El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000

Dedicado a: Todas las personas que aportaron su granito de arena para este capítulo (que es mucha gente, primera vez que me doy el lujo que pedir tanta ayuda xD), pero en especial a Ale, Andy, mi prima Lady Kaoru y mi hermana Belén que está enfermita :( por el famoso vestido y a Piccolina, Eri y Mamoru por las parejas ;)

Hay algunos deja vú en este cap, pero no se asusten, los puse así a propósito xD Mucho párrafo, menos diálogo, pero no se preocupen! Concéntrense... ¡Está muy tierno! Así que léanlo y dejen reviews.

Mañana, sábado 31, es mi cumple ( que el de la Maestra Rowling y mi querido Harry), así que: saludenmeeeeeeeeeee!

In The Shadows
Quinta parte

- ¿De verdad quieres eso? - Preguntó para asegurarse.

Después de un breve silencio, ella respondió.

- Sí, pero tu quieres irte... tienes que irte... -

- Quizás no quiero irme - Sacó el boleto de su túnica y lo mantuvo en su mano. - Quizás lo que quiero... y lo que tengo que hacer, es quedarme contigo - Diciendo eso rompió el boleto por la mitad.

Ginny estaba anonada. Draco se estaba comportando de una manera... ciertamente inesperada. ¿Dijo que quería, y que tenía que quedarse con... ella?.¿Porqué iba a tener que hacerlo?

- Pero tu padre... los Mor... Mortífagos... - Bajó la voz. - Vienen detrás de ti, Draco... -

- ¿A quién le pueden importar los Mortífagos estando... con... - Se detuvo.

Se acercó a un basurero y lanzó lo que quedaba de ticket en él. "Estando con alguien como tú"... ¿De verdad le iba a decir eso? Bien loco tenía que estar... él se quedaba, porque ella no quería que se fuera... ¿Hacerle caso a una niña tonta y entrometida como Weasley?, se hubiese preguntado en otro tiempo, pero ahora... claro que le haría caso, en cualquier cosa que dijera. Porque si ahora podía estar seguro de algo, es que no se quería separar de ella, aunque tuviese que aguantar ahí a que llegara su padre y su grupito de malditos asesinos... para llevarlo consigo. Era mucho, e incluso porque su madre iba a sufrir por él, pero no importaba. No importaba nada estando con ella.

- ¿Con? - Preguntó Ginny algo preocupada.

- Con Dumbledore en el castillo, por supuesto... - Dijo, casi fríamente.

- Ah... bueno - Titubeó, porque antes definitivamente Draco no pensaba eso. - ¿Ya nos vamos al castillo? O... quieres hacer alguna otra cosa, no sé... -

- No, no, vamos... -

Salieron de la estación, y casi al cruzar la calle, Draco se detuvo abriendo los ojos completamente.

- ¿Qué pasa ahora? - Dijo deteniéndose también.

- Maldición... -

- ¿Eh? -

- ¡Ginny, el baile! - Exclamó Draco, asustándola.

- ¿Qué pasó con eso? -

- ¿Con quién pensabas ir? - Preguntó, a la vez que retomaba la marcha y cruzaba hacia la vereda de enfrente.

- Como que te había dicho que no iba a ir... - Dijo frunciendo el entrecejo.

- A mi no me dijiste, seguro que fue a una de tus amiguitas - Enfatizó. - Pero de todos modos tienes que ir, es regla general... -

- Por favor, no creías que me iban a obligar... ¿o si? -

- Yo creo que sí... - Comenzó a reírse.

- Además si te dije, el día que llovió... ¿qué no te acuerdas? - Pero Draco no le hacía caso, sólo se reía. - ¡Ya para! - Le gritó enojada, pero riéndose también. - ¿Y que quieres que te diga? Tú tampoco - Esa fue su venganza, porque él paró de reír.

