CAPÍTULO 10: Confesiones y disculpas
—... la mantícora es una criatura sumamente peligrosa y de extraña complexión, pues posee cabeza de hombre, cuerpo de león y cola de escorpión. Estas bestias se han hallado siempre en las costas griegas, donde...
Lupin recitaba lentamente, con la intención de que sus alumnos tomaran notas de cuanto decía. Pero no todos le prestaban atención. Era su primera clase del curso, lucía una de sus típicas túnicas raídas y en su semblante se podía ver el cansancio de las noches de luna llena.
Incomprensiblemente, Harry no le escuchaba, no podía. Era su profesor favorito, su amigo, el adulto que más había estado a su lado aparte de Sirius... y ahora sus palabras no lograban atravesar la espesura de sus pensamientos. Su mundo estaba concentrado en las manchas de tinta de la mano de Helena, en el rojo de sus mejillas que aumentaba cada vez que la pluma crujía bajo sus dedos, en el bolígrafo que sacaba a hurtadillas de su mochila cuando creía que nadie miraba...
Aquella mañana, cuando Ron lidiaba con la corbata mientras un espléndido día se despertaba, Harry puso de nuevo los pies sobre la tierra. ¿Podría fingir un minuto más que no había visto nada, que Helena antes de entrar en su vida no tenía pasado, que Malfoy tan sólo le daba clases de Pociones?
No, no podría hacerlo.
—¿Piensas bajar así a desayunar?— le preguntó Ron cuando el resto de sus compañeros ya estaban de camino al Gran Comedor.— Hermione y yo teníamos miedo de que pasara esto y Snape volviera a dejarte sin fuerzas... mira, por mucho que ella diga, sigo sin fiarme de él.
—Ron— dijo Harry, con la intención de contarle por qué Snape estaba sin duda de su lado.
—Ya sé que Dumbledore sí confía en él, pero después de lo que pasó a finales de curso, quién no te dice que...
—Ron, ¡RON!— por fin captó su atención— Hermione tiene razón y Dumbledore también.
Harry empezó por contarle que Snape ya no era su profesor de Oclumancia, sino que el director creía conveniente que fuera su sobrina quien le enseñara a defender su mente. A Ron no se le ocurrió preguntar cómo era posible que alguien de su edad tuviera la experiencia suficiente como para dominar una disciplina tan oscura como la Legeremancia. Pero a Hermione sí, quien entró como una exhalación en el cuarto de los chicos con una servilleta alrededor de varias tostadas.
—No puede ser cierto— afirmó cuando Harry les hubo relatado todo.
Ron parecía no poder mantenerse sentado y con la boca cerrada al mismo tiempo. Ambos le miraron como esperando a que añadiera algo más, pero Harry estaba concentrado en comer a pesar de que su estómago se negaba a ingerir nada.
—¿Y ella sabe que lo sabes?— preguntó Hermione
—Ni idea, ayer cuando salimos de la enfermería todo fue tan... normal...
No dijeron una palabra más. Hermione se contuvo de hacer conjeturas en alto sobre el siniestro ritual de sangre, a la vez que Ron se preguntaba por qué el Sombrero Seleccionador no la había puesto en Slytherin. En cambio, Harry no dejaba de darle vueltas al mismo pensamiento, tal vez el más insulso y trivial de todos los que le rondaban... ¿Habían pasado la noche juntos? ¿Abrazados? ¿Igual que cuando Helena durmió con él la noche del ataque? Sacudió la cabeza intentando alejar de sí todas esas preguntas mientras se encaminaban a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Al entrar se dispuso a sentarse en el banco de la primera fila, que como siempre era el último en ocuparse, pero Hermione le empujó desde atrás y siguieron avanzando hasta el final del aula, donde había tres sitios vacíos, uno de ellos junto a Helena.
—Harry, lo que no puedes hacer ahora es evitarla. No debe estar pasando por un buen momento, eres el único al que conoce...— Hermione no terminó la frase, Lupin acababa de mandarlos sentar a todos, pero Harry sabía que ese consejo, como todos los de Hermione, sería bastante acertado. Ella sí que le conocía bien y estaba claro que no quería que metiera la pata con Helena. Aunque se equivocaba en algo, tal vez Harry no fuera la persona más cercana a la joven Dumbledore, y eso le llenaba de frustración.
Se saludaron en silencio y enseguida la mirada de Helena se perdió entre los apuntes y el cansancio de llevar varias horas despierta.
