disclaimer. Digimon no es mio, nunca lo fue, nunca lo será.

a/n. Gracias, gracias, gracias por los reviews ^^ Aquí esta el próximo capítulo, ya sé que me tardé mucho, a causa de varios contratiempos en mi vida personal... esta vez va sin advertencias, así que espero que sepan lo que esto significa... bueno, de todos modos espero que les guste ^_^. ...Ah, y este capítulo es muy corto... es sólo un intermedio, lo mejor viene después de este, les prometo que no me tardaré tanto, pero estuve atorada en este capitulo por un buen rato. Así que porfavor no se preocupen y disculpen si éste no es tan intenso como los demás...

aclaración: Esto es Daiken/Kensuke...no vayan a pensar que de pronto se volverá Miyaken.

*

Atormentado

Por Anairb Black

*

Capitulo Dos

=========

// Sábado 15 de junio, 2009.

Takeru vino hoy a hablar conmigo.

Yo no me lo esperaba. Ninguno de ellos ha intentado hablar conmigo. ¿Por qué ahora? Ya han pasado tres meses. Tres meses son suficientes para mí para darme cuenta de que en mi "hogar" ya saben de mi ausencia, y que la verdad es que no les importa. Sin embargo, Takeru vino a mi como si me hubiera ido desde hace un día. Me saludó como si lo hubiera echo ayer, y se comportó como si apenas la noticia hubiera llegado a sus oídos, y ahora intentara repararla.

Su prescencia se me hizo grata y hasta oportuna. Tenía días sin recordar nada, semanas evadiendo mi pasado, tratándome de hacer a la idea de que tal vez pertenezco aquí y no allá en Odaiba. El llegó y cambió todo esto. Su mirada sincera y su estancia temporal me recordaron algo que hace algun tiempo había olvidado. Ni siquiera había vuelto a observar mis fotografías, a pesar de que en los primeros días eran todo lo que veía en el día y lo último que me detenía a observar antes de ir a dormir. Takeru me trajo un vivo recuerdo de lo que era -y es- mi realidad, y a la vez pude ver a través de él lo que ocurre en estos momentos sin mí.

Por alguna razón me dí cuenta de que las cosas están cambiando... lentamente y a su paso, pero están cambiando, y el cambio es algo que confunde y no se puede detener. Me saludó hasta con entusiasmo y más curiosidad que ira. Un poco extraño, pues se trataba de mí, pero en esta ocasión había decidido ser amable.

Fuimos a un café cercano a mi departamento. //

"¿Tu crees... crees que todo está bien, cierto?", preguntó el amigo, la taza humeante aún entre las manos.

Daisuke no respondió. Sólo se tardó un segundo en mirarlo y luego resumió su actividad de mezclar su café con la cremora. Para su suerte, Takeru no alargó su silencio y empezó a hablar desenfrenadamente.

"Todo es tan extraño. Cuando me levanto en la mañana parece como si nada hubiera sucedido y mi vida siguiera siendo la misma de hace un año. Luego me acuerdo que no es así, y es tan molesto..." Takeru se detuvo a beber su café y luego volvió a mirarlo. "Se siente como si toda la vida hubiera sido así y lo demás hubiera sido un sueño, como si nada hubiera sucedido. Miyako está aún más nerviosa que nunca y ya podrás imaginártelo, nunca se calla y si lo hace se queda suspendida como en un trance, y es tan horrible que tienes que despertarla para que no parezca que le ha dado un infarto. Hikari sigue siendo la misma chica de siempre, aunque ahora se encuentra más triste que feliz, y ni siquiera le sirve estar conmigo. Todo lo que hace es hablar de Miyako y de sus padres, de sus futuros suegros, tratando de desentrañar cómo fue que habían llegado a una decisión tan precipitada. Iori me acompaña a todas partes, no tiene nadie más con quien irse... pero es muy buena compañía. Sólo con él evito tener que hablar del presente, y en lugar de eso me la paso orientándolo acerca de sus estudios y de la carrera que esta cursando. Es tan reconfortante ser el hermano mayor por un momento..."

