El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000

Dedicado a: todas las personas que leyeron el capítulo anterior xD; pero en especial a las que escriben fan-fics igual que yo, es un trabajo duro a veces, porque... ¡alguien tiene que hacerlo!

In The Shadows
Segunda parte

¿Cómo iba a actuar ahora? No estaba seguro de lo que había hecho. Pero sí. ¡Había abrazado a Weasley!. ¿Cómo le iba a explicar eso a sus amigos? Pero, esperó un momento. ¿Por qué le iba a explicar algo a sus amigos? No tenía que hacerlo. Ellos no se iban a enterar nunca. Pero... ¿si Weasley abría la boca?

Draco iba de regreso a su sala común cuando estos pensamientos invadían su cabeza. Acababa de hacerle una revelación importante a Ginny, le dijo alguien que nadie más aparte de él y su madre sabían. Ella parecía irradiar confianza; además de que podía entender de que le gustaba hace ya algún tiempo. Lo que no sabía era que tanto podía esperar de ella. Quizás después de esta noche nunca la volvería a dirigir la palabra, ni siquiera verla a los ojos.

Caminó los pocos metros que faltaban para llegar a la entrada de "el club Slytherin" como solían autodenominarse. Dio la contraseña, el muro se giró de lado y atravesó la entrada. Como suponía, no había nadie en la sala común a esa hora. Caminó hasta su habitación, donde entró de un golpe.

Adentro Zabini y Crabbe conversaban animadamente en la oscuridad. Se sorprendió que aún estuviesen despiertos. Más bien era Zabini el que hablaba y Crabbe el que escuchaba.

- ...y sin más le dije que no iba a correr ese riesgo, menos con una Hufflepuff como ella - Se detuvo al ver la silueta de Draco entrar y preguntó. - Hola Malfoy... ¿ya tienes pareja? -

- ¿Qué... de qué? - Preguntó súbitamente, sacándose la túnica y dejándola sobre su baúl.

Los otros dos rieron como hienas.

- Baile escolar, Malfoy, en cuatro días más. Cómo eres prefecto pensamos que ya lo sabías, tendrías que estar muy desconectado como para no saber -

- Ah... no, no pude ir a la última reunión, no sabía... Bueno... ¿y que tiene de especial? - Dijo levantando una ceja, tomando su pijama.

- Si que andas como en las nubes; ¡con personas de otras casas, amigo! Se supone que es para mejorar las relaciones entre estudiantes. Ya sabes, Dumbledore y sus estupideces... - Y al no escuchar respuesta de parte de Draco, añadió: - También ustedes los prefectos, nadie puede faltar de cuarto para arriba -

Malfoy se puso de hielo. Si bien en los bailes podía encargarse de merodear por los pasillos, y cuando otra persona tomaba el lugar tenía varias compañeras siempre dispuestas a ser su pareja, ahora no tenía escapatoria. A diferencia de un casanovas como Zabini, no llevaba relaciones con ninguna chica que no fuera de su casa. Además sus problemas eran demasiados como para preocuparse de un tonto baile escolar. Tendría que conseguir la manera de irse del colegio antes de lo previsto. Aunque ahora lo asaltaba una duda... ¿realmente quería irse? Si no se iba... ¿sería su padre capaz de mandarlo a buscar?

- ¿Por qué no dices nada?. ¿Sorprendido aún? - Le dijo Crabbe, sacándolo de sus pensamientos.

- Mmm... sí, no. Me voy a acostar, mañana hablaremos de esto -

Se metió a su cama, tiró de los doseles e ignoró que sus compañeros siguieran conversando.

Si no pasaba nada de lo que creía... ¿con quien iría al baile? La imagen de una chica pecosa y pelirroja se posó frente a sus ojos. ¿Con Ginny Weasley?

- o -

A las ocho de la mañana siguiente, despertó aún con mucho sueño. Tenían Defensa contra las artes oscuras a primera hora y no solía llegar tarde a una clase. Menos a una donde podía aprender algo útil para el resto de su vida.

Se levantó restregándose los ojos y dirigiéndose al baño. Se vio al espejo y se lavó la cara.

