Holaaaaaaaa...jejejeje...capítulo 8. Bueno, aquí se enterarán de algo que
tenía reservado como sorpresa..algo sobre Remus que las va a hacer
desmayar...obviamente que lo inventé yo...porque si Rowling lo
hiciera...moriríamos todas de sorpresa...eyyyyyy...DEJEN REVIEWS...
¿Quieren que James y Lily resuciten? Porque irenepelliyellow me preguntó
por James...díganme qué invento..se me había ocurrido que hubiera algún
tipo de Magia Antigua o Magia Negra que los hiciese volver. Lo que pasa es
que extraño a Jamsie TT...¿ustedes no?...
Besos.
M.O.S
M.O.P
POR DIOS EL 3 DE JUNIO SE ESTRENAAAAAAAA
La que quiera el póster argentino de HARRY POTTER 3 (N/A: Si es que ya lo
tienen), que me avise y se lo mando por mail...Harry al frente, hermoso,
Ron a la izquierda o derecha, según como se lo mire, divino, Hermione del
mismo modo, y...SIRIUS AL FONDO PRECIOSOOOOOOOOOOOO. JAJAJAJAJA
Capitulo 8: La carta de Hogwarts.
La luz del sol iluminó el hermoso rostro del hombre maduro, que se desperezó y bostezó largamente. -Al fin te despiertas-dijo la voz de Arabella. Volteó a verla, apoyando su cabeza sobre su mano derecha. -Te queda muy bien la toalla-le dijo sonriendo y levantándose de la cama. Se acercó a ella, abrazándola por detrás y besándole el cuello. -Hazme recordar lo que hicimos ayer, amor-dijo Sirius acostándola junto a él. En otro lugar de la casa, Remus luchaba para abrir un pote de mermelada, optando por usar su varita para abrirlo. PUMMM, la tapa del pote saltó...y la mermelada también. -Esto de lo muggle no va conmigo-untó varias tostadas con mantequilla, la segunda opción, cuando una gran lechuza marrón cayó sobre las tazas de té. Sacudió la cabeza. -Esto del amo de casa tampoco va conmigo- se dijo. Se acercó a la lechuza y le quitó el sobre escrito con verde que llevaba en sus patas. Leyó la nota rápidamente. -¿¿Dumbledore quiere verme???¿algo urgente??-sus ojos se abrieron de par en par. Miró a su alrededor y miró el enorme reloj nuevo. -Supongo que ninguno se levantará- se dijo, saliendo de allí. ---------------------------------- -Auch, Bella, no me muerdas ahí-dijo Sirius bajo las sábanas de su cama. -Perdón, Sirius, pero no me puedo resistir-le contestó ella lamiéndole el pecho, hasta llegar al mentón masculino, mordiéndolo de nuevo. -Te amo- susurró él riendo, mientras ella se sentaba sobre él. Hicieron el amor de nuevo, gimiendo, transpirando, gozando...hasta que dos inmensas lechuzas marrones chocaron contra el vidrio de la ventana. -¿Qué fue eso?-preguntó Sirius, saliendo de debajo de las sábanas. -Parece que el correo por lechuza no va bien- dijo Bella que, sentada sobre Sirius, miraba a las lechuzas con desgano. -Rompieron el vidrio estas malditas-dijo Sirius mirando a Bella.-Que linda te ves desnuda-le dijo pícaramente, mientras le lamía los senos. -Sirius-dijo ella cayendo sobre la cama y atrayéndolo hacia ella. Una hora después... -Creo que ya es hora de que leamos esas cartas ¿no?-dijo Sirius, tendido sobre el cuerpo desnudo de Arabella. -No quiero que lo saques-dijo ella sonriendo pícaramente. -No entiendo nñ-dijo Sirius acariciándole el cabello rubio. -Ay, Siri-boy, por supuesto que me entiendes-le contestó Bella doblando las piernas y abrazando las caderas masculinas. -Sirius, ¿haz recibido alguna carta?...-comenzó Remus, que entró a la habitación sin imaginarse que encontraría a su amigo en un momento tan íntimo y comprometedor. -Debo asesinarte ¿cierto?-dijo Sirius, mientras Remus miraba a ambos sorprendido. -Er...perdón nn-dijo Remus azorado ante la situación. -O te vas o vienes aquí con nosotros-bromeó Bella. -¿Quéeeeeee?- -Jamás dejaré que Remsie comparta momentos así conmigo..y mucho menos contigo-dijo Sirius celoso. -Mmmmmm, alguien está celoso-le dijo Bella tomándole las mejillas amorosamente. -Yo mejor me voy, así los dejo...er...¿vestirse nn?-dijo Remus sonriendo nervioso. Dio media vuelta y salió del cuarto. Sirius se levantó, desnudo, y cerró la puerta con cerrojo... y con un hechizo. -Así nadie nos interrumpirá-dijo, palmeándose las manos. Vio que Bella ya no estaba acostada, sino que estaba leyendo la carta que McGonagall le había enviado. Sus ojos claros se abrieron sorprendidos y se tapó la boca con ambas manos. -¿Qué sucede?