He vuelto, y más rápido de lo normal. Gracias por los reviews....
No me asesinen: aquellas que se enamoraron de Remus jr., no odien a Tonks...ya verán por qué...Jejejejeje
Besos
M.O.S
M.O.P
M.O.M
Capítulo 27: La tumba familiar de los Black.
Se levantaron con estrépito de los sofás, y cada uno se dirigió a sus habitaciones, para poder prepararse. Harry entró en su cuarto a la velocidad de la luz. Comenzó a desvestirse con rapidez, cuando oyó que la puerta se abría. Volteó.
-Herms...¿qué?-su amiga le tapó la boca con un dedo, y comenzó a besarlo.
Cayeron al suelo, ella sobre él, y se besaron apasionadamente.
-Er..ejem-dijo una voz masculina desde la puerta. Hermione y Harry se separaron en una milésima de segundo.
-Hijo, aquí tienes la ropa, debe ser negra, estamos de luto-dijo James entregándole una camisa y un pantalón negro a Harry. Miró a Hermione y le sonrió. Salió de la habitación de su hijo como un soplido.
-Bueno, mejor nos vestimos ¿no?-dijo Harry. Se vistieron rápidamente, y salieron del cuarto. Los demás ya los esperaban abajo, solo faltaban James y Lily.
-Sirius, qué bonito te ves-dijo Hermione al ver al apuesto Black enteramente vestido de traje y túnica negra.
-Gracias Herms nn-dijo él agradecido. Arabella, tomada de la mano de Sirius, llevaba un vestido hasta los tobillos, bastante largo para el gusto de Black, y una túnica del mismo color, sobre éste. Remus y Cat se habían abrigado, debido a la tormenta que se avecinaba con arruinar la Navidad, y debido a la intensa nevada. Hermione llevaba bufanda y gorro verdes, con jean negro y suéter, por supuesto, del mismo color. Parecían una bandada de cuervos, ya que todos estaban de negro y con las caras y cuellos tapados por el frío. Lily y James bajaron en ese momento. La señora Potter llevaba un pantalón ajustado, demasiado ajustado, diría el celoso de James,y eso que el pantalón era bastante holgado, y campera de corderoy negro,-no sea que se me enferme-dijo James protectoramente y enroscándole a su mujer la bufanda. Lily le ponía los guantes a James, se notaba que se necesitaban mutuamente. Harry sonreía al ver la escena, al igual que Sirius. Cat y Remus tomaron a su hijo con fuerza y lo obligaron a abrigarse.
-¿QUIERES ENFERMARTE?¿AGARRARTE UNA PULMONÍA???-bramaba Cat enfurecida y enfundando al joven Remus en un sacón demasiado largo para el gusto del chico, que suspiraba resignado.
Sirius abrazó a Arabella al salir de la casa, en señal e protección.
-Sirius, que me abraces no me quitará el frío-dijo la rubia con resignación.
-Pero a nuestros bebés quizás se les pase el frío nn-
-Ellos están bastante calentitos dentro mío-dijo Arabella riendo y besando al moreno.
-¿Cómo iremos al...cementerio?-preguntó Ron, que con su gorro-máscara, así había dicho James al verlo, parecía un un traslador-dijo Sirius, sacando de su bolsillo una pequeña quaffle.
-¿Una quaffle de traslador?-preguntó Harry sorprendido.
-Por supuesto-dijo Sirius riendo. Todos tocaron el traslador, y sintieron como si alguien los tomara del ombligo y los jalara hacia abajo. Esa sensación de nuevo, Harry ya la había sentido. En pocos segundos, se encontraron en un lugar arbolado, bonito, a pesar de las nubes negras que se acercaban, amenazando con "llover" el funeral. Una imponente reja de plateada separaba el campo de lo que sería un nicho familiar. Una gran B en su centro demostraba que ese lugar pertenecía a...
-La familia Black-dijo James mirando a la gigantesca reja que los separaba del bonito prado de flores blancas.
-¿Cómo se supone que entraremos?-preguntó Hermione. Sirius sacó de su bolsillo, esta vez, una extraña llave, que llevaba una B en su empuñadura.
-Vaya, que sofisticado-dijo Remus. La reja se abrió, dejándoles el paso.
