Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

"No te puedo mentir la quiero demasiado. Difícil esconder lo que me hace sentir y con eestas palabras yo me voy de aquí. No llores por mí, deja que me vaya, sin verte sufrir, sin verte sufrir. No llores por mí, otro encontrarás, que te haga feliz, que te haga feliz... — No llores por mí, Enrique Iglesias"

Planeta Vegita

Bulma despertó en medio de muchas plumas y la suavidad de la seda rodeándola.

Abrió los ojos y al mover los músculos sintió el ligero dolor en ellos. Su parte íntima aún seguía ligeramente escocida debido a la sesión maratónica de sexo a la que se había sometido.

«Estúpido Vegeta... tiene que ser tan malditamente caliente...»

Con pereza y un poco de dolor en el cuerpo y en su zona íntima se despertó, camino rumbo a la ducha y entonces con horror lo vio, marcas y chupetones por todo su cuerpo.

Un sonrojo cruzó toda su cara mientras se mordía en labio al verse así.

«¡Ese idiota que se cree! No puede marcarme así. ¡Estúpido mono salvaje! Me va a oír cuando lo vea.»

Decidió bañarse y vestirse con ropa muy conservadora, no estaba de humor para las observaciones indiscretas con las que los saiyans solían salir.

Si algo que a veces la exasperaba era la falta de tacto y de pudor que solían tener de pronto los saiyans. Una vez arreglada se dirigió a la cocina donde Gure muy feliz preparaba el desayuno mientras Trunks estaba feliz jugando mientras esperaba su alimento.

— ¡Buenos días mami!— Feliz saludaba el infante, aunque pronto la azul mirada se tornó en confusión pues esperaba hallarse a su padre como el día anterior.

— Mami, ¿Donde está mi papá?— Esa inocente pregunta puso nerviosa a la peliazul, quien comenzaba a entender que su pequeño estaba creciendo.

«Cuando nos vayamos tal vez le cueste al inicio a mi pequeño entenderlo pero... será por su bien.»

— Tu papá tiene cosas que hacer amor, recuerda que él dirige este lugar, hoy iremos al laboratorio y cuando tenga tiempo irá a vernos, ¿De acuerdo?

Trunks al darse cuenta que su papá los vería pronto se relajó. Estaba feliz de ver a sus padres tan cercanos, lo hacía sentir seguro.

—¡Si mami!

De pronto Gure llamó la atención de Bulma, pues se veía nerviosa.

— ¿Pasa algo Gure? — La pequeña alien asintió y sonrió.

— De hecho sí, Bulma. Tarble está por hablar con Vegeta...

Con esas simples palabras Bulma lo entendió todo y abrió muy grande los ojos. — Ya veo...

Bulma no estaba muy segura de si lo que decía Gure sería algo bueno o malo... pero no había nada más que hacer, salvo esperar.

— Cuéntame que te dijo Tarble, ¿Cómo le dirá a Vegeta?

De esta forma quiso distraer a Gure para que dejara de estar tan nerviosa...

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— ¿Le has estado dando los anticonceptivos?– preguntaba indiferente Kale a la tsufur.

Suzuke había estado haciendo que Bulma consumiera los anticonceptivos sin que esta lo notara, pues si ella llegaba a salir embarazada pondrían en riesgo la mentira acerca de la unión de Vegeta y Kale.

Si ellos en verdad tuvieran el vínculo, Vegeta no podría tener ningún hijo con otra mujer que no fuera Kale.

— La Humana ha estado consumiéndolo sin saberlo, no hay riesgo Kale.

Se escuchó la risa maliciosa de la saiyan.

—Bien... Ya solo queda esperar. Vete al laboratorio Suzuke, en cualquier momento llegará Vegeta, ya que hoy si pudo dejar de fornicar a su zorra y necesito hablar con él, la próxima parte de mi plan se pondrá en marcha.

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Planeta Tierra, Montaña Paoz

Milk abrió la puerta de su casa, sonrió al encontrarse con Krillin quien había llegado con un presente para el aún convaleciente Gokú.

— ¡Hola Milk!— La saludó alegre mientras la pelinegra tomaba el presente de sus manos.

— Vaya al parecer todos se han enterado, el primero que llegó hace unos días de visita fue el maestro Roshi.

Alegre decía la pelinegra, mientras Krillin lucía igual de emocionado que ella.

— ¿Cómo sigue? — preguntó con franca curiosidad el ex monje.

Milk lo miró tranquila — Mejor, su cuerpo sigue muy débil pero ya puede pararse por sí mismo. Mi Gokú siempre ha sido un magnífico guerrero, sé que pronto podrá ir recuperando su fuerza.

Krillin asintió — ¡Claro que si! Verás que pronto será el mismo de siempre. ¿Puedo pasar a verlo?

En otras ocasiones tal vez Milk hubiera odiado ver a los amigos vagos de su esposo como en antaño les llamaba, ahora por el contrario estaba tan emocionada, tan agradecida de su despertar que feliz los recibía.

Krillin avanzó al dormitorio de los Son en donde Gokú descansaba, pues si bien había tenido ya la fuerza para poder despertar, su cuerpo seguía muy débil y aún no era capaz de dar más que algunos pasos antes de cansarse.

Escuchó las voces al subir las escaleras, la voz infantil era del pequeño Goten, quien desde que su padre había despertado, no se le había despegado de encima.

—¿Todo eso hiciste Goten? — alegre preguntaba el pelinegro.

— ¡Si papá!— Emocionado contaba el pequeño semisaiyan, mientras Gohan alegre lo escuchaba.

— Woow parece que estás muy ocupado Gokú — Comentó jovial Krillin mientras aparecía en el cuarto de los Son.

— ¡Krillin que sorpresa! — Alegre saludaba al recién llegado.

— No sabía que habías venido, como puedes ver aún sigo algo débil pero espero en unos días más estar lo suficientemente bien para entrenar un poco.

—¿Y yo contigo si papá? — Emocionado preguntaba el menor de los Son.

Goku rio mientras confirmaba con la cabeza — ¡Claro que si Goten!

El pequeño no aguanto más y se lanzó de nueva cuenta a sus brazos. No haber crecido viendo a su padre. Y conocerlo ahora tenía al pequeño crío emocional.

— Goten no llores — Lo abrazaba su papá — No me iré a ningun lado sin ti...

Decía mientras le alzaba la carita a su hijo menor quien avergonzado agachaba la mirada pues le daba demasiada pena mostrarse tan débil frente a su padre.

— ¿Lo prometes papá? — preguntaba inseguro el crío mientras intentaba contener el llanto.

Goku con su alegre y franca sonrisa miró a su hijo menor, le acarició la cabeza en un tierno gesto, y luego le confirmó — Lo prometo hijo.

Ver eso hizo sentir mal a Gohan, quien había casi querido decirle desde el día uno en que regresó a casa a su padre la verdad.

Pero el señor Piccoro había tenido razón: aún no era el momento adecuado. Además de que sería injusto para su madre y su hermano menor.

No se había percatado cuánta falta había hecho su padre a todos ellos, incluido a él, hasta que no lo tuvo de nuevo frente a él. Envidiaba a Goten que por su edad tenía permitido quebrarse.

En cambio él, se había estado tragando sus sentimientos para no abalanzarse sobre su padre como un frágil crío y largarse a llorar como su hermano menor había hecho.

La voz de su padre lo sacó de su ensimismamiento — ¿Cuéntame Krillin que ha pasado últimamente? ¿Milk me dijo que te casaste con dieciocho?— Asombrado comentaba Gokú.

