"MURMULLOS AZULADOS"
capitulo 3: el dulce chico del patín negro.
-¡¡¡EL PRIMER GANADOR DEL DIA!!!- se escucho un grito con euforia desde el fondo de una aglomeración de gente, mientras tocaba una campanita en forma de anuncio, las personas del fondo miraban pasmadas al chico que estaba al frente, junto con el vendedor, algunas con duda y otras con interés. -¡felicidades joven entrenador, aquí están sus boletos!-
el vendedor extendió un par de entradas a un joven, de unos 16 años, cabello castaño y corto.
una gorra carcomida y su fleco castaño le cubrían parte del ojo izquierdo, sus largos jeans deshilachados y algo rotos, junto con unos tenis rojos lo hacían verse como callejero, además traía puesta doble camiseta, roja de manga larga por debajo, y playera blanca normal por encima, definitivamente tenia facha de entrenador pokemon, y no solo eso, de aventurero, de independiente,
y de deportista, por que también portaba una patineta negra bajo su brazo izquierdo.
-¡muchas gracias señor!- agrego con efusividad mientras los tomaba, luego coloco uno de sus dedos en su boca, y con interrogación miro al comerciante -y...¿para que son?- el vendedor junto con la eufórica bola de gente, se fueron para atrás, el vendedor le lanzo una mirada de obviedad desde el piso -un par de boletos para las montañas ocre, en ciudad ocre, todo esta incluido, 2 semanas de descanso, todo pagado- -ha...- dijo afirmando -ya veo, ¡eso es genial!- sonrió muy lindo, como una de esas sonrisas que te lanza alguien simpático, que se nota demasiado de entre toda la bola de caras duras que te pasan por atrás y por todos lados cuando vas en la calle. [y de paso alegra tu día.
el viento sopló de la nada, revolviéndole el sedoso cabello castaño, casi rubio; aun conservando la sonrisa miro al vendedor, este se levanto del piso con algo de tierra en la espalda -debe llevar a un acompañante, si no lo hace, sus boletos se invalidan-
-eso no me gustaría- dijo con desánimo, luego sonrió con ímpetu -¡debo encontrar a mi pareja! ¡alguien que quiera venir conmigo y pasar un buen rato!..-luego se quedo repasando en la mente -¿como quien-
-a quien decida usted llevar joven- completo el vendedor con serenidad -solo no se olvide de llegar mañana al aeropuerto de ciudad verde, a las 12:00 AM en punto, o si no, su vuelo partirá y no podrá ir a ningún lado-
-entiendo- el joven le sonrió -gracias de nuevo señor-
-por nada-
y con las entradas en mano, bajo la cabeza en forma de gratitud, se acomodo ligeramente la desgastada cachucha y camino lento para tratar de evadir a la gente [algunas aun en el piso] y no lastimarla, tan pronto los paso, bajo su patineta, monto un pie, con el otro tomo impulso y con cuidado se hecho a andar por la izquierda.
-¡pero que suerte tengo! ciudad ocre tiene un gimnasio pokemon, tal vez pueda ganarme una medalla, y de paso reposar.... pero, no tengo pareja, y la verdad no me gustaría perderme de un viaje tan fantástico...¿que are?...-
tan metido en sus pensamientos iba el chico, que no se percato de que, la velocidad de su patineta aumentaba progresivamente, cada vez mas y mas rápido. Aunque quedaba muy claro que la situación estaba bajo control, ese chico si que sabia andar en patín...
el viento en su rostro le movió el fleco directo a los ojos, quedo cegado por unos instantes,
-wooooa!!!!-
no podía ver nada, hasta que de repente, y entre sus mechas castañas miro a menos de 2 metros a una anciana, ¡estaba por estrellarse con ella!. la señora tuvo la reacción automática de cubrirse la cara con las manos,
el chico estaba por colisionar...