Daisuke lo miró con ojos atentos, mientras mezclaba su café. Le daba la impresión de que su viejo amigo había venido aquí para liberarse de la desesperación de la boda que estaba viviendo en su hogar. Incluso, hasta le parecía que estaba divirtiéndose al contarle todas esas cosas a alguien ajeno al ambiente. Porque eso era lo que Daisuke era: alguien ajeno. Había estado ya fuera de casa por tres meses, y por primera vez en aquel tiempo, desde que hizo sus maletas, Daisuke empezó a sentir el peso de que los demás estuvieran continuando sus vidas sin él.

Y entonces, mientras se quedaba reflexionando en esto, una sóla imagen se le vino a la mente: Ken. Y sin poder explicarse cómo, Takeru cambió radicalmente la noticia de que Sora se había echo un esguince en el tobillo, y de pronto se encontraba hablando de algo completamente diferente, algo que le provocó que el pecho se le comprimiera.

"Deberías verlo. Nadie sabe bien a dónde se ha ido estos últimos días. Pareciera como si el estrés de Miyako le estuviera afectando tanto que hasta ha caído en el aislamiento... casi todos los jueves está con tu hermana Jun, pero nunca habla del tema. Las pocas veces que lo he visto estos últimos días, parecía querer escuchar más de mi que contarme de sí mismo..."

Por alguna razón, las noticias ya no le fueron indiferentes. Sabía que había gran diferencia, tratándose de su mejor amigo... de Ken, más bien. Intentó consumir esa diferencia, sin embargo, y empezó a tomar el café para no decir nada al respecto. De alguna manera sentía que si comenzaba a hablar, no terminaría, y Takeru no era su persona favorita para que lo escuchara teniendo un monólogo de tristezas.

Takeru pareció darse cuenta de eso, por lo que se quedó en silencio viendo como su viejo amigo bebía su café, con la mirada concentrada en un punto fijo que el otro no pudo identificar. Y entonces empezó a comprender el sentido oculto y el por qué de su partida.

"Me parece que sufre en silencio", le dijo, su voz inexpresiva.

Sin mirarlo, Daisuke respondió, "Eso no puedo saberlo".

"Entonces, tú en realidad crees que yo soy un idiota, ¿cierto?"

El pelirrojo levantó la mirada. Takeru lo observaba intensamente, con una emoción latente de ira. No quería entender el por qué.

"No estas siendo honesto, Daisuke. Y yo no te conozco tan perfectamente como él, pero puedo saber cuando hay algo mal en ti. Lo sé porque tu esperanza se ha roto. Has estado esperando algo muchos años, una cosa que ni siquiera tú has sabido ver. Y ahora simplemente estás muerto. Muerto en vida, lo que es aún peor..."

// Las palabras de Takeru, al principio, no me dieron ningún sentido. Pero reflexioné en ellas mientras lo miraba; supe que estaba en lo correcto. Tal vez nunca había sentido la falta que mi otra mitad me hacía... siempre había creído, inconscientemente, que Ken y yo estaríamos juntos. Había esa clase de confianza, de sentimiento mutuo, que siempre nos había hecho sentir seguros a ambos, el uno con el otro.

Ahora era como si hubieran cortado un extremo de ese lazo que nos unía. Por mi parte, sólo quedaba mi lado, y era cierto. La esperanza la tenía moribunda, enterrada bajo un montón de tierra que eran mis miedos y mis frustraciones, tantas que había dejado allá en Odaiba cuando me marché por resignación... //

"Las cosas no son como antes, y es verdad que nunca volverán a serlo... pero, ¿qué tal si pudieras vivirlas otra vez? Si tan solo regresaras y vieras cómo estan las cosas... sabrías a lo que me refiero. El mundo no funciona así, Dai, no puedes huir de tus problemas-- no, de tus sentimientos- y resignarte a que nunca podrás completarlos. No puedes marcharte así de su vida, pretendiendo que has olvidado todo, todo lo que fue, porque..."

// Siguió hablando, y dandome un montón de razones, las cuales no puedo recordar bien mientras escribo esto. Sólo sé que no las necesité. En mi mente pasaban otra clase de pensamientos. Deseé mil veces que Ken ya no fuera tan perfecto a mis ojos, que pudiera recordar sus faltas hacia mi, que encontrara algo en él que me molestara, que me hiciera enojar tanto que por lo menos por un segundo, lo odiara. Pero no lo encontré.

