Antes que nada quiero darles las gracias a todos los que han escrito reviews , porque me han animado muchísimo para seguir (no sé, a mí me parece que cada vez hago los capítulos más cortos).

XaYiDeLa MaS PiLLaDa: muchísimas gracias por seguir mi fic desde el capítulo 3, la cosa va un poco lenta y amenaza con ser una historia de chorrocientas partes... así que sigue dejando reviews!!

Especter: me alegro de que te guste aunque sea distinto. Sobre el pelo de Harry, ya es un poco tarde para ponérselo más largo... pero siempre le puedo cambiar el look a Malfoy!

GaRrY: lo de selectividad va francamente mal y me quedan como 15 días... así que ya estás dejando un review porque sino no sé que hago a las 3.40 de la mañana delante del ordenata ;)

Nelly Esp: muuuuuuuchas gracias, espero que este capítulo también te guste.

Sacralo: tienes razón con lo de que no dudaron que Harry fuera el niño de la profecía (es bastante obvio). Volví a leerlo y creo que lo que tendría que haber puesto sería algo del estilo: "lo que desconoce es que necesita matarme para ganar esta guerra". Thank you.

Lucumbus: me parece que no tendrás que esperar mucho para saber qué poderes tiene Helena (una semanita aprox.)

Lindalawen: la verdad es que no me esperaba que nadie más fuera a dejar un review porque, para cuando lo escribiste, mi fic ya llevaba más de un día y debía estar por la página dos... y me sentó de bien, que no te lo puedes imaginar. Sí que tiene que haber capítulos de transición... pero me temo que ya llevo unos 3 sin meter acción :-S Lo del nundu lo saqué de un diccionario que hay en harrylatino.com que es muy útil porque me ahorra horas de búsqueda; la flamma vocandi no sé como se me ocurrió, eso sí el nombre es deformación ¿profesional?


CAPÍTULO 6: 31 de Julio

Cuando Harry amaneció se encontró con que estaba solo en la habitación. El partido de Quidditch del día anterior resultó muy buena idea, pues logró que por unas horas dejara a un lado sus problemas. Al regresar a Grimmauld Place para la cena se encontraron con dos invitados de lujo: Dumbledore y Hagrid. La alegría de Harry fue inmensa.

Después de varios minutos desperezándose, se sacudió el sueño de encima y logró ver que, a los pies de su cama, había varios paquetes amontonados. 'Increíble, me he olvidado de mi propio cumpleaños. Bueno, peor hubiera sido que ellos no se hubieran acordado'.

Rasgó los envoltorios en un abrir y cerrar de ojos. Ron le había comprado un libro lleno de ilustraciones sobre aurores; Hermione una pluma a vuelapluma (para que tomara sus propios apuntes de Historia, decía una nota adjunta); la señora Weasley había preparado una tarta descomunal; Hagrid le había enviado varios kilos de un pienso fortificador para Hedwig (que tenía toda la pinta de ser de fabricación propia); Dobby un dibujo de Harry montando en escoba hecho con macarrones; Lupin y Tonks un libro de Olcumancia; Luna Lovegood una colección de números atrasados del Quisquilloso; y Dumbledore un estuche con recambios de primera para su Saeta de Fuego.

Encantado con sus regalos bajó a la cocina a toda prisa. Al entrar todos corearon ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! Dio las gracias uno por uno y se sentó a desayunar entre Ron y Hermione.

—¿Qué le pasa a Percy?— preguntó Ginny cuando lo vio entrar.

—Ayer se estuvo quejando de que no le dejábamos dormir.

—Así que decidimos ponerle unos tapones caseros en los oídos...

Y es que los gemelos habían probado con él su último invento: un crece- pelos de las orejas multicolor. No pudieron aguantar las risas. Lo mejor era que Percy no se había dado ni cuenta, y si no hubiera sido por su madre se habría ido a trabajar de esa guisa.

—Como si tuviera un trabajo muy importante— comentó Ron lo suficientemente alto como para que su hermano lo oyera.— Ahora que Crouch anda de un lado para otro con el Wizengamot no tiene tiempo para que Percy le haga la pelota.

