Hojaverde y el Amigo de los Elfos.
Por The Balrog of Altena
Capítulo 9no: Eryn Lasgalen, el Reino de los Elfos del Bosque.
Gimli y Legolas se dirigieron a los establos, donde Arod sería acomodado y bien alimentado con saludable pienso y agua limpia y fresca. Los Elfos de los Bosques cuidaban a sus caballos con mucho recelo, y Arod no iba a ser una excepción. Legolas quería mucho a ése corcel y por lo visto los otros Elfos le miraban con maravilla, pues era un caballo de pura raza Rohirrim; no uno de los Mearas, como Sombragrís el Señor de los Caballos, pero todo caballo de Rohan era mejor que cualquiera que poseían ellos los Elfos, y los admiraban.
Legolas dejó a Arod junto con los otros caballos. En frente, una valla los separaba de las yeguas. Entre ellas encontraron a Epona, la yegua gris de Elenshael; una yegua grande y fornida de hermosa crin blanca resplandeciente y adornada con varias trencitas; a diferencia de Arod, un caballos pequeño y ligero, pero más arisco y fogoso.
"¡Bien, mi querido Arod!"- dijo Legolas acariciando la frente y el hocico del caballo - "Ahora te quedarás aquí y descansarás. Mañana saldremos tú y yo de paseo con Gimli."
Arod le respondió con un suave relincho y pegó su hocico al cuello de su amo. Legolas rió, pues le estaba haciendo cosquillas en el cuello.
Justo entonces el Elfo y el Enano oyeron unas voces que llegaban desde afuera. Voces élficas que cantaban una alegre canción y que se acercaban al establo.
"Nuestra gente viene diciendo
que un Enano está en
nuestro Bosque Negro,
¡y que no es un prisionero!"
"¡Ja! ¡Ja!"
"¿Y a quien hemos encontrado
rondando por el establo?
¡A un Enano y a un Elfo!"
"Trala-ra-la-re
Trala-ra-la-ra"
"Gimli hijo de Gloin,
ése es él. Y Legolas
Thranduilion está con él."
"¡Ja! ¡Ja!"
"Esta noche los dos Caminantes
nos contarán muchas historias."
"Trala-ra-la-re
Trala-ra-la-ra"
"¿Qué se dijo en Rivendel?
¿Qué cantos escuchásteis en Lothlórien?
¿Quién batalló en las tierras de Rohan,
en Gondor y contra El Nigromante?"
"Trala-ra-la-re
Trala-ra-la-ra
¡Ja! ¡Ja!"
"Cuántos orcos matastéis
queremos nosotros saber."
"¡Ja! ¡Ja!"
Seis Elfos entraron en el establo y se acercaron sonrientes a los dos amigos. Todos sonreían a Gimli y le observaban con curiosidad.
Eran tres hombres Elfo y tres mujeres Elfa. Todos vestían de verde y marrón, menos Elenshael, presente entre ellos, vestida aun de blanco, y Gimli vio otra faceta de la Elfa, pues apareció poderosa y bella, semejante a un relámpago blanco estallando en un cielo oscuro.
"¡Buenos días, Señor Enano!" - dijo uno de fino rostro, joven a la vista de Gimli, como el de un muchacho de diecisiete años; su pelo era largo y rubio como el sol y sus ojos azul grisáceos, como los de Legolas.- "Yo soy Silinde de la guardia."
"Y yo Malenlas Roval." - dijo con voz dulce otro Elfo de cabellos de oro, delgado y ligero como una hoja.
"Yo soy Togódhal Dagnir-ungola" - dijo el más alto, de ojos oscuros y pelo castaño, de voz grave pero suave.
Elenshael animó con la mirada a la doncella a su lado para que se presentara a sí misma como habían hecho los otros dos. "Mi nombre es Merilin Tuilindo" - dijo la mujer de pelo rizado y rubio como los limones frescos, de ojos azul claros y mejillas rosadas. La voz de aquella Elfa era especialmente hermosa, mas por su forma de hablar parecía ser tímida, y nunca hablaba en voz alta.