En otra parte del colegio alguien hacía lo mismo, pero a diferencia de él, el espejo le devolvía el reflejo de una persona que no veía hace tiempo, a una Ginny feliz. ¿Por qué feliz? Ni ella lo sabía. Estaba muriendo de sueño, y no entendía el motivo de estar contenta. Creía que lo de anoche había sido un sueño. Que nunca había pasado. ¿Ella caminando a las tres de la mañana con Draco Malfoy por todo el colegio? Imposible. No tenía nada que justificara haberlo hecho, además del sueño que sentía. Y ese sueño podía ser por cualquier cosa. Pero se había sentido tan real...

Caminó hasta la puerta y salió. Se puso el uniforme y se dispuso a ir a clase, la verdad como que le daba algo de lata, pero se contuvo; Transformaciones era una de sus materias favoritas.

Iba llegando al Gran Salón cuando su mirada se cruzó con la de Malfoy. La sostuvo unos segundos y luego, a la vez, ambos la bajaron y siguieron su camino. O sea que realmente había pasado lo de anoche, al menos eso sintió que le comunicó con solo ver sus ojos. Se sentó junto a una compañera de clase, iba a comenzar a probar una tostada, pero al verla, desistió en su intento de tener hambre. Pensaba en qué podía estar sintiendo Draco en ese momento. En cómo podía aguantar a cada rato la presión de saber que en algún momento te podrían venir a buscar y llevarte sin derecho a reclamo, mientras cada centímetro de su cuerpo se negaba.

En la otra mesa, realmente Draco no le deseaba su dolor a nadie. Tampoco podía comer, sólo esperaba que su mamá recibiera la carta, donde le había dicho sus planes de escapar muy lejos, pues lo que había aprendido en esos cinco años de colegio lo encontraba suficiente para sobrevivir. Cuando llegaron las lechuzas matutinas, miró hacia el techo, esperanzado; pero ninguna venía hacia él. De seguro mamá aún no enviaba su contestación. Pensó que las lechuzas del colegio eran lo suficientemente rápidas para que esa mima noche mamá tuviese su carta. Miró a la mesa de Gryffindor. En ese momento Ginny y dos niñas más se ponían de pie y se iban del lugar. Pudo notar que la Weasley le observaba de reojo, hasta que sintió unas manos abrazándolo por el cuello desconcentrándolo.

- Hola Draquito... ¿qué pasa? - Le dijo Pansy, con apariencia de estar preocupada.

- Nada - Respondió él, zafándose de ésta.

- ¿Por qué tan arisco? - Frunció el seño. Luego lo relajó poniendo expresión de conmiseración. - Ah, ya entiendo, es por el baile... ¿verdad? No entiendo cómo se le ocurre obligarnos a ir con imbéciles de otras casas... - Se sentó junto a él. - ¿Tienes ya idea de con quién vas a ir? -

- No, no sé, ya se me ocurrirá algo -

- Sólo tenemos tres días para saber, es el sábado -

¿Por qué insistían tanto con lo del baile?. ¿Acaso no había nada más importante? Claro, a ellos, sus padres no les estaban imponiendo unírseles a los Mortífagos, de seguro los encontraban muy débiles. Pero Lucius Malfoy le tenía una confianza absoluta a su hijo. Sentía que era muy capaz, y claro... ¿cómo no iba a ser capaz? Siempre era mejor que todo el resto, aunque ahora se arrepintiera mucho de esto. No quería ir por nada del mundo con su padre. De chico no lo entendía, pero ahora lo tenía claro. No iba a continuar un reinado de terror. No valía la pena. Menos ahora que Voldemort se estaba alzando nuevamente. Los opositores eran muchos más, y mejores. Y debía escapar de su padre, ellos eran muy fuertes, y cómo decían por ahí, nadie se le escapaba a Voldemort; bueno, nadie a excepción de Harry Potter y Dumbledore. Pero él no era ninguno de los dos. ¿Qué podría hacer?

- Malfoy, ya estamos tarde, vamos - Le dijo de repente Pansy, tomándolo por el brazo, apresurándolo.