—¿Y entonces qué hace?— preguntó Hermione en voz baja.

—Se dedica a ir casa por casa entregando guías de seguridad para el hogar— respondió George entre risas.— A nuestro prefecto más perfecto sólo le falta vender cuchillos a domicilio.

—Para cuando termine agosto estará suplicando que le dejemos quitar el polvo de la tienda.

Percy, que lo había oído todo, les envió una mirada asesina a sus tres hermanos pequeños y desapareció por la puerta con un enorme maletín. Al instante cuatro lechuzas entraron por una de las ventanas.

—¡Por fin, ya pensaba que no llegarían jamás!— gritó Hermione, que se puso tan nerviosa que no conseguía desprender el sobre de la pata del ave.

—Oh, no... —gruñó Ron— van a ser las notas de los TIMOs.

Pero los lamentos de Ron pronto se vieron acallados por los chillidos de alegría de su amiga.

— Aritmancia: extraordinario, Astronomía: extraordinario, Cuidado de las Criaturas Mágicas: extraordinario, Defensa contra las Artes Oscuras: supera las expectativas... oh, vaya.

—Sí, qué gran tragedia— dijo Ron.

—Encantamientos: extraordinario, Herbología: extraordinario, Historia de la Magia: supera las expectativas... ya sabía yo que me había dejado algo en el tinterio... Pociones: extraordinario, Runas: aceptable... ¡lo sabía! Transformaciones: extraordinario.

—¡Hermione, enhorabuena! Esas deben ser las mejores calificaciones en siglos.—dijo Tonks.

—No, aquí dice que son las mejores en cuatro años.

—Adivino quién fue ese cerebrín— murmuró Fred.

Todos felicitaron a Hermione, menos Ron y Harry que estaban petrificados mirando cómo las lechuzas se cansaban de extenderles las patas.

—Ron, Harry, abrid los vuestros.

Los dos se miraron con cara de terror. Tragaron saliva y lentamente abrieron sus notas.

—El colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se complace de hacerle llegar las calificaciones de los TIMOs, y pide perdón en nombre del Ministerio por haber tardado tanto en las correcciones— a Harry le temblaba la voz; su futuro dependía de ese pergamino, así que cogió aire y leyó:— Adivinación: insatisfactorio.

—Yo también—dijo Ron, que se había escondido detrás del boletín.

—Astronomía: insatisfactorio. No me extraña, fue la noche en la que intentaron detener a Hagrid y aturdieron a McGonagal.

—Yo un aceptable— pero Ron no se atrevió a sonreír al ver que su amigo se estaba preocupando.

—En Cuidado de las Criaturas Mágicas: supera las expectativas.

—Y yo.

—Defensa Contra las Artes Oscuras: extraordinario.

—Yo un aceptable.

—Encantamientos: aceptable.

—¡Yo también! Pensaba que iba a sacar un trol en esa...

—No exageres— le dijo Hermione, que ya había calmado un poco su euforia.

—Herbología: extraordinario.

—Aceotable.

—Historia de la Magia: desastroso... me parece que tu regalo lo voy a tener que emplear en otras asignaturas, Hermione.

—A mí me han puesto un aceptable.

—Pociones... ¿¡EXTRAORDINARIO?! Imposible. No puede ser...

—Harry, yo tengo otro extraordinaro.

Los dos se abrazaron y saltaron tirando varios platos.

—A lo mejor McGonagal ha cumplido su promesa de que conseguiría hacerme auror aunque fuera lo último que hiciera en la vida.

—Pues entonces sólo se me ocurre que haya ido al Ministerio y le haya hecho a alguien un buen... —y Ron dijo algo que escandalizó a su madre, que por desgracia estaba presente y que le castigó a un mes sin postre.

—¿Tan difícil es pensar que simplemente os salió muy bien?— preguntó Arthur, quien esa mañana llegaría tarde al trabajo. Le bastó como respuesta la mirada incrédula de su hijo.

—Y Transformaciones: extraordinario.

—¡Y yo!