—... donde las mantícoras se agrupan en pequeños grupos para garantizar su supervivencia. Uno de los datos más destacados es que su piel las protege de la mayor parte de los encantamientos. Sin duda, los investigadores todavía no han encontrado una forma directa de anular a estas criaturas, nosotros emplearemos el método clásico...
Miró su pergamino y apenas había escrito dos frases enteras. Entonces vio como la mano de Helena, cubierta de manchas azules, dejaba con rapidez una nota sobre su mesa.
«Tengo un extraño presentimiento, sé que no es el momento ni el modo, pero no puedo esperar a que acabe la clase para preguntártelo... Cuando me quedé inconsciente, ¿viste algo?»
Harry se mordió el labio inferior y leyó varias veces la nota. No quería levantar la mirada, sabía que ella esperaría una respuesta y él no sabía cómo debía dársela. De ninguna manera pensaba ocultarle lo que sabía, pues era él quien había irrumpido en sus recuerdos sin permiso, violando su intimidad, conociendo su secreto...
«Sí» escribió con mano temblorosa.
El corazón se le aceleró a la par que sus rodillas temblaban bajo la túnica.
«Era un recuerdo de...» su mano se movía lentamente sobre el pergamino, intentó trazar letras firmes y seguras, pero al oír que Helena tragaba con dificultad perdió el aplomo.
—No quería verlo— susurró girándose hacia ella, Helena palideció— Sonará absurdo pero, al igual que no sé entrar en las mentes, tampoco sé salir... Como cuando Snape me encontró en el pensadero el curso pasado...— pero no pudo seguir, la respiración de Helena se había vuelto entrecortada y parecía no escucharlo.
—¿Qué-q-qué fue...— los labios le temblaban y la voz se le quebraba— qué viste?
—Pues— a Harry le entró el pánico, no sabía cómo iba a reaccionar, sin poder controlarse comenzó a hablar rápidamente— vi lo que ocurrió el pasado viernes, es decir, que sé lo de tu cicatriz, y lo de Malfoy... y, y también que Snape es tu padrino, y lo de tu madre y tu secuestro y lo de la sangre...
—¿Qué está pasando ahí atrás, Harry?—Lupin no pudo pasar por alto ni un minuto más que su mejor alumno estuviera distraído.
—¡¿QUÉ?!— preguntó Harry en un tono demasiado elevado, se había olvidado por completo de dónde estaban.
—Harry—Lupin se acercó a su mesa con la intención de que sólo le oyera él— me parece cuestionable que no estés atento en las clases, pero que te pongas a hablar mientras yo explico es intolerable—dijo con un tono que no era tan severo como el profesor hubiera querido; miró a Helena durante unos instantes y luego continuó:— Si vuelve a ocurrir, no volveréis a sentaros juntos ¿entendido?
Cuando acabó la clase, Harry y Helena fueron los primeros en salir. Harry no cruzó ni una mirada con el profesor, cogió a Helena de la manga y la llevó a un lugar poco transitado del pasillo. Ella seguía con la misma expresión de sorpresa y terror, intentó decir algo, pero sólo logró abrir y cerrar la boca después. Harry tenía en la mente miles de frases que decirle y que no podía escribir en una nota bajo la mirada vigilante de Lupin. De forma automática se llevó la mano a la cabeza y revolvió su pelo, se sorprendió a sí mismo en medio de ese gesto heredado mientras pensaba detenidamente en lo que iba a decir.
—Siento mucho lo que pasó, lo que hice es algo horrible, pero ahora que... que sé lo que mantenías en secreto no voy a hacer como si no hubiera pasado nada, porque... porque comprendo lo que es sentirse sucio, sentir que dentro de ti hay una lado que no puedes controlar, que no lo identificas como parte de ti y que además representa todo cuanto odias.— respiró aliviado al ver que sus facciones se relajaban y que volvía a mirarle a los ojos— Y cuando te repudias a ti mismo por lo que otros han hecho de ti, sólo hay una cosa que puede salvarte de que acabes con todo y contigo—dio un paso hacia ella ajeno al alboroto de las aulas, pensó en abrazarla, en sostener su mano, en tocar su hombro... pero todo le parecía muy arriesgado, no sabía dónde había dejado el coraje esa mañana.
—¿El qué?— preguntó en un hilo de voz
Harry sonrió.
— Pues, saber que hay gente que no sólo no te ve como un ser despreciable, sino que además se empeña en estar a tu lado...—sintió cómo sus mejías comenzaban a enrojecer, agachó la cabeza fingiendo que miraba sus zapatos— muchas veces me he sentido así, y Ron y Hermione me han salvado, han sido mi única prueba de que seguía siendo yo, Harry a secas.