-le preguntó él acercándose a ella y sentándose a su lado. -Dumbledore quiere verme, dice aquí que es algo urgente- -¿Esa es la carta de la que Remus hablaba?-preguntó Sirius consternado. -No lo creo, seguramente la carta de él dice otra cosa-se levantó del suelo, le entregó a Sirius su carta y comenzó a vestirse. -¿Tan rápido acabas la diversión?-preguntó Sirius simulando llanto. -Siri-boy, debo ir a ver a Dumbledore, parece un llamado desesperado-le dijo, abrochándose la camisa color verde. -Ufa TT- -Bueno Sirius, no te pongas así cariñito bonito-le dijo besándole la mejilla. Él sonrió. -Volverás ¿verdad?- -Por supuesto, si no tengo adonde ir-dijo ella riendo y encogiéndose de hombros. -Con razón-dijo Sirius resignado. -Bueno, ya, yo te amo-le dijo ella dándole un pequeño beso en los labios. Se levantó de la cama y salió de la habitación. Sirius se quedó sentado varios minutos, hasta que decidió darse una ducha. Se dirigió al baño y, ya adentro de éste, se miró al espejo. Miró su cuerpo maduro, tan diferente lo veía al cuerpo aquel que había tenido a los veinte años (N/A: y...el tiempo va pasando, y se nota en nosotros nn). Pero no lo extrañaba, aunque aquellos tiempos habían sido maravillosos. Sonrió al notar algunas canas en su cabello (N/A: no me asesinen, pero mientras más maduros, más lindos los hombres :PP) y algunas arrugas de expresión. Pero no le importaba, a pesar de que no tenía a su mejor amigo, podía decir que su vida era casi tan perfecta como aquella que tuvo a los veinte, con Bella a su lado, feliz a pesar de todo. Suspiró y se metió en la bañera, que ya rebalsaba de agua caliente. Apoyó la cabeza en el mármol frío y miró al techo. Tomó aire y se sumergió. Abrió los ojos bajo el agua, pensando en Bella, en esa mujer que lo tuvo desvelado y con los nervios alterados durante dos años eternos, para él, que luego le dieron la noticia de su vida: después de tanto perseverar, ella posó sus ojos en el apuesto y joven Black. Aunque no fue necesario, puesto que ella moría de amor por él desde quinto año, exactamente igual que Lily con James. Rió bajo el agua, recordando la cara de estupefacción de James al enterarse, por palabras de Bella, que Lily estaba enamorada de él desde sexto. "¿Y por qué no me di cuenta?" se preguntó él. "Se llama síndrome del merodeador idiota" le había contestado Cat, la novia de Remus. "Idiota, pero apuesto" contestó el bello Potter con sarcasmo. -James, si encontrara alguna forma de hacerte volver a ti y a Lily, juro que lo haría-dijo Sirius cerrando los ojos.-Si supieras cuanto los necesitamos Remus, Harry y yo- mientras algunas lágrimas recorrían sus mejillas. Se lavó la cara y salió de la bañera, se secó el cuerpo y abrió la puerta. Lo que se encontró no le gustó demasiado. -Sirius, er...hola-dijo la joven de dieciséis años parada enfrente. A Sirius no le causó mucha gracia que el par de ojos miel lo recorriera con la mirada, ansiosos de encontrar algo sorprendente. -¿Necesitas algo Herms?-preguntó Sirius sin ánimo. Ella notó el sarcasmo en la voz del apuesto hombre de ojos zafiro. -Es que..Remus quiere que bajes a desayunar- -Sólo me lo decías desde el corredor, aquí todo retumba-contestó él, tomando la toalla con fuerza. -¿Acabas de bañarte?-preguntó ella mordiéndose el labio al notar cierto bulto entre las piernas masculinas. -Pues...¿a ti qué te parece?-preguntó Sirius sarcásticamente. Hermione miró al suelo apenada. -Herms, perdóname, es que no tuve una buena mañana-le dijo señalando los vidrios esparcidos de la ventana. Se acercó a ella y la abrazó. Mal hecho. Hermione se sonrojó sobremanera al sentir el pecho duro de Sirius tan cerca, y ni hablar del calor intenso que sintió al recordar que bajo la toalla Sirius no llevaba nada puesto. Tragó ruidosamente. -Sirius, yo...-comenzó. Sirius la miró unos instantes y le sonrió. -¿Sabes a quién me recuerdas nn?-le dijo él abrazándola paternalmente. -nñ- -A Lily- -¿A la madre de Harry?-preguntó Hermione separándose de él.-¿A tu mejor amiga?- -Sí..¿qué tiene de malo?-preguntó él. -¿Alguna vez sentiste amor por ella?