"Y yo me llamo Dambëth Saelon" - dijo la última, ésta de cabellos color cobre y ojos verdes penetrantes y atrayentes, pues eran como las esmeraldas que los Enanos hallan en las profundidades, a demás de poseer una mirada elegante y misteriosa. Dambëth produjo un gran respeto en Gimli, porque parecía anciana y sabia, muy sabia, aunque por fuera era joven y hermosa; pero fría, algo que le recordaba a la dama Éowyn. Gimli no pudo jurarlo (pues no sabe mucho de los Elfos, y de ninguno ha estado más cerca que Legolas, quien aun es joven para los misma Gente Hermosa) pero creyó ver brillar años incontables en aquellos ojos.
"¡Gimli a vuestro servicio!" - dijo con una reverencia tan profunda que sus barbas casi tocaron el suelo.
Los Elfos rieron, mas eso no molestó a Gimli, pues conocía lo suficientemente bien a los Elfos como para saber que algo así ocurriría. De eso había llegado a acostumbrarse cuando se instaló en Rivendel en el tiempo en que se formó la Compañía del Anillo. Y hay que mencionar que aquello no fue una risa burlona, sino más bien divertida.
Antes que Legolasa ni Gimli pudieran decir algo más, Silinde alzó la voz alegre y tomó a ambos de la mano. "¡Que bién! Os hemos encontrado justo a tiempo. ¡Venid, venid con nosotros!"
Y antes que Gimli pudiera decir -martillo- ya se lo llevaban a rastras, a él y a Legolas, y los Elfos reían y cantaban en élfico una animada canción. "¿A..A dónde vamos?" - preguntó el Enano un poco aturdido.
"¿No pensaréis presentaros así a la fiesta, verdad?" - dijo Silinde - "¡Tenemos que hacer algo con ese pelo y esas manos maltratadas!"
"Creo que un poco de limón en el pelo le iría de fábula." - dijo Elenshael.
"Anoche hice una crema hidratante que le vendrá muy bien para esas manos." - dijo Dambëth, que estaba muy enterada acerca de las plantas y sus virtudes, y elaboración de pomadas, cremas, brebajes o pociones. Era una curandera.
Gimli no pudo protestar de tan aturdido que estaba ahora, y pronto le entraron en una cabaña y le sentaron en un cómodo asiento sobre un cojín de plumas para estar más a la altura de sus 'esteticistas'.
"¡Uy! Esas ropas están muy gastadas y sucias." - dijo Malenlas mirando las ropas de viaje que el Enano aun vestía. - "¡Togódhal! Ve a sus aposentos y traele la ropa adecuada. ¡Y nada de cotas de malla! Los Enanos siempre las visten, pero hoy necesita ir ligero y fresco."
Los Enanos no siempre vestían cotas de malla, sólo muy a menudo, pero Gimli no dijo nada al respecto. Togódhal asintió con la cabeza y se marchó a toda prisa. Silinde y Merilin estaban a un lado preparando un baño de agua caliente (y le estaban echando leña al fuego). Dambëth estaba sacando pequeñas botellas de cristal de una bolsa. Dentro de cada botella había un líquido de diferente color; sin duda eran cremas, perfumes, suavizantes y cosas por el estilo. Después se volvió a Gimli y empezó a acariciarle la larga barba pelirroja. "Vamos a dejársela suave y brillante, ¡sí!" - musitaba sonriendo.
Legolas se había quedado de pie junto a Gimli, mirándoles con los ojos muy abiertos y soltando una pequeña risa de vez en cuando.
"Voy a cambiarme de ropa." - dijo Elenshael - "¡Vuelvo en seguida!"
"Cambiate, ¡y rápido!" - le dijo Legolas - "¿Qué clase de ropas son éstas para una dama?" - dijo señalando los anchos pantalones blancos de ella.
"¡Las adecuadas para montar a caballo! No tienes idea de lo incómodo que es montar en vestido."
"Las mujeres deberían vestir siempre falda." - dijo Legolas. A él le encantaba hacer enfadar a su amiga, pues siempre le divertía lo que ella le respondía para su defensa y contraataque.
"Sólo estás celoso porque tú no puedes llevar un vestido de falda, y yo puedo llevar pantalones." - respondió ella juguetona y dándose media vuelta de fue.
