Y otra vez cambié un poco la historia xD
Es una costumbre mía con pokemon destine cambiarla (para mejor U), pero no se preocupen, que esta es la última vez, para que no se pongan histéricos y me linchen, así que aquí va otra vez.
Pokemon Destine
Era de noche en el pequeño pueblo primavera, ubicado a orillas del lago que daba a la caverna de la victoria. Ni una sola alma caminaba por entre las oscuras y pocas calles del pueblito y ninguna casa se veía iluminada, salvo una pequeña casa rojiza ubicada cerca del lago, en la cual, aún se podía ver luz desde una habitación.
Dentro de ella, una chica descalza de unos 13 años, cabello castaño oscuro y ojos castaño claro vestida con una falda negra corta y una especie de poleron rojo el cual le dejaba descubiertos los hombros pero le tapaba el cuello con una especie de cuello sobrepuesto estaba tirada encima de un lapras de peluche gigante viendo televisión.
-¡¡Esta batalla es increíble, los dos mejores entrenadores pokemon del mundo, aquí, luchando cara a cara por el gran premio, de seguro esta será la batalla más importante de la historia!!, ¿No lo crees Techt?
- Así es Taylor, por muchos meses se había esperado esta batalla, el legendario entrenador dragón, Lance, contra la misteriosa pero poderosa novata que en un año se volvió la mejor entrenadora del mundo, Tsukamori Sasaki
- Y al ver esta pelea puedo darme cuenta de por que todos le temen a sus pokemons, sobre todo a ese vaporeon, de seguro sobrepasa el nivel 100
- Así es, ¡¡oohhh!!, ¡Y miren, el vaporeon de Tsukamori ha dado de lleno en el dragonair de Lance dejándolo fuera de combate en... ¡MENOS DE 5 MINUTOS!, ESTO ES INCREÍBLE FANÁTICOS, UN NUEVO RECORD, POR PRIMERA VEZ UN ENTRENADOR AH...
- Nuria, hija, ¿no crees que ya es hora de que vallas a dormir?
La voz cansada pero fuerte de su madre se escuchó en la habitación de Nuria mientras entraba para reprocharla
- Cariño, ya es la una de la mañana y debes levantarte temprano para cumplir con el encargo del profesor Utsugi
- Pero si estoy de vacaciones, merezco acostarme a la hora que quiera
- Pero no puedes, ¡debes de acostarte ahora!
- Está bien, en un segundo, pero si yo debo acostarme, ¿Por qué papá puede seguir en la computadora, si sabes que no está haciendo nada de provecho?
- Pues porque tu padre tiene 42 años y tú solo 13, por eso
- ...está bien, me acostaré enseguida.
- Buenas noches cariño
- Buenas noches mamá
La madre de Nuria se retiró del pequeño cuarto de su hija muerta de sueño y unos segundos después de su retirada, Nuria se levantó de su lapras de peluche y se comenzó a desvestir para ponerse su piyama, mientras se preparaba para dormir alegaba
- Es injusto, yo soy quien está de vacaciones, tengo derecho a permanecer despierta hasta la hora que quiera...
Nuria siguió refunfuñando hasta que se acostó y dijo mientras apagaba el televisor.
- Algún día... seré como aquella entrenadora pokemon... como desearía... poder haber sido Tsukamori...
Cap. 1
El comienzo del viaje
- ¿Dónde estoy?, todo es tan... tan familiar
El lugar era una especie de bosque azulino en el cual, ni un solo rayo de luz solar podía iluminar la misteriosa isla de cristal y hierva cubierta por extraños árboles de estos materiales, solo se podía ver, gracias al brillo de los extraños cristales-plantas del lugar
- Que extraño es todo, se ve tan abandonado, como... como si fuese la mente de alguien... - dijo Nuria bajando un poco la voz en las últimas palabras
Un instante después, los pensamientos de Nuria fueron dejados de lado a causa de un extraño ruido de pisadas
- Alguien viene... ¿será un pokemon?