A grandes rasgos al despertar Piccoro y Dendé le habían contado todo lo qué pasó a partir de que terminó la pelea con los androides, en su momento mientras se hallaba inconsciente Kaiosama solo le dijo que todo estaba bien pero fue inflexible en contarle algo más, hasta que no regresara por si mismo a su cuerpo.

Krillin emocionado le contaba cómo se había enamorado de ella — Y nuestra pequeña Marron ya tiene casi un año— Decía el orgulloso papá mientras mostraba una foto de una preciosa y angelical rubia de unos meses de nacida.

Gokú miraba orgulloso a su amigo — En verdad no puedo creer que me haya perdido de tantas cosas, me alegra verte tan feliz Krillin. Por cierto he visto a todos, hasta recibí una llamada de Yamcha que dijo que tan pronto acabe la temporada vendrá a verme, pero... No he podido contactar a Bulma.

Sé que seguramente debe estar muy ocupada por culpa del gruñón de Vegeta, ¿Que has sabido de ellos? ¿Cómo está su pequeño hijo, Trunks es su nombre no?—

Un inocente Gokú preguntaba a su mejor amigo sin percatarse de pronto de la tensión tan fuerte que se generó en el cuarto cuando nervioso Krillin volteó a ver a Gohan quien discretamente movió su cabeza en forma negativa.

Ciertamente antes de llegar a casa de los Son, Krillin había hablado con Piccoro quien le advirtió que no era el momento de revelar nada a Gokú, seguía muy debilitado, y lo mejor sería no decirle nada de la situación real, no al menos hasta que estuviera más respuesto.

Esa había sido la advertencia que Dendé les había dado. Pues de enterarse demasiado pronto, Goku podría querer comenzar a sobre esforzar su cuerpo y eso sería contraproducente

Sin embargo Piccoro temía que al ver a Krillin, Goku le preguntara irremediablemente por la científica peliazul.

Y justamente eso pasó, ahí estaban la tan temida pregunta.

Krillin con toda la parsimonia y entereza del mundo contestó en la forma más ecuánime y casual que pudo.

— Bueno verás Gokú, ciertamente pasaron muchas cosas cuando te enfermaste... Como sabrás Vegeta y Bulma fueron los que llegaron a un acuerdo con los androides, pero al poco tiempo, ellos dejaron la tierra.

¿Recuerdas a los otros dos saiyajines? Nappa y Radditz, ¿El que decía ser tu hermano?—

Gokú asintió tranquilo. Claro que los recordaba y no solo eso, en el fondo sabía que Radditz realmente era familiar suyo, aunque nunca tuvieron mayor relación, además era algo confuso para él porque tampoco se sentía muy tentado a saber más de aquel lejano hermano.

Gohan veía con ojos angustiados a Krillin, rezando porque no revelara nada demás.

— Resulta que esos dos saiyajines que seguían a Vegeta, se fueron al otro lado de la Galaxia para buscar un planeta donde establecerse. Al parecer encontraron otros saiyajines y se establecieron ahí... — Krillin estaba siendo cuidadoso con lo que decía, el corazón le latía fuertemente, sentía como éste bombeaba empujando contra su pecho, podía oír el retumbar acelerado de su palpitar en sus oídos.

Estaba seguro que inclusive Gokú podría escucharlo, de tan acelerado que bombeaba.

— Y bueno, tiempo después contactaron a Vegeta y él ...y Bulma decidieron ir a vivir un tiempo allá con Trunks...

Gokú se sorprendió con la noticia, pero siendo como era un ser noble y de corazón puro, no malició nada, — ¡Oh que increíble! Un asentamiento de saiyajines... Así que el gruñón de Vegeta se fue para allá. Lo que me impresiona es que con el carácter que tiene Bulma se hayan decidido ir juntos — Gokú se hecho a reír de su propia broma.

— Pobrecito a estas alturas debe estar arrepentido de habérsela llevado, Bulma nunca ha sido alguien de carácter fácil. Es una pena que no pueda aún teletransportarme o ya iría a ver qué tal están... Más saiyajines...—

Emocionado decía Gokú, casi que quería pelear con ellos, medir fuerzas.

Krillin aliviado se dio cuenta que Gokú no sospechó nada malo.

El pelinegro volteó a ver a su amigo — ¿Cuando vuelvas a hablar con Bulma, puedes mandarle mis saludos?

Krillin aún estresado solo asintió — Casi no se contactan, la comunicación a esa zona de la galaxia es pésima pero si sé algo por su padre te lo haré saber...

En ese momento la voz de Milk los distrajo.

— ¡Hora de la cena!–

Gokú emocionado se levantó, Gohan se acercó para ayudarlo en caso de que las fuerzas le fallaran. Era difícil ver al salvador de la tierra tan debilitado.

— Estoy bien Gohan, no me caeré— Decía alegre Gokú quien aunque se desesperaba ante su propia debilidad, intentaba parecer ecuánime para no hacer sentir mal a su familia.

Poco a poco todos bajaron para comer, cada paso lento que dio hasta llegar al comedor valía la pena, al ver la mirada chocolate, vibrante y llena de amor que su Milk le brindaba, que lo esperaba sonriente para alimentar al amor de su vida.

Planeta Vegita

— Y con esa estupidez de las Heshias fue que ese idiota terminó de contarme sus mentiras... — Irritado decía Vegeta mientras le contaba a Tarble todo lo que Nappa le había dicho.

En un principio había decidido no decirle nada a su hermano, sin embargo algo que él juraba que no tenía antes y que ahora existía en su interior, lo hizo empujarlo a decirle. También eran sus padres al final de cuentas y a diferencia de Vegeta, Tarble no tenía un solo recuerdo propio...

Remordimiento, así llamaba él a ese sentimiento que lo hizo ser débil un instante y lo orilló a decirle a su hermano la verdad; el otro príncipe le llamaba conciencia.

— Yo creo que lo que Nappa dijo es verdad Vegeta, ¿Por qué mentiría? — Ambos príncipes caminaban alejados de la base. Tanta información había hecho a Vegeta sentir que se asfixiaba, y terminó pidiéndole a Tarble que se alejaran un rato para hablar a solas.

Afuera en la plenitud del valle rojizo de ese planeta, los soles iluminaban el día, haciendo más vibrante el rojo carmesí de la arena.

Un poco de musgo amarillo se divisaba y algunos cuantos arbustos, y árboles alienígenas se veían a lo lejos.

Por eso habían escogido ese valle, por esas planicies, casi todo el planeta era plano, el relieve montañoso era reducido, pero ese específico lugar no contaba con gran vegetación a kilómetros a la redonda, haciendo fácil monitorear todo el lugar sin que enemigos pudieran acercarse sin ser notados.

— No estoy diciendo que ese idiota mienta, Tarble. Pero creo que exagera. Nappa siempre idolatró al bastardo que tuvimos por padre. Y créeme aunque fuera cierto que todo lo que hizo fue por protegerme, por protegernos, eso no le quita que haya sido un desgraciado, que no movió un solo dedo cuando nuestra madre fue asesinada...—

Tarble vio como su hermano cerraba fuertemente los puños, escuchó el rechinar de los dientes del otro saiyan.

Sabía que al hablar de su madre, Vegeta evocaba ese recuerdo doloroso de su muerte.

Tarble nunca los conoció, pero cómo los amaba, a pesar de lo orgulloso que dijeran que su padre fue, o lo indiferente y fría que su madre hubiera sido, el habría dado todo lo que tenía por poder pasar un solo minuto a su lado, aunque ese minuto no fueran más que desaires de su parte.