"¡Bueno, vuelvo al aire libre, a ver qué hacen el viento y el cielo!" - dijo Legolas poco después, y aunque Gimli (a quien Dambëth, Merilin y Silinde comenzaban soltarle las trenzas del pelo y la barba) le miró como diciendo -te lo suplico, no me dejes aquí solo con estos lunáticos- Legolas se marchó guiñándole un ojo. Y así fue como al aire libre le encontró Saelbeth el guardaespaldas, inmóvil, contemplando el sol y el cielo con una mirada tranquila y canturreando para sus adentros.
"Legolas." - le llamó el Elfo, y Legolas le miró y le sonrió.
"Aiya, Saelbeth." - pero su sonrisa se apagó cuando vio que había preocupación en el rostro del guardaespaldas, que una vez le acompañó a Imladris. - "¿Ocurre algo?"
"Todo va bien, al menos por ahora. Tu padre reclama tu presencia. Sospecho que querrá contarte lo ocurrido."
"'¿Lo ocurrido?' ¿Algo pasó? Algo te preocupa, lo veo en tu mirada. ¡Habla!"
Saelbeth suspiró, y ya estaban andando hacia la cueva del Rey cuando comenzó a hablar. "Es un dragón, Legolas."
El príncipe casi tropezó de la sorpresa. "¿Un dragón?" - dijo. Nunca había visto alguno, pero al oír la palabra -dragón- se le pasó por la cabeza la imagen de un terrible monstruo alado cubierto por duras escamas que quemaba bosques con su aliento y devoraba dondellas y niños, tal y como Gimli se lo había contado en us historias sobre el dragón Smaug.
Saelbeth asintió. "Hace tres días muchos de los nuestros nos aterramos al verlo volando en círculos a gran altura. Llegó por la mañana del norte, y no se fue hasta casi el mediodía. Nuestros exploradores le perdieron de vista tras las Montañas Grises. Tememos que vuelva, pues tal vez busque el tesoro de tu padre porque, segun dicen los Enanos (aunque no es nuestra costumbre escucharlos), es una gran especialidad de los dragones robar tesoros, y peor aun, de paso destruir el pueblo que lo posee y matan a sus habitantes.
"Razón tienes, Saelbeth." - dijo Legolas - "Pero, ¡ay! ¿Qué hay del tesoro de Erebor y de los hogares cercanos al Bosque Negro? ¿No los habéis alertado?"
"Oh sí, lo hemos hecho. Tras ver el Dragón no perdimos un minuto en mandar aves mensajeras a Rhosgobel7, al Prado de Beorn, la Ciudad del Lago y a la Montaña Solitaria. El mensaje debió llegar a los Enanos ayer, como muy tarde."
Hablando ya habían cruzado las puertas mágicas de la entrada y se detuvieron frente a la habitación del Rey, donde éste solía estar con sus diamantes preferidos y su copa de vino tinto o blanco, o una de cada.
"Pero eso ya te lo acabará de explicar el Rey." - dijo Saelbeth en susurros, para que Thranduil, que esperaba a Legolas al otro lado de la puerta, no le oyese. El Elfo guardaespaldas se retiró y Legolas llamó a la puerta tres veces, y le siguió la voz de su padre hablando desde el otro lado. "Entra, Legolas."
Legolas encontró a Thranduil sentado en su sillón de madera frente a su mesa sobre la que había una copa plateada. El Rey le hizo una señal para que se sentara en la silla situada al otro lado de la mesa, frente a él.
"¿Me has llamado por el asunto del dragón, ada?" - preguntó Legolas de repente, sin saber porqué se sentía algo nervioso.
"No interrumpas a tu adar, Legolas." - dijo Thranduil -"Ya veo que Saelbeth te ha hablado del dragón. Iba a decírtelo de un momento a otro, pero hoy no quería preocuparte con ello. En realidad te he llamado por otro asunto. Un asunto más bueno que sin duda te alegrará el corazón y te olvidarás por un tiempo de ese dragón." - Thranduil tomó un sobre blanco que había sobre la mesa. - "Ha llegado ésta carta, desde my lejos, y extrañamente destinada a ambos Enano y a ti."