- -¿Por Lily?. No, jamás estuve enamorado de ella, si eso hubiera ocurrido, James y ella nunca habrían estado juntos- -Así que me ves como una amiga- -Te veo como una sobrina, si James y Lily hubiesen tenido alguna hija, de seguro sería como tú nn-dijo riendo y acariciándole la mejilla. -Pero...- -Me recuerdas a ella porque eres gruñona, además...ambas se enamoraron de un Potter no- -oo ¿qué dices Sirius?- -Sé que te gusta Harry, te vuelve loca-dijo el apuesto hombre sonriendo convencido. -¿Y qué crees que sea?-preguntó ella sonrojada y mirando el suelo. -Herencia paterna- -No, eso no XDD, lo que siento por Harry- -Creo que atracción, luego será amor. Ni tú ni él se han dado cuenta, pero están haciendo una historia de amor parecida a la de James y Lily, seguramente algún slytherin bobo se pondrá en medio. Mira, tú eres hija de muggles, al igual que Lily, inteligente, bonita. Y Harry es, bueno, media sangre, no sangre pura como su padre. Apuesto, inteligente, admirado...pobrecito-dijo con resolución y rascándose la barbilla. -Pero ¿qué tiene que ver?-preguntó Hermione con sarcasmo. -Tú y Harry me recuerdan mucho a ellos- dijo sonriendo con melancolía. -¿De veras?-preguntó ella viendo como Sirius se había puesto. TOC TOC
-Sirius, ven a desayunar-dijo la voz de Remus del otro lado de la puerta. -Ya voy-dijo. Miró a Hermione- no creo que quieras verme desnudo-dijo levantándose y abriendo la puerta. En ese momento recordó algo. -¿Cómo sabías que la puerta tenía un hechizo? Porque para entrar debiste quitarlo- -Er...oo- -Bueno, no importa, ve a desayunar-dijo abriendo la puerta y despidiéndola. Cuando Hermione estuvo fuera, cerró la puerta con fuerza. Ella se quedó unos minutos con la mente en blanco, recordando cada centímetro del cuerpo de Sirius. Las palabras que él le había dicho la habían lastimado. Que él la viera como una sobrina, o le recordara a Lily, le hicieron darse cuenta de que Sirius jamás la vería como una mujer, sino como una niña que nunca crecería. Además, estaba Arabella. Aquella mujer sí que lo tenía en sus manos, bien aprisionado. Suspiró, movió la cabeza, y se dirigió hacia las escaleras. --------------------------------- -Por Dios, me muero de sed-se dijo Bella recorriendo con la mirada aquel lugar. Miró hacia las Tres Escobas, que le traía tantos recuerdos graciosos, bonitos..y no tanto. Caminó dos pasos, hasta que se cruzó con un gato a rayas. -Al fin llega, profesora- dijo, mientras el gato se transformaba. -Disculpa la tardanza, la red flu está que explota de abarrotamiento-dijo McGonagall arreglándose el sombrero.-Sígueme Arabella- Caminaron cerca de La Casa de los Gritos, acercándose cada vez más al umbral. -Esperaremos aquí-dijo, mientras Bella miraba el lugar con melancolía. -Este lugar me trae muchos recuerdos-dijo suspirando. McGonagall sonrió. -Minerva, Arabella-dijo Dumbledore, que había llegado junto a ellas. -Profesor, ¿qué era eso tan importante que debía decirme?- -Pues, Arabella, es algo muy delicado, sé que te caerá de sorpresa-dijo con voz pausada y tranquila. Tomó aire.-Es sobre...una persona que tú aprecias de todo corazón- -¿Sirius?- -Dije aprecias, no amas- -Ups nnU – Dumbledore se corrió dos pasos, dejando ver a una persona encapuchada. Bella lo miró sin entender, para luego posar sus ojos en la ¿mujer?. -¿Quién es?-le preguntó a McGonagall. Pero la profesora no contestó. La mujer encapuchada mostró su rostro joven. Bella se cruzó con un par de ojos color miel, un cabello liso y castaño, labios carnosos, rostro ovalado. Esa cara le era muy familiar... y en ese momento recordó. -CAT-gritó, lanzándose sobre la bonita mujer que sollozaba de alegría. -Por Dios, jamás creí que volverías-dijo llorando y abrazando con más fuerza a su amiga. -Bella, no sabes cuánto te extrañé-dijo sonriendo, mientras se limpiaba las mejillas. Su rostro se ensombreció- me enteré lo de...Lily y James- -Y creo que te habrás enterado lo de Sirius- -Sí, pobrecito-dijo mirando al suelo. -Bueno, creo que deben charlar sobre algo importante-dijo Dumbledore mirando a las dos bellas mujeres. -¿Algo importante?-preguntó Bella. Miró a Cat.-Nunca me dijiste por qué te fuiste- -Pues, vayamos a otro lugar-dijo McGonagall, señalando a Las Tres Escobas. Llegaron allí luego de bajar la empinada colina. -Hola Rosmerta-dijo Dumbledore acercándose a la mujer que atendía el lugar. Bella y Cat se sentaron en una mesa apartada, esperando. -¿Vas a contarme?