- o -

En la noche, cuando ya todas las clases habían terminado, Draco se entristeció de no tener turno. Tenía muchísimas ganas de ver a Ginny otra vez, y hablar con ella. Hace un rato había recibido una carta de su madre, que decía lo siguiente:

Querido Draco:

Tu puedes tomar la decisión que quieras, pero es peligroso, muy peligroso que un adolescente
ante por ahí por la vida. Si el ministerio te llegara a descubrir... no puedes ser un fugitivo siempre,
¡podrías llegar a Azkaban! Me da miedo, pero si tu crees que está bien, aún no pierdo la esperanza
de que puedas ir a casa de una de mis amigas en Salzburgo, que te recibiría gustosa. Dudo que
Lucius pueda ir a buscarte hasta allí. Ten cuidado, y no hagas nada sin decirme antes.

Con amor,
Tu madre.

Decidió finalmente escapar; estaba seguro que Ginny no estaría en la sala común. Siempre andaba merodeando por algún pasillo. Aunque... ¿qué tal si tenía miedo de encontrarse otra vez con él? No, no podía ser eso.

Subió las escaleras hacia la torre Gryffindor; y claro, estaba en lo cierto. Ginny estaba sentada de espaldas a una pared cerca de su sala común.

Apenas lo vio se puso de pie.

- Hola - Dijo Draco, despacio.

Ella saludó con un suave movimiento de mano, luego él se le acercó.

- ¿Otra vez sola? - Preguntó, sonriendo.

- Sí... pero hoy tú no deberías estar aquí -

- ¿A caso no tenías ganas de verme? -

Otra vez su arrogancia salía a flote. Cuánto le costaba comportarse de manera natural. Ginny se rió.

- Sabes que mi hermano le toca guardia hoy, si nos ve juntos... -

- A mi no me puede hacer nada ese... - La interrumpió Draco, pero no quiso decir el calificativo preferido que usaba contra Ron. - ¿No quieres dar una vuelta otra vez? - Al ver que Ginny se iba a quejar, agregó: - Aunque ahora podríamos ir fuera del castillo -

- Hace un poco de frío -

- Ve a buscar tu abrigo, yo te espero -

Ginny se perdió entre las sombras, mientras Draco hacia el "Accio Abrigo" con la varita, y en poco tiempo, casi a la par con la pelirroja, llegó a si. Se lo puso sobre los hombros.

- Sígueme -

No se demoraron mucho en salir. Afuera los esperaba una brisa nocturna, pero no tan helada como en otras épocas del año, por el frente de calor que había en la zona. Se sentaron junto al castillo, con vista al lago, que estaba muy tranquilizo.

- ¿Para quién era la carta de ayer? - Dijo Ginny, de repente, sin mirarlo.

- Para mi madre¿recuerdas que te dije que quería que me fuera lejos de aquí? - Tampoco la miró.

- Sí -

- Le dije que no me quería ir donde su amiga, porque papá sabría como encontrarme -

- Entonces si te vas a escapar solo... -

- Aún no lo tengo claro -

- Vale -

Una corriente de viento muy fría les llegó repentinamente, haciendo que Ginny se estremeciera. Draco lo notó y se acercó más a ella, rodeándola con un brazo. ¿Por qué hacia aquello? Aún así, Ginny no se inmutó y luego de un rato inclinó la cabeza sobre el hombro de Malfoy. Cualquiera que los hubiera visto podría jurar que eran pareja.

- ¿Vas a ir a la fiesta del sábado? - Rompió el silencio Draco.

- No quiero... aunque sea obligación... mi ánimo no esta como para ir a fiestas - Respondió ella.

Siguieron sin mirarse todo el rato. Mientras más caía la noche más frío se ponía. Una llovizna imprevista hizo nombre de eso. Se pusieron de pie y corrieron al castillo. Entraron antes de mojarse demasiado.

Pararon junto a la escalera y sin más Draco le dio un beso en la mejilla a Ginny y se fue hacia las mazmorras. Ella, con completa incredulidad, se quedó allí con la boca semiabierta viendo por donde Malfoy había salido. Luego de un rato, tomó aire y se fue.

Bueno, al final me decidí a hacer un fic largo, pero quiero dar un anuncio importante: no voy a actualizar pronto. Falta muy poco para que termine uno de mis otros fics y ahí recién me podría figurar continuar este, porque aún quedan dudas por resolver... Espero que les haya gustado, pues a mi me gustó mucho. Agradezco a hermiginny13, Guadi-Black, Ann Potter, Perla Mery, mayreni, camilooo, Lil Granger y grazi-felton por sus reviews; espero que me digan que les pareció este cap y ojalá haya nuevos lectores tb!

Bye!