— También creo que las Heshias existen Vegeta. Sé perfectamente que deberíamos apegarnos a la pureza de la sangre, pero...—

Tarble comenzó a sentir los nervios, ese era el momento que había estado esperando, el momento ideal para contarle de la mujer que tomaría como compañera.

— Vegeta...— Volteó a ver a su hermano. El peliflama se dio cuenta de la indecisión de su hermano. Alzó la ceja en señal de esperar a que terminara de decir lo que tuviera en mente.

Tarble recuperó la compostura, inhaló y decidió enfrentarse con la verdad — Vegeta... ¿Qué pasaría s-sí yo te dijera q-que tengo una compañera que no es saiyajin con la cual quiero formalizar mi vínculo?

El príncipe saiyajin mayor miró con sorpresa a su hermano.

«Así que Tarble tiene una pareja... Pero él no conoce a nadie, ¿La habrá conocido en Zerk? ¿O en qué planeta la conoció?»

Sorprendido con la revelación hecha por su hermano no supo que decir. El saiyan más joven presionó más.

— ¿L-la rechazarías hermano? ¿Me exigirías alejarla

por no ser saiyajin?— La voz de Tarble sonaba preocupada mientras intentaba a toda costa sostener la mirada al otro príncipe.

A decir verdad el peliflama estaba sumamente sorprendido con ese giro que la conversación tenía.

«Quería que al menos él tuviera una buena unión...»

Meneó negativamente la cabeza despejando de su mente esa imagen mental. Al final no era lo que él quisiera y ya había cometido suficientes errores.

«Celery está con Basil y Caulifla con Kyabe, y casi puedo apostar que entre Tooma y Pepper hay algo...»

Salió de sus pensamientos — Las decisiones que tomes son enteramente responsabilidad tuya Tarble. Sin embargo si espero conocerla, ¿Me la presentarás?

Inquisitivo preguntaba el peliflama. El joven príncipe sintió de pronto que podía respirar mejor. El asfixiante peso que sentía sobre su pecho se había ido.

Había esperado ver la cara de decepción de su hermano tan pronto le dijera que estaba interesado en una fémina que no fuera de raza saiyajin.

«Vaya... la situación con Bulma lo ha hecho recapacitar»

Sabía que no estaba aún a salvo pero esperaba que no tuviera prejuicios contra Gure, al menos la primera parte del plan estaba presentada y Vegeta seguía siendo razonable.

«Esperemos siga siendo igual en cuanto le dé el nombre de quién me hace afortunado»

Porque si algo tenía claro Tarble es que era afortunado de que Gure lo hubiera perdonado y admitido de nuevo como su pareja, de que aceptara dejar toda su vida en el planeta Tech, después de que él cobardemente la había dejado atrás.

— De hecho ya la conoces Vegeta...— Tarble dio un profundo respiro para darse ánimos y continuar.

— Actualmente ayuda a Bulma y cuida de Trunks, su nombre es Gure y será mi compañera. Y si no estás de acuerdo y traigo vergüenza a la familia con mis decisiones estoy dispuesto a aceptar el destierro, pero no pienso alejarme de ella.

La mirada decidida del príncipe menor sorprendió a su hermano. A su mente vino la pequeña criatura que ayudaba a Bulma.

«¿Acaso me está hablando de la cosa blanca que funge como niñera de Trunks? ¡TSK! ¡NI SIQUIERA FORMA SEMEJANTE A LA SAIYAJIN TIENE!»

La sorpresa e irritación creció en Vegeta. Quién cerró los ojos inmediatamente intentando calmarse. Esa mirada obstinada en abierta rebeldía que le mostraba su hermano, él la conocía muy bien, pues era la misma mirada que él tenía cuando se había decidido en algo.

«Tsk, ¡Maldita sea Tarble! De por sí tú ki es miserable y esa cosa con la que te quieres unir tiene el mismo nivel débil que los humanos. Si al menos se pareciera más a nosotros físicamente... Los humanos al menos son más parecidos... ¿Que demonios le vio mi hermano a esa cosa?»

Realmente Vegeta estaba impactado, comenzaba a sentir el enojo y la indignación bullir en su sangre.

«¿Porque precisamente tiene que ser Tarble el que me avergüence? Podría eliminarla sin que nadie lo notara...»

De pronto, respiró profundamente al recordar algo importante que Tarble había dicho...

«¡Bulma la conoce! ¡MALDICIÓN! no puedo deshacerme de ella, porque a la condenada terrícola le gusta esa cosa de niñera... Si la mato tendré problemas con ella y apenas acaba de perdonarme»

De la nada su hermano decidió romper con el soliloquio interno de Vegeta.

— Realmente me gustaría contar con tu aprobación para poder unirme a ella hermano. Por favor piénsalo, pero si llegaras a no estar de acuerdo, solo dime y dejaré Vegita...

El joven saiyan miraba atentamente al semblante de su hermano mayor, pues se notaba claramente la lucha interna que había en él, quién aún con los ojos cerrados se mantenía callado.

Tarble aguardó en silencio pacientemente, los segundos se volvieron minutos, el silencio era doloroso y abrumador.

Cuando el joven príncipe sentía que ya no podía más y que su desesperación crecía al ver a su hermano como estatua, sin decir absolutamente nada, y estaba por reclamar, Vegeta reaccionó.

— Ciertamente no esperaba que ella fuera la mujer que quisieras como tu pareja... Si quieres tener algo con ella estás en tu derecho pero no te precipites. Acepto que la tomes como tu concubina y si después de un tiempo sigues sintiéndote posesivo, puedes marcarla...

El más joven de los príncipes podía ver todo el esfuerzo que le estaba tomando a Vegeta intentar ser razonable. Aún así su decisión estaba tomada.

— No pienso hacer tal cosa hermano. ¡Ni siquiera por ti!— La voz del más joven sonó firme.

— Mi Gure ya ha pasado por demasiado. Ella merece un lugar a mi lado y la he tenido aquí en esta base como si fuera una ayudante, ¡Ya no mas! No puedo hermano, no me hagas tener que dejar Vegita, porque prefiero hacerlo a no tenerla conmigo. Desde que fue el ataque mi instinto me exige marcarla, debí de hacerlo Vegeta...

El príncipe mayor se percató del dilema. — Así que tu instinto la ha reclamado... Y ahora te quieres vincular con ella... ¿Por lo menos es compatible con nosotros?

Tarble molesto se puso a la defensiva — ¡No hables así de ella! Gure lo es todo para mí y ¡Es muy compatible con los saiyans! — exaltado enfatizó.

Vegeta solo lo miró divertido. — De acuerdo, si quieres marcarla lo harás... Sin embargo necesito pedirte algo a cambio.

El peliflama sabía que era injusto lo que le pediría a su hermano pero necesitaba ayuda.

— El vínculo lo crearás solo sobre ella, te pido que no lo completes, no por ahora aunque después se hará. Como sabes no hay nadie con vínculo aparte de Kale y yo, y hay muchas cosas que Nappa no entiende porque están pasando entre nosotros y que no deberían. — al príncipe saiyajin pedir este favor le estaba costando.

Incluso siendo su hermano. No estaba acostumbrado a pedir favores sino a exigir.

— Tu y Gure podrán ayudarnos. Además hay otra pareja que se unirá completamente, Nappa me ha dicho que Kyabe me informara de su próxima unión con Caulifla.

