Amor en tiempos de guerra
Capítulo I
= Marcando diferencias
Nota: Algunos hechos suceden en ciudades diferentes que serán indicados en la siguiente forma: ciudad(estado), país --- eso en como yo ví la separación y los puntitos de capitales en el mapa
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Kyoto(Kyoto), Japón
Era un atardecer frío, el viento se colaba por entre los oscuros callejones creando la ilusión de miles de llantos inocentes, agudos silbidos que estremecían a los mercaderes que se veían forzados a tomar aquel lúgubre pasaje, un laberinto de calles y caminos que confundían a quien no conociera el lugar.
-¡Date prisa, Seichiro! No quisiera que la noche nos pillara aquí, el sol aún no se pone y ya me están dando escalofríos ¡Brrrr! -exclamó un rico comerciante de telas finas al hombre que conducía su carroza, asomándose por una pequeña ventana
-No se preocupe, "señor", no se preocupe -le contestó un hombre flacucho y pálido al tiempo que esbozaba una inquietante sonrisa
El comerciante se revolvió inquieto en su asiento de terciopelo rojo, miró el asiento vacío de enfrente donde ingeniosamente ocultado se hallaba un delgado portafolios de cuero negro, el cual llevaba papeles muy importantes en su interior.
-Tengo que llevarle esto al Shogun, no puede caer en manos equivocadas -susurró para si- pero tengo la sensación de que algo malo está por suceder
No mucho después la carroza se detuvo, el comerciante se asoma por la ventanilla y molesto reclama al conductor:
-¡Seichiro! ¿Que hacemos aquí? Este no es nuestro destino
Seichiro bajó de su puesto de un salto y penetró a la cámara de la carroza donde el comerciante se encontraba, amagándolo con su wakizashi lo empujó por la puerta, haciéndole caer sobre el sucio suelo. El sol ya se había ocultado por completo.
-No el suyo, pero si el nuestro -respondió Seichiro a la pregunta que se quedara flotando en el aire
-¿A-a que te refieres? -preguntó el comerciante con miedo en la voz
-¿Cree que no sabemos quien es en realidad?, ¿Cree que nos tragamos ese cuento de que es comerciante de telas?
-Pe-pero lo soy
-No, no lo es Akahori-sama -dijo una voz entre las sombras- nosotros sabemos que usted es un alto cargo del shogun
-¿Qui-quien eres?, ¿Como sabes quien soy?
-Soy Kogoro Katsura, miembro de la guardia de élite del grupo Meiji, de los Ishinshishi -respondió al tiempo que salía de las sombras y se mostraba ante el fingido comerciante- Akahori Hitoshi, no es difícil saber quien es usted, por lo menos no gracias a nuestros excelentes espías ¿No es eso cierto, Seichiro? -agregó dirigiéndose al aludido
Seichiro sólo asintió respetuoso, Akahori abrió sus ojos sorprendido
-¿Pe-pero como? ¡Yo confié en tí! Dije cosas confidenciales en tu presencia
-Cosas -musitó Kogoro en tono bajo- que nos ayudarán a derrocar al Shogun y todos sus malditos seguidores
Akahori trató de incorporarse, pero un fuerte golpe propinado en su espalda por Seichiro lo hizo caer de nuevo, asustado trató de arrastrarse en un intento por alejarse de esos hombres, sin embargo un dolor agudo en su pierna derecha lo hizo gritar, deteniéndolo. Temblando a causa del dolor y del frío, Akahori levantó su vista, encontrándose con un joven -de 17 años aproximadamente- que tenía su katana enterrada con fuerza en su pierna. La sangre surgía a bobotones de la herida y entintaba el suelo y el calzado del joven de un color carmín.
-Bien hecho, battousai -felicitó Kogoro al joven, con un semblante de a quien le divierte aquello
Akahori abrió la boca para cerrarla rápidamente ahogando un grito al reconocer asustado al joven, battousai solo asinti
-Muy bien, Akahori-sama, ahora nos dirá ¿Donde están esos papeles tan importantes que debía llevar al shogun?
-No-no les diré nada ¡Manada de asesinos! Yo soy fiel al Shogun y seguiré siéndole fiel hasta mi muerte -Akahori le miraba con una mezcla de miedo y determinación
-Urusai(¡Cállate!) -Kogoro lo miraba con odio, realmente odiaba a esas personas que se negaban a cooperar argumentando fidelidad- Ha firmado su muerte, Akahori-sama, pero antes debo obtener esos papeles ¿Cooperará con nosotros o debo torturarle?