Caminaron varios metros, que para los jóvenes fueron kilómetros, y divisaron a Narcissa y a Draco, parados ambos junto a un altar con una gran B, en la cual yacía un cuerpo sin vida. Sirius suspiró al notar le cuerpo lívido y sin vida de su prima Bellatrix. Varios no pudieron mirarla, se veía terrorífica muerta.
-Pues es más bonita de lo que la recuerdo-dijo Harry a Hermione.
-No seas así-dijo ella, codeándolo.
Narcissa se veía pálida y triste, al igual que Draco. Sirius y su prima se acercaron a la pequeña casita de ladrillos que se encontraba en medio del monte, y pusieron ambas llaves. Una puerta se abrió, dejando ver un gran pasillo, en el cual se leían muchísimos nombres. Entraron, llevando a cuestas el cuerpo de la señora Lestrange. Muchísimos nombres que Harry jamás había leído o escuchado estaban allí.
-¿Quién se llamaba Lucifer?-preguntó al notar cierto nombre bastante peculiar.
-Uno de nuestros tataratataratataraabuelos-le contestó la señora Malfoy. Harry la miró sorprendido. Llegaron al final del pasillo. Allí, Harry pudo leer nombres conocidos.
-Regulus Black-dijo, tocando los grabados dorados de la tumba del hermano de Sirius. Leyó varios nombres más.
-Andrómeda Black de Tonks-
-¿Menardi Bulstrode de Black?-
-Mi madre-
-¿Lestat?-
-Mi padre-contestó Sirius, abriendo un cajón inmenso, en el que Harry supuso que Bellatrix sería puesta.
-¿Eres pariente de los Bulstrode?-preguntó Ron estupefacto. Sirius asintió con la cabeza-y aún así me caes bien-
-Pero..¿no era que las mujeres..?-comenzó Hermione.
-Mi madre así lo quiso, y la enterraron aquí-dijo Sirius terminando la conversación.
-¿Quién era Orión Black?-
-Mi padre-dijo Narcissa, derramando varias lágrimas.
-Aquí está tu tío Alphard, creí que era un traidor-
-Mi tío quiso, a pesar de todo, estar con sus difuntos-dijo Sirius con un asomo de sonrisa. Acomodó el cuerpo de su prima.
-Sé que sonará extraño, pero..déjame despedirme-dijo Narcissa. Se acercó al cuerpo de su hermana y lo besó, mientras lloraba en silencio. Sirius no pudo más que mirar al suelo. Tomó con fuerza el cajón en el que yacía su prima.
-Sabemos que no tuviste una vida bonita, y seguramente somos culpables de eso-dijo mientras sollozaba-ojalá seas feliz en otro lugar, en donde nadie puede hacerte daño, ni siquiera yo- cerró el cajón con estrépito, irrumpiendo en llanto al leer las letras que ahora estaban talladas: "Bellatrix Black de Lestrange".
Harry se acercó a su padrino y lo abrazó. Entendía su sufrimiento, aunque Bellatrix no le cayera bien, seguía siendo la prima de Sirius.
-Ya primo, las cosas no ocurren por casualidad-dijo Narcissa, antes de salir de allí. Sirius se limpió las lágrimas y leyó atentamente los últimos nombres.
-La mayoría de ellos-dijo señalando los nombres-murieron en manos de Voldemort o de mortífagos- sus ojos se veían tristes. Tonks lloraba mirando el nombre su madre, mientras Sirius pasaba uno de sus brazos por los hombros de su joven prima segunda.
-Ya no lloren-dijo Arabella, acercándose a ellos. Sirius le acarició le abultado vientre.
-¿Sabes?-dijo mirando las tumbas de su hermano y de su prima-¿te gustaría que a nuestros hijos les pusiéramos Bellatrix y Regulus?- sus ojos aún derramaban lágrimas. Arabella lo miró sin comprender.
-¿Bellatrix Andrómeda y Regulus Ántares?-preguntó James asombrado. Arabella sonrió.
-De acuerdo, pero ojalá los nombres no guíen a las personas-dijo la bella embarazada riendo, luego de pensar durante algunos minutos.
