VII- Un amor de ángeles
-¡¡¡Mi colgante!!!- Exclamaron ambos al unísono, llevándose las manos al cuello.
Scarlett sujetaba un colgante en forma de corazón. Era de un color rosa pastel muy luminoso... Su madre se lo había regalado cuando cumplió cinco años. Era una herencia familiar de la que nadie recordaba los orígenes.
Hoshi también sujetaba su colgante, un corazón azul pastel, igual de luminoso que el de ella. Este colgante lo había encontrado en el fondo del mar, mientras buceaba de pequeño...
Tras esos instantes de recuerdos, los colgantes comenzaron a brillar, y como por arte de magia, se soltaron de la cadenas y comenzaron a unirse flotando. Hoshi y Scarlett estaban como sumidos en trance, observando lo que estaba sucediendo.
En un segundo, los colgantes se fundieron en uno, y se formó un corazón de luz violeta, que se colocó entre los dos, mientras seguía flotando. Del corazón salieron dos hilos que unian los corazones de ellos, y de pronto, los hilos comenzaron a hacerse transparentes hasta que desaparecieron.
Hoshi exclamó...
-¡Eras tu! ¡La de mis visiones! Ahora estoy seguro... Y...
-¿Visiones? – preguntó Scarlett alterada- ¿Tu también las has tenido? ¿De ángeles acaso?
-¿Tu también? Sí, de ángeles, y demonios, tu y yo..
-¡Nos amábamos! –Gritó Scarlett totalmente emocionada.
El silencio se hizo entre los dos tras estas palabras de ella.
Se miraron a los ojos...
Las estrellas comenzaron a abrirse paso entre la oscuridad. Una de ellas brilló más que las demás, desviando sus miradas hacia ella. Mientras la observaban, como embrujados, Hoshi tomó la mano de Scarlett. Para sorpresa de ambos, no hubieron más visiones... Hoshi comenzó a hablar:
-Hace mucho, mucho tiempo, cuando la paz reinaba en el mundo de los ángeles...
Scarlett continuó:
-Existían dos de ellos, almas gemelas, predestinadas a amarse...
-Un día se encontraron en una playa, en un atardecer de tonos púrpura- Siguió él.
-Se reconocieron enseguida, y se juraron amor eterno...
-Pero la reina Devilla había comenzado a crear sus huestes de demonios, y la guerra se aproximaba...
-Los amantes se seguían encontrando, pero decidieron destinar sus ondas de amor a luchar contra el mal...
-Se separaron durante un tiempo, pero cuanto más separados estaban, mas sufrían, y más crecía sus amor...
-Una tarde- explicó ella- decidieron encontrarse en la misma playa en la que se conocieron... Estaban a punto de sellar su amor con un beso, la forma de los ángeles para unir sus almas, cuando la barricada de ondas de amor que mantenían Afrodita y Sakura, fue gravemente debilitada.
-Justo iban a besarse, cuando uno de los miles de demonios que había traspasado dicha barricada, alcanzó a Hoshi y se lo llevó mientras él gritaba que nunca se separaría de ella... Ella fue tras el demonio, y éste la atrapó también... –Siguió contando Hoshi.
-Ya en las celdas del mundo de los demonios, y tras haber sido torturados con ondas malignas para sacarles información, la reina Devilla decidió que ya no les servían, y ordenó que los matasen...
-El demonio que los atrapó, acabó con sus vidas en un instante, pero al morir, parte de almas, la parte del amor, se separaron en dos corazones, uno rosa y otro azul...
-Muchas vidas pasaron antes de que se volvieran a encontrar... La Tierra era su destino, y tras muchos años allí, se encontraron para retomar...
¡¡¡Su amor eterno!!!
Ambos concluyeron la historia al unísono.