-uf...- suspiro este -¿esta bien señora, no le ocurrió nada?- la altura del chico era considerable, la señora a su lado, era bajita.
todos a su alrededor observaban con una cara, mas que de sorpresa, si no de... incredulidad.
-¡¡¡FIJESE POR DONDE PASA, JOVENCITO!!!- le dijo con sobresalto y fiereza mientras se descubría el rostro.
-Lo siento mucho señora!- completo con una sonrisa mientras apartaba el latoso copete que tenia en la frente -no fue mi intención, pero este flequillo -sonó algo fastidiado -me obstruye de vez en cuando la vista, disculpe usted...-
El accidente se había evitado, no por que se desvió mágicamente, si no por que el joven entrenador en lo que pareció un malabar, alzo la patineta con la punta del pie derecho hacia una de sus manos, bajo el otro pie al asfalto, que obviamente por el impulso que llevaba dio un leve derrape, para poder frenar termino sacando algo de polvo y medio torcido, pero fuera de eso, todo salió bien.
Mientras realizaba el malabar, en una velocidad por los demás, considerada como sobre humana,
sus ojos se llenaban de concentración y seriedad.
-¡no vuelve a pasar!- aumentó, mientras se quitaba su desgastada gorra, unía sus palmas y se inclinaba en forma de disculpa hacia ella. Esta, estaba mas que contrariada, refunfuñaba cosas in entendibles.
De pronto el viento volvió a soplar de la nada, provoco por un momento el fleco se apartara de ambos ojos del joven, se revelaron un par de lindos ojos azules.
La ancianita se ajusto las gafas en forma de interrogación, enseguida, se quedo muda.
No le dio tiempo de intercambiar palabras con el, algo la dejo con mucho asombro.
el chico se enderezo rápido, coloco de nuevo su gorra en donde debía ir, y se despidió con la mirada.
Subió su pie derecho a la patineta y con el restante se dio un pequeño empujón, dejo que el resto lo hiciera la calle, que estaba un poco inclinada, así como llego, se fue con el viento.
-¡nos vemos después!- levanto su mano, ya iba lejos el chico, pero la ancianita pudo percibir una de esas miradas hermosas y tiernas que el acostumbraba.
Mientras observaba como se perdía el chico entre la gente de la ciudad, se alegró un poco...
Las 5:00 en punto, ya comenzaba a caer perezosamente la tarde.
Campanadas, las ya acostumbradas por todos los residentes de la ciudad, resonaron hasta por el rincón mas apartado de la plaza de ciudad celeste, y mas allá de donde el gran reloj se alzaba imponente, sobre todos sus habitantes y la gente que pasaba por esos rumbos en ese momento.
Iba caminando una chica, una, entre otras tantas.
Caminaba con cuidado, ya que las miles de cajas de muchísimos colores y tamaños que traía sobre sus brazos, iban agotándole cada vez mas, y no solo eso, le tapaban de vez en cuando la visión.
Era claro que mientras mas caminaba, tenia mas deseos de descansar sobre una de las tantas bancas de color blanco con flores de color rojo, que estaban por toda la plaza.
tomar un vaso de limonada bien fresca.
Pero su expresión desvelaba preocupación y prisa.
-¡ya son las 5:00, mis hermanas van a reprenderme!-
la plaza era pequeña y muy atractiva a la vista, estaba rodeada por pequeños negocios; algunas zapaterías, restaurantes, tiendas de ropa fina.
y entre las bancas blancas y los árboles de cerezo y rosales, regados por aquí y por allá, se veian algunos vendedores ambulantes.
por la izquierda, reparabas a un joven de unos 25 años vendiendo dulces algodones de azúcar,
frente a el, del otro lado, un heladero, mas a la derecha un organillero con un psyduck, quien era la persona mas interesante observar, por que cada vez que alguien caminaba a su lado [pareja de novios o familias enteras] el pokemon pato tendía su vasito de plástico a ellos, pidiendo algunas monedas a cambio de la música que su amo originaba.