-Sino sus hijos ya estarían perdidos antes de nacer-dijo Remus. Irrumpieron en carcajadas. Sirius se veía más animado, y abrazaba a su mujer con ternura.
-Me gusta el nombre Menardi-dijo Hermione.
-Mi madre es Menardi-Hermione se quedó estupefacta.
-Ya no me gusta-dijo luego, haciendo reír al melancólico Sirius. Salieron de allí, el lugar daba escalofríos. Narcissa y Draco los esperaban afuera.
-Creí que te habías ido-dijo James acercándose a la ahora única prima de su mejor amigo.
-Me quedé a esperarte-James levantó una ceja.
-¿Perdón?-preguntó Lily con sorna. Narcissa tragó saliva la ver la cara asesina de la pelirroja.
-Sí, me quedé a esperarlos-
-No fue lo que dijiste, Malfoy-dijo Lily con odio acérrimo.
-No empiecen-dijo James interponiéndose entre ambas mujeres.
-Te ves bonito, Jamsie-dijo Narcissa, intentado sacar de quicio a Lily. La pelirroja le mostró el puño.
-BASTA NARCISSA, NO EMPIECES-bramó el apuesto Potter. Draco miraba la escena sin comprender. Narcissa volteó y bajó la colina, seguida de su hijo.
-Algún día, Narcissa, algún día te las verás de nuevo con mi puño-dijo Lily mostrando los dientes. James le sonrió a su mujer y la besó con dulzura, despacio.
-Ejem-dijo Sirius acercándose. Harry miró a los lados.
-¿Y esas estatuas?-preguntó, señalando a varias esculturas de piedra.
-Son nuestros antepasados más conocidos-dijo Sirius. Se acercaron a las estatuas. Había cuatro hombres y cuatro mujeres. Ellas muy bonitas, ellos muy apuestos.
-Si hay algo que siempre caracterizó a los Black es que sus integrantes, tanto hombres como mujeres, son atractivos físicamente-dijo Remus.
-Pero de cerebro..ni una pizca-dijo James, irrumpiendo en carcajadas al ver las caras asesinas de Tonks y de Sirius.
-De los Potter no se puede decir lo mismo, ya que mi padre era más feo que comer mierda de hipógrifo y no tener un buen jugo de calabaza para quitarse el gusto-siguió el apuesto señor Potter, hablándoles a Harry, a Ron y a Hermione, los cuales reían de sus ocurrencias.
-James, no seas asqueroso-dijo Cat, golpeándolo en la cabeza. James sonrió abiertamente. Lily lo miraba sonriendo. La sonrisa de su marido...siempre estaba presente, hasta en los funerales. Eso le encantaba de él, además de que fuese exquisitamente atractivo e inteligente, y bromista, y leal ,y buen amante, buenísimo, y tantas cosas más..
-Lil, amorcito, ven-dijo James llamándola con la mano. Ella se acercó sonriendo. Lo abrazó al llegar a él, y se besaron fervorosamente, frente a Harry, que los miraba con las cejas levantadas. Miró a Sirius. Éste estaba sentado bajo una de las inmensas estatuas, tomando entre sus manos una pequeña flor blanca, que tomó del suelo. Harry se acercó.
-No me olvides-dijo Sirius cuando el joven se sentó junto a él. Harry levantó una ceja.
-Nunca te olvidaré nn-dijo riendo.
-No, la flor se llama No me olvides-dijo Sirius riendo también- Siempre crecieron mágicamente en las tumbas de las familias sangre pura-arrojó la pequeña flor al suelo.
-¿Mágicamente?-
-No hay razón posible para que crezcan, dicen que aparecen para que recuerdes a tus muertos-
-Pues...no creo que puedas olvidar a tu prima, por lo que me contaste, la quisiste mucho-dijo Harry, abrazando a su padrino. Éste sonrió.
-Tienes razón, no me he podido olvidar el todo de mi familia-dijo el bello hombre, tomando la flor que había arrojado. Salieron del lugar, dirigiéndose hacia donde todavía los Malfoy los esperaban.
-¿Aún están aquí?-preguntó Sirius estupefacto, mientras miraba a su prima.
-Sirius, hay algo que quiero decirte-dijo la bella mujer de cabello platinado. Sirius se acercó a ella.