- Pensé que era obvio -

- No es obvio, ya no te fuiste -

- En todo caso no lo decía por eso... - La tomó de la mano sorpresivamente. - Voy a ir contigo -

- ¡¿Qué?! - Exclamó ella como asustada, pero su corazón saltaba de alegría. - ¡Ni siquiera tengo vestido!.¿Cómo crees que voy a...? -

- Oh, eso no es problema, aún disponemos de algunos minutos, ojalá no te demores demasiado -

La guió hasta la sucursal de las túnicas de la Señora Malkin de Hogsmeade, a unos pasos de ahí. Aún rondaban algunos estudiantes de Hogwarts entre los estantes, y en los probadores, otros esperando a que sus túnicas y vestidos estuvieran listos. Las encargadas revoloteaban de aquí para allá murmurando cosas o viendo papeles, supervisando costuras automáticas con las varitas...

- Ven por acá, a los vestidos - Dijo él, pero Ginny no se movía de la entrada. - ¿Ahora qué? -

- Yo no... - Miró hacia abajo. - ...no ando con nada de dinero... - Agregó avergonzada.

- Vaya lío¿no?, pero yo sí-i, lo único que nos falta es tiempo... ¡así que apresúrate! -

Ginny seguía sin moverse.

- No tengo como devolvértela luego! - Murmuró, mirándolo sonrojada.

- No tienes que hacerlo... vamos Weasley, por favor... - Dijo él, poniendo su cara de perrito lloroso. - ¿Sí? -

A la pelirroja le entró semejante ataque de risa con la cara que puso Draco que no le quedó otra que aceptar.

Fueron hasta el fondo de local, donde estaban los vestidos hechos y a la venta. Ginny se maravillaba por cada paso que daba... ¡había cada vestido hermoso allí! Todos originales, de distintos cortes, bordados, algunos con accesorios a juego, chicos, grandes, distintas telas... Era como estar en el armario de una princesa, pensó.

- ¿Les puedo ayudar en algo? - Preguntó una encargada de delantal rosa, cargada en hombros y brazos por metros y metros de tela.

Ginny iba a decir que no, pero Draco la interrumpió antes de que abriera la boca.

- Sí, necesitamos un vestido para la señorita - Apuntó a Ginny con sus ojos.

- Ah, sí... - Dijo ella, observando detalladamente de arriba abajo a Ginny, que se sintió algo avergonzada con la examinación.

- Vea usted que le podría quedar mejor, no escatime en gastos, de verdad, voy a esperar en la entrada para pagar cuando esté listo -

Dejó las telas sobre una mesita de madera, tomó a la chica por el brazo y la llevó hasta probadores. Draco no quiso entrometerse para que fuera una sorpresa. Desde luego él ya tenía su túnica de gala, de hecho siempre portaba varias en el abandonado baúl escolar, sólo por fastidiar (sin motivo aparente).

Caminó hasta la caja de pagos y se sentó en un taburete celeste, pensativo, viendo como los alumnos corrían en dirección al castillo llenos de bolsas afuera en High Street. ¿Tan tarde era? Miró el reloj, y claro, se supone que debían estar allí en tres minutos, pero sabía de memoria que no cerraban la entrada del colegio hasta que cada alumno que hubiese salido entrara de nuevo, aunque le quitaran 5 puntos a cada uno por cada minuto retrasado.

Ginny no se demoró demasiado -aunque sí se pasó de la hora- y llegó hacia él rebosante de alegría con una bolsa blanca cerrada en la mano. Draco pagó y se fueron corriendo hasta el gran portón flaqueado por dos cerdos alados. 40 puntos menos para cada uno y se fueron a sus respectivas salas comunes sin despedirse.

Draco llegó a su habitación, donde esta vez no había nadie. Se sacó la ropa, tomó su bata y se metió al baño, para tomar una ducha.

En tanto, Ginny llegaba a su habitación, apestada de chicas, no sólo las que dormían, ahí, sino también otros cursos.

- ¿Qué rayos? - Murmuró, viendo con cara extraña como Whitney, de su curso, peinaba a una niña de cuarto.

La habitación estaba convertida en un verdadero salón de belleza. Alguien había colocado espejos y bancos por todos lados, habían botellas de pociones sobre los veladores, entre otras cosas.

- ¡Ginny!.¿Dónde estabas? - Preguntó Karla, con la cara completamente tapada de alguna crema rosada. - Hace rato que empezaron las sesiones de belleza - Y se rió estridentemente.