Una gran sonrisa se formó en los labios de Legolas cuando ésto leyó en el sobre:
Sr. Frodo Bolsón.
Bolsón Cerrado. Tirada Nueva. Hobbiton.
Cuaderna del Oeste. La Comarca.
Destinado a Mse. Legolas hijo de Thranduil y Mse. Gimli hijo de Gloin.
Gran Bosque Verde. Reino de los Bosques.
"¿Me da permiso para retirarme, ada?"
Thranduil asintió con la cabeza y su hijo se marchó andando con mucha prisa. Cuando llegó a la cabaña donde estaba Gimli, encontró que el Enano ya se había bañado y que se estaba vistiendo, algo malhumorado porque Dambëth, Malenlas y Elenshael le estaban rociando gotas de limón y otras cosas en el pelo.
"¿Qué hay, Legolas? ¿Por qué esa sonrisa?" - preguntó Gimli tan pronto como vio la expresión de emoción en la cara del Elfo.
"¡Tengo buenas noticias!" - exclamó. De improviso su rostro hizo un cambio tremendo y mostró preocupación y temor.- "Pero también tengo malas noticias." - dijo, con un gran cambio de ánimos en su voz también. - "¿Cuales quieres oír primero?"
"Las buenas."
"Te diré la malas." - dijo ignorando la respuesta del Enano. Entonces miró a los otros Elfos, que aun estaban yendo de un lado a otro y toqueteando la barba y los cabellos de Gimli. Elenshael fue la primera que captó el significado de esa mirada.
"¡Esta bien! ¡Ya nos vamos!" - dijo, y le dio un golpecito a Dambëth en el hombro, que concentrada como estaba en su pomada que hiba a esparcir en las manos del Enano, no había prestado atención a la conversación.
"¡Sed buenos!" - rieron Togódhal, Silinde y Malenlas.
"¡Y no toquéis mis cosas!" - advirtió Dambëth levantando un dedo en alto.
"¡Adiós!" - gritaron todos, pero Merilin sólo se despidió con una tímida sonrisa.
Cuando a puerta se cerró, y el canto de los seis Elfos se perdió en la distancia, Gimli se acercó a Legolas, y los dos se sentaron. En los ojos azul grisáceos del Elfo se reflejaban estrellitas rojas: el brillo que las cenizas ardientes del baño caliente de Gimli reflejaban en ellos. "Hace tres días un dragón sobrevoló las tierras de mi padre. Un dragón llegado del norte, de las Montañas Grises."
Gimli casi saltó de su asiento. "¡Un dragón!" - dijo al fin, después de haberse quedado mudo por un momento. - "Lo que nos faltaba. Acabamos con el Mal de los Males, y resulta que nuevos Males surgen después. ¡Por Aulë! ¡Un dragón! ¡He de avisar a mi pueblo del peligro!"
"Calma, amigo mio." - trató de tranquilizarle Legolas - "Tu pueblo ya ha sido avisado. Pero deberías escribirle una carta a tu padre pronto. En cierto modo, no debemos alarmarnos ahora, pues no se ha vuelto a ver el dragón y no han encontrado ningún rastro de él en los alrededores. Quizá no vuelva, o quizá sí. Los Elfos estamos ya alerta, duplicaremos la vigilancia nocturna y diurna, y si en todo caso volviéramos a verlo, aunque sea a millas de distancia, evacuaremos la ciudad."
"¡Pero los Elfos no sabéis nada de dragones! Son más peligrosos de lo que creéis. Tu mismo me dijiste que nunca habéis sido atacados por uno. Cuando el dragón esté aquí, ya no habrá nada que podáis hacer. No sin alguien que sepa manejar la situación."
"Por eso estoy contento de que estés entre nosotros, Gimli. Tú me recomfortas, mellon nin, y me alegro de tenerte cerca con tus piernas robustas y con tu hacha poderosa. Y aunque no tuvieras ninguna de tus armas contigo, tu sola presencia aquí ya sería suficiente para hacerm sentir mejor."