-Sé que me detestas-Sirius asintió con la cabeza-pero...¿te das cuenta de que sólo nos tenemos el uno al otro?- el apuesto animago sintió una punzada. Era cierto, su familia ya casi no existía...
-No es cierto, tú tienes a tu hijo-dijo Sirius, mirando a Draco, el cual volteó atemorizado-y yo tengo a mi mujer, que me dará dos hijos dentro de unos meses-apoyó su mano sobre el hombro de Narcissa-aún somos una familia- la señora Malfoy sonrió y derramó varias lágrimas, para luego voltear y dirigirse a la dirigencia, que estaba conducida por caballos.
-Sí, somos magos, pero aún utilizamos caballos-dijo Harry riendo de lo estúpida que a veces era su "cultura". Sus padres le dieron la razón.
-Sí, y somos modernos, y eso que en Hogwarts todavía no hay luz-dijo James, por lo que varios irrumpieron en carcajadas. Volvieron a Grimmauld Place. Se desvistieron al llegar, literalmente por supuesto, y se sentaron a charlar en los sofás, mientras lo jóvenes se entretenían mirando fotografías viejas.
-Canuto, sabemos que la extrañarás-dijo James abrazando a su amigo.
-Por lo menos sé que descansa en paz-dijo el apuesto animago.
-Puede ser-dijo Remus, sorbiendo un poco de té caliente. James bostezó abiertamente.
-Parece que tienes sueño-dijo Sirius mirando a su amigo con una sonrisa. El apuesto señor Potter asintió con la cabeza.
-¿Tienes sueño?-preguntó Lily desilusionada-y yo que quería divertirme esta noche-
-¿Quién dijo que tengo sueño? Estoy más despierto que Sirius luego de hacer al amor-Remus escupió su té, para luego comenzar a reír. Sirius miró a James con ojos asesinos.
-Por si no lo sabes, me mantengo bien despierto después de eso- dijo Black ofendido.
-O sino pregúntale a Arabella-
-Claro, ¿por qué crees que tendremos mellizos?-las mejillas de Sirius se ruborizaron, dándole envidia al cabello rojo de Lily. Todos irrumpieron en carcajadas, mientras Arabella se acercaba a Sirius y lo besaba dulcemente.
-Sí, yo también te amo-dijo Sirius ofendido. Bella reía ante la cara de su concubino.
-No te enojes, amor-dijo la rubia, sentándose sobre él. Se besaron con dulzura, mientras Sirius le acariciaba el vientre a su mujer.
-¿Vamos a dormir?- preguntó James apoyando su cabeza adormilada sobre el hombro de su esposa. Se levantaron despacio de los sillones y se dirigieron a sus habitaciones.
-Ustedes piensan quedarse?-preguntó Remus a los jóvenes que reían mirando fotos de Sirius de bebé.
-Ahora vamos-dijo su hijo. Los adultos subieron a "descansar".
-Creo que hoy no podremos dormir, no creo que se duerman-dijo Tonks mirando a Lily y a James, los cuales subían las escaleras como si fueran recién casados, o sea, James cargando a Lily en brazos.
-Seguramente me den una hermanita-dijo Harry ilusionado.
-Pero si tus padres son grandes-dijo Hermione.
-Sirius y Bella también lo son-dijo Ron.
-En eso...tienes razón-dijo Remus jr.
-¿Vamos a dormir?-preguntó Tonks bostezando. Remus la miró con ojos brillantes. Se sentía raro cada vez que esa bonita chica estaba cerca de él.
-¿A dormir? Pero si apenas son las ocho-
-Pero tengo sueño-insistió Tonks. Se levantó del suelo y subió las escaleras. Remus miró todo el trayecto de la muchacha. Harry y Ron notaron la cara de baboso del joven y sonrieron.
-Ejem, Remus....a ti...¿te gusta Tonks?- Remus lanzó las fotos que tenía en sus manos.
-¿Qué?¿ qué yo..qué?-preguntó sonrojándose y poniéndose nervioso.
-Admítelo-dijo Hermione.
-Sí...-admitió le joven, mirando al suelo.
-Mejor vamos a "dormir"-dijo Harry, levantándose del suelo y subiendo las escaleras.