- Sesiones de belleza... - Repitió la pelirroja.

- Acuérdate que las chicas de quinto estamos haciendo una sesión de belleza por dos galeones a cada niña que venga a arreglarse para la fiesta con nosotras -

- Las van a dejar fantásticas... - Respondió Ginny de mala gana, pero pareció que Karla no había captado la ironía de la frase. - ¿Dos galeones?.¿No es un poco...? -

- ¿Caro? Pero lo vale... - Y bajó la voz. - Pero estas pequeñas lo creen así... así que es mejor no decir nada -

- ¡Ginny! - Gritó Diane, corriendo hacia ella apenas salió del baño. - ¿Dónde estabas? -

Se rió de que preguntarse lo mismo, porque no le iba a decir, no todo al menos. Aún sentía algo de resentimiento por lo del día anterior.

- Hogsmeade, dónde más -

- Ah, cierto, y ¿fuiste con Malfoy? -

Apenas Diane mencionó el apellido todas las estudiantes dentro de la sala voltearon su cabeza hacia ella, y luego a Ginny, provocando que ésta se sonrojara levemente.

- No - Respondió en tono frío.

Las chicas volvieron a sus actividades.

- ¿Estás enojada? -

- No - Volvió a musitar, ahora buscando su baúl. Por un extraño motivo todas las camas habían desaparecido, y los baúles no se veían por ningún lado. - ¿Dónde están mis cosas? -

Karla indicó una esquina de la habitación semicircular. Ahí vio su baúl apiñado junto a los otros. Sacó la varita del bolsillo y los levitó, para sacar el suyo con otro movimiento de varita. Luego lo abrió y empezó a sacar algunas cosas.

- o -

Llegó la hora de la fiesta. Los estudiantes se juntaban en el vestíbulo, todos muy elegantes, todos enloquecidos, porque por ser fiesta mixta algunos buscaban como desesperados a sus parejas, otros ya se habían encontrado, otros grupitos de amigos murmuraban sobre las parejas que se estaban formando. A cada segundo la escalinata de mármol se llenaba de más personas.

Las puertas del Gran Comedor se abría a las diez en punto, ni antes ni después. No había profesores a la vista, eso también se murmuraba, pero mucho menos. Y ni Ginny ni Draco aparecían por ninguna parte.

Justamente en el minuto que las puertas de roble se abrieron de par en par, empezó a sonar una música que invitaba al baile. Los alumnos impulsados por la marea fueron entrando inmediatamente al Comedor, que en ese momento ni lo parecía.

Las paredes estaban cubiertas de una especie de cortinas blancas, algo fantasmales, pero que le iban bien al lugar. La mesas, tal como en la fiesta de Navidad del 94', habían desaparecido y la mayor parte del salón la ocupaba una gigantesca pista de baile, además de mesas redondas para diez o doce personas a lo largo de las paredes. Las velas flotantes no estaban, en cambio, había un enorme candelabro flotando en medio del techo, donde se distinguían las estrellas más arriba. Aparte de eso, en cada mesa habían floreros con rosas de las cuales parecía salir un brillo titilante.

Pasaron los minutos, y de la muchedumbre en el vestíbulo no quedaba nadie, hasta ahora. Apenas se escuchó por el ruido desde el Gran Comedor, pero alguien venía bajando las escaleras de mármol en solitario y con un taconeo no muy predecible. Esa era Ginny. Venía con un vestido largo hasta el piso casi al punto de arrastrarlo pero sin hacerlo, de color negro, al parecer de satín, con los hombros y brazos al descubierto, y que se ajustaba muy bien a si misma. Resaltaba su cabello, que lo llevaba suelto, liso y largo hasta casi la altura de la cintura. Tenía un maquillaje ligero porque a pesar de todo era bastante pálida, pero aún así usaba algo de rouge en los labios y los ojos delineados negros.

Por otro lado, subiendo desde las frías mazmorras, venia Draco. Tenía una túnica negra, como todas las que tenía, pero esta estaba muy cool. Tenía el cuello un poco alto y redondeado, las mangas se abrían en abanicos, casi pareciendo gótico. Abajo acababa rectamente sobre sus mocasines. El pelo lo llevaba ocasionalmente suelo y alborotado, pero no demasiado, así como con un toque de clase.