Poco a poco, el ruido de las pisadas comenzó a sentirse cada vez más cercano.
- Está cerca...
En el momento en que Nuria dijo eso, sintió algo extraño tras ella y al voltearse vio la extraña y magnífica silueta de un pokemon gigante
-¿Quién eres tú?
El misterioso pokemon observó a Nuria lentamente
Tú eres...Al decir Nuria esas palabras, dio un paso en dirección al misterioso pokemon, el cual, antes de que Nuria pudiera casi darse cuenta, ya había emprendido la retirada
-¡¡Espera, no te vallas!!- Gritó Nuria, que comenzó a perseguir al veloz pokemon
El pokemon corría a una velocidad tremenda y casi sin esfuerzo alguno saltaba cualquier obstáculo que se pusiera en su camino, al contrario de Nuria, que se tardaba horas en alcanzarlo, pero por alguna razón, siempre lograba pillarlo hasta que finalmente, el pokemon se detuvo ante un lago al que le echó una mirada después de mirar a Nuria en señal de que se acercara a mirar.
Nuria siguió las indicaciones del pokemon y, después de haberse acercado lentamente al lago un tanto asustada, se agachó para observar lo que en el había
- Es solo mi reflejo, pero... se ve un poco diferente... ¿¡ah!?- Nuria quedó impactada al ver como poco a poco el misterioso pokemon desaparecía enfrente a ella
-¡¡¡NO, NO TE VALLAS!!!, ¡AAAHH!- gritó Nuria cuando trató de tocar al extraño pokemon y fue agarrada por la mano de su reflejo, la cual la lanzó al agua y la hundió justo en el momento en que Nuria se despertó
-¡AH!...todo fue un sueño?... - dijo Nuria, que se volteó a mirar el reloj rojo que tenía a su lado para luego volver a echar la cabeza sobre la almohada y quedarse dormida, hasta que, habiendo hecho esto y pensando en la hora, recordó lo que le había dicho su madre la noche anterior
- ´´Recuerda que mañana debes ir a la casa del profesor Utsugi, que tú le aceptaste ir temprano para su laboratorio a hacerle un encargo-
- Es verdad... prometí ir temprano... - apenas dijo eso, se tiró encima de la cama por unos segundos hasta que decidió levantarse y ponerse su ropa habitual para ir al laboratorio del profesor Utsugi.
- Buenos días- saludó Nuria a sus padres mientras salía de su habitación arreglándose la polera
- Buenos días Nuria- dijeron dulcemente sus padres los cuales estaban acostados viendo una película debido a que era domingo en la mañana y siempre descansaban a esa hora, sobre todo ahora que Nuria estaba de vacaciones y no debía hacer nada para el día siguiente
-¿cómo amaneciste?- dijo la madre de Nuria
- Muy bien, iré Al laboratorio del profesor Utsugi para que me diga para que me necesita-
- ¿Pero como irás sin desayuno?...ah... ¿por qué será que nunca pueda estar acostada hasta tarde?- refunfuñaba la madre de Nuria mientras se levantaba para preparar el desayuno
- De verdad, no es necesario-
- Que si lo es, no permitiré que mi hija se valla de viaje sin comer, además, de cualquier forma iba a ir a prepararlo, ahora ve a peinarte y lo demás mientras preparo el desayuno-
- Sí-
Mientras la madre de Nuria preparaba el desayuno, Nuria entró al baño a arreglarse y después de haber terminado de asearse y hacer su cama, fue al comedor en donde estaba el desayuno servido.