-he comprado cosas muy lindas hoy... pero nunca imagine que pesaran tanto.- la joven estaba mas que cansada...
El chico de hacia un rato, va con alegría a través de la calle, montado en su patineta y sosteniendo con una mano el tirante de su morral café que lleva al hombro, estaba el siempre con una divina sonrisa , aunque como de costumbre, el flequillo le tapaba ligera y elegantemente sus hermosos ojos azules.
iba observado por aquí y por allá... giraba la cabeza de vez en cuando, para poder observar por mas tiempo aquello que le llamaba la atención.
-ciudad celeste se ha puesto magnífica...-
En una de esas miradas, observa a la joven de las cajas, en medio de la plaza y tratando de sostener a una de ellas que amenaza con caerse, inmediatamente se preocupa , parpadea,
sonríe voy a auxiliarle y con precaución, gira su patineta a donde ella,
se impulsa, y justo antes de llegar a ella, le habla:
-déjame ayudarte- con educación y agrado -son muchas para ti.-
la joven, no puede verlo, solo escucha una patineta acercarse suavemente a ella, -muchas gracias- después de unos instantes, oye que se detiene; el joven toma su patineta y la coloca dentro de su mochila, ella no puede ver lo que hace ya que la altura de las cajas le rebasa un poco mas arriba de sus cejas, así que asoma la cabeza por un lado para poder observar aquella persona que por fin se compadeció de ella, mira con interés el cuerpo de un chico, de repente se percata de que el ya la contemplaba desde arriba, por encima de las cajas.
este, le sonríe, y ella le responde de igual manera... aunque no puede verlo bien...
-muchas gracias.- repitió en cuanto sintió que ambos brazos se liberaban de un peso agotador.
-de nada.- le respondió la suave y varonil voz del joven, ella se sorprendió, y lo miro a lo alto, su alborotado fleco cubría [como siempre] un poco de sus ojos.
ambos se miraron, ella, un poco extrañada, el, contento, por que siempre le gustaba socorrer a las personas....
FIN DEL CAPITULO 3
¡huy! esta vez me excedí, prometí que no iba publicar capítulos tan largos... lo siento mucho.
bueno, esta vez les hablare de alguien muy carismatico y guapo [nn jaja] alguien que ha sido muy aceptado [en mayoria] por el publico femenino en general... les hablo del buen Kenji. [°¬°]
Esta vez, el regresa con 19 años, mas guapo y tierno que antes.
su cabello oscuro no ha variado en mucho, aun tiene el largo que le conocimos en la serie de televicion, solo que esta vez los cuernitos que se hacian el el cabello, esta ligeramente con un efecto de degrafilado y hacia afuera [eso y un poquitito mas largos, espero darme a entende bien, no soy buena explicando]
sus ojos negros soy muy bonitos y su piel es clara y firme.
digamos que mide un 1.83, y su cuerpo es delgado pero bien formado.
aun concerba esa pasion por dibujar todo lo que se encuentra por ahi: pokes, plantas, paisajes.
se ha vuelto algo timido, por que hace mucho que no habla con chicas, aunque como buen hombre,
tiene una que otra obsecion y debilidad, la de este guapo chico es sin duda una chica: kasumi.
claro esta que no se lo dice a nadie, por que no quiere que a satoshi le duela.
este chico esta dispuesto a captural el corazon de kasumi y aunque en un principio ocultaba sus sentimientos para no lastimar a su compañero, mas adelante las cosas cambiaran y daran un giro muy inesperado.
¡esten muy pendientes!
la proxima vez el comentario de la autora sera para: haruka y su buen hermano, masato
me leen al rato.
Toki-san.
"ESTA HISTORIA SE LA DEDICO CON MUCHISIMO CARIÑO Y RESPETO A LA SEÑORITA: SUMI. NO TENGO PALABRAS PARA EXPRESAR AGRADECIMIENTO A USTED, GRACIAS POR CONFIAR EN MI Y POR DEJARME SER SU AMIGA"
Tokio-san.
capitulo 3: el dulce chico del patín negro.