Se encontraron justo frente a las puertas abiertas, se observaron por unos segundos, y Draco le ofreció el brazo, ella lo tomó y entraron al lugar. Observaron por unos segundos, el ambiente que había. Juerga y locura en la "pista" de baile, pero otra cosa que no dejaba de sorprender era la cantidad de gente sentada con sus respectivos grupos de curso, como que no querían bailar, pero qué sabían ellos de que las cervezas de mantequilla y algunas otras bebidas estaban encantadas para animar su espíritu -lo tuvieran o no- fiestero, y de saber que no podrían bailar con nadie que fuera de su casa...

Draco, a lo lejos, divisó a sus amigos Crabbe y Goyle sentados en una mesa, conversando o algo así, en la pista de baile, distinguió a Nott, Pansy y Zabini, bailando con sus respectivas parejas, y sintió un suave dolor en el estómago. Nadie sabía absolutamente nada de lo de él y Ginny, y le costaba dejar de pensar de lo que podían llegar a decir en cuanto lo vieran con la pelirroja.

Ginny, a la vez, vio a sus amigas bailando con unos chicos de Ravenclaw en el centro, y más atrás, en una mesa, a su hermano Ron (intentando) bailar desanimadamente con una chica de Hufflepuff de sexto, a quien no conocía. Y eso le recordó algo, como si la hubiesen abofeteado. Nadie sabía absolutamente nada de lo de ella y Draco, y le costaba dejar de pensar de lo que podían llegar a decir en cuanto lo vieran con el Sly.

Pero sus cerebros dejaron paso al corazón para mandar. No iba a importar lo que dijesen, lo que pensasen, lo que fuera que llegaran a sentir al verlos a los dos juntos. Se tomaron de la mano, caminaron hasta la multitud de gente, y comenzaron a bailar una melodía ni demasiado rápida, ni demasiado lenta. Era una, como esas de las películas muggles que ponían en los bailes.

A su alrededor, la gente bailaba con sus cabezas volteadas hacia ellos, como no pudiendo creer lo que veían. A Malfoy con una Weasley. Ni que los hubieran hechizado o algo así. Por más que trataban, las amigas de Ginny no podían ignorar su atrevimiento, ni menos ignorar que hacían una linda pareja. La gente de las mesas levantaba las cabezas para verlos, pero ellos estaban tan en su mundo, que no se daban cuenta. De cierta manera, la diferencia de ellos dos les dio valor a otras parejas para que se levantaran de una vez a bailar. Los primeros fueron los gorilas de Malfoy, Crabbe, con Marieta Edgecombe, y Goyle, con Cho Chang, ambas de Ravenclaw, quizás demasiado desesperadas por conseguir pareja. Luego vinieron otros. Zabini procuró acercarse a ellos con su pareja, Parvati Patil, y arrastró consigo a Nott con Lavender Brown y a Pansy con Ernie Macmillan. Ron, algo descolocado, fue reprendido por una mirada de Hermione quién estaba con Justin de Hufflepuff, a pesar de que Susan trataba de apartarlo igual de su mirada en Ginny, pero ella misma no dejaba de sorprenderse. Harry, quisas algo enojado también, no hacía caso a los tironéos de manga de Hannah Abott Y así cientos de estudiantes más, bueno, a excepción de algunos demasiado entusiasmados con sus propias parejas como para fijarse en ellos, entre éstos estaban Neville y Luna, Colin y una menuda niñita de primero de Slytherin, Dean y Padma, etc.

Al menos, unos minutos bastaron para que todos retomaran sus propias vidas y se dedicaran a bailar. Todos los profesores estaban también por allí, sentados en una mesa, conversando animadamente.

Hasta que de pronto cesó la música, y a continuación, las luces se apagaron, quedando todo en la total oscuridad. Segundos después, los comenzó a invadir un frío de tinieblas... que los hacía sentir peor de lo que habían estado en toda su vida...

Continuará...