- Valla, si que preparaste bastante hoy, y después dices que planeas a ayudarme a adelgazar- dijo Nuria mientras se sentaba y observaba la mesa en la que estaba su taza de leche junto con una panera llena de pan y distintos acompañamientos, también jugo de naranja y galletas
- Por cierto, ¿sabes que quiere pedirte el profesor?- dijo su madre mientras tomaba el baso y lo llenaba de leche
- Ni idea, nunca el profesor me había pedido un encargo- dijo Nuria echándole cereal a la leche y después echándosela a la boca con una cuchara
- Espero que ese hombre no tenga nada malo planeado... - dijo la madre de Nuria dejando a un lado la taza pensativa
- ¿Qué insinúas!- dijo Nuria dejando a un lado la leche un poco roja
- No sabes lo que pasa por la mente de la gente- dijo la madre de Nuria que después de decir eso, tomó su taza y bebió de ella
- Imposible, tú sabes que nadie en el mundo puede dañarme de esa forma- dijo Nuria subiendo el tono de su voz
- No eres una chica fea y los pervertidos nunca faltan, sean profesores pokemon o no-
- Pareciera como si no supieras que nadie en el mundo está tan loco como para hacerme algo, yo soy intocable en ese sentido de daño- dijo mientras mordía un pedazo de pan en el mismo momento en que una alarma comenzó a sonar
- ¡¡Oh no, llegaré tarde al laboratorio!!- dijo Nuria levantándose de la mesa y corriendo al baño para lavarse los dientes.
- ¡¡Ya me voy, trataré de volver temprano!!- dijo Nuria mientras salía corriendo del baño y se despedía de su madre
- ¡¡Espera, Nuria!!- la detuvo su madre antes de que pudiera irse
- ¿Qué pasa?-
- De seguro el profesor Utsugi te pedirá que vallas a un lugar lejano, y aunque no fuera así, me preocupa mucho como estés, por eso quiero darte esto- dijo la madre de Nuria mientras le entregaba un aparato circular de color rosado con la apariencia de un teléfono
- ¿Un celular?- dijo Nuria un poco extrañada por la forma del aparato
- No, es una pokegear-
-¿cómo se usa?-
- Es como un celular, pero con otras cosas que se le van agregando, tiene muchas funciones, pero para poder usarlas debes de tener las distintas tarjetas que le dan las distintas capacidades, como escuchar la radio o jugar juegos, sin estas tarjetas no sirve de nada, y como lo más necesario era un celular y un reloj, decidí comprarte la tarjeta de teléfono y la de reloj-
- Muchas gracias mamá... lo pondré a la hora luego, que estoy muy retrasada; ¡¡Adiós mamá, y muchas gracias por la pokegear!!-
- Adiós Nuria... ¡¡¡Y TEN CUIDADO CON LO QUE TE PIDA UTSUGI!!!- dijo mientras veía que su hija salía corriendo de la casa y finalmente abría la puerta del portón mientras ninetales y arcanite, las mascotas de la casa, se ponían a gritar como de costumbre.
Nuria corrió por entre las calles de pueblo primavera, las cuales estaban llenas de casas de un mismo estilo, con un mismo patio y casi los mismos autos, lo único que las diferenciaba, aparte de las plantas, era el color de cada una y que en algunas había pequeñas tiendas de comida.
Tomando algunos atajos y descansando de vez en cuando, Nuria logró llegar al centro del pueblo, en el cual había una gran plaza en una esquina y lo que no era parte de esta, eran tiendas de ropa, supermercados, centro pokemon, venta de artículos pokemon, librería, juguetería, ítems para viajeros, farmacia, hospital, artículos para la casa y algunos otros lugares fuera de lo común, entre los que se contaba el laboratorio pokemon, situado cerca de la plaza, uno de los lugares que más llamaba la atención de la gente que iba a visitar el pueblo y los jóvenes del lugar.
Nuria corrió hasta la entrada del laboratorio del profesor Utsugi y entró abriendo lentamente la puerta
- Disculpe... ¿profesor Utsugi?-
- ¡AAHH!-
En aquel instante, una explosión tamaño familiar se sintió desde la habitación de investigaciones del laboratorio
-¡¡¡Profesor Utsugi!!!- gritó Nuria corriendo hasta la habitación en donde se encontraba Utsugi
El lugar tenía las paredes blancas y las baldosas celestes muy bien cuidadas, también gran cantidad de computadoras, máquinas de cuidado pokemon y otras imposibles de reconocer a menos que fuese un experto; solo se podían ver muchos botones de colores y a un montón de científicos corriendo de un lado para otro tosiendo y tratando de controlar el humo proveniente de una computadora.