-preguntó Bella impaciente. Cat suspiró y tomó aire. Sus ojos demostraban melancolía e incertidumbre. -En esa época, hace unos dieciocho años, mis padres se opusieron a que yo estuviera con Remus-comenzó. -Retrógrados- -Me obligaron a irme lejos de él, me fui a vivir a Francia, en donde mis primas viven-tomó aire- casi dos años después, me enteré de la muerte de ellos, pero también supe que Lily esperaba un hijo de James-sonrió. -Sí, Harry, tienes que verlo, es James pero con ojos verdes- -Debe ser muy guapo-dijo Cat imaginándose al hijo de sus dos mejores amigos.-Pero hay algo más, algo que ni tú, ni Remus saben- Arabella la miró sin comprender. -Yo...estaba embarazada- -¿Qué????-preguntó Bella saliendo de su ensimismamiento.-¿qué hiciste con él o ella?- -Él...lo tuve, por supuesto, y lo críe- -Debe tener...- -Dieciocho años-dijo Cat sonriendo-esa es otra de las razones por la que mi padre quiso que me fuera, él no quería emparentarse con medias sangres, y tú sabes que en esa época era casi un escándalo que una muchacha tuviera hijos soltera- -Malditas familias sangre pura, son todas iguales-dijo Bella golpeando la mesa con fuerza, logrando que varias personas las miraran. -Nunca dejas de llamar la atención- dijo Cat riendo. -Bueno..¿cómo se llama tu hijo?, déjame adivinar: Remus- Cat sonrió abiertamente. -Sí, Remus Lamark, recuerda que él no pudo reconocerlo- -Pero..jamás nos lo dijiste, ni siquiera por carta- -Sí, Susan lo sabe- Arabella la miró pasmada. -Jamás me lo dijo-dijo la rubia.-¿por qué será?- -Le envié una carta diciéndole que les contara a ustedes, principalmente a Remus- dijo Cat.-¡Qué extraño!, no creí que Sus haría eso- -Recuerda que ella siempre estuvo enamorada de Remus-dijo Bella como si eso fuera lógico. -¿Habrá sido por eso?- -Una mujer despechada es capaz de cualquier cosa-sonrió. Miró a su amiga y se puso seria-y...¿cuándo piensas presentarme a tu hijo? De seguro es tan lindo como el padre- -Si que lo es, es Remus versión castaño nn- -Ten cuidado, que en Hogwarts la mitad de las alumnas son adolescentes- -De seguro todas están atrás de Harry-dijo Cat sonriendo. -Sí...pobrecito-dijo Bella riendo a carcajadas.-¿Y? Espero una respuesta, quiero conocer a Remsie junior- -Está afuera-dijo Cat señalando a un joven castaño que miraba los productos que Zonko tenía en vidriera. Era alto y delgado, pero aún así era un joven atractivo. -¿Tiene novia?-preguntó Arabella levantándose y siguiendo a Cat. -Hijo ¿has visto algo interesante?-le preguntó Cat al joven al llegar junto a él. Éste se sobresaltó y dio media vuelta. Al encontrarse con el rostro de su madre, se tranquilizó. "De veras que se parece a Remus" pensó Bella mirándolo. Tenía los mismos ojos, la misma complexión, pero tenía la forma de cara de Cat, el mismo color de cabello y los mismos labios carnosos. El joven sonrió como disculpándose con su madre. "Tiene la misma sonrisa de Remus". -Remus, ella es una de mis mejores amigas: Arabella Figg-el joven le tendió la mano. -Te pareces mucho a tu padre-le dijo ella, haciendo que la expresión del muchacho cambiara. -¿Lo conoce?- preguntó él. "Hasta tiene la misma voz" pensó la mujer rubia. -Sí, soy amiga suya-. En los ojos del chico se notaba cierta ilusión por conocer a su padre. -También conozco a Harry Potter- -¿Harry Potter?-preguntó Remus (N/A: junior) abriendo los ojos sorprendido.- ¿Conoce al hijo de Lily y James Potter?, mamá siempre me habla de James, cuando yo era niño me contaba lo que los merodeadores hacían, eran mis cuentos favoritos- -Cuentos verídicos-dijo Cat pasando un brazo sobre los hombros de Remus. –Y aún eres un niño, MI niño-siguió, besándole la mejilla (N/A: entrega al niño...). -Catherine, tu hijo ya es bastante grandecito-dijo Bella riendo. -Bella, creo que tengo que irme-dijo Cat, debido a que el profesor Dumbledore los llamaba a ambos con la mano.-Adiós, y ve a Hogwarts este año- le dijo suplicante. -Iré, no te preocupes-dijo Bella. Miró a Remus.-tú irás ¿verdad?- -Sí, quiero ser miembro de la Orden del Fénix, como lo es mi padre- -Vaya, estás orgulloso de tu padre-dijo Bella. Besó a ambos en las mejillas y se despidió.