Tarble lo miró sorprendido. No por el hecho de que Kyabe quisiera unirse a Caulifla sino porque en esas pocas palabras entendió el plan de su hermano.

— Entiendo, quieres ver las diferencias entre una pareja completamente vinculada y una que solo es a la mitad... Inteligente de tu parte.

Detuvo su andar admirando el paisaje agreste y rojizo del nuevo — Te ayudare en eso hermano, yo solo quiero que Gure tenga el estatus que debe a mi lado. Te ayudaré a investigar más del vínculo. Solo quiero saber una cosa más... ¿Aceptarás a Gure como tú hermana?

El peliflama estaba sorprendido, no esperaba que su aprobación fuera importante realmente para su hermano, pero la verlo ahí parado, mirándolo con afecto, y esperando ansioso su respuesta supo que para Tarble eso era importante.

Vegeta suspiró — Es tu pareja Tarble, ciertamente no sería la que yo hubiera escogido para ti... Pero es cierto que me he equivocado bastante hasta ahora. Y si ella te hace feliz, será bienvenida a la familia.

Fue todo lo que dijo el peliflama antes de seguir caminando tranquilamente. El otro saiyan sonrió y luego le hizo una ligera reverencia.

— Gracias hermano...

Siguieron caminado en silencio, todo lo que debían hablar había sido dicho y Vegeta debía volver, Kyabe lo esperaba para tener una conversación con él.

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Basil estaba con el ansioso Kyabe — ¿Por qué no esperas un poco más? El paso que darás es irreversible, ¿Estás consciente de eso?

— Mas que consciente, pero es algo que necesito hacer, mi instinto me esta volviendo loco, necesito que ella sea mía... ¿Como pueden tu y Celery mantenerse tan serenos?

Basil se rió — Oh no lo estamos, pero le prometí a tu hermana garantizarle un lugar estable... Ahora no tenemos garantía de nada, ese ataque fue algo planeado y necesitamos saber cómo sucedió y si algo llegara a pasar y yo muero, ella jamás podrá tomar a nadie más, no quiero eso para Celery, quiero que estemos seguros para poder marcarla, esa fue la promesa que le hice y aunque me cueste pienso cumplirla... ¿Porque no esperas también Kyabe? O ¿Prefieres hacerlo sin darle una garantía a Caulifla?

Ahora era Kyabe el silencioso — No puedo... quiero que ella sea mi pareja cuanto antes... Sé que es egoísta de mi parte pero Caulifla y yo estamos decididos.

Basil le dio una profunda mirada, — Esperemos a Vegeta, no debe tardar en llegar...

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Ni bien había puesto un pie dentro del laboratorio, una efusiva Caulifla llegó corriendo a abrazarla.

— ¡Bulma! — Entusiasta decía. Pero tan pronto como la saludó, algo cambió en el semblante de la saiyajin.

—Así que los rumores eran ciertos, que tú y Vegeta se han reconciliado— Decía mientras torcía la boca y alejaba la nariz de ella.

El rostro de la científica peliazul se ponía colorado ante lo mencionado.

—D-de q-qque rumores hablas — nerviosa decía.

Pepper que había acompañado a Tooma y a Caulifla intervino en la conversación.

— No intentes despistarnos, no te olvides que somos saiyajines, nuestro olfato es mejor que el de tu raza y tú— decía mientras clavaba uno de sus finos dedos en el hombro de la ojiazul.

— Apestas a Vegeta, ni siquiera creo que te haya dejado dormir demasiado, toda tu hueles a sexo, hueles a él — Divertida señalaba en voz alta.

La peliazul apenada le tapaba sus oídos a su pequeño niño, quién desconcertado no entendía nada — Dejen de decir esas cosas está Trunks presente — Los amonestó.

— Gure, lleva a trunks al cuarto de al lado... ¡argh! ¿Que acaso los saiyajines no entienden de pudor?— sonrojada gritaba mientras los saiyans se reían descaradamente.

Una vez que vieron a la pequeña alíen salir junto con Trunks al cuarto de juegos que él tenía dentro del laboratorio, Caulifla emocionada volvió a la carga — Mejor cuéntanos ¿Ya se reconciliaron? ¿Oficialmente ya eres nuestra reina?— emocionada la saiyan abrazaba a la peliazul.

—Yo... yo... — Nerviosa Bulma no sabía que contestar.

«No debería hablar demás...»

— Apenas hablamos... N-no diría que ya s-sea oficial...

Tooma estaba más interesado en saber lo que habían hablado en aquella reunión que hubo entre Radditz, Nappa, Vegeta, Kale y Tarble. Y sabía que la peliazul estuvo ahí, quería aclarar su dudas.

Sobre todo porque Kale se había acercado hacía poco e insinuado que la peliazul haría una cacería de brujas contra algunos de los saiyans y él seguía preocupado por Pepper.

Seguía teniendo fresco en la memoria, el altercado que había tenido con Radditz y Nappa.

— Bulma, ¿Vegeta te dijo algo del ataque?—

Ella solo negó con la cabeza — Estamos investigando...— volteó a ver a Suzuke quien se había mantenido en todo momento callada.

— Cierto, Suzuke necesitamos empezar a revisar todo...—

Tooma aun tenía la confrontación con Radditz fresca y a pesar de que estimaba mucho a Bulma y al mismo hermano de Gokú, la semilla de incertidumbre que Kale cultivó en él comenzaba a germinar.

"Cuando la junta terminó, Tooma vio como todos los saiyans que estuvieron en ella salieron, Kale notó su mirada desconfiada y se acercó a él.

— No tengas miedo, la junta que hubo es para tomar medidas después del ataque, para que todos estemos protegidos— La voz dulce y amable de Kale lo desconcertó, ella nunca se había portado tan agradable con él.

Antes de que él pudiera decir algo ella continuó — Empezaremos a ver posibilidades, que pudo pasar. Bulma hará las teorías, y aunque yo personalmente creo que es imposible, sé que considerará la opción de que el ataque pudo ser permitido por alguien interno en la base, no lo tomes contra ella por favor— Kale se acercó a él más, resaltando su "preocupación" —ella solo quiere ayudar.

Y yo sé que aunque hemos tenido nuestras diferencias, y que ha causado algunos problemas entre Vegeta y Radditz, ella solo busca encontrar al culpable...—"

Aquella conversación con a kale había logrado su propósito y por eso Tooma se portaba así, volvió incisivo a preguntar.

— ¿No se te hace raro que Vegeta haya sufrido un accidente y al poco tiempo nos atacaran? Tal vez tenemos un traidor entre nosotros...— La mirada de Tooma era fría.

Bulma miró fijamente al saiyan. Ella lo consideraba su amigo, y sin embargo las preguntas que estaba haciendo eran insidiosas. Tenían el claro propósito de hacerle ver que la cuestionaba.

— Sí, es raro, pero estoy muy segura que nadie de la base ayudó a esos mercenarios todos aquí somos leales a Vegeta— Tranquila comentaba. — Quien haya sido probablemente quería hacerlo ver así: Que una traición fue orquestada desde la base, pero es improbable no hay forma.

Tooma seguía mirándola escéptico — ¿Y que me dices del estallido de la cámara de gravedad, también alguien de fuera lo orquestó?

Ella negó con la cabeza — Vegeta excedió el nivel de seguridad permitido, pronto averiguaremos cómo fue que eso pasó. Pero yo sé que ninguno de nosotros fue... — Se acercó a Tooma y le tomó las manos en forma amigable mientras lo veía a los ojos.