Entre la humareda, una silueta de un hombre de cabello extremadamente corto castaño claro casi ceniza de lentes y vestido casi igual al resto de los científicos, trataba de respirar por entre el humo sin ahogarse y siendo envuelto por el gas de los extintores.
-¿Nuria?- Dijo Utsugi tosiendo -¿Eres tú?
- Si profesor, mi madre me dijo que... - Nuria fue interrumpida por la fuerte tos de Utsugi
- Disculpa, es que el humo me está matando, será mejor salir al patio junto con los pokemons, ven, sígueme-.
Utsugi llevó a Nuria al jardín, el cual estaba lleno de arbustos y pasto, no era precisamente un santuario en honor a los pokemons de hierva, en verdad, era un lugar bastante aburrido en lo que a contrastes de colores se trataba, solo pasto y arbustos, y lo peor, como el sector de plantas y los otros estaban separados, como todo laboratorio de pueblo con más pinta de ciudad, no habían mucho territorio para cada especie, así que, apretujados en unos pocos metros de área de hierva, los pokemons de aquel tipo luchaban por un espacio para recostarse; sobretodo a causa de su enojo, ya que a la mayoría le gustaba más estar dentro del laboratorio, junto con los científicos, que afuera, luchando por un espacio de terreno.
- Ah, no hay nada mejor que respirar el aire puro- Dijo Utsugi mientras inhalaba el aire del territorio de hierva mientras Nuria se sentaba en el pasto
- Por cierto profesor- Nuria lo quedó mirando
- Dime- El profesor la quedó mirando
-¿Para que necesitaba que yo viniera aquí?, ¿y por que ocurrió la explosión?-
- Pues ambas cosas se solucionan con una sola respuesta, ven, acompáñame- Utsugi no alcanzó a dar dos pasos cuando la voz de Nuria lo llamó asustada
- Pro... profesor... creo que necesitaré algo de ayuda aquí... - Utsugi se volteó y vio a Nuria siendo observada por un trío de pokemons de hierba no muy contentos precisamente
- Creo que no debí sentarme en el pasto...-
En efecto, los pokemons de hierva son muy posesivos con su territorio, y al parecer se han enojado. Chicos, perdónenla, les aseguro que pronto dejará libre su sitio-Un fuerte gruñido mezcla ente los gruñidos de un odish, un execute y un sunflora se escuchó malhumorado, al parecer habían aceptado lo que Utsugi les había dicho y toleraron la utilización de sus terrenos por parte de Nuria
- Ven, rápido, que este grupo no es de los más pacíficos del lugar- Dijo Utsugi tomando a Nuria de la mano para levantarla más rápido y levarla hasta donde estaba el porqué de su llegada hasta el laboratorio y el inicio de la explosión.
- Bien, aquí está- Dijo Utsugi agachándose y abriendo una especie de casillero de madera -Esta es la razón de todos los problemas- Utsugi sacó un huevo y se lo mostró a Nuria.