Capitulo 8: La carta de Hogwarts.
La luz del sol iluminó el hermoso rostro del hombre maduro, que se desperezó y bostezó largamente. -Al fin te despiertas-dijo la voz de Arabella. Volteó a verla, apoyando su cabeza sobre su mano derecha. -Te queda muy bien la toalla-le dijo sonriendo y levantándose de la cama. Se acercó a ella, abrazándola por detrás y besándole el cuello. -Hazme recordar lo que hicimos ayer, amor-dijo Sirius acostándola junto a él. En otro lugar de la casa, Remus luchaba para abrir un pote de mermelada, optando por usar su varita para abrirlo. PUMMM, la tapa del pote saltó...y la mermelada también. -Esto de lo muggle no va conmigo-untó varias tostadas con mantequilla, la segunda opción, cuando una gran lechuza marrón cayó sobre las tazas de té. Sacudió la cabeza. -Esto del amo de casa tampoco va conmigo- se dijo. Se acercó a la lechuza y le quitó el sobre escrito con verde que llevaba en sus patas. Leyó la nota rápidamente. -¿¿Dumbledore quiere verme???¿algo urgente??-sus ojos se abrieron de par en par. Miró a su alrededor y miró el enorme reloj nuevo. -Supongo que ninguno se levantará- se dijo, saliendo de allí. ---------------------------------- -Auch, Bella, no me muerdas ahí-dijo Sirius bajo las sábanas de su cama. -Perdón, Sirius, pero no me puedo resistir-le contestó ella lamiéndole el pecho, hasta llegar al mentón masculino, mordiéndolo de nuevo. -Te amo- susurró él riendo, mientras ella se sentaba sobre él. Hicieron el amor de nuevo, gimiendo, transpirando, gozando...hasta que dos inmensas lechuzas marrones chocaron contra el vidrio de la ventana. -¿Qué fue eso?-preguntó Sirius, saliendo de debajo de las sábanas. -Parece que el correo por lechuza no va bien- dijo Bella que, sentada sobre Sirius, miraba a las lechuzas con desgano. -Rompieron el vidrio estas malditas-dijo Sirius mirando a Bella.-Que linda te ves desnuda-le dijo pícaramente, mientras le lamía los senos. -Sirius-dijo ella cayendo sobre la cama y atrayéndolo hacia ella. Una hora después... -Creo que ya es hora de que leamos esas cartas ¿no?-dijo Sirius, tendido sobre el cuerpo desnudo de Arabella. -No quiero que lo saques-dijo ella sonriendo pícaramente. -No entiendo nñ-dijo Sirius acariciándole el cabello rubio. -Ay, Siri-boy, por supuesto que me entiendes-le contestó Bella doblando las piernas y abrazando las caderas masculinas. -Sirius, ¿haz recibido alguna carta?...-comenzó Remus, que entró a la habitación sin imaginarse que encontraría a su amigo en un momento tan íntimo y comprometedor. -Debo asesinarte ¿cierto?-dijo Sirius, mientras Remus miraba a ambos sorprendido. -Er...perdón nn-dijo Remus azorado ante la situación. -O te vas o vienes aquí con nosotros-bromeó Bella. -¿Quéeeeeee?- -Jamás dejaré que Remsie comparta momentos así conmigo..y mucho menos contigo-dijo Sirius celoso. -Mmmmmm, alguien está celoso-le dijo Bella tomándole las mejillas amorosamente. -Yo mejor me voy, así los dejo...er...¿vestirse nn?-dijo Remus sonriendo nervioso. Dio media vuelta y salió del cuarto. Sirius se levantó, desnudo, y cerró la puerta con cerrojo... y con un hechizo. -Así nadie nos interrumpirá-dijo, palmeándose las manos. Vio que Bella ya no estaba acostada, sino que estaba leyendo la carta que McGonagall le había enviado. Sus ojos claros se abrieron sorprendidos y se tapó la boca con ambas manos. -¿Qué sucede?-le preguntó él acercándose a ella y sentándose a su lado. -Dumbledore quiere verme, dice aquí que es algo urgente- -¿Esa es la carta de la que Remus hablaba?-preguntó Sirius consternado. -No lo creo, seguramente la carta de él dice otra cosa-se levantó del suelo, le entregó a Sirius su carta y comenzó a vestirse. -¿Tan rápido acabas la diversión?-preguntó Sirius simulando llanto. -Siri-boy, debo ir a ver a Dumbledore, parece un llamado desesperado-le dijo, abrochándose la camisa color verde. -Ufa TT- -Bueno Sirius, no te pongas así cariñito bonito-le dijo besándole la mejilla. Él sonrió. -Volverás ¿verdad?