el interior de la casa.
Remus abrió la ventana y recogió la nota que traía la lechuza atada a una de sus patas. Lentamente y con cuidado, desprendió el cordel que ataba el pergamino, dejando libre a la lechuza para poder emprender su camino.
Remus vio en el lado superior izquierdo del pergamino el sello del hospital San Mungo. Asustado, abrió inmediatamente el lacre y, nervioso, leyó el contenido:
"Querida Tonks:
Te recuerdo que mañana tienes una cita para revisar tu estado. Espero que sigas evolucionando favorablemente. Si estás libre, me encantaría poder cenar contigo después de tu revisión.
Te espero con impaciencia:
Stephen".
Remus no pudo contenerse, sin saber por qué, la ira nubló su mente, viniéndole el súbito deseo de arrancarle los ojos al sanador de pacotilla. Bastante enfadado, arrugó el pergamino y, con un fuerte portazo, entró en su habitación...
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Y hasta aquí el tercer capítulo!!! Espero que os haya gustado como los anteriores. Es un poco más largo, pero yo creo que ha quedado bien.
-¿Qué será el dichoso objeto?
-¿Qué narices se traerá Voldemort entre manos?
-¿Le dará Remus a Tonks un beso como Dios manda?
-¿Y qué es ese sueño que ha tenido ella?
Todas estas preguntas y más en los próximos capítulos... ¡¡¡¡y que no se os olvide dejar reviews!!!!!
Un saludo
Bye
Leonysse Weasley.
Respuesta a los reviews:
Ophelia Dakker: Muchas gracias por tus dos reviews, tanto el de este fic como el de Paseos Nocturnos. Me alegra muchísimo que haya alguien al que le gusta tanto la pareja Remus-Tonks como a mí. Espero que sigas leyendo los demás capítulos y que te sigan gustando como hasta ahora. Ah! Y si tienes alguna sugerencia, no dudes en contármela, será bien recibida.
Indhira Morillo: Gracias por tu review, me alegra que me hagas sugerencias e intentaré tenerlas en cuenta para los próximos capítulos. Pero tengo que hacerte un par de aclaraciones. Stephen no puede salir de la trama, porque es un elemento clave para que Remus se de cuenta de lo que siente por Tonks. Y con respecto a lo de sus hormonas... pues, no se, ya se verá...
Coulter: No te ofendas, claro que Remus no es ningún pardi, que yo también adoro a Remus!!!! Lo que quise decir es que como buen hombre, está en su naturaleza no darse ni cuenta de lo que tiene delante de sus narices.
ClaudyTonks: Muchíiiiisimas gracias, me alegro de que te guste, la verdad es que ésta también es una de mis parejas favoritas, como digo en mi bio, espero que los demás capítulos también te gusten y los disfrutes tanto como yo lo estoy haciendo al escribirlos. Actualizaré pronto, que estoy de vacaciones!!!!!
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Cap. 3: Desastres y sueños a medianoche.
Tonks estaba feliz, se sentía arropada por todos los miembros de esa extraña familia, que ella ya había empezado a considerar su hogar. A pesar de estar allí desde hacía tan sólo un día, se sentía completamente integrada y querida. Todas las personas que se hallaban sentadas en aquella enorme mesa la trataban como a alguien imprescindible. Definitivamente, aquí se sentía mucho mejor que en el hospital.
Cuando todo el mundo se había enterado que por fin la habían dado el alta, habían ido inmediatamente a Grimmauld Place para poder estar con ella. Tonks se sentía abrumada ante las enormes muestras de afecto por parte de todos los miembros de la Orden. Con una organización increíblemente precisa, se dividieron el trabajo para acondicionar la casa.
La señora Weasley se encargó, junto con su marido, de preparar la habitación que iba a usar la chica. La decoró con unas enormes cortinas blancas y azules y llenó toda la estancia de flores. Kingsley Shacklebolt se ofreció a traer todas las carpetas de los casos en los que había trabajado para que los revisara e intentara recordar algo que le fuera útil.
Sirius y Remus fueron los encargados de llevar a Tonks hasta su casa para que pudiera recoger ropa y algunos efectos personales que pudiera necesitar. Al principio la chica no reconoció nada del lugar, pero poco a poco empezó a sentirse mareada y bastante nerviosa. Sus manos empezaron a temblar y un escalofrío la recorrió la espalda cuando entró a su dormitorio.