Kogoro se deleitó con la mirada de pánico que Akahori le dirigió, sonrió macabramente antes de decir:
-Interpretaré su silencio como un no -volteó a mirar a battousai-. Ya sabes que hacer
-Yoku(ok.) -respondió él
Battousai giró la katana en la pierna de Akahori, éste gritó fuertemente y enterró su rostro en la tierra, apretando con fuerza sus dientes tratando de mitigar el horrible dolor que sentía, pero aún así no bajó su determinación
-Ya-ya lo dije, no-no puedo darte e-esos papeles -dijo con vaz casi inaudible
-Genki desu(muy bien) -dijo enfadado- córtale la pierna, battousai
Battousai sacó su espada de la pierna, salpicando algo de sangre
-Iie, iie -trató en vano de suplicar Akahori, con voz ahogada
La sostuvo en alto y déjandola caer con presición y fuerza cortó de un tajo la pierna de Akahori, quien se retorció en el suelo mientras gritaba loco de dolor y se apretaba el muñon ensangrentado sin dejar de gritar
-Ahh -suspiró Kogoro-. El olor de la sangre me embriaga y me hace desear mas, mucho más Akahori-sama. Dígame ¿Va a decirme donde están esos papeles o tendré más diversión esta noche?
Akahori bajó la cabeza, miró su pierna herida, o más bien lo que quedaba de ella, las hebras de su pantalón estilo occidental se pegaban a la carne roja y se confundían con la sangre; tosió, y la sangre aprisionada en su garganta fue a unirse a la que formaba una alfombra roja y espesa alrededor de él, sobre el suelo.
-E-en el asiento, es-espaldas al conductor, allí es-está oculto l-lo que busca
-Mmm... que lástima que no quiera seguir jugando con nosotros, Akahori-sama -se dirigió a uno de sus soldados- Koge, ve a revisar en ese asiento
-Hai -contestó un hombre pequeño y algo robusto mientras se introducía en la carroza
Kogoro miraba entretenido la agonía que se dibujaba perfectamente en el rostro de Akahori, pasados unos segundos, el llamado Koge emergió de la carroza con el pequeño portafolios en mano y una sonrisa en rostro. Se detuvo ante Kogoro y le extendió el portafolios, éste lo abrió y observó detenidamente su contenido, volvió a guardar los papeles y metió el portafolios en la manga de su gi. Satisfecho, dió la espalda a Akahori y volvió sobre sus pasos. Akahori suspiró aliviado pensando que su vida estaba a salvo. Sin embargo cuando alguien desea algo, inevitablemente siempre ocurre lo contrario.
-Battousai, creo que deberíamos librar a Akahori-sama de tan grande sufrimiento -su voz sonaba sádica-, mátalo
Battousai se acercó poco a poco, esgrimió su espada y apuntó justo al corazón de Akahori
-Douzo...(por favor) -musitó ronco Akahori, las lagrimas se amontonaban en sus ojos, suplicantes
Akahori intentó buscar en el rostro de su verdugo un atisbo de esperanza, sus ojos fríos y dorados fueron lo último que vió antes de sumirse en la eterna obscuridad.
Otsu(Shiga), Japón
Dos días después
Base Shinsen
El sol comenzaba a amanecer sobre la capital de Shiga, la gente de clase social alta dormitaba en sus habitaciones, ignorante del bullicio que comenzaba a armarse en las calles a aquellas horas. Pequeños mercados se instalaban a los lados de una plaza ancha, mientras los campesinos seguían trabajando en los campos de arroz, muchos de lo cuales eran explotados y obligados a trabajar en situaciones lamentables a cambio de un salario de hambre.
Los vendedores, ya cómodamente instalados, solo pudieron mirar asombrados sombras negras que pasaban rápidamente entre ellos, algunas de las cuales parecían atravesar muros. No fueron muchas, pero si las suficientes como para sembrar algo de pánico entre aquellos vendedores. Cesaron tan rápidamete como comenzaron. Los vendedores se miraron extrañados entres sí y sin darle mas importancia comenzaron a pregonar sus mercancías a las amas de casa que ya inundaban la plaza, buscando siempre las mejores ofertas. Seguro tendrían un buen día.
Sin embargo, así como ellos disfrutaban la calidez del sol y el inicio de un nuevo día, las sombras se detenían frente a un templo medio derruido, materializándose en hombres de aspecto robusto y semblante preocupado.
-Entremos -ordenó uno, el que parecía ser el líder
-Irasshaimase(bienvenido) -saludó un monje sinto, dirigiéndose al hombre que antes había hablado - por aquí, los hemos estado esperando
El monje los escoltó a lo largo de un pasillo que aquel extraño grupo conocía ya demasiado bien, a lo largo de las paredes, trazadas de manera singular y con bellos colores, pinturas que representaban a la diosa Amaterasu, reina de los dioses, irguiéndose entre blancas nubes y rodeada de su real séquito; pequeños estantes que exhibían jarrones de porcelana china y japonesa, destacando las sutiles diferencias que había entre éstas.
