CAPÍTULO 4: No más verdades a medias
Se palpó los bolsillos en busca de un mechero, pero como cabía esperar no encontró ninguno. Entonces cogió su varita decidido a encender la vela con ella. La agitó, y a punto estuvo de utilizarla cuando se le ocurrió que en la habitación de Dudley encontraría lo que necesitaba. 'Por una tontería así no me pienso arriesgar a que me expulsen'.
Regresó a su cuarto con los rugidos de su primo zumbando a su espalda.
—¡Cuando me deshaga de ese palito tuyo ya veremos quién se atreve a robar a quien!
Pero a Harry poco le importaban ya las amenazas de esa mole de carne. Además, a la mañana siguiente volvería con sus amigos y no tendría que ver a sus tíos en un año. Cerró la puerta, colocó una silla detrás y, muy a su pesar, corrió las cortinas de su ventana (ni siquiera podía permitir que Helena se enterara de lo más mínimo).
Encontró un pergamino de buen tamaño y en él escribió con letra nerviosa:
«A Dumbledore». Pero antes de dejar que se consumiera con la llama añadió más abajo: «¿Qué vi en cuarto curso en su pensadero?». Y con aire solemne lo quemó, quedándose asombrado al ver que no se producía ningún humo.
Al instante la llama de su flamma vocandi se alargó, emitiendo un hilo gris que recreaba la florida escritura de Dumbledore; decía:
«Viste, entre otras cosas, las declaraciones de Karkarov y la sentencia contra Crouch hijo.» Hubo una pausa y el mensaje continuó: «Harry, presta atención, pues el mensaje se convierte en virutas de humo en cuestión de segundos. Estoy en el cuartel general con gran parte de la Orden. Como "verás" el asunto es de máxima importancia y todos quieren conocer tu versión de primera mano.
Ha sido imposible evitar la filtración a la prensa, suponemos que habrán sido los propios mortífagos en un intento de hacerse propaganda: LORD VOLDEMORT MERODEA POR EL BARRIO MUGGLE QUE EN VERANO SIRVE DE RESIDENCIA A HARRY POTTER.
Podrás imaginar que el terror se ha adueñado del mundo mágico... muchos están ahora escondiendo sus túnicas, cambiando sus nombres y borrando a sus hijos de las listas del curso que viene. Hogwarts ha abierto sus puertas este verano para todos aquellos que todavía confíen en la seguridad del colegio. En mi opinión deberías partir hacia Hogsmeade ahora mismo, pero ya conoces a Molly. Ella y toda su familia están deseosos de verte, y tal vez lo que más necesites ahora sea un verdadero hogar. Antes de que preguntes nada, déjanos saber qué pasó exactamente.»
La mente de Harry trabajaba a marchas forzadas. Por un lado estaba el hecho de que la comunicación se disolvía con la facilidad de las palabras, y por el otro lado había demasiadas cosas que lo turbaban: ¿Voldemort ha estado aquí? ¿Los propios magos reniegan de su condición? ¿Mortífagos? ¿No estaban en Azkaban? ¿Por qué no han sido detenidos de nuevo? Con el pulso tembloroso Harry llevó la pluma al papel, pero no sabía qué poner exactamente.
«¿Sigues ahí?» Preguntó la letra de Lupin.
«¡¡¿Voldemort estuvo aquí?!! ¿No había nadie de guardia?» Se calmó para tomar aire. 'Muy bien, el único día que el Profeta trae algo más que hechizos antidementores y yo me quedo dormido...' pensó mientras escribía: «No sabía nada de eso. Por lo que a mí respecta ayer tan sólo tuve un mal sueño. Bueno, al final dejó de ser un sueño, porque Voldemort con la apariencia de Sirius intentó sonsacarme la profecía.»
Hubo una larga pausa. Harry supuso que el resto de la Orden se estaría preguntando cómo podía ser que conociera la profecía. Entonces se le hizo un nudo en el estómago, porque si Ron estaba leyendo esto sabría que a él y a Hermione les había estado mintiendo.
«¿Y le dijiste su contenido íntegro?»
«No, por suerte me despertó mi vecina en ese momento.» Quemó la esquina donde había escrito esto último y en un nuevo trozo anotó: «Ahora me gustaría que alguien me contara todo lo que sepáis.» Y dicho esto se sentó a esperar con los brazos cruzados. Al cabo de unos minutos pudo leer:
«Pasada medianoche los dementores volvieron a sublevarse. Esta vez no fue posible retenerlos, por lo que se dieron a la fuga con los mortífagos encarcelados. Rápidamente cundió la voz de alarma y Fudge convocó el estado de emergencia, lo que significa que un nuevo gobierno formado por los magos del Wizengamot tenemos el control político.»
Harry saltó de alegría al ver que lo que Dumbledore dijera ahora sería más que un mero consejo al ministro.