No me asesinen: aquellas que se enamoraron de Remus jr., no odien a Tonks...ya verán por qué...Jejejejeje
Besos
M.O.S
M.O.P
M.O.M
Capítulo 27: La tumba familiar de los Black.
Se levantaron con estrépito de los sofás, y cada uno se dirigió a sus habitaciones, para poder prepararse. Harry entró en su cuarto a la velocidad de la luz. Comenzó a desvestirse con rapidez, cuando oyó que la puerta se abría. Volteó.
-Herms...¿qué?-su amiga le tapó la boca con un dedo, y comenzó a besarlo.
Cayeron al suelo, ella sobre él, y se besaron apasionadamente.
-Er..ejem-dijo una voz masculina desde la puerta. Hermione y Harry se separaron en una milésima de segundo.
-Hijo, aquí tienes la ropa, debe ser negra, estamos de luto-dijo James entregándole una camisa y un pantalón negro a Harry. Miró a Hermione y le sonrió. Salió de la habitación de su hijo como un soplido.
-Bueno, mejor nos vestimos ¿no?-dijo Harry. Se vistieron rápidamente, y salieron del cuarto. Los demás ya los esperaban abajo, solo faltaban James y Lily.
-Sirius, qué bonito te ves-dijo Hermione al ver al apuesto Black enteramente vestido de traje y túnica negra.
-Gracias Herms nn-dijo él agradecido. Arabella, tomada de la mano de Sirius, llevaba un vestido hasta los tobillos, bastante largo para el gusto de Black, y una túnica del mismo color, sobre éste. Remus y Cat se habían abrigado, debido a la tormenta que se avecinaba con arruinar la Navidad, y debido a la intensa nevada. Hermione llevaba bufanda y gorro verdes, con jean negro y suéter, por supuesto, del mismo color. Parecían una bandada de cuervos, ya que todos estaban de negro y con las caras y cuellos tapados por el frío. Lily y James bajaron en ese momento. La señora Potter llevaba un pantalón ajustado, demasiado ajustado, diría el celoso de James,y eso que el pantalón era bastante holgado, y campera de corderoy negro,-no sea que se me enferme-dijo James protectoramente y enroscándole a su mujer la bufanda. Lily le ponía los guantes a James, se notaba que se necesitaban mutuamente. Harry sonreía al ver la escena, al igual que Sirius. Cat y Remus tomaron a su hijo con fuerza y lo obligaron a abrigarse.
-¿QUIERES ENFERMARTE?¿AGARRARTE UNA PULMONÍA???-bramaba Cat enfurecida y enfundando al joven Remus en un sacón demasiado largo para el gusto del chico, que suspiraba resignado.
Sirius abrazó a Arabella al salir de la casa, en señal e protección.
-Sirius, que me abraces no me quitará el frío-dijo la rubia con resignación.
-Pero a nuestros bebés quizás se les pase el frío nn-
-Ellos están bastante calentitos dentro mío-dijo Arabella riendo y besando al moreno.
-¿Cómo iremos al...cementerio?-preguntó Ron, que con su gorro-máscara, así había dicho James al verlo, parecía un un traslador-dijo Sirius, sacando de su bolsillo una pequeña quaffle.
-¿Una quaffle de traslador?-preguntó Harry sorprendido.
-Por supuesto-dijo Sirius riendo. Todos tocaron el traslador, y sintieron como si alguien los tomara del ombligo y los jalara hacia abajo. Esa sensación de nuevo, Harry ya la había sentido. En pocos segundos, se encontraron en un lugar arbolado, bonito, a pesar de las nubes negras que se acercaban, amenazando con "llover" el funeral. Una imponente reja de plateada separaba el campo de lo que sería un nicho familiar. Una gran B en su centro demostraba que ese lugar pertenecía a...
-La familia Black-dijo James mirando a la gigantesca reja que los separaba del bonito prado de flores blancas.
-¿Cómo se supone que entraremos?-preguntó Hermione. Sirius sacó de su bolsillo, esta vez, una extraña llave, que llevaba una B en su empuñadura.
-Vaya, que sofisticado-dijo Remus. La reja se abrió, dejándoles el paso.