- -Por supuesto, si no tengo adonde ir-dijo ella riendo y encogiéndose de hombros. -Con razón-dijo Sirius resignado. -Bueno, ya, yo te amo-le dijo ella dándole un pequeño beso en los labios. Se levantó de la cama y salió de la habitación. Sirius se quedó sentado varios minutos, hasta que decidió darse una ducha. Se dirigió al baño y, ya adentro de éste, se miró al espejo. Miró su cuerpo maduro, tan diferente lo veía al cuerpo aquel que había tenido a los veinte años (N/A: y...el tiempo va pasando, y se nota en nosotros nn). Pero no lo extrañaba, aunque aquellos tiempos habían sido maravillosos. Sonrió al notar algunas canas en su cabello (N/A: no me asesinen, pero mientras más maduros, más lindos los hombres :PP) y algunas arrugas de expresión. Pero no le importaba, a pesar de que no tenía a su mejor amigo, podía decir que su vida era casi tan perfecta como aquella que tuvo a los veinte, con Bella a su lado, feliz a pesar de todo. Suspiró y se metió en la bañera, que ya rebalsaba de agua caliente. Apoyó la cabeza en el mármol frío y miró al techo. Tomó aire y se sumergió. Abrió los ojos bajo el agua, pensando en Bella, en esa mujer que lo tuvo desvelado y con los nervios alterados durante dos años eternos, para él, que luego le dieron la noticia de su vida: después de tanto perseverar, ella posó sus ojos en el apuesto y joven Black. Aunque no fue necesario, puesto que ella moría de amor por él desde quinto año, exactamente igual que Lily con James. Rió bajo el agua, recordando la cara de estupefacción de James al enterarse, por palabras de Bella, que Lily estaba enamorada de él desde sexto. "¿Y por qué no me di cuenta?" se preguntó él. "Se llama síndrome del merodeador idiota" le había contestado Cat, la novia de Remus. "Idiota, pero apuesto" contestó el bello Potter con sarcasmo. -James, si encontrara alguna forma de hacerte volver a ti y a Lily, juro que lo haría-dijo Sirius cerrando los ojos.-Si supieras cuanto los necesitamos Remus, Harry y yo- mientras algunas lágrimas recorrían sus mejillas. Se lavó la cara y salió de la bañera, se secó el cuerpo y abrió la puerta. Lo que se encontró no le gustó demasiado. -Sirius, er...hola-dijo la joven de dieciséis años parada enfrente. A Sirius no le causó mucha gracia que el par de ojos miel lo recorriera con la mirada, ansiosos de encontrar algo sorprendente. -¿Necesitas algo Herms?-preguntó Sirius sin ánimo. Ella notó el sarcasmo en la voz del apuesto hombre de ojos zafiro. -Es que..Remus quiere que bajes a desayunar- -Sólo me lo decías desde el corredor, aquí todo retumba-contestó él, tomando la toalla con fuerza. -¿Acabas de bañarte?-preguntó ella mordiéndose el labio al notar cierto bulto entre las piernas masculinas. -Pues...¿a ti qué te parece?-preguntó Sirius sarcásticamente. Hermione miró al suelo apenada. -Herms, perdóname, es que no tuve una buena mañana-le dijo señalando los vidrios esparcidos de la ventana. Se acercó a ella y la abrazó. Mal hecho. Hermione se sonrojó sobremanera al sentir el pecho duro de Sirius tan cerca, y ni hablar del calor intenso que sintió al recordar que bajo la toalla Sirius no llevaba nada puesto. Tragó ruidosamente. -Sirius, yo...-comenzó. Sirius la miró unos instantes y le sonrió. -¿Sabes a quién me recuerdas nn?-le dijo él abrazándola paternalmente. -nñ- -A Lily- -¿A la madre de Harry?-preguntó Hermione separándose de él.-¿A tu mejor amiga?- -Sí..¿qué tiene de malo?-preguntó él. -¿Alguna vez sentiste amor por ella?- -¿Por Lily?. No, jamás estuve enamorado de ella, si eso hubiera ocurrido, James y ella nunca habrían estado juntos- -Así que me ves como una amiga- -Te veo como una sobrina, si James y Lily hubiesen tenido alguna hija, de seguro sería como tú nn-dijo riendo y acariciándole la mejilla. -Pero...- -Me recuerdas a ella porque eres gruñona, además...ambas se enamoraron de un Potter no- -oo ¿qué dices Sirius?- -Sé que te gusta Harry, te vuelve loca-dijo el apuesto hombre sonriendo convencido. -¿Y qué crees que sea?