-¡¡¡EL PRIMER GANADOR DEL DIA!!!- se escucho un grito con euforia desde el fondo de una aglomeración de gente, mientras tocaba una campanita en forma de anuncio, las personas del fondo miraban pasmadas al chico que estaba al frente, junto con el vendedor, algunas con duda y otras con interés. -¡felicidades joven entrenador, aquí están sus boletos!-
el vendedor extendió un par de entradas a un joven, de unos 16 años, cabello castaño y corto.
una gorra carcomida y su fleco castaño le cubrían parte del ojo izquierdo, sus largos jeans deshilachados y algo rotos, junto con unos tenis rojos lo hacían verse como callejero, además traía puesta doble camiseta, roja de manga larga por debajo, y playera blanca normal por encima, definitivamente tenia facha de entrenador pokemon, y no solo eso, de aventurero, de independiente,
y de deportista, por que también portaba una patineta negra bajo su brazo izquierdo.
-¡muchas gracias señor!- agrego con efusividad mientras los tomaba, luego coloco uno de sus dedos en su boca, y con interrogación miro al comerciante -y...¿para que son?- el vendedor junto con la eufórica bola de gente, se fueron para atrás, el vendedor le lanzo una mirada de obviedad desde el piso -un par de boletos para las montañas ocre, en ciudad ocre, todo esta incluido, 2 semanas de descanso, todo pagado- -ha...- dijo afirmando -ya veo, ¡eso es genial!- sonrió muy lindo, como una de esas sonrisas que te lanza alguien simpático, que se nota demasiado de entre toda la bola de caras duras que te pasan por atrás y por todos lados cuando vas en la calle. [y de paso alegra tu día.
el viento sopló de la nada, revolviéndole el sedoso cabello castaño, casi rubio; aun conservando la sonrisa miro al vendedor, este se levanto del piso con algo de tierra en la espalda -debe llevar a un acompañante, si no lo hace, sus boletos se invalidan-
-eso no me gustaría- dijo con desánimo, luego sonrió con ímpetu -¡debo encontrar a mi pareja! ¡alguien que quiera venir conmigo y pasar un buen rato!..-luego se quedo repasando en la mente -¿como quien-
-a quien decida usted llevar joven- completo el vendedor con serenidad -solo no se olvide de llegar mañana al aeropuerto de ciudad verde, a las 12:00 AM en punto, o si no, su vuelo partirá y no podrá ir a ningún lado-
-entiendo- el joven le sonrió -gracias de nuevo señor-
-por nada-
y con las entradas en mano, bajo la cabeza en forma de gratitud, se acomodo ligeramente la desgastada cachucha y camino lento para tratar de evadir a la gente [algunas aun en el piso] y no lastimarla, tan pronto los paso, bajo su patineta, monto un pie, con el otro tomo impulso y con cuidado se hecho a andar por la izquierda.
-¡pero que suerte tengo! ciudad ocre tiene un gimnasio pokemon, tal vez pueda ganarme una medalla, y de paso reposar.... pero, no tengo pareja, y la verdad no me gustaría perderme de un viaje tan fantástico...¿que are?...-
tan metido en sus pensamientos iba el chico, que no se percato de que, la velocidad de su patineta aumentaba progresivamente, cada vez mas y mas rápido. Aunque quedaba muy claro que la situación estaba bajo control, ese chico si que sabia andar en patín...
el viento en su rostro le movió el fleco directo a los ojos, quedo cegado por unos instantes,
-wooooa!!!!-
no podía ver nada, hasta que de repente, y entre sus mechas castañas miro a menos de 2 metros a una anciana, ¡estaba por estrellarse con ella!. la señora tuvo la reacción automática de cubrirse la cara con las manos,
el chico estaba por colisionar...
-uf...- suspiro este -¿esta bien señora, no le ocurrió nada?- la altura del chico era considerable, la señora a su lado, era bajita.
todos a su alrededor observaban con una cara, mas que de sorpresa, si no de... incredulidad.