Helena no pudo ahogar un suspiro. Tenía infinidad de lágrimas enredadas en las pestañas.
—Tú ya me has salvado. El Sombrero Seleccionador dudaba, no sabía a qué casa enviarme, y cuando se enteró de que éramos amigos no tardó ni un segundo en decidirse. Me has dado la oportunidad de ser algo más que una bruja con demasiadas habilidades para las Artes Oscuras. Gracias. Aunque es... da miedo que sepas tan bien cómo me siento.—Harry le miró asustado— Pero no es malo, supongo. La verdad es que tú me has contado muchos detalles de tu vida que son muy... y en cambio yo, no me había sincerado tanto contigo.
—De verdad que lo siento.
—No te preocupes, así me ahorro el mal trago de contártelo.
Una tos fingida de Ron les advirtió de que llegaban tarde a su siguiente clase.
—Pensaba que Andrew y Jack seguirían siendo golpeadores este año, no lo hacían tan mal, ¿no?— preguntó Hermione.
—Desde el principio dejaron claro que preferían ser cazadores—respondió Ron.
—Sí, supongo que mañana tendremos que buscar al tercer cazador.
—¡Hermione, podrías presentarte!— exclamó Ron.
Ambos rieron y ella les miró con cara de pocos amigos, el Quidditch era de lo único que no dominaba.
—La que sí se va a presentar es Ginny— dijo ella.
—Sí, pero le he pedido que viniera a las pruebas de hoy para ayudarnos.
—Ya verás, menudo gancho de derecha tiene mi hermana.
Cuando llegaron al campo de quidditch se encontraron con un enjambre de alumnos, escobas y bludgers. Los únicos que se encontraban en las gradas eran Jack y Andrew y un grupo de niñas de segundo curso que se llevaron las manos a la boca cuando vieron llegar a Harry.
—Esto ha tenido demasiado éxito, vamos a tardar años en encontrar a los golpeadores— dijo Andrew.
Harry sacó un silbato, que había comprado ese verano tras enterarse de que sería el nuevo capitán de su casa, y logró que todos desmontaran sus escobas y formaran una fila. Echó un vistazo a los aspirantes, la mayoría eran alumnos robustos de séptimo.
—Hola a todos y gracias por venir— dijo Harry sin titubear, por lo visto las clases del ED del curso pasado le habían ayudado mucho con el autoestima—. Como sabéis estamos buscando a dos golpeadores, a ser posible de la misma altura y peso y que sepan compenetrarse— al oír esto comenzaron a cuchichear y a buscarse parejas según la estatura— Creo que Fred y George eran tan buenos porque siempre sabían a por quién iba el otro, volaban a la misma velocidad y se sincronizaban a la perfección. Tal vez esas cualidades sean más importantes que la fuerza bruta. Bien, lo que vamos a hacer es ir probando uno por uno, Ginny volará con vosotros y lo que tenéis que hacer es proteger a Andrew— éste saludó con la mano— e intentar atacar a Jack— por detrás de su espalda Harry escuchó un quejido— .Ella hará de oponente.
La mayoría de los de séptimo resultaron ser demasiado torpes con la escoba. Harry los desechaba enseguida, pero Ron siempre decía de todos que con entrenamiento mejorarían mucho, tal vez tanto como él lo había hecho. Victoria Frobisher resultó ser muy rápida pero con poca fuerza, en cambio Geoffrey Hooper estuvo a punto de derribar a Jack de su escoba. Por otro lado, a los que eran más pequeños les faltaba concentración, a muchos les pasó que confundían a Jack y a Andrew entre sí o que no se daban cuenta de los ataques de Ginny y eran incapaces de proteger a su cazador. Harry empezaba a desesperarse, llevaban una hora y sólo habían encontrado a uno que valiera la pena.
—Bueno— le comentó a Ron— si no encontramos a nadie más siempre podemos pedirle a Ginny que juegue como golpeadora, está haciendo unos pases dignos de la admiración de tus hermanos.
—¿Y qué pasa con todo ese rollo de emparejarlos por tamaños? En fin, Hooper pesa como tres Ginnys.
Harry se encogió de hombros.
—Todavía no hemos terminado.—se levantó y gritó al cielo— ¡Colin, ya puedes parar, muchas gracias!
—Se le da mejor la fotografía—dijo Ron—. Por cierto, mira quién es la siguiente.
Helena se acercó a ellos escoba en mano.
