El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000
Bien, quise publicar esto ahora porque tengo el tiempo encima (o quizás por comer demasiados dulces de limón mentolados, quién sabe), me queda una semana para que empiece el colegio y voy a tratar de escribir pronto los capítulos que quedan e ir publicándolos apenas los termine (cosa que no había hecho hasta el momento) así que ojalá les guste este cap...
In The Shadows
Cuarta parte
- No tienes a dónde llegar - Murmuró Ginny.
- Eso es lo de menos... ¿no crees? -
- Pero Malfoy -
Ginny levantó la mirada hacia él, y él hizo lo mismo. Por unos segundos, se vieron a los ojos. Draco notó que ella parecía a punto de llorar.
No. Sabía que iba a llorar; así se le ponían los ojos a su madre, cada vez que... no quería recordarlo. Y en un impulso, la abrazó.
La ya no tan pequeña Weasley se impresionó y su mirada se perdió en los árboles que habían detrás. ¡Malfoy la estaba abrazando, de nuevo! Definitivamente algo no estaba bien. Por otra parte, era siempre Draco el que cometía alguna acción con ella primero. Por que sí: él la convenció de ir a pasear, él la abrazó la primera vez, él la acurrucó junto al lago aquella noche, él la besó en la mejilla luego, él la buscó ahora. ¿Por qué no podía hacer nada por si misma?
- Ginny... - Susurró Draco. Ella no le respondió, pero él sabía que lo escuchaba. - No quiero que llores... ¿sí? -
- ¿Qué te hace pensar que lo voy a hacer? - Lo sorprendió.
Cerró los ojos y se separó de él, y al abrirlos, le dedicó la mejor sonrisa que podía. Draco sonrió también.
- Te puedo acompañar a Hogsmeade... ¿verdad? - Le preguntó ella, cohibiéndose un poco.
Él asintió con la cabeza.
El día estaba aclarando, se despejaron las nubes y el sol subió sobre sus cabezas para la hora de la salida. Los alumnos, como siempre, estaban en colita para darse presentes y salir por los portones que separaban a Hogwarts del resto del mundo. Draco y Ginny procuraron salir por separado, para juntarse en las afueras de Honeydukes media hora más tarde.
Al ver a Malfoy solo, la pelirroja se acercó a él, mirando hacia todos lados para no tener que encontrarse con nadie conocido, aunque podía sentir que le daría lo mismo si alguien supiese o no.
- ¿Y? -
- Sí, espera... -
Draco cerró su mochila, muy abultada ya, con cuidado. Se había abastecido de algunas cosas para comer varios días. Se puso de pie mirando a Ginny y comenzaron a avanzar hasta la estación.
Draco no podía evitar sentir pánico por cada paso que daba. De ahora en adelante, se las tenía que arreglar solo; ya no tendría un elfo que le hiciera las labores domésticas -después de Dobby se habían conseguido otro-, una mamá que le diera cariño, y un padre... no exactamente, pero su sola presencia -y quizás la pura presencia- que le importaba. Lo único que tenía era dinero, una educación escolar a la que le faltaba poco más de un año y el recuerdo de lo que era ser verdaderamente feliz, o al menos lo que conocía como felicidad, cuando él creía que era feliz... aunque igual habían momentos en los que era feliz... por no decir divertirse con sus amigos, pero igual, y aunque hubiera sido por un periodo muy corto, el estar con Ginny Weasley.
Levantó la mirada y se dio cuenta de dónde estaba. No era la estación de trenes, iban caminando por una carretera desierta, donde a los lados habían unas pocas y deshabitadas parcelas solitarias. El sol brillaba y el viento soplaba leve, no había pasado mucho tiempo. Miró a su lado y vio a Ginny, caminando continuamente mirando al frente. Él se paró, haciendo que Ginny lo notara. La pelirroja se volteó hacia él, riendo.
Así que al fin se había dado cuenta.
Desde el principio de la caminata, Ginny no pensaba llevarlo tan pronto a la estación. Llevarlo o acompañarlo, lo que fuera. Y de alguna manera sabía que el se iría en pensamientos y no se fijaría en el camino. Ella quería estar la mayor cantidad de tiempo posible con Draco, al menos hasta que se terminara su tiempo de estar en Hogsmeade. Aunque sintiera su compañía silenciosa, por un fantasma, durante un par de horas. Y así fue. Lo había sacado un poco del Hogsmeade urbano, para salir por una de las carreteras que iba hacia el oeste.
- ¿De qué te ríes? - Preguntó Draco.
- De nada... - Dijo entre risas.
- ¿Cómo que de nada, te sigues riendo? - Le preguntó Draco, comenzando a reír también y caminando hacia ella.
La sacudió por los hombros, con cuidado, pero cada movimiento provocaba que las risas de ambos aumentaran. Ginny se separó de él dándose media vuelta y abrazándose a su estómago intentaba parar de reír. Draco se acercó por atrás y la abrazó por la espalda, y ella se volteó hacia él, ya dejando de reír, pero aún sonriendo.