Llegaron a una pieza decorada pobremente, sin mas muebles que una pequeña mesa sobre la cual una vela se quemaba al lado de unos papeles que parecían mapas del Japón. Dos personas se encontraban sentadas tras la mesa, el primero con ceño huraño pero por lo demás bastante normal, no como quien se situaba a su izquierda que infundía temor con solo verle: un gi celeste desgastado y una hakama azul marino, ambas le quedaban flojas, pero cortas de brazos y piernas, lo que dejaba al descubieto un traje ajustado al estilo ninja color negro, pero lo mas impactante era que portaba una grotesca y horrible máscara (con una especie de agujero enmedio de ésta por donde su largo pelo negro azulado caía libre) ocultando así su rostro. Era Kawada Token, el mejor espadachín y estratega del grupo Shinsen, además del miembro más joven, contando sólo con 16 años.
El grupo, conformado por siete hombres, entró y se sentó alrededor de la mesa, el monje hizo una reverencia y salió, corriendo la puerta de la habitación. Los siete esperaron expectantes, el silencio se hacía cada vez más mas profundo. Las dos personas que les recibieron, mantenían la cabeza baja, como preocupados. La expectación fue en aumento hasta que el que pareciera el líder, se atreviera a hablar.
-Suminasen -habló- demo ¿Querían vernos?
El hombre huraño los miró y solo asintió, volteó a mirar a su compañero y luego pasó su mirada a los recién llegados. Suspiró pesadamente y comenzó a hablar.
-Han sido llamados, para informarles que Akahori Hitoshi ha sido asesinado y los papeles que le fueron encomendados, con destino al Shogun, fueron robados
-¿Patriotas?
-Exacto -el hombre volvió a suspirar-. Esos papeles eran de suma importancia, tanto que pueden poner nuestro triunfo a colgar de un delgado hilo
-Estamos fritos
-Je, aún no Takejiro
-¿A que se refiere?
-Que podemos mandarles refuerzos a nuestros camaradas en Kyoto
-¿Una ayudadita? Me parece bien, despúes de todo, ellos deben enfrentarse a battousai
-Me agrada que pienses como yo, y por eso he decidido enviarlos a tí y a Kawada a Kyoto
-Si no le importa, señor -todos se sobresaltaron al escuchar la voz ronca de Kawada- pero me gustaría ir solo... regresar a la ciudad que me vió nacer
-Eso estaría bien, pero...
-Por lo demás, ha terminado el tiempo de prueba que debía realizar aquí antes de entrar definitivamente a sus fuerzas
-Por mi no hay problema señor -declaró Takejiro- pues aquí tengo a mi esposa y, la verdad, no me gustaría separarme de ella justo ahora que nos acabamos de casar
-Bueno... -el hombre huraño pareció pensárselo bien-. En ese caso, mandaré a Kawada solamente
-Arigato -murmuró Kawada antes de incorporarse y salir de la pieza
Kyoto(Kyoto), Japón
Una semana después
Una hermosa joven caminaba lentamente, atrayendo miradas masculinas, llevaba un hermoso kimono amarillo y su pelo negro azulado caía libre desde una coleta. Con ella llevaba una bolsa de viaje algo abultada y un largo objeto envuelto en tela morada que colgaba de su espalda. Se dirigió hacia un callejón y dobló a la derecha, por fin llegaba a su destino. El Aoiya, un restaurancito propiedad de sus hermanas.
-"La carta debió de haberles llegado ya" -pens
Se detuvo ante las puertas de madera y suspiró, después de estar ausente durante más de dos años, por fin regresaba, a su hogar... y a la tierra que la vió nacer.
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Hola, blue de nuevo al mando
¿Que tal les ha parecido este capítulo? Es una idea que tenía desde hace mucho, mucho tiempo -- el típico amor prohibido Jeje creo que por esto no es muy dificil saber la verdadera identidad de Kawada, o si??
He decidido que este fic va a ser, no sé, algo así como mi reto ya que yo quería hacer un fic con una trama oscura pero que tuviera espacio para el romance, además de SANGRE, hay muchas autoras, a las que he amenazado para que pongan algo trágico en sus fics, pero como todas tienen su carácter no se amilanan ante mis amenazas de cortarles la cabeza y siguen con su romance (no es que esté en contra de esto, no me maten) y además quería hacer este fic lo más realista posible, es decir respetando lo mas que pudiera la historia japonesa (así que si alguien pudiera decirme quien fue el último shogun les estaría muy agradecida, creo que es Tokugawa Yoshinobu... pero no me fío de mi capacidad investigadora)
Bueno basta ya de charla y si pudieran un review para saber su valiosa opinión... y tambien para saber si lo continuo todo depende de ustedes (oh! pero cuanta presión jajajaja)
Matta ne! . Blue ningyo
PD: Y si alguien sabe algo acerca del Shinsen-gumi (lo que sea, hasta el nombre de la mascota sera bien recibido) onegai!!!!! Es que soy una papa en historia (ni siquiera puedo arreglármelas con la de mi país)
weno, ciao!!