—Hola—dijo nerviosa—. No me miréis así, yo también quiero intentarlo... los últimos que han pasado me han subido la moral.
El delgado alumno de quinto se bajó de la escoba con la tez pálida, le dio el bate a Helena y salió corriendo agarrándose el estómago.
—Mucha suerte— gritó Hermione desde las gradas— ¿Qué? ¿A que no os lo esperabais?
Helena se elevó con rapidez. Una vez arriba no le dio tiempo ni a saludar a Ginny, una bludger iba directa a su cabeza. La esquivó a tiempo y consiguió golpearla por detrás y mandarla directamente a donde Jack estaba. Ginny se interpuso en su trayectoria y la golpeó en dirección a Andrew. Helena se agarró fuertemente a su escoba y aumentó la velocidad, la bludger se acercaba hacia él peligrosamente. Andrew se agachó sobre su escoba para evitar el golpe, pero resultó innecesario pues Helena pudo desviarla con fuerza.
—No lo hace nada mal— dijo Ron mientras todos estaban pendientes del vuelo de las dos chicas.
—¿Queda alguien más?— preguntó Harry; Lavander levantó la mano.
—Pero da igual, a mí esto se me da fatal.— intentaron convencerla para que probara pero terminó por irse.
—Vale, ya hemos terminado de momento. Atrapad la bludger y bajad.
—Bueno, ¿qué tal lo he hecho?— preguntó Helena, que fue la primera en desmontar.
Harry miró a sus compañeros de equipo y luego afirmó con la cabeza.
—Hooper y tú habéis hecho un gran trabajo, pero vuestra forma de jugar es bien distinta. Si a Ginny y a ti no os importa— dijo refiriéndose a Hooper— tú podrías ser el cazador que nos faltaba y Ginny ser golpeadora con Helena.
Helena ahogó un chillido de alegría, pero no pudo evitar ponerse a saltar.
—De acuerdo— respondieron Ginny y Hooper.
Harry les dejó media hora de descanso, después pensaba poner su nuevo equipo a jugar para ver qué tal funcionaban todos juntos.
—¿Qué escoba tienes?— le preguntó Ginny a Helena.
—Una Nimbifer último modelo.
—¡Yo también!
Ambas se miraron sonrientes.
—¿Cómo haces para que se mantenga a máxima velocidad?
—Me costó mucho conseguirlo, el truco está en equilibrarla... es lo malo de esta marca, que siempre te escurres para atrás.
Puf, este capítulo me ha costado bastante. Los dos anteriores eran tan largos e importantes que meter en este la misma intensidad era imposible. Pero ¡ya está hecho! Tengo bastantes ideas para los próximos capítulos-- es increíble que haya conseguido preveerlos un poco ¡sobre todo cuando la trama se me ocurre en sueños! Qué productiva es la hora de la siesta-- lo que significaría que podría actualizar pronto, sino fuera por el pequeño inconveniente de que me voy de viaje un mes... pongo esto porque no quiero que os olvidéis de mi fic, le estoy poniendo mucho empeño y sé que no es gran cosa, pero cuando publiqué el último capítulo los reviews tardaron en llegar y tal vez me esperaba que los lectores "asiduos" también dejaran algún comentario...
Nelly Esp: aquí los tienes hablando y en plena armonía :p esa ha sido la parte más difícil, porque todavía están en el segundo día de clase y un abrazo de más podría ser peligroso ¡y mi Harry es terriblemente cursi! eso es un problema
Lladruc: como siempre MIL GRACIAS. Sip, pobre Helena, ni Harry le gana en traumas infantiles.
Gran Patronus: por Merlín! qué delicia de review. Me hiciste feliz, en serio. ¿Te gusta Helena? genial, porque como ves el FF va muuuuuucho sobre ella y sí, Malfoy también tiene su papel en la historia... ¿qué os pasa a todos con él? de momento no ha hecho nada, que sepamos, que sepa (eh! Blondie, qué te traes entre manos?). Sobre el recuerdo prohibido de Harry... eh, no quería que quedara muy basto pero aún así mi beta me echó a los leones, pero en mi defensa tengo que añadir: ¡tienen 16 años! ¡y tb tienen hormonas!
Una última cosa, que me vaya no significa que no pueda entrar en mi correo, así que POR FAVOR, SI TE TOPAS CON ESTE FIC, DEJA REVIEW (aunque sólo sean insultos, necesito saber que alguien lo lee)A TI NO TE CUESTA NADA Y PARA MÍ LO SIGNIFICAN TODO.