Fue un gran día de celebraciones, entre el cumpleaños de Harry, los resultados de los TIMOs, el nombramiento de Ginny como prefecta y el de Harry como capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor. Así que, con la excusa de comprar los libros para el siguiente curso, los cuatro se fueron de paseo al callejón Diagon (seguidos no muy de lejos por Ojoloco Moody y Mundungus). Harry no escatimó en medios, tras hacer una parada en Gringotts, invitó a sus amigos en la heladería Florean Fortescue a tomar helado hasta reventar y luego en el Caldero Chorreante a unas cervezas de mantequilla bien fresquitas.

—Otra vez no... por favor.

—¿Qué te pasa ahora, Ron?— preguntó Hermione.

—Que acabo de leer que este año volvemos a necesitar túnicas de gala.

—¿Y qué? Fred y George te regalaron una muy bonita— dijo Ginny.

—No, lo malo es que no sabemos qué nos tiene preparado Dumbledore esta vez... y yo creo que no podría soportar otro baile más.

—¿Tan mal te fue con Padma Patil?

—Ya sabes que fue... no, qué vas a saber, si estabas en tu mundo de golosinas con Vicky.

—No le llames así.

—¿Esos no son Dean y Seamus?— preguntó Harry con la esperanza de que esto les distrajera de su discusión.

Pero a la que más pareció interesarle fue a Ginny, que se levantó rápidamente, los llamó con la mano y se acercó hacia ellos con una sonrisa enorme en la cara.

—¿Están saliendo ya?— dijo Harry.

—No, como no se han visto mucho es más bien algo informal.

—¡Pero bueno, que estáis hablando de mi hermana!

Hermione puso los ojos en blanco y con tal de no oír a Ron quejarse más, se levantó para saludar a sus compañeros de casa.

—¿Qué les pasa a las mujeres que se están volviendo locas?

Pero Harry no tenía ninguna respuesta que darle a su amigo. Entonces se acordó de que no le había dejado ninguna nota a Helena diciéndole que se iba.

—Y ya no la veré hasta el verano que viene...— comentó en voz alta.

—¿Qué dices?

—Me había olvidado de Helena. Hoy sin falta mandaré a Hedwig a hacerle una visita.

—¿Pero qué dices? Es una muggle, ¿no crees que sospechará si una lechuza le lleva una carta?

—Si ya se conocen, Ron. Además, su padre también utilizaba lechuzas para enviar el correo.

—Pensaba que era algo exclusivo de los magos... ¿no será bruja?

—¿Bruja? No, su casa es de lo más muggle y normal. Me habría dado cuenta.

—¿Es que no vais a saludarnos?— preguntó Seamus al ver que no se acercaban.

Estuvieron un rato hablando sobre lo que estaba pasando con Voldemort, y como no, interrogaron a Harry sobre lo sucedido hacía pocas noches. Pero él no tenía ganas de contar su sueño ni nada de lo que ocurrió y Hermione, que se dio cuenta de lo incómodo que estaba, se despidió diciéndoles que tenían todavía mucho que comprar. Sin embargo, Ginny no quería separarse de Dean, por lo que quedaron en ese mismo lugar al cabo de dos horas. Por muy poca gracia que le hiciera a Ron, no se atrevió a decir nada delante de su compañero de cuarto (ya hablarían durante el curso, pensó).
A Ron y Hermione, que estaban leyendo la lista de libros, les extrañó ver que tenían una asignatura nueva, Prehistoria de la Magia.

—Cuando hablé con Dumbledore me lo mencionó — Harry se acercó más a sus amigos, para que nadie pudiera oírlos—, dice que el mundo mágico debería saber más sobre las raíces de la magia, y que en eso los magos oscuros nos llevan la delantera... parece que está intentado poner fin a eso.

—Me parece genial— dijo Hermione—. Por cierto, Harry, todavía no nos has enseñado esa flamma vocandi. He leído que son unos objetos muy valiosos.

—Y todavía no nos has hablado de tu vecina.

—¡Es verdad!— Hermione parecía ilusionadísima— ¿Ha pasado algo... interesante?