Era un huevo blanco con pequeñas figuras geométricas de color azul o rojo, que al parecer Nuria había visto antes
- Estoy segura, ese huevo lo he visto en libros en la escuela- Dijo contemplando el huevo pokemon
- Hay muchos tipos de huevos parecidos, no hay que dejarse llevar por eso, mira, la mayoría de este tipo de huevos tienes estas figuras - Dijo señalando una de las figuras rojas - Redondas, pero este las tiene cuadradas, por eso pienso que este no es un huevo común-
- ¿Y por que este huevo es el causante de la explosión?- Nuria subió la cabeza para mirarlo mientras le respondía
- Verás, hay un profesor muy famoso llamado el profesor pokemon, el vive en una ruta cercana a ciudad cerezo, pero pronto irá a grabar su programa de radio y no podrá volver dentro de mucho tiempo, el tenía muchas ganas de ver el huevo pero por alguna razón, la maquina se ha descompuesto cada vez que lo intentamos y a todos los asistentes les ha ocurrido algo en el camino, tememos que el huevo pronto se abra y es por eso que queríamos pedirte que tú lo llevaras hasta la casa del profesor para que lo examine y diga que opina, si vas o no es opción tuya, pero no te preocupes, te daremos un pokemon principiante para que te acompañe-
- ¿Me quedaré con el pokemon que escoja?-
- Si quieres...- Utsugi no pudo terminar de decir lo que iba a responderle cuando sintió la mano de Nuria tomando la suya
- Echo, iré a dejar su huevo ¿cuánto tiempo tengo?-
- El profesor parte mañana en la tarde a goldenrod, así que tienes tiempo de sobra para llegar-
- Muy bien, trataré de partir lo antes posible, pero antes debo decirla a mamá, lo otro- dijo Nuria estirando su mano- mi pokemon-
- Es verdad, ven, sígueme, te mostraré los que no han calzado muy bien en el entorno-
- ¿Qué no han... calzado bien? -
Utsugi llevó a Nuria a un rincón cercano y dijo
- Aquí están, sabía que se habían ocultado por aquí, chikorita, cyndaquil, totodile, salgan de ese rincón para que los vean-
Y en unos segundos después, tres pokemons de distintos tipos de elementos salieron de su escondite, los tres estaban muy lastimados y llenos de benditas y parches, al parecer habían sido golpeados y se veían muy tristes, jamás había visto pokemons tan maltratados como aquellos, Nuria preguntó a Utsugi asombrada por lo que veía
- ¿Qué le ocurrió... a estos pokemons?-
- Son los rechazados por los de su especie, los pokemons de aquí no los aceptan bien y los maltratan para que no se les acerquen, es por eso que los aislamos para que se curen y encontrarles un dueño, ya que me temo que en la naturaleza terminarían muriendo...
- Eso es... algo verdaderamente triste- Nuria se agachó para poder acariciar al chikorita, pero este se ocultó tras unos matorrales bastante bajos que no importaba como se ocultase, se notaba con facilidad
- Ese pokemon tiene un problema mucho peor que el del resto, no importa cuanto trates de acariciarlo, siempre escapa, creo que ha sido maltratado tanto por humanos como por pokemons y su herida es de aquellas muy difíciles de cerrar...-
- ... lo quiero- Nuria permanecía inmóvil mirando al pokemon de hierba, el cual tiritaba aún entre los matorrales.
- ¡Estás loca!, nadie lo habría elegido, pero bueno, me alegra que anden locos por estos lados, solo espero que puedas entrenarlo para las batallas y que no sea un problema para ti- Utsugi sacó una pokebola y se la pasó - Si quieres llevártelo, el no te seguirá por voluntad propia, así que tendrás que llevarlo aquí para controlarlo y no se escape-
- Muchas gracias profesor... ¿esta es la pokebola del pokemon verdad?- Nuria permanecía mirándola
- Así es, pero ten cuidado de que se de cuenta de que la tienes o esquivará el rayo para devolverlo a la pokebola-
- Si... - Nuria esperó unos segundos, el chikorita la seguía mirando fijamente con terror.
- ¡Regresa!- El pokemon estaba tan aterrado que no pudo notar el rayo de la pokebola lo suficientemente rápido como para escapar y fue encerrado en ella
- Perdóname por haber tenido que obligarte... - Nuria no era de esa clase de personas que obliga a los pokemons a hacer cosas en contra de su voluntad, pero si no lo hacía, quizás sería mucho peor para aquel chikorita traumado. Las relaciones de Nuria y los pokemons no eran precisamente muy cercanas, aunque en su casa tenían un arcanite y un ninetales, ella no se preocupaba mucho por ellos, más bien, los que los cuidaban eran sus padres, ellos se encargaban de alimentarlos, limpiarlos, acariciarlos... en fin, todo lo que un pokemon necesita. Su máximo contacto era verlos cada vez que iba a la escuela, pero como estaba de vacaciones y casi no salía, era una total desconocida para ellos, en verdad, aquella era una de las primeras veces que salía de su casa en vacaciones.
