Capítulo 2: mirada
Ni yo mismo entiendo lo que me está pasando.
Creí que con observar a los humanos era suficiente, pero ya no. Ahora quiero saber más, mucho más. ¿Por qué? Pues porque he descubierto que los ojos son el reflejo de las emociones humanas.
Durante toda mi existencia creí que las palabras y silencios lo eran todo. Quizás es porque, como ya he dicho, las criaturas como Keroberos y yo no mentimos. No conocemos la necesidad de hacerlo. Cuando no queremos decir algo callamos. Pero los humanos si mienten, yo no lo sabía aunque lo intuía.
Me di cuenta de ello por mi ama. Ella siempre ha mentido mucho a su hermano y a su padre cuando ellos no sabían que era la Cazadora de Cartas, pero ahora también lo hace. Cuando el chico del Clan Li se fue siempre mentía. Ella seguía sonriendo y actuando como siempre, pero en sus ojos ya no estaba el brillo de antes. Sus ojos estaban tristes. Muchas veces intenté preguntarle, pero creo que resultaba demasiado directo... es bastante probable.
A Keroberos también le mentía... incluso a ella. Pero ella se daba cuenta. Se callaba, no decía nada y la abrazaba. Pero ella también mentía mucho. Pero no mentía con las palabras, sino con su actitud. Durante mucho tiempo me había tenido engañado, pero desde la vez que la vi llorando la observé con aún más atención que antes, claro, siempre procurando no perder de vista a mi Ama, pues ella siempre ha sido mi prioridad.
La mirada de mi Ama era viva, pero también bastante ingenua... mi Ama es fuerte, valiente y poderosa, pero nunca ha destacado por su perspicacia –o eso dice Keroberos-. La mirada del hermano de mi Ama es penetrante y siempre velando por su hermana. Pero la mirada de ella... la mirada de ella es diferente. La mirada de ella cambia, no es fija. Si mira a los demás, es una mirada común, plana, como vacía. Una mirada que no llama la atención.
Sin embargo cuando mira a mi Ama, su mirada se llena de matices. Y se vuelve triste, cargada de sentimiento pero también de tristeza y resignación. A veces siento la necesidad imperante de cambiar su mirada, de volverla cálida. Sé que una vez fue cálida. Lo presiento. ¿Por qué cambió su mirada?
Ahora paso mucho tiempo tratando de averiguar de qué manera están conectadas mirada y sonrisa. Mirada... sonrisa... ya sé que su sonrisa me gusta, pero... ¿y su mirada? No... su mirada me produce desasosiego. ¿Por qué? No pude aguantar más mi curiosidad. El asunto me empezaba a quebrar la cabeza.
- ¿Por qué tu mientes?
- ¿...?
- Mientes mucho... mucho más que mi Ama Sakura. Cada vez que sonríes mientes. ¿Por qué sonríes si no quieres sonreir?
Estaba completamente turbado, ella me miraba con asombro. No sonreía. Creí que se iba a enfadar conmigo. No es que me importara, a fin de cuentas ella no tiene nada que ver conmigo...
- Pensé que te gustaba mi sonrisa –respondió tras la pausa.
Aquello me cogió totalmente por sorpresa. Es cierto, me gustaba su sonrisa... ¿pero por qué me molestaba tanto que no coincidiera con lo que su mirada decía? Hasta entonces sólo me había fijado en su sonrisa... pero ahora que también tenía en cuenta su mirada, su sonrisa ya no me tranquilizaba. Ya no era... ya no era...
- Pero si con la sonrisa dices una cosa y con tu mirada otra, la sonrisa pierde su significado y ya no me gusta.
- Entonces... ¿sería mejor que nunca sonriera? –me preguntó mientras me miraba sólo con la tristeza de su mirada azul.
- No lo sé...
No lo sé. Ella suspiró y me dejó sólo reflexionando sobre mis propias palabras... durante los siguientes días permanecí como mi forma adoptada, quería averiguar la respuesta y necesitaba tranquilidad. Si mi Ama preguntaba por mí yo salía, pero el tiempo restante lo pasaba dormido... pensando... pensando en el verdadero motivo que me impulsó a hablarle de ello, el motivo... no lo sé, no lo conozco... pero la respuesta que le di... ¿No lo sé? Sí... ¡sí que lo sé! Sí que quiero que sonría, lo que no quiero es que tenga la mirada tan triste. Ya sabía la respuesta. Tenía que ir a decírsela con urgencia.
Era de noche y yo volaba más rápido que nunca. El corazón me palpitaba con fuerza. Hacía mucho, mucho tiempo que algo no me importaba tanto. Cuando por fin llegué a la casa de la niña, golpeé con suavidad en la ventana. Tras unos minutos, vi cómo una luz tenue se encendía y como su sombra se acercaba a la cortina.
- ¿Yue...? ¿qué haces aquí? ¡estás empapado!
No me había dado cuenta, estaba lloviendo y estaba chorreando, pero eso daba igual, yo había venido aquí con un propósito.
- Sí quiero que sonrías, Tomoyo
- ¿Esa es la razón por la que has venido hasta aquí?
- Sí –respondí rotundamente, sin dudarlo- ¿está mal?
- No... supongo que no... ¿quieres pasar?
No sé que me impulsó a aceptar su invitación, pero de repente me vi dentro, con las alas guardadas, mientras ella buscaba algo para secarme.
- Toma esta toalla...
- Me gusta tu sonrisa Tomoyo, pero tu mirada es muy triste. No me gusta tu sonrisa cuando miras triste, porque tu sonrisa se vuelve más triste aún.
- Gracias por preocuparte por mí, pero...
- No tienes que mentir siempre. No tienes que fingir que todo va bien si no lo sientes así. No siempre tienes que ser fuerte.
¿Por qué estaba diciendo todas esas cosas? ¿por qué de repente me preocupaba tanto por ella?
Ni yo mismo entiendo lo que me está pasando...
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Seida-310: me alegra mucho que te guste tanto, tranquila, aunque al principio pensaba que me quedaría un solo capítulo, me sentía con fuerzas como para hacerla algo más larga... aunque no sé cuánto. Espero poder terminarla. ¡deja más reviews dando tu opinión! Me gustan (-)
Ari-chan: ¿se te pasó ya el shock? (XDDDD) a decir verdad esta es mi pareja favorita... ¿rara? Sí, bueno, yo también soy rara, así vamos a juego... (XP). Espero que en este capítulo Yue siga siendo Yue... hace mucho que no leo CCS... igual le doy un vistazo antes de escribir el siguiente capítulo.
Espero que os haya gustado el 2º capítulo. Se admiten sugerencias y críticas constructivas. Besos.