"Estoy preocupado por tu pueblo, Legolas, y por ti." - dijo con inquietud - "No quisiera que pasaras por la misma desgracia que mi padre; el dolor de ver tu propio pueblo reducido en llamas, el de oir los gritos de la gente que es devorada por el monstruo, y el verte obligado a escapar de tu hogar y esconderte, llorando en silencio planeando una venganza que no podrás ejecutar en años adelante..."
Legolas le sonrió con ternura. "¡Y dicen que los Enanos so egoístas y avariciosos! Ay, Gimli, amigo mio," - y diciendo esto le tomó de la mano - ", me siento realmente conmovido por tu cuidado. Si en realidad ocurriera todo eso, mucho me apenaría que estuvieras aquí para presenciarlo." - Legolas guardó silencio un momento, aun sin soltarle la mano. Y cuando habló, su voz era débil, como si de alguna manera aquellas palabras le dolieran - "Tal vez deberías volver a tu hogar. Si el dragón apareciera, ésta no sería tu guerra, sino la de los Elfos. Creo que en Erebor estarías a salvo, lejos de nuestros problemas."
"Tienes razón, Legolas: ésta no sería mi guerra," - Legolas no pudo creer que esas eran palabras de Gimli, y a pesar de la expresión de extrañeza (y se ha de mencionar que algo de disgusto también) del Elfo, Gimli estrechó su mano - ", ésta sería nuestra guerra. Y si no, ¿para qué están los amigos? ¡No me iré de aquí hasta que ese monstruo alado caiga sin vida! ¡No huiré dejándote atrás! Me quedaré a tu lado el tiempo que sea necesario para que reine la paz en tu pueblo."
Gimli no se resistió al abrazo de agradecimiento que le dio Legolas. "Olvidémonos ahora del dragón," - dijo - ", al menos hasta mañana. No te olvides que tengo buenas noticias, y muy buenas en verdad." - entonces sacó el sobre, y muy sorprendido quedó Gimli al ver el nombre de su emisor: Frodo Bolsón.
"¡Abrelo!" - dijo el Enano, entusiasmado de repente.
Ésto fue lo que Legolas leyó en voz alta para los dos:
Queridos Legolas y Gimli,
¡Saludos! Somos Frodo, Merry, Pippin y Sam. - los dos rieron tontamente - Decidimos escribiros una carta todos juntos (así no tendréis que leer lo mismo cuatro veces) para preguntaros cómo estabais y para deciros que nosotros nos encontramos estupendamente.
Tal vez os preguntéis cómo sabíamos que éste mensaje os llegaría a los dos (y ciertamente esperamos que haya sido así); la respuesta es muy sencilla, pues dijisteis que visitaríais la Montaña Solitaria y el Bosque Negro juntos, y para estas fechas hemos pensado que ya estaríais en el Bosque. ¡Ojalá pudiéramos estar ahí con vosotros! pero la verdad es que estamos terriblemente ocupados aquí, "saneando" la Comarca.
Pues como hemos dicho antes, nos encontramos estupendamente, pero las cosas no estaban tan bien cuando llegamos a casa. Todo empezó cuando llegamos al puente del Brandivino y encontramos una puerta cerrada que nos impedía e paso. "Prohibida la entrada entre la puesta y la salida de sol" decía el letrero. Y al otro lado de aquella puerta enrejada las cosas iban peor de lo que pensamos al principio.
En fin, no habría suficiente tinta ni papel si fueramos a contarlo todo paso a paso, así que seremos breves: la Comarca había sido invadida por Gente Grande, los árboles habían sido tallados, los jardines habían sido invadidos por las malezas, y las bellas cuevas hobbits parecían abandonadas, e hileras de lógrebas casas habían sido construidas. El molino había sido derrumbado y reemplazado por un hostil molino cuyas aguas emponzoñaba con efluvios humeantes y pestilentes. - para ese entonces Legolas y Gimli ya volvían a estar llenos de inquietud. -
Los hobbits vivían temerosos y ocultados en sus casas. Los Hombres les habían impuesto "normas". Si no las cumplían, les esperaba la cárcel, y algunos eran abatidos tambien. Andaban escasos de comida, porque los "recolectores" y "repartidores", como se hacían llamar, contaban y medían la cosecha, y la mayor parte se la quedaban para ellos y su jefe, a quien llamaban Zarquino.
Nosotros nos las ingeniamos para reunir a todos los hobbits posibles en una rebelión. Los Coto y los Tuk nos ayudaron en ello, pues hacía tiempo que así lo ansiaban. Deseábamos no derramar sangre innecesaria, pero finalmente nos vimos obligados a matar a los invasores, y por desgracia algunos hobbits cayeron en la batalla.
Tan pronto como terminó la Batalla de la Delagua, decidimos hacer una visita al Zarquino. Nuestro enemigo no resultó ser otro que Saruman. - Gimli y Legolas saltaron de la sorpresa. ¡Saruman!-
"¿Qué dice luego, Legolas? ¡Continua!" - dijo Gimli. Legolas siguió leyendo.
Saruman había engañado a Will, nuestro Alcalde, y se había apoderado de la Comarca entera (sus Hombres, por supuesto, provenían de Isengard). Lengua de Serpiente estaba con él.
-¡Mas no penséis que al perder todos mis bienes perdí también todo mi poder!-, dijo -Aquel que se atreva a golpearme será maldecido. Y si mi sangre mancha la Comarca, la tierra se marchitará, y nadie jamás podrá curarla.-
Pero nosotros sabíamos muy bien que Saruman había perdido todo su poder. De todos modos le dejamos marchar libre, pero algo inesperado (y puede que al fin y al cabo afortunado) ocurrió: Gríma Lengua de Serpiente le apuñaló por la espalda. Y éste no es el final; tras su asesinato, no pudimos impedir que Serpiente fuera abatido por las flechas de los nuestros. Un trágico final para el Mago y su esclavo. Nunca imaginamos nada semejante, que cayeran a las puertas mismas de Bolsón Cerrado.
A la mañana siguiente fuimos a Cavada Grande a liberar a los presos de sus Celdas. Desde entonces estamos trabajando duro para restaurar la Comarca. Hay millares de manos voluntarias en todas las aldeas. Para el Año Nuevo ya no había en pie ninguno de los edificios construido por los "Hombres de Zarquino"; sus ladrillos fueron utilizados para la reconstrucción. Sam se encargó de los jardines, y esparció los polvos que le regaló la Dama Galadriel por la tierra; la semilla la plantó en un lugar donde antes había un árbol muy querido para nosotros (y desgraciadamente talado por los Hombres de Saruman). La primavera nos ha colmado de esperanzas y alegrías, pues la tierra brotó y de la semilla nació un mallorn, un hermosos retoño de corteza plateada y hojas largas y doradas, que se cubrió de flores en Abril.
Ahora las cosas nos van bien. Las cosechas no podrían ser mejores, la paz ha vuelto a la Comarca; yo, Frodo, vivo tranquilamente en Bolsón Cerrado, Merry y Pippin viven juntos en Cricava, y nuestro Sam recientemente se ha casado. - Gimli y Legolas dieron un grito de sorpresa y alegría - Su esposa se llama Rosa Coto, una encantadora doncella hobbit.
Y éstas son nuestras últimas noticias. Esperamos con ansias vuestra respuesta. Una cordial despedida; hasta siempre, amigos nuestros.
Vuestros,
~Frodo, Sam, Merry y Pippin~
Hubo un silencio.
"¡Saruman!" - habló Gimli con voz queda - "¡Quién lo hubiera dicho! Puede que el mago perdiera su poder, pero sin duda aun se guardaba algunos trucos en la manga, como yo temía."
"Y yo." - dijo Legolas - "Pero todo ha acabado a fin. La guerra ha terminado."
Aquella tarde del catorce de Mayo del 3020 los Elfos del Bosque tomaron sus lamparas de aceite y partieron por estrechos senderos bajo los árboles al lugar donde solían celebrar sus fiestas o cenas comunitarias, pues les encantaba sentarse bajo las estrellas, y por eso muy usualmente banqueteaban en algún claro del Bosque, donde cantaban y reían hasta que la noche los cubría con un velo oscuro y seguían ahí hasta casi llegado el amanecer. A algunos incluso les gustaba quedarse hasta que Naira mostraba sus primeras luces doradas del nuevo día.