-preguntó ella sonrojada y mirando el suelo. -Herencia paterna- -No, eso no XDD, lo que siento por Harry- -Creo que atracción, luego será amor. Ni tú ni él se han dado cuenta, pero están haciendo una historia de amor parecida a la de James y Lily, seguramente algún slytherin bobo se pondrá en medio. Mira, tú eres hija de muggles, al igual que Lily, inteligente, bonita. Y Harry es, bueno, media sangre, no sangre pura como su padre. Apuesto, inteligente, admirado...pobrecito-dijo con resolución y rascándose la barbilla. -Pero ¿qué tiene que ver?-preguntó Hermione con sarcasmo. -Tú y Harry me recuerdan mucho a ellos- dijo sonriendo con melancolía. -¿De veras?-preguntó ella viendo como Sirius se había puesto. TOC TOC
-Sirius, ven a desayunar-dijo la voz de Remus del otro lado de la puerta. -Ya voy-dijo. Miró a Hermione- no creo que quieras verme desnudo-dijo levantándose y abriendo la puerta. En ese momento recordó algo. -¿Cómo sabías que la puerta tenía un hechizo? Porque para entrar debiste quitarlo- -Er...oo- -Bueno, no importa, ve a desayunar-dijo abriendo la puerta y despidiéndola. Cuando Hermione estuvo fuera, cerró la puerta con fuerza. Ella se quedó unos minutos con la mente en blanco, recordando cada centímetro del cuerpo de Sirius. Las palabras que él le había dicho la habían lastimado. Que él la viera como una sobrina, o le recordara a Lily, le hicieron darse cuenta de que Sirius jamás la vería como una mujer, sino como una niña que nunca crecería. Además, estaba Arabella. Aquella mujer sí que lo tenía en sus manos, bien aprisionado. Suspiró, movió la cabeza, y se dirigió hacia las escaleras. --------------------------------- -Por Dios, me muero de sed-se dijo Bella recorriendo con la mirada aquel lugar. Miró hacia las Tres Escobas, que le traía tantos recuerdos graciosos, bonitos..y no tanto. Caminó dos pasos, hasta que se cruzó con un gato a rayas. -Al fin llega, profesora- dijo, mientras el gato se transformaba. -Disculpa la tardanza, la red flu está que explota de abarrotamiento-dijo McGonagall arreglándose el sombrero.-Sígueme Arabella- Caminaron cerca de La Casa de los Gritos, acercándose cada vez más al umbral. -Esperaremos aquí-dijo, mientras Bella miraba el lugar con melancolía. -Este lugar me trae muchos recuerdos-dijo suspirando. McGonagall sonrió. -Minerva, Arabella-dijo Dumbledore, que había llegado junto a ellas. -Profesor, ¿qué era eso tan importante que debía decirme?- -Pues, Arabella, es algo muy delicado, sé que te caerá de sorpresa-dijo con voz pausada y tranquila. Tomó aire.-Es sobre...una persona que tú aprecias de todo corazón- -¿Sirius?- -Dije aprecias, no amas- -Ups nnU – Dumbledore se corrió dos pasos, dejando ver a una persona encapuchada. Bella lo miró sin entender, para luego posar sus ojos en la ¿mujer?. -¿Quién es?-le preguntó a McGonagall. Pero la profesora no contestó. La mujer encapuchada mostró su rostro joven. Bella se cruzó con un par de ojos color miel, un cabello liso y castaño, labios carnosos, rostro ovalado. Esa cara le era muy familiar... y en ese momento recordó. -CAT-gritó, lanzándose sobre la bonita mujer que sollozaba de alegría. -Por Dios, jamás creí que volverías-dijo llorando y abrazando con más fuerza a su amiga. -Bella, no sabes cuánto te extrañé-dijo sonriendo, mientras se limpiaba las mejillas. Su rostro se ensombreció- me enteré lo de...Lily y James- -Y creo que te habrás enterado lo de Sirius- -Sí, pobrecito-dijo mirando al suelo. -Bueno, creo que deben charlar sobre algo importante-dijo Dumbledore mirando a las dos bellas mujeres. -¿Algo importante?-preguntó Bella. Miró a Cat.-Nunca me dijiste por qué te fuiste- -Pues, vayamos a otro lugar-dijo McGonagall, señalando a Las Tres Escobas. Llegaron allí luego de bajar la empinada colina. -Hola Rosmerta-dijo Dumbledore acercándose a la mujer que atendía el lugar. Bella y Cat se sentaron en una mesa apartada, esperando. -¿Vas a contarme?