No me quedó más que aceptarlo, que él era lo más importante en mi vida, y probablemente lo seguiría siendo hasta que terminaran mis días. Lejos o cerca, las cosas eran iguales... y marchandome no iban a cambiar, dejándolo de ver no iba a hacer que lo olvidara. Si bien había sido parte de mi desde mi niñéz... no me imaginaba qué sería de mí sin él. Me di cuenta de todo esto en ese momento. //

"...porque todo lo que hace es hablar de lo que tiene que hacer, no de lo que quiere hacer, y..."

"Take", lo interrumpió, sonriéndole débilmente con la taza de café entre las manos.

Su amigo se quedó con la boca abierta, apunto de decir algo, pero le obedeció y no dijo nada más. Dió un suspiro de resignación y alejó su taza, deslizándola por la mesa. "¿Y ahora qué?"

"Estaremos bien, Take..." le dijo, con los ojos profundamente convencidos. A Takeru le sorprendió su cambio de semblante, su seriedad, que aunque lo había visto serio desde el principio, se trataba de un sentimiento diferente. Y hasta se le veía cálido ahora, como si hubiera recordado una memoria feliz. "Todos estaremos bien".

Takeru no dijo más. De pronto, sin hablar, comprendió. Sonrió mostrando los dientes y se paró de la mesa, seguido por Daisuke.

"Quiero verte en la boda llegando temprano", le dijo, antes de caminar dos pasos hacia adelante y tomar a su amigo en un abrazo fraternal, frotándole la espalda.

Daisuke sonrió un poco más, devolviéndole la muestra de cariño. "Como digas..."

// Entendimiento mutuo. Así es como puedo llamarle al final del día. Había comprendido lo más importante, la señal de Takeru en su visita... //

Miyako se encontraba recostada en el sillón negro frente al televisor cuando Ken llegó a su departamento. Nuevamente, se le veía fatigado, y tardó unos segundos en reconocer a la joven que lo miraba desde su asiento con los ojos vivarachos, observando cada uno de sus movimientos. Su prescencia sutil y discreta le provocaron que ella se quedara mirándolo por más tiempo, antes de dirigirle la palabra.

"¿Qué se te ofrece, Miya?"

Ella titubeó un segundo antes de responder. No había esperado que él fuera quien hablase primero. "Quisiera contarte un par de cosas".

Ken suspiró. Detrás de la barra de la cocina, se quitó el abrigo, sacó del refrigerador un bote de agua y empezó a beber de él insaciablemente, sin mirarla desde que había llegado.

"Se trata de..."

"La boda. Sí, lo s".

Miyako sonrió débilmente y negó con la cabeza. "No, no quiero hablarte de eso ahora. Yo misma ya me cansé de tanto alboroto".

Ken la miró curioso, por un instante. Casi no había tenido tiempo de hablar con Miyako, a pesar de que era su futura esposa. Era increíble; en medio de los preparativos para la boda, y de todo el trabajo que ambos tenían encima, de lo que menos se hablaba era de la relación de los futuros cónyugues. En una boda normal lo primordial son los sentimientos de ambos, y Ken lo sabía. En un matrimonio normal, él estaría dispuesto a ser feliz con ella, ser su protector y su guía hasta que la muerte los separe. Pero en lo que estaba por venir... era como si él no se sintiera parte de ello. Como si la boda fuera a ser suya solamente, y significara una esclavitud eterna, una cadena que lo ataba a la herencia de su familia y su futuro programado...

...y le prohibía para siempre sus verdaderos sueños. Lo que en realidad amaba, que se encontraba tan lejos en la distancia.

// Hay ciertas situaciones que nos suceden que simplemente no pasan en vano. Siempre hay algo que nos hace reaccionar, y Takeru vino hoy por la sencilla razón de que yo necesitaba escucharlo. Necesitaba darme cuenta de lo que en realidad estaba haciendo, de lo que estaba sucediendo... me trajo de vuelta aquellos recuerdos que necesitaba acariciar de nuevo, que con tan sólo repetirlos en la mente hacían que los viviera de nuevo.