Gimli caminaba al frente junto a su buen amigo Elfo y el Rey. Había un luz verdosa en cada lado del sendero, pero el resplandor sólo revelaba unas hileras interminables de troncos rectos y grises cubiertos de líquenes, como pilares de un vasto salón crepuscular. Estando ahí, con la armonía del canto de los Elfos llenando el aire, el bosque no le pareció tan oscuro y siniestro como le había contado su padre. Sin embargo Gimli aun estaba cerca del Reino de los Bosques, y si se desviara más al Sur, al Este o al Oeste, hubiera visto que las cosas no eran tan hermosas como parecían. Pero para eso ya tendría tiempo de descubrirlo; en verdad Gimli presenciaría el terror que presenció su padre en el Bosque Negro más adelante de ésta historia, por lo que ahora no diré más, pues será contado en otra ocasión.
Como iba diciendo, aquel sendero del bosque los condujo a un claro. Allí había señales de que habían encendido una hoguera posteriormente. Y era así; en seguida que llegaron encendieron una hoguera y en los árboles que se alzaban alrededor colgaron sus antorchas encendidas.
En el suelo dejaron el banquete de frutos secos (especialmente nueces), ensaladas, bayas y carnes asadas de atractivo olor y deliciosos sabor (aunque ya sabéis que algunos Elfos, como Legolas, no probarían bocado de carne). A Gimli se le hizo la boca agua con solo ver la carne asada, y sin embargo no habían servido cerveza pero sí muchos vinos, algunos fuertes que se debían tomar en pequeñas vasos.
Al principio los Elfos estaban muy alborotados y caminaban de un lado a otro chismorreando y curioseando en los diálogos de los demás. Gimli se encontró rodeado por muchos de ellos. Los Elfos reían, tomándole el pelo y riéndose de su barba (algo normal en esta Buena Gente). Gimli no era conocido por su paciencia, pero aquel día mostró tenerla.
"Si tanto os gusta mi barba, ¿por qué no os dejáis crecer una?" - gruñó el Enano sin enfado, acosado por muchas manos que querían estrechar o acariciarle la barba pelirroja.
"¡A los Elfos no les crecen barbas!" - rieron.
Pronto los niños se acercaron también a pedirle con sus tiernas vocecitas que les dejaran tocar su barba, y el Enano no podía negarse. La verdad era que los brebajes, tónicos, etcétera de Dambëth le había dejado los cabellos muy suaves, y con un fresco aroma a limón. Al fin y al cabo no estaba mal lo que habían echo con su pelo, su rostro y sus manos (que ahora eran más suaves y frágiles al tacto), pero daba las gracias porque no le habían ceñido flores en el pelo, como todos ellos llevan en sus cabelleras resplandecientes.
Entonces Gimli logró verle entre el tumulto, apartado de su gente. El Elfo de clara melena castaña y ojos verdes como la hierba del prado. Como aquella mañana, mostraba odio en los ojos, y estaban fijos en el Príncipe y el Rey Elfo. Gimli le observó durante un rato, finalmente viendo como el extraño Elfo apartaba la mirada de ellos y cerraba los ojos cabizbajo con una expresión de profundo dolor en el rostro.
"Disculpe." - le susurró el hijo de Glóin a Elenshael, que casualmente acababa en acercarse al Enano para invitarle a sentarse a su lado en el banquete - "¿Quién es él, el hombre que se sienta solo?" - le preguntó señalándole el Elfo con un ligero movimiento de cabeza.
"¿Ése? Es Sirion. Es un buena persona, pero desde que su hijo y su esposa murieron ya no es el mismo." - dijo Elenshael - "Antes era muy hablador y simpatizaba con la gente. Ahora se le ve tan triste y tan solo... Aun llora la pérdida de su familia. Si no cura pronto temo que perecerá por la pena... Pobre hombre..." - concluyó tristemente.
"¿Cómo es posible que su hijo y su esposa murieran? ¿Qué les sucedió?"
"Su hijo murió asesinado a manos de los orcos que nos emboscaron para liberar a la criatura conocida como Gollum, que teníamos presa bajo nuestra custodia por petición de Elrond Medio-Elfo de Imladris. Unos meses después falleció su esposa, a causa del fuerte dolor que sentía por la pérdida de su querido hijo."