Con rapidez, rebuscó en todos los cajones intentando encontrar su ropa y demás objetos necesarios, desechando la extraña sensación que había tenido hacía unos minutos. En el piso de abajo, los dos hombres conversaban intranquilos.
-"Creo que deberíamos habérselo contado"-Sirius andaba de un lado para otro examinando cada centímetro de la casa.
-"No, es mejor que no lo sepa. Se sentiría mal, y probablemente no habría querido venir a su casa"- Remus miraba fijamente las escaleras que daban hacia las habitaciones esperando a que la chica terminara de guardar sus cosas-"Será mejor que por el momento nadie le diga que aquí fue atacada. A menos que lo recuerde por sí misma".
Al cabo de unos diez minutos Tonks se reunió con los chicos, que amablemente cargaron con su baúl y la llevaron de nuevo a su nueva casa.
Al día siguiente Tonks se levantó especialmente activa. Quería ayudar en todo lo posible a sus amigos para agradecerles todo lo que estaban haciendo por ella. Con una enorme sonrisa, salió de la habitación y caminó hasta la cocina, donde decidió preparar un suculento desayuno para sus compañeros.
-"¿Pero qué es todo este desastre?"- la señora Weasley no daba crédito a lo que veía. La cocina parecía haber vivido una batalla con el mismísimo Señor Tenebroso.
El fregadero estaba lleno de una sustancia blanca y viscosa que en un tiempo no muy lejano es posible que hubiera sido un huevo. Encima de la mesa había numerosos platos a rebosar de tostadas completamente carbonizadas. Las paredes estaban completamente manchadas de un líquido anaranjado, al igual que la cara de la muchacha, que tenía a sus pies los restos de una taza de porcelana hecha añicos.
-"Yo... yo... yo sólo quería hacer el desayuno... lo siento... no sirvo para nada..."- miró a Molly con los ojos anegados de lágrimas y salió corriendo como una exhalación, sin darse cuenta que en ese momento Sirius y Remus entraban por la puerta.
-"Pero... ¿qué ha pasado aquí?"- Remus miraba el desorden con los ojos desorbitados-"¿Qué...?"
-"Ha sido Tonks, la pobre intentó hacernos el desayuno"- dijo Molly llegando al lado de Sirius-"Y ya veis el resultado..."
-"Como siempre"- dijo Sirius con una sonrisa de oreja a oreja-"creo que alguien debería ir a hablar con ella y decirle que esto no es por su amnesia... es que es así desde que tiene uso de razón..."
-"Si, será lo mejor. Voy yo a hablar con ella"- Remus se giró para salir de la cocina ante la mirada cómplice de su amigo.
Con la cabeza gacha y lentamente, subió los escalones y se acercó a la puerta de la habitación. Desde el pasillo podía oír el llanto de la chica. Alzó la mano y, con suavidad, tocó la puerta. Al no recibir contestación, se aventuró a abrirla y entró, cerrando la puerta tras él.
Tonks estaba tumbada en la cama, llorando. No se dio cuenta que alguien había entrado en su habitación hasta que notó el peso de una persona en el lado derecho de su cama. En ese momento se giró y vio a Remus, sonriéndola tranquilizadoramente.
-"No sé hacer nada..."
-"Vamos, no digas eso, sabes hacer muchas cosas"- Remus le ofreció la mano para ayudarla a sentarse.
-"Pues no sé el qué..., ¿has visto la cocina? Yo sólo quería prepararos el desayuno, y lo he destrozado todo... se me debe de haber olvidado cocinar..."- Remus, al oírlo, soltó una pequeña carcajada-"¿Qué?, ¿qué es lo que te hace tanta gracia?"
-"Nada, es sólo que... tú antes de perder la memoria.... bueno, creo que habías olvidado cómo cocinar antes de perder la memoria"
-"¿Eso quiere decir que he sido siempre así?- Remus asintió con la cabeza, lo que hizo que a la chica se le volvieran a llenar los ojos de lágrimas.
-"Vamos, vamos, que no es para tanto... En realidad estamos acostumbrados. Además, es así como te queremos, tal y como eres"-Remus dijo estas últimas palabras prácticamente como un susurro, que Tonks llegó a oír perfectamente.
En ese mismo momento, el hombre le acarició el rostro y muy lentamente la rodeó con sus brazos brindándole un cálido y protector abrazo, que ella correspondió rodeándole con sus largos brazos el cuello y, apoyando la cabeza en su hombro, le susurró al oído: "Gracias".