-¡¡¡FIJESE POR DONDE PASA, JOVENCITO!!!- le dijo con sobresalto y fiereza mientras se descubría el rostro.
-Lo siento mucho señora!- completo con una sonrisa mientras apartaba el latoso copete que tenia en la frente -no fue mi intención, pero este flequillo -sonó algo fastidiado -me obstruye de vez en cuando la vista, disculpe usted...-
El accidente se había evitado, no por que se desvió mágicamente, si no por que el joven entrenador en lo que pareció un malabar, alzo la patineta con la punta del pie derecho hacia una de sus manos, bajo el otro pie al asfalto, que obviamente por el impulso que llevaba dio un leve derrape, para poder frenar termino sacando algo de polvo y medio torcido, pero fuera de eso, todo salió bien.
Mientras realizaba el malabar, en una velocidad por los demás, considerada como sobre humana,
sus ojos se llenaban de concentración y seriedad.
-¡no vuelve a pasar!- aumentó, mientras se quitaba su desgastada gorra, unía sus palmas y se inclinaba en forma de disculpa hacia ella. Esta, estaba mas que contrariada, refunfuñaba cosas in entendibles.
De pronto el viento volvió a soplar de la nada, provoco por un momento el fleco se apartara de ambos ojos del joven, se revelaron un par de lindos ojos azules.
La ancianita se ajusto las gafas en forma de interrogación, enseguida, se quedo muda.
No le dio tiempo de intercambiar palabras con el, algo la dejo con mucho asombro.
el chico se enderezo rápido, coloco de nuevo su gorra en donde debía ir, y se despidió con la mirada.
Subió su pie derecho a la patineta y con el restante se dio un pequeño empujón, dejo que el resto lo hiciera la calle, que estaba un poco inclinada, así como llego, se fue con el viento.
-¡nos vemos después!- levanto su mano, ya iba lejos el chico, pero la ancianita pudo percibir una de esas miradas hermosas y tiernas que el acostumbraba.
Mientras observaba como se perdía el chico entre la gente de la ciudad, se alegró un poco...
Las 5:00 en punto, ya comenzaba a caer perezosamente la tarde.
Campanadas, las ya acostumbradas por todos los residentes de la ciudad, resonaron hasta por el rincón mas apartado de la plaza de ciudad celeste, y mas allá de donde el gran reloj se alzaba imponente, sobre todos sus habitantes y la gente que pasaba por esos rumbos en ese momento.
Iba caminando una chica, una, entre otras tantas.
Caminaba con cuidado, ya que las miles de cajas de muchísimos colores y tamaños que traía sobre sus brazos, iban agotándole cada vez mas, y no solo eso, le tapaban de vez en cuando la visión.
Era claro que mientras mas caminaba, tenia mas deseos de descansar sobre una de las tantas bancas de color blanco con flores de color rojo, que estaban por toda la plaza.
tomar un vaso de limonada bien fresca.
Pero su expresión desvelaba preocupación y prisa.
-¡ya son las 5:00, mis hermanas van a reprenderme!-
la plaza era pequeña y muy atractiva a la vista, estaba rodeada por pequeños negocios; algunas zapaterías, restaurantes, tiendas de ropa fina.
y entre las bancas blancas y los árboles de cerezo y rosales, regados por aquí y por allá, se veian algunos vendedores ambulantes.
por la izquierda, reparabas a un joven de unos 25 años vendiendo dulces algodones de azúcar,
frente a el, del otro lado, un heladero, mas a la derecha un organillero con un psyduck, quien era la persona mas interesante observar, por que cada vez que alguien caminaba a su lado [pareja de novios o familias enteras] el pokemon pato tendía su vasito de plástico a ellos, pidiendo algunas monedas a cambio de la música que su amo originaba.
-he comprado cosas muy lindas hoy... pero nunca imagine que pesaran tanto.- la joven estaba mas que cansada...