A pesar del recelo inicial que el saiyan sentía, la forma amable y amigable en que ella le explicaba paciente, comenzó a surtir efecto. Él la estimaba, y tanto tiempo de ser amigos ayudaría a reforzar su fe en ella, evitando que los furtivos y venenosos comentarios de Kale surtieran efecto, por el momento.

— Todos estamos interesados en saber qué pasó Bulma, así que cuentas con mi apoyo si necesitas ayuda—

Ella lo miró amable — Gracias Tooma—

Mientras eso sucedía en el laboratorio, Vegeta terminaba su conversación con Kyabe.

— Gracias por tu apoyo príncipe — Alegre reverenciaba el saiyan.

— No tienes nada que agradecer, me alegra saber que en un futuro habrás mas saiyajines—

Una carcajada de Nappa hizo sentirse un poco abochornado a Kyabe aún así trató de no demostrarlo. Era curioso los saiyans tenian poco pudor cuando se trataba de hablar en general de sexo, pero cuando su próxima pareja vinculada estaba involucrada, se volvían más reservados.

— En un futuro sí, ahora primero queremos disfrutar un tiempo nuestra unión.

Vegeta divertido lo escuchaba — De ser así, asegúrate de que Suzuke les dé algún medicamento para control de natalidad.— Comentó esto mientras se despedía de Kyabe y avanzaba rumbo con Nappa a otro lugar.

Antes de retirarse completamente solo comentó — Y sobre todo asegúrate de mantener a tu mujer lejos de los labios de su reina... Nadie toca a MI Bulma, ni siquiera otra mujer ¿Quedó claro?— hablaba dándole la espalda a Kyabe pues solo se había detenido a decir eso antes de marcharse.

— No volverá a pasar príncipe — serio confirmó Kyabe, a lo cual el peliflama solo asintió y se retiró de ahí si decir nada más.

Tranquilo caminaba Vegeta, iba rumbo a las habitaciones de Kale, aun tenía que hablar con ella y ver a Chard.

La saiyajin acababa de recibir un mensaje por parte de Suzuke, confirmándole que de acuerdo a lo que escuchó decir a los saiyans, Bulma y Vegeta ya se habían arreglado. También volvió a confirmar ante la insistencia de la saiyan que la terrícola sí estaba consumiendo los anticonceptivos, claro que de esto último la peliazul no era consciente pero no podían dejar cabos sueltos.

La realidad era que si el vínculo entre Kale y Vegeta existiera, el saiyan jamás podría engendrar otro hijo con alguien que no fuera ella. Pero debido a la nulidad de su vínculo y a que él ya tenía un hijo con Bulma, debían ser muy precavidos, no podían permitir un nuevo embarazo o su mentira sería expuesta.

~ Toc, toc~

Alguien llamó a su puerta, no era tonta y presentía quien estaba del otro lado de la puerta. Por eso al abrir no se sorprendió al ver a Vegeta ahí parado.

Lo vio llegar junto con Nappa.

«Mi mejor actuación... Es ahora o nunca...»

— ¡Príncipe, no sabía que vendrías a verme! De saberlo, hubiera pedido comida al comedor y te hubiera recibido mejor.— Los ojos de Kale brillaban emocionados, antes de que Vegeta pudiera decir algo Kale llamo a Chard que estaba en la habitación contigua. Corrió a abrir la puerta del infante para buscarlo.

— ¡Chard, tu padre a venido a vernos! — el exceso de alegría en su tono de voz, incomodó al saiyan quien comenzaba a sentir el peso de sus acciones.

—¡Papá! — Alegre corría el pequeño al encuentro de su progenitor, se detuvo antes de abrazarlo, mientras sus ojitos negros emocionados escaneaban a su padre y se contenía para no ser impulsivo y aventarse sobre su progenitor— ¿Estás herido?— Angustiado analizaba a su padre.

— Estoy bien niño — acarició gentil la cabeza del pequeño saiyan, despeinándolo en el proceso.

— ¿Crees que esas sabandijas podrían conmigo?— Se agachó quedando a la altura del pequeño crío.

— Aunque no soy invencible, un puñado de tontos mercenarios no son oponentes para mí, soy el príncipe de los saiyajines y esos insectos no son nada para mí fuerza.

Chard miraba a su padre con grandes ojos emocionados, había tenido tanto miedo que algo malo le pasara a su papá, las pesadillas no lo habían dejado dormir. Si tan solo Paragus, el maestro de su madre hubiera estado cerca, su angustia hubiera sido menor, pero sin su padre y sin Paragus, habían sido días de incertidumbre difícil de sobrellevar para un infante.

— ¡Eres el más fuerte papá! — emocionado decía Chard.

Vegeta por segunda ocasión rió, el pecho se le estrujó con un confortable sentimiento al percatarse que a los ojos de sus dos descendientes, él era su modelo a seguir.

— No lo soy niño, no lo soy, pero entreno diario para asegurarme de un día ser el mejor de todos y que nadie pueda vencerme. ¿Tu también entrenarás mucho Chard?— Serio preguntaba el peliflama.

El infante emocionado dijo con su infantil voz — ¡Sí papá!

—Muy bien, iremos a entrenar juntos en un momento más, solo necesito hablar antes un rato con tu madre...— La intención del peliflama era pasar todo ese día con su segundo hijo, pues sabía que después de su accidente y de la explosión no había tenido oportunidad de pasar el tiempo adecuado con el infante.

Sin embargo primero tendría que pasar por el trago amargo de aclarar de una vez por todas las cosas con Kale. No sería tarea fácil pero estaba decidido por Bulma a hacer las cosas correctamente.

La saiyan no era ninguna tonta, así que sabía el motivo por el que Vegeta iba verla. A diferencia del saiyan ella seguía sin tener escrúpulos, así que usaría de ser necesario a su hijo para lograr su cometido.

— No te preocupes por mí príncipe, yo solo quiero que estés bien— En tono amable, y alegre dijo la saiyajin.

— ¿No estás contento Chard? Tu padre nos ama tanto que a pesar de siempre estar ocupado, se dio tiempo para estar con nosotros. — Decía mientras cargaba al pequeño crío en brazos, mientras el pequeño asentía feliz y sonreía al ver a su padre.

—Kale necesitamos hablar...— Repitió tranquilo el saiyan, pero ella no pensaba darse por vencida, no quería escuchar lo que él quería decir.

— Te escucho mi príncipe soy toda oídos— Le decía mientras le dedicaba una amplia sonrisa y abraza a su hijo a quien seguía cargando en sus brazos.

El pequeño niño no cabía de la emoción de tantas atenciones que ambos padres le otorgaban.

— Chard, ve a jugar a tu habitación, necesito hablar con tu madre y después iré por ti para irnos a entrenar juntos.— Vegeta intentaba sonar casual al enviar a su hijo a otro lugar para que no escuchara la conversación que él y Kale tendrían.

Pero la saiyan estaba preparada — Príncipe, no tienes que enviar a nuestro hijo a ningún lado. Lo que sé que me dirás también lo afecta a él. Necesita saber lo que se hablará. Mi hijo será el más afectado.—

La mirada de Kale cambio y su tono de voz se rompió lo cuál generó incomodidad en el peliflama e hizo

que el pequeño crío viera con curiosidad de su madre a su padre sin entender que estaba pasando y porque de pronto el ambiente entre sus padres cambió y se sentía tenso.

— No hablaré frente a Chard, Kale...— pero la saiyan fue más rápida que él.

«Así que será hoy ¿No? Bueno, veamos qué puedes hacer ante mí...»