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A la hora de la comida, el ambiente en Grimmauld Place volvía a ser el de siempre. Aquel día se quedaron a comer todos los miembros de la Orden (hasta el mismísimo Snape), ya que por la tarde Dumbledore había convocado una reunión de urgencia.
La comida pasó sin más contratiempos que una detallada descripción de una venta ilegal de babosas carnívoras de Mundungus y la consiguiente reprimenda de la señora Weasley. El resto de los miembros les miraban con una sonrisa, hasta Tonks, que había olvidado ya el incidente del desayuno.
Después de la suculenta comida hecha, claro está, por Molly Weasley, Dumbledore se levantó de su silla y, haciendo un gesto con su mano derecha, indicó a todos que lo siguieran hasta la biblioteca de la enorme casa.
-"Usted no, querida"- Tonks se había levantado con el resto, siguiéndoles hacia la biblioteca. Pero Dumbledore, al verla, inmediatamente la paró- "Perdone, Nymphadora, pero debido a su estado no sería recomendable que estuviera presente en esta reunión. Tal vez en las próximas, pero por el momento descanse, que le hace falta".
-"Pero... ¡profesor!"- Tonks estaba desilusionada y algo enfadada. Pensaba que por fin iba a ser útil, pero la dejaban al margen. ¿Cómo iba a ser útil si ni siquiera la dejaban estar en las reuniones?. En un último intento, miró a Remus pidiéndole ayuda con la mirada, pero él, al notarlo, agachó la cabeza en señal de impotencia. La chica, al darse cuenta, subió los hombros en gesto de resignación y se giró para dirigirse a su habitación.
El resto de los miembros de la Orden entraron en la biblioteca y se sentaron, mientras Dumbledore hacía un hechizo silenciador a la estancia.
Tonks, disimuladamente, se quedó esperando en el pasillo que daba acceso a las habitaciones, desde el cual se podía ver el salón, a que todos entraran a la biblioteca. Intentando no hacer ruido por si se despertaba la señora Black, bajó las escaleras de puntillas una vez que se hubo cerciorado de que no había nadie en la sala.
Tan despacio como pudo, se fue acercando a la puerta de la biblioteca, pegando su oreja izquierda a la misma para intentar oír lo que ocurría dentro. Puede que no la dejaran entrar, pero no se iba a quedar con las ganas de saber lo que estaban hablando, y mucho menos si ella podía ser útil en algo.
Pero por más que lo intentó, de aquella habitación no salía el más leve sonido...
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Dentro de la biblioteca, todos los presentes habían tomado ya asiento esperando a que Dumbledore diera comienzo a la reunión. Todos sabían ya el motivo de dicha reunión: averiguar el motivo del ataque perpetrado contra Tonks. Aunque ninguno tenía la más remota idea del motivo que pudo tener Voldemort para hacer algo así, todos querían colaborar en lo que pudieran.
Dumbledore se sentó por fin, y les miró uno por uno con la vista cansada y expresión preocupada.
-"Bueno, señores, creo que todos ya conocen el motivo por el que estamos aquí".
-"Por supuesto, profesor"- dijo Remus muy seriamente. Estaba impaciente por empezar y así poder averiguar la causa por la que ahora Tonks se encontraba en ese estado.
-"Bueno, pues si todos estamos conscientes del tema del que vamos a tratar, empezaremos por asignar los trabajos que tendrá que realizar cada uno. Severus, tu te ocuparás de averiguar, entre tu grupo de mortífagos, quienes fueron los que atacaron a Tonks, y si puede ser, el motivo del ataque. El resto de los aurores se encargarán de buscar información en el Ministerio sobre ataques o futuros planes de ataque que pudiera estar maquinando Voldemort"- en este punto, Dumbledore se paró, se levantó, y empezó a caminar por la sala, con el semblante aún preocupado-"Sirius, ahora que por fin has demostrado tu inocencia ante el Ministerio te pediría que te unieras a los aurores. El Ministerio ya está informado, después de los doce años injustos que pasaste en Azkaban, no te pondrán ninguna pega".
Sirius, al oírlo, sonrió ampliamente ante la perspectiva de poder ayudar de una manera activa dentro de la Orden, y asintió con la cabeza, dándole a entender a Dumbledore que estaba de acuerdo y agradecido.