El chico de hacia un rato, va con alegría a través de la calle, montado en su patineta y sosteniendo con una mano el tirante de su morral café que lleva al hombro, estaba el siempre con una divina sonrisa , aunque como de costumbre, el flequillo le tapaba ligera y elegantemente sus hermosos ojos azules.
iba observado por aquí y por allá... giraba la cabeza de vez en cuando, para poder observar por mas tiempo aquello que le llamaba la atención.
-ciudad celeste se ha puesto magnífica...-
En una de esas miradas, observa a la joven de las cajas, en medio de la plaza y tratando de sostener a una de ellas que amenaza con caerse, inmediatamente se preocupa , parpadea,
sonríe voy a auxiliarle y con precaución, gira su patineta a donde ella,
se impulsa, y justo antes de llegar a ella, le habla:
-déjame ayudarte- con educación y agrado -son muchas para ti.-
la joven, no puede verlo, solo escucha una patineta acercarse suavemente a ella, -muchas gracias- después de unos instantes, oye que se detiene; el joven toma su patineta y la coloca dentro de su mochila, ella no puede ver lo que hace ya que la altura de las cajas le rebasa un poco mas arriba de sus cejas, así que asoma la cabeza por un lado para poder observar aquella persona que por fin se compadeció de ella, mira con interés el cuerpo de un chico, de repente se percata de que el ya la contemplaba desde arriba, por encima de las cajas.
este, le sonríe, y ella le responde de igual manera... aunque no puede verlo bien...
-muchas gracias.- repitió en cuanto sintió que ambos brazos se liberaban de un peso agotador.
-de nada.- le respondió la suave y varonil voz del joven, ella se sorprendió, y lo miro a lo alto, su alborotado fleco cubría [como siempre] un poco de sus ojos.
ambos se miraron, ella, un poco extrañada, el, contento, por que siempre le gustaba socorrer a las personas....
FIN DEL CAPITULO 3
¡huy! esta vez me excedí, prometí que no iba publicar capítulos tan largos... lo siento mucho.
bueno, esta vez les hablare de alguien muy carismatico y guapo [nn jaja] alguien que ha sido muy aceptado [en mayoria] por el publico femenino en general... les hablo del buen Kenji. [°¬°]
Esta vez, el regresa con 19 años, mas guapo y tierno que antes.
su cabello oscuro no ha variado en mucho, aun tiene el largo que le conocimos en la serie de televicion, solo que esta vez los cuernitos que se hacian el el cabello, esta ligeramente con un efecto de degrafilado y hacia afuera [eso y un poquitito mas largos, espero darme a entende bien, no soy buena explicando]
sus ojos negros soy muy bonitos y su piel es clara y firme.
digamos que mide un 1.83, y su cuerpo es delgado pero bien formado.
aun concerba esa pasion por dibujar todo lo que se encuentra por ahi: pokes, plantas, paisajes.
se ha vuelto algo timido, por que hace mucho que no habla con chicas, aunque como buen hombre,
tiene una que otra obsecion y debilidad, la de este guapo chico es sin duda una chica: kasumi.
claro esta que no se lo dice a nadie, por que no quiere que a satoshi le duela.
este chico esta dispuesto a captural el corazon de kasumi y aunque en un principio ocultaba sus sentimientos para no lastimar a su compañero, mas adelante las cosas cambiaran y daran un giro muy inesperado.
¡esten muy pendientes!
la proxima vez el comentario de la autora sera para: haruka y su buen hermano, masato
me leen al rato.
Toki-san.
"ESTA HISTORIA SE LA DEDICO CON MUCHISIMO CARIÑO Y RESPETO A LA SEÑORITA: SUMI. NO TENGO PALABRAS PARA EXPRESAR AGRADECIMIENTO A USTED, GRACIAS POR CONFIAR EN MI Y POR DEJARME SER SU AMIGA"
Tokio-san.