- No puedo creer que recién te hayas salido de tu pequeño mundo y volver a la realidad... -
- ¿Volver a la realidad? Mira a dónde me trajiste -
- Podría haberte llevado mucho más lejos, si hubiese querido -
- ¿Y por qué no lo hiciste? - Preguntó él, acercando el cuerpo de ella más al suyo.
Sus cabezas estaban muy cerca, casi podían sentir la respiración del otro. Ginny se percató de la situación y se echó hacia atrás, sin decir una palabra, y comenzó a caminar de regreso a la aldea.
Draco estaba de lo más extrañado. ¿Qué acababa de pasar? Podía haber besado a Weasley si lo pensaba mejor, pero al parecer, ella lo había evitado, viendo lo que se venía. ¿Pero por qué lo había hecho?. ¿No le gustaba, acaso? No le gustaba... cómo estaba pensando en eso. Si llegó a comenzar una amistad fue por... ¿una amistad?. ¿Alguna vez fueron amigos realmente? Todo comenzó esa noche en la torre de Gryffindor... más bien parecían cómplices, ambos dueños de un secreto que nadie más sabía ni debía saber. ¿Pero por qué había intentado besarla? Aunque pensándolo bien ni siquiera lo había intentado, sólo se había acercado sin ningún otro propósito que hacerla hablar... ¿o de verdad buscaba algo más?
Corrió tras ella antes de perderla de vista, hasta que la alcanzó y mantuvo su paso hacia delante.
¿Qué esperaba ahora?. ¿De verdad había estado a punto de... besarlo? El sol le afectaba la cabeza, se sentía muy acalorada. Sintió los pasos apresurados de Draco tras ella, haciéndola acelerar la marcha. ¿Y si él le preguntaba algo, qué le iba a responder? "Draco, creo que me gustas" no era lo más sensato del mundo. No era nada sensato, en especial porque no sólo le gustaba, ahora como que sentía otra cosa, pero no se lo podía explicar. Pero lo que lejos tenía: no estaba con el por compasión, que fue lo que creyó al principio, porque a ella nunca le gustó Draco, ella lo odiaba, aunque fuera por mera costumbre. Ahora no quedaba nada de eso. Ahora... eso podía ser... amor.
- ¡No corras! - Dijo él, tratando de romper el silencio, después de algunos minutos.
- No corro - Le respondió, pero sus pies que avanzaban cada vez más rápido, no concordaban con sus palabras. - Ya casi llegamos -
- ¿A Hogsmeade? -
- No, a Londres... - Ironizó.
- ¿Estas enojada? - Preguntó Draco, por el tono seco que la chica empleaba.
- No -
- ¿Entonces? -
- Entonces qué... - Dijo, pero luego, agregó: - No importa, vamos... casi es hora de regresar al colegio, y supongo que quieras ir de una vez a la estación... ¿no? -
Un tono de resentimiento opacaba su voz. Draco se iba, no lo iba a ver nunca más, y no quería tener que aceptar eso. Pensó que mientras más rápido llegaran a la estación, más fácil se iba a olvidar de él.
Malfoy no respondió nada esta vez.
Siguieron caminando a paso rápido. Es ese sector ya iban apareciendo casas con menos patio, y delante de ellos, se levantaba el pueblo completo. Una vez que llegaron, fueron directo a la estación. Draco no tenía idea hacia qué lugar iba a ir. Fue a una casilla, pidió un boleto para el callejón Diagon. Bien ahí podría hospedarse algunos días en El Caldero Chorreante y ahí decidir a qué lugar se iría. El tren salía en 20 minutos.
Avanzaron hasta en andén 3, donde algunos magos y brujas entraban por las puertas de un tren azul oscuro metálico. Ginny se volteó dispuesta a salir en ese momento de la estación, pero Draco apenas se dio cuenta caminó hasta ella, la tomó por el hombro y la detuvo.
- ¿A dónde vas? -
- Odio las despedidas... - Dijo ella, sin mirarlo.
Draco la tomó por la barbilla y la obligó a mirarlo. En sus ojos avellana notó que la chica no estaba siendo sincera del todo.
- Me estás mintiendo - Afirmó con un tono casi frío.
- ¿Y qué si lo estuviera haciendo? Suéltame, Malfoy - Le espetó tratando de no temblar. La estaba poniendo nerviosa... no iba a resistir decirle lo que sentía por mucho tiempo más, en cambio prefirió transformar ese sentimiento en odio.
Él la soltó. No la iba a obligar a hacer nada que no quisiera, en su vida ya había vivido demasiadas decepciones de ese tipo. Pero Ginny no se movía de su lugar, y aún lo mantenía su mirada en él.
Se acercó con cuidado.
- No quiero que te vayas... - Murmuró suavemente.
Draco miró al suelo, sonriendo.
- No puedo creerlo -
Levantó la vista hacia ella y notó que estaba muy roja. La mitad de su ser quería estar en ese tren lo antes posible, pero por otro lado, sentía que no podía escapar a lo que sentía en ese momento. Y eso era que la quería, que quería quedarse con ella, que la solución a sus problemas no era escapando, era enfrentarlos cuando llegara el momento.
Continuará...