-"Bien, y por último tú, Remus, te quedarás con Tonks para cuidarla y vigilarla por si hay algún avance en su estado"- Remus puso una cara de contrariedad ante las palabras del anciano mago, pero en el fondo era algo que ya suponía, puesto que él se había ofrecido a cuidarla, y no podía dejarla sola ahora-"Por desgracia, Molly no puede quedarse con vosotros, ya que tiene que ir a la Madriguera por asuntos familiares, así que tendrás que ocuparte tú de todo".
Remus puso cara de susto, al pensar que tendría que ocuparse, además, de todo lo referente al tema doméstico, y por primera vez, se arrepintió de haberse comprometido a cuidarla, pero inmediatamente desechó ese pensamiento al recordar la sonrisa que se había dibujado en el rostro de la joven al enterarse que abandonaría el hospital.
-"Bueno, señores, si no tienen más objeciones, doy por terminada la reunión".
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Tonks, por más que lo intentaba, no conseguía oír absolutamente nada de lo que pasaba tras esa puerta. Decepcionada y un poco más enfadada, decidió irse a su habitación. Cuando apenas había andado un par de pasos, la puerta de la biblioteca se abrió de repente, apareciendo tras ella todos los que habían estado allí reunidos.
Éstos, al salir, la miraron inquisitivamente. Ella sólo acertó a esbozar una pequeña sonrisa nerviosa e intentar evadirse del momento. En un rincón del salón, Ojoloco Moody se acercó a Dumbledore y le dijo algo prácticamente inaudible al oído, que le hizo al anciano sonreír. Éste se giró y se dirigió a Tonks, que lo miraba nerviosamente mientras jugueteaba con sus manos.
-"Veo que está impaciente por saber qué hemos tratado, Nymphadora"- ante esto, la chica arrugó la nariz en señal de desagrado, pero evitó el hacer ningún comentario-"Bueno, déjeme decirle que deberá quedarse al menos dos días a solas con el señor Lupin, que se encargará de cuidarla mientras todos los demás cumplen con sus obligaciones. Se queda en buenas manos".
Dumbledore se giró sin darle tiempo a Tonks a responder, quien lo miraba sorprendida y con mil preguntas en su cabeza. Cuando por fin la chica se atrevió a preguntar, el anciano se volvió a girar.
-"Y por cierto, no debería escuchar por detrás de las puertas, Nymphadora"- el profesor la miró amablemente y, sin decir palabra alguna, desapareció tras la puerta, dejando a Tonks aún más sorprendida que antes.
El resto de los que se encontraban allí, se fueron despidiendo de ella uno por uno y, entrando por la chimenea, desaparecieron para cumplir con lo que les había ordenado Dumbledore. El último en abandonar la casa fue Sirius, quien estaba realmente feliz ante la perspectiva de su nueva vida. Se acercó a ella y le dio un fuerte abrazo, ante la mirada de Remus, que estaba apoyado en la barandilla de las escaleras.
Sirius, al verlo, se acercó a él y tras abrazarlo amistosamente, le advirtió que se portara bien con su primita. Después entró él también a la chimenea y, guiñándole un ojo a su amigo, desapareció por ella, dejando a un Remus confundido y a una Tonks algo avergonzada.
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Había sido un día agotador. Después de que todos se fueran, Remus le estuvo explicando brevemente a la chica lo que se había tratado dentro de la biblioteca. Ella parecía algo menos enfadada por el hecho de que la hubieran excluido, pero aún así sintió que ella debía haber estado presente.
El tiempo transcurrió rápido una vez se hubieron quedado a solas. Después de cenar, Tonks se ofreció voluntaria para recoger la cocina, algo a lo que Remus se opuso rotundamente, provocando un nuevo enfado en la joven, que subió a su cuarto inmediatamente sin siquiera mirar al hombre a la cara.
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Estaba en una sala fría y oscura, tan sólo iluminada por unas pequeñas antorchas que daban una imagen espectral de sombras que se movían al compás de las llamas.
Con el corazón latiéndole fuertemente, decidió caminar hacia la puerta que había a su derecha. Al abrirla vio un corredor angosto y oscuro en cuyo final se podía vislumbrar una pequeña luz. Nada más poner un pie en el pasillo, una sensación de frío le recorrió todo el cuerpo. Las paredes estaban húmedas y cubiertas de un espeso moho que la hizo poner una expresión de desagrado.