Utsugi condujo a Nuria hasta la salida y le dijo
- ¿Irás a avisarle a tu madre que irás a ciudad cerezo?-
- No será necesario, mire lo que me dio- Nuria sacó su pokegear y se lo mostró
- Como siempre, tu madre te envía con armamentos cuando sales, se nota que siempre se preocupa por ti-
- Eso es lo que no soporto, cree que hasta las cosas menos posibles me pueden ocurrir y sabe que en verdad no tengo el más mínimo peligro cerca, a veces me hace sentir tanta vergüenza... -
- Esa no es una gran novedad, a ti casi todo te avergüenza-
- ¿Quién le dijo!- Nuria lo miró sonrojadísima, no era muy agradable que la gente notara tanto su poco carácter
- Dragon, el siempre habla mal de ti cuando lo veo
- Dragon... ese muegro vagabundo... -. Dragon era uno de los compañeros de escuela de Nuria, además de su enemigo, desde que ambos tienen recuerdo de la existencia del otro se detestan, una de las razones principales es que Dragon supera a Nuria en casi todo y siempre la molesta con ello. Por eso es que Nuria había tratado siempre de ser una entrenadora pokemon tan buena como su ídola Tsukamori, la chica considerada como la mejor entrenadora de todos los tiempos a quien casi la mayoría de las chicas que querían volverse entrenadoras de pokemons de agua la admiraban y respetaban tanto por su pokemon considerado uno de los más poderosos del mundo como su arte con el sable pistola, un verdadero ejemplo casi para cualquiera que quisiera entrenar.
Nuria seguía pensando con mucha rabia y vergüenza sobre lo que le había dicho Dragon a Utsugi cuando este la sacó de sus pensamientos
- Oye, ¿no sería mejor que llamaras a tu madre?-
- Es verdad, lo haré apenas esté cerca de la salida del pueblo-
- Muy bien, mucha suerte Nuria-
- Profesor-
- Uh?
- no se si es mi idea, pero está nuevamente saliendo humo de las computadoras...-
- ¿Humo? ¿Que humo?, ¡Es vedad!, ¡Hay humo!, ¡Mis computadoras!, ¡Adiós Nuria, suerte con el encargo!- el grito de Utsugi se perdió entre el humo que ya estaba rodeando todo el espacio más cercano al laboratorio y que de seguro pronto causaría gran alboroto
- Bueno, mejor me encamino hacia la salida, llamaré a mi mamá cuando falte menos para salir de la ciudad- Pero antes de poder avanzar diez pasos, un estornudo proveniente del rincón en el que estaba una ventana muy alta que daba hacia el lugar en el que estaba chikorita y los otros dos pokemons se escuchó, llamando la atención de Nuria...
- ¿Uh?, que será... - Nuria bajó la mirada y notó la evidencia que más le ayudaría, un par de piernas se veían bajo un toldo, y por lo visto, eran las piernas de Dragon...
- Cuantos pokemons... de seguro hay uno que valga la pena en medio de aquel grupo de debiluchos bichos de laboratorio- Nuria seguía oyendo lo que Dragon decía hasta que decidió interrumpirlo para molestarlo
- ¡¡Dragooooooon!!-
- ¡¡¡AHHH!!!- Dragon calló de las cajas en las que se había encaramado chocando fuertemente contra el piso, haciendo que los ojos de Nuria se cerraran fuertemente por el ruido-
- Tenías que ser tú Lanford... - Dijo Dragon enojadísimo por la vergonzosa situación en la que estaba, Nuria le respondió un una suave risa
- ¿De que te ríes tonta? - Dragon logró ver la pokebola en la mano de Nuria - Vaya, conque la pendex quiere ''tratar de ser como Tsukamori'' ¿no?, típico sueño de niñata mimada-
- ¡¡Cállate, cállate, cállate!!- Le dijo Nuria avergonzada, jamás soportaba que le recordaran cosas, aunque fuera lo que ella quería o sentía, si era algo vergonzoso, prefería olvidarlo.