¿Cómo pude haberlos dejado atrás? //

Miyako lo llamó para que fuera a su lado, dando palmaditas en el sofá para que se sentara con ella, sacándolo de sus pensamientos. El se dirigió lentamente hacia la salita, y tras sentarse donde se le indicaba, fijó la vista por un momento en el televisor apagado, antes de voltear a verla, sacudiéndose el pelo de la cara.

Ella le sonreía, pero parecía nerviosa a la vez. "Hay algo que no hemos arreglado, y será mejor que empecemos ahora..."

Ken asintió, sin pensarlo. Estaba distraído, adormecido por el cansancio del trabajo, y la verdad era que sólo quería caer sobre la cama y no saber de nada. Esperaba que Miyako no se diera cuenta de eso y no se irritara. Le agradaba verla en ese estado de ánimo tan tranquilo, aunque muy pocas veces se le encontraba así.

"Tu y yo vamos a casarnos, y.... eso significa que viviremos juntos, por lo tanto compartiremos nuestras vidas. Tendremos hijos, Ken, dependeremos de nuestros sueldos para vivir, tendremos una familia que alimentar...sé que las cosas suenan demasiado a futuro. Pero tenemos que empezar por algo. Necesitamos aprender a amarnos, porque..."

Sin ninguna excusa, Ken se levantó del asiento. Miyako lo miró desconcertada, y cayó lo que estaba a punto de decir para mirarlo con preocupación, presa del pánico que la llenaba el saber que tal vez no estaba haciendo las cosas bien. Miyako era honesta, y quería ante todo que en su matrimonio existiera la sinceridad. Era muy cierto que ella no estaba enamorada de su prometido, ni él de ella. Ella siempre había sabido que Ken tenía cierta afinidad con Daisuke; jamás lo había confirmado. Pero ahora que Daisuke se había marchado, su tristeza interior se hacía más evidente...

Miró a Ken asustada, pero luego lo vio tranquilo y ella no tuvo más miedo por sus palabras. Esperó cualquier reacción de él, sin saber si sería sabio continuar.

// ¿Por qué huir de los sentimientos, si se sabe que siempre seguirán ahí, no importa lo que suceda? No importa que tan lejos estemos... //

El se quedó quieto. Por un momento, una nueva imagen se apareció en su mente, y se vio a si mismo en aquel día de lluvia con Daisuke, en el que pasaron por el puente y él le juró que jamás lo dejaría. El recuerdo era tan claro, tan real, que por un momento Ken podía oler el fresco aroma de la tierra húmeda. 'No', se dijo, 'es mejor negarlo todo.'

"No lo entiendo", decía Miyako, y cuando él abrió los ojos se sorprendió al ver que ella había cambiado de posición, y ahora su rostro estaba centímetros del suyo. Ella le tomó ambas manos en un gesto suplicante, mientras él parpadeó, atónito, ignorando el por qué de su actitud tan sorpresiva. Y cuando volvió a hablar, él intentó ponerle atención a cada una de sus palabras. "¿Por qué no simplemente lo aceptas? Esta es tu posición, ésto es lo que tu familia ha elegido para ti. No lo han hecho en vano, lo hacen porque te quieren... te quieren con ellos, Ken. No tienes por qué convertir todo esto en una obligación..." Su voz bajó considerablemente y se niveló con el silencio, de modo que lo siguiente lo dijo con una débil sutileza, como si se tratara de una canción de cuna. "Somos amigos. Cualquier cosa que me pidas, yo estaré ahí. Sé que no puedo comprenderte, pero voy a hacerlo lo mejor que pueda. No me ayudaría... no me ayudaría si tu no quieres acercarte a mi".