Caminaron varios metros, que para los jóvenes fueron kilómetros, y divisaron a Narcissa y a Draco, parados ambos junto a un altar con una gran B, en la cual yacía un cuerpo sin vida. Sirius suspiró al notar le cuerpo lívido y sin vida de su prima Bellatrix. Varios no pudieron mirarla, se veía terrorífica muerta.
-Pues es más bonita de lo que la recuerdo-dijo Harry a Hermione.
-No seas así-dijo ella, codeándolo.
Narcissa se veía pálida y triste, al igual que Draco. Sirius y su prima se acercaron a la pequeña casita de ladrillos que se encontraba en medio del monte, y pusieron ambas llaves. Una puerta se abrió, dejando ver un gran pasillo, en el cual se leían muchísimos nombres. Entraron, llevando a cuestas el cuerpo de la señora Lestrange. Muchísimos nombres que Harry jamás había leído o escuchado estaban allí.
-¿Quién se llamaba Lucifer?-preguntó al notar cierto nombre bastante peculiar.
-Uno de nuestros tataratataratataraabuelos-le contestó la señora Malfoy. Harry la miró sorprendido. Llegaron al final del pasillo. Allí, Harry pudo leer nombres conocidos.
-Regulus Black-dijo, tocando los grabados dorados de la tumba del hermano de Sirius. Leyó varios nombres más.
-Andrómeda Black de Tonks-
-¿Menardi Bulstrode de Black?-
-Mi madre-
-¿Lestat?-
-Mi padre-contestó Sirius, abriendo un cajón inmenso, en el que Harry supuso que Bellatrix sería puesta.
-¿Eres pariente de los Bulstrode?-preguntó Ron estupefacto. Sirius asintió con la cabeza-y aún así me caes bien-
-Pero..¿no era que las mujeres..?-comenzó Hermione.
-Mi madre así lo quiso, y la enterraron aquí-dijo Sirius terminando la conversación.
-¿Quién era Orión Black?-
-Mi padre-dijo Narcissa, derramando varias lágrimas.
-Aquí está tu tío Alphard, creí que era un traidor-
-Mi tío quiso, a pesar de todo, estar con sus difuntos-dijo Sirius con un asomo de sonrisa. Acomodó el cuerpo de su prima.
-Sé que sonará extraño, pero..déjame despedirme-dijo Narcissa. Se acercó al cuerpo de su hermana y lo besó, mientras lloraba en silencio. Sirius no pudo más que mirar al suelo. Tomó con fuerza el cajón en el que yacía su prima.
-Sabemos que no tuviste una vida bonita, y seguramente somos culpables de eso-dijo mientras sollozaba-ojalá seas feliz en otro lugar, en donde nadie puede hacerte daño, ni siquiera yo- cerró el cajón con estrépito, irrumpiendo en llanto al leer las letras que ahora estaban talladas: "Bellatrix Black de Lestrange".
Harry se acercó a su padrino y lo abrazó. Entendía su sufrimiento, aunque Bellatrix no le cayera bien, seguía siendo la prima de Sirius.
-Ya primo, las cosas no ocurren por casualidad-dijo Narcissa, antes de salir de allí. Sirius se limpió las lágrimas y leyó atentamente los últimos nombres.
-La mayoría de ellos-dijo señalando los nombres-murieron en manos de Voldemort o de mortífagos- sus ojos se veían tristes. Tonks lloraba mirando el nombre su madre, mientras Sirius pasaba uno de sus brazos por los hombros de su joven prima segunda.
-Ya no lloren-dijo Arabella, acercándose a ellos. Sirius le acarició le abultado vientre.
-¿Sabes?-dijo mirando las tumbas de su hermano y de su prima-¿te gustaría que a nuestros hijos les pusiéramos Bellatrix y Regulus?- sus ojos aún derramaban lágrimas. Arabella lo miró sin comprender.
-¿Bellatrix Andrómeda y Regulus Ántares?-preguntó James asombrado. Arabella sonrió.
-De acuerdo, pero ojalá los nombres no guíen a las personas-dijo la bella embarazada riendo, luego de pensar durante algunos minutos.