Gimli miró una vez más a Sirion, esta vez con lástima y no con temor. Seguía cabizbajo. Los cabellos largos y resplandecientes a la luz de la hoguera le cubrían el rostro. ¿Pero qué tenía que ver Legolas en todo ésto...?
The Balrog of Altena: ¡Final del capi! En el próximo aparecerá el dragón Rukrav. ¡Pero tranquilas! alguien inesperado estará allí para ayudarles.
~ Milyarie Thrilmaviel: ¡Muchas gracias por leer mi fic! Siempre estoy contenta de saber que hay gente leyéndolo, ¡me hace feliz! Si tienes alguna pregunta, queja, o lo que sea, no dudes en escribírmelo en tu review o me mandas un e-mail. Hannon le!
~ VaniaHepskins: ¡Aiya! Espero no haberte dejado esta vez una espinita en tu corazoncito élfico ^_^ No, Elenshael y Legolas son sólo amigos, pero no hables así de Elen, que yo la quiero mucho...y a tu hermoso Legolas tampoco le gustaría oírtelo, porque son muy buenos amigos :)
Oh, bueno, cuando dije "nariz chata", me refería a que la tenía pequeña, suave, perfecta. No le queda mal así, creo...
¡Gracias por dejarme siempre tu review! ¡Lo aprecio de veras!
Namárië, an sí, mellyn nin.
* 1.- Epona = El nombre 'Epona' deriva de la palabra Céltica para caballo. Según la mitología, ella era una diosa-caballo Celta cuya iconografía se vinculó al simbolismo equino. Muchas imágenes y dedicaciones se establecieron a lo largo del mundo celta durante el periodo romano. Se la veneró particularmente en la Galia y en Renania, pero también aparece en Bretaña, Yugoslavia, África del Norte, y en Roma. El interés especial del culto a Epona se encuentra en sus imágenes. De hecho ella siempre se representa con sus complementos equinos. La iconografía de Epona se divide en dos grupos principales: El más importante son las pinturas de la diosa montada en una yegua. En las otras principales representaciones ella aparece representada entre dos caballos. Mucha de la imaginería de Epona muestra el simbolismo de la fertilidad y de la abundancia de la tierra. En muchas imágenes se la representa con cestas de frutas o de maíz. Además, parece que ha habido una asociación definida entre Epona y las Diosas-Madre.Realmente ella es la patrona de los caballos, que eran muy importantes para los celtas en cuanto al transporte, la guerra, el poder, el prestigio, y la religión, pero también ella reflejó los profundos misterios de la vida, de la muerte y del renacimiento. También es conocida incluso como Rhiannon y Rosette.
* Malenlas Roval = Hoja amarilla (en Sindarin.) Gran ala de águila (en Sindarin)
* Togódhal Dagnir-ungola = Elfo que guía/ Guía Elfo (en Sindarin.) "Asesino de arañas"/ "Destructor de arañas" (en Sindarin)
* Merilin Tuilindo= Ruiseñor (en Sindarin; La forma pura es "Maerilind") Cantante de la Primavera (en Sindarin)
* Dambëth Saelon = Respuesta (en Sindarin.) "La Sabia" (en Sindarin)
* Smaug = Gusano / excavador
* Iôn nin = Hijo mio (en Sindarin.)
* Rhosgobel = Cercado marrón (Lugar donde vive Radagast el Pardo, primo de Gandalf el Mithrandir, situado cerca de la frontera meridional del Bosque Negro.)
* Prado de Beorn = Hogar de Beorn el cambia pieles.
* Ciudad del Lago = Una ciudad de Hombres comerciantes cerca del Lago Largo, amigos de los Elfos de los Bosques. Bardo, de la raza de Valle, de la línea de Girion, mató al dragón Smaug con una flecha, y más tarde fue nombrado Gobernador de la Ciudad del Lago.
* Naira = Sol ("Naira" es el nombre que le daban los Eldar al Sol. Antes llamado "Anar". Los nombres "Rána" y "Vása" también se refieren a él, pero éstos proceden de los Noldor.)
* Sirion = Río (en Sindarin)