«Pero ya poco importa quien tome las decisiones, porque hay muy pocos dispuestos a cumplirlas. Verás, es difícil saber quiénes están en el bando de Voldemort, pero muy sencillo identificar a los que están en el nuestro. A esto hay que sumar que Voldemort vuelve a estar rodeado por sus más fieles seguidores. Fue así cómo requerimos toda la ayuda de los miembros aquella noche, quedándote tú con menos vigilancia. Diggle y Doge se encuentran en San Mungo en estado grave. Por lo que hemos podido deducir a través de la información de un testigo, Voldemort se hizo acompañar por dos mortífagos (posiblemente Rodolphus Lestrange y Lucius Malfoy), tres dementores y un nundu. Su propósito está más claro ahora que hemos hablado contigo, pues parece ser que tus progresos en Oclumancia han sido lo suficientemente buenos como para hacer que Voldemort necesitara acortar distancias en sus intentos de entrar en tu mente y conocer la profecía.»
«¿Qué es un nundu?»
«Eso es precisamente una de las cosas que más nos preocupan. El nundu es una criatura que durante la Edad Media fue considerada la más peligrosa del planeta; pero desde hace tres siglos se le había perdido la pista, por eso muchos piensan que es tan sólo un animal legendario del folclore africano. Tiene aspecto de felino y su aliento causa terribles enfermedades que, según los peores informes, pueden acabar con poblaciones enteras. Que esta criatura resurgiera después de tanto tiempo para servir de corcel a Voldemort... sólo puede significar que los seres ancestrales están siendo despertados. Harry, hay poderes ocultos bajo la tierra que duermen un sueño milenario. Los primeros magos los encerraron cerca del núcleo pensando que no habría forma de hacerlos regresar. Desde entonces el propósito de ciertos magos ha sido desenterrarlos, para ello acuden a bosques donde todavía perviven criaturas que fueron los testigos del mundo; o a los océanos, donde las criaturas del agua fingen vivir al margen de lo que ocurre en la superficie... La ignorancia de la comunidad mágica a este respecto se debe a nuestra necesidad de apartar lo que no entendemos, con la excusa de su incivilización o brutalidad. Lo peor es que son los magos oscuros quienes se encuentran más cercanos a las raíces de la magia que nosotros mismos, por mucho que algunos hayamos querido acercarnos y comprender. Nuestra misión ahora es impedir que sus alianzas se sigan extendiendo entre estos seres que desconocemos, a la vez que intentar entender estas fuerzas y ponerlas de nuestro lado. Tú eres el ejemplo de que la magia sin varita es posible y terriblemente eficaz, ya que la sangre de tu madre te protege del mal de Voldemort.
Bueno, basta de charlas por hoy, bastante Prehistoria de la Magia te espera en este curso. Nos vemos mañana.»
La vela se apagó con un chasquido dejando la habitación a oscuras.
Mientras Harry se comunicaba con la Orden del Fénix, en el número 2 de Privet Drive Helena aguardaba a que su padre regresara. Estaba sentada en la escalera leyendo El Profeta, que llegó por la mañana para Harry y que ella pagó con el dinero que vio en su mesilla. Cuando Abeforth entró en su casa, la puerta apenas se abrió al chocar contra las maletas y bolsas de deporte que había en la entrada.
—No hace falta que tú también intentes matarme.
—Muy bien, pues no hace falta que tú intentes evitar que lleve una vida normal... ¿qué digo normal? ¡Me conformaría con el simple hecho de tener una vida!
Abeforth tiró las llaves al suelo y se fue a la cocina con un portazo.
—¿Es que ni siquiera me merezco una explicación?
—Ya lo sabes— respondió mientras bebía leche y su rostro recobraba la calma—, ha habido un ataque en esta misma calle durante la noche. Ya no es un sitio seguro, mientras que el colegio de tu tío sí... ¿te parecen razones de peso?
—Me parece que te dejas algo en el tintero, como por ejemplo que quien-tú- sabes ha vuelto hace más de un año, que esa es la razón por la que hemos venido a Inglaterra, que el vecino es HARRY POTTER... —no podía contenerse, estaba furiosa con su padre.— ¿Y como me entero de esto? Cuando veo al ser más horripilante del mundo a lomos de un nundu, seguido por sus asquerosos cómplices.
—Así que has sido tú quién ha dado parte...
—Sí, porque tus queridos colegas de trabajo cayeron fulminados y tanto la señora Figg como los muggles se quedaron paralizados, como inconscientes, mientras las sombras oscurecían más que la noche.
—¿Le contaste eso a Albus?
—Sí y ambos estamos de acuerdo en que se trata de lethifolds.
Abeforth se sintió encoger. Sus ojos azules se empañaron y sólo acertó a taparse la cara con las manos.
—Papá, lo siento.— Helena sabía que en algunos puntos tenía razón, pero lo último que quería era hacerle daño a su padre.
—Yo sí que lo siento, Helena. Siento haberte dejado sola tanto tiempo, siento no haberte dado la oportunidad de elegir en qué mundo querías vivir, siento haberte arrancado de tus amigos muggles y traerte al lado de la magia que juré que jamás pisarías. Pero todo se está poniendo muy complicado.
—Lo sé— interrumpió.
—No podemos permanecer ajenos, la guerra es inminente. Pero te prometo que a partir de ahora lo sabrás todo. Y cuando esto acabe podrás elegir tu propio camino.
Horas más tarde padre e hija habían hecho las paces y se paseaban por el callejón Diagon. Si esa misma noche iba a viajar a Hogsmeade necesitaba cuanto antes ciertos artículos imprescindibles: túnicas, plumas, pergaminos, calderos, varita...