— Entonces no lo digas, no menciones esas palabras y no rompas todo lo que nos une... Sé que la has escogido a ella, yo... Yo puedo aceptar y vivir con eso, pero no nos alejes de tu lado por favor — la voz rota de la saiyan ya no podía ser contenida.

—Prometiste que estaríamos juntos, que reinaría a tu lado... Que mi hijo sería tu heredero. Y-Yo... Yo cedo mi corona, dásela a ella si eso quieres pero no nos dejes sin protección— En un acto desesperado ella aún cargando a su hijo se abrazó del pecho de Vegeta.

El saiyan estaba impactado. Esperaba una declaración de guerra de la fémina, que declara su odio profundo por Bulma, eso le habría hecho las cosas más fáciles al saiyan.

Por desgracia no era así, Kale estaba representando magníficamente su papel, y Vegeta que no estaba acostumbrado a pasar esas situaciones estaba cayendo perfectamente en su trampa.

— ¡Basta Kale! Necesitamos hablar, por favor deja que Chard vaya a su cuarto...— nuevamente fue interrumpida por ella.

¡NO!— Gritó desesperada mientras se arrojaba a sus pies aún con el niño en brazos agarrándose de las piernas del saiyan.

—¡No rompas nuestra familia! Y si vas a hacerlo díselo ahora a mi hijo, él merece saber que ya no quieres a esta familia, merece saber que no fuimos suficiente, que mi vínculo no significa nada, que no honrarás tu promesa. Que NO dimos el ancho y que tienes otra mujer y otro hijo que lo son todo para ti, y que serán ellos quienes reinarán a tu lado. Venga dilo frente a Chard. ¡Díselo a él!

El cuarto de la saiyan era hermoso, finamente decorado, se notaba el rango que ella portaba en ese sitio. Vegeta paseó por todo el lugar su vista, maldiciendo el momento en que decidió hablar de esto con Kale. Era un trago amargo que debía suceder.

— Vegeta sé que lo nuestro fue un acuerdo, jamás tuvimos sentimientos pero los dos aceptamos, no puedes tirarme a un lado y menos a Chard, es tu hijo... Ademas me marcaste. Yo jamás podré estar con alguien más... ¿Quién me aceptaría?

Prometiste que reinaríamos juntos... Y que mi hijo sería tu heredero.—

Es curiosa la forma de actuar del destino, parece que este es incierto, y que todo no es más que una serie de casualidades que te llevan al punto en que te hallas en el instante presente, pero el destino no actúa por casualidades si por el contrario actúa por causalidades, caprichoso como éste es, jamás dejaría cabo suelto.

Su destino fue marcado, las causalidades que los llevaron a ambos a tomar cada una de las decisiones incluso los exceden a ellos mismos, incluso parte de sus decisiones vienen de eventos que ellos no vivieron y que fueron condicionadas por las decisiones de sus progenitores quienes actuaron con base en la causalidades de su propio destino.

Su padre el Rey Vegeta III, decidió darlo todo y ayudar a su madre, lo que hizo llevar a sus propias decisiones a la madre de Kale, todas aquellas decisiones actuaron sobre los infantes quienes desde su tierna niñez, aprendieron a comportarse con base en lo que se esperaba de ellos.

Saiyajines que crecieron con convertiéndose en adultos en apariencia, cuando no son más que adolescentes en las emociones, que carecieron de la guía real necesaria, saiyajines que tomaron decisiones que los llevaron al momento presente.

Casualidades no, causalidades. Cada una de las decisiones de sus padres fueron factores condicionantes más no decisivos pero que marcaron su propio albedrío y los hicieron tomar su propia errada decisión. Toda acción tiene una consecuencia y ahora, frente a frente están por tomar otra decisión mas que los llevara a un una serie de sucesos que afectaran ni solo sus destinos sino del resto de aquellos que los rodean.

Vegeta cerró los ojos, maldecía sus actos anteriores, su pensamiento y creencias que lo llevaron a tomar la peor decisión de su vida.

Pero todo quedó atrás cuando una tierna e infantil voz rompió la tensión y el silencio inquietante del momento y le hizo ver que a pesar de todo y de las decisiones erradas tomadas, había una sola cosa que no cambiaría: Sus dos hijos.

Si bien no se explicaba porque el vínculo con Trunks era más fuerte, jamás dejaría de velar por Chard.

—¿Papá ya no nos quiere como su familia?— Angustiado preguntó el crío a su madre, ella solo

volteó hacia el otro lado la cabeza antes de decir — Yo no puedo contestar eso, pregúntale a tu padre—

Desesperado el infante se bajó de los brazos de su mamá, se paró frente a su progenitor y tratando de no quebrarse y no mostrar la desesperación que sentía hizo la temible pregunta a su padre.

— ¿Ya no seré tu hijo papá? ¿Hice algo malo? ¡Puedo entrenar más! — intento respirar lo más despacio que su respiración le dejaba. Por fin sus pesadillas se hacían realidad. Le angustiaban no poder estar a la altura de las expectativas de su padre. Sabía que no las cumplía, pero lo intentaba, se había esforzado día a día para que lo vieran con orgullo.

Chard no pudo decir nada más pues sentía las pulsaciones de adrenalina a la espera de la respuesta. Si hablaba más su corazón se saldría desde su boca.

El príncipe saiyajin sintió una opresión en el pecho.

«Maldita seas Kale»

Estaba furioso, el crío no debería estar angustiado por eso. Se sintió acorralado, y sin siquiera pensar en lo que hacía, en un acto reflejo, actuó de la única forma que en forma automática conocía mejor, en la manera saiyajin a la que lo educaron. Contestó más frío de lo que hubiera deseado hacer.

— Nappa te está esperando Chard, no hay nada que discutir— Se hallaba furioso y su mirada fue dirigida a la saiyan mientras hablaba, no escondía la molestia que sentía con Kale por decir semejantes tonterías frente al crío.

Chard sintió un golpe en el pecho con esa forma tan fría e impersonal en que su padre le habló. Pero reconocía la voz de mando, su madre le había advertido que no mostrara rasgos débiles o solo se ganaría el repudio de su padre, dolorosamente se dio cuenta que ella siempre había tenido razón.

Cuadró los hombros, alzó la carita y con la voz más neutra que pudo hizo una reverencia a su padre — Lo siento padre, no quería hacerte perder tu tiempo. Iré con Nappa.

Acto seguido el infante comenzó a caminar hacia la salida del cuarto de su madre para ver al calvo saiyan que ahí los esperaba.

Vegeta abrió fuertemente los ojos, cuando un recuerdo lo golpeó como si de un mareo se tratara, lo afectó fuertemente.

~Deja vù~

"... — ¿Me llamaste padre?— el pequeño príncipe llegó a la sala de audiencia donde su padre lo estaba esperando.

A pesar de todas las desavenencias que tenían y del último conflicto con respecto a la muerte de su madre, el joven príncipe seguía respetando mucho a su figura paterna, quería algún día al crecer llegar a ser tan fuerte como su padre, el rey.

Ahí estaba él, con su investidura real y su imponente capa; se hallaba el soberano, hablando con Bardock.

Vegeta III volteó al percatarse que Nappa había llegado junto con su hijo el príncipe.

Vegeta IV, su descendiente, su orgullo. El monarca avanzó hasta llegar a la altura de su hijo.

— Alista tus cosas Vegeta. En una semana más partirán tú, Radditz y Nappa a un entrenamiento de larga estancia al planeta Freezer.