-Sino sus hijos ya estarían perdidos antes de nacer-dijo Remus. Irrumpieron en carcajadas. Sirius se veía más animado, y abrazaba a su mujer con ternura.
-Me gusta el nombre Menardi-dijo Hermione.
-Mi madre es Menardi-Hermione se quedó estupefacta.
-Ya no me gusta-dijo luego, haciendo reír al melancólico Sirius. Salieron de allí, el lugar daba escalofríos. Narcissa y Draco los esperaban afuera.
-Creí que te habías ido-dijo James acercándose a la ahora única prima de su mejor amigo.
-Me quedé a esperarte-James levantó una ceja.
-¿Perdón?-preguntó Lily con sorna. Narcissa tragó saliva la ver la cara asesina de la pelirroja.
-Sí, me quedé a esperarlos-
-No fue lo que dijiste, Malfoy-dijo Lily con odio acérrimo.
-No empiecen-dijo James interponiéndose entre ambas mujeres.
-Te ves bonito, Jamsie-dijo Narcissa, intentado sacar de quicio a Lily. La pelirroja le mostró el puño.
-BASTA NARCISSA, NO EMPIECES-bramó el apuesto Potter. Draco miraba la escena sin comprender. Narcissa volteó y bajó la colina, seguida de su hijo.
-Algún día, Narcissa, algún día te las verás de nuevo con mi puño-dijo Lily mostrando los dientes. James le sonrió a su mujer y la besó con dulzura, despacio.
-Ejem-dijo Sirius acercándose. Harry miró a los lados.
-¿Y esas estatuas?-preguntó, señalando a varias esculturas de piedra.
-Son nuestros antepasados más conocidos-dijo Sirius. Se acercaron a las estatuas. Había cuatro hombres y cuatro mujeres. Ellas muy bonitas, ellos muy apuestos.
-Si hay algo que siempre caracterizó a los Black es que sus integrantes, tanto hombres como mujeres, son atractivos físicamente-dijo Remus.
-Pero de cerebro..ni una pizca-dijo James, irrumpiendo en carcajadas al ver las caras asesinas de Tonks y de Sirius.
-De los Potter no se puede decir lo mismo, ya que mi padre era más feo que comer mierda de hipógrifo y no tener un buen jugo de calabaza para quitarse el gusto-siguió el apuesto señor Potter, hablándoles a Harry, a Ron y a Hermione, los cuales reían de sus ocurrencias.
-James, no seas asqueroso-dijo Cat, golpeándolo en la cabeza. James sonrió abiertamente. Lily lo miraba sonriendo. La sonrisa de su marido...siempre estaba presente, hasta en los funerales. Eso le encantaba de él, además de que fuese exquisitamente atractivo e inteligente, y bromista, y leal ,y buen amante, buenísimo, y tantas cosas más..
-Lil, amorcito, ven-dijo James llamándola con la mano. Ella se acercó sonriendo. Lo abrazó al llegar a él, y se besaron fervorosamente, frente a Harry, que los miraba con las cejas levantadas. Miró a Sirius. Éste estaba sentado bajo una de las inmensas estatuas, tomando entre sus manos una pequeña flor blanca, que tomó del suelo. Harry se acercó.
-No me olvides-dijo Sirius cuando el joven se sentó junto a él. Harry levantó una ceja.
-Nunca te olvidaré nn-dijo riendo.
-No, la flor se llama No me olvides-dijo Sirius riendo también- Siempre crecieron mágicamente en las tumbas de las familias sangre pura-arrojó la pequeña flor al suelo.
-¿Mágicamente?-
-No hay razón posible para que crezcan, dicen que aparecen para que recuerdes a tus muertos-
-Pues...no creo que puedas olvidar a tu prima, por lo que me contaste, la quisiste mucho-dijo Harry, abrazando a su padrino. Éste sonrió.
-Tienes razón, no me he podido olvidar el todo de mi familia-dijo el bello hombre, tomando la flor que había arrojado. Salieron del lugar, dirigiéndose hacia donde todavía los Malfoy los esperaban.
-¿Aún están aquí?-preguntó Sirius estupefacto, mientras miraba a su prima.
-Sirius, hay algo que quiero decirte-dijo la bella mujer de cabello platinado. Sirius se acercó a ella.