-preguntó Bella impaciente. Cat suspiró y tomó aire. Sus ojos demostraban melancolía e incertidumbre. -En esa época, hace unos dieciocho años, mis padres se opusieron a que yo estuviera con Remus-comenzó. -Retrógrados- -Me obligaron a irme lejos de él, me fui a vivir a Francia, en donde mis primas viven-tomó aire- casi dos años después, me enteré de la muerte de ellos, pero también supe que Lily esperaba un hijo de James-sonrió. -Sí, Harry, tienes que verlo, es James pero con ojos verdes- -Debe ser muy guapo-dijo Cat imaginándose al hijo de sus dos mejores amigos.-Pero hay algo más, algo que ni tú, ni Remus saben- Arabella la miró sin comprender. -Yo...estaba embarazada- -¿Qué????-preguntó Bella saliendo de su ensimismamiento.-¿qué hiciste con él o ella?- -Él...lo tuve, por supuesto, y lo críe- -Debe tener...- -Dieciocho años-dijo Cat sonriendo-esa es otra de las razones por la que mi padre quiso que me fuera, él no quería emparentarse con medias sangres, y tú sabes que en esa época era casi un escándalo que una muchacha tuviera hijos soltera- -Malditas familias sangre pura, son todas iguales-dijo Bella golpeando la mesa con fuerza, logrando que varias personas las miraran. -Nunca dejas de llamar la atención- dijo Cat riendo. -Bueno..¿cómo se llama tu hijo?, déjame adivinar: Remus- Cat sonrió abiertamente. -Sí, Remus Lamark, recuerda que él no pudo reconocerlo- -Pero..jamás nos lo dijiste, ni siquiera por carta- -Sí, Susan lo sabe- Arabella la miró pasmada. -Jamás me lo dijo-dijo la rubia.-¿por qué será?- -Le envié una carta diciéndole que les contara a ustedes, principalmente a Remus- dijo Cat.-¡Qué extraño!, no creí que Sus haría eso- -Recuerda que ella siempre estuvo enamorada de Remus-dijo Bella como si eso fuera lógico. -¿Habrá sido por eso?- -Una mujer despechada es capaz de cualquier cosa-sonrió. Miró a su amiga y se puso seria-y...¿cuándo piensas presentarme a tu hijo? De seguro es tan lindo como el padre- -Si que lo es, es Remus versión castaño nn- -Ten cuidado, que en Hogwarts la mitad de las alumnas son adolescentes- -De seguro todas están atrás de Harry-dijo Cat sonriendo. -Sí...pobrecito-dijo Bella riendo a carcajadas.-¿Y? Espero una respuesta, quiero conocer a Remsie junior- -Está afuera-dijo Cat señalando a un joven castaño que miraba los productos que Zonko tenía en vidriera. Era alto y delgado, pero aún así era un joven atractivo. -¿Tiene novia?-preguntó Arabella levantándose y siguiendo a Cat. -Hijo ¿has visto algo interesante?-le preguntó Cat al joven al llegar junto a él. Éste se sobresaltó y dio media vuelta. Al encontrarse con el rostro de su madre, se tranquilizó. "De veras que se parece a Remus" pensó Bella mirándolo. Tenía los mismos ojos, la misma complexión, pero tenía la forma de cara de Cat, el mismo color de cabello y los mismos labios carnosos. El joven sonrió como disculpándose con su madre. "Tiene la misma sonrisa de Remus". -Remus, ella es una de mis mejores amigas: Arabella Figg-el joven le tendió la mano. -Te pareces mucho a tu padre-le dijo ella, haciendo que la expresión del muchacho cambiara. -¿Lo conoce?- preguntó él. "Hasta tiene la misma voz" pensó la mujer rubia. -Sí, soy amiga suya-. En los ojos del chico se notaba cierta ilusión por conocer a su padre. -También conozco a Harry Potter- -¿Harry Potter?-preguntó Remus (N/A: junior) abriendo los ojos sorprendido.- ¿Conoce al hijo de Lily y James Potter?, mamá siempre me habla de James, cuando yo era niño me contaba lo que los merodeadores hacían, eran mis cuentos favoritos- -Cuentos verídicos-dijo Cat pasando un brazo sobre los hombros de Remus. –Y aún eres un niño, MI niño-siguió, besándole la mejilla (N/A: entrega al niño...). -Catherine, tu hijo ya es bastante grandecito-dijo Bella riendo. -Bella, creo que tengo que irme-dijo Cat, debido a que el profesor Dumbledore los llamaba a ambos con la mano.-Adiós, y ve a Hogwarts este año- le dijo suplicante. -Iré, no te preocupes-dijo Bella. Miró a Remus.-tú irás ¿verdad?- -Sí, quiero ser miembro de la Orden del Fénix, como lo es mi padre- -Vaya, estás orgulloso de tu padre-dijo Bella. Besó a ambos en las mejillas y se despidió.