El joven príncipe se sorprendió, no esperaba que su padre al final si lo enviara con ese lagarto, no después de lo que había pasado con la reina.

— Pero... Padre, esa maldita lagartija mató a mi madre, ¿Acaso piensas dejar las cosas así? Dime, ¡¿Porque piensas seguir manteniendo relaciones diplomáticas con quien nos ha declarado la guerra?!— Enojado el joven príncipe golpeó la mesa.

En cualquier otro momento Vegeta III hubiera sonreído fanfarrón y orgulloso por el brío que su hijo tenía. Por su fiereza y coraje, pero en esos momentos, su temple y carácter apenas podían contener la enorme pena que le embargaba y lo consumía por dentro lentamente, producto de haber perdido a su compañera de vida: La reina.

Se había percatado largo tiempo atrás de que había espías, traidores saiyajines. Freezer siempre parecía ir un paso adelante. Y solamente el plan que, en la intimidad de su lecho, su reina y él hicieron. Cuando anticiparon que el lagarto la mataría; Solamente ese plan no había podido ser anticipado. Por tanto, podría ser cualquiera el traidor, o traidores, pero sobre todo desconfiaba de los guardias.

No podía darse el lujo de que su hijo hablara así enfrente de los demás, no tenía el poder suficiente para enfrentársele a Freezer, se lo tendría que entregar para "entrenamiento" y tener a su hijo en la boca del lobo, en la guarida del mal, no era algo a tomarse a la ligera. Tendría que hacer entender a su progenie, a no hablar sin pensar antes.

Se paró imponente enfrente de su hijo, le dio una fría y decepcionada mirada — Irás a hacer tus maletas, en una semana te vas, Freezer es un aliado importante y estratégico. Y tú madre ya había cumplido su cometido, no me servía para nada más. No sigas decepcionándome más y ¡Ve a hacer lo que te ordeno! Nappa te está esperando Vegeta, no hay nada más que discutir.—

Aún con el dolor por la reciente muerte de su madre, se tragó la amargura que la reacción de su padre le generaba.

Era el príncipe de los saiyajines, su padre el rey y todo su pueblo esperaban más de él. Se tragó todos los sentimientos superpuestos que tenía, cuadró los hombros y con las voz más neutral e impersonal que pudo solo dijo mientras reverenciaba —Lo siento padre, no quería hacerte perder tu tiempo. Iré con Nappa— ..."

De pronto la escena, el palacio, los guardias, su padre, se comenzaron a desdibujar. Haciéndose un eco, borroso y lejano. La hermosa y bien iluminada habitación de Kale volvió a hacerse presente.

Vio como su cachorro caminaba con la espalda rígida, la escena tan parecida, no por las mismas razones pero si por la forma de contestarle y la forma orgullosa en que el crío había sobrellevado su dolor.

Vio al infante caminar dándole la espalda, avanzar rumbo a la puerta. Su mente le jugó en contra: en un momento a quien veía alejarse era a Chard, al segundo siguiente era él de joven, otro parpadeo y nuevamente era su hijo, un parpadeo más y nuevamente era él.

La cabeza le daba vueltas. Un nudo atenazó su garganta y le oprimió el pecho al percatarse de la escena y de la similitud de la situación

«¿También sentiste remordimiento al verme partir padre? ¿Signifiqué algo más que una obligación para ti?»

No, él no seguiría los pasos de su padre, — Chard— su voz de mando y autoridad, resonó por toda la habitación, el pequeño crío se detuvo, y lentamente se dio la vuelta quedando frente a su padre.

La mirada fría e impersonal, escondía el verdadero sentir del infante. Vegeta lo sabía, ¡Cuántas veces el tuvo que usar la misma careta frente a su padre y frente a todos!

Vegeta avanzó a paso rápido, una vez de frente al niño se agachó quedando a la misma altura del pequeño — No hay nada que discutir porque no pasará nada de lo que temes, siempre seré tu padre y siempre serás mi hijo, niño. — Le acarició cariñosamente la cabeza despeinándolo.

— Tu y tú madre siempre serán parte del reino, ella será la reina, siempre lo ha sido, más no será mi consorte. Chard... es cierto, tienes un hermano de otra madre, pero eso jamás cambiará que eres mi hijo. Hablaremos y te explicaré las cosas, niño. No habrá nada oculto, y ya que tu madre está de acuerdo en que sepas acerca de tu hermano, entonces hablaremos. Pero ahora, necesito platicar con ella, pero tan pronto acabe iré contigo, ¿De acuerdo?

El pequeño infante estaba muy emocionado, su padre ¡Le estaba pidiendo su opinión! ¡Para que le permitiera quedarse con su mamá a hablar! Además, iban a pasar más tiempo juntos. Chard estaba realmente emocionado.

— ¡Si papá! Estaré con Nappa entrenado.

Feliz el infante le dio una sonrisa sincera y se fue con el calvo saiyan, ese cambio en el semblante del crío, ayudó a quitar la abrumadora sensación de opresión en su pecho.

Volteó a ver a Kale, quien estaba callada, — No era necesario que le dijeras a Chard esas cosas, tan solo es un crío. — En tono neutro Vegeta dejó ver su postura y protesta por el actuar impulsivo de la saiyan.

Lo que no sabía es que todo era parte del plan que ella y Paragus habían creado. Una "distracción" así le habían llamado, para hacerlo bajar la guardia.

— Si ya vas a acabar con todo Vegeta, Chard tenía derecho a saberlo...

El saiyan respiró — Kale, nada va a cambiar. Tu y yo teníamos un acuerdo, nunca nos amamos. Esas tonterías no son para los regentes y lo sabes bien...—

Ella lo interrumpió — Así es, nunca nos amamos, pero no digas que esas son tonterías porque esa humana te tiene tras su pies.

— Deja de interrumpirme — Más serio cortó la queja que ya sabía daría Kale.

— Tu serás la reina regente de este lugar. Tu voz tiene el mismo peso que el mío. Pero ella, ella será mi reina consorte. Su voz será oída a través de mí. Su voto será uno con el mío.

Kale lo miró seria sin decir ni mostrar sentimiento alguno — ¿Que hay de mi hijo Vegeta? Dijiste que mi hijo reinaría.

El peliflama respiró profundamente. — Son demasiado jóvenes aún, a su debido tiempo veré quien de los dos será el regente. Y quién la mano derecha.

Kale de inmediato protestó — ¡Ese no fue el acuerdo Vegeta! — Se acercó demasiado a él, y su mano acarició la mejilla de peliflama.

— Aceptó mi derrota, estaré de acuerdo con solo ser la regente y que en mi sitio esté ella, pero no le quites su derecho a mi hijo — Su voz se quebró.

—Toda mi vida me crié esforzándome para ser la reina que necesitabas. Cuando te conocí y me aceptaste fui tan feliz... Por fin lograría lo que siempre fue solo un sueño. Y ahora... sé que me harás a un lado como tú consorte, pero no le hagas eso a nuestro hijo por favor.

Ella pegó, recargó su pelinegra cabellera en el pecho del saiyan y se abrazó a él.

Despacio y sin lastimarla, la tomó de los hombros y la separó de su cuerpo. — Kale...— llamó suavemente.

Una mirada triste lo encaró — Esta bien Príncipe, seré tu reina regente, me haré a un lado. Pero dale la oportunidad a mi hijo de demostrarte que puede ser un digno rey.

En el fondo Vegeta sabía que aunque Chard era muy bueno para su edad, no llegaría al nivel de su hermano. Aún así ni quiso romper la ilusión de Kale.