—Pues en realidad...

—Me ha dicho que hoy pensaba escribirle una carta. Así me gusta, superando el trauma de Cho. Hay que ver que chica más rara.

—Bueno, estáis los dos muy marujones.

Ante semejante interrogatorio, a Harry no le quedó más que contarles cómo había sido su verano con Helena. Les habló del lago, de su espontaneidad, del amigo celoso de España, de lo simpática que era, de que estuvo ayudándole la noche en la que Voldemort se coló en sus sueños, que se durmió acurrucada a su lado... Cuando terminó de hablar, ambos le miraban con caras sonrientes.

—¿Por qué me miráis así? Si no la voy a ver hasta dentro de un año. Volvamos al mundo real y compremos el libro de Prehistoria.

—Sí, además Obscurus Books nos queda de paso, nos vendría bien tener un libro sobre seres fantásticos ancestrales.
Regresaron exhaustos y cargados de bolsas, menos Ginny que aunque era la que más bultos llevaba (pues le habían dado dinero para que se comprara una escoba como regalo por ser prefecta) estaba contentísima tras esas dos horas con Dean.

Aquella noche sólo estaban la familia Weasly, Harry y Hermione en el cuartel general. Cuando Percy volvió del trabajo, Fred y George se llevaron una gran alegría, ya que su nuevo sortilegio había vuelto a hacer efecto al cabo de unas horas.

—Mañana lo pondremos a la venta con un pack especial de oferta: «Compra ahora tus píldoras diarreicas con olor a vómito y llévate el crece-pelos de regalo»

Después de la cena, los tres se atrincheraron en la habitación para ver la vela de la Orden del Fénix y buscar en la enciclopedia de "Criaturas ancestrales de la A a la Z" qué eran los lethifolds, pues durante la reunión del día anterior pudieron oír con las orejas extensibles que Dumbledore los nombraba con cierto temor.

—«Lethifold: ser originario de climas subtropicales.—leyó Hermione en voz alta— También conocido como "mortaja viviente" debido a su forma, parecida a un manto negro, de no más de un centímetro de espesor cuando no ha comido. Se desplaza arrastrándose y siempre lo hace de noche. El único encantamiento que puede funcionar contra estos extraños seres que no dejan huellas tras digerir a sus presas es el patronus». Qué suerte que aprendimos a realizarlos el curso pasado. Pero aún así son aterradores, aquí vienen calificados con cinco calaveras.

Los tres se estremecieron.

—Tal vez fueron esas cosas las que atacaron a los dos que estaban de guardia.—sugirió Harry.

Hermione se fue pronto a su habitación. Sin duda estaba cansada y se moría por saber qué novedades tenía Ginny que contarle. Harry le preguntó a Ron que si le importaba que dejara una luz para poder escribir mientras él dormía.

—Claro que no, hombre. Y esfuérzate, a ver si esta vez sale mejor.

'No te enteras, Ron. No hay nada que hacer, somos de dos mundos distintos. Y tan sólo voy a escribirla para que sepa que estoy bien y que la echo de menos... y más que lo har', pensó Harry para sus adentros.

Querida Helena:
Siento haberme ido sin despedirme y sin haber probado ese bizcocho
de limón. Vinieron a recogerme a primera hora de la mañana, y con
las prisas no pude dejarte ninguna nota.
Estoy ahora en casa de mi amigo Ron, con toda su familia y
Hermione, que ha sacado unas notas impresionantes en los exámenes
de junio. Yo he suspendido dos asignaturas, así que el curso que
viene tendré menos horas de clase, pero en el resto he sacado
buenas calificaciones.
Hoy ha sido un día estupendo ¡me han nombrado capitán del equipo de
jockey sobre hierba de mi colegio! Y además ha sido mi cumpleaños.
¿Cómo vas estudiando? Seguro que no vas a tener ningún problema
para ponerte al día.
Espero verte el verano que viene.

Besos de tu vecino (que te echa de menos),
Harry

PD: Dale recuerdos al gran Dud como tu sabes.