- ¿Para que perder mi tiempo con alguien que de seguro volverá aquí hecha toda una fracasada y sin poder haber domado a sus pokemons, ¡ja!, sabes, si tú te haces entrenadora, yo también seré entrenador, así podré limpiar el suelo contigo después-
- ¡Ya veremos quien limpia el suelo con quien Dragon!-
- Ya veremos, y te aseguro que se verá muy pronto, JAJAJA- Dragon botó a Nuria al suelo y se fue corriendo por la calle principal riéndose como un maniático-
- ¡TE DEMOSTRARÉ QUE SOY MEJOR ENTRENANDO QUE TU MALDITO DRAGON!- Nuria se levantó de piso, caminó hasta una banca cercana y se sentó para observarse las manos
- Si no hubiese sido por las mangas no me salvo de la raspada... hablando de herida, chikorita, sal-
El pequeño pokemon de hierva salió aterrado de su pokebola, y, apenas se sintió en libertad, trató de escapar del lado de Nuria, pero antes de poder hacerlo fue atajado por la chica, en pequeño animalito se retorcía entre las blancas manos de la chica tratando de escapar de ella, pero sus intentos eran inútiles y al no tener garras y estar tan herido, no tenía forma alguna de lastimarla.
- Tú también quieres salir de esta ilusión que te están creando y comenzar tu vida?- El pokemon hizo como si no le hubiesen hablado y seguía tratando huir, pero las fuerzas se le escapaban y no pudo hacer nada para evitar su rendición ante Nuria
- Yo también quiero entrar en mi realidad y comenzar mi vida, una vida nueva en la que no tenga que recordar mi pasado, a decir verdad, no es algo que me agrade mucho recordar, por eso, me gustaría que almenos trataras de hacerme caso- El pokemon miró hacia otro rincón sin prestarle atención
- Bien, como quieras, mientras no te escapes y obedezcas, estaremos bien- Nuria contempló unos segundos la pokebola del chikorita - No creo que sea necesario usarla contigo
El pokemon de hierva miró a Nuria sorprendido de que no lo hubiera regresado a su pokebola, mientras que esta se paraba de la banca y caminaba unos pasos hacia delante
- ¡Chikó!- Nuria miró hacia atrás y vio a chikorita caminando a su lado
- ¿No vas a dejarme?- El pokemon miró al suelo sin ponerle atención
- Entonces me seguirás solo por compromiso, ¿no?- El pokemon seguía sin dar ni una sola señal de oírla
- Eh... ¿puedo llamarte Kamui?- el pokemon la quedó mirando a causa del comentario un tanto fuera de lugar según él.
- Hay muchos entrenadores que les ponen nombres a sus pokemons, dicen que trae suerte- Nuria se hincó cerca de su pokemon - ¿Qué dices?- El chikorita suspiró y la miró con una expresión la cual le hizo sentir la aprobación del chikorita que, una vez dada su opinión, siguió caminando hacia la ruta que conducía a ciudad cerezo.
- Oye, ¡espera, espera!- Nuria trotó suavemente hacia Kamui quien ya iba un poco adelantado en comparación con ella.
- Oye Kamui
- Chiko?- El pokemon le contestó sin mirarla
- Me alegra que aceptaras venir conmigo
El pokemon no tuvo respuesta para el comentario, así que solo siguió caminando con su dueña por el camino de tierra que llevaba a ciudad cerezo.
Y así comenzó el largo viaje pokemon de Nuria, el que le traería muchos descubrimientos y gente por conocer, pero por ahora, solo debía cumplir su objetivo, entregar el huevo pokemon, y dejar que el resto de las cosas ocurrieran como debían ocurrir.