— De acuerdo, lo revisaré en algunos años más, pero la estúpida pelea que querías para mis hijos, esa jamás pasará, ¿Me has entendido?

Ella asintió con la cabeza y se volvió para abrazar fuertemente al saiyan.

Kale sabía que había llegado el momento para lograr la otra parte del plan, se mordió el labio mientras hablaba — H-hay otra cosa que quiero discutir Vegeta... — Comentó la saiyan con la mirada tímida y sonrojada

La actitud abochornada de la saiyan le hizo ver a él que no estaba acostumbrada a pedir favores.

— Te escucho— fue todo lo que él dijo.

— Tú y yo ya no tendremos nada que ver y no lo

hemos tenido algo en mucho tiempo, pero Vegeta yo...

Yo se que nunca te importe y está bien, ya lo acepté, aún así también tengo derecho a tener alguien conmigo yo... Necesito una pareja, y ningún saiyajin me tomara en serio... Tengo tu marca y tu olor sobre mí—

El saiyan cerró los ojos cansado, no podía reclamarle a Kale por querer tener alguien a su lado, el mismo no quería seguir con ninguno de sus planes sin tener a Bulma consigo.

No podía maldecir a la saiyan no era su culpa, la culpa solamente era de él por haber tomado decisiones precipitadas.

— ¿Que sugieres Kale?— Preguntó

Ella lo miró altiva — No sugiero nada, si quieres que esté de acuerdo en hacer esta separación, estás son mis condiciones:

Primero: Seré la reina gobernante, no seré más tu consorte pero mi palabra vale lo mismo que la tuya y la de ella no valdrá sino como opinión y tú sabrás si tomas su voz o no, no tendrá voto propio.

Segundo: Mi hijo tiene derecho a pelear por su lugar, entiendo que no quieras un combate entre ellos, pero

cuando sean grandes si lo deberán tener para demostrar quien es el mejor, Chard tiene el derecho de defender su sitio como príncipe heredero.

Tres: Buscarás opciones de saiyajines para mi consorte. Y me darás a escoger, yo tendré la palabra final en la decisión. Solamente así podré sobrellevar el que te acuestes con ella.— miró seria al príncipe saiyajin.

Por un instante el orgullo del Saiyan se vio afectado por la proposición de Kale para que ella pudiera tener un amante, un consorte.

«¿Sería capaz de permitir que otro saiyan toque a la que se supone es mi reina regente?»

Movió su cabeza quitando esos pensamientos de su mente.

« ¡Si! Sería capaz, Kale jamás me ha importado. Solo me importa Chard, esa es la verdad.»

— Analizaré tu propuesta Kale, y después te daré mi respuesta. Ahora debo irme Chard me espera.—

Avanzó decidido rumbo a la puerta, pero justo cuando estaba por abrir la puerta, ya con su mano en el pomo, volteó a verla.

— Ahhh y Kale, vuelve a decir cosas que lastimen a Chard enfrente mío y será lo último que hagas. Y otra cosa más, mantente alejada de Bulma y Trunks, es una orden.

Ella quería responderle venenosamente pero tenía un diálogo que seguir, avanzó se puso por delante de él, respiró profundo, se tragó su orgullo y se hincó y agachó la cabeza.

— Príncipe lo que te dije en la sala frente a los otros es cierto, nunca lastimare a la científica ni a tu otro hijo.

Jamás fue mi intención lastimar a mi hijo, pero todo esto es difícil para mí — Su voz se quebró — si tu me dejas estaré sola, ningún saiyan querrá una relación conmigo cuando ya estoy vinculada a ti...

Se quedó callada, el saiyan también. No tenía una respuesta al reproche de la saiyan. Simplemente avanzó y se retiró del lugar.

Kale se levantó y sonrió satisfecha.

«Todo salió de acuerdo al plan»

Se sentó tranquila en la sala que había dentro de su habitación.

«Sólo es cuestión de tiempo»

Miraba tranquila al vacío recordando la interesante charla que había tenido con Paragus y que la llevó al desenlace actual.

"... — No solo se trata de que agaches la cabeza Kale— Decía Paragus mientras tenía a la saiyan sentada en sus piernas y recorría con sus fuertes manos las bien torneadas piernas de la saiyan.

— Hazle saber que quieres a alguien que te consuele, no sugieras nombres, pero dirás las cosas de tal forma que él no tenga opción. Aún así al no sugerir nada directamente pensará que fue su decisión...— terminaba de decir el saiyan mientras comenzaba a dar besos en la clavícula de la hermosa saiyajin .

— ¿Crees que acepte? — Dudosa comentó la saiyan.

Paragus, quien era un viejo lobo de mar solo rió —Lo hará Kale, busca desesperadamente ser libre para estar con esa mujerzuela. Dale lo que quiere, déjalo ser feliz, él será quien proponga que sea yo tu consuelo, y con eso... Ya no necesitaremos escondernos — Fue lo último que dijo antes de darle un apasionado beso a la saiyan.

— ¡Que humillante sera todo para él! Estoy ansiosa por ver su cara cuando se entere que su zorra decidió abandonarlo... ¡Quiero ver cuando ella rompa su corazón! Seguramente la matará... — Maliciosa sonreía la saiyan.

Paragus solo se rió —Paciencia Kale, el plan está funcionando, dejemos que las cosas tomen su curso... "

Kale se rió en voz alta — Ahhh Vegeta eres tan predecible, me bañare en la sangre de la zorra a la que terminarás matando con tus propias manos...

Tranquila fue a darse y largo y reparador baño en el Jacuzzi, esperando que el resto del plan siguiera el curso natural...

Mientas Vegeta avanzaba ansioso por llegar al lugar de entrenamiento con su hijo.

En el fondo, tenía la certeza que cada vez las cosas irían mejorando más y más... Lo que aún no maliciaba es que no sea era la calma que precede a la tormenta...

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Hola a todos!!!!

Ok este capítulo ha sido bastante largo y estresante en más de un sentido: La situación en la tierra Goku ya está despierto pero débil, además del dilema moral de Gohan ente avisarle ya o no a su padre.

La charla fraternal entre hermanos: Y la sorpresiva confesión de Tarble acerca de Gure, así como toda la pelea interna de Vegeta, las viejas costumbres arraigadas cuesta trabajo cambiarlas.

Y la confrontación Kale- Vegeta, no se ustedes pero yo la odié basta tiro, pobre bebé Chard...

En fin... ¿Qué piensan del cap, que creen que pasará?

Por cierto sacar este capítulo en dos semanas fue un súper reto para mi, lo malo que el próx si tomara a fuerzas 3 semana para estar listo.

Así que ténganme paciencia, rápidamente contesto comentarios:

Xxlalalulu; Jajajaja me matan de risa tus comments y si en general la amista d e Bardock, Paragus y Vegeta III era algo digno de ver, una pena que casarse con la mujer que le gustaba le haya pasado factura tan costosa al rey, y coincido la lealtad era algo primordial... difícil todo lo sucedido, por otro lado la verdad siempre tiene demasiados matices.

Beatlr Definitivamente su historia es linda pero triste... no imaginas esa historia del rey y menos por lo que se sabe de él... su mismo hijo lo cree un HJP, veamos que ocurrirá.

invitado Si que si: Ohh cada vez se acerca más el momento en que Goku sepa... me pone nerviosa y me parte el corazón por Milk...

Mil, mil gracias por sus hermosos comentarios me anima a seguir, de corazón gracias .

Nos leemos pronto.