DISCLAIMER:Not mine. If it were though...
-Todos los diálogos estarán en negritas.-
Pensamientos o flash backs en cursiva.
ACTO 9
Abarai
Por primera vez a Ichigo le pareció pesado el cargo de teniente… Pero solo por la parte de la documentación, aquello nunca había sido su especialidad, por lo que tuvo que quedarse hasta tarde ya que el escuadrón tenía una misión próxima, el papeleo de la anterior faltaba entregarse y no hubo señales de Rukia el resto del día.
Agradeció que los oficiales Arima y Tamaki se hayan quedado a ayudarlo, aunque todavía no entendía qué o quién había sido tan importante como para hacer que la pelinegra no hubiera puesto un pie en la oficina luego de aquella reunión que tuvieron los capitanes. Por lo que había escuchado del oficial rubio, dicha reunión no duró más de una hora.
¿Y si se fue temprano a casa?
¿Y si está con Renji?
Gruñó al solo pensar en Rukia en casa con el pelirrojo… Y es que, le dolía pero ella tenía todo el derecho de hacer lo que quisiera con su esposo. Después de todo, decidió seguir con Renji. Y él… decidió dejarla ir. Otra vez, como 10 años atrás.
Ya no podía tener esa clase de pensamientos hacia el matrimonio Abarai. Si ella quería estar con Renji, él tenía que aceptarlo… Si la felicidad de su capitana estaba con otro, él lo entendería. Ya que si Rukia era feliz, él también lo sería, claro que no particularmente feliz con eso, pero estaría feliz por ella e Ichika.
Miró el cielo nocturno de camino a la puerta senkaimon para regresar a casa cuando la vibración de su celular lo interrumpió.
«¿Ya vienes? Hoy tenemos una invitada a cenar»
No había reparado en que era bastante tarde pero por el espontáneo mensaje de Orihime supuso que su presencia era requerida en casa de inmediato.
Iba a continuar su camino cuando una llamada entrante lo descolocó.
"Enana'' era el nombre que figuraba en la pantalla.
-¿Rukia?-
-Ichigo… ahm… Verás, estoy en mi casa y… tengo un problema-
Así que mis sospechas son ciertas… Pensó Ichigo.
-¿Qué tipo de problema?- preguntó frunciendo el ceño.
Se escuchó a Rukia soltar un suspiro nervioso, lo que le dio a entender que tal vez no sería un asunto urgente. Además, ella tenía a Renji ahí ¿No? Y él ya iba tarde.
-En realidad… es una larga historia pero…-
-Rukia, escucha, voy tarde a casa y al parecer tengo un invitado para la cena ¿Es importante?-
Rukia se maldijo mentalmente por pensar en pedir ayuda a Ichigo.
-Nah, es estúpido… no te preocupes, te veo mañana-
La shinigami colgó el teléfono.
Ichigo movió la cabeza de un lado a otro, sabía que debía irse a casa pero se quedó mirando el móvil, conocía aquel tono de voz y las palabras que ella usaba para ocultar algo importante…
¿Tu esposa o tu capitana?
Se mordió los labios al recordar las palabras de Kenpachi… Porque a pesar de cuánto había cambiado o cuánto decían los demás que lo había hecho, hay puntos fijos en el universo. Rukia fue la razón por la cual se hizo más fuerte pero seguía siendo su debilidad.
Kazui nunca fue bueno mintiendo. Se ponía nervioso, sudaba y hablaba en un tono más alto de lo normal y esta vez sus normales reacciones nerviosas se habían exacerbado porque Ichika había decidido unirlo a su batalla contra la tiranía maternal (Según sus palabras). La pequeña pelirroja le dijo que su plan era no regresar a casa un buen tiempo para darle una "Lección'' a su tía Rukia.
Así que ahora él debía ir a pedirle a Orihime que dejara a Ichika quedarse ahí, ya que sería cuestión de tiempo para que se descubriera el reiatsu de su amiga… ¿Cómo había terminado envuelto en una situación así?
Ok, no puede ser tan difícil… Se dijo el pequeño pelinaranjo dándose ánimos mientras elegía las palabras adecuadas.
-No tienes por qué inventar- le aconsejó la pelirroja- Se trata de omitir, sólo omitir información. Dile que solo será un día. Que no se te ocurra abrir la boca…-
No abriría la boca, no diría palabra alguna, era cosa de omitir.
No abirría la baco, no diría lapabra laguna, era soca de omtiri.
Cuando llegó junto al sofá donde le esperaba su madre con una seria expresión en el rostro, sabía que estaba perdido.
«No podía haber ido muy lejos…»
Esas palabras se repetían una y otra vez, sin parar, en su cabeza, porque era lo único que le quedaba para poder aferrarse.
La desaparición de su hija la había tomado por sorpresa y no perdió el control por el solo hecho que se pasó ese tiempo tratando de buscar una razón para lo que hizo, ya que era intencional. Es imposible que se hubiera perdido, esa niña conocía el Seireitei y todos los escuadrones mejor que nadie.
¿Por qué es qué se comportaba así?
¿Qué trataba de conseguir?
Rukia además de buscar a su hija, indagó en una razón que le dijera por qué ella no quiso hablarle primero antes de desaparecer así.
Tenía que ser algo importante.
Rukia necesitaba saberlo, solo así podría estar en paz consigo misma; sólo después de hacer todo por entenderla, por ayudarla, estaría tranquila.
Mientras tuviera un motivo válido para desaparecer así, la apoyaría, como lo hizo siempre.
-Lo siento Rukia-sama- explicó Yukino, la mujer que ayudaba en el cuidado de Ichika- Ella a veces sale tarde de su entrenamiento y hoy pensé que así sería-
-Ya no te lamentes por eso, puede que haya desaparecido intencionalmente, al menos eso me dijo Ikkaku… de todos modos, es tarde Yuki, tienes que irte a casa- murmuró Rukia.
-Pero… Rukia-sama, debe haber alguien aquí, por si regresa-
-No te preocupes, saldré a buscarla de nuevo y si llega… posiblemente Renji ya esté aquí-
Rukia suspiró angustiada. Renji no había llegado. La persona que más necesitaba que estuviera ahí, no había llegado... ¿Qué tal si le había pasado algo?... No quería pensarlo pero ¿Por qué más se retrasaría en llegar y no contestaría llamadas?
De repente, ambas escucharon que llamaban a la puerta.
-Es ella- susurró esperanzada Yuki, abriendo con velocidad pero Rukia conocía de sobra ese reiatsu y no se trataba de Ichika.
La sonrisa medialuna de Ichigo apareció en el umbral.
-¿Qué haces aquí, tonto? Dijiste que tenías invitados a cenar en casa- Lo encaró, poniendo ambas manos en la cintura.
-Me llamaste porque necesitas apoyo con algo grande. Dijiste "Nah, es estupido" que en lenguaje Rukia significa "Es importante"... Todos lo saben-
-Bueno, no todos…- dijo en referencia a su esposo, quien brillaba por su ausencia.
Después de la reunión de capitanes, ella recibió un llamado de Yuki, quien le informó que su hija se encontraba desaparecida.
Rukia pasó la tarde recorriendo el onceavo escuadrón y la academia de Ikkaku, esperando sentir el reiatsu de su pequeña. Incluso fue al Rukongai. En todas esas horas de búsqueda intentó comunicarse con Renji y cuando la desesperación hizo efecto en ella, pensó en Ichigo.
-No debiste venir, llegarás tardísimo a la cena… ¿Era importante?-
-Nah, es estúpida…-
Rukia suspiró, Ichigo nunca fue bueno mintiendo.
-Y aun así, mi esposo, quien fue mi primera, segunda y tercera llamada antes que tú decidió no atender el móvil- Susurró lo suficientemente fuerte como para ser escuchada por el hombre de cabellera naranja.
-Vamos, estoy seguro que si Renji supiera que necesitas ayuda con algo, estaría aquí-
La capitana se cruzó de brazos y levantó una ceja.
-No te dije que necesito ayuda y estás aquí… Ni siquiera sabes para qué-
-Sea lo que sea enana, cuentas conmigo…-
Rukia se quedó observando a Ichigo, era increíble como cada vez que estaba con él, aunque fuera una situación peligrosa o angustiante (como aquella) a ella se le llenaba el corazón con un sentimiento cálido que se expandía por todo su cuerpo.
Solo una increíble fuerza de voluntad le ayudó a permanecer quieta cuando Ichigo le sonrió dándole a entender que él estaba ahí a pesar de todo, que contaba con él como no contaba con cualquier otra persona.
Ya sea salvar a la sociedad de almas o hacer un plato de curry para Byakuya, con Ichigo siempre podía contar.
Y esa misma fuerza le permitió aguantar las ganas de besarlo ahí mismo.
El teléfono de Ichigo sonó, era Orihime informando el paradero de la niña.
Ambos se miraron con una profunda culpa invadiendo sus ojos.
La gente siempre le decía a Negi que se parecía más a su papá que a su mamá. Él no sabía cómo responder a aquellos comentarios. Sin contar a su mejor amiga, las personas ajenas a su núcleo familiar no sabían que eso le incomodaba.
Y no era porque no estuviera orgulloso, al contrario, ser hijo del capitán Abarai le daba cierta fama. Más bien era porque le frustraba tener ciertas marcas de nacimiento.
Marcas que en su momento Renji tapó con algunos tatuajes.
Marcas que agradeció medio convencieran al teniente y Rangiku de lo evidente: Él era su hijo.
-Pero… no entiendo ¿Cómo?...- exclamó el pelirrojo mayor.
-No sé qué esté sucediendo papá pero es muy extraño que no sepas quién soy, que nadie lo sepa-
Rangiku abrazó a ambos, completamente borracha, dándoles besos en la mejilla. Para Negi, era usual ver a su madre tan cariñosa, especialmente cuando había una botella de sake cerca.
Pero el teniente Abarai distinguió un extraño brillo en los ojos de la rubia. Parecía emocionada.
-Te amooo hijito… hip… yo te cuidaré-
Pasó un brazo alrededor de él y lo estrechó hacia ella, acomodando la roja cabellera de él en su hombro.
Renji aún tenía preguntas.
-Yo no recuerdo haber tenido… ya sabes… algo con… tu madre pero… ¿Estás completamente seguro de que eres mi hijo? No, está bien, no tienes que responder. Es sólo que… Mañana… ¿Podemos ir a hacer una prueba de paternidad?-
El pequeño pelirrojo desvío la mirada, incómodo.
-No olvídalo, tampoco tienes que responderme eso. Lo siento, es que… no sé muy bien qué decir...-
Renji se rascó la cabeza en señal de ansiedad.
-Está bien…- Dijo Negi.
Por supuesto que no estaba bien.
Era tan fácil comprender qué ocurría por la cabeza de su papá. Y tan doloroso que lo desconociera como hijo.
-Por hoy descansa aquí en casa de Rangiku ¿Okay?… - pidió el hombre mientras acariciaba inconscientemente la roja cabellera del muchacho.
Negi intentó decirle que sí, pero la afirmación se atoró en su garganta y en vez de eso salió un extraño ruido. Sentía sus ojos húmedos y un nudo terrible en la garganta.
Odiaba ser tan emocional, ser de aquellos que siempre llegan a las lágrimas pero nadie lo reconocía y el mundo en el que siempre vivió se tornó tan extraño, no sabía si las cosas regresarán a la normalidad o porqué había ocurrido eso y encima, ahora enfrentaba el dolor de su propio padre cuestionando su parentesco.
Siempre lo había negado cuando se molestaba por los estrictos estándares de ser un Abarai y ahora que los papeles se invertían y sentía el rechazo de Renji… lo inundó una sensación terrible.
Era demasiado para un día… Y sin poder evitarlo, llegó a su mente una pregunta que lo hizo sentir un atisbo de esperanza:
¿A Ichika le habrá pasado lo mismo? ¿Y si… voy a buscarla?
-Lamento mucho las molestias que mi hija ha ocasionado…- Expresó una apenada Rukia.
-No te preocupes… Ichika-chan siempre será bienvenida… ¿Porqué no entran y charlamos?-
Orihime le indicó a Ichigo y Rukia que pasaran. Él se excusó por llegar tarde contándole que había ayudado en la búsqueda de la pequeña y había puesto en silencio el celular.
Su esposa no le creyó pero decidió ir a la acción.
-No pasa nada, cariño…-
Acto seguido, deslizó una mano hasta el cuello de Ichigo y lo acercó, presionando sus labios contra los de él en un apasionado beso. El pelinaranjo se tensó por el contacto ya que su esposa nunca era tan efusiva y menos frente a las personas.
Rukia hizo una imperceptible mueca de disgusto, su descontento hervía debajo de una expresión complacida mientras observaba.
Por un segundo, Rukia se preguntó si había ofendido a alguna deidad en su pasado. Porque no lograba encontrar otra explicación para su actual karma. Pero por más que pensara, por más que lo mirara, todo lo que sentía se reducía a un profundo descontento.
Avanzó a la sala de la residencia Kurosaki.
-Ichika… vámonos a casa- Le habló muy firme y seria, penetrándola con la mirada.
La pequeña, aferrada a Kazui, le miró con enojo.
-No… ¡No no quiero…!-
Y con eso, la shinigami se enfureció.
-Estamos ocasionando problemas a los Kurosaki, hija, no seas egoísta-
-¡Pues papá y yo creemos que la egoísta eres tú!… ¡Te importa más ser capitana que yo!-
-¡Eso no es verdad!-
Sin saber qué decir o hacer, tras unos segundos, Orihime se dio la vuelta y abandonó la sala con Kazui de la mano.
-¿Entonces por qué no has dejado el cargo? ¿Porque siempre que llego a casa encuentro a una desconocida y a ti solo te veo por las noches?-
-Yuki no es una desconocida, Ichika, además, tenemos responsabilidades tu padre y yo, fuera del trabajo siempre hago lo posible por estar contigo…-
Ichika apretó los labios, frustrada y declaró:
-¡Tú lo has dicho, fuera del trabajo! Pero ya estoy cansada de lo mismo, no quiero llegar y ver a una extraña en casa. No quiero comer comida hecha por ella. Yo no me imagino a Yuki como mi madre, yo solo quiero las cosas como las vive Kazui ¡Quiero a mi madre solo para mí!-
Rukia bajó la mirada. No pudo contestar, tenía las pupilas tristes.
Ichigo tragó saliva por incomodidad y se dio cuenta de lo intenso que dañaron esas palabras a la pelinegra, así que intervino.
-Ichika, tu madre te ama mucho, ella hace muchos sacrificios por ti…-
-¿Por qué todo mundo siempre está de su lado?- gritó enfurecida… -Pero claro Ichigo… en tu caso, solo dices eso porque quieres hacer puntos y que mi mamá te deje la capitanía-
-¡Ichika, basta! Eso no es verdad ¡Discúlpate con Ichigo!-
-¡No!...-
Ichika abrió los ojos sorprendida… Su madre nunca le había pedido algo así.
-¡¿Por qué?! Todo lo que quiero es estar contigo, solo contigo todo el tiempo mamá… ¿Por qué me culpan de egoísta? ¿Por qué debo disculparme? ¿Por qué nadie me entiende?-
-Hija… escúchame…-
Rukia se acercó a la pequeña y acarició su pelirroja cabellera. Tenía los pies plantados en suelo firme, pero una parte de su alma escapaba hacia el abismo de la culpa, ahí estaba el motivo por el cual ella actuaba así… su hija solo quería atención. Se sentía sola.
-Cuando desapareciste pensé que me volvería loca… Fue duro para mí soportar el miedo a no encontrarte. Quiero que sepas algo que nunca le había contado a nadie: Al decir que crecí con esfuerzo no hablo en metáfora… Nunca tuve una madre, nadie en el Rukongai quiso hacerse cargo de mí, así que no sé muy bien cómo ser una madre para ti, ocupo ayuda... No soy perfecta. No sé cómo hacer lo correcto pero… jamás he dicho que no haré lo que sea por ti, Ichika… no estoy diciendo que dejaré el cargo ahora pero… lo haré más adelante, sin duda, porque eres lo que más amo en este mundo y también quiero estar contigo. Solo quiero que seas paciente hija. Te amo desde el mismo instante que supe que venías en camino, te amé más cuando escuché latir tu corazón por primera vez, te amé desde el primer minuto en que naciste. Cuando vi tu carita y tomaste mi mano, entonces supe que desde ese instante, que yo daría incluso la capitanía por ti-
Ichika no sabía que hacer… solo siguió llorando, ahí encogida en los brazos de su mamá, sin querer mirarla a los ojos. Se sentía mal, muy mal.
A Ichigo se le heló la sangre al darse cuenta de todo lo que tuvo que atravesar Rukia antes de haberla conocido. El Rukongai… Kaien… Su hija… No podía creer cómo es que Rukia podía ser tan fuerte... Mientras observaba, sintiéndose impotente al no poder hacer nada para ayudar a la mujer que amaba.
-Creo que sería bueno si ella se queda está noche acá…- Exclamó Ichigo, saliendo de su pequeño shock temporal, al momento en que colocó su mano en la cabeza de la pequeña pelirroja que no paraba de llorar.
Cruzó miradas con Rukia, quien trató de sonreír, pero el dolor que sentía era demasiado, así que solo asintió.
Él no sabía muy bien como apoyarla pero creía que algo de espacio les haría bien a ambas. Al menos por esa noche.
Ichigo caminó lentamente hacia la senkaimon acompañando a Rukia. No se perdió la expresión de desolación en el rostro de ella, antes de que bajara su mirada, ocultando su rostro entre las sombras.
Ichika había sido muy cruel con ella, Renji técnicamente la había dejado sola con el problema y eso lo lastimaba.
-Rukia…-
No soportaba verla así, tan débil, tan… mal… Eso lo destrozaba, más de lo que ya estaba.
-Gracias por ayudarme hoy, Ichigo… Lamento las molestias-
-Espera…-
¿Qué podía decir en un momento así? ¿Que lo sentía, que todo estaría bien? Sabía que eran palabras vacías, porque de estar en su lugar, Ichigo no quería escucharlas.
Así que tomó la mano de Rukia y la llevó a su mejilla, luego la alejó y la volvió a acercar, fuerte y rápido, dándose una cachetada.
-¿Qué suerte ser niña y poder desquitarse de forma ilógica no?...-
-Tonto…-
-Tú también puedes llorar y patalear enana, no es bueno que te guardes todo dentro-
-Me da miedo bajar la guardia una vez y que ya no haya vuelta atrás- Confesó la pelinegra.
-Tranquila, suéltalo-
Acto seguido, Rukia le dio una bofetada, pero suave. Fue la sonrisa que trató de ocultar mientras lo abofeteaba lo que le dejó saber que ya no estaba tan triste por lo ocurrido.
-¡Idiota!- Exclamó indignada, o así trató de parecerlo; Ichigo río, porque era obvio que no la había ofendido- Cuídala hoy, por favor. Y agradece que estoy cansada o te doy otra cachetada.
-Tú nunca te quedas callada, sólo dices cosas como que no debo salvarte e irme a casa. Ya te lo dije hace muchos años. No me importa lo que opines. Siempre vendré a salvarte, Rukia-
Con una mirada furtiva a sus alrededores, para asegurar su relativa privacidad, Ichigo acortó distancias, la abrazó y besó su cabeza. Ya no la sentía triste; las cosas no estaban perfectamente bien, pero Rukia ya no estaba triste y eso era todo lo que le importaba ahora.
-Gracias- murmuró -por todo esto. Gracias, Ichigo.
Su sonrisa se suavizó, entonces, Rukia ocultó su rostro en la curva entre su cuello y hombro.
-No hay de qué -le susurró- no hay de qué
Jamás lo creyó posible, pero la vida no dejaba de sorprenderla, su corazón no dejaba de sorprenderla. Porque lejos de romperse en pedazos, como esperaba después de todo lo sucedido, se inundó de una sensación muy cálida.
Ahora recuerdo... la verdadera razón por la cual quería salvarte a como diera lugar…
Ahhh ¿Qué les puedo decir? Me costó mucho terminar este capítulo… Me cuesta bastante seguir escribiendo, me falta motivación. No sé qué me pasa… Espero que para el siguiente capítulo (La boda sangrientaaaaa) mi ánimo mejore.
Pero hay personas valiosas e importantes a las que les debo una actualización de calidad y esas son:
-LunaticR (Sensei)
-Muren
-usaguichan23
-bere.25rg (Mil gracias, tu review me motivó a seguir)
-Laura
-LilitBris
-Layla