-Sé que me detestas-Sirius asintió con la cabeza-pero...¿te das cuenta de que sólo nos tenemos el uno al otro?- el apuesto animago sintió una punzada. Era cierto, su familia ya casi no existía...
-No es cierto, tú tienes a tu hijo-dijo Sirius, mirando a Draco, el cual volteó atemorizado-y yo tengo a mi mujer, que me dará dos hijos dentro de unos meses-apoyó su mano sobre el hombro de Narcissa-aún somos una familia- la señora Malfoy sonrió y derramó varias lágrimas, para luego voltear y dirigirse a la dirigencia, que estaba conducida por caballos.
-Sí, somos magos, pero aún utilizamos caballos-dijo Harry riendo de lo estúpida que a veces era su "cultura". Sus padres le dieron la razón.
-Sí, y somos modernos, y eso que en Hogwarts todavía no hay luz-dijo James, por lo que varios irrumpieron en carcajadas. Volvieron a Grimmauld Place. Se desvistieron al llegar, literalmente por supuesto, y se sentaron a charlar en los sofás, mientras lo jóvenes se entretenían mirando fotografías viejas.
-Canuto, sabemos que la extrañarás-dijo James abrazando a su amigo.
-Por lo menos sé que descansa en paz-dijo el apuesto animago.
-Puede ser-dijo Remus, sorbiendo un poco de té caliente. James bostezó abiertamente.
-Parece que tienes sueño-dijo Sirius mirando a su amigo con una sonrisa. El apuesto señor Potter asintió con la cabeza.
-¿Tienes sueño?-preguntó Lily desilusionada-y yo que quería divertirme esta noche-
-¿Quién dijo que tengo sueño? Estoy más despierto que Sirius luego de hacer al amor-Remus escupió su té, para luego comenzar a reír. Sirius miró a James con ojos asesinos.
-Por si no lo sabes, me mantengo bien despierto después de eso- dijo Black ofendido.
-O sino pregúntale a Arabella-
-Claro, ¿por qué crees que tendremos mellizos?-las mejillas de Sirius se ruborizaron, dándole envidia al cabello rojo de Lily. Todos irrumpieron en carcajadas, mientras Arabella se acercaba a Sirius y lo besaba dulcemente.
-Sí, yo también te amo-dijo Sirius ofendido. Bella reía ante la cara de su concubino.
-No te enojes, amor-dijo la rubia, sentándose sobre él. Se besaron con dulzura, mientras Sirius le acariciaba el vientre a su mujer.
-¿Vamos a dormir?- preguntó James apoyando su cabeza adormilada sobre el hombro de su esposa. Se levantaron despacio de los sillones y se dirigieron a sus habitaciones.
-Ustedes piensan quedarse?-preguntó Remus a los jóvenes que reían mirando fotos de Sirius de bebé.
-Ahora vamos-dijo su hijo. Los adultos subieron a "descansar".
-Creo que hoy no podremos dormir, no creo que se duerman-dijo Tonks mirando a Lily y a James, los cuales subían las escaleras como si fueran recién casados, o sea, James cargando a Lily en brazos.
-Seguramente me den una hermanita-dijo Harry ilusionado.
-Pero si tus padres son grandes-dijo Hermione.
-Sirius y Bella también lo son-dijo Ron.
-En eso...tienes razón-dijo Remus jr.
-¿Vamos a dormir?-preguntó Tonks bostezando. Remus la miró con ojos brillantes. Se sentía raro cada vez que esa bonita chica estaba cerca de él.
-¿A dormir? Pero si apenas son las ocho-
-Pero tengo sueño-insistió Tonks. Se levantó del suelo y subió las escaleras. Remus miró todo el trayecto de la muchacha. Harry y Ron notaron la cara de baboso del joven y sonrieron.
-Ejem, Remus....a ti...¿te gusta Tonks?- Remus lanzó las fotos que tenía en sus manos.
-¿Qué?¿ qué yo..qué?-preguntó sonrojándose y poniéndose nervioso.
-Admítelo-dijo Hermione.
-Sí...-admitió le joven, mirando al suelo.
-Mejor vamos a "dormir"-dijo Harry, levantándose del suelo y subiendo las escaleras.