Muy lentamente, avanzó por el pasillo, teniendo como punto fijo la extraña luz que parecía llamarla intensamente. Una vez llegado a su punto de destino ahogó un grito en su garganta y su corazón dejó de latir por un instante ante el temor que le provocaba la visión que tenía delante de sus ojos.
En una habitación plenamente iluminada, un hombre de mirada siniestra contemplaba sonriente un pequeño objeto que llevaba en su mano derecha, mientras un grupo de veinte encapuchados le miraban expectantes, esperando a que hablara de nuevo su señor.
-"Por fin. Por fin el destino se va a cumplir... Ha llegado su hora... Morirán, ¡todos morirán...!"
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-"¡¡¡¡¡Aaaaaahhhhh!!!!!!
Remus se despertó sobresaltado al oír un grito angustioso y desesperado.
-"¡Tonks!"
De un salto, se levantó de la cama y se dirigió corriendo a la habitación de la chica, que se encontraba sentada en su cama, empapada en sudor y con la respiración agitada. Remus, al verla, fue rápidamente hacia ella y la abrazó para intentar calmarla.
-"Shhhh, tranquila, ya estoy aquí, no pasa nada"- le susurraba Remus al oído, acariciándola suavemente el pelo.
-"Él ha vuelto, está aquí, hay que pararlo..."- Tonks se agitaba nerviosamente entre los brazos del hombre, que no comprendía a qué se estaba refiriendo la muchacha.
-"Tranquila, sólo ha sido una pesadilla, pero ya pasó, no tienes nada de qué preocuparte..."
-"No, no lo entiendes, ha vuelto... Voldemort ha vuelto...".
Remus, al oírlo, la miró a los ojos, sorprendido, pero se abstuvo de hacer ninguna pregunta. Siguió abrazándola durante unos minutos, sin parar de decirle palabras tranquilizadoras y asegurándola que nada malo iba a sucederle mientras él estuviera allí.
Después de un buen rato, Tonks por fin se quedó dormida. Remus la miraba fijamente, asegurándose de que su respiración era tranquila y acompasada, mientras la acariciaba la mejilla, apartándole algunos mechones de su ahora larga melena rubia.
Sin saber por qué, se fue acercando a ella lentamente y, tras un momento de duda, la dio un suave beso en los labios, que le hizo perder la consciencia de dónde estaba en ese momento. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se levantó despacio de la cama de la chica, sin poder creerse lo que acababa de hacer.
Con paso lento, y todavía un poco ensimismado, se dirigió hacia la puerta cuando un objeto dorado llamó su atención. Se agachó a recogerlo y comprobó que era una pequeña orquilla con una forma un tanto especial en uno de sus extremos. Sin darle importancia, la colocó en el tocador y salió de la habitación, cerrando la puerta sin hacer ruido.
Cuando ya se alejaba por el pasillo que daba acceso a su dormitorio, un ruido en la ventana que se encontraba a su izquierda, interrumpió de nuevo sus pensamientos. Una gran lechuza parda picoteaba el cristal del ventanal, pidiendo paso hacia el interior de la casa.
Remus abrió la ventana y recogió la nota que traía la lechuza atada a una de sus patas. Lentamente y con cuidado, desprendió el cordel que ataba el pergamino, dejando libre a la lechuza para poder emprender su camino.
Remus vio en el lado superior izquierdo del pergamino el sello del hospital San Mungo. Asustado, abrió inmediatamente el lacre y, nervioso, leyó el contenido:
"Querida Tonks:
Te recuerdo que mañana tienes una cita para revisar tu estado. Espero que sigas evolucionando favorablemente. Si estás libre, me encantaría poder cenar contigo después de tu revisión.
Te espero con impaciencia:
Stephen".
Remus no pudo contenerse, sin saber por qué, la ira nubló su mente, viniéndole el súbito deseo de arrancarle los ojos al sanador de pacotilla. Bastante enfadado, arrugó el pergamino y, con un fuerte portazo, entró en su habitación...
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Y hasta aquí el tercer capítulo!!! Espero que os haya gustado como los anteriores. Es un poco más largo, pero yo creo que ha quedado bien.
-¿Qué será el dichoso objeto?
-¿Qué narices se traerá Voldemort entre manos?
-¿Le dará Remus a Tonks un beso como Dios manda?
-¿Y qué es ese sueño que ha tenido ella?
Todas estas preguntas y más en los próximos capítulos... ¡¡¡¡y que no se os olvide dejar reviews!!!!!
Un saludo
Bye
Leonysse Weasley.