// Si es real y si es correspondido... si es real... el amor no se debe de dejar vencer. No debe rendirse. Si es real, el amor es todo lo que importa. //

Ken no la miró hasta después de unos segundos. Sentía las manos heladas bajo las suyas, y no tenía necesidad ni deseo de decirle algo. No sabía muy bien si era lo correcto decir algo reconfortante, o incluso decirle la verdad de lo que sentía; el silencio era a veces la mejor respuesta. Pero ella se mostraba confundida, y aún más angustiada que antes. Sus manos sujetaban las suyas con anhelo, y aún con súplica, y de pronto ya no lo miraba a él, sino que sus ojos se fijaban con dolor en el suelo.

De pronto sintió algo parecido a lástima, pero lo identificó más como tristeza, hacia ella. Parecía tan amable en esos momentos, sin ningún rastro de maldad, tratando de cambiar y luchando contra ella misma para ser feliz, a pesar de su situación. Estaba aceptando lo que tenía que hacer, resignándose a no reprochar por ello. El no estaba seguro de ser capaz.

// ¿Podría ser amor? ¿Puede ser amor lo que estoy sintiendo? Casi estoy seguro de ello. Y sé que él no lo ha olvidado, pues lo conozco tanto como a mi mismo... sé que las cosas no están bien, pues he sido deshonesto...

No intentaré cambiar las cosas una vez que llegue allá, pero tampoco puedo negar mis sentimientos. Es cierto que me marché para no hacer las cosas más difíciles... ¿pero en qué han sido más fáciles desde que lo dejé solo? Es más fácil para mi, tal vez... pero a él lo he dejado con la carga de todo su compromiso a solas, desapareciéndome por completo... mi Ken... él no se merece esto. //

Se alejó de ella suavemente y se dirigió a su habitación, deseando pasar un momento a solas. Sin prender la luz, se quedó quieto mirando hacia el interior, ignorando que Miyako se acercaba por detrás. Luego sintió de nuevo sus manos, esta vez rodeándole la cintura, y su cabeza que se apoyaba lentamente en su espalda. El cerró los ojos y dio un leve suspiro.

Y entonces empezó a construir la idea, el esquema de lo que sería su vida con ella a su lado. Casarse con Miyako significaría que su vida iba a cambiar por completo. Tendría que conseguirse un  trabajo para mantenerla, y cuando todo estuviera en orden, tendría sus hijos, los nietos tan anhelados de sus padres, y los mantendría a ellos también. Sería un padre junto con Miyako, y ambos compartirían el amor y la necesidad de las nuevas personas en sus vidas...

Pasarían los años y el vería crecer a su familia hasta envejecerse. Una vida programada. Una vida que no quería tener, pero... esa era toda su alternativa.

// Me siento un poco confundido. No sé que es lo que voy a hacer si me voy allá de regreso ahora. Creo que esperaré un poco para tener mi mente en orden. Luego simplemente iré, y voy a enfrentar las cosas como son... y lo intentaré... //

Ella todavía lo abrazaba por la cintura, pero él se movió lentamente y giró hasta quedar frente a frente con ella. Eran de la misma estatura; sus rostros quedaron a la par, encontrándose. Las manos de Miyako cayeron a sus costados, y él distinguió en su rostro dos grandes lágrimas sin caer. Asintió lentamente con la cabeza, acariciando el cabello lacio y fino de ella entre sus dedos. "Estaremos bien", le dijo, en la oscuridad, mientras la miraba sin desviar la vista.

// No sé qué es lo que va a ocurrir, no sé ni siquiera cuando es que debo irme. Tan sólo quiero verlo, estar a su lado en el momento, oír palpitar el corazón de ambos en unísono. Sé que me marché por el bien de él, para que me olvidara por completo, y aun no sé si es mejor no regresar jamás, pero... //

Se besaron lentamente en los labios, tan sólo la tenue luz que provenía de la cocina iluminándolos. Ella continuó besándolo, hasta quedar cansada y recargarse en su hombro, abrazándolo con fuerza. El lloró por dentro.

// Sigue llorando dentro de mí, desgarrándome...y sé que es lo que ambos queremos. No puedo resignarme a no verlo de nuevo. No lo dejo de pensar... el amor jamás se detiene. //

~~

a/n: Reviews son muy apreciados, y me impulsarían a escribir mas pronto el siguiente capítulo... por favor no se olviden de dejar su opinión. Cuídense mucho y nos vemos